Zero no Tsukaima - Spanish Version: Volumen 6 Capítulo 6

From Baka-Tsuki
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Capítulo seis: La Salida[edit]


El fin de año, la primera semana de la Luna de Wynn, el hombre convirtió ese día de la semana en el que quedaría impreso en la historia de Halkeginia.

Era al día siguiente del Vacio, cuando las dos lunas que colgaban en el cielo se superponen. Durante el día de hoy, cuando el continente Albión estaba en su punto más cercano a Halkeginia, una gran flota de buques de Tristain y Germania transportarían un ejército de 60.000 soldados navegando desde La Rochelle para la invasión de Albión.

Tristain y Germania juntas tenían 500 buques. Sólo sesenta de ellos eran acorazados, mientras que el resto llevaban a los soldados y los suministros.

La Reina Henrietta y el cardenal Mazarini se encontraban en el puerto de La Rochelle, de pie en la parte superior del muelle del árbol Yggdrasil, mirando la flota con las velas desplegadas.

Todos los buques subiendo hacía el cielo, al mismo tiempo, era seguramente una increíble vista para los ojos.

- "Son como semillas arrastradas por el viento" dijo el Cardenal Mazarini, compartiendo su pensamientos.

- "Semillas que pintaran el continente."

- "No hay semilla que puede pintar un país blanco, azul."

La bandera de Tristain de la familia real era un lirio blanco sobre un fondo azul.

- "Es posible que seamos derrotados", murmuró Mazarini.

- "No tengo la intención de ser derrotada."

- "El General de Poitiers es un gran comandante audaz y prudente. Él tendra éxito." Henrietta sabía que llevaba ya un tiempo nombrándole como un gran comandante, pero no había otros generales con más talento que él. Generales que lo superasen sólo existian en los libros de historia.

- "¿Me pregunto por qué tenemos que luchar?"

Murmuró Mazarini, en una voz apenas audible.

- "¿Por qué preguntas una cosa así?"

- "Podríamos haber bloqueado Albión para hacerlos morir de hambre. Con una planificación cuidadosa, podría haber sido una idea de un gran éxito."

- "Vamos a la marcha."

Murmuró Henrietta sin cambiar su expresión.

- "No digas eso. El coraje no es necesario para resolver esto de una vez por todas. Bueno, quizás estoy envejeciendo."

Mazarini acarició su blanca barba.

- "Si fuesemos a perder, ¿podría usar el "Vacío" en esta guerra, Su Majestad?"

Se trataba de un asunto muy secreto para discutir. Sólo unas pocas personas sabían que Louise era un usuario del Vacío. Henrietta, el Cardenal... y unos pocos generales reales.

- "Yo debería ser quemada... con gusto me quemaría como castigo por mis pecados."

Murmuró Henrietta en silencio, mirando hacia el vacío.

- "Cálmase. Su Majestad no estará sola. Ojalá mis viejos huesos fuesen suficientemente buenos para eso."

Henrietta les confió el conocimiento del vacío a los generales sólo como carta de triunfo.

Después de escuchar acerca del Vacío de Louise, en primer lugar, el General de Poitiers ni siquiera trató de creer en ello. Pero tampoco era imposible. No era válido porque se consideraba una leyenda, no podía creer en su existencia.

Sin embargo, después de recordarle acerca de los resultados militares en Tarbes, con mucho esfuerzo, el general la creía.

Tener el legendario elemento de cualquier forma de su parte, redobló su coraje y prometió a Henrietta una rápida victoria.

Henrietta, a fin de garantizar la victoria en la primera batalla, le dio permiso para controlar el vacío.

Henrietta suspiró sintiendose culpable.

Esta guerra... contra un país, la gente.

No fue nada más que un agravio personal por parte de ellos.

La guerra es sólo un medio de calmar a los amantes de la enemistad.

¿Cuántos seres humanos enviaré lejos a morir por esto?

Incluso su amiga de la infancia y mejor amiga, también.

En esta guerra, no es victoria o derrota, no puedo hacer desaparecer un crimen, pensó Henrietta.

A pesar de saber esto, declaré el patriotismo para alentar a las tropas, me quemaé en el infierno por esto.

Un hilo de sangre corrió por la comisura de sus labios al morderselos Henrietta, gritó.

- "¡Viva Tristain!"

El sonido del grito de la Reina sonó en el cielo.

Los Oficiales se pusieron firmes en sus puestos, saludaron a Henrietta, la cual los estaba mirando, gritando a la Reina.

- "¡Viva Tristain! ¡Viva Henrietta!"

Esos gritos, fueron acompañados con un coro de 60.000 hombres, recorriendo el cielo.

- "¡Viva Tristain! ¡Viva Henrietta!"

Aquel sonido repetitivo solo hizo que Henrietta se sintiense peor...


Al mismo tiempo, en la Academia de Magia ...   Al utilizar el fuego tranquilamente, Colbert llegó finalmente a ese "poder" al fin. El poder del calor ... Es decir, el poder de convertir el calor en el movimiento de alguna manera.

Aunque los mecanismos basados en vapor lo compensó en cierta medida, no fue suficiente para Colbert, quien deseaba mejorar el "poder" del motor del caza Zero.

Colbert se concentró en el análisis de este "Enjin".

A pesar de que quería ensamblar algo parecido por medio de ensayo y error... Es imposible aprender a ensamblar una Enjin de combustión interna con tal precisión.

En primer lugar, las tecnologías de la metalurgia eran primitivas en Halkeginia.

El hierro que compone el Enjin no podía ser elaborado. Incluso con un hechizo de "Alquimia" de clase cuadrado sería difícil crear tal avanzado y elaborado de hierro. La técnica mágica de una persona se mezcla con impurezas de todos modos.

En segundo lugar, la tecnología de procesamiento.

Para montar una Enjin de alta calidad, tendría que hacer un montón de piezas idénticas. Teniendo en cuenta la tecnología de Halkeginia, que era casi imposible.

En Halkeginia, el concepto de cosas totalmente idénticas no existe.

Por ejemplo, incluso entre las armas, que son en su mayoría de productos de artesanía avanzada, todavía no hay dos completamente idénticos. Las balas y la forma de un arma de fuego parecen ser idénticas, pero los detalles son diferentes. Incluso las piezas no son realmente compatibles.

Aun cuando Colbert trató de hacer las balas de ametralladora del caza Zero, sabía que era imposible. Aunque se puede crear un marco de bronce, todavía tendría demasiados detalles idénticos que tratar con alquimia. Ademas era difícil crear marcos de bronce, la producción del líquido "gasolina" fue un asunto completamente diferente.

Así, Colbert terminó los "Nuevos Contenedores de líquido" usando la tecnología disponible.

En frente del laboratorio en la Academia de Magia, Colbert, que con mucho esfuerzo obtuvo el equipos para el Caza Zero, con un profundo suspiro, vio el trabajo logrado por el mismo.

Tardo medio año, a pesar de todo la nueva arma estaba terminada, todavía quería llevar a cabo tecnologías más maravillosas, pero sus resultados de la investigación se establecieron allí.

Viendo a Saito, que se presento frente al laboratorio, Colbert extendió sus manos.   -"Ooh, Saito-kun, te vas?"

Saito acababa de terminar la preparación para el viaje que se avecinaba. Llevaba gafas, eran un recuerdo del abuelo de Siesta, en el cuello. Derflinger estaba atado a su espalda y una correa de cuero junto con su bolsa de cintura. Varios objetos fueron incluidos en ella.

- "Sí", asintió Saito.

- "Muy bien. ¿Iras directamente a la embarcación? ¿Puedes aterrizar esto en el buque con seguridad?"

Esta mañana, la flota había zarpado a Albion.

El buque que debía llevar al caza Zero Fighter ya había salido navegado con los demás buques y les estaba esperando a la cabeza. Fue especialmente construido un buque de guerra para dragones de viento, que ahora cargaría al Zero Fighter también.

La nueva y poderosa nave, que pertenecía a la recién creada Dragon Carrier-class, se llamaba Varsenda. (Comentario traductora: Carrier-Class significa portadora o de transporte pero me suena mejor lo de Carrier asi que lo dejo asi... bufff ya hacia tiempo que no ponia un comentario :P)

No sólo eso, ademas Colbert, utilizando Mágia de Tierra, puso suficiente gasolina para cinco vuelos en el buque.

Saito solo necesitaba tener a Louise con él en el Zero Fighter y aterrizar en ese buque.

- "Bueno, por mucho que haga... Uno no puede estar completamente seguro nunca, ¿verdad?"

Dijo Saito mientras se giraba. Louise no había aparecido todavía.

- "Debido a esta precipitación, no tuve tiempo para explicarte cómo funciona la nueva arma."

- "Oh eso..."

Saito encontró un tubo de hierro colgando bajo el ala del Zero Fighter. ¿Cual seria el uso de aquel tubo? Sin embargo, no hubo tiempo para las explicaciones detalladas entonces.

Colbert entregó a Saito un pequeño bloc de notas. Aunque Saito no sabía leerlo, Louise sí. Voy a leerlo más tarde, pensó.

- "Pero antes de irte, aquí está el manual que escribí para ti."

Colbert entregó a Saito un pequeño bloc de notas. Aunque Saito no sabía leerlo, Louise sí. Voy a leerlo más tarde, pensó.

- "Gracias".

Luego Colbert, mirando vacilante en si debia decir algo o no, abrió su boca.

- "Para decirles la verdad..."

- "¿Eh?"

- "A decir verdad, no quiero que mis estudiantes monten una vehículo utilizado para la guerra."

Dijo amargamente.

- "¿Estudiante"?

- "Ah, ¿cómo debo decirlo? Bueno, aunque usted no es un noble, sigo pensando como si fueses uno de mis alumnos. No te importa, ¿no?"

- "No, no me importa eso..."

Saito sentía tímidez.

- "No quiero usar el fuego para matar. Yo..."

Declaró Colbert claramente.

- "¿Por qué? Todo el mundo dice que el elemento fuego es el más adecuado para la guerra. Bueno, yo no sé sobre magia, claro."

- "Eso es correcto... El fuego es el elemento de destrucción. Los usuarios de Fuego poseen un gran valor... Sin embargo, creo otra cosa. Creo que usar el fuego para la destrucción es triste."

Recordando las palabras, Saito bajo su cabeza, avergonzado.

- "Oh sí, esta máquina voladora es llamada "Fenix" por el ejército real, ¿verdad?"

- "Sí, cuando estaba atacando acorazados con él en Tarbes, alguien dijo "¡El legendario Fenix!"..."

- "¡Ya veo! ¡El Fenix!"

Gritó Colbert, encantado.

- "¿Profesor?"

- "El Fenix es un ser legendario. Fenix... el dios pajaro de fuego, un símbolo de la destrucción y un... símbolo de "Renacimiento"."

- "¿Renacimiento?"

- "Se trata de una reencarnación."

Saito se preguntaba por qué se le veía a Colbert tan contento. Entonces, Colbert entró en su propio mundo.

- "Eso es... Renacimiento... efectivamente... ¿es un símbolo? ¿verdad?"

Colbert notó que Saito le estaba mirando con asombro.

- "¡Ah, aah! ¡Lo siento!" Dijo inclinando la cabeza.

- "No, está bien. Ya estoy acostumbrado."

Colbert puso mirada seria.

- "Oye, Saito-kun... Por cierto, que..."

- "¿Qué?"

En ese momento, apareció Louise.

- "Al fin" murmuró Saito.

- "¡No se puede evitar! ¡Una chica tiene montones de preparativos para salir!"

- "Vamos a la guerra. ¿Qué tipo de preparativos tiene que hacer una chica?"

- "¡Hmph!" Louise apartó su cara, y haciendo caso omiso de Saito, subió el ala y entró en la cabina. Un mes había pasado desde que Louise huyó de su familia.

Desde entonces, las cosas eran así.

Moviendo la cabina de vidrio del caza a un lado, Louise se metió en el asiento.

- "Bueno, errr, profesor, ¿qué acababa de decir usted hace un momento?"

- "No... no... es nada. Todo está bien."

Saito subió al Zero Fighter.

Colbert, entonces hizo girar con magia la hélice, poniendo en marcha el motor.

Se trataba de la segunda vez que volaban, así que lo operaba con mas tranquilidad.

Colbert ayudando una vez más, creó un fuerte viento.

Saito se puso las gafas y enrolló la bufanda alrededor de su cuello.

Colbert gritó a través del ruidoso sonido del motor.

- "¡Saito-kun! ¡Señorita Vallière!"

Saito saludó.

- "¡No mueran! ¡No mueran! ¡Incluso si estan en una situación desesperada! ¡Incluso si les llaman cobardes, no mueran! ¡No mueran jamás! Vuelvan sanos y salvos!"

Por el rugido del motor, la voz no se escuchaba. Sin embargo, las palabras de Colbert le llegaron de alguna manera. Aunque no podía oírle, llegaron a su corazón.

- "¡Vale!" Grito Saito mientras apretaba el acelerador.

El Zero Fighter comenzó a deslizarse y poco a poco se elevó.

A medida que ascendían se volvían mas pequeños, hasta que se perdieron a lo lejos en el cielo.

A pesar de que el Zero Fighter había desaparecido en el cielo, Colbert se mantuvo en silencio observando.

Después de dos horas de vuelo, hubo una pequeña apertura entre las nubes. Crecía cuanto más se acercaban, hasta que se convirtió en una flota enterrada profundamente en el cielo. Saito recordó una carrera de globos que había visto en la televisión hacía tiempo.

Variaban entre los 50 y 100 metros de longitud, cientos de barcos en formación, aquello era un gigantesco y hermoso espectáculo para la vista.

- "Increíble..."

Saito exclamó con admiración.

- "Oye, Louise, mira. ¡Que flota tan enorme!"

- "..."

Sin embargo, Louise lo rechazó, hinchando sus mejillas.

El estado de ánimo de Louise no habia mejorado. Últimamente, después de regresar de su casa, ella siempre estaba así.

Saito intentó averiguar la razón del mal humor de Louise.

Después de confesarle mi amor, Louise parecía haberlo aceptado por un momento.

Normalmente, uno esperaría que una pareja se acercarse después de eso.

Pero yo interpreté la recompensa de Louise "Toca el lugar que te guste", como un permiso para tocar en todas partes, lo cual hizo enfadar a Louise.

Y después de remarcar el echo de Siesta "desabotonada", mi ama, quien ya tenia un fuerte deseo de monopolio se enfureció aun mas.

Desde la perspectiva de Louise, coquetear con otra chica era similar a servir a dos amos a la vez, Saito malentendió enormemente.

Realmente, Louise solo estaba celosa.

Coquetear con otras chicas después de confesarle su amor a ella y besarla era algo que no podia perdonar.

Y, aunque por un momento, ella estaba dispuesta a renunciar a su castidad por este familiar, sus propios pensamientos eran inexcusables. Hasta el matrimonio, definitivamente no sería bueno. Incluso tres meses después del matrimonio, definitivamente no sería bueno. Ser influenciada por sus acciones- era por lo que ella estaba tan enojada.

Como Louise se mantenía en silencio, Saito se rindió.

De momento, necesitaban encontrar ese buque de guerra para aterrizar. Varios caballeros dragón volaron hacia arriba, en torno al Caza Zero de Saito. Empezaron a saludar con las manos; Saito saludó a su vez. Parecía que les iban a guiar hasta la nave.

Siguiendo la cola de los caballeros dragón, en el límite de velocidad del avión, apareció Varsenda a su vista.

La cubierta de la nave era plana y grande con el fin de transportar el gran número de caballeros dragón que habia. La vela del mástil era de unos 6 metros de envergadura, todo se vería como pequeños bichos desde ahí. No estaba equipado con cañones ya que el unico objetivo de este barco era llevar caballeros dragón.

Era perfecto para transportar el Zero Fighter, o quizás debería decir que era imposible para otros buques para hacer eso.

Pero a pesar que la cubierta del Varsenda era larga y ancha, la longitud de la cubierta era demasiado corta como para que el Zero Fighter aterrizase alli.

¿Cómo aterrizaremos allí?

Derflinger respondió a la pregunta desde su espalda.

- "Socio, situa este avión cerca de la nave. Parece que nos van a recoger."

Podían verse muchos magos en la cubierta.

Unos cables fueron puestos sobre la cubierta. Los soldados agarraron los extremos de cada cuerda y los pusieron perpendiculares a la longitud de la cubierta.

Parecía que con hechizos del elemento Viento sobre las cuerdas que atravesaban la cubierta, el Zero Fighter podría aterrizar. Algo tosco, pensaba, pero no había otra manera.

Saito movió la mano derecha hacia un gancho lanzandolo a la nave. El cable del gancho enlazó el Caza Zero hasta el transporte, donde fue atado.

Colbert que había notado el gancho, probablemente instruyó a la tripulación del Varsenda sobre como estirar los cables através de la cubierta para ayudar al Zero Fighter a aterrizar.

Se acercaban al Varsenda.

A continuación, siguieron otros ganchos desde el buque de guerra, fijando las alas y la cola. El balanceo se redujo.

Saito fue cuidadosamente abordando desde la parte posterior, hacia el buque.

Mientras tanto, Louise que no había batido una pestaña durante todo aquel espectáculo, permaneciendo pensativa y en silencio.

Exactamente, en ese momento en la barca.

Cuando ella fue empujada por Saito... (Comentario traductora: Recordando cierta situacion en que Saito intentaba llegar a tercera base con Louise y les cortaron el rollo... claramente si tu familia te pilla se te corta todo)

¿Cómo habría terminado, si ni su familia, ni los sirvientes los hubiesen descubierto?, pensaba Louise.

- "..."

Esto hizo que sus mejillas se ruborizasen de un color rojo profundo. Ella se sintió repentinamente enfadada con Saito, el cual estaba tranquilo, controlando el aterrizaje, y comenzo a golpearlo.

- "¿Que... qué estás haciendo?"

- "¿Por qué elegiste ese lugar? ¡Ese lugar!"

Gritaba Louise.

- "¡No habia otro lugar en cual aterrizar!"

Y así, ambos acabaron completamente malinterpretando al otro.

Tan pronto como Saito y Louise embarcaron en el Varsenda y se bajaron del Zero Fighter, les recibio un oficial, acompañado por guardias.



- "Oficial de puente, Kuryuuzurei."

- "¿A dónde nos dirigimos ahora?"

Aunque le preguntó, el oficial que les guiaba a ambos no respondió. ¿Dónde serían llevados? En las instrucciones de Henrietta sólo tenían el nombre del buque de guerra al que debían ir, nada más. Y las instrucciones oficiales siempre eran así.

Hablando con un subordinado, piensan que se les dice todo. Los subordinados de los nobles debían llevar una vida larga y dura, pensó Saito. Henrietta no parecia ser una excepción.

Parecían tener tanta confianza, por que así es la forma en como son.

A través de un angosto pasaje de la cubierta principal el oficial les llevó a un camarote para ambos. Aunque muy pequeña, era una habitación privada. Dentro del camarote, había una pequeña cama y una mesa. Saito y Louise, una vez depositaron su equipaje, el oficial les instó a que le siguieran de nuevo.

Después de ir en zigzag a través de estrechos pasajes del buque de guerra, finalmente se detuvieron frente a una puerta.

Cuando el oficial que los guiaba golpeó, hubo una respuesta desde el interior. El oficial abrió la puerta y se apartó para dejar entrar a Saito y Louise.

Ambos fueron recibidos por los generales sentados en linea frente a la puerta. Las cadenas doradas brillaban en sus hombros. Debían ser importantes comandantes.

Anonadados, Louise y Saito tomaron los asientos que les ofrecieron los soldados. Louise se sentó en la silla, y Saito después de ella.

El General en el asiento más alto, comentó:

- "Bienvenida al puesto de comandancia de la invasión de Albion, Señorita usuaria del Vacio."

Louise se sentía nerviosa. Ese general de barba aparentaba tener alrededor unos 40 años...

- "Comandante Supremo De Poitiers."

Rápidamente, el general presentó al resto de sus colegas.

- "Este es el Jefe del Estado Mayor Wimpffen."

Un pequeño hombre con profundas arrugas sentado a la izquierda asintió.

- "Este es el comandante del ejército de Germania, el Marqués Handenburg."

Un General con bigote con forma de manubrio que llevaba un casco de acero, asintió solemnemente a Louise.

Al parecer, el transporte para dragones era también el cuartel general.

Después de eso, el General presentó a Louise al resto de generales, reunidos en la sala de conferencias.

- "Ahora bien, señores. Esta es la carta de triunfo que proteje a nuestra Majestad, les presento al usuario del Vacío."

Sin embargo, nadie en la sala de conferencias movió ni tan siquiera una ceja por esas palabras. Ellos sólo miraban suspicazmente a Louise y su familiar.

- "En la batalla de Tarbes, ella sola venció a la flota de Albion."

Solo despues de las palabras de De Poiters los generales les empezaron a mirar con cierto interés.

Saito tocó a Louise.

- "¿Qué?"

- "¿... Esta bien ser expuestos asi?"

- "Si no fuese así, no sería posible cooperar con el ejército."

Puede que sea cierto, sin embargo... aunque Henrietta ordenase a Louise guardar silencio, ella misma lo reveló todo con facilidad, pensó.

Aunque Henrietta seguía diciendo que Louise era importante, de alguna manera sus acciones la contradecían. Sus pensamientos sobre la Reina hicieron entristecer a Saito.

Entonces recordó a Henrietta temblando en aquel momento. Imposible, pensó.

De todos modos, estaba completamente seguro sobre ella.

Los generales sonrieron a Louise. Sonrisas falsas.

- "Puedes pensar que es un cuartel general elegido a toda prisa. No lo sentimos. Este buque garantiza seguridad absoluta. Fíjate, este buque de guerra que se ha especializado en el transporte de los caballeros dragón y no esta armado con cañones. Sería problemático si los enemigos nos apuntan."

- "Ha, haah... entonces ¿por qué hacer de este buque de guerra el cuartel general?"

La sala entera estalló en carcajadas por la manera en que Louise lo preguntó con una voz muy linda y confusa.

- "En los buques normales, no hay espacio para salas de conferencia de ese tipo. Se rellenan con cañones."

Es más. Para un buque insignia que controla un gran ejército, la capacidad de procesar información de forma rápida es más necesario que el poder ofensivo.

- "Basta de charla. Vamos a continuar con el consejo de guerra." Dijo un general de Germania. Las sonrisas desaparecieron de las caras de los generales.

Fue un consejo de guerra complicado.

Poner 60.000 soldados en tierras de Albión era un problema secundario.

El principal problema era cómo hacer frente a la poderosa flota enemiga de aire. A pesar de que durante la batalla de Tarbes 10 barcos de la flota de ataque de Albión fueron destruidos con el Lexington, mantenían aun 40 buques. Aunque Tristain y Germania tenían 60 barcos, ya que era una flota de dos países unidos, la confusión ejecutiva era de esperar. Cuando se toma en cuenta que la flota de Albión se decía que era superior a una flota de 1,5 veces esa fuerza, la diferencia de potencial entre ambos era cancelada.

En segundo lugar, la selección del punto de aterrizaje.

En el continente de Albión sólo había dos lugares donde el gran ejército de 60.000 soldados podrían tomar tierra a la vez.

En la ciudad capital de Rosais en el sur la base aérea de Londinium, o el puerto del norte Dartanes.

Debido al tamaño del puerto, Rosais era preferible, sin embargo... marchando directamente hacia allí, su gran flota se descubriría a la vez y eso daría a los enemigos tiempo para preparar una defensa.

- "Los soldados de reserva en el asalto pondrían en riesgo la captura de Londinium."

El Jefe de Gabinete calmadamente analizaba las fuerzas y informaba a todo el mundo. Se debía estar callado. ¿Qué tipo de asalto debia realizarse contando con la resistencia del enemigo?

Las fuerzas aliadas necesitaban un ataque por sorpresa.

Querían que 60.000 soldados tomasen tierra en Rosais sin tener que enfrentarse a la resistencia del enemigo.

Así que necesitaban engañar al enorme ejército y desviar su atención del punto de aterrizaje en Rosais.

En pocas palabras, unidas Tristain y Germania formaban un ejercito de 60.000 hombres... requerían una astuta estrategia para engañar al enemigo haciéndole creer que iban a tomar tierra en Dartanes.

Ese era el segundo problema.

- "¿Se puede esperar la cooperación de la señorita usuaria del Vacío en cualquiera de los dos?"

El noble acreditado como el secretario oficial preguntó mientras observaba a Louise.

- "¿Podría hacer estallar la flota de Albion, de la forma en que estalló el Lexington en Tarbes?"

Saito miró a Louise. Louise se dio la vuelta y sacudió la cabeza.

- "Es imposible... no tengo suficiente fuerza de voluntad para emitir una fuerte "explosión". Yo no sé cuantos meses o años tardaré en almacenar esa energia de nuevo."

El secretario oficial sacudió la cabeza.

- "Entonces como arma poco fiable no puede ser llamada nuestra carta de triunfo."

Esas palabras hicieron responder a Saito.

- "Hey, Louise no es un arma."

- "¿Qué? No eres quien para hablar, familiar."

Antes de que se convirtiese en un lío... El General De Poitiers los interrumpió.

- "Nosotros nos encargaremos de la flota. Podemos dejar a la señorita usuaria del Vacio realizar la finta. ¿Puede hacerlo?"

- "¿Finta?"

- "Lo discutimos antes. Sólo tenemos que convencer al enemigo que no vamos a tomar tierra en Rosais pero sí en Dartanes. Debería ser sencillo para el legendario usuario del Vacío ¿no?"

Louise se puso a pensar.

... ¿Existíra algún hechizo que sirva para eso?

Saito murmuró en voz baja a su espalda.

- "... ¿No es eso lo que Derf dice sobre que se puede leer cuando llega el momento?"

Louise asintió.

- "Mañana, buscaré un hechizo que pueda ser utilizado."

El General de Poitiers dio una esperanzadora sonrisa.

A continuación, instó a Louise y a Saito a salir de la habitación.



- "Genial" Asintó Saito.

- "Esas personas, creo que me ven sólo como un caballo de regalo."

Saito tocó el hombro de Louise.

- "¿Estos son los grandes generales? Por este camino no ganaremos la guerra este año."

Sin embargo, podría ser una idea correcta durante la guerra.

El Caza Zero es más que un medio de abordar el buque, es también indispensable.

Sin embargo, mientras estaba distraído con esos pensamientos, su hombro fue golpeado por la espalda.

Cuando se dio la vuelta, cinco o seis nobles estaban mirando a Saito. Todos parecían ser adolescentes en vez de hombres. Se veían de edad similar a Saito. Llevaban sombreros de cuero y túnicas de color azul. Parecian soldados, llevaban espadas con aspecto de varitas en la cintura... pero se veían considerablemente más cortas.

- "Oye, tú."

Al referirse a el, Saito se volvió.

- "¿Qué?"

- "Basta." Murmuro Louise en voz baja, tirandole de la manga.

El chico del centro con una gran mandíbula parecía ser su líder.

- "Ven."

¿Eh? Agitandose de pronto su imaginación, Saito, considerando a Derflinger, se dirigió hacia ellos.

Entraron en el piso superior donde se colocó el Caza Zero. Todas las partes del Zero Fighter fueron atadas con cuerdas que estaban sujetas a la cubierta. Saito no era capaz de entender que pasaba, y seguía intentando averiguar el significado detrás de aquello, irritado Saito sacó a Derflinger.

- "¿Esto está vivo?"

Preguntó uno de los chicos nobles avergonzado, señalando el Caza Zero.

- "Si no es así, entonces ¿qué es eso? Explica que es."

Solicitó otro la explicación con una mirada seria.

Saito se sentía tonto de golpe.

- "No, eso no es un ser vivo, sin embargo... " murmuró.

- "¡Hurra! ¿No te lo dije? ¡He ganado! ¡Todo el mundo teneis que darme un ecu cada uno!"

Comenzó a rugir el chico más gordo. Todo el mundo malhumorado sacó las monedas de oro de sus bolsillos y se las entregaron al muchacho.

Viendo a Louise y Saito con las bocas abiertas, los chicos les sonríeron incómodos.

- "¿Te sorprendimos? Lo siento."

- "Sí."

- "No, es que teníamos una apuesta. Más que nada."

Un chico noble señaló el Caza Zero.

- "Pensamos que estaba vivo. Pensamos que era un dragón."

- "¡No hay ningún lugar donde dragones como estos pudiesen existir!"

- "¡Puede ser! ¡El mundo es grande al fin y al cabo!"

Ellos comenzaron a pelear de nuevo.

Al ver eso, Saito recordó el salón de clases en su ciudad natal. Durante el descanso, también tenian discusiones similares tontas para pasar el tiempo...

- "Es una máquina voladora."

Dijo eso, y los muchachos nobles se interesaron de inmediato y escucharon atentamente la explicación de Saito. Sin embargo, no parecían ser capaces de entenderlo, un objeto que vuela sobre el cielo usando una energía distinta de la magia.

- "Somos Caballeros Dragón."

Cuando la explicación del Caza Zero terminó, los muchachos guiaron a Saito y a Louise a los dragones en el interior de la cubierta. El Cuerpo de Caballeros Dragón había sufrido muchos daños y fue casi completamente aniquilado durante la batalla de Tarbes, por eso los aprendices de Caballeros Dragon se incorporaron en el ejército como verdaderos caballeros.

- "Bajo circunstancias normales, sería necesario un año más de formación."

Explicó el muchacho regordete de tímida sonrisa, que había ganado la apuesta antes. Dijo que era un comandante del 2º escuadrón de Caballeros Dragon. Él era el que había guiado al Caza Zero de Saito a la nave de guerra.

Los dragones eran todos adultos. Se veían dos veces mayores que el Sylphid de Tabitha. Sus grandes alas parecían estar construidas para la velocidad.

- "Debes ser muy duro para convertirte en un caballero dragón."

- "¿De veras?"

- "Sí. Tener un dragón como familiar no es tan simple. No todos pueden hacerlo. Los familiares Dragon son difíciles de complacer, son animales difíciles, porque sólo permiten a los pilotos a los que ellos aceptan a montarlos."

- "¿Acaso un jinete de dragón no requiere no sólo conocimientos, sino también poderes mágicos? ¿Inteligencia también? ¿Reflejos y nunca bajar la guardia?"

Parecia que los chicos eran la elite de los caballeros dragón, y el orgullo que tenian por pertenecer a estos era considerable.

- "¿Puedo montarlo?"

Les preguntó Saito, ellos asintieron .

Saito trataba de aguantar, pero era despojado rápidamente. Los muchachos se echaron a reír, sujetandose los costados. Como el espíritu competitivo de Saito era fuerte, él tomó el reto de nuevo. El resultado fue el mismo. Incluso una chica pequeña como Tabitha era capaz de conseguir montar en un dragón con un rostro fresco... esto era humillante para Saito, por lo que intentó el reto muchas veces.

Louise observaba el espectáculo desde lejos. Saito y los jovenes caballeros dragón se llevaban bien, hacía ruido y gritaba como uno mas de ellos.

Los chicos parecían felices, y ella les envidió un momento. ¿Por qué habian conseguido llevarse tan bien y tan rápidamente? Pensó Louise mientras se enfurruñaba.

Digo, ¿qué tienen los dragones que no tenga tu ama? Lo que hizo conmigo en el barco, el otro día. ¿Ahora él juega, gritando con los Caballeros Dragón?

¿No tenemos una batalla en el cielo mañana? ¿No hay oportunidad de que nos vayamos a morir mañana? ¿Es así como decide pasar su tiempo?

Pensó Louise, mientras miraba a Saito.

Estoy insegura y asustada, me gustaria que me abrazaras fuerte.

Pero nunca lo diría en voz alta.

Y... suspiró.

La operación finta.

Era necesario convencer al enemigo de que el Ejército de 60.000 hombres no iba a tomar tierra en Rosais, si no Dartanes... ¿Qué hechizo podria usar? No tenía la menor idea.

- "Oye, tú. Tu."

Los caballeros dragón notando las miradas que Louise emitía en su dirección, de brazos cruzados mientras acomodaba sus piernas apoyada en la pared, le preguntaron a Saito.

- "¿Es tu Ama? ¿Está bien que la dejes sola?"

- "¡Uuh! ¡Maldita sea!" Saito se puso pálido. Louise se quedó sola. Ella le golpearía, le golpearía y después se quejaria seguramente. Sin embargo, él no quería parecer patético frente a sus nuevos amigos. Los chicos son seres sin experiencia, y un nuevo miembro no debe mostrar flaquezas. Saito era fuerte.

- "E... esta bien si es ella, déjalo."

- "Oooh"

Hubo un estallido de aplausos.

- "Ese es el espíritu. ¡Oponiendose a su maestro de esa forma! No eres una persona ordinaria."

Louise, enfadada con la actitud de Saito, exigió.

- "¿Qué dijiste?"

- "No, nada..." en el momento en que cerró la boca, Louise le dio una patada entre las piernas. Y una vez se volvió para regresar a su habitación, lo cogió y lo arrastró con ella, el oficial comandante los instó llamando su atención.

- "¿Cuáles son sus planes para esta noche?"

Por alguna razón las mejillas de Louise se pusieron rojas.

- "Ninguno..." Respondió Saito, Louise le pateó en el estómago.

- "En ese caso, ¿qué les pareceria tomar alguna bebida esta noche por nuestro encuentro?"

Sugirió tranquilamente.

- "De ninguna manera, si nos escabulleramos fuera de nuestras habitaciones en mitad de la noche, al momento seríamos buscados por los oficiales del buque patrulla."

Todo se comenzaron a preocupar. Querían escapar de la ira de los oficiales del buque estando borrachos. Ello serían descubiertos por la mañana de todos modos.

A Saito se le ocurrió una idea, levantó un dedo y dijo:

- "¿Qué tal con señuelos de paja? Hacemos paquetes de paja y los colocamos en las camas."

- "¡Hagamos eso!" Se rió el caballero dragón.

Sin embargo, Louise no reía. Ella se mordia un poco las uñas, como si pensara algo.

- "¿Qué pasa?"

Preguntó.

- "...tu. ¿Qué acabas de decir"

- "¿Eh? Bueno... ¿Hacer señuelos de paja?"

- "Es cierto. Señuelos de paja. Tendriamos que hacer 60.000 señuelos de paja."

- "¿Eh? ¿60.000? El número de miembros aquí es menor."

- "En primer lugar, tener que hacer un gran número de paquetes de paja sería realmente problemático, ¿verdad?"

El caballero dragón preguntó con expresión seria en su rostro.

- "¿Paquetes de paja? ¡Usa magia!"

Al decir eso, Louise salió corriendo fuera.

- "¿Qué? ¿Ella?"

Saito vio anonadado a Louise irse. Una vez más no se comprendieron el uno al otro.

Louise entró rapidamente en la sala privada que tenian, y abrió el Libro de Oración del fundador.

Durante un momento cerró sus ojos y respiró profundamente antes de abrirlo de nuevo. Con su mente totalmente centrada en el Libro de oración del fundador, lo abrió cuidadosamente.

Una página comenzó a brillar... Louise sonrió.


En la Academia de Magia, al terminar las clases, apareció un grupo de jinetes. El mismo día en que Colbert vio a Saito y Louise marcharse.

Los que estaban entrando por las puertas eran los mosqueteros de Agnes.

Las chicas que se habían quedado en la escuela se sorprendieron por la aparición de los soldados montados en caballos. ¿Qué pasa? se preguntaron. El Viejo Osman, el director de la escuela, salió a conocer a Agnes.

- "Bienvenida, Comandante mosquetero Agnes. ¿Qué os trae por aquí?"

- "Sólo estoy haciendo mi trabajo, gracias por su hospitalidad."

El Viejo Osman murmuró algo en su barba. En su corazón, había sutiles pensamientos. ¿Quizas vino aquí a reclutar al resto de las alumnas para el servicio militar?

La noche pasada había recibido un informe.

Al parecer, el Gobierno Real de Henrietta había reclutado a la mayoría de los nobles para la guerra. Según el rumbo de los acontecimientos... las alumnas también podrían ser reclutadas para el entrenamiento preliminar a oficiales, si muchos oficiales cayesen durante la guerra en Albión. El Viejo Osman dudaba de los métodos del Gobierno Real.

Esa era la razón por la cual el Viejo Osman no había participado en la ceremonia en La Rochelle, para la partida el ejército.

La asistencia de las chicas a la escuela también se prohibía. Como resultado, el Gobierno Real decidió solucionar las cosas por su cuenta.

- "¿A pesar de esta guerra inhumana?"

- "El Gobierno Real en este momento llama a esta guerra como "guerra total"."

- "Guerra Total. No hay nombre mas indicado para nombrarla. Una guerra que tiene mujeres y niñas participando, ¿que tipo de entereza podría tener?"

Agnes dirigió a Osman una fría mirada.

- "Entonces, ¿qué justicia hace una guerra donde sólo los nobles y los soldados mueren?"

El Viejo Osman estaba perdido en sus palabras.

- "La muerte es igual. No discrimina entre mujeres o niños. Nada más."

Agnes decidida se dirigió hacia la torre.

En ese momento, terminaban las clases para Kirche y Montmorency que se reunían en los salones. Como los profesores fueron a la guerra, el número de clases se había reducido mucho...

- "Sin embargo, existe una excepción". Murmuró Kirche mirando a un hombre totalmente dedicado a la enseñanza.

Era Colbert.

Se mantenía enseñando como siempre. Alguna de las caras de las chicas en la escuela no estaban totalmente calmadas.

- "Ehm, mira. Debido a la alta temperatura de la llama su color se ilumina."

Estaba calentando una vara de metal sobre una llama.

Calentaban el palo curvado mientras el continuaba explicando.

- "Bueno, hay una gran cantidad de metales que no pueden ser manipulados si la llama no se caliente lo suficiente. Por lo tanto, cuando se utiliza 'Fuego', el control de la temperatura de la llama es fundamental."

Montmorency de repente levantó su mano.

- "¿Tiene usted una pregunta, señorita Montmorency?"

Montmorency se puso de pie.

- "El país está en medio de una guerra. ¿Cómo... puede enseñar en clase con una actitud tan despreocupada?"

- "Deja tus preocupaciones en la escuela... Yo soy tu maestro, y ustedes son mis estudiantes."

Colbert tranquilamente sentado, respondió sin cambiar de entonación.

- "Pero... todos... incluso los profesores, se enfrentan a la guerra."

- "¿Y es tu opinión? Deberíamos aprender aún más, porque son tiempos de guerra. Para usarlo en la guerra, es necesario aprender a usar el "fuego" para la destrucción. Ahora estudia, tendrás algo para compartir con los chicos que regresen de la guerra."

Dijo Colbert y miró a su alrededor el aula.

- "Usted tiene miedo a la guerra" Declaró Kirche con voz un poco ruda.

- "Por supuesto" Asintió Colbert. "Tengo miedo a la guerra. Soy un cobarde."

De las gargantas de las estudiantes escapó una exclamación de asombro.

- "Sin embargo, no me siento culpable."

Mientras Colbert afirmaba eso, un grupo de personas irrumpieron bruscamente en el salón de las clases. Eran Agnes y su gente.

Vestían armaduras, largas espadas y pistolas en sus cinturas. Las estudiantes estaban un poco nerviosas, viendo todas aquellas mujeres con exagerados atuendos.

- "T..t..tú, q..que..."

Agnes, ignorando completamente a Colbert, ordenó a las estudiantes.

- "Soy mosquetero de Su Majestad. Ordeno en nombre de Su Majestad la suspensión de todas las clases a partir de este momento. Vístanse y formen en el patio."

- "¿Qué? ¿Interrumpir las clases? No bromees."

Después de las palabras de Colbert, Agnes giró su cabeza.

- "He tenido suficiente cuidando niños... Esto es una orden."

Las estudiantes comenzaron a levantarse protestando.

Colbert bloqueó el camino de Agnes asustado.

- "¡Hey! ¡hey! ¡La clase no ha terminado todavía!"

- "Es una orden directa de Su Majestad. ¿No has oído?"

Dijo Agnes con un tono desagradable.

- "Siguiendo las órdenes de Su Majestad, yo estoy enseñando ahora. 15 minutos más, es el tiempo que me da Su Majestad para hacer a los estudiantes aprender. No puedo ser ordenado por usted. ¡Todas! ¡Vuelvan a la sala de clases! ¡Voy a enseñar otros 15 minutos! ¡Usted puede jugar a la guerra despues de eso!"

Agnes sacó su espada, y señaló la garganta de Colbert.

Agnes sacó su espada, y señaló la garganta de Colbert.

- "Jugar a la guerra dice. ¿Está contra nosotros? Señor, esto no es decisión para un mago, no vaya demasiado lejos."

- "No.. claro que no..."

Viendo la espada apuntando a su garganta, a Colbert le recorrio un sudor frío.

- "¿Es usted un usuario de Fuego? Siempre tienen un hedor de olor a quemado, un olor que fluye de debajo de la túnica. Profesor, odio a los magos, especialmente los que utilizan Fuego."

- "Huu..."

Las piernas de Colbert empezaron a temblar. Tuvo que apoyar su espalda contra la pared.

- "Escuche, no obstruya mi deber."

Agnes miró el temblor de Colbert como si fuese basura, y se alejó, colocando de nuevo su espada en su vaina. Las estudiantes, con un desprecio similar en sus rostros, pasaron al lado de Colbert.

Quedandose solo, Colbert enterró su cara entre las palma de sus manos... y suspiró profundamente.


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