Maru-MA Volumen 03 Capítulo 6

From Baka-Tsuki
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Conrart y sus compañeros notaron la casi imperceptible forma de la ciudad a lo lejos a pesar de la tormenta de arena que abatía las dunas. Todos se sintieron aliviados. Yuuri y Gwendal también debieron parar en esta ciudad para abastecerse de agua y cambiar los caballos. Con algo de suerte serían capaces de encontrarlos a ambos ahí. Todos albergaban la esperanza de encontrar pronto a su rey y a su comandante en jefe sanos y salvos.

Conrart reunió a sus hombres al resguardo de algunas rocas. Desmontó y se preparó para explorar la situación en la ciudad por sí mismo.

—Su excelencia, pero usted puede enviar a alguno de los hombres a explorar —protestó Boyd.

—Es verdad —dice Conrart—. Pero probablemente de entre todos nosotros yo soy el que mejor puede lidiar con los lugareños. Es mejor mezclarse entre ellos. —La cara de Boyd luce ligeramente avergonzada mientras Conrad continua: —Todos ustedes saben que yo entiendo bien a los humanos. Por otra parte, yo mismo soy medio humano. —¡Conrart!

La voz del apuesto ex príncipe ha vuelto a la normalidad, un suave tono de barítono. Aunque viste como un oficial de policía de un clima tropical, su atuendo parece más el de un boy scout. No sería un problema durante la tarde, pero exponer tanta piel bajo el sol abrasador durante el día es casi suicida.

—Tienes que informarme inmediatamente si encuentras a Yuri y a mi hermano —dice Wolfram nervioso.

—Lo prometo.

Wolfram pone ambas manos sobre sus caderas, hincha el pecho y dice con voz altiva: —Y si no quieres sumarte a la búsqueda de la flauta mágica, no hay problema. Puedes regresar cuando quieras.

—¿Por qué dices eso?

—Sé que no quieres ver a Gegenhuber. Y si encontramos la flauta mágica, ese hombre debe de estar cerca.

El tono de Wolfram hacia su hermano aún está lejos de ser respetuoso, pero por lo menos parece preocuparse por los sentimientos de Conrart. Comparado a su comportamiento de hace unos pocos meses, lo vieras como lo vieras este era un gran progreso.

—Además, Yuri me pondrá más atención si tú no estás por aquí.

—Sí, sí, ya lo entendí.

Levantando su brazo izquierdo para protegerse del sol, Conrart se fue.

Casi todas las tiendas de la ciudad, la hilera de casas que culebrea como una anguila a través de las dunas, ya están cerradas. La entrada esta resguardada por varios soldados. Son distinguibles del resto de los civiles por un peinado muy extraño. Conrart recordó los extraños cortes de cabello que vio durante su estadía en Londres: el corte de cabello de estos soldados era parecido al de esos ingleses que se hacían hoyos por todas partes del cuerpo y eran llamados punks.

Conrart dudó durante un momento cuál sería la forma correcta de acercarse a estos hombres.

—Rayos, si tan sólo los hombres de Sverera pudieran compartir algo de su fuerza con mis compañeros —les dijo.

Los cabezas de punk sonrieron burlonamente. Conrart estaba conforme con el resultado.

—Son delicados como las flores. Una tormenta de arena es mucho para ellos. ¿Hay algún hotel en esta ciudad?

—Ni nosotros tenemos suficiente agua y mujeres, pero hay mucho licor y camas.

—Las camas estarían bien. Si acampáramos a la intemperie esta noche, probablemente mañana en la mañana me despertaría solo.

—Ese sería el caso, si es que sólo tienes debiluchos a tu lado.

—Díganmelo a mí. Aunque tengo una pregunta más: ¿han visto dos extraños en la ciudad? Tienen complexiones bastante diferentes, y su apariencia llama un poco la atención, uno es bastante alto y el otro mas bajo. ¿Sabrían de casualidad donde se están quedando a pasar la noche?

—¿Qué, conoces a esos dos? —Emocionado, el soldado golpea su dedo sobre una hoja de papel que le alcanza su subordinado—. Seguramente te refieres a estos dos de aquí. Sí, anduvieron por aquí. Casi más los arrestamos, ¡pero se escaparon corriendo de las manos!

Conrad miró escéptico el dibujo hecho a mano en el letrero de buscados.

—Ellos son bastante diferentes a este dibujo…

—¿Los estás buscando? Tú debes ser el cornudo, estoy en lo correcto, ¿no amigo? Así que es tu novia, o la que iba a ser tu esposa, quién escapó.

—Creo que no te estoy entendiendo.

—Ni hablar. No te ves para nada mal, pero este mazoku ciertamente era un espécimen de primera clase. Hay sólo una cosa que todavía no puedo entender: ¿cómo rayos se las arreglo esa muchacha para enganchar un hombre tras otro y ponerlos a sus pies? ¡En serio, si ni siquiera tenía unas tetas decentes! ¿No es así, chicos?

Un soldado con la cara roja asintió.

—Está tan plana como una tabla, pero es increíblemente fuerte para ser una chica.

Ese debe ser el resultado de su entrenamiento.

—Y es una boca sucia también.

Eso debe venir de nacimiento.

—Hay, hombre —continuó el líder—. Puede que sea algo linda, pero para ser una mujer no es tan atractiva. Dime, ¿qué es lo que le ves?

La conversación tomó una extraña dirección. Ciertamente Conrart estaba buscando a dos personas de alturas diferentes, pero no una pareja. ¿O tal vez los soldados habían confundido a alguno de los dos por una mujer?

—Pero no pueden haber ido muy lejos. Los hemos encadenado juntos. Lo siento, amigo, pero mis camaradas de seguro los cazaran antes que tú. Después de todo, de verdad se gana mucho dinero si capturas una pareja a la fuga. El gobierno paga una gran recompensa, estoy seguro de que lo sabes.

Conrad no podía creer lo que escuchaba: ¡Una pareja encadenada que se dio a la fuga! ¿Cómo iba a ser posible contarle esta clase de noticia a Wolfram?

Espero y espero, pero aun así nadie nos ofrece agua. Aunque estoy en una casa ajena, eventualmente decido ir a buscar agua por mí mismo. La sed es simplemente inaguantable.

Justo cuando me levanto de mi silla el niño llamado Jilda viene corriendo sosteniendo un gran abanico en su mano. Parece al borde de las lágrimas por la vergüenza.

—No necesitas traerme un abanico —digo—. Sólo me gustaría tomar un vaso de agua. ¿Tal vez podrías llevarme a la cocina?

—¡Oye, niño!

Gwendal llama a Jilda con una seña para que se acerque a él y pone un puñado de billetes en su mano.

—Usa esto para comprar algo de alcohol, una bebida sin alcohol, y algo para comer. Puedes quedarte con el cambio. ¿Puedes hacer eso sin perder el dinero?

—Ya tengo diez —dice Jilda.

No luce para nada tan grande. Habría pensado que no tenía más de seis. ¿O tal vez él tiene una gran expectativa de vida y por eso se desarrolla más lentamente que un niño humano? El niño asiente sin una pizca de temor hacia el general Mazoku.

Probablemente se debe a los ojos de cachorrito del niño que Gwendal es inusualmente amable. Este hombre aterrador de ojos azules tiene una debilidad por cualquier cosa tierna, así que eso debe de haber ablandado su corazón.

El calvo Shas y yo respondemos sorprendidos.

—Escucha, no necesitas hacerte problema por mí —aclaro—, no tiene que ser agua mineral. En mi casa bebo agua directamente de la canilla.

Y Shas protesta con Gwendal: —Ustedes son nuestros huéspedes. ¡No aceptamos caridad!

—Lo mismo se aplica a nosotros —responde Gwendal—. Nosotros tampoco aceptamos caridad.

—Por eso, puedes traer tan solo el agua —trato de conformar a ambas partes—. Si no hay agua de la canilla, tomaré agua de pozo. Está bien.

—No hay agua en Sverera… —dice Nicola con voz triste.

Las lágrimas que ha derramado por Huber se han secado rápidamente, dejando marcas blancas en sus mejillas.

—No ha llovido desde hace casi dos años. Incluso el agua subterránea se ha secado. No tenemos otra opción más que importar alcohol y frutas desde otros países. Hay una pequeña ración de agua potable para todos, pero es sólo lo suficiente para sobrevivir.

—¿No pueden obtener agua de algún país vecino?

—¡Nuestro país finalmente es independiente! ¡Todos los demás alrededor son enemigos! —grita Nicola.

Nunca en mi vida hubiera esperado escuchar de esta chica, que aún usa su vestido de novia y cuya sonrisa se siente como un rayo de sol, la palabra “enemigo” dicha con tanto odio y terror.

Mientras tanto Jilda sale rápidamente de la casa.

Nicola continua: —¡Si tan sólo lloviera! Entonces incluso los niños pobres y sus padres tendrían agua suficiente para beber. Las sembrados crecerían, las vacas produciría leche… Huber estaba buscando un objeto que podía hacer eso realidad. El prometió que nos ayudaría.

—¿Es verdad que Gegenhuber dijo que usaría este objeto para ayudar a los humanos?

La voz de Gwendal ha vuelto a su usual tono amenazador. —Sí, eso ha dicho —afirma Nicola.

—¡Juro que le romperé el cuello!

—¿Por qué dices una cosa tan fea? ¿Qué tienes en contra de Huber? Él fue quién me enseñó que los mazokus en realidad son de naturaleza amable. Gracias a él aprendí que cuando te enamoras no importa si la otra persona es humana o mazoku. Para salvar a Huber, incluso estuve dispuesta a casarme con ese soldado al cual no quiero. Ellos me prometieron que liberarían a Huber.

Ella comienza a llorar de nuevo.

Gwendal luce sombrío, con sus brazos cruzados sobre el pecho. A pesar de las lágrimas de Nicola no pierde la compostura ni un poco.

—Por favor, no te preocupes —trato de calmar a la chica—. Bajo ninguna circunstancia le permitiré a alguien tomar la vida de tu amante. Sé que no lo parece, pero tengo un poco más de autoridad que este tipo de aquí. Por cierto, aunque siempre está diciendo cosas desagradables, siempre que haya algo pequeño y tierno en frente de él se vuelve bastante gentil.

—¿De verdad? —solloza Nicola.

—Sí, de verdad.

—¡Déjate de tonterías inmediatamente! —brama Gwendal.

—¿No se llevará a mi bebé?

—¡Por dios, claro que no! ¡Los bebés deben estar junto a sus madres!

Un momento, ¿qué, qué? ¿Un bebé? ¿Cuál bebé?

—¿Ya has planeado un bebé? ¿Cuándo?

—Bastante pronto. El bebé ya está creciendo dentro de mí.

La sonrisa de Nicola ilumina su rostro de nuevo.

—Pero por favor no piensen mal de mí. Por supuesto que es el hijo de Huber —aclara.

¿Qué? ¿Quería que el novio criara al bebé de otro? El mundo exploto y se quebró en mil pedazos dentro de mi cabeza. —¡Ese… ese maldito bastardo!

El color de la cara de Gwendal sigue cambiando. Primero se pone pálido, luego de un rojo oscuro. En cualquier momento la vena en su sien se hinchará y palpitará.

—¡Tranquilízate, Gwendal! ¡Tómatelo con calma, enfríate un poco!

—Cállate —me ladra—, ¡Estoy tan frío como un pepinillo! ¡No me interesa para nada si esta chica trae al mocoso de Huber al mundo o si el bastardo estira la pata por si mismo!

Tomo su brazo. Nos vemos como la pareja en la estatua de bronce “El demonio dorado”que he visto en Atami[1].

Nicola mira fijamente a Gwendal con la boca semi abierta del horror. Los dedos que presiona contra sus labios tiemblan levemente.

—Gwendal, ¡No puedes asustarla de esta manera! ¡No es bueno para el bebé! ¡Oh Dios mío, el bebé! —Entro de pánico—. ¿Cómo se supone que nos vamos a hacer cargo de esto? No tengo experiencia con estas cosas. ¿Qué hacemos ahora?

—¿Cómo podría saberlo? —refunfuña Gwendal.

Pero claro, esa pregunta estaba justificada. Después de todo, los hombres no tienen bebés. Excepto Arnie[2] en esa película, por supuesto.

—Seguramente tienes uno o dos hijos en secreto secreto con una amante, ¿verdad? Evitar los amoríos es complicado. Además, tienes dos hermanos menores. Probablemente estabas allí cuando nacieron.

—No —dice Gwendal.

—¿Cómo qué no? Pero aún así eres un hermano mayor —respondí.

—Todo está bien. Dejen de hacer un alboroto —dice nuestro anfitrión repentinamente.

Gwendal levanta la silla que se ha caído mientras Shas mira pensativamente a Nicola con una cálida sonrisa. ¿Qué es lo que ve en ella? Quizás a su propia hija, que también tuvo un hijo con un mazoku. En cualquier caso, su expresión sombría se ilumina notablemente.

—¿Cómo te has podido meter en una situación tan complicada?

Nicola pone atención a Shas.

Gwendal finalmente ha decidido sentarse de nuevo, pero sus manos golpetean sus rodillas hacia arriba y hacia abajo como si tuviera un joystick en las manos. Siempre hace eso cuando está irritado.

—Perdí a mis padres durante la guerra civil, así que crecí en un orfanato cerca de Conashia. Cuando tenía 16 iba a casarme con alguien de una familia escogida por la iglesia y llevar una vida normal. En el pueblo había una mina de houseki, todas las mujeres trabajaban ahí. De seguro ya saben que sólo las mujeres pueden sacar las piedras.

— ¿Por qué? —pregunto en voz baja a mi acompañante esposado, pero no obtengo respuesta.

—Hace más o menos medio año, una terrible tormenta de arena azotó el área, y junto con ella llegó Huber a mí pueblo. Todos tenían miedo de él porque era mazoku, excepto yo. Después de todo, fue un mensajero mazoku el que nos entregó los restos de mi padre. Nuestras almas se conectaron la una a la otra rápidamente.

—Sin mencionar sus cuerpos —escucho murmurar a Gwendal mientras rechina los dientes.

—Pobre Huber, había tenido un pasado difícil, el dolor de su alma torturada dejo su marca en él. Tenía miedo de amar, pero superamos juntos ese miedo.

—¿Te contó? —preguntó Gwendal.

—¿Qué quieres decir?

—¿Gegenhuber te dijo qué es lo que había hecho en el pasado?

Nicola frunce el ceño y sacude levemente la cabeza.

—No, Huber no dijo nada.

Gwendal suelta otro gruñido.

—¡Cálmate de una vez! Esto no es bueno para tu presión arterial —intenté apaciguar al hombre irritado—. Tengo una idea. Siempre que te enojes, deberías acariciar algo peludo y suavecito para poder calmarte.

Gwendal coloca su gran mano sobre mí cabeza y aprieta.

—¡Ahhhhh! —grité—. ¡No a mí! ¡Yo no soy suavecito!

Nicola continua: —Un día Huber me dijo que estaba buscando un precioso tesoro. Él ya había encontrado una parte de él y la escondió en un lugar seguro. Se rumoreaba que la otra parte estaba en mi pueblo. Dijo que el tesoro era un magnífico instrumento, y que cuando la persona correcta lo tocara llovería. Así que robé la llave de la iglesia y nos escabullimos en el lugar de excavación un par de veces. Ahí encontramos la otra mitad de este tesoro legendario.

—No puedo evitar pensar que este hombre se aprovechó de ti — suspiré.

La chica, profundamente enamorada, ignora mi comentario.

¿De verdad podría ser este instrumento la famosa mateki que Gegenhuber ha estado buscando?

—¿Cómo es? —pregunta Gwendal.

—Es un tubo café oscuro —dice ella.

—¿Un tubo? —repetí.

—Sí, y creo que ha afectado a este lugar de alguna forma. Desde que lo sacamos ya no hay más housekis en el sitio de excavación. Ni el más mínimo rastro, nada. Podrías escavar tanto como quisieras, no encontrarías nada. La gente del pueblo no sabía que nosotros éramos la causa, pero aun así no tuvimos otra opción más que escapar. De otro modo, tarde o temprano seguramente habríamos sido arrestados.

Grandes lágrimas caen de nuevo desde los grandes y vívidos ojos de Nicola. Ella es como el clima en las montañas, de repente llueve y de repente está soleado. Ninguna chica en mi clase se deja llevar por sus sentimientos de esta forma tan descuidada.

—Descubrieron que éramos una pareja a la fuga y distribuyeron la orden de arresto por todo el país. Huber me quería llevar a su país natal. Él dijo que su reina era muy tolerante con los amoríos entre humanos y mazokus. Que ahí podíamos estar juntos como una pareja abiertamente en frente de todos. En mis sueños, ese lugar era el paraíso.

Bueno, creo. ¿Podría ser? ¿De verdad es Shin Makoku el paraíso? Aún no merezco este título, ¿pero he contribuido a hacerlo aún mejor?

Necesitas saber, Nicola, que ahora yo soy el rey de la tierra de tus sueños. Al menos intento hacerlo un mejor lugar…

Repentinamente deseo que alguien me dé unas palmaditas en la espalda para alentarme. Me gustaría que alguien me diga que todo va a estar bien. Añoro los locos elogios de Conrart y Günter, incluso si fueran más vacíos que el aire.

La voz refinada y clara de Nicola me trae de vuelta a la realidad.

—Quisimos evitarla capital y parar en otra ciudad. Pero ahí también se habian secado los pozos. Cuando vi que incluso los niños tenían que sufrir la sed, ya no pude contenerme. En un hotel, mientas Huber no estaba, saqué el tubo, lo examiné, lo froté y le di golpecitos. Luego intenté tocarlo. Pero no pasó nada, la lluvia no llegó. Desafortunadamente, el anciano del pueblo me atrapo mientras lo hacía. ¡Él dijo que esa era la flauta mágica del Maou! ¡Y ya que yo la tenía, no debía ser otro que el Maou en persona!

—¡Entonces intentaste escapar del hotel!

—¡Sí! Pero fuimos capturados inmediatamente. ¿Cómo supiste?

No puedo contestar su pregunta, pero esta es la única forma de explicar la historia del doble que fue arrestado por escapar sin haber pagado.

—Entonces fuiste casi ejecutada.

—¡Sí! Pero el hijo de una prominente persona de la capital extrañamente me tomó cariño. Me dijeron que si me casaba con él, tal vez liberarían a Huber también. Esa es la razón por la que estaba en la boda…

—¡Entonces tú eres el doble!

Me sobresalto y Nicola se calla por la sorpresa.

Sorprendentemente la suerte esta de nuestro lado. ¿Quién hubiera pensado que la misión principal de este viaje —salvar al doble— ya había sido exitosamente realizada? ¡Y qué mi doble era en realidad una chica!

—Pero no nos parecemos ni un poco, ¿no es verdad? Gwendal, ¿crees que nos parecemos un poco?

—No —dice después de darnos una rápida y aguda mirada.

—¡Me parecía! ¡No hay absolutamente nada que se pueda comparar entre nosotros! Yo soy un chico, Nicola es una chica. Puede que tengamos más o menos el mismo tamaño, pero los hombros, parte superior del cuerpo y los músculos nos dan complexiones completamente diferentes.

—El cabello y los ojos de cierta forma son similares —dice Shas cautelosamente.

¡Pero solo un poco! La gente de Sverera estaba confundida porque ellos no tenían ni idea de cómo se veía realmente el vigésimo séptimo Maou, Yuuri Shibuya. Y porque Nicola tenía la flauta mágica.

—¿Quieres decir que… que fui confundida contigo? —Nicola estaba atónita.

—¡Exacto! Y luego Gwendal y yo fuimos confundidos contigo y Gegenhuber.

—¿Qué le pasó al tubo? —interrumpe Gwendal.

—¿No quieres saber qué le pasó a tu primo Huber? —respondo.

—¿Eres el primo de Huber? ¿Es el primo de Huber? —Nicola ya está en las nubes por completo. Afortunadamente la emoción no le hizo dañó al bebé.

—¡Oh, por todos los cielos! No se me había ocurrido. Ahora estoy tan confundida. Estoy muy feliz de conocerle. Mi llamo Nicola. Me he permitido a comenzar una relación seria con Huber. ¡Por dios, Yuuri! ¿Acaso tú también eres un pariente de Huber? Si eres el tesoro de Gwendal entonces…

—¡No soy su tesoro!

—¿Qué pasó con Gegenhuber y el tubo? — interrumpe Gwendal de nuevo impaciente.

—Ellos deberían haber liberado a Huber, pero desde hace dos semanas que no lo veo. El tubo…

Nicola pierde toda la excitación y está otra vez al borde de las lágrimas mientras llevaba su mano al escote de su vestido.

—Está aquí —dice y saca algo de allí.

—¿Qué? ¿Este objeto extraño? —exclamo sorprendido.

El tubo marrón oscuro es un tanto más grueso que un pulgar. En la parte delantera hay tres agujeros y uno en la de atrás. Es de casi diez centímetros de largo. Si mi memoria no me falla, ya he visto algo parecido antes.

—Huber y yo hemos tratado de hacer que llueva en este país, pero el tubo no causó ningún milagro. Creo que un tesoro de los mazokus sólo concederá deseos a los mazokus.

—¿De verdad así lo crees?

Si Nicola está en lo cierto, esta cosa es condenadamente mezquina. Tal vez incluso tiene un alma…

Nicola le da el objeto a Gwendal. Después de que lo examina cuidadosamente lo pone en mi mano izquierda encadenada.

—¿Qué hago con esto?

—Es tuyo —dice Gwendal.

—Pero igual no puedo usarlo. Me sentirías más seguro si tú lo guardaras.

—Fue hecho solo para ti. Sólo escucha tus órdenes. ¿Recuerdas a Mörgif?

Mörgif es la legendaria espada mazoku que sólo el Maou puede usar. Tiene una cara rara, de la que escupió un líquido amarillo por todas partes. Puede gemir lastimosamente, y me ha mordido el dedo. La experiencia fue muy desagradable.

¿Qué debería hacer si esta reliquia resulta ser así de rebelde?

—Está bien. Me voy a esforzar por sacarle una nota a esta cosa. ¡Cuidado, tal vez incluso podría desatarse una tormenta!

El tamaño de esta flauta es más como el de una ocarina que de un flautín. Coloco mis labios cuidadosamente en uno de los orificios y trato de tocar como lo haría con una flauta.

¡Espera…! ¿Pero esto no es como un beso indirecto, verdad? La idea de que los labios de esta dulce chica también han tocado esta flauta me enloquece. La sangre se me sube a la cabeza y mi cara se pone roja.

Ffffffftttt.

—Qué raro…

Ffffffftttt.

—¿Estás seguro de que es una flauta? —pregunta Nicola.

La estúpida cosa no hace ningún sonido. Incluso el silbido de nuestro profesor de deporte era más parecido a una flauta. Incluso los pedos de mi hermano son más melodiosos. La demostración es más penosa que lo esperado. Tengo suerte de que Wolfram no esté aquí. Imaginen los insultos que me hubiera dedicado si hubiese sido testigo de mi pobre actuación. Pero no puedo permitirme dar marcha atrás.

—Tal vez no estás sosteniendo la flauta en la posición correcta —dice Gwendal—. Trata de tocarla desde la punta, no desde un lado.

—¿A lo largo? ¿Así? —murmuro y coloco la flauta como una pajilla en mi boca.



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Respiro profundamente, lleno mis pulmones de aire y luego soplo violentamente en el tubo. Desafortunadamente, he olvidado cómo tocar instrumentos de viento, tenía que sacar el aire desde mi abdomen.

Fffff…

¡Ahhhhhhhhhh!

—Rayos, ¿qué fue eso? —grito perplejo.

¿Una flauta que grita cuando la tocas? ¡Qué desagradable!


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Referencias

  1. Atami es una ciudad al este de la prefectura de Shizuoka, Japón. No he podido encontrar cual es la estatua de la que habla Yuuri para describir mejor la pose en la que están él y Gwendal.
  2. “Arnie” es Arnold Swarzcheneger , y la película a la que se refiere es “Junior” protagonizada por él y Danny Devitto.