Fate/Zero:Acto 2 Parte 2

From Baka-Tsuki
Jump to navigation Jump to search

-221:36:01[edit]

Sellado en el hielo se encuentra el más lejano castillo de los Einsbern.

Ese día, el viejo castillo localizado en lo más profundo de las montañas, a donde la gente no va, preservando en silencio las vidas de los magos antiguos, fue liberado de la tormenta de nieve.

No se podía llegar hasta ahí si el cielo no se encontraba despejado, pero se encontraba remarcablemente más brillante que en los días en los que el cielo se blanquea con la nieve. No había pájaros volando o plantas verdes en el suelo de invierno, pero sí bastante luz.

En aquellos días, sin importar que tan cansado u ocupado se encontrara su padre, ellos salían juntos al bosque en las afueras del castillo. Esa era la primera regla no escrita entre Ilyasviel von Einsbern y Emiya Kiritsugu.

“De acuerdo, ¡El día de hoy no voy a perder!”

Habiendo dicho esto, la exaltada Ilyasviel se movió rápidamente dentro del bosque, antes que su padre. Ella daba algo de pena con sus pequeñas botas dentro de la gruesa nieve, pero sus pequeños ojos vacilantes no dejaban pasar nada por alto, aun rodeada por los árboles, no se descuidaba ni por un minuto. Justo ahora, la chica estaba en medio de una fiera batalla contra su padre.

“Oh, aquí hay una. La primera del día de hoy.”

Al escuchar el tono triunfal de Kiritsugu, quien se encontraba detrás de ella, los ojos de la sorprendida Ilyasviel cambiaron al color del enojo mientras se daba la vuelta.

“¡No puede ser! ¿Dónde? ¡No pude haberla pasado por alto!”

Regresando una audaz sonrisa a su amada hija que se encontraba roja de la incredulidad, Kiritsugu señalo una cosa que se encontraba por encima de su cabeza. De una rama congelada colgaba una nuez, un humilde retoño del invierno que sobresalía del árbol.

“Fuhuhu, Yo me quedo con el primer punto. Mantengamos este ritmo.”

“¡No voy a perder! ¡Juro que no voy a perder el día de hoy!”

La competición abierta entre padre e hija en este bosque de invierno tenía como objetivo el buscar los primero retoños de nueces del invierno. El marcador hasta este año era de 12 victorias, 9 derrotas y 1 empate a favor de Ilya. La cuenta total era 427 para Ilya contra 374 de Kiritsugu. La campeona actual estaba bajo mucha presión este año.

Ilyasviel tenía que apresurarse. Observándola, Kiritsugu no podía evitar el sonreír amargamente. Verificando uno a uno todos los retoños que su padre había encontrado, la chica podía presagiar su muerte inminente el día de hoy. Aparentemente, hoy es el día donde ella tendría que revelar sus habilidades.

“Ah, aquí. Ilya encontró una también~”

Kiritsugu se rió entre dientes de manera malévola desde detrás de la alegre Ilya.

“Fuhuhu, papi encontró la segunda también.”

En esta ocasión, Ilya salto como un gato mojado.

“¡Muéstramela! ¿¡Muéstramela!?”

En esta ocasión, su orgullo de niña estaba en juego si deseaba clamar que ella nunca dejaba pasar nada. En realidad, ella no dejó pasar ninguna. Solo que ella está compitiendo contra alguien infantilmente astuto.

La reacción esperada de Ilya, 10 segundos más tarde, hizo que Kiritsugu tuviera que suprimir su risa mientras él señalaba lo que había dicho que era su “segundo” retoño de invierno.

“¿Eh—? Esa rama no tiene ninguna nuez, ¿cierto?”

Lo que Kiritsugu señalaba era una rama a la que Ilya no había considerado como un blanco hasta ese momento.

“No, no, Ilya, esta rama es una nuez china, una variedad de nuez. Así que eso también es el retoño de una nuez.”

Como si ella hubiera sido engañada por un zorro, Ilyasviel permaneció en silencio por 2 o 3 segundos, entonces ella grito, con sus mejillas enrojecidas.

“¡No es justo, no es justo no es justo no es justo! ¡Kiritsugu, eso es cruel!”

Ciertamente, él de verdad estaba siendo injusto. Desde hace dos ocasiones, Kiritsugu ya estaba contando a las nueces chinas como nueces. No solo era falso si no que en verdad era juego sucio.

“Oh, pero si papi no lo hace así, él nunca será capaz de ganar.”

“¡No puedes! ¡No cuenta si es una nuez que solo Kiritsugu conoce!”

Una Ilya extremadamente enojada comenzó a golpear las rodillas de su padre.

“Hahaha, pero Ilya, ¿No es una nueva oportunidad de aprender algo? De hecho, las nueces chinas no son comestibles como las nueces, recuérdalo.”

Ilyasviel le gruño, sin preocuparle nada de lo que dijo.

“¡Si eres así de injusto, entonces Ilya no jugara contigo, Kiritsugu!”

“Eso sería molesto – lo siento, lo siento, pido perdón.”

A causa del ultimátum, Kiritsugu pidió perdón obedientemente. Con ello, Ilyasviel comenzó gradualmente a recuperar su buen humor.

“No vuelvas a hacer trampa de nuevo, ¿Lo prometes?”

“Lo prometo, lo prometo. Las nueces chinas han sido descartadas.”

Pero aun así, aun cuento con las nueces del campo… Susurro Kiritsugu silenciosamente.

Ilyasviel, quien aun no sabía cómo desconfiar de la gente, alzo su pecho orgullosa, asintiendo con satisfacción ante su incorregible padre.

“Bien. Entonces te reto de nuevo. El campeón siempre debe de aceptar un reto.”

“Así es. Me siento honrado princesa.”

“A modo de demostrar mi lealtad, para la búsqueda de nueces del día de hoy, Kiritsugu será el caballo.”

“¡Ahahah! ¡Qué alto!”

Montar en los hombros de su padre era por mucho la actividad que más le gustaba a Ilyasviel. Las largas piernas de Kiritsugu eran capaces incluso de cruzar la nieve profunda en la que Ilyasviel no podía caminar. Con un punto de vista más alto, ella también podía cazar nueces más eficientemente.

"¡A~quí vamos!"

"¡Yawohl!"

Kiritsugu salió de entre algunos arbustos, su hija utilizaba su cuello de silla. La emoción hacia que Ilyasviel pateara y se riera alegremente.

Tal falta de aprecio por los hombros de su padre lo hacía sentir triste.

Al no tener ninguna experiencia en criar a un niño antes de la llegada de Ilyasviel, Kiritsugu no sabía cómo crecían. Pero entendía que no era normal para su hija, quien cumpliría 8 años este año, el que aun pesara 15 kilos.

Tal vez los absurdos ajustes que ella recibió al nacer eran la razón. Para Kiritsugu e Irisviel, era obvio que ella tardaría en llegar a la madurez. ¿Acaso su cuerpo se convertiría en el de un adulto con el paso de los años o no?

No, la verdad es que ellos no tenían ninguna esperanza. Como mago, Kiritsugu ya había concluido su despiadado diagnostico. Había de un 80% a un 90% de probabilidades de que el crecimiento de Ilyasviel se detuviera antes de que sus características sexuales secundarias hicieran su aparición.

Aun así, en vez de mirar su futuro como una mala fortuna, ella debe de tener mucha felicidad – ese deseo solo provenía del ego de sus padres. Aun así, el dolor de ese pensamiento taladrando su pecho era prueba del amor de este hombre llamado Kiritsugu.


※※※※※


Desde una ventana del Castillo, un par de ojos de jade estaban observando las pequeñas figuras del padre y de la hija jugando en la entrada del bosque.

La joven mujer de pie en la ventana estaba lejos de ser débil o efímera. Ella tenía el pelo rubio visiblemente ligero y suave, y llevaba un vestido de estilo viejo que envolvía su esbelto físico; esto evidentemente era adecuado para una joven mujer recluida en su cuarto, pero la atmósfera que la rodeaba había tensado el aire del cuarto con solo estar de pie con ese intenso rigor. Aunque, en vez de la frialdad del hielo, ella poseía la frialdad de un caudal limpio y puro. Ella era alguien que no parecía encajar en el escenario de invierno del melancólico castillo Einsbern.

“¿Qué es lo que estas mirando, Saber?”

Mientras Irisviel la llamaba por detrás, la joven mujer en la ventana – Saber, se dio la vuelta.

“… Kiritsugu y tu hija que se encuentran jugando en el bosque, afuera.”

Dudosa, perpleja, frunciendo el ceño un poco con una expresión dura, la apariencia de su bello rostro no se encontraba deteriorada. Más que el humor que flota alrededor de una sonrisa, esta serenidad en su mirada estresada le quedaba perfectamente: ella era esa clase de belleza rara.

¿Podrías creer que su joven y vivaz presencia es la de un Espíritu Heroico materializado? Pero ella definitivamente es ‘Saber’… Ella era uno de los siete Espíritus Heroicos invitados por el Grial, con la clase del usuario de la espada más fuerte, un Sirviente completo.

A su lado, Irisviel miraba a través de la ventana. Ese fue el momento en que Kiritsugu se apresuro a entrar al bosque llevando a Ilyasviel en su espalda.

“¿Te sorprende ver a Kiritsugu de esa manera, cierto?”

Saber asintió honestamente hacia la sonriente Irisviel.

Desde su posición, después de todo, ella no podía ver el rostro de la chica, y apenas podía ver el pelo plateado que había heredado de su madre, pero la aguda voz que ella escuchó antes de que abandonaran su campo de visión, ciertamente, se encontraba rebosante de alegría. Solo eso era suficiente para imaginar la armonía entre padre e hija.

“Para ser honesta, Yo me encontraba bajo la impresión de que mi Maestro era una persona de un corazón más duro y frío.”

Ante las palabras de Saber, Irisviel mostró una sonrisa avergonzada.

“Bueno, eso tiene una razón.”

Desde su invocación, Saber no había recibido una sola palabra de su Maestro Kiritsugu.

A fin de cuentas, los Sirvientes son solo una herramienta para servir a sus Maestros, y es definitivamente de esa manera como un mago los trataría. Aun así, la actitud de Kiritsugu hacía Saber era demasiado. Ni siquiera hablaba con ella, ignoraba sus preguntas, apenas y la miraba, Kiritsugu seguía alejando al Espíritu Heroico que él mismo había invocado.

Aunque ella no mostraba nada de ello, Saber definitivamente estaba fuertemente disgustada con la actitud de ese hombre. Obviamente, el Kiritsugu al que ella había sido unida era muy diferente al hombre que se encontraba jugando con su hija afuera del castillo.

“Si este es el verdadero rostro de Kiritsugu, entonces debo de haber cometido una gran desgracia contra mi Maestro…”

Mientras Saber murmuraba, Irisviel comenzó a reírse sin querer: su rostro dolido mostraba sus verdaderas intenciones, las cuales normalmente estaban ocultas detrás del atractivo rostro. Saber se encontraba aun mas incomoda.

“Esto no es tan divertido, Irisviel.”

“… Lo siento. Me preguntaba si aun conservabas algún rencor causado por el momento en que fuiste invocada,”

“Un poco… Entiendo que mi apariencia es diferente de lo que cualquiera esperaría. Pero eso no debería de ser algo tan sorprendente para ustedes dos.”

A pesar de su galante dignidad, Saber en verdad parecía una chica que apenas sobrepasaba la adolescencia. Cuando ella apareció en el brillante círculo de invocación, tanto Kiritsugu como Irisviel se quedaron sin palabras.

Eso era de esperarse. El Espíritu Heroico que Kiritsugu estaba invocando había sido grabado en la historia como un hombre.

El propietario de la funda de espada dorada de Cornwall, me refiero al que era conocido como el único portador de la espada sagrada Excalibur; nadie podría haber adivinado que la verdadera identidad del Espíritu Heroico Arthur Pendragon era una joven chica.

“Ciertamente yo he actuado como un hombre, y he deseado que esa mentira sea preservada a través de la historia… Pero es incomodo que alguien dude que yo soy la propietaria de esta funda de espada.”

“Puede que pienses eso, pero es inevitable. Tu leyenda es bien conocida, y ha sido dramatizada por 1500 años. Esa es una gran brecha con la imagen que teníamos del Rey Arturo.”

Mientras Irisviel sonreía incómodamente, Saber dejo salir un suspiro insatisfecho.

“Por supuesto que uno tendría dudas sobre mi apariencia. De alguna forma, en el instante en que saque la espada del contrato de dentro de la piedra, yo deje de envejecer gracias a su magia, manteniendo mi apariencia joven. Para comenzar, en ese momento mi pueblo ni siquiera cuestiono mi apariencia, dado que yo era el rey. La única cosa que se me pidió es que llevara a cabo mi deber como un rey.”

¿Qué tan dura habrá sido una juventud como esa?

El reino de Gran Bretaña se expuso a la invasión de los paganos, lo cual lo llevo al borde de la destrucción. Siguiendo las predicciones de un mago, el joven rey, “la encarnación de un dragón”, fue cargado con la tarea de ser el salvador, invencible a través de diez o doce años de batallas.

A pesar de esas proezas, este fue el desafortunado gobernante cuyo trono fue finalmente usurpado por su propia sangre, traicionado, y nunca perdonado por terminar con su gloria.

La verdad de que una chica delicada fuera cargada con un violento y doloroso destino pesaba en el corazón de Irisviel.

“¿Acaso Kiritsugu… Me odia por ser mujer? ¿Por qué no soy merecedora de una espada?”

Saber murmuro esto con una voz seca, observando a Kiritsugu desaparecer dentro del lejano bosque, alcanzando los sentimientos de Irisviel.

“Estas equivocada. Él comprende tu poder. Ese hombre no es tan estúpido como para juzgar mal a un Espíritu Heroico que fue puesto en la categoría de Saber… Debe de haber otra razón, si es que él se encuentra enojado.”

“¿Para enojarse?”

Saber reacciono a lo que acababa de escuchar.

“¿Quieres decir que hice que Kiritsugu se enojara? No puedo comprenderlo. Aun no he hablado con él ni en una sola ocasión.”

“Entonces puede ser algo que no esté relacionado contigo. Lo que lo tiene enojado debe de ser la leyenda del Rey Arturo que fue transmitida a nosotros.”

Si el Espíritu Heroico que invoco Kiritsugu fuera el “hombre mayor” llamado el Rey Arturo que es mencionado en la leyenda, entonces él probablemente no habría rechazado a su Sirviente de tal manera. Simplemente, para él, que prefería no mezclar sus sentimientos, las discusiones era mejor mantenerlas en el mínimo requerido.

Entonces, al final, su osado modo de “ignorarla” era el resultado directo de su respuesta altamente emocional.

Aquel que sacó la espada en la piedra fue una joven chica, la verdad que Kiritsugu había aprendido era la fuente de su abierta indignación ante la leyenda del Rey Arturo.

“Debe de estar enojado con la gente que te rodeaba en tu era. En la crueldad de aquellos que forzaron las tareas de un rey en una chica tan joven.”

“Ese no fue el caso. Yo estaba preparada desde el momento que saque la espada de la piedra.”

Saber menciono esto sin ninguna reserva, su expresión aun tan tranquila y transparente. Molesta, Irisviel asintió levemente.

“… El hecho que aceptaras un destino como ese es aun más provocativo. Tal vez es en ese punto que él está enojado contigo, la chica llamada Arturia.”

"..."

Saber bajó su mirada brevemente, incapaz de contestar. Pero cuando ella miro hacia arriba de nuevo, de inmediato sus ojos volvieron a su obstinación.

“Eso es ser demasiado emocional. No hubo nadie que levantara una queja ante aquellos que tomaron la decisión en mi era.”

“Y es por ello que él permanece en silencio.”

Con las rápidas respuestas de Irisviel, Saber no pudo más que dudar en esta ocasión.

“Emiya Kiritsugu y el Espíritu Heroico Arturia definitivamente son incompatibles – es por ello que lo dejare así. Si tuviéramos que hablar, nosotros solo nos negaríamos el uno al otro.”

Irisviel solo podía estar de acuerdo con esto. Si Kiritsugu pasara algo de tiempo con este orgulloso Espíritu Heroico, él siempre sentiría que sus mentes son demasiado diferentes.

Irisviel podía entender las quejas de ambas partes, y sentía demasiada compasión por ambos. Así que, el hecho de que estos dos nunca estarían de acuerdo era, nuevamente, la conclusión resignada de Irisviel.

“… Te lo agradezco, Irisviel. Sin una mujer como tú, podría haber perdido esta Guerra del Grial sin siquiera haber combatido.”

“También yo te lo agradezco. Yo deseo que sea mi esposo el que sea capaz de alcanzar el Grial.”

Temiendo la incompatibilidad con el Espíritu Heroico Arturia, Kiritsugu había pensando en una solución imposible para este problema.

El Sirviente y el Maestro actuarán completamente separados.

Para comenzar, no hay ningún límite en el rango del contrato entre los dos. Sin importar la distancia, un Hechizo de Comando puede controlar a un Sirviente, y el prana aun puede ser proporcionado a menos que el Maestro se desmaye. El que el Maestro y el Sirviente permanezcan juntos es solamente un acto de entendimiento mutuo. La prudencia dicta que las decisiones de batalla no pueden ser dejadas solo al Sirviente. El Maestro necesita permanecer en el lugar de la batalla para controlar al Sirviente.

Si Kiritsugu había decidido moverse independientemente, sin saber sobre las acciones de Saber, por supuesto que no significaba que confiaba en ella completamente. Kiritsugu le confió la tarea a Irisviel de ser el agente que supervise las acciones de Saber.

Eso no era algo arriesgado en lo absoluto. Por ejemplo, si el Sirviente de Kiritsugu fuera a actuar de manera rebelde, no había ningún miedo de que quisiera matar a Irisviel mientras aun siga deseando obtener el Grial. Sin Irisviel, aun si Saber derrotara a todos los otros Sirvientes, ella no sería capaz de obtener el Grial. El “contenedor del Grial” que Irisviel llevaba es absolutamente necesario para que el Grial de Fuyuki se materialice, Por lo tanto, Saber necesita defender a Irisviel de los otros Maestros.

Esa formación de equipo tan irregular era solamente a causa de las tácticas de batalla respectivas de Kiritsugu y Saber. El Espíritu Heroico de los caballeros, Saber, es un peleador que tiene las habilidades de Sirviente y las propiedades de sus Fantasmas Nobles completamente enfocadas hacia una “completa batalla frontal”. Su mentalidad nunca consentiría una acción que no sea adecuada a ello. Por otra parte, su Maestro Emiya Kiritsugu es esencialmente un asesino que realiza planes astutos, y no hay posibilidad de que ellos dos juntos puedan generar más que algo un poco mejor que un plan normal.

En vez de eso, en lo concerniente a afinidades, Kiritsugu evaluó que Irisviel sería mucho más adecuada como la compañera de Saber. Su esposa es definitivamente un homúnculo, pero ella aun es parte de la noble familia Einsbern, y como tal, ella tiene una elegancia y dignidad natural. Irisviel definitivamente es el tipo de dama a la que un caballero dedicaría su lealtad.

De hecho, en los últimos días en los que han vivido juntos después de la invocación, Irisviel y Saber ya habían desarrollado un entendimiento y respeto mutuos. El aire de nobleza natural de Irisviel era similar al de una “princesa” de la época de Saber, y la nobleza de Saber era una pareja perfecta para la buena cuna de Irisviel.

Por lo tanto, el Maestro por contrato, Kiritsugu, propuso que su esposa Irisviel actuara como un “Maestro substituto” en su lugar, a lo que Saber accedió fácilmente. Su problema en realidad es que ella se sentía incomoda al cooperar con Kiritsugu, y más que dejarla que blandiera su espada libremente, Irisviel era en verdad mucho más apropiada; en eso habían concordado. Así que, ellas dos entablaron una relación de maestro y sirviente de acuerdo al juramento del caballero, muy diferente al contrato de un Sirviente, y es así como ellas se estaban preparando para el Toque del Cielo.

“Irisviel, ¿Cómo visualizas tú el tipo de persona que representa Kiritsugu?”

“Un guía al igual que un esposo. Aquel que le dio significado a mi vida – Pero eso no es lo que quieres saber ¿o sí?”

Saber asintió. Lo que ella quería saber no era sobre la subjetividad de Irisviel, si no sobre el lado de Emiya Kiritsugu que Saber no conocía.

“A decir verdad, él es una persona amable. Solo que, a causa de que es tan amable, es por ello que no puede perdonar la crueldad de este mundo. Él escogió el poseer un corazón aun más frío para pelear contra ello.”

“Puedo entender tal determinación. Con un punto de vista aun más bajo, uno habría tenido que abandonar su sensibilidad humana.”

Con esto dicho, uno no podía pensar que Kiritsugu y Saber eran parecidos. Tal vez el disgusto de Kiritsugu hacia el Espíritu Heroico del rey Arturo era del mismo tipo.

“Para salvar al mundo con el poder del Grial - ¿Es esto lo que estás diciendo? ¿Es este tu deseo y el de Kiritsugu?”

“Si. Aunque el mío es solo un reflejo de su deseo. Pero en verdad pienso que es algo por lo que vale arriesgar tu vida.”

Ante las palabras de Irisviel, Saber asintió, con sus ojos encendidos como una flama.

“El deseo que reservo para el Grial es también similar. Yo deseo ayudar a la Gran Bretaña que no pude salvar por mí misma. Pienso que lo que tú y Kiritsugu desean es correcto. Es un camino del cual deberían de estar orgullosos.”

“Cierto…”

Sonriendo, Irisviel respondió ambiguamente.

Orgullo- ese precisamente era el problema.

Las palabras de su esposo reaparecieron en la mente de Irisviel. La verdadera razón del porque Kiritsugu y Saber se comportan de manera tan diferente.

Ustedes dos serían como flores en el campo de batalla. Nunca huyen o se esconden, brillando de tal manera que nadie dejaría de mirar al Sirviente Saber.

Porque aquellos que miren a Saber estarán dándome la espalda a mí.

Kiritsugu no tenía ninguna intención de dejarle el campo de batalla a Irisviel y a Saber. En vez de ello, él tiene la intención da transformar activamente el progreso de la guerra por sus propios medios. Él será un asesino escondiéndose y atacando por la espalda al enemigo, y Saber tenía el rol de atraerlos para asegurar que su trampa fuera un éxito, no más que un señuelo.

Irisviel no podía decir nada, pero era claro qué clase de métodos adoptaría Kiritsugu una vez que empezara la Guerra. ¿Qué pensaría el honesto y orgulloso caballero después de eso…? Al pensar sobre ello Irisviel comenzaba a preocuparse.

“Irisviel, tú posees un profundo entendimiento sobre tu esposo Kiritsugu, y tiene una gran fe en él.”

Inconsciente de la melancolía de Irisviel, Saber observaba la armonía entre padre e hija desde la ventana.

“Al verlo de esa manera, ustedes dos parecen ser una pareja bastante normal buscando la felicidad.”

“Pero si Kiritsugu piensa que yo también debería de haber buscado la felicidad como una persona y no como un rey de esta misma manera... Ambos son un deseo que uno no puede evitar tener”

“… Así que, ¿Ya no le guardas rencor alguno?”

“Por supuesto que no”

Con un rostro delicado, Saber asintió, e Irisviel se sintió como si estuviera traicionando a su Sirviente.

“Pero – Irisviel, ¿Acaso está bien? El que me cuentes algo como eso”

"¿Eh?"

Preguntando de nuevo, los ojos de Saber parecían querer decir algo más.

“Quiero decir – tú deberás aceptar el dejar a tu hija, al igual que Kiritsugu. Mañana… ¿Acaso no volaremos a Japón para ir tras el Grial?”

“Ah, eso – Esta bien. No hay ninguna necesidad que yo y mi hija partamos.”

Irisviel sonrió pacíficamente para mostrar gratitud ante la ansiedad de Saber, pero de alguna manera, la vacía soledad de esa sonrisa la preocupaba.

“Si yo dejo de existir como Irisviel, no quiere decir que desapareceré. Cuando ella crezca, estoy segura de que lo entenderá. Porque ella es una mujer de la familia Einsbern como yo.”

"..."

Ella no podía comprender las enigmáticas palabras de Irisviel, pero el rostro de Saber se endureció ante el siniestro presagio que ella podía sentir dentro de ellas.

“Irisviel, tú definitivamente sobrevivirás. Yo te protegeré hasta el final. Lo juro por el orgullo de mi espada.”

La declaración solemne del caballero hizo que Irisviel sonriera brillantemente.

“Saber, obtén el Grial. Para ti y para tu Maestro. Entonces los Einsbern alcanzaran su deseo de 1000 años, y yo y mi hija seremos libres de nuestro destino – Nosotros dependemos de ti, Arturia.”

De nuevo, Saber no pudo comprender el significado de la sonrisa ansiosa de Irisviel. Su cabello brillaba como la nieve, y su radiante belleza, esa mujer llena con una cálida amabilidad, ¿A qué tipo de destino nació atada? – Para que el caballero conociera la verdad completa, esa era una revelación que aun estaba por venir.


※※※※※


La justa cacería invernal de nueces termino con la victoria de Ilyasviel, terminando con una serie de 3 derrotas consecutivas en favor de la campeona. Además, no se encontró ningún árbol de nueces de campo dentro del bosque de los Einsbern.

Después de la batalla, los dos caminaron casualmente de regreso. A causa de que ellos habían caminado hasta una parte profunda del bosque la majestuosa silueta del castillo Einsbern se había convertido en una borrosa silueta.

“La próxima ocasión será cuando regreses de Japón, Kiritsugu.”

Habiendo completado su venganza, Ilyasviel miraba con una gran sonrisa a su padre. Incapaz de verla directamente, Kiritsugu fingía serenidad lo mejor que podía.

“Si… La próxima vez papi no perderá.”

“Uhuhu, si no lo haces mejor, pronto estaremos separados por cien puntos, ¿lo sabías?”

La sonrisa de su amada hija se estaba volviendo demasiado dolorosa para el hombre.

¿Cómo debería de decírselo? Hasta el final, tal vez esa sea la única cosa en la que estará pensando.

Esta era la peor lucha para Kiritsugu. Pero, por cualquier medio, él debía ganar. Por ese propósito, él no podía permitirse renunciar a su vida.

Así que – la promesa hecha a su hija de jugar de nuevo en el bosque invernal era solo una pequeña victoria.

Salvar todo. Abandonar todo por esa causa.

Para el hombre que juro hacer eso, el amor solo podía ser como una espina.

Siempre que él amaba a alguien, era una maldición el tener que estar listo para mantener esa emoción escondida en su corazón.

Ese era el destino que cargaba Emiya Kiritsugu a cambio de su ideal. El amor era una tortura que no podía ser sanada.

¿Entonces porque?- él se preguntaba a si mismo siempre que miraba la tierra y el cielo congelados.

¿Por qué es que él amaba tanto a una mujer y a la niña que compartía su sangre con él?

“Kiritsugu, ¿Cuánto tiempo durara el trabajo con mi madre? ¿Cuándo estarán de regreso?”

Sin darse cuenta del sufrimiento de su padre, Ilyasviel pregunto con una voz animada.

“Papi regresara en un par de semana, probablemente. – Para mamá, debería de ser mucho más tiempo, eso creo…”

“Si. Mamá se lo dijo a Ilya. Que ellas estarían separadas por siempre.”

El escuchar su respuesta sin una sombra en su rostro fue el golpe definitivo para Kiritsugu. Sus rodillas perdieron la fuerza para avanzar sobre el camino cubierto de nieve.

Su esposa estaba lista. Su hija estaba preparada.

Porque la verdad era que Emiya Kiritsugu le arrebataría la madre a esta joven chica.

“Mamá me dijo que incluso si no podemos vernos nunca más, ella siempre estará a mi lado. No tengo porque estar triste, ella me lo ha estado diciendo antes de ir a dormir. Así que Ilya siempre estará con mamá”

“… Ya veo…”

En ese punto, Kiritsugu se dio cuenta de la sangre que teñía sus manos de un rojo escarlata.

No sabía cuanta gente había asesinado, que tan impuros eran sus brazos. Para que él pudiera sostener a un niño como su padre, eso definitivamente era imperdonable – él se decía esto a sí mismo.

¿Pero acaso esa advertencia no sería equivalente a salir huyendo?

Esta niña ya jamás seria abrazada por su madre nunca más. Y si su padre Kiritsugu abandona esa tarea también… ¿Quién será capaz de abrazar a Ilyasviel de nuevo?

"―Hey, Ilya."

Kiritsugu detuvo a su hija quien camina a lado de él, se dejo caer y rodeo con sus brazos a la chica.

"... ¿Kiritsugu?"

En estos 8 años, siempre que sostenía ese pequeño cuerpo en sus brazos, Kiritsugu dudaba de su capacidad como padre muy en el fondo. Disgustado por su actuación como padre, él solo podía sentirse mal consigo mismo por ser incapaz de actuar de otra manera.

Pero esto también llegaba a su fin. Como el único padre de esta niña, él debía sostenerla entre el calor de sus brazos. Sin huir, sin mentir.

“¿Esperaras por mí, Ilya? ¿Podrás soportar la soledad hasta que papi regrese?”

“¡Sí! La soportare. Esperare por ti junto a mama, Kiritsugu.”

Las memorias de este día probablemente llenaran a Ilyasviel con alegría hasta el final. Su alegre voz no contenía ninguna pena.

“… Entonces papi prometerá algo también. No te haré esperar. Papi definitivamente regresara rápidamente.”

Emiya Kiritsugu había aceptado otra dolorosa carga.

Soportando la espina que era el amor y que atravesaba todo su cuerpo, él abrazó fuertemente a su hija por toda la eternidad.




Regresar a: Acto 2, parte 1 Ir a :Página Principal Avanzar a: Acto 2, parte 3