Zero no Tsukaima - Spanish Versión: Volumen 6 Capítulo 3

From Baka-Tsuki
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Capítulo Tres: El Duque de La Vallière[edit]


De madrugada en el jardin del castillo, había jaulas con enormes dragones en cada una de sus cuatro esquinas.

Los sirvientes que se habían reunido en la zona circundante al mismo tiempo retiraron ruedas del transporte que parecía una jaula. Los hombres a pie sujetaban a los dragones, con esa oportunidad, otros sirvientes abrieron la puerta del carruaje. Una alfombra roja había sido extendida desde la entrada para el noble.

Era el Duque de La Vallière. Debía tener mas de cincuenta años. Tenía el pelo rubio y una barba blanca de inflexible aspecto, estaba ataviado con ropa digna de un rey. En su ojo izquierdo había un monóculo, y había un fuerte brillo en sus ojos.

Los mayordomos caminaron rápidamente hacia el duque, se quitó su sombrero, se fijó el pelo y se aseguró de que su vestidura estaba correctamente alineada.

El duque preguntó en una amarga voz de barítono.

- "¿Ha regresado Louise?"

Jerome, un mayordomo que había servido a la familia la Vallière durante muchos años, se inclinó respetuosamente, y respondió:

- "Ella regresó ayer por la noche"

- "Llámala para el desayuno!"

- "¡Por supuesto!"

El estado de ánimo en la familia Vallière desayunando en el soleado balcón era el mismo, como de costumbre. El cuadro se preparó con el fin de tomar el desayuno a la luz del sol, todos sentados. El Duque de La Vallière estaba sentado en el asiento de honor y junto a él se encontraba su esposa. Inusualmente estaban concentradas las tres hermanas sentadas alrededor de la mesa, alineadas con la edad. El cuerpo de Louise estaba un poco tembloroso, porque había estado llorado toda la noche. Aunque se suponía que iba a obtener el permiso de su padre para participar en la guerra...

Parece que el duque se encontraba de considerable mal humor.

- "¡Maldito idiota cerebro de pájaro!"

Comenzaba el discurso, el Duque insultó al Cardenal.

- "¿Cuál es el problema?"

Cambiando su expresión facial, el Duque se dirigió a su esposa. Después de que su padre dijese las primeras palabras, Louise sabía que éste no era el momento para preguntar.

- "Después de estarme llamando todo el camino hasta Tristania, yo estaba preguntándome qué iba a decirme... ¡"Organiza el ejército", dijo! ¡No bromees!"

- "¿Estás de acuerdo?"

- "¡Como si fuera a hacerlo! ¡Ya me retiré del servicio militar! ¿Por qué no se lo mandó al soldado que tomó mi lugar y me deja a mi estar con mi familia! ¡Además, estoy en contra de esta guerra!"

- "Eso es verdad. Pero ¿estará bien? ¿No dio el Cardenal la noticia oficial del estado anunciando que en este momento, la patria tiene que unirse para derrotar a nuestro amargo enemigo? Si un rumor de que la familia Vallière es traidora se propaga, afectará a nuestra vida social también."

Después de que ella dijese eso, la esposa del Duque tenía un rostro muy fresco.

- "No debe llamar maldito idiota cerebro de pájaro al "Cardenal". "Idiota" es más que suficiente. Además, tomar ventaja de este tipo de una joven reina... "

Louise tosió y arrojó el pan que comía. Eleonore miro fríamente a Louise.

- "Oh, que miedo. Siento que oigas la verdad sobre la corte del gorrión ". (comentario traductora: tampoco yo entiendo lo del gorrión pero el traductor me dio esa definicion para la palabra, supongo que refiriendose a la Reina y su juventud, no se :S)

- "De todos modos, no dudes en hacernos saber lo que piensas."

Louise que había estado tranquila hasta ese momento abrió sus labios mientras temblaba.

- "Hay algo que me gustaría preguntar a Padre."

El Duque miró a Louise intensamente.

- "Por supuesto que está bien, pero antes de eso, ¿no le das a tu padre, quien no has visto en tanto tiempo, un besito, Louise?"

Louise se levantó y se acercó a su padre, y después de que le diera un beso en la mejilla, mirando directamente a su padre preguntó:

- "¿Por qué se opone mi Padre a mi decisión de unirme a la guerra?"

- "Debido a que esta guerra es un gran error".

- "Es una guerra contra Albión, que nos invadieron en primer lugar. ¿Qué hay de malo en emboscarles a ellos?"

- "Atacar el lado de ellos no es algo que yo llamaría una "emboscada". ¡Mira aquí!"

El Duque, manipulando el plato y los alimentos empezó a explicar a Louise.

- "Lo que tú llamas una "emboscada" es tener una fuerza militar tan abrumadora que pueda tener éxito al primer intento. El ejército del enemigo es de alrededor de cincuenta mil. Nuestro ejército, junto con el de Germania, es de sesenta mil."

Trasladando con los cuchillos y tenedores, con ayuda de los fragmentos de carne, el Duque creó una simulación de la guerra.

- "¿Pero, no tiene nuestro ejército diez mil hombres más?"

- "Si el ejército atacante es tres veces más grande que el ejército defensor, sería ciertamente una victoria. Como sus fuerzas aéreas se han organizado y tienen una buena posición, con este número se convertirá en una difícil batalla."

- "Pero... "

El Duque interrogó el rostro de Louise.

- "Nuestro sitio es excelente. Nosotros tendríamos que bloquear desde el cielo el continente y a continuación, sólo esperar hasta que se queden sin recursos. Si lo hacemos, con el tiempo ellos pedirán la paz. Esa sería la mejor conclusión de la guerra, igual que una mezcla de color blanco y negro. Sin embargo, ¿qué vas a hacer si fracasa la emboscada? La posibilidad de eso no es pequeña."

Louise estaba silenciosa. Todo lo que había dicho su padre era un buen argumento.

- "Debido a la victoria en Tarbes nosotros nos hemos confiado en exceso. Ese exceso de confianza es negligente. Para empeorar las cosas, ¿qué hacemos usando a los alumnos de la Academia de Magia como oficiales? Sólo puedo decir que eso es estúpido. ¿Qué pueden hacer los niños? En la guerra, sabes, no puedes decir que eres suficientemente fuerte sólo porque tienes mayor número. Emboscada es un acto que significa que tienes absoluta confianza en que lograrás la victoria al primer intento. No hay manera en que yo le permita a mi hija entrar en esa guerra."

- "Padre... "

Después de terminar de hablar el Duque, él se puso de pie.

- "Ahora bien, el desayuno ya se terminó."

Louise movió un poco sus labios y se detuvo un momento.

- "Louise. De ahora en adelante estás bajo arresto domiciliario. No se te permitirá salir de este castillo hasta que la guerra termine".

- "¡Espera!" Gritó Louise.

- "¿Qué? Ya no tenemos nada más que decir".

- "Louise... tú... "

Eleonore tiraba del dobladillo del vestido de Louise. Cattleya miraba a Louise con preocupación.

- "Para la princesa... no, para Su Majestad, yo soy necesaria."

- "¿A qué te refieres cuando dices que ella te necesita? Tu habilidad con la magia es... "

Louise no podía decirle a su familia que era la usuaria de la magia del vacío.

- "Ahora, ahora no puedo decírselo, pero... Yo... "

Louise dudaba, pero ella dijo con cara triunfante.

- "Ya no soy la de misma de antes!"

- "¡Louise! ¿Qué le estás diciendo a Padre?"

Dijo Eleonore con una voz intensa.

- "Hermana mayor, cállese! Ahora, estoy dirigiendo una conversación!"

Todos los miembros de la familia fueron sorprendidos por la actitud de Louise. Louise nunca antes había replicado contra su hermana de esa manera.

- "Siempre he sido tratada como una idiota. Siempre me sentí inferior cuando se me comparaba con mis hermanas y decían que no tenía talento para la Magia. Pero, pero, ahora es diferente. Yo estoy segura ahora que Su Majestad dijo que soy necesaria para ella."

Con esas palabras, el color de los ojos del duque cambió. Él se volvió hacia Louise, se arrodilló y puso sus ojos a la altura de los de su hija.

- "... ¿Encontraste finalmente el elemento que dominas?"

Louise asintió con confianza.

- "¿Cuál de los cuatro?"

Louise pensó por un tiempo. Por supuesto, ella no podía hablar sobre el vacío. Pero ¿sería correcto mentir a su propio padre? Por un momento, Louise estaba preocupada. Y... abriendo sus labios, ella decidió decirle una mentira.

- "... Fuego".

- "¿El fuego?"

Durante un momento, el Duque de La Vallière miró la cara de Louise y luego asintió lentamente.

- "Tienes el mismo elemento que tenía uu abuelo. Ya veo, Fuego, eh... En ese caso, es natural que te atraiga la guerra. Es un elemento pecaminoso. Verdaderamente, un elemento cubierto de pecado".

- "Padre... "

El Duque débilmente dejó colgando su cabeza.

- "Si mal no recuerdo, has dicho que Su Majestad necesita tu poder, ¿verdad?"

- "Sí".

- "Escucha, Louise. Eso es algo importante. No hay ningún error al respecto. Cuando nadie más estaba alrededor, su Majestad te dijo que tu poder era necesario para ella, ¿verdad?"

Louise declaró claramente.

- "Sí. Me dijo su Majestad que mi poder era necesario para ella."

El anciano Duque sacudió la cabeza.

- "Es algo honorable. Algo terriblemente honorable. Sin embargo... Como pienso, no hay forma de que reconozca esto."

- "¡Padre!"

- "La gente puede cometer errores a causa de esta cosa llamada lealtad. Voy a informar a Su Majestad yo mismo. ¡Jerome!"

- "Sí".

El mayordomo saltó y se puso al lado del Duque.

- "Prepara papel y una pluma."

Después de eso se volvió hacia Louise.

- "Tienes que elegir un yerno para mí", declaró.

- "¿Eh? ¿Por qué?"

- "No puedo reconocer tu participación en la guerra. Estoy totalmente convencido de que no puedo permitírtelo. Tú estás confundida por lo de ese traidor de Wardes ¿verdad? Por eso, elegirás un nuevo yerno para mí. Además, calmarás tu corazón, ¿de acuerdo? Me has dicho que quieres ir a la guerra dos veces ahora. Ésta es una orden. No se permiten cambios."

- "¡Padre!"

Grito Louise. Sin embargo, el viejo Duque sacudió la cabeza.

- "Jerome, no dejes que Louise abandone el castillo. ¿Entiendes?"

- "¡Por supuesto!"

El mayordomo asintió.

A continuación, el Duque dejó su puesto del desayuno.

Su esposa y sus hermanas mayores se quedaron atrás rodeando a Louise.

Su madre y su mandona hermana criticaban a Louise.

- "Tu Padre no es tan joven como antes. No le preocupes tanto."

- "Porque Padre se preocupa tanto, ahora usted tiene que elegir un yerno". Declaró Eleonore fríamente.

- "¿Por qué tengo que hacer eso? Según la tradición, Eleonore-nee-sama debe... " (comentario traductora: Louise se refiere a que los matrimonios deben realizarse por orden, primero herman@s mayores...)

Diciendo Louise esto, Eleonore le pellizcó las mejillas.

- "Yo... Perdooon... Pero, para mí, soy pequeña... (el matrimonio es demasiado pronto)... "

- "¿Por qué? ¿Según que razón? Usted tiene un amante, ¿verdad?"

Diciendo esto su madre, Louise sacudió la cabeza.

- "No tengo. No. No tengo ninguno."

La esposa del Duque y Eleonore parecían haber notado algo, por la expresión de Louise. Las dos intercambiaron miradas.

- "Parece que usted está pensando en alguien."

- "¡No hay tal persona!"

- "¿Quién? ¿De qué casa noble es?"

- "¿Cuenta? ¿Un Barón?"

- "¿Un honrado Barón? No será... no será un simple caballero, ¿no?"

El cuerpo de Louise se quedó inmóvil.

- "¡Oh, no, esta chica ... Ya veo, un Caballero de la Orden del Mérito, no sé, pero... ella se enamoró de un hombre de baja condición social."

La cara de Eleonore se convirtió en amarga. La madre se presionaba la frente.

- "Oh, porque nunca tuve el cuidado adecuado de esta chica... "

- "Yo... Yo no estoy enamorada de un caballero."

Dijo Louise apresuradamente. La verdad es que ni siquiera era un caballero, sino un simple plebeyo. Aún más, un plebeyo que procedía de un mundo completamente diferente... si supieran eso, un simple "lo siento" no sería suficiente para una disculpa. A pesar de que siempre se repetía a sí misma que a ella realmente no le gustaba alguien como él, ahora su cabeza estaba llena de pensamientos de Saito.

Cattleya miraba con preocupación a Louise.

- "No importa qué edad tenga esta chica, ella siempre esta preocupándonos, ¿ella no debería? No sólo quiere unirse a la guerra, para empeorar las cosas se ha enamorado de un caballero... "

- "Ya se lo he dicho, no tengo...", y ella dudó.

Su madre y su hermana gritaron:

- ""¡Silencio!""

Era la habitual actitud amenazante. Después de que Louise utilizase su valor para hablar de nuevo a su padre antes, ahora se había vuelto completamente desanimada.

De repente sintiéndose triste, Louise se fue corriendo.

- "¡Hey! ¡Espera ahí!"

Ella escuchaba las voces de los gritos de su madre y su mandona hermana.



Llegó la tarde. Saito, como no tenía más tareas, estaba tirado en la cama de la sala de almacenamiento mirando al techo. Él miró la habitación que le rodeaba, mientras estaba tumbado en la cama, notó algunas hojas blancas puestas en una caja que habían sido dejadas allí por él y se sintió un poco abandonado. Desde que llegó a casa de la familia Vallière, parecía que era todo lo que merecía. Algún pequeño, sentido de la existencia.

Desde que Siesta había regresado a su propia habitación, Saito había estado solo. Él estaba de una forma inconscientemente pensando sobre lo que debía hacer, se dio cuenta de que no había tenido ningún desayuno y que no iba a conseguir nada de comer si no iba él mismo a buscarlo... en ese momento le llegó el sonido de los siervos del castillo que andaban por los corredores pavimentados con piedras que rodeaban la habitación.

- "¿Dónde está? ¿La habéis encontrado?"

- "No, no esta por este camino!" Las voces decían algo así. Parece que estaban buscando a alguien.

Así como se estaba preguntando a si mismo a quién estarían buscando, la puerta se abrió con una explosión. Saltaron varias personas dentro, pasaron a Saito por alto y comenzaron la búsqueda a través de la habitación de almacenamiento.

- "¡¿Qué diablos están haciendo ustedes?!" Gritó Saito. Indicando "no parece estar aquí", y haciendo caso omiso de él, los chicos que aparecieron ante Saito salieron hacia la izquierda de la habitación.

"¿Qué demonios ha pasado?" Pensó Saito para sí mismo, esta vez hubo un golpe en la puerta.

- "Está abierto", dijo, pero los golpes continuaron.

Si se tratase de Louise o de Siesta, inmediatamente podrían haber hecho una grosera entrada tan pronto como él dijo eso. Pensando que una persona que, incluso después de que se le diga que puede, no abría la puerta por sí misma no podía ser una mala persona, Saito abrió la puerta.

Y allí había una mujer, con un pelo rubio rosado y ojos marrones, estaba de pie.

Por un momento pensó ¿"Louise"?, pero no era así. Ella era más alta que Louise. Tenía unos ojos y un rostro sonrientes, sin siquiera un poco de mala intención en ella.

Era Cattleya.

Ella era más alta que Louise. Tenía unos ojos y un rostro sonrientes, sin siquiera un poco de mala intención en ella. Era Cattleya.

- "U, Umm, que... "

Mientras se sonrojaba, Saito la miró con una mirada confusa.

- "¿Puedo pasar?"

- "Sí ¡Sí! ¡Por favor!"

Con una respetuosa reverencia, Saito la dejó pasar.

- "Lo siento por los intrusos", diciendo eso, Cattleya parecía apenada por él.

Ella era tan bonita que el corazón de Saito empezó a correr. Naturalmente, prefería a Louise. Sin embargo, debido a su carácter, aquella no era una expresión que apareciese en su cara. Sintió que ese tipo de sentimiento era el que se tenía hacia una hermana mayor.

Con una sensación distinta a la que tenia con Louise, miró a Cattleya sentarse en el cama con una pequeña sonrisa diabólica flotando en su cara.

Ella daba una sensación diferente al "sano" sex-appeal de Siesta.

También era diferente del sex-appeal de Henrietta el cual poseía ese equilibrio tan peligroso que venía del hecho de que ella era de clase alta.

Difiere también del sex-appeal de Kirche "tan cambiante, muy agresivo".

Por supuesto, también era diferente del sex-appeal de Louise el cual era "difícil de romperse".

Con una luminosa sonrisa, era un sex-appeal que se sentía como si estuviese envasado para ti.

¿Será Louise también como ella cuando crezca? Si ese es el caso, entonces Louise es definitivamente un "me lo compro", huuh, mientras estos pensamientos flotaban alrededor de su cabeza, Cattleya le parecía más y más encantadora.

- "Cuando Louise crezca, ella no se parecera a mí, sabes."

Diciendo de repente esto mientras se reía, hizo saltar a Saito.

- "¿Eh? ¡No! Yo no ... ¡Yo no estaba pensando en cosas así! ¡Sí!"

- "¿En serio? Pero definitivamente parecía que se preguntase si Louise sería como yo en el futuro... "

Wow, qué increíble mujer.

- "Louise definitivamente sera aún más encantadora cuando crezca, aunque antes debe calmarse. Pero ella probablemente no podrá ser pulida en un taller cualquiera."

Pensando que sería más que suficiente siempre y cuando ella se pareciese a su hermana en pechos, Saito abrió y cerró los labios.

- "¿Cuál es tu nombre?"

- "Es Saito."

- "Un bonito nombre, ¿no?"

Era la primera vez que alguien elogiaba su nombre desde que había llegado aquí.

- "Oye, ¿qué tipo de persona eres? No eres de Halkeginia, ¿verdad? Digo esto porque es como si sintiese que eres un humano completamente diferente de su entorno. ¿Es así?"

Por la manera en la que estaba siendo examinado, Saito estaba sorprendido. ¿Qué es esto? ¿Ella se enteró de que soy de un mundo diferente? O tal vez, ¿hizo que Louise se lo dijese?

- "Fufu. Tu cara parece decir que te preguntas cómo lo sé. Pero yo te comprendo. Simplemente parece que estoy inusualmente hábil".

- "Sí... sí... "

- "Pero, cosas como esa no son de importancia. Muchas gracias. De verdad."

- "¿Huh?"

- "Gracias por ayudar a Louise durante este tiempo. No hay manera de que una niña pequeña obtuviese el reconocimiento de su Majestad por sí misma solamente. Definitivamente le ayudaste en el camino. Cierto, ¿no?"

¿Cuál sería la respuesta adecuada? O mejor dicho, ¿cuánto debía decirle a ella? Al Ver a Saito preocupado al igual que ella, Cattleya rió suavemente.

- "Hay cosas que usted no puede contarme, hmmm. Esta bien. Ahora entonces... es lamentable, pero tengo que contárselo."

- "¿Eh?"

- "Cuando Louise habló con Padre no fue bien. Por eso, le dijeron que tenia que encontrar un yerno. Y entonces ella se escondió en algún lugar."

- "¿En serio? Por lo tanto, los sirvientes que irrumpieron antes estaban buscando a Louise." Dijo Saito, "Achaa... " y cubrió su rostro.

- "Padre quiere que Louise se case. Él también se preocupa por esa chica. Justo después de que su prometido resultase ser un traidor, ahora ella tiene que volver a comprometerse. Incluso aunque ella es todavía tan joven".

Murmuró Cattleya, como si no estuviese de acuerdo en esas relaciones.

Saito sufría con el dolor. ¿Louise se va a casar? Después de lo de Wardes, las palabras de verdad le dolieron profundamente. Eran palabras que él no quería escuchar una segunda vez.

- "A usted no le gusta, ¿verdad? El hecho de que Louise se case."

Murmuró Cattleya con una sonrisa angelical.

Saito sacudió la cabeza.

- "Ese... Ese tipo de cosas... está bien. Yo no puedo parar de pensar en Louise, en primer lugar. Porque Louise, para mí... pero acerca de mí debido a eso de que no sea noble ni nada, ella no piensa mucho en mí, por eso... "

Enderezándose, Cattleya preguntó a Saito.

- "Hey, ¿eres consciente de lo que significa ser un noble?"

¿Qué pasa con esa repentina pregunta? Eso esta totalmente claro.

- "¿Eh? Estoy casi seguro, umm, tienen que ser capaces de utilizar la magia... tienen que ser ricos... "

- "¡Esas son cosas triviales!"

- "Pero, en este mundo si no puedes usar magia, no puedes ser un noble, ¿verdad?"

- "Mal."

Cattleya sacudió la cabeza.

- "Sólo hay una condición que debe cumplirse para ser un noble. Jurar que protegerá a la princesa aun a costa de su propia vida, eso es todo. Nuestros antepasados obtuvieron sus terrenos y fortunas por el rey, ya que protegiamos a la princesa, su hija, aun a costa de su propia vida. No era debido a que pudiesemos utilizar la magia."

Cattleya miró a Saito con ojos sinceros.

- "Esa niña está en algún lugar del patio, deberías ir a buscarla. En el patio hay un estanque... en el estanque hay una pequeña barca. Ella está dentro. Desde que era pequeña siempre que le pasaba algo malo iba allí a esconderse. Después de recoger a Louise, dejen el castillo. En la carretera principal hay un carruaje esperando. La sirvienta que trajeron con ustedes está esperando, vayan allí."

- "¿Eh?"

- "Yo no admiro la guerra. La odio. Honestamente, no quiero dejar ir a Louise. Pero, si es algo que ella ha decidido que quiere hacer y hay alguien que ella necesita para ir... en ese caso, creo que tenemos que dejarla ir. No es algo que nosotros podamos decidir."

Cattleya puso el rostro de Saito entre sus manos.

- "Que el Divino Fundador Protector esté contigo y Louise".

Y entonces, como si se tratase de un noble, le besó la frente a Saito.

- "Dejo a mi linda hermanita a su cuidado, Caballero-Dono".



Louise estaba llorando en el interior de la barca en el patio.

Ella podía oír los sonidos de los pasos y las voces de los sirvientes que la estaban buscando en el interior del castillo. Pero, al igual que cuando era una niña, esa barca en el patio era un lugar seguro. Con su figura oculta por la sombra de los bordes de la barca, era un punto ciego cuando mirabas desde el interior del castillo y no destacaba en absoluto.

Al igual que cuando ella era aún una niña, ella misma se había doblado y se había cubierto a sí misma con la manta que llevó con ella. Cuando era una niña y lo hacía... sus sentimientos por lo general poco a poco se calmaban, pero esta vez no iba tan bien. Parecía que su estado de ánimo se había hundido tan bajo, que no importaba lo que hiciese no conseguiría alegrarse.

Los pequeños pasos de alguien que pisaba el suelo resonaron en el interior del patio.

Ella contuvo su respiración y espero mientras los sonidos se transformaron a ser el fuerte sonido de los pies cruzando el puente de madera que llegaba hasta la pequeña isla.

Pensando: "Esto es malo", enterró su cuerpo aún más en la manta que la cubría.

Tan pronto como ella lo hizo... ¡Splash! El sonido de los pasos que saltaron al suelo del estanque podía ser oído y ella se asomó sobre la manta.

Involuntariamente descubrió una parte de su cuerpo y luego escuchó como la llamaban por su nombre.

- "Louise".

- "¿... Saito?"

- "Vamos. Tu hermana mayor nos ha preparado un transporte."

- "... No voy a ir."

- "¿Por qué?"

- "Porque mi familia no me lo permitió."

- "Es imposible. Tu familia está en el otro lado después de todo. Tú eres mas obstinada".

Saito extendió sus manos. Sin embargo, Louise se sacudió inmediatamente retirándolas.

- "¿Qué es lo que pasa?"

- "Ya no quiero seguir. Esta bien."

- "¿Por qué?"

- "Porque no importa lo que yo diga, no importa cuán duro trabaje, no puedo hablar con mi familia. ¿Quién me reconoce? Después pensé que finalmente me sentía muy sola."

¿Te preocupan cosas así? Piensa sobre antes. Esta chica... en cuanto pasa un poco de tiempo sin que esté yo a su lado, ella comieza a pensar con normalidad.

Metiéndose en la barca, Saito cogió la mano de Louise.

- "Caray. Yo te reconoceré. Yo lo haré, toda tu existencia, completamente en serio. Por eso, levántate. Vamos."

Después de escuchar eso, Louise se sonrojó y sintió su corazón cada vez mas cálido y alegre.

Pero, pensó para sí misma que no podía tener confianza solamente en las palabras de Saito.

Después de todo, Saito está bien.

Después de todo, sus pechos tenian el mismo tamaño que los de una niña.

Esa chica de pelo negro que escucha a todo lo que dice es mejor, ¿no?

Se sentía sola, porque no podía obtener de sus padres o hermanas, comprensión. Las palabras de Siesta el día anterior tambien tenían razon. "a Saito la señorita Louise no le gusta en absoluto." Esas palabras habian perjudicado gravemente la auto-confianza de Louise y ya no se veía capaz de hacer nada. Louise no reconocía sus propias palabras, ella se impedía a sí misma recordar quien era.

Por lo tanto, Louise murmuraba.

- "¿Qué es lo que vas a reconocer?" No mientas"

- "No es una mentira."

- "Es una mentira. Incluso en este momento la guerra por la que quiere luchar es por el honor de la Princesa. Al igual que Guiche".

- "¿Que... Qué es lo que la Princesa ha..."

Recordando, Louise dijo con voz fría.

- "La besaste, ¿no?"

- "¿Eres idiota? La manera en que pasó... "

- "¿Estas diciendo que la besaste por error? Heee... ¿Cómo es eso?"

Saito estaba lentamente enojándose. En la ira, cogio a Louise por los hombros y la obligó a encararle.

- "¡¿Qué... Qué es lo que pasa?!"

- "¡¿Eres una idiota?!"

- "¡¿Quién es una idiota?!"

- "¡No acabo nunca de decidir porque me gustas, siempre estas de mal humor, niña egoísta! ¿.Tú piensas que sólo porque eres mi ama y yo tu familiar, tienes el derecho de decidir quien me gusta?"

Saito estaba mirando con ojos ardientes a Louise, gritándole. Todo lo que le dije procedía del fondo de mi corazón. ¿Por qué no puedo entender a esta chica?, pensó para sí mismo maldiciendo sus propios impulsos.

- "¿Co... Co... Cómo te atreves a decir eso?"

- "Sí, voy a decir eso tantas veces como sea necesario. ¡Honestamente, no quiero tener ninguna relación con los chicos nobles y sus deberes con las guerras, me gustaría ir a buscar una manera de volver a casa! ¡Quiero ir de regreso al Este de Japón! ¡Es lo que haré!"

- "¡Entonces sigue adelante!"

Louise gritaba. ¿Qué es lo que me pasa?, pensaba. ¿No esta bien gritar tanto? Debo ser mas suave. Yo estoy sintiendo algo en este momento.

Saito siempre hacía lo que queria. Cuando Louise quería hacer algo, él no escucha nada de lo que le decia. A pesar de que era su familiar parecía que él no entendía nada. Él siempre hacía lo contrario que ella quería.

Saito, que estaba gritándole a Louise, estaba respirando con sus hombros subiendo y bajando rápidamente. Probablemente pensando la elección de las palabras que debía reponderle. Idiota. Idiota, idiota. Después de decir eso, alejaría su rostro, pensaba Louise. ¿Me pregunto qué me respondera a mí? Exactamente cómo va a responderme, despues de que le haya dicho "¿Entonces sigue adelante? ¡Sí, entiendo! Voy a regresar, ¿probablemente?"

Sin embargo, la respuesta de Saito voló completamente fuera de las expectativas de Louise.

Por alguna razón el rostro de Saito... enrojeció.

- "¡Me gustas!"

El aire se solidificó. Por un momento, Louise no se dio cuenta de lo que acababa contestarle.

Justo ahora, ¿qué acaba de decir? ¿gustar? ¿como que le gusto, que le gusto? ¿Sobre que esta hablando? (comentario traductora: :) jujuuu a Louise le da algo)

- "¿... Eh?"

- "¡Yo he dicho que me gustas! ¡Siempre que te veo mi corazón comienza a latir rápido! ¿No es lo que la gente llama amor? ¡Es por eso que me gustas! Y es por ello que si quieres proteger el honor de la Princesa iré contigo y tú solo debes seguir adelante e ir en lugar de quedar quejándote aquí!"

- "¿Eh? ¿Eeh?"

- "¡De cualquier forma, ahora mismo no eres linda del todo! ¡¿Qué pasa con esto?! ¿Por que crees que estoy arriesgando mi vida y luchando? ¡Es porque me gustas! ¡Si no, yo solo estaria durmiendo en mi habitación!"

Saito dijo lo que tenía que decir e intentó levantarse, pero notó algo.

Louise impedía que se fuese y le hizo quedar esperando mientras se sonrojaba.

De repente, Saito se sintió un poco arrepentido. "Ah, ¿por qué he terminado diciendo eso ahora? ¡Espera un minuto, me declaré! ¿Por qué? Considerando las circunstancias... ahora no era precisamente el momento de declararme... No debí hacerlo."

Saito cayó postrado en el barco.

Después de que pasó un momento... Louise regresó a sí misma.

Ella estaba confundida, no entendía lo que había sucedido. En cualquier caso, parecía que se le habia declarado. Ella había escuchado de Saito "Me gustas".

"¿Qué debo hacer?" Pensaba.

En el mismo momento en que ella pensaba eso, se dio cuenta de que tenía que decir algo. La cautela se hizo cargo de su mente. La ira y el placer, dos sentimientos opuestos, brotaron. Sin comprender completamente la situación, Louise comenzó a enrojecerse y mirando hacia arriba a la cara de Saito.

- "Si se trata de una mentira, te mataré."

Dijo sólo con una voz débil. ¿Cómo estaria su cara de color rojo en este momento? ¿En qué medida sus mejillas estaban teñidas de rojo? De todos modos, estaban calientes.

- "¡No es una mentira!"

- "No me gustas".

- "Yo sé eso".

- "Porque tú andas de chica en chica por todos lados."

- "Yo no lo haré. No voy a hacerlo a partir de ahora."

- "No es una cuestión de si lo hará o no. En cualquier caso, sólo después de un año de conocerme, usted ha dicho esas palabras con esa confianza. Quizás es simplemente falsa confianza".

- "Gra... Gracias".

Como todo lo que había dicho había sido con una voz, que provenia de las profundidades de su corazón, Saito terminó pensando que Louise era terriblemente linda. Sus pensamientos hasta ahora, eran solamente querer abrazarla y acariciar sus mejillas.

Pero él no podía decir esas cosas. Louise era increíblemente orgullosa después de todo. Y el orgullo de Louise envolvía su corazón, creando una capa muy gruesa como armadura a la que sus verdaderos sentimientos casi nunca podrían llegar.

Saito cogió a Louise por los hombros y la cadera. Y entonces ella lo miró con ojos serios.

En ese momento, las palabras de Kirche resonaron en sus oídos.

- "Probablemente no le deja hacer nada, ¿verdad? Si ese es el caso, sería normal que anduvieses con otras chicas."

Ella pensó "Uu... ¿no deberia dejarle un poco?" y cosas similares. Pero, pensaba que era difícil entrar en ese estado de ánimo. Incluso para algunos es un poco difícil.

Sin embargo, ella no podia permitir que él pensase en las demás o anduviese con otras chicas. Louise decidió reunir un poco de verdadero valor.

- "Hey... Hey, tú sabes. Mmm... "

- "¿Sí?"

- "Como usted le dijo a su maestra que le gusta prácticamente, le juró lealtad, una re... re... recompensa es necesaria, ¿no?"

- "¿Una recompensa?"

- "Es cierto. La princesa siempre me dijo que la lealtad siempre debía ser recompensada".

- "Ya... ya veo... "

Saito era incapaz de decir que era exactamente lo que Louise estaba tratando de hacer. Pero cuando oyó las siguientes palabras de Louise su sangre llegó hasta la cabeza a toda velocidad.

- "So... Solo un lugar, ¿de acuerdo?"

- "¿Qué?"

- "En... En el cuerpo de tu Maestra, sólo un lugar, uno que te guste, es... está bien que lo toques."

Cuando ella dijo eso, no quito las manos de los hombros de Saito, Louise cerró los ojos.

"En... En el cuerpo de tu Maestra, sólo un lugar, uno que te guste, es... está bien que lo toques."Cuando ella dijo eso, no quito las manos de los hombros de Saito, Louise cerró los ojos.

"Voy a morir", pensó Saito.

"Si me dice cosas como esta, es que voy a morir. Pero si, antes de morir, yo, es... estoy con Louise, entonces... Si es esta manera con esta linda ama, yo, entonces... " Su mente cada vez más caótica, abrazó a Louise y de repente la besó en sus labios.

Y Louise.

"Ah..." murmuró un gemido.

Un beso, hm. Así que eso es lo que decidió, eh. Ciertamente, inequívocamente, es sólo un lugar.

Sin embargo, ¿un beso? ¿Es lo más importante? De alguna manera, Louise terminó sintiéndose más y más enamorada de Saito, que optó por un beso en un momento como este.

Sin embargo, parece que, debido a los besos, Saito se excitó demasiado. Parecía haber olvidado la norma de "Sólo un lugar", su mano llegó a la falda de Louise.

Louise se sintió confusa. "Esto es malo, no parece estar tomándome suficientemente en serio."

- "I... Idiota... sólo un lugar... por otra parte, tú, tan de repente... oye, espera, oye, ¿qué te piensas?, oye... idiota... que... tu... un... ese tipo de... Yan... idiota... " (comentario traductora: yan, al igual que otras palabras como ay, ouch... es algo asi como una exclamacion... no tiene traduccion literal)

- "Me gustas".

Murmuró Saito incoherente, y le mordió la oreja. La fuerza de Louise disminuyo y se tumbaron en la barca. Moo, estoy en dificultades amorosas. "Qué es más importante", Se preguntaba ella, Saito iba empujando con una energía sin fin.

- "Que... que, espera, oye... no es bueno, los pechos, los senos no. De ninguna manera, eso no, ahora mismo".

Debido a las manos que se encontraban en la falda y en el hueco de su camisa, Louise estaba lentamente superada por la desesperación.

- "Me gustas. Me gustas mucho. Realmente me gustas."

Al igual que si fuese una espada magica transmitida como una herencia familiar, Saito mantenía la repetición de "me gustas" rápidamente. Como era de esperar de la mágica palabra, robó la voluntad de Louise como si una corriente electrica que estuviese en funcionamiento a través de ella.

- "¿... De verdad te gusto?"

Preguntó involuntariamente de nuevo.

- "Sí".

- "¿De verdad, de verdad?... Ah"

Mientras ella decía eso sus labios se conectaron.

Espera un poco. Incluso si te gusto es malo hacerlo tan pronto. No estoy preparada todavía y también tengo mi orgullo.

Eso es, soy Louise Françoise Le Blanc de La Vallière.

Yo soy la tercera hija de la familia del Duque.

Yo, sabes, no soy tan fácil como las chicas de ciudad.

No hay absolutamente ninguna manera de que me case. Aun casada no haría nada durante al menos tres meses, incluso en ese caso, ¿dónde está este familiar tocando a su ama?. Yo no le debo permitir llegar a tal fin de oh... oh... OOOOH.. por encima de mi. Pensando eso, Louise levantó su puño sobre su cabeza. Con el objetivo de darle en sus partes bajas, golpeándole con su pierna.

Tan pronto como ella lo hizo, sus labios se separaron y le susurró cerca de su oído.

- "Me gustas. Louise, me gustas mucho."

Y con un "Me gustas mucho", se decidió. Louise bajó su puño, pero de pronto perdió su fuerza y sin darse cuenta se abrazó a la espalda de Saito.

- "Ah, ahora no hay manera de salir, ¿qué debo hacer, mamá? yo probablemente estoy en las estrellas por Louise." Murmurando eso, Saito se preguntaba qué cara debería poner en ese momento, al final. Dado que Louise no le empezaba a golpear, abrió sus ojos lentamente y un asombroso escenario se extendió delante de ella.

Los trabajadores del castillo estaban reunidos alrededor, rodeando el estanque.

Con un rostro enfadado, tambien Eleonore estaba allí.

Con una cara pálida como si estuviera a punto de desmayarse, su madre estaba allí.

Y entre todos los que estaban presentes, con la cara mas aterradora de todas, estaba su padre.

En un momento a Louise le recorrio un sudor frío y a continuación empujó separando a Saito lejos.

Con un "Splaaash", Saito cayó en el estanque.

- "¿Qué estás haciendo?" Comenzó Saito a gritar y fue observado por el público en el interior del patio.

El Duque de La Vallière ordenó con una voz llena de dignidad.

- "Hmmm... Encerrad a Louise en la torre. Y de paso, dado que ella no va a salir por lo menos en un año, por favor, cambiad las cadenas por algo fuerte."

- "¡Por supuesto!" Respondió Jerom, el mayordomo.

- "En cuanto a ese tipo. Ese plebeyo. Hmmmm... decapítenlo. El va a estar expuesto un mes, haced una nueva mesa donde poner su cabeza, por favor."

- "¡Por supuesto!" Dijo de acuerdo Jerom, con el mismo tono.

Los sirvientes al mismo tiempo sacaron escobas, azadones, hoces, lanzas o espadas y atacaron. Saito agarró el mango de Derflinger que estaba en su espalda. La runas de su mano izquierda brillaban.

- "¡Compañero! Ha pasado tiempo. Me preguntaba si usted había muerto."

- "¡Lo siento, hablaremos más tarde!"

- "Ya veo."

Saito, sin muchas dificultades saltó a la barca, abrazó a Louise y luego la puso en su hombro.

Y después comenzó a correr.

- "¿Qui... Quién diablos es ese tipo? ¡Es rápido!"

- "¡Parece un elfo!"

Saito corría como el viento a través de los pasillos del castillo.

Cuando uno de los empleados se interpuso, con un "Lo siento", se disculpó y luego con un golpe a su pierna, le obligó a caerse al suelo.

- "¿Que estan todos ustedes haciiiiendo?"

Diciendo eso, el Duque enfurecido, que había sido testigo de como su hija más pequeña se encontraba abrazada en el suelo con un plebeyo, sacó su bastón, pero Saito estaba ya fuera del alcanze de sus hechizos. La gente, que no sabían de la velocidad del movimiento de Gandálfr, estaba completamente abrumada.

Sin embargo... establecieron contacto con los golems que se estaban utilizando para levantar el puente levadizo. La cadena del puente levadizo hizo ruidos mientras era retirada.

Cuando Saito saltó al jardín delantero, donde se encontraba la puerta, pálidecio. Parecia que lo iban a conseguir. Aunque Saito estaba utilizando el poder de Gandálfr, no sería capaz de saltar por encima del gran foso.

Cuando le pareció "¡Hemos sido llevados a un rincón sin salida!", La cadena, que estaba levantando el puente levadizo cambio de color. Influenciada por "Alquimia" la cadena se convirtió en tierra blanda y se derrumbó en el suelo. El puente, que había perdido su apoyo, cayó al suelo.

Saito corrió por el puente.

Al cruzarlo, un carro saltó de la nada. Y sorprendentemente, el transporte no estaba siendo tirado por caballos, sino por un dragón.

Temblando de miedo, Siesta estaba sentada en el asiento del cochero.

- "¡Rápido! ¡Sube rápido, por favor!"

Tras meter en el carruaje a Louise, Saito saltó sobre él también.

- "¿Que... Por qué un dragón?"

- "¡No lo sé! Pero, si hubiese caballos, ¿no podrian correr ellos? Ummmm, eso, ¡la Señorita Cattleya me dijo que todo estaria bien! ¡Kyaa! ¡Kyaa, kyaa! De todos modos, los dragones me dan miedo! ¡Sus rostros me dan miedo!" gritando eso, Siesta parecía haber tenido un accidente cerebrovascular porque se comportaba como si tuviese un ligero aturdimiento.

- "Vamos a cambiar", dijo Saito, cogiendo las riendas que tenía Siesta y sentandose en el asiento del cochero. Siesta sonrió y se apoyó en Saito. En el asiento de detrás Louise estaba tranquila, aunque vio esa escena, parecía soportarlo. Recordando las palabras de Saito. "Me gustas", el habia dicho. ¿Cuántas veces tenia que decírselo...?

Bueno, voy a permitirlo. Eso no importa, ademas un noble teniendo sentimientos de celos hacia un plebeyo es extraño. Ella sonrió y guardó su compostura, como si no atendiese. Siesta se giro rápidamente hacia Louise.

- "Um, por favor, perdone mi descortecia. Señorita... "

- "¿Hmmmm?"

- "Parece que cuando estuve borracha te dije algunas cosas improcedentes... Es una mala costumbre. Parece que cada vez que yo, eh, cada vez que me emborracho mi comportamiento es diferente de lo habitual. La verdad".

Siesta intentaba excusarse por su maleducado comportamiento.

- "Bueno, está bien. De ahora en adelante trata de mantenerte sobria", respondió Louise con la compostura de una mujer que ha ganado en el amor.

- "¡Muchas gracias!"

Dijo Siesta apartando su cabeza de Louise. Después ella se arrimó a Saito.

Aaah, están demasiado cerca. Sin embargo, antes nosotros estuvimos mas cerca, debe estar bien por ahora. Sólo un poco. Es caridad. Pensó Louise.

- "... Sin embargo, Saito-san, es un caballero."

- "¿Hmmmm? ¿Lo soy?"

- "¡Eso es! Porque aunque yo estoy tan cerca de usted... usted no está haciendo nada."

- "Eso... Eso es, por supuesto que yo no hago nada".

Louise sonrió. Bueno, por supuesto, eso es porque no tienes el encanto que todos ven en mi. Aunque usted me dijo que estoy plana como una tabla. Es extraño. La tabla venció. Y, ademas, perder ante una sirvienta sería estúpido.

- "Bueno, dicho esto, Iya, el botón de mi camisa se descosió".

Louise levantó la ceja.

- "¿Eh? Bueno, eso es probablemente porque te mueves mucho. Jaajaa".

- "Bueno, por eso siempre le digo que... "

Siesta bajó la voz, y acercó su cara a la oreja de Saito. Sin embargo, alcanzó los oídos de Louise muy claramente. De todos modos, esta era la manera que tenía Siesta de pincharla.

- "¿Qué... Qué?"

- "Si quieres ver, sólo dilo. No voy a ocultar nada. No hay necesidad de refrenarse"

¡Aaaah, Siesta! Qué cosas dices.

Desde el asiento de atrás, podia oirse el aire agitándose. O más bien no era el aire el que se estaba agitando, era Louise.

- "Ya veo".

- "¿Ya ves?"

- "Mi familiar fue el causante de que el botón de la sirvienta se descosiese, ¿no?"

- "Su familiar descosió el botón porque notó que estaba sufriendo."

- "Guarda las excusas."

- "Pero si no es una excusa."

- "¡Señorita! ¡No había otra forma! ¡Saito-san se preocupó! ¡Estaba preocupado, porque le gusto!"

¡Aah, Siesta, no eches aceite en lugar de agua a un fuego ardiendo!

Saito empezó a negarlo a pesar de que sabía que era inútil.

- "No hice tal cosa."

- "Dices eso, pero tambien te estuviste viendo con hermana mayor."

- "Sólo un poco."

- "Después de todo mereces un trato peor que el de un perro".

Veía que ya era inútil la cortesía. Ahora, el ambiente en el que se encontraba era obvio que significaba que no podría hacer ninguna objeción. Saito estaba muy cansado porque había utilizado gran parte del poder de Gandálfr. Se podría decir que Saito sabía perfectamente que no podría hacer ninguna objeción pasase lo que pasase.

Saito fue tirado en el carruaje.

- "¡Señorita! ¡Cálmese! ¡Señorita Vallière!"

- "Esta bien. Llegaremos pronto. ¿Cómo debo decir esto... esto es definitivamente el destino. Eso es lo que creo."

Saito sonrió y desapareció dentro.

Rodando Saito por suelo. Louise llegó junto a él.

- "En primer lugar, todo lo que tú y yo dijimos anteriormente en esa barca fue un error."

- "Sí. Comprendo."

- "Por lo acontecido hoy, creo que un freno es necesario. ¿Y tú?"

- "Diciéndome solo es eso, estoy agradecido".

Sin embargo, el freno nunca llegó.

Los gritos de Saito podían ser escuchados durante un largo tiempo en el territorio de la familia Vallière.

Ella estaba mirando el carruaje que estaba desapareciendo en la distancia, Cattleya sonrió. De repente comenzó a toser violentamente. Había agotado su fuerza física con la "Alquimia" del hechizo que utilizó antes.

En su campo de visión ella podía ver el puente levadizo a lo lejos. Pero como utilizo el conjuro desde una gran distancia, tambien uso un poco de su Fuerza de Voluntad.

En el interior de la habitación había un zorzal cantando.

Era el pequeño pájaro herido que había recogido y curado hacía poco tiempo. Ella miró el pajarillo en el interior de la jaula por un tiempo y luego Cattleya sonrió.

Ella abrió la jaula y puso la mano dentro. El zorzal saltó en su mano. Después de sacarlo, retiró las vendas.

Ella estiró su mano a través de la ventana. El tordo miró a Cattleya a la cara y inclinó la cabeza hacia un lado dudando. Como si se estuviese preguntando si sería capaz.

- "Esta bien. Ahora ya esta bien."

El zorzal miró al cielo. Y luego batió sus alas.

Cattleya miró el tordo volando hacia el cielo.

En silencio, durante mucho tiempo, Cattleya se quedó mirandolo.


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