Maru-MA Volumen 04 Capítulo 1

From Baka-Tsuki
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¿Me ahogué? ¡¿Es por eso que es tan difícil respirar?!

—Uh… Bando, Eiji… bastardos…

—Por favor despierte, Su Majestad.

Aunque es temprano por la mañana, Lord Weller me observa de cerca viéndose tan esplendido como siempre, sin los ojos hinchados o el cabello revuelto.

—No me llames Su Majestad, fuiste tú quien me puso el nombre[1].

—Lo siento, es la costumbre. Pero el ave despertador ya ha cantado tres veces.

—¡¿En serio?!

Según mi G-Shock, que sigue marcando la hora diligentemente, son las ocho en punto de la mañana. Por cierto, hoy es treinta de Noviembre, y es el primer mes del invierno en este mundo. Al parecer un día aquí también tiene veinticuatro horas, y tampoco parece haber mucha diferencia en sus relojes. Eso significa que el tamaño y la rotación de este planeta es más o menos el mismo que la Tierra… Uf, realmente no logro entender las cosas complicadas.

De todos modos, han pasado casi ciento veinte días desde que fui con Murata Ken a Mundo Marino porque fue rechazado por una chica, le di la mano a un delfín llamado Bando, entré al Tour de las Estrellas y fui succionado a este mundo de magia y espadas.

Ya que es la tercera vez que vengo a este país, es normal que se me considere un habitual. Incluso si las cosas no salieron del todo bien, de alguna manera me las arreglé para solucionar el problema de turno y estaba completamente listo para regresar al Japón moderno… Incluso me había cambiado a una ropa interior normal tipo bóxer.

Sin embargo…

Mientras lucho por levantarme, Conrad frota el extremo de mi ojo con su pulgar.

—¿Estaba soñando con Bando de nuevo?

—See.

…no pude volver.

No pude volver a Japón donde no soy Yuuri (villa provechosa), o Yuuri (peral gentil), o Yuuri (lapislázuli), donde escucho el familiar “Shibuya Yuuri Harajuku Fuuri”, donde soy el organizador de un equipo de béisbol amateur incluso cuando solo soy un estudiante de secundaria, donde soy el capitán y el número ocho y el cátcher designado.

—…Incluso aunque han pasado cuatro meses… ¡Ah! ¡Ahora no es el momento para preocuparme por eso! ¡Me parecía que era difícil respirar! ¡Está completamente sobre mí!

Lord von Bielefeld Wolfram, que tiene el rostro de un ángel mientras duerme pero los hábitos nocturnos de un demonio, tiene sus brazos y piernas alrededor mío perturbando mi apacible sueño. Está usando un camisón de seda con volantes.

—¡No es gracioso! ¡Si Günter llega a ver esto…!

—¡Ya estoy aquí!

Lord von Christ grita mientras golpea la gruesa y pesada puerta de mi habitación. Su bonito rostro debe de estar contorsionado y su cabello desalineado por la ansiedad y la impaciencia.

—¡Majestad! ¡¿Qué ocurre, Su Majestad?! ¡Por favor abra la puerta! ¡Por favor abra la puerta--!

Mi guardaespaldas, que también ha tomado el rol de mi aliado y protector, rueda al medio dormido Wolfram.

—Trabé la puerta por si acaso.

—¡Genial, Conrad! ¡Me has salvado!

Me pongo rápidamente mi conjunto deportivo hecho a medida. Tiene un diseño que solo se ve en los shows de variedades de la TV, verde con dos gruesas líneas blancas a los lados. La falta de elasticidad es un tanto problemática, pero es más fácil moverme con él que con mi uniforme de colegio negro.

Irrumpo por la puerta excusándome rápidamente con Günter con un “me voy a trotar” y me escabullo de él. Escucho un chillido afeminado a mis espaldas.

—¡¿Por qué estás en la habitación de Su Majestad?! ¡¿Y en su cama?!

Dejando atrás la pronta escena de carnicería, incluso yo me lo pregunto. ¿Por qué está viviendo Wolfram conmigo? Este lugar es enorme, tendrían que haber por lo menos una o dos habitaciones para invitados.

Pero mas allá de eso, ¿por qué esta viviendo aquí en el castillo Pacto de Sangre? Su sede debería estar en la región de Bielefeld. Este lugar con el nombre aterrador se supone que es mi castillo. Así es. Este chico beisbolista completamente normal, Yuuri Shibuya, fue hecho el regente de un país justo antes de su cumpleaños numero dieciséis. Y no un rey cualquiera. Aunque es verdad que me reí un poco del Rey del Rock japonés[2], mi titulo es aun mas impresionante. Se supone que yo era un estudiante normal de secundaria con mi altura promedio, mi apariencia completamente promedio y mi inteligencia completamente promedio.

Pero soy el Maou.

Luego de ser inevitable y milagrosamente echado por un inodoro, de ser rodeado por hombres muy apuestos, y de que me dijeran “a partir de hoy eres el Maou”, cualquiera pensaría que estaba soñando. También lo pensé. Si esto es un sueño, déjenme despertar rápido. Recé y recé, y recé, y recé un poco mas a alguien llamado Shinou para que me deje volver a mi realidad.

Pero ya he superado ese punto.

No tengo tiempo para estar deprimido. Tengo una montaña de documentos que necesitan ser firmados e incontables problemas sobre los cuales pensar. Tengo que reunirme con tantas personas importantes que si las pusieras en fila parecería la entrada de alguna tienda muy popular. Y por supuesto que no puedo saltarme mi entrenamiento diario. Cuando tu trabajo es ser Maou tu cuerpo es lo más importante.

Al ver a un rey tan ejemplar, mi tutor y consejero real Günter ha estado ocupado llorando y poniéndose eufórico. Bueno, siendo que soy un chico que parece estar hecho todo de musculo —poco cerebro y mucho musculo, para dejarlo en claro—, el que ha estado hacienda todo el trabajo misceláneo es él.

Lentamente he aprendido como leer y escribir. En este momento estoy al nivel de un dedicado niño de tres años, pero he sido capaz de leer en los títulos de los libros palabras complicadas que no he aprendido aun solo al pasar mi dedo sobre ellas. Tal vez es algo como lo de las propagandas de las clases de inglés, donde te dicen que tu talento oculto florecerá como un capullo o algo así.

Bajando las escaleras grises hacia el patio comienzo a correr antes de que los guardias tengan tiempo de presentarme sus respetos. El césped de invierno brilla bañado de la luz de la mañana, bajo el pasto hay pequeños témpanos de nieve. Mi aliento es blanco, e incluso la punta de mis dedos flexionados se esta entumeciendo, al respirar el aire frio y puro mi nariz duele tanto que mis ojos se llenan de lagrimas.

—¿Esta bien? —me pregunta Conrad brevemente corriendo a mi lado. Él me hace la misma pregunta de vez en cuando.

—¿Por que lo preguntas? ¿Estoy bien?

La piedra azul que se balancea sobre mi pecho me da mas frio. Con su intrincado diseño en plata y un color azul mas profundo que el del cielo, este maseki azul como los Leones me recuerda mis responsabilidades.

No me forzaron a ello. Lo elegí yo mismo.

Nací con el alma de un Maou, y prometí proteger este país.

Lo prometí.

Luego de hacer mi ruta habitual y regresar al castillo, escucho una conmoción camino a buscar un cambio de ropa para poder tomar un baño antes del desayuno.

—¿Wolf y Günter todavía siguen peleando…?

—¡Su Majestad!

Una chica joven se acerca apresuradamente. Su cabello corto encaja bien con su bronceado color trigo, sus ojos marrones se entrecierran en una sonrisa, y su apariencia en general es algo así como la de un girasol. Juzgando por el tamaño, el bebé en su estomago debe de estar saludable.

—Nicola, viniste.

—¡Cuanto tiempo! ¿Ha estado bien, Su Majestad?

Ella es la novia de un mazoku a pesar de ser humana y parecerse un poco a Ryouko Hirosue[3]. Hace unos cuatro meses fuimos confundidos el uno con el otro y nos metimos en un montón de problemas. Pero al final ella decidió dar a luz a su bebé en la tierra natal de su marido, y yo termine salvando a muchas mujeres. También logré obtener la mateki, así que creo que todo termino bien.

—Su Excelencia dijo que tenía que venir a la capital por negocios y me trajo con él. Es extraño que sea tan amable conmigo siendo que está tan enojado con Huber.

Con “Su Excelencia” ella se refiere a von Voltaire Gwendal, el primo del marido de Nicola, Lord Grisela Gegenhuber. Él tiene el cabello de un gris tan oscuro que es casi negro, ojos azules de los cuales ninguna mujer hermosa podría quitar la apariencia malhumorada, una voz profunda, y es poseedor de la imagen digna de un Maou. Hace medio año este hombre era un Príncipe Heredero y el hijo mayor bajo el reinado de Su Majestad la Antigua Maou, Lady von Spitzberg Cäcilie.

Ambos, von Bielefeld Wolfram, que actualmente ocupa la mitad de mi habitación, y Lord Weller Conrart, que también es mi compañero de entrenamiento, son también hijos de la Reina de las Feromonas Cherie a pesar de tener diferentes padres. Los he estado llamado los tres hermanos mazokus que no se parecen en nada, pero últimamente eso parece no ser tan así.

El tercer hijo tiene un físico similar al mio, se parece a su madre, con largas pestañas, cabello rubio, ojos esmeralda que me recuerdan lo profundo de un lago, y es la imagen perfecta de un chico bonito de una escuela ortodoxa, como un ángel que se aparece en tus sueños y te hace llorar con el susurro de su canto. Pero en realidad es un mocoso caprichoso, y si abre su boca, lo que sale no es ningún canto celestial. Lady Cherie, siendo una defensora del amor libre, se casó con un humano que no poseía nada de valor mas que su espada y dio a luz a su segundo hijo, Conrad. En medio de toda esta gente bonita él se ve un tanto sencillo, pero he escuchado que es bastante popular con las chicas. Es atractivo sin ser demasiado hermoso, simpático y un espadachín habilidoso. Ademas de eso, debido a algo que sucedió en el pasado, parece que esconde el corazón de un león dentro de él. Por supuesto que las chicas no pueden resistirse. Aunque si yo fuera una chica, pasaría de este hombre sobre dotado.

Mi tutor, von Christ Günter, es exactamente lo opuesto. Tiene el cabello gris largo por la espalda y ojos violetas que brillan con inteligencia. Cualquier mujer caería rendida a sus pies inmediatamente si le hablara suavemente con su atractiva voz de barítono. Pero la verdadera naturaleza de esta belleza absoluta es increíble. Debido a un bizarro sentido de la estética, él admira mi apariencia hasta el punto de la decadencia absoluta. Como rey, estoy preocupado de cuan lejos puede llegar.

Ya a medio camino de su punto de quiebre, Günter discute apasionadamente con el irrespetuoso Wolfram.

—He estado preguntando, ¿por que estás viviendo en la habitación de Su Majestad?

—Yuuri se me propuso, ¿recuerdas? Está decidido que él querría compartir una habitacion.

No está decidido.

La belleza contraataca desesperadamente con un retortijón de su cabello.

—¡Un prometido es como mucho un prometido, no un compañero o un esposo! ¡Pasar la noche juntos antes de intercambiar los votos es-es-es desvergonzado!

Wolfram echa hacia atrás su flequillo enredado.

—Bueno , ya tienes como ciento cincuenta años. ¡Pero que cosa mas anticuada has dicho!

Dice el de ochenta y dos. Sin querer verme envuelto en este asunto problemático, no lo digo en voz alta. La sangre mazoku extiende la vida de los mazokus, así que todos son alrededor de cinco vece mas viejos de lo que se ven. Para un chico que está por cumplir dieciséis, se siente como una reunión de gente super vieja.

Conrad solo se encoge de hombros en su ropa de entrenamiento sin meterse en la discusión.

—No hay necesidad de hacer tanto escándalo por dormir juntos[4]...

—¡Más allá de eso, ¿podría alguien darse cuenta de que ambos somos hombres?!

—¿No están los dos equivocados? Su Majestad ya tiene a Su Excelencia Gwendal —interfiere inocentemente Nicola mientras coloca una mano sobre su vientre.

—¡Esa es la mayor equivocación de todas!

Estoy negando las tres opiniones en simultaneo. Como el único ajeno a la discusión, Lord Weller trata desesperadamente de no reírse. Basta Conrad. Tu único compañero beisbolista está siendo forzado a un matrimonio fraudulento... Esperen, mas que un matrimonio fraudulento, ¿no es interpretación de genero? Ay, si tan solo Wolfram fuera una chica... pero aun así seria un mocoso caprichoso...

Se escuchan un par de golpes sordos en las puertas de mi habitacion y Conrad abre un lado. Un soldado a cargo de la puerta principal está parado allí.

—¡Disculpe, milord!

—¿Qué sucede?

—¡Bueno, se que no son horas para las visitas publicas a Su Majestad, pero...!      

—No tienes por que ser tan formal. No me importa que digas directamente lo que tienes que decir.

—¡Si, milord! ¡Discúlpeme!

No estoy seguro de si lo he puesto más incomodo, pero sus piernas han comenzado a temblar.

—Alguien que solicita una audiencia con Su Majestad ha llegado a las puertas del castillo.

—Ah, ¿eso es todo? Luego del desayuno lo agregaré a mi agenda.

El asistente, o mejor dicho el consejero real Günter, utiliza una voz confiable completamente diferente de la de hace un minuto y se para entre el soldado y yo.

—Esa clase de solicitudes son atendidas por mi.

—Bueno, pero... Em, es de una naturaleza personal... Si fuera posible, um, ¿podrían salir todos?

El joven hombre mira sus alrededores. Su rostro se pone completamente rojo solo de ser observado por Günter y por Wolfram. Si los dos nos quedamos solos probablemente se desmaye por la repentina presión. Antes de que eso pase, Conrad lo anima con una voz gentil.

—Está bien. Todos somos discretos.

—Entonces lo diré.

El soldado se queda en silencio por un momento y traga antes de continuar con voz aguda.

—¡Alguien que dice ser, no, que clama ser el bastardo real del monarca del reino de Shin Makoku, el líder absoluto de los mazoku, el 27avo Maou, pide una audiencia!

—¿Bastardo real?

¿Que es eso? Mientras volteo hacia Conrad para preguntar, Wolfram me agarra de las solapas.

—¡¿Yuuri, palurdo, cuando lo tuviste?! ¡¿Dónde y cuándo, cuándo paso eso?!

—¿Q-qué? ¡No he tenido nada! ¡Definitivamente no he tenido nada!

Ser asaltado por este angelical chico lindo me da ganas de confesar cualquier cosa.

—¡Si no diste a luz, ¿entonces dónde lo concebiste?!

—No, ay, no concebí nada! ¡¿En primer lugar, que es un bastardo real?!

—El hijo de un noble y una mujer con la cual no está casado.

—Ah, como el hijo ilegitimo que ese emperador tenia escondido en el drama de época. Claro, el hijo del emperador podría causar una revuelta. Haría que elegir al heredero fuera super complicado... Esperen, ¿qué? ¡¿Yo? ¡¿El que tiene el hijo en secreto que es el bastardo de un noble soy yo?!

—Así parece.

Parado junto a un completamente calmo Conrad, mi tutor cae en seco sobre su espalda. Sus ojos están dados vuelta del shock.


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—¡Ah, Günter!

—¡Que significa esto! ¡Has hecho algo tan indecente a mis espaldas! ¡Es por esto que continuo llamándote buscón!

Él comienza a agitarme por mi jersey verde.   —¡B-b-basta! ¡Por favor deja de sa-sa-sacudir mi cerebro! Co-como si pudiera tener un hijo en secreto luego de dieciséis años s-siendo impopular...

—¡Guau, Yuuri! ¡Y luces como si no pudieras matar una mosca!

Nicola, no es el momento para una metáfora como esa.

Günter, aun en el suelo, comienza a convulsionar.

—¡Incluso si mato mosquitos o cucarachas no podría ser el padre de un niño!

—¿Y dónde está esta persona que clama ser el hijo ilegitimo? —pregunta mi increíble guardaespaldas al soldado acarreador de las noticias. Él definitivamente cree que es imposible para el rey tener un hijo en secreto. Es eso, o aprendió que tan indeseable es una persona como yo mientras estaba en Estados Unidos u otro lugar.

—De hecho... Ya está aquí... Tenia una insignia de Shin Makoku que solo los anteriores Maou y sus relativos pueden heredar, así que parecía impropio no dejarlo pasar...

¿Que es eso? ¿Es como una anillo conmemorativo del campeonato que solo le dan al equipo de béisbol de la temporada actual? Tal vez al verse interesado por las palabras del soldado, las manos de mi “querido” prometido se aflojan de mi cuello.

—¿Una insignia?

—Ey, ¿qué es eso? ¿Si es del Maou y sus parientes, eso significa que tienes una siendo el hijo de Cherie?

—He tomado el nombre de mi padre así que no he heredado una. Mi hermano mayor tiene una. El 7mo Maou, el rey Forgeas, fue una vez cabeza de la familia Voltaire.

Luego de escuchar el nombre que suena a los que salen en los libros de historia, Günter salta como si le hubieran electrocutado. Para alguien alrededor de los ciento cincuenta tiene unos músculos abdominales increíbles.

—De ser así, ese mocoso... No, el candidato a bastardo real, ¡no es el hijo del rey! Ya que Su Majestad aun no ha cumplido dieciséis, y solo ha sido Maou por un breve periodo de tiempo, aun no se han creado ni siquiera los bocetos para su insignia.

En el Japón moderno eran vacaciones de verano y me vi absorbido por mi equipo de béisbol amateur; y justo antes de mi cumpleaños numero dieciséis tome el Tour de las Estrellas con un delfín llamado Bando. Por lo tanto, para mi es como si tuviera quince y trescientos sesenta y cuatro días.

—¿Entonces de quién, la insignia de qué casa tiene...? ¡¿Ah, no me digan que ustedes tienen otro hermano o algo así?!

Debe de ser problemático tener que preocuparse por ese tipo de cosas teniendo una madre tan hermosa que es generosa con su amor. Tal vez preocupándose de que esto se convierta en su problema, Wolfram trota hacia la puerta y las abre de par en par.

—¿Quién es...?

No hay nada a la altura de su vista. La persona en cuestión está mucho mas abajo, su cabeza apenas alcanza sus caderas.

Tiene el cabello corto, rizado y de color marrón rojizo que no cubre sus orejas, y una pequeña boca saltona. Tal vez porque la situación es seria es que se para rígidamente y su piel oliva está pálida. Como en una repetición de un drama de hace diez años, sus cejas marrones y sus largas pestañas son masculinas.

Desde mi punto de vista humano reviso rápidamente la apariencia del individuo.

Sexo: desconocido. Nacionalidad: desconocida. Rol en fiestas de karaoke: desconocido.

Mis observaciones apestan. Bueno, su edad debe ser alrededor de los diez años.

—Un momento, ¿cómo? Este niño tiene alrededor de diez, ¿verdad? ¿Que edad tenía yo cuando nació? ¡¿Yo tenia seis años hace diez años?! ¡Si tenía seis estaba en primer grado! ¡Un niño de primer grado es capaz de hacer miles de amigos, pero no un niño, ¿verdad?! ¡Definitivamente hay un error! Ese definitivamente no es hijo mío...

Con una profunda inspiración, el niño de diez años pone algo de fuerza en sus piernas y sale corriendo, acortando la distancia entre nosotros.

—¡Padre!

—¡¿P-padre?!

Sin tiempo para disfrutar el convertirme en papá —aun no quiero disfrutar de eso—, viene rebotando hacia mi como una pelota de fútbol. Contrario a la situación actual, extiendo mis brazos, pero el niño tiene los brazos a sus lados.

Contrastando con el sol, hay un momentáneo reflejo del metal.

¿Que?

—¡Su Majestad!

Alejando mi cuerpo gracias a la mala vibra que sentí por el destello,aun sin saber que es, pierdo mi balance y caigo de lado, golpeando mi espalda y mi muñeca derecha. La luz plateada se desliza por el piso como si se arrastrara y se detiene a los pies de Wolfram que sigue parado en la puerta. Hay un ligero sonido a algo delgado y metálico.

—¡Su Majestad! Oh, que horror... ¿Su Majestad, está herido?

—¿Qué? ¿Pero qué paso? ¿Por qué me caí? ¿Por que perdí el balance?

En realidad no había necesidad de esquivar el ataque. Antes de que el culpable consiguiera su cometido, Conrad rápidamente se interpuso entre nosotros y golpeo la cuchilla fuera de las manos del niño. Günter se agacha sobre mi y comienza a palpar mi cuerpo.

—Si hay alguna herida en este hermoso cuerpo...

—Estoy bien... Y deja de tocarme en lugares que no tienen nada que ver con mi caída.

Por sobre el hombro de mi tutor puedo ver como el soldado ata las manos del niño. Su rostro está completamente pálido por la severidad de la situación.

—¡No hay excusa para mis acciones! Pensar... pensar que el niño era un asesi-... Que intentara algo tan atroz...

—¿Asesino? ¡¿Casi soy asesinado?!

En inglés eso seria un hitman. En japones: “milord, he venido a reclamar su vida”. Pensé que esa clase de trabajo era para profesionales, no para niños. Como un ninja o Golgo[5].

Günter hace una proclamación que suena aun mas atroz debido a su belleza.

—Mas allá de la temprana edad del perpetrador, un acto de traición contra Su Majestad el Maou es un crimen serio e imperdonable. Debe ser ejecutado. Su cabeza debe ser puesta en una pica, o debemos hacer una procesión por la ciudad antes de que llevarlo a la hoguera...

—Oye, espera, ¡para con esos castigos que solo escuchas en dramas históricos! ¡Aun es solo un estudiante de primaria[6]! ¡No hay manera que un niño de primaria pueda pensar un plan de asesinato por si solo! ¡Debe estar siendo utilizado por alguien que le ha lavado el cerebro!

Si lo dejo parece que se hará cargo por su cuenta, así que para detener a Günter trato de levantarme.

—Auch.

El dolor se esparce por mi tobillo derecho y caigo al piso.

—Ay, tal vez me lo torcí.

Arqueando levemente la ceja con la vieja cicatriz, Conrad me saca el zapato. Mi tobillo se hincha ante sus ojos.

—Oh, no... Me esguince el tobillo.

—¡Oh, pero que horror! ¡Pobre Majestad, si hay algo que pueda hacer por usted con gusto lo haré!

—No es como si estuviéramos a media temporada o algo así. Puedo dejarlo curarse lentamente... auch.

—Perdone. Estaba revisando si solo era una torcedura.

Arreglando su desordenado cabello gris, Günter hace una declaración digna de un consejero real capacitado.

—¡Llamen al mejor médico del castillo lo antes posible!

Al mismo tiempo, el segundo hijo le habla al soldado con voz clama, sus ojos aun observando hacia abajo.

—Llamen a Gisela. Y también pongan bajo vigilancia a ese niño.

El soldado hace una reverencia y sale corriendo. A pesar de ser joven sabe distinguir que orden es la mas apropiada.



Subo la colina levemente inclinada por un camino mientras me balanceo en el lomo de un caballo.

El aire vespertino es lo suficientemente caliente para hacerme transpirar bajo mi chaqueta. No esperaba usar una campera de plumón en un mundo de magia y espadas.

Pero ahora que lo pienso, aquí hay tanto aves como tela así que no es raro que las chaquetas de plumón sean populares para resguardarse del frio. Aunque debe de haber un error en el diseño porque es tan pesada como una campera de cuero. No tiene sentido.   Aunque es tan difícil de escalar como lo seria en un viaje escolar de la primaria, los hombres que nos pasan nos saludan con una mano como siguiendo una regla de cortesía de montañeses o algo parecido. Hay algunos que se asombran al notar el color de mi cabello y ojos escondido bajo mi capucha, pero extrañamente todos asienten comprensivos cuando Conrad les hace una seña para que mantengan silencio. Tal vez piensan que somos ninjas.

—Todos caminan. Quiero bajar y caminar también.

—Cuando su tobillo sane completamente. —Lord Weler agrega algo mas a su comentario manteniendo la vista al frente: —Esta bien, es solo por ahora. Será capaz de correr como antes en poco tiempo.

—Lo se, pero...

El tobillo sobre el que caí y se torció ya no me duele ni esta hinchado. Pero aun me preocupa cuando volverá a estar como antes o cuando seré capaz de correr bien de nuevo.

Me desespera que el día en que se recupere completamente nunca llegue.    



Quien vino corriendo sin siquiera un kit de primeros auxilios a revisar mi herida es una chica tan pálida que parece enferma. Esta chica con la piel tan blanca que es azulada y una figura delicada que no encaja con su uniforme militar se agacha a mi lado sin mucho mas que un saludo y coloca mi pierna en su regazo. Excepto por mi herida, cada centímetro de este impopular chico de secundaria de dieciséis años se calienta. Ni siquiera la manager del club de béisbol hizo esto por mi.

—Está bien, solo se ha torcido.  

Es extraño decir esto de un mazoku, pero la mujer soldado sonríe como la Virgen Maria. Sus ojos verdes se arrugan.

—¿Nos hemos conocido antes?    

Aunque suena como una mala frase de ligue, ella responde sin ofenderse.   

—Me temo que Su Majestad se ensució las manos en mi lugar de trabajo antes. Ofreció su compasión de corazón sin pensar en si eran amigos o enemigos.    

—¡Ah!  

Mientras ese cumplido me hace avergonzarme tanto que me siento como un novio en una boda, recuerdo que esta chica llamada Gisela definitivamente era una medica de combate ese día. Ella era la chica de la tribu con las manos sanadoras que trabajaba en el hospital de campo la primera vez que me llamaron a este mundo.

—Bien, Su Majestad, ¿puede darme su mano?   

—Ah, claro.

—La primera vez que conocí a Su Majestad estaba muy sorprendida. Alguien que tenia el noble cabello negro y ojos negros estaba parado frente a mi ayudando a tratar tanto a mazokus como humanos indiscriminadamente. 

Como si tuviera un gran corazón o algo parecido. El dolor en mi tobillo cede por oleadas; el calor de mi cuerpo converge en una linea recta por mi brazo y parece salir fuera de mi mano izquierda hacia su palma mientras la sostiene.   

—¿Qué pasa...? ¿Pareciera que el dolor y la hinchazón se están yendo?

—Esta es la habilidad de nuestra tribu. Tocamos al paciente mientras hablamos a su corazón y susurramos un encantamiento en lo profundo de su cuerpo y espíritu que aumenta la velocidad de recuperación... Para lograr eso necesitamos incentivar el deseo del paciente de sanar y darle energía Es por eso que tenemos que ser capaces de cantar una canción de cuna sin pena incluso a esos pacientes que están al borde de la muerte.    

—Oh, guau, tienes razón. ¡Poco a poco vuelve a la normalidad! Esto seria muy conveniente durante un partido. Definitivamente me gustaría tener a uno de los tuyos en mi equipo.    

Ella me sonríe dulcemente como una madre a su hijo.   

—Con el inmenso poder de Su Majestad, este nivel de técnica debería ser simple.   

—¿De verdad? ¿Incluso mas fácil que serpientes de agua, enjambres de huesos y gigantes de barro?

Por un momento la medica militar tiene una expresión en el rostro que parece decir: ¿que demonios son esos?

Mi tutor ha estado merodeando en frente de la puerta donde Conrad intenta calmarlo.

—Como pensé, deberíamos haber llamado al mejor médico... Confiar la pierna de Su Majestad a alguien como Gisela...    

—Tu preocupación por Su Majestad es admirable, pero Gisela ha curado pacientes con heridas desde raspaduras hasta severos cortes de espadas. Esta bien confiar en ella por algo tan trivial como una torcedura. Deberías tener algo de fe en tu hija.

—Asi es Günter, para un chico deportista de secundaria alta como yo, ser tratado por una doctora mujer entra en mi top tres de situaciones ideales. Incluso si es tu hija... ¡¿Hija?!   

Tal vez es porque estoy muy contento de tener mi pierna herida descansando sobre el regazo de una chica mientras me tratan, pero me inquieto al intentar determinar quien es quien.

—¡¿Hija?! Uh, em, este, ¿Gisela es la hija de Günter? Pero no te ves mucho mayor que... Ah, espera, no puedes adivinar que edad tiene la gente con tan solo mirarla. Pero como es eso, tener una hija tan grande. El que tiene un hijo en secreto eres tu, no yo. Ah, bueno, supongo que no la estás escondiendo. ¡Pero no sabia que tenias hijos!

Como Gisela ha comenzado a sonreír divertida, volteo hacia ella y continuo charlando.    

—Y es una hija con excelentes habilidades, y hermosa, no hay nada en ella de lo cual quejarse. Siendo su papá estaría preocupado de muerte todos los días de que algún tipo aburrido intentara conquistarla. Pero ahora que lo pienso, Günter tiene la edad en la cual es normal que estuviera casado y tuviera hijos y nietos y bisnietos. ¿Que viene después de bisnietos?   

—¿Tataranietos? —agrega Conrad.

—Eso, tataranietos. Ey, ¿como es que sabes eso?  

Junto a Conrad, mi tutor está parado tieso y pasmado. Sus hombros parecen dislocados y un rio de lagrimas y mocos cae por su rostro. Sus labios que se presionan entre ellos tiemblan.

—¿Q-qué pasa?    

—No estoy casado.

—¿Cómo? Ah, ¿entonces eres un padre soltero? Guau, ¡tienes coraje para serlo en estos días! Pero divorciarse una o dos veces es considerado una medalla de honor entre hombres. Las mujeres dicen que los hombres separados ya están ablandados y se los considera especiales en los sitios de sitas o similares.

—¡Tampoco me he divorciado! ¡¿Por que dice algo tan cruel?! ¡Usted sabe que soy devoto a Su Majestaaaad!

—Soy su hija adoptiva —dice Gisela en una voz amable y clara mientras acaricia mi tobillo.    

—¿Eh?

—Mi padre murió cuando era pequeña y mi madre estaba débil por una enfermedad. Para que pudiese atender a una escuela decente, la madre de Su Excelencia tuvo la gentileza de encargarse de mi adopción. Así que no estamos relacionados por sangre, ni tampoco nos parecemos.

Bueno, estén o no relacionados genéticamente, el hecho de que Lord von Christ tiene una hija es innegable. Y lo que es aun mas imperdonable es que nunca me presentó a esta trabajadora increíblemente bella. ¡Es decir, es una doctora, una enfermera y una soldado! Todo hombre ha sonado con esto alguna vez. Aunque si me preguntaran de que trataba el sueño, no podría responder.

—¡Muy bien! De ahora en más voy a llamar a Günter “papi”. Y voy a preguntar “Papi, como esta tu hija?”, y cosas como esa.

—Ya que soy un miembro de sus tropas, no tiene que preguntar a mi padrastro cosas como esa siendo que vendré siempre que me llame. De todos modos, el tratamiento está terminado.

La pálida soldado le da una palmada a mi tobillo.

—Ahora solo necesita reposo por dos semanas.

—¿Eh, no está curado?

—Ha hecho su cuerpo mas fuerte de lo que era, así que sera un poco mas rápido que si le dejáramos sanar por su cuenta. Hemos considerado todo. Por favor esté tranquilo. El cuidado de Su Majestad estará a cargo de mi, Günter. No le entorpecerá de ninguna manera.

—Espera, no tienes por que hacer tanto lio al respecto. ¿Me tengo que quedar en cama? ¡¿Bajo que clase de cuidados van a ponerme?!

—No, está bien si sigue como siempre. Pero, cuando camine... —con su usual sonrisa de enfermera, Gisela sostiene una vara— por favor use esto.

—¿Un... bastón?

—Así es. Se llama Garganta N° 1.

—¿Eh? ¿Le pusieron nombre al bastón?

Y encima “Garganta N°1”. Tal vez es un bastón que ha soportado incontables pacientes y es la preciada creación de un artesano habilidoso. Ahora que lo pienso, es marrón y tiene una afilada y refinada empuñadura en forma de T que luce muy elegante y todo eso. Ey, esperen, esta forma luce familiar. Este es como el bastón favorito de mi abuelo. En otras palabras, es el palo de un viejo.

—...Maravilloso, soy un chico joven que depende de un bastón para caminar...

—Maravilloso, igual que un caballero Inglés, Su Majestad.

Conrad, no se si eso es solo una broma o si realmente intentas hacerme sentir mejor[7].

Pensando que hace algo como transformarse en una ametralladora, o que tiene algún increíble mecanismo secreto, desenrosco la empuñadura como un sacacorchos.

Sale con un “¡pop!”.

—...salieron flores de adentro.

—¡Oh, es usted impresionante!



En resumen, me deprimí y Lord Weller me tuvo lástima así que me sacó del castillo. Luego de salir de la ciudad y cabalgar por unos treinta minutos, las granjas inactivas llegaron a su fin y todo lo que queda es una sola carretera que lleva a las montañas.

Ha pasado alrededor de una hora desde que empezamos a subir por este camino bien mantenido de montaña. De repente encontramos una apertura entre los arboles y podemos ver el cielo de invierno.

—Puede bajar ahora. Tenga cuidado de no lastimar su tobillo.

Agarrando el bastón al que no me he acostumbrado, pongo mi peso en mi mano izquierda e intento caminar. Creo que puedo manejar esto.

La cima es un plataforma miradora y está rodeada de guardas macizas. El viento es helado, pero hay varios turistas apreciando la vista de todos modos.

—¡Guau! ¡Esto me hace recordar mi viaje del colegio! Comimos el almuerzo en el parque del Monte Tenran[8].

—Tenga cuidado. Recuerde usar Garganta N°1.

—Lo se. Ahhh, si vienes hasta la cima de una montaña, definitivamente tienes que hacer eco.

Con una mano hago una especie de megáfono y tomo aire profundamente. Unos niños a mi lado están por hacer lo mismo.

—Ho-

—¡Uffuuuuun!

Luego de un momento, el eco vuelve.

¡¿Que fue eso?! El “laaa” final se queda trabado en mi garganta. Cuando los niños gritan, todos los demás se unen sonoramente. Es un coro de “uffun”.

—¿Por que gritan eso?

—Es el sonido común para gritar desde la cima. ¿Qué gritan en Japón?

—Decimos “¡holaaa!”

—Bueno, no hay nada sexy en eso.

¿Cual es el punto de que un eco sea sexy? ¡¿Ey, esperen, si es así donde quedó “ahhan”[9]?!

Una señora mayor que acaba de terminar con su eco hace un momento observa mi bastón y luego mi rostro antes de acercarse.

—Oh, pero que pena, niño. Aunque eres joven ya tienes una pierna mala. Deberías observar en esa dirección y rezar. El templo de Shinou y el castillo están hacia allá, así que tus plegarias de seguro serán escuchadas.

—Ah, gracias por preocuparse.

Aunque vengo de ahí.

Pero no puedo admitir eso así que voy hacia la baranda y observo hacia donde se me ha indicado. Pasando el largo camino de montaña está la capital y Pacto de Sangre, protegido por las puertas del castillo.

—¿Tiene frio?

—Estoy bien.

Se me ofrece una copa de metal mas pequeña que mi palma que tiene un liquido color ámbar dentro. Sin pensar, tomo un sorbo y la boca se me prende fuego.

—¡Oye, esto tiene alcohol!

—Pensé que le ayudaría a entrar en calor. Va a cumplir dieciséis pronto, así que debería comenzar a acostumbrarse.

—¡Oye, sabes, a los japoneses no se les permite beber alcohol hasta los veinte! Pero bueno, aunque no existiera esa ley, nunca haría algo que me quitara las chances de desarrollarme correctamente de alguna manera.

—Ya veo, en Japón es a los veinte. En este país se le considera un adulto a los dieciséis.

—¿A los dieciséis? ¿No es eso muy pronto?

—Quien sabe. No hay nada con que compararlo.

Pero teniendo en cuenta los cálculos para obtener sus edades reales, ¿no seria eso como tener el cuerpo de un niño de tres años? Una ceremonia de graduación con todos niños de tres años. Niños de tres años votando. El problema seria incluso llegar a las urnas de votación. Me pone tan nervioso como la primera vez que mis padres me mandaron a hacer un recado[10].

Como si pudiera leer mis pensamientos, Conrad me sonríe incomodo.

—No puedo decir que mi crecimiento fue normal para un mazoku, pero es tal vez porque tengo otra sangre mezclada en mi, yo crecí como un humano hasta los doce. Luego de eso mi crecimiento comenzó a ser mucho mas lento al parecer. Wolfram es de una antigua familia pura sangre de mazokus, así que durante su ceremonia él aun lucia como un niño. Veamos, era parecido a esa niña auto proclamada bastardo real de esta mañana.

—¡¿Era una niña?!

—¿No se dio cuenta?

Siendo un tipo popular como es, se le da fácil entender a la gente.

Pero pensar en un Wolfram de diez años... solo puedo imaginar un ángel de una pintura religiosa. Definitivamente se hubiera visto bien con alas y un halo.

—En este país uno decide su futuro en su decimosexto cumpleaños. En otras palabras, como desea vivir el resto de su vida. ¿Tomará el voto como soldado, o buscará la prosperidad como civil? ¿O protegerá las almas de nuestros ancestros y elegirá la vida de orador? Todos llegan a un punto en su vida en el cual tienen que decidir. Gwen y Wolf tuvieron que decidir entre tomar el nombre de su madre o su padre, y yo decidí a la edad de dieciséis el vivir como mazoku... Y no como humano.

Apoyado en la baranda, él observa algo a la lejanía. Al no escuchar ningún arrepentimiento en su voz escondo mi suspiro de alivio. Porque si él decidiera dejar el reino, no seria capaz de detenerlo.

—Gisela debe haber decidido vivir como la hija adoptiva de la familia von Christ a los dieciséis. Una vez en la vida, hay un punto en el que todo lo que pasara a futuro recae en una sola decisión que debes tomar. Para los mazokus ese momento es el decimosexto cumpleaños.

El templo de Shinou se encuentra detrás del castillo Pacto de Sangre, está justo a la altura de mis ojos. Tiene fuegos ardiendo por la mañana y por la noche, en invierno y en verano, y se dice que nunca se apagan. Me pregunto si es como dijo la señora y si rezo en esa dirección todo se solucionará. Pero, ¿qué es lo que quiero? Se siente como algo que no debería desear.

Cuando se me empiezan a cansar las piernas me invae un mal presentimiento. Algo admirable sale de mi boca.

—...debería apresurarme y cumplir dieciséis entonces.

—¿Por qué?

—Siento que Günter se va a volver loco de otro modo.

—¡Eso seria ir de Guatemala a Guatepeor[11]!

...¿Qué?

Siento que la temperatura ha bajado de repente[12].

—¿Q-qué acabas de decir?

Al ver a Conrad abrir la boca me sobrecoge una sensación horrible. Sacudo la cabeza duramente y agito las manos hacia atrás y adelante. Parece que mi cuerpo también lo rechaza.

—¡Ah, no, no, está bien! ¡No tienes que decirlo de nuevo!

—Parecía un poco decaído así que pensé que podría intentar hacerlo reír.

—Aaah, ya veo. Así que era por eso.

Ya me parecía raro que un hombre pudiera ser así de perfecto. Tiene un buen rostro, una buena voz y buena personalidad, y se puede notar fácilmente que es talentoso e inteligente. Tiene un pasado complicado y no tiene hijos ni tampoco se ha divorciado. Un hombre joven tan perfecto no seria real, no, de hecho no debería existir. Venia pensando que tenia que tener algún defecto de alguna clase que mantenía en secreto. Como un severo pie de atleta que hace que sus medias apesten horrores al sacárselas, o que al sacarse la ropa el pelo de su pecho fuera como el de una bestia. O incluso que su encantadora sonrisa fuera en realidad una dentadura postiza.

Pero parece que su defecto no es ninguno de esos, sino los chistes catastróficamente estúpidos.

—Conrad, no hace falta que pienses nunca mas en intentarme hacer reír. ¿Comprendes? Incluso si se acaba el mundo.

Si tengo que escuchar bromas tontas que dan escalofríos como esa todo el tiempo, el invierno va a ser el mas severo de los récords.

—No es justo cuando tan solo he fallado una vez. Por favor deme otra oportunidad.

—¡O-o-okay, esta bien! ¡Una mas! ¡Solo una vez mas!

—¿Esta listo? De Guate-

¡¿Otra vez lo mismo?!

—¡AH! ¡Olvídalo! ¡Ya estoy bien! ¡Lo único que no está bien es mi pierna!

—¿Entonces deberíamos hacer que su pierna esté bien de nuevo? Apoyado en la baranda con una sonrisa de buen tipo que solo tiene torceduras leves, Lord Weller se inclina hacia adelante un poco. Aunque nadie está escuchando baja la voz como si me estuviera contando sus planes secretos para una broma.

—Para que las torceduras no se vuelvan un habito, ¿tal vez deberíamos desaparecer por un tiempo?

—¿Desaparecer donde?

Usando una palabra que no es para nada mazoku, dice algo que me recuerda su estadía en Estados Unidos.

—A rehabili[13].


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Referencias

  1. La palabra que usa Yuuri para definir a Conrart es nadzukeoya (名付け親) que significa "padre que nombra a una persona". Literalmente: 名(nombre) 付け(que da) 親 (padre/pariente). Muchas veces el termino nadzukeoya se traduce como "padrino", pero tengan en cuenta que el significado occidental es distinto al japonés.
  2. Se refiere a este hombre: http://www.osama.co.jp/web/castle/profile/profile2013.htm, que canta canciones en ingles traducidas literalmente al japones, las cuales resultan muy cómicas porque no encajan con la tonada.
  3. Actriz y cantante.  Fue la hija de Jean Reno’s en la película Wasabi.  También aparece en Departures, pero esa película aun no había salido aun.
  4.  La palabra utilizada originalmente es zakone, la cual se refiere literalmente a dormir con alguien de una forma no sexual. Es como hablar una pijamada entre amigos.
  5. Referencia a Golgo 13, el manga sobre un hitman. Es uno de los mangas mas longevos que existen.
  6. Dato cultural: los japoneses suelen calcular la madurez de los niños de acuerdo al año que cursan en el colegio, y no por sus edades reales.
  7. En el juego de palabras original Yuuri usa la palabra sutekki, y Conrart suteki. Aunque ambas son similares significan cosas distintas (palo/bastón y maravilloso al parecer).
  8. Una montaña muy pequeña y fácil de subir en Saitama, la prefectura donde vive Yuuri.
  9. Uffun y ahhan son onomatopeyas sexys en japones. En la versión en inglés Yuuri intenta gritar “yahho” pero no pensé que funcionara en español, así que lo suplante por el clásico Hola.
  10. Dato cultural: los japoneses se independizan rápidamente, por lo que los niños de jardín de infantes suelen viajar solos a la escuela, y hacer recados. Es normal ver niñitos de cuatro o cinco años caminando solos por las calles con sus gorritos amarillos y jardineritos azules.
  11. La broma original es con las palabras arussuka y Alaska (¡es imposible! = ¡Es Alaska)!. Conrart tiene una manía de hacer chistes malísmos con nombres de países, tiene otros con Jamaica y Niagara, esto fue el equivalente en español como para reemplazarla.Un dato adicional de los drama CD es que tiene una libreta donde anota estas atroces ideas para bromas.
  12. Para los japoneses un chiste muy malo da escalofríos o te congela.
  13. Rehabilitación. En japonés era rehabiri, de rehabilitation en inglés.