Maru-MA Volumen 04 Capítulo 2

From Baka-Tsuki
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Para los mazoku, el decimosexto cumpleaños es un día complicado que produce tanto orgullo como temor.

Antes de ser considerado un adulto, debes pararte frente a un montón de gente importante y contestar detalladas preguntas y demandas como ceremonia. Algunos niños, no estando preparados emocionalmente, no son ni siquiera capaces de completar la ceremonia. Haber nacido en una de las diez familias nobles significa que el examen será mucho mas minucioso. Se puede sufrir el acoso por horas... No hay nadie que pueda decir que no cometió un error durante la ceremonia de transición.     Así que no importa cuantos años pasen, nadie puede olvidar esa terrible ocasión. Todos tienen recuerdos de ese día que son tan vergonzosos que, hasta el día en que mueran, sus rostros se pondrán tan rojos que podrían prenderse fuego de solo de recordarlo.

Es una historia de hace mucho tiempo, pero von Karbelnikoff Anissina también sufrió dicha “desgracia”.

—Ese momento fue bastante desagradable.

Ella voltea tan rápidamente que su llameante cabello rojo hace un chasquido como si hubiera golpeado algo. Sus ojos celeste claro que ligeramente observan hacia arriba brillan con curiosidad y seguridad.

—Tres de los testigos se echaron a llorar.

Sintiendo un escalofrío como un ratón que está siendo observado por un gato, von Voltaire Gwendal grita: —¡¿Qué?! ¡¿Qué hiciste?! —aunque solo en su mente al parecer.

—No importa cuan conmovedora fuera mi declaración de devoción y servicio a mi país, solo eran las ideas aniñadas de una pequeña. Tomarlas tan en serio...

—¿Qué les dijiste?

—Mis planes para reorganizar la burocracia central y también sobre mi invención del momento, la maquina picadora de cerdo accionada a maryoku.

—...Oh, esa...

Desde esa época que ambos eran la magicalista loca y el conejillo de indias. La picadora de carne era, sin duda alguna, algo impresionante. Ver las enormes cuchillas accionadas por maryoku girar y cortar un cerdo entero era algo inolvidable, incluso si quisieras olvidarlo. Pero un día, su hermano mayor había estado buscando a su mascota gallo y miró dentro... El resto de la historia es demasiado aterradora para contarla.

—Eso debe haberlos hecho llorar de miedo...

Comparado con eso, la horrible magia de Yuuri que vio el otro día parecía linda.

—Que grosero. Se supone que debían reírse.

La mujer, cuyo indeseado apodo era La Cazadora Roja[1], manipula el control en su mano con gran destreza. El conejillo de indias, con sus manos dentro de la maquina en el escritorio, abre los ojos bien grandes en una expresión impropia de él mientras apenas se mantiene sentado levemente sobre la silla. Su boca forma un casi grito, apenas logra contener la voz. Fuegos artificiales de color purpura saltan de sus dedos abiertos tanto como pueden estar abiertos. Son chispas de maryoku que salen volando, forzadas.

—A-Anissina. Quiero sacar ahora los dedos de esto.

—No hasta que termine el tejido.

Al otro lado de las manos de Lord von Voltaire está instalado un pequeño telar. El pequeño carril amarillo que ha sido pinchado encima se teje en forma de una cinta amarilla. Está en modo tejido, pero solo con un cambio de cabezal puede cambiarse rápidamente a modo tela. Es una trama complicada, pero se forma de alguna manera gracias al misterioso mecanismo dentro de la maquina.


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—¡A-a-apágalo! ¡Tan solo detén al Sr. Tejedor Rápido por un momento!

—Que holgazán. Es por esto que la gente dice que los hombres mazokus se han vuelto débiles últimamente.

Ella es la que ha estado diciendo eso. La amiga de la infancia y profesora de tejido de Lord von Voltaire, la mujer que ha escrito en su diario mil veces que dedicará su vida al progreso de Shin Makoku, la magicalista loca, ha puesto su pasatiempos en buen uso investigando el maryoku para simplificar la vida de los mazokus a través de experimentos diarios como este. 

A primera vista parece pequeña, menuda y tal vez una belleza con un carácter un poquito fuerte, pero es una de las tres grandes brujas de Shin Makoku, su poder está a la par de Lady Cherie.

—Y una mierda... Tal vez una de las tres grandes pesadillas de Shin Makoku...

—¿Has dicho algo?

Sacando el producto del Sr. Tejedor Rápido examina la tela de cerca. El tejido y la consistencia es perfecta, pero parece carecer de refinamiento.

—Mm, como lo esperaba, si no se siente que ha pasado por las manos de una persona, simplemente carece ese toque efímero. Parece que esto es...

—...vas a decir que es un fracaso, ¿verdad?

—Oh, has adivinado.

Por supuesto. Hace casi ciento cincuenta años que siguen haciendo lo mismo. Gwendal colapsa sobre el escritorio balbuceando. ¿Por que sigue haciendo esas maquinas innecesarias? Aun as, esa picadora de carne era impresionante. Era una obra maestra en todo sentido de la palabra.

—¿De que te quejas Gwendal? Es porque solo tejes cerdos blancos y osos y cosas como esas que no eres capaz de hacer algo épico y solo has logrado algo como esto. El factor decisivo para el tejido es la pasión y el espíritu de lucha. ¡Te hace falta mas disciplina!

Lo que mas desea él antes que nada es que nadie lo vea así. En la actualidad, se está convenciendo a si mismo de que nadie lo sabe.

Todos lo saben.





Los packs de turismo son esos en los que las compañías se hacen cargo de todo y son super convenientes. Desde los boletos para el transporte, hasta las reservas para las habitaciones, la compañía se encarga de todo. A veces, incluso los souvenirs están incluidos. En los especiales de dos horas de la TV siempre se habla de alguien que fue asesinado en uno de esos viajes, pero en realidad no son tan peligrosos. Si hubiera algo malo, seria quedar atrapado con turistas molestos que no te puedes sacar de encima todo el día.

Mas o menos como ahora. Poniendo los codos sobre la barandilla miramos hacia la costa que hace mucho ha desaparecido sobre el horizonte.

Los cuatro.

—¿...Por que somos cuatro?

Nuestra reserva original era para dos.

Como él definitivamente se hubiera negado, dejé una nota para mi tutor sobre protector en el idioma que acabo de aprender diciendo que “me voy a rehabili”. Pero eso no estaba bien. Primero que nada, él no hubiera entendido que es rehabili[2]. Así que pensé en escribir “me voy del castillo”, pero no me acordaba como escribir la palabra castillo. Al final me di cuenta de que el castillo seria como mi hogar. Así que la nota terminó siendo:

”Me voy de casa”.

¿...No suena eso como si estuviera huyendo? No, debería ser capaz de entenderlo. Solo espero haber estructurado bien la frase...

Nuestro destino es una región temporalmente neutral así que no hay problema si nos reconocen como mazokus. Pero aun así, los ojos y el cabello negro resaltan demasiado asi que tengo un pequeño disfraz: anteojos de sol redondos que solo ves en los malos de video juegos y un sombrero tejido rosa que encaja bien con el clima frio. Combinados con este bastón —Garganta N°1— me veo como un viejo sospechoso.

Finalizadas las preparaciones, arrastre mi enorme valija al punto designado de encuentro. Esperándome allí en ropas ligeras estaba el segundo hijo, un viajero ya aclimatado. Pero...

—¡Yuuri, llegas tarde!

—¿...Eh?

También parado allí estaba el tercer hijo de los tres hermanos que no se parecen en nada. Si mantiene la boca cerrada es un chico lindo sin rival, pero en realidad es solo un mocoso caprichoso que se ve aun mas intimidante gracias a la belleza heredada de su madre.

—¡Soy tu prometido, así que es mi deber supervisarte en tus viajes para que no te involucres en ninguna clase de amorío! ¡Especialmente porque eres un ligón, un infiel y un novato!

Von Bielefeld Wolfram, los ligones e infieles se convierten en ligones e infieles gracias a su verdadera naturaleza... Pero como no tengo ganas de explicárselo, solo digo:

—...No me llames novato.

—Me disculpo por haber permitido que hiciera lo que quisiera —dice Conrad con la vista hacia la brisa del océano, no parece tener remordimientos en lo mas mínimo. Aquí me están estrangulando, ¡oye, no te estás divirtiendo con esto, ¿verdad?! Quisiera saber.

—De todas maneras, me ha impresionado mas el plan de Su Majestad. Escondiendo escandalosamente una chica en su maleta. Impresionate.

—Pensé que lo había planeado perfectamente...

La cuarta persona estaba dentro de mi enorme maleta y fue arrastrada hasta aquí. Así de pequeña es.

Cuando miró adentro Conrad no se enojó, sino que parecía que se iba a echar a reír.

—¡Pero bueno, si no será esta la asesina!

Mientras que casi siempre es capaz de predecir mis acciones, encogerse de hombros y decir: “sabía que pasaría esto”, parece que está vez de verdad lo tomé por sorpresa. Mientras sacaba a la asesina fuera de mi valija sus hombros se sacudían levemente.

—¡Increíble! ¿Qué le ha dicho a los guardias?

—Que quería tener una charla privada de padre a hija.

—Eso seria reconocerla.

Le sigo diciendo que no es verdad.

Incluso yo se que es de locos traer a la persona que intento matarte a la rehabilitación. Pero tan solo tiene diez años y si la dejo en el castillo no se que le haría Günter enfurecido. Él es hermoso y sabio, pero cuando se trata de mí pierde la cabeza. Solo puedo pensar que le da de repente alguna clase de ataque por enfermedad, o que es poseído por el espíritu de algún animal.

—¿Acaso eres idiota? —pregunta Wolfram—. ¿En que mundo existe alguien capaz de traer de vacaciones a la persona que intento matarlo?

—Hay una persona en este planeta. Perdón por ser estúpido. Pero nadie ha conseguido que diga por que intentó matarme, o de donde sacó la insignia, ¿sabes? ¿Serias capaz de soportar no saber por que una niña de primaria intentó matarte? Yo no. Quiero preguntárselo. Pero aun no logro que me diga su nombre.

Si miro hacia mi lado y hacia abajo, allí hay algo de cabello rojizo enrulado. Las pequeñas ondas lucen similares a la permanente que tenia mi madre hace unos años. Ese look fue super popular durante un tiempo, pero habiendo siempre un mocoso beisbolista siempre tenia hambre, cada vez que lo veía pensaba en los fideos ondulados y tenia gana de comer un ramen instantáneo.

—Oye, ¿cual es tu nombre? Si no quieres decirme tu apellido, solo con tu nombre está bien.

Ella se agarra del barandal mientras la briza fría del océano torna sus mejillas rojas. Observa algo en el cielo mientras sus masculinas cejas y pestañas tiemblan. Aunque no la he visto a los ojos o la haya escuchado hablar, me da la sensación de que intenta mantener a la gente a distancia y que odia a todos en el mundo así que dudo si hablarle.

Aun asi, me obligo a seguir preguntando.

¿Quién eres? ¿Mi qué? ¿Por qué intentaste matarme?

—Oye, si no me dices tu nombre voy a inventarme algo. Algo como Fideos Instantáneos o Maruchan. Ah, pero no me refiero a Martinez que solía estar en los Seibu[3].

—Parece que ahora no es el momento.

Conrad pone su mano en la frente de la niña mientras se para detrás de ella. Por un momento me pongo celoso de lo fácil y naturalmente ha logrado tocarla de esa manera.

—Tiene fiebre. Probablemente porque ha estado afuera en el viento por demasiado tiempo.

—¡¿Fiebre?! ¡¿Entonces no se va a poder meter en las termas?!

El destino del barco es Schildkraut, que se encuentra separado de Shin Makoku por el océano y es el puerto de Hildyard. Basado en la impresión que me dio cuando pasamos por ahí para buscar la maken, parece una ciudad comercial libre y neutral. Hay mucha gente comerciante que no parece tener hostilidad hacia nosotros los mazokus.   Parece que han superado la discriminación o el prejuicio gracias a sus increíbles espíritus comerciantes.

Un poco hacia dentro de Schildkraut está el destino turístico mas famoso del mundo. Reuniendo todos los placeres conocidos para el hombre, es una ciudad que ha llevado el lujo al limite. Es un parque de diversiones para los placeres de adultos como el juego, las drogas y el sexo. Aunque parece que no hay ningún ratón de tamaño humano que baila. La imagen que tengo en mente es una Las Vegas iluminada con luces de neón. Si, una ciudad como Las Vegas donde se junta gente de todo el mundo para divertirse peligrosamente, a disfrutar borrachos de los espectáculos y donde la noche nunca termina...

—No vamos ahí —dice Conrad.

...y la ciudad adyacente con aguas termales que tienen la reputación de curar cualquier malestar.

Si te bañas en la abundante agua que fluye allí por un día vivirás tres días mas, dos días y vivirás seis años mas, tres días y vivirás hasta que mueras. Los cálculos son un tanto extraños.

—El agua realmente funciona. Me dijeron que mi padre se recupero de heridas muy serias de muerte luego de beber el agua de las termas. Yo mismo he curado el dolor de los tendones de la mano con la cual manejo la espada luego de dos semanas allí. Para fortalecer un tobillo luego de un esguince, diez días deberían ser suficientes para hacerlo mas fuerte que antes.

—Ooh, me gusta como suena eso, mas fuerte que antes. Entonces si me hundo hasta los hombros tal vez obtenga los brazos Rocket[4]. Y si me sumerjo, ¿tal vez incremente mi IQ?

Como siempre, Conrad me dice con calma que estoy bien como soy. Y eso viene de un tipo que hace bromas de muerte literal.

—De todos modos, como Schildkraut está a dos días de viaje, pasemos el tiempo en nuestro camarote. Especialmente ahora que tenemos una niña con fiebre y un adulto que se marea como siempre.

Hablando del diablo... Me doy la vuelta y ahí está Wolfram, vomitando con lagrimas en los ojos...





Cuando recibes una carta de una persona importante para ti, tan solo romper el sello hace tu corazón latir. Entonces, si es la primer composición de una persona que no ha sido capaz de escribir hasta ahora, no serias capaz de leerlo sin lagrimas en los ojos.

Cuando von Christ Günter descubre el pequeño pedazo amarillo de papel sobre su escritorio en la oficina desierta del Maou hace un pequeño baile.

—¡Que Su Majestad haya dejado una carta para mi en el idioma mazoku que acaba de aprender!

Tan conmovido que incluso tiene “lagrimas” saliendo de su nariz, el tutor estudia el pedazo de papel.

Una sola frase está escrita con grandes y gruesas letras extrañas.

—¡Oh, pero que trazos cargados de fuerza y confianza! Como era de esperarse de la caligrafía del defensor de los mazokus. Me enorgullece encargarme de sus estudios.

Si lo miras bien, el tamaño y la linea no están balanceados, y no hay ninguna clase de sentido en la disposición. Es la nota de un completo principiante. Incluso si comparas cada símbolo con los jeroglíficos de Nazca, apenas los puedes reconocer como letras. Aun así, el amor parece tener alguna clase de poder que convierte a un hombre sabio en un tonto.

—Ahora, aunque estoy solo, leeré esta cordial composición en voz alta.

”Me voy de casa”.

Yuuri estaba inseguro sobre si el idioma hablado y el escrito serian diferentes, así que escribió en el orden de sujeto-verbo-objeto que aprendió en la clase de ingles de secundaria baja. Si se tomaran algunas libertades artísticas podría significar “Salgo de casa”.

—¿Mi... Vi... De... Mon...?

Sus finos y blancos dedos tiemblan tanto que el papel se arruga.

—¿...Mong? Me, de... Fui de monj... ¿de monje? ¡¿...Monje?!

Academicamente traducido, se lee así: “Me fui de monje. No me busquen[5]”.

Normalmente en Japón cuando dices que te harás monje significa algo dentro de la linea del budismo, pero para los mazokus significa entregar tu vida junto a una plegaria para quedar al cuidado del espíritu de Shinou. Es igual a decir que tomas los hábitos como sacerdote.

—¡¿Por que Su Majestad quiere convertirse en monje?” ¡¿No está satisfecho conmigo?!

Nadie se convertiría en monje por una razón como esa. Pero para Günter, que ha perdido la capacidad de pensar, decirle eso seria como recitarle la constitución de Shin Makoku a un caballo[6].

Un soldado se apresura sobre el piso ópalo de la oficina, sin siquiera detenerse a tocar la puerta luego de pasar por el pasillo.

—¡Tengo un anuncio!

—¡¿Es sobre convertirse en monje?!

Al encontrarse con una imagen tan fantasmal, mas allá de si era de una edad en la cual aun podría considerarse joven, el mensajero dio unos pasos atrás.

—¿Eh? N-no. No tengo tan buenas noticias. Creemos que el perpetrador del alto crimen de intento de asesinato del rey ha escapado. Y, bueno... De acuerdo a lo que he escuchado, parece que Su Majestad mismo ha dejado ir al criminal para tener una charla privada con su hija...

—¡Ahora entiendo todo!

No se puede saber que les pasa por la cabeza a los diez nobles. El soldado de mediana edad que trajo las noticias lentamente se aleja de Günter, que está respirando salvajemente por sus fosas nasales. ¿Como es que comprende todo con tan poca información? Al que sirvió antes era igual también. Definitivamente han nacido en las diez familias nobles, pero todo lo que hacían era inventar cosas bizarras. Desde su punto de vista, era alucinante el porque dedicaban tanto tiempo fabricando esas maquinas complicadas.

Después de todo, incluso si fabricas una picadora de carne activada a maryoku, prácticamente no hay platos en la cocina de Shin Makoku que usen carne picada.

Ese es el por que de que los ciudadanos normales no comprendan la linea de pensamiento de los nobles.

—Su Majestad es tan amable. ¡Aunque sabe que no es su hija, fue incapaz de no intentar salvarla del camino del mal!

—S-see...

—En orden de curar el retorcido corazón de una niña pequeña, recurrir al poder de la fe seguramente seria efectivo. No esperaba nada menos del hombre que admiro. Cada uno de sus pensamientos es de buen juicio. ¡Pero Su Majestad, eso no significa que usted también deba convertirse en monje! ¡A veces el amor que es demasiado fuerte se convierte en auto sacrificio! Aunque es una de sus cualidades encantadoras, ¡es un desperdicio que derroche toda esa belleza e inteligencia en un solo niño!

El único espectador se pone incomodo, pensando si está recitando alguna clase de libreto.

—Tengo que hacer algo...

—¿Que quiere decir cuando dice “hacer algo”?

—¡Tengo que traer de vuelta a Su Majestad” Primero necesito descubrir a que templo se fue. Por supuesto, ya que Su Majestad es tan severo consigo mismo, debe haber elegido el camino mas difícil. Y luego, de ser necesario, también me uniré a la hermandad para salvarlo... ¡Tu el de allí!

Siendo apuntado por una belleza, el soldado se para bien derecho por reflejo.

—¡¿Q-Qué?!

—¿Quieres convertirte en un monje conmigo?

Parece que se sentiría solo de hacerlo por su cuenta.




Me despierta el sonido de un gemido.

Me asusta la idea de que debería hacer si es una chica empapada llorando en el rincón de la habitacion, o una horda de soldados caídos observándome, pero la persona que gime es la Niña Asesina porque le ha subido la fiebre.

Conrad se ha ido a la enfermería del barco a buscar algo de medicina para niños, y yo me quede con la niña que padece en la pequeña cabina. Como hemos pedido por un viaje donde no debamos preocuparnos por llamar la atención, la cabina es bien simple comparada a suite anterior en el crucero de lujo. Como hemos convertido una habitacion doble en una para cuatro, ahora parece algo así como un hostel. Wolfram duerme sonoramente en la cama contigua. Como es eso de que el angelical chico lindo ronca con un sonido como “Gugupi gugupi”.

El sudor que aparece en la frente de la niña brilla a la tenue luz de la pequeña lampara. El vaivén de las olas negras se siente al otro lado de la claraboya redonda. Siento las vibraciones cada minuto con mas fuerza que las vibraciones de un celular. Si un pulpo gigante tiene su madriguera cerca del suelo marino, parece que el barco también sentirá sus efectos.

La niña que aun no me ha dicho su nombre se da vuelta en sueños y me da la espalda. Su brazo tostado está destapado. Tomo el mango de Garganta N°1 con la intención de arreglar sus sabanas.

Cuando me dio gripe, apenas fui capaz de llegar al baño durante tres días. Incluso era doloroso comer y beber. Solo podía tragar el puré de mi madre o helado.

—...Algo de helado seria genial, ¿verdad? Mas que eso... Seria genial que su madre estuviera aquí.

Como el esposo y la esposa toman iguales roles para educar a los niños, supongo que un padre también está bien.

—Oye, ¿de donde eres? ¿A que casa de que país debería llevarte de vuelta?

—...asa.

Creo que es un balbuceo sin sentido.

—¿Mm?

Aun dándome la espalda, la niña repite lo que dijo con voz ronca.

—No puedo volver a casa.

—¿Por qué? ¿Tiene que ver con dinero? Si necesitas un boleto de tren o... Ah, aquí no hay trenes, ¿no? Pero tus padres seguro están preocupados, así que también podría llevarte yo miso a tu casa. ¿Sabes tu dirección? Oh, cierto, ¿cual es tu nombre?

Ofrecerte a pagar los gastos de transporte de la persona que intentó matarte... De verdad soy extraño. La niña se calla de nuevo, y debido a su fiebre, se encoge en posición fetal como si tuviera frio.

Dándome por vencido, me acerco a agarrar la sabana y cubrir su brazo expuesto. Sobre su hombro color oliva hay una escritura negra. Tener un tatuaje a los diez años es muy pronto.

—I...zu...ra. ¿Es un nombre? ¿O es una palabra de aliento o algo así? Izura... Suena como un nombre de mujer. Entones te llamaré Izura.



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—¡No! ¡Izura es el nombre de mi madre!

—¿Entonces cual es el tuyo?

—Greta —dice sin rodeos. No hay ningún “my name is”, o “gusto en conocer”, o “seamos amigos”, o nada.

Ah bueno, por ahora solo hagamos las presentaciones.

—Greta, yo soy Yuuri. Shibuya Yuuri Harajuku...

Comencé a decirlo por costumbre y paré. Aquí no hay kanjis y ningún Harajuku. Esta presentación ya no me va a servir nunca mas. Probablemente nunca tenga la oportunidad de usarla de nuevo.

—No, no hagas caso, solo Yuuri está bien. Y, ¿puedes decirme tu dirección? ¿Dónde vives? ¿Un lugar frio? ¿Una ciudad? Si tienes frio te conseguiré otra manta...

Sin ninguna intención en particular toco su cabello. Creo que iba a palmear su cabeza. No pensé en nada en realidad.

Greta grita. Es tan fuerte que no pensarías que está enferma.

—¡Ay, perdón!

—¡No me toques, no me toques! ¡Auxilio! ¡Alguien ayúdeme!

Girando su cuerpo para alejarse de mi se cae bruscamente de la cama.

—¡Espera, espera! No voy a hacer nada. No voy a a hacer nada, ¿ok?

—¡¿Yuuri, qué?! ¡¿Qué le haches a la ninia?!

Con los ojos a medio abrir Wolfram se levanta. Tiene problemas para articular.

—¡Bruto infiel y sinvergüenza! ¡¿Incluso le pones la man encima a una niña?! Y para colmo en frente de mi, tu prometido. ¡¿No e digas que la razón por la que me estuviste rechazando es porque tienes esa clase de preferencias?!

—¡¿In-infiel?! ¡Espera, no le he puesto las manos encima a nadie! E ignorando tu género, ¡¿que quiere decir eso de “preferencias”?! ¡¿Qué clase de preferencias?!

¿Sospechas que Yuuri Shibuya tiene un complejo de lolita[7]? Ni siquiera es gracioso. No tengo esos intereses. Si tengo que elegir lo uno o lo otro, me gustan las chicas mas grandes.

—Si me gustaran las niñas pequeñas, entonces no me hubiera calentado tu ma- ¡Ah, momento!

Alguien golpea la puerta. La cerré con llave por si acaso. Entornando la puerta veo fuera un miembro de la tripulación uniformado.

—¿Qué pasa?

—Estaba de patrulla por las cabinas de los pasajeros y escuche el grito de un niño pequeño de su cabina.

Rayos. Las tres cabinas a ambos lados probablemente también lo escucharon. Recuperemos la calma.

—Oh, no es nada en realidad. Solo estábamos teniendo una pequeña discusión. Nada por lo cual molestar al personal.

—Haciendo uso de su forturna, ¿está planeando educar a la mujer perfecta desde una edad temprana para ser su esposa?

—¿P-planeando?

Oye, ¿no es ese el cuento de Genji? Para mi total asombro, este joven uniformado justiciero continua echándome acusándome enojado.

—Y ahora que no quiere hacerle casi, ¿está tratando de controlarla con violencia? Golpeándola con un bastón.

—¡¿Ah?! ¡Oh, este es Garganta N°1! No le pegue con él... Em, ¿me están confundiendo por un abusador, un marido golpeador o algo?

—Oye, tu el humano de ahí, basta. Yuuri es mi prometido. Que una niña mugrosa... bleg.

—¡Ah, Wolf, no vomites en la cama! ¡No te subas si vomitas, no vomites si te subes!

—Oh, entonces no está comprometido con la niña, ¿sino con esa persona de allí? Y tiene nauseas matutinas[8], ¿entonces cual es su relación con la niña?

—¡Es mi hija ilegitima! ¿Estás satisfecho? ¡Thank you, bye bye, hiciste un excelente trabajo!

Le cierro la puerta en la cara, que tenia una expresión confundida. Esta gente que se mete en los amoríos de otros... Esperen, no, no es un amorío. Mantén las narices fuera de los asuntos de otros.

La niña murmura algo una y otra vez agachada en el espacio entre la cama y la pared. Se cubre las orejas con los puños presionando la frente contra el piso.

—No puedo confiar... No puedo confiar en nadie... En nadie.

—¿Hablas de mi, mm?

Pero claro. Vino a matarme con una daga. Probablemente, no, definitivamente me odia. Si no, una niña de diez años no intentaría matar a alguien.

—¿Que piensas que voy a hacerte?

Al parecer tengo una expresión lastimera mientras observo a la niña temblar. Habiendo controlado sus nauseas al parecer, Wolfram se levanta para pararse detrás de mi con pasos seguros.

—Te lo dije, ¿no es asi?

—¿Qué?

—Que aunque trajeras a alguien que te atacó al viaje para intentar que se llevaran bien...

Aunque esos risos que me recuerdan al ramen están a unos centímetros de distancia, mis dedos se detienen en el aire.

—...solo saldrías lastimado.

—No me dijiste eso tan amablemente.

—Te lo dije, que eras un idiota. Como sea. No actúes tan inseguro. ¿Acaso eso no solo te restringirá?

Estirando mi espalda lentamente divido el peso entre mis tres piernas.

—Pero no podía soportarlo. No soportaba no saber porque alguien intentó matarme.

—Bueno, al menos descubriste su nombre.

Es verdad. Ya no la tengo que llamar asesina o hitman. Me ha dicho su nombre y el de su madre.

—Greta, si no vuelves a tu cama y entras en calor tu fiebre no va a bajar más. Vamos, levantate y entra a la cama. Si terminas atrapando una gripe no serás capas de entrar a las termas, ¿verdad?

Decidiendo que no seré el que inicie el contacto de nuevo, simplemente extiendo mi mano y espero. Si se levanta por su cuenta está bien, y si toma mi mano para ayudarse, eso también está bien. Sin mirarme a los ojos, Greta toma mi mano con exasperate lentitud. Sumando el peso de otra persona mi tobillo derecho comienza a doler, pero continuo sosteniendo su mano hasta que entra a la cama. Le digo que: está bien, los resfriados sanan pronto. Solo ha sido por un momento, pero me ataca la sensación de decaimiento que me daba la fiebre cuando era niño. Oleadas cálidas recorren mi brazo hasta mi hombro e irrumpen dispersándose por mi médula. El irritante dolor ante el cual no puedo hacer nada desaparece de repente de mi cuerpo.

—...uh...

Antes de que pueda pensar sobre que acaba de pasar, hay más golpes en la puerta.

Es Conrad con medicina para la fiebre y hielo.



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Referencias

  1. Matagi Roja en el original. Los Matagui eran un grupo de cazadores invernales tradicional de Tohoku, una región al norte de Japón.
  2. Recuerden que Yuuri y Conrart están usando un derivado del inglés. Ambos usan mucho inglés, especialmente Yuuri, pero como no hay indicadores en estos capítulos de cuando lo hacen no puedo adaptarlo. Si llega a ser evidente, voy a dejar los términos en su inglés original.
  3. Maruchan es una marca de ramen. Martinez en japonés es Marutinesu, y este jugador era algo gordito, como maru significa redondo lo apodaron maruchan. Esta es su trading card: http://www.tradingcarddb.com/ViewCard.cfm/sid/9979/cid/428883/1998-Calbee-033-Domingo-Martinez
  4. Referencia al Rocket Punch de Mazinger Z y miles de otros animes que usan ese ataque.
  5. La broma original es mas simple en japonés, pero no quedó tan mal. El resto que se lee como “no me busquen” es clásico en las cartas de la gente que se va de casa.
  6. El dicho original japones al que hace referencia es recitarle mandamientos budistas a un caballo.
  7. El complejo de lolita japonés es sobre el gusto por la niñas pequeñas o los personajes o personas que parecen jóvenes y de una edad poco desarrollada. Es la segunda vez que lo acusan de esto, la anterior fue con Beatrice.
  8. El japonés no tiene generos en el idioma, intenté dejar la frase lo mas neutra posible, pero creo que el hombre malentendió que Wolfram es una mujer embarazada.Pasó exactamente lo mismo con el genero de Greta antes, es complicado mantener un sujeto tácito o tener que atribuirle un genero cuando en realidad nunca se puede saber en japones si se habla de hombre o mujer a menos que se aclare.