Zero no Tsukaima Español:Volumen13 Capítulo2

From Baka-Tsuki
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CAPÍTULO 2: La Decisión de Saito

El quinto mes del año, el mes de Eir, ya más de la mitad, el día de Yul en la 3 ª semana, Aiello.

El sol iluminó los cuatro patios centrales de la Academia gracias a que el cielo estaba despejado.

Después de la escuela, los estudiantes que habían terminado sus clases se van a su patio favorito para discutir dónde ir durante sus vacaciones, sobre las nuevas Tabernas de Tristania, sobre quien estaba saliendo con quién, el retraso del “Baile de Frigg” que había sido programado para la semana del Tiwaz... golpeando los temas alegres para matar el tiempo.

Sin embargo, la atmósfera de los estudiantes alegres se rompió de repente por unos intrusos inesperados.

— Aaaaaaaaaahhhh! Los caballeros Pervertidos han llegado!

— ¡Todo el mundo corra! Esto no es bueno! ¡Corran!

Gritos de las chicas sonaban por la Plaza Austri. Los chicos mostraron sus quejas contra de estos muchachos que hicieron lo que quisieron, (al final, han recibido el peor trato que los insectos), no podían ser perdonados.

Caminando con orgullo y con un montón de miradas desdeñosas, eran los miembros del Cuerpo de Caballeros del Espíritu del Agua. Tenían expresiones solemnes desde el principio hasta el final.

El Comandante Guiche, los estaba guiando, levantando la varita. Malicorne, que estaba detrás de él, gritaba.

— ¡Escuadrón! ¡Alto!

Sus movimientos cambiaron. Este era el fruto de su formación. Para el Cuerpo de Caballeros, "marchar hacia adelante", es un trabajo importante. Parece que el entrenamiento de una hora que hacían todos los días, tenia efecto.

Guiche bajó la varita levantada. Entonces, Malicorne gritó con fuerza de nuevo.

— ¡Escuadrón! Prepárense!

Los estudiantes del Cuerpo de Caballeros sacaron algo de la espalda. En vez de varitas, eran escobas. Estaban utilizando escobas grandes hechas de ramas. — ¡Objetivo! Barrer todo tipo de basura en la plaza Austri! Barrer! Barrer! Barrer! El escuadrón se dispersó al tiempo que gritaban "Waaaaaah!", Y comenzaron a limpiar y barrer. Dado que todos los Nobles de la Academia de Magia lanzaban los restos de comida y botellas vacías donde quieran, era normalmente que las criadas y criados con paciencia limpiaran después de eso.

En cuanto a por qué el Cuerpo de Caballeros de la Espíritu del Agua tenía que limpiar la plaza después de la escuela en lugar de los sirvientes, fue a causa de lo que sucedió hace tres días. Fue el castigo que la Academia les dio por espiar en el baño de las chicas.

Malicorne se acercó a la zona donde las chicas de la escuela se habían reunido. — ¡Yaaaaaaaaaaah! ¡Un caballero desvergonzado viene!

Malicorne, mostraba una sonrisa mezclada de perversión y de alegría, volando hacia donde estaban las chicas.

— ¿¡Cómo pueden ustedes señoritas! Tirar basura en el suelo?!

Las niñas, que vieron a Malicorne en este estado, huyeron, una tras otra.

— No vengas! No vengas!


— Pero, hay basura allí también... en la tierra...—. Por lo tanto, Malicorne, con una expresión alegre y misteriosa, se acercó a las chicas.

— Ma, Malicorne-sama...

En medio de las niñas que huyeron, hubo una que se detuvo, una de pelo negro joven que alguna vez escucho los poemas de Malicorne.

— Hey, Brigitta. ¿Cómo has estado?—. Grito Malicorne

Su frente brillaba por el sudor, que tenía una sonrisa en su rostro. — ¡Malicorne-sama, mentiroso! ¡No pensé que serias la clase persona que espía a la gente cuando se baña!

Malicorne, que estaba recogiendo la basura, dijo como si estuviera hablando consigo mismo.

— Es porque soy un hombre.

— Malicorne-sama...

— ... ¡A veces, cuando sabes que vas a perder, tienes que seguir luchando!" Huu ..., Malicorne sonrió distraídamente.

— No entiendo lo que quieres decirme !Ma, Malicorne-sama eres una basura entre la basura!

Ding! El rostro de Malicorne se puso severo.

— Basura..., haz dicho basura..., aaaah...

— ¡Me retracto! Eres peor que la basura!

El gordito de Malicorne demasiado alegre rodó por el suelo y empezó a temblar extrañamente. Realmente era un gordo con problemas.

En el otro lado, la cara del Comandante Guiche tenía una expresión nerviosa, mientras que él se apresuró a limpiar el suelo con su escoba. De repente, la superficie del suelo se rompió y el familiar de Guiche asomo su cabeza.

Las lágrimas de Guiche hicieron borrosa su visión por un momento.

— ¡Verdandi!

Guiche rápidamente se arrodilló y abrazó a su familiar querido o. — ... Perdóname por la vergüenza que te hice pasar. Perdón por ese error que he cometido, pero fue momento irreflexivo!

Verdandi con su garra le dio una palmada en la cabeza de Guiche.

— ¿En un momento irreflexivo dices? Te atrevas a decir que tienes momentos irreflexivos todo el tiempo!

Una voz ronca salió de detrás del Verdandi.

— ¡Montmorency!

Por cierto, la chica con piel deslumbrante y pelo rubio rizado, era Montmorency. Ella miró a Guiche, que estaba arrodillado en el suelo.

— Por lo menos ahora sé ~ ~ ~ Qué tipo de persona que eres. Adiós —. Le dijo de una manera fría.

Montmorency abrió la botella de vino que tenía en la mano y la tiró en la cabeza de Guiche.

— Haz dicho ¡adiós! ¿Qué significa eso? Montmorency! —. Guiche, con la cabeza empapada de vino, gritó.


— Significa lo que significa, literalmente. Digo, debiste pensar mejor las cosas antes de invitarme para el baile.

— Aaaaaahhh...

Guiche se tomó la cabeza en el suelo. La leyenda dice que las parejas en el baile de Frigg, estarán juntas para siempre. Aunque no hay prueba alguna, el mito sigue siendo un mito.

Sin embargo, desde el asunto ese, Guiche no ha tenido la oportunidad de tener una conversación con Montmorency. Él había planeado aprovechar la oportunidad de la próxima semana para invitarla como compañera de baile. Para estar en buenos términos con ella, él llevo un ramo gigante de rosas y dijo:

“Este ramo todavía no está completo. La última flor... eres tú” —. Sólo Guiche podría utilizar este tipo de cosas para invitarla.

Pero Montmorency ignoro la mano de Guiche, volvió la cabeza y se fue. Guiche, sin soltar el ramo de rosas, estaba inexpresivo y no se movió... — ¿Entonces, es una señal de que estamos rompiendo?

— Exactamente. No me hables de nuevo. Así que adiós.

Guiche bajó la cabeza profundamente, maldiciendo su propia estupidez.

Reynal, quien asumió el cargo de tesorero del Cuerpo de Caballeros del Espíritu del Agua, estaba trabajando ascéticamente en la recolección de basura.

— Parece que Reynal es realmente serio... realmente no se puede juzgar a alguien por su apariencia!

— ¡Shh! Ese tipo de persona es la más temible! Tiene que haber pensamientos impensables corriendo a través de su mente!

Reynal, incapaz de soportar los murmullos de las niñas, las miro miró y empezó a gritar:

— ¡No...! Traté de detenerlos! Lo he intentado desde el principio! Pero, pero... En cuanto a Tiffania fue rodeada por sus compañeras, Reynal cayó al suelo.

— Aaaaaaah! En ese momento yo estaba pensando si son reales o no... ¡Oh Dios, oh Fundador Brimir, por favor, acepta de tu siervo sincero, mi profundo pesar! Me voy azotar con un látigo!

Reynal canto un conjuro y creo un látigo de aire. Poco a poco se quitó la camiseta y utilizó el látigo de aire para golpearse continuamente la espalda.

Las alumnas que vieron la escena, corrieron asustadas.

Las situaciones de los chicos restantes eran similares. Sus cuerpos se estremecían por un momento. Apretaban los dientes y maldecían su propia situación.

— En realidad... no me gusta la gente que no conoce la vergüenza. Ellos son una desgracia para la nobleza. Es una pregunta el por qué Su Majestad decidió hacerlos parte de su Guardia Imperial. Una sorprendida Louise miraba la escena desde la ventana en el dormitorio de las chicas, la escena lamentable que pasaba en la plaza Austri.

Frente a la chica de pelo rosado-rubio había otra chica con el pelo negro. Delante de ellas había un conjunto de tazas de té. Siesta, estaba vestida con ropa normal y tomando un sorbo de té, murmuró con una expresión de disgusto.

— V-verdad.

Siesta recordó las escenas en su memoria y se ruborizó.

— ... Pero, también nosotras fuimos bastante descaradas. Quiero decir... el tiempo que... con esa cosa de Jessica... y el ...

La cara de Louise también se puso roja.

Louise miró a Siesta, lo que implicaba que se terminó el tema. Luego, levantó la barbilla a la criada.

— Un segundo.

Con una voz baja y temblorosa respondió la criada, con la banda para sirvienta, característico del uniforme.

— ... Vestir a su familiar de esa manera ¿No es muy descarado de su parte? Vestido con traje de mucama, estaba Hiraga Saito Sirviendo el té. Y por cierto, su aspecto era miserable.

— Está bien. Si te gustan las doncellas, después de todo.

— Ese no es el problema.

— El problema es que alguien causó un alboroto —. Louise miró a Saito bruscamente.

— Hey, ¿Cuántas veces te he dicho que me obligaron?! Saito agarro el traje de mucama y le gritó.

— Si hubiera sabido que ibas a hacerme llevar esto, me habría ido mejor a barrer con ellos!

Louise poco a poco se acabó su té y luego le disparó una mirada Saito.

— No es sólo es por espiar.

— Grr...

— ¿Qué diablos estabas haciendo con esa niña?

— Ella estaba tratando de ayudarme! Evitando la pena del castigo de limpieza, pero en su lugar me convertiste en una sirvienta. Estoy muy agradecido. ¿Cómo sabes que yo siempre quise ser una Maid? —. Saito dijo desagradablemente, mientras llevaba un traje prestado de limpieza de la Academia.

De alguna manera, él era el único que no recibió el mismo castigo que los demás, pero eso no quería decir que estaba exento. Mientras que lo llevaron a la escena del crimen sin saber nada..., el hecho de que él haya espiado, no cambió. Pensó acerca de si alguno de los compañeros del Cuerpo de Caballeros le había delatado.

Además de eso, el castigo de limpieza era mejor que el castigo Maid, incluso con todos los menosprecios de los demás. Saito aún tenía su orgullo.

— De todas formas, quiero otra copa. Vierte un poco a siesta también. Saito cogió la tetera y sirvió el té para las dos.

— ... Uh, lo siento, Saito-san. Siesta hizo una profunda reverencia a Saito.

— ¿Hm? ¿Por qué te disculpas, Siesta?

— ... Bueno, en ese momento, ¿No te saque a patadas por la ventana? A pesar de que fue a causa de la poción...

— Está bien. Al final, no usaste de la poción. Siesta sonrió.

Louise interrumpió a Saito con una voz irritada.

— Basta de esto. De todas formas, yo no quiero volver a oír la palabra 'poción' de nuevo. Mira, eres una dama en estos momentos, por lo que tienes que ir a buscar con nosotras una merienda.

Siesta miró a Saito distraído.

— ... ¿Qué pasa, Siesta?

— ¿No te vas a enojar?

— No lo haré.

— Uh... Saito-san, como yo pensaba, estás muy lindo. Te queda muy bien.

— ¿Esto? Saito agarró la falda y se agitó.

— Sí..., creo que fue la decisión correcta.

— Decicion correcta..., ¿No me digas que fuiste tú quien eligió este traje?

— Sí, es cierto. La Srta. Vallière siguió insistiendo una y otra vez acerca de un castigo adecuado para ti. Algo que fuera un cambio de la pena dolorosa que ella inflige en el pobre Saito-san. Entonces, pensé en algo no doloroso, ¿Qué pasa con algo lindo?

— ¿Por lo tanto, esto?

— Sí. La sonrisa de Siesta era tan grande como podría ser.

Saito estaba decepcionado con la gente de esta habitación.

En este cuarto, no tenía aliados. Ah, sí, no tenía a nadie de todos modos. Con eso, él realmente no podía evitar ser maltratado. A pesar de que no debería, era parte de su naturaleza.

Mientras tarareaba una melodía juguetona, Saito abrió la lata de galletas que colocó en la parte superior del armario.

Junto a él había un frasco de crema.

En primer lugar, Saito sacó las galletas y las colocó en un plato frente a Louise y Siesta. Entonces, mientras dando vueltas como una bailarina, Saito sacó el tarro de crema delante de ellas.

— Mademoiselle.

— ... ¿Qué?

— ... Este, es el frasco de crema. Si le pones esto a algunas de sus galletas, será más deliciosa.

Louise hizo una mueca.

— Oh, ¿Es así?

— Las dos parecen saberlo muy bien... Saito dio una reverencia cortes.

En ese momento, un pequeño estremecimiento le recorrió el cuerpo.

Sin embargo, Louise tranquilamente tomó el frasco y destapó la tapa. Con una cuchara, extendió la crema en una galleta. Pero entonces..., con expresión malvada. Agarro la cuchara con todas sus fuerzas, rompiendo la galleta en pedazos por toda la mesa. Siesta temblaba de miedo mientras se ponía de pie.

— Uh, ¡Saito-san!

— ¡Sí, señorita!

— Estoy segura de que te lo he dicho esto antes, pero nada más fue un beso! La razón por la que estábamos llenas de crema en ese momento, fue debido a la poción! De alguna manera, los efectos por transferirse muchas veces, no eran tan fuertes!

— Si, sí.

— Solo me lamio un poco, ¡pero eso fue todo! ¡Todavía estoy pura! Um, estoy guardándome para… para...-

— ¡Silencio! —. Louise la callo antes de que Siesta llegara más lejos. Entonces, se levantó y se estiró. Tranquilamente camino hacia un Saito encorvado, el sudor y las lágrimas recorrían su cuerpo, mientras sonreía.

— En serio. Eres un obediente familiar.

— Es porque usted es muy amable.

— ... Después de todo, cada vez que estoy a punto de estallar, lo sabes bien. Lo sabes muy bien ---. Siempre se te ocurre una buena razón para dar rienda suelta a mi furia.

— Entonces, yo me disculpo. En realidad, yo sabía el resultado, que no era bueno. Por favor, voy a tener más cuidado de ahora en adelante.

— Tener cuidado está bien, pero antes, Saito, tú tienes que recibir un castigo ligero. Después de todo, estabas hablando de eso.

— Ya veo. Solo un castigo. Ok.

— Sin embargo, estoy muy bien. Ya que es un castigo ligero, no será nada habitual. Voy a darte una opción. Bueno, es mejor que pienses mucho, acerca de tu elección, ya que puede ser la decisión más importante de tu vida.

— Ok.

— Uno: Lamentar que hayas nacido.

— Eso no es bueno.

— Dos: ¿Crees que sería mejor estar muerto?

— Eso también es malo. Con una respiración profunda, Louise ágilmente saltó por encima de una silla como un gato. Tomando a Saito por el cuello con el pie, tirándolo sobre la cama.

— ¡Haz su elección! ¿Qué pasa con la crema? ¿Qué pensabas decir de la crema?! Saito estaba a punto de disculparse una y otra vez, justo cuando Louise le dio la patada, pero sus ataques se detuvieron abruptamente.

Louise bajó de él y se puso de pie.

— ¿Hmmm? ¡Te encanta la crema! ¡Ok, buena crema! ¡Nice Cream! A partir de hoy, yo seré 'Nice Cream’.

— ¿Qué diablos es ¿¡'Nice Cream'!?

Y la pelea empezó.


Al mismo tiempo, en el despacho del director...

— Ya veo... Como pensaba, no fueron capaces de recibir el permiso. El que dijo estas palabras era el señor Colbert, sacudiendo la cabeza con desaliento. Frente a él había una gran mesa en la que el viejo Osman estaba sentado, fumando su pipa.

— Aplaudo su entusiasmo. Yo también deseo que podamos hacer algo por él.

— Estoy agradecido por sus palabras.

— Sin embargo, señor Colbert. El Palacio de Versalles es un gran problema. De las tierras de Halkeginia, es el que tiene un aire de mal gusto... Por lo tanto, la respuesta será persistente, no tiene permiso para volar.

— Es... como yo pensaba.

— Las bromas aparte, la cara oculta de la dureza de su carácter. ¿No es como un ladrón muerto de hambre a la espera de merodear de nuevo en el territorio de una mansión?

— Mhmm, seguramente sí. Colbert recordó la aventura en el que, él, personalmente ayudó. A dicho suceso, el país afectado no debe tener ninguna razón para dejar algo simplemente "pasar por encima de sus narices". Para que la relación no se complicara con Galia, la solicitud de un noble, por supuesto debe dejarse de lado.

— Bueno, no pierda la esperanza. Por lo menos, ten en cuanta esto. Más adelante, te voy a dar mi apoyo..., no tengo más remedio que aceptar sus deseos. El viejo Osman le entregó una carta pergamino a Colbert. En la carta firmaba Colbert, junto con una carta de renuncia por escrito.

— Usted es una persona indispensable en esta academia. Lo siento, pero no voy a dejarlo ir.

— Yo no había planeado retirarme todavía. Yo sólo iba a expandir mis horizontes por un corto tiempo.

Los ojos del Viejo Osman se redujeron a Colbert.

— Su punto fuerte está en la investigación. Me doy cuenta de eso. Uno de mis placeres culpables es que varias personas se convierten en un objetivo de mi interés. Esa es mi opinión. Ah, cosas nuevas para ver y oír y todas las experiencias nuevas que tengo. Todavía veo esos momentos en la parte posterior de mis párpados. Yo temía que no sería capaz de volver. Pero la elección que hizo, casi ha desaparecido como la niebla en la parte de atrás de su mente.

Colbert no podría oponerse a esto, pero empeoro la situación.

— Es cierto que le debo un favor y no dudare en pagarle...

— Si usted acaba de aceptar esto, no tengo nada más que decir.

— Pero usted sobreestima mi capacidad. Por veinte años, no me he olvidado de lo que paso.

El viejo Osman tosió como una señal de que Colbert estaba empeorando las cosas. — Así es ahora en los tiempos de paz. El aburrimiento hace que los intereses y los recuerdos arrebaten nuestra atención.

— Entonces, incluso en las nubes ominosas que nos rodean actualmente, supongo que ¿Estaré bajo su servicio por el resto de mi vida sin expectativas de mi propia vida?

— Yo no he dicho nada por el estilo. ¿El resto de su vida? Eres un hombre grandioso! ¿No te lo he dicho? Aprendes de la situación. Hmph! Si llega el momento, lo único que se opondrá serán los gastos de viaje. Pero, por ahora, no. Eso es definitivo. Señor...

El viejo Osman se levantó y colocó una mano en la espalda de Colbert.

— Bueno, no pongas esa cara triste. Yo sé de un gran lugar en la ciudad de Tickton para levantar el ánimo. Se trata de un lugar llamado la “Posada de Hadas Encantadoras", donde su copa de vino es llenada por camareras en trajes diminutos... Vamos a tomar una copa, yo invito .

— Si se trata de ese lugar, no sé nada de eso.

— Bueno, eso hace las cosas fáciles. Voy a llamar a algunos caballos. Espera, a mi edad, montar a caballo va a ser difícil. Por momentos como este, es necesario mi dragón.

— El día de hoy..., creo que voy a pasar.

— ¿Qué Pasa? ¿No amas a las mujeres? ¿Incluso más que yo? ¿En serio? ¿Qué tipo de viento sopla hoy en día?

Con una tos para ocultar su vergüenza, Colbert puso una cara seria. — Tengo que avisarle a un amigo mío, ahora —.Dijo Colbert y el Viejo Osman negó con la cabeza diciendo “aguafiestas”.

— A medida que envejeces, es más difícil disfrutar de las cosas. Debes disfrutar estos pequeños placeres hasta ser un hombre viejo...

Colbert se excusó y comenzó a salir de la oficina del director.

— Espere.

— ¿Hay algo más? El viejo Osman estaba mirando el cielo fuera de su ventana. El atardecer parecía estar acercándose.

— ... Realmente, no es divertido envejecer. A pesar de que no quiero, puedo ver el color del cielo.

— Sí.

Hubo un cambio repentino al de antes, una expresión vacía, solemne pegada a su rostro arrugado y el viejo Osman habló de nuevo.

— Aunque la guerra ha terminado, ni rastro de las nubes oscuras pueden ser vistas sobre este mundo. Lo siento, este es un tema lamentable..., pero es necesario para estos tiempos.

— ¿Qué es necesario?—. Colbert cuestiono con una cara seria.

— Ese muchacho, usted profesor, su compañeros y también todos los excelentes instructores. Todo su poder es necesario. Así que, por sólo un poco más, quiero que todos ustedes que me acompañen en mi mundo caduco. Colbert murmuró que iba a estar bien.

— ... ¿Cómo está el chico? No es una persona de este mundo. A pesar de que, en repetidas ocasiones ha ayudado a este país. Simplemente ser un miembro de la nobleza no es suficiente. A pesar de ello, el puede todavía hablar de "ayudarnos". Con una voz triste, Colbert respondió en voz baja.

— ¿No somos nobles? ¿No podemos levantar nuestras varitas por nuestra propia cuenta y arriesgarnos a nosotros mismos para hacer algo?

— Estás en lo cierto. Si este fuera el único problema de Tristain, probablemente le daría la misma respuesta. Sin embargo... con la "crisis" próxima, me temo que esto no es lo único de lo que tendremos que preocuparnos. Colbert se tragó su respiración.

— El precio que se pagará para salvar a Halkeginia no será pagado por los nobles, sino por los héroes. Personas como usted. Y... como ese chico. Por favor, no guarde rencor contra mí. La búsqueda de estos héroes no es una tarea que puede hacer cualquiera. En estos tiempos... los tiempos están cambiando rápidamente. Alguien tiene que mirar hacia fuera para ellos. Por favor, entienda, señor Colbert.


En la habitación de Louise, la discusión seguía siendo una terrible tormenta. Por temor a su propia muerte, Siesta salió de la habitación. Incluso después de eso, la pelea entre Louise y Saito parecía continuar sin fin.

La furiosa Louise era ágil. Como un gato saltando por toda la habitación, ella infligió daños en Saito con mucha precisión. Saito finalmente agarro a Louise en un contra-ataque.

— ¡Suéltame! ¡Todavía no he terminado de castigarte!

— ... ¡Bueno, te has pasado de la raya más de lo normal! Saito lanzó a Louise en la cama.

— ¡Kya! Cubriendo los gritos de Louise con una manta, logro inmovilizarla.


Una vez hecho esto, Louise actuó como si un demonio la poseyera. Después… estaba demasiada tranquila, por lo que Saito comenzó a preocuparse y le quito la manta para ver cómo estaba.

En ese momento...

Louise lo miró con los ojos hinchados.

— Q-¿Qué tienes? —. Saito le pregunto

— ... Todavía estoy enojada —. Louise respondió en un tono derrotado.

— El que debería estar enojado soy yo. M-me haces llevar esto a todas partes... Haciendo caso omiso de la protesta de Saito, Louise remarco su propia insatisfacción. — Eres como la criada, después de todo.

Entrecerrando los ojos, miró a Saito. A pesar de que era una broma, había un aura extraña y tentadora. Por un momento, Saito se puso nervioso al igual que su corazón se había detenido.

— Bueno, me gustan las sirvientas, pero la persona en el interior es lo que me importa. No es que me guste especialmente esta pieza de ropa, sobre todo más cuando la llevo puesto yo.

Con los ojos llorosos, dijo Louise.

— Si yo no hubiera estado presente, le habrías puesto crema a Siesta.

— ¡No lo habría hecho! ¡Qué demonios!

— C-como un perro, hubieras lamido la crema.

— ¡No, yo no!

— ¡Sí!, ¡si lo harías!

Louise frunció los labios con fuerza. Había una sonrisa flotando en la cara de Saito.

— ¿Qué? ¿Estás celosa?

— ¡No estoy celosa! ¡No, no lo estoy!

Louise se sacudió violentamente. Saito intentó sujetarla, pero era inútil.

— Hey, hey. Cálmate~ .

Como era de esperar de Louise, ella le dio una patada en las regiones inferiores de Saito. Sin embargo..., ya que Saito tenía puesto una falda, ella no pudo apuntar a su objetivo muy bien, por lo que su pie sólo logró golpear sus muslos.

Triunfante, Saito provocó a Louise.

— Hey , realmente amas a tu familiar, no Louise-chan. Con la cara teñida de rojo por completo, Louise mordió su brazo. Pero..., no le dolía nadita. Una sonrisa malévola apareció en los labios de Saito.

— ¿Qué pasa, señorita Vallière? No pierdes nada al decirme ¿O sí? ¡Ya veo! Tú me amas, después de todo. Usted ama a su familiar que no hace más que actuar como un perro, no señorita. Por supuesto, no me muerdes enserio.

Louise lo soltó al instante y le gritó fuertemente.

— ¡No me gustas!

— Bueno, entonces ¿Por qué?

Saito miró a Louise.

La inquietud de Louise le hizo fruncir el ceño y miró a un lado.

— ... Es… porque tú eres mi familiar.

— ¿Todavía estás diciendo eso?

— ¡Sí! Sí, todavía! Porque soy tan desgraciada. ... Y porque tengo la magia del Fundador Brimir. Instintivamente me enojo mucho cuando me ignoran y se supone que me están protegiendo. Realmente soy muy lamentable.

— ¡Mentirosa!

— No es una mentira. Es la verdad.

Louise murmuró en voz baja con una mueca.

Saito suspiró profundamente.

— Yo lo entiendo —, Dijo Saito, poniéndose de pie.

— ¿Qué quieres decir con que lo entiendes …? —. Louise le preguntó mientras se levantaba, con la manta todavía cubriendo la mitad de su rostro.

— Voy a buscar un camino a casa.

— ¿Eh?

Los ojos de Louise se agrandaron. Como si lo aprobara Louise, Saito continuó hablando.

— Gracias por cuidar de mí. Adiós. Voy a tomar mi Boleto. Si regreso a casa, podrás llamar a otro familiar. Pídele que te proteja de ahora en adelante.

— ¡Hey! ¡Espera un minuto! ¿Por qué de repente? ¡No nono! Saltando de la cama, Louise se puso delante de la puerta con los brazos abiertos. Entonces, se dio cuenta de la expresión de Saito. Él tenía lo que parecía ser una sonrisa extraña flotando en su rostro.

— ... ¡Oi!

La cara de Louise se tiñó completamente de color rojo. Como ella iba a golpear la mejilla de Saito, luchó para mantener su mano.

— ¿Cómo te atreves a engañarme...?

A medida que su tono de enojo comenzó a subir, Saito de repente miró su cara con una expresión seria, que hizo que Louise tragara su enojo.

— Te amo, Louise.

Esa frase fue un ataque sorpresa, de tal manera que Louise no podía moverse.

— ... —. Antes de que pudiera empezar su oración, sus labios estaban cerrados.

— Mmh... ...

Desde el beso repentino, toda su energía se alejó de su cuerpo. Saito la levantó, ya que comenzó a derretirse en el suelo. Sosteniéndose con fuerza, Louise no podía pensar en nada en absoluto. Ella era realmente una chica tan simple.

Con sus labios entreabiertos, Louise murmuró en voz baja.

— ... A-alguien como tú, sólo debe ir a casa ya.

— Yo, no es que yo no quiera ir a casa.

Louise comenzó a enfadarse de nuevo y cerró los ojos. Saito la abrazó de nuevo, y así, la acercó a la cama y la recostó.

Louise seguía tendida, inmóvil, con los ojos cerrados.

El sudor empezó a correr abundantemente por la frente de Saito y dejó escapar un profundo suspiro que había estado guardando. La suavidad de sus acciones lo había dejado muerto. Ya no podía actuar como uno de esos tipos suaves nunca más. Con movimientos de pánico y rígidos, Saito se sentó junto a Louise.

— ...

Con Louise todavía ruborizada, él se puso a su lado.

¿Está realmente bien?, Saito pensó. En caso de que ser cierto ¿Dónde está la señal de que estaba bien? Con todos los malentendidos habituales que lo volvieron loco y dieron lugar a fallos, Saito era bastante escéptico.

En primer lugar, tomó una respiración profunda.

Una respiración profunda, que luego exhalo.

Pero después de eso, todavía no tenía idea de qué hacer. En cambio, quería huir de la frustración. Pero si lo hiciera, él sabía que lo lamentaría por el resto de su vida. Como muchas preguntas vagas bailaron alrededor de su cabeza, su cabeza empezó a sacar humo, sin duda gracias al sobrecalentamiento.

— Uh..., por el momento, ¿Puedo ver tus tetas? Louise levantó las cejas. Incluso sin los complejos de Louise por su tamaño, esto no era una pregunta que debe hacerse normalmente. Sin embargo, Louise aceptó su solicitud en lugar de rechazarla.

Por el momento, Saito comenzó a desvestirla. Él fue muy cuidadoso para ser suave y delicado, por lo que no iba a sobrepasar sus expectativas. Con los parpados bien cerrados, Louise dio la situación.

— Estoy quitando el b-bo-boton.

Esas palabras necias que trataban de ocultar su vergüenza, molestaron a Louise un poco. Sin pensarlo, ella abrió la boca y miró fijamente a Saito. — Te amo. Aunque sus palabras eran un poco de prisa, el sentimiento puro de ellas era como un hechizo mágico lanzado directamente al corazón de Saito. Flores de color rosa se arremolinaban en el interior de su cabeza mientras miraba a Louise, que desvió la mirada con ojos encantados y con la boca ligeramente abierta.

Básicamente, el pensamiento de que la estaban desnudando no le afectó, tranquilizando también a Saito.

Con manos temblorosas, Saito le desabrochó el primer botón de su camisa. Una ráfaga de viento sopló en la sala desdela ventana y ambos Louise y Saito cayeron al suelo.

— ¡Gya!

— Q-¿Qué fue eso? Los dos corrieron se pusieron de pie. Fuera de la ventana, un dragón de Viento estaba flotando. Sobre su lomo, estaba una chica de pelo azul que, como siempre, tenía una expresión impasible.

— ¡Tabitha! —. Saito gritó.

— ¡Hey! ¿Qué está haciendo? No te metas en mi camino..., quiero decir gracias por salvarme de este cretino!

El orgullo de Louise le había dado una patada al instante, pero como ella gritó, el fuego de los celos rápidamente hizo estragos en ella.

¿Por qué tenía que meterse justo ahora? Ah, debe haber sido gracias a este chico idiota...

Esos pensamientos corrían por su cabeza.

Entonces, algo le golpeó. Desde el fondo de su mente, el incidente en el comedor de Alviss que implicó a una Tabitha desnuda con Saito, llego de sus recuerdos.

¿Qué es esto? Solo te estaba ayudando a escapar, ¿no? Eso fue sin duda una mentira!

Realmente..., este tipo... Olvidándose de la situación, Louise le dio un puntapié en la parte posterior de la cabeza de Saito mientras permanecía allí todavía estupefacto.

— ¡Geh! La cabeza de Saito cayó hacia adelante y en el suelo por la patada. Louise le ladró al colocar su pie en su cabeza tirada.

— Y tú, le pusiste una mano a Tabitha, ¿no es verdad?

— ¿Eh? ¡No entiendo lo que estás diciendo!

— ¡Silencio! Si estabas diciendo la verdad, entonces no habría sido una razón para que ella nos interrumpiera en este momento.

Louise estaba pateando a Saito en todas partes a una velocidad de 3 tiros por segundo. — Estoy segura de que las mismas palabras que me dijiste a mí, se las dijiste a ella! “¿Déjame ver tus tetas?” ¿no? ¡Yo no soy tonta! ¡Ser tan dulce conmigo! ¡Eres tan dulce con todas!

Sin saber qué diablos estaba pasando, Saito lanzó un gemido. — Eso no es cierto.

Tabitha suavemente negó el malentendido de Louise. — Está bien, ¡así que cállate!

Entonces, Tabitha señaló con su varita mágica, a algo detrás de Louise. — Un invitado.

Louise se dio la vuelta. El Señor Colbert había llegado en algún momento. Estaba de pie en la puerta, sosteniendo el pomo de la puerta con una expresión en blanco.

— Perdón por irrumpir de repente —. Colbert dijo, mientras se rascaba la cabeza.


Tanto Saito y Louise se encogieron en su silla por la vergüenza. En algún momento, Siesta había vuelto para servir un poco de té. Tabitha estaba sentada en el alféizar de la ventana, mientras continuaba con la lectura de su libro. Parecía que estaba pensando en quedarse allí para echarle un ojo a Saito.

Entonces, Colbert, quien también estaba sentado en una silla, dejó escapar un gran suspiro. Al parecer, había algo al respecto.

— ¿Qué pasa, Sensei?

Saito miró el agua del té, con la cabeza gacha y Colbert suspiró. Parece que ni se dio cuenta del traje de Limpieza que Saito tenía puesto. Este maestro tenía una increíble concentración.

— En primer lugar, tengo que pedirles disculpas.

— ¿Por qué?

Saito miró fijamente a Colbert que comenzó a explicar los detalles.

Se trata de la expedición al Oriente en el Ostland. No vamos a ser capaces de ir, debido a que Galia no nos va a permitir pasar a través de su espacio aéreo.

Ya se trate de buques mercantes o barcos de exploración, los extranjeros deben tener la documentación oficial con el fin de pasar a través de su territorio, en la que se obtiene el permiso a través de los países aliados.

Colbert, una vez más dejó escapar un profundo suspiro.

— ¿No se puede obtener el permiso de Galia? Saito preguntó con un tono de preocupación. Por lo demás, algo estaba fuera de lugar. Una situación tan simple como esto no debería causar una preocupación tan fuerte. Así, obtener el permiso de la Galia no era exactamente algo por lo cual estar preocupados...

— No, en primer lugar no tengo permiso de este país. Le pregunté al viejo Osman para organizar un...

Colbert sacudió la cabeza.

Un extraño silencio los envolvió. Entonces, Colbert lentamente levantó la vista. — ... Fue una algo duro para usted ¿verdad? Preguntó Saito.

Saito estaba un poco confuso, que comenzó a ponerlo nervioso.

— Bueno, para ser honesto, fue una sorpresa... —. La expresión de Colbert se agrio.

— Pero, de todos modos, hay algunas cuestiones sin resolver y que hay que atender, así que por ahora me quedo aquí..., no, yo quiero quedarme aquí.

Los ojos de Louise se abrieron.

Tabitha arqueó las cejas brevemente.

Las mejillas de Siesta se pusieron rojas.

La franqueza de su propia declaración personalmente sorprendió a Saito. En verdad, era una declaración sincera. Echando un vistazo a la cara de Louise a un lado, para confirmarse a sí mismo.

— Estás frente a una gran oportunidad. Si ese es el caso, puede que nunca puedas regresar.

Dijo Colbert y las imágenes de sus amigos flotaban dentro del corazón de Saito. La práctica con los Caballeros del Espíritu del Agua. Sin contar lo estúpidos y miopes que eran, y cuan gran de tontos que podrían ser... pero eran amigos que se enfrentaron a los caballeros dragón por su causa.

Con gente como ellos aquí..., no sería tan malo quedarse en este mundo.

— Bueno, cuando llegue el momento, me preocuparé de eso.

En la declaración sin preocupaciones de Saito, Colbert sacudió la cabeza con decepción.

— A diferencia de ti, no puedo esperar con paciencia los acontecimientos. Quiero verlo por mí mismo! Un mundo que gira en torno a los principios de la tecnología, en lugar de la magia! Un mundo con valores diferentes, personas diferentes... Bueno, si tú lo dices, supongo que se puede posponer por el momento. Sacudiendo la cabeza todo el tiempo, Colbert salió de la habitación. Pasó algún tiempo entre las personas que se quedaron en la habitación. El primero en romper el silencio fue Siesta, cuya voz estaba llena de alegría, vergüenza y comodidad a Saito.

— ¡U-um! ¡Es realmente lamentable para Saito-san…! Pero, pero, estoy un poco contenta. Quiero decir, me alegro de que Saito-san ha decidido quedarse en este mundo para nosotros.

— ¡Miss Vallière también lo cree! —. Louise volvió su cabeza, mirando a su te.

— No estoy contenta en absoluto —. Louise respondió con un tono de enojo.

— Desde todos modos te tienes que quedar aquí, no se puede evitar.

— ¡Eso no puede ser verdad! Saito-san ha ayudado a la señorita Vallière y al resto de nosotros y salvo a Tristain de sus crisis, en innumerables ocasiones!

— Bueno, voy a reconocerlo. Pero, yo no lo llame para que estuviera con otras chicas.

Louise miró a las dos chicas de la habitación, a Siesta y a la silenciosa Tabitha. En ese momento, casualmente Saito murmuró.

— A-ah, esto lamentable para mí. Después de todo, soy un egoísta, un desobediente familiar...

— Entonces sería mejor si te se fueras a casa.

— Si pudiera, me habría ido de inmediato. Los dos tuvieron cruelmente un intercambio de golpes verbales. Entonces, Saito se puso de su pie.

— Pero, eso no es todo de lo que estoy insatisfecho. Esa declaración puso a Louise roja de ira.

Entonces, Saito se dirigió a la puerta.

Louise miró a Saito con una cara como la de un cachorro inquieto. Sin embargo, se negó a preguntar a dónde iba.

— Saito-san, ¿A dónde vas?—. pregunto Siesta

— A dar un paseo.

— Vestido así, ¿verdad?

Saito se miró a sí mismo, todavía tenía el traje de mucama. Saito comenzó desvestirse. Siesta grito 'Kya' mientras trataba de ocultar su rostro antela escena. Pero sus dedos no tapaban sus ojos. Tabitha continuó leyendo su libro, ignorando por completo la escena. Luisa se sonrojó y se alejó.

Después de haber terminado de cambiarse, Saito parecía haber recordado algo y comenzó a buscarlo. Esa cosa en particular había terminado encima de las cosas de Louise. Agarrándolo, Saito salió de la habitación.

La puerta se cerró con un golpe, quedando la habitación en un breve silencio. Actuando como si nada hubiera pasado, sin decir una palabra Louise tomo un aperitivo en la mesa y empezó a comérselo. No teniendo apetito, Siesta comenzó a limpiar. Louise silenciosamente mordisqueaba su galleta, ella miró a Tabitha sentada en el alféizar de la ventana y a la oscuridad de la noche detrás de ella.

— Se está haciendo tarde. Debes regresar a tu habitación. Sin embargo, Tabitha no respondió ni se movió. Solo hubo el sonido de pasar las páginas, Louise mordisqueo su galleta y Siesta barría el piso, fue lo único escuchado en la habitación.

— Hey Tabitha, ¿Piensas quedarte aquí esta noche?

Tabitha asintió levemente.

— ¿Por qué? No me digas que ¿Por qué Saito está aquí? La Escoba de Siesta inmediatamente se detuvo. Tabitha asintió de nuevo.

— ¿Cuál es el significado de esto? Louise hervía de celos y se acercó a ella. Tabitha cerró el libro y la miró.

— Exageras.

— ¿Qué? ¿Tienes un problema con eso? Te estoy diciendo que Saito es mi familiar. Yo soy libre de darle el castigo que considere apropiado.

— Aun así, no puedo permitir que lo pongas en peligro. Eventualmente, saldrá herido.

— ¿Qué? ¿Ha, Te gusta tanto?

— No es 'gustar'.

Los ojos de Louise se estrecharon.

— ... Yo estoy diciendo que exageras gravemente. Tabitha miró directamente a Louise, que era un hervidero de celos e ira.

— ¿Y qué?

Louise furiosamente sacó su varita. Tabitha preparó su varita al mismo tiempo. El Cuerpo de Louise se balanceaba de un aura mágica impresionante quemando todo a su alrededor.

Un aura de "vacío".

Los celos cada vez mayores en su corazón estaban alimentando la magia de Louise. Del mismo modo, un aura de hielo comparable a la de Louise envolvía el cuerpo de Tabitha, congelando el aire a su alrededor... De hecho, una atmósfera ominosa se expandía a su alrededor, al igual que la calma antes de una confrontación entre un dragón y un wyvern de igual fuerza.

Al instante, Siesta se interpuso entre las dos chicas sedientas de sangre. — ¡Bien! Las dos! Bueno, ¡bueno ya estuvo!

Acabando con el confronta miento, Siesta entre las dos chicas, les entregó vasos de vino.

— ¡Tengo alcohol de una vieja botella de vino de Anjou! Por ahora, vamos a probarlo ¿Si? ¿Y bien? ¿bien? ¡Por favor, guarden esas terribles varitas!

Aunque sin dejar de mirarse la una a la otra, las dos chicas se terminaron su vino.

— Hmph... Una vez más, Siesta lleno sus vasos.

Louise y Tabitha se tragaron esa también. Vaciado de la primera botella, Siesta llevó otra botella y la siguiente, continuando vertiendo más vino.

Mientras esto ocurría, Saito había llegado a la Torre de Fuego, donde estaba el laboratorio del señor Colbert. El objeto que se apresuró a tomar al salir, lo tenía aun en sus brazos. Después de llamar a la puerta, se asomó Kirche. Vestida con una bata casi transparente, era una gran distracción molesta para los ojos de Saito.

— Ah, Saito.

— ¿Sensei está aquí?

— Sí, pero... Tomo un par de copas y ha estado murmurando algo. ¿Ocurre algo? Saito entro en la habitación, Colbert, al parecer borracho, estaba tendido en la mesa.

— Sensei, ¿Qué pasó?

— Mmmm.... La realeza! Y los nobles, que maravilla! Magiaes en todo lo que piensan! A pesar de que hay un montón de cosas por descubrir, técnicas y culturas en este mundo... Todas estas peleas sin sentido por el bien del orgullo... superiores Idiotas, la gran mayoría de ellos son iguales!...

No recibir el permiso de la corte real, parecía ser un golpe considerable. Saito había tomado cariño a Colbert desde que lo conoció.

Si era él..., tal vez él podría entregarle eso, Saito pensó.

Saito tocó en el hombro de Colbert.

— ... Mmmm. ¿Qué? Aah, Saito-kun. ¿Qué te trae por aquí?

Su aliento olía a alcohol, Colbert levantó la cabeza.

— Sensei..., le traje esto .

Saito puso el objeto que llevaba en la mesa.

— ¿Hm? Esto es..., ¿Qué es exactamente? En cuanto al objeto; era de plata, rectangular plano. Iluminado los ojos de Colbert.

— ... ¿Esto es de tu mundo? No hay duda ¿Verdad?!

Al instante, la embriaguez de Colbert desapareció de su rostro.

— Sí. Es la única cosa que traje yo cuando llegué aquí..., se llama ordenador portátil.

— ¡Maravilloso! Realmente maravilloso! Mira esto, señorita Zerbst. Es como la artesanía de Germania!

Junto a él, Kirche tenía una impresión como la de un ayudante mirando por encima de sus intereses, ya que también se maravilló de él.

— No, Jean. Esto es mucho más elaborado que la mano de obra en Germania. Hey Saito, ¿Qué es esto? ¿Es esta una caja de joyería hecha a mano por alguien de tu mundo?

Las palabras "tu mundo" resonaron en Saito mientras miraba a Colbert.

— ... Perdóname. Yo accidentalmente deje que lo supiera.

— ¿Está bien, si le se? Oye, yo no le diré a nadie. El hecho de que eres una persona de otro mundo.

Kirche asintió con una sonrisa despreocupada. Sinceramente, no le importaba eso a Kirche. Sabiendo que ella era en realidad una chica honorable con los labios bien cerrados, Saito simplemente murmuró "Oh, bueno."

— Sensei, esto no fue diseñado para ser una caja de joyas. ¿Cómo puedo ponerlo a funcionar...? Aunque es un poco difícil de explicar, se puede considerar como un tipo de biblioteca que está llena de libros.

— ¿Una biblioteca? ¿Esta cosa? En verdad, es sorprendente! Esta pequeña caja se llama una biblioteca! Ese mundo tuyo…¿Cómo funciona exactamente? Lo ojos de Kirche también estaban abiertos.

— ¿Se supone que debemos hacernos pequeños y entrar en él?

— No..., no es así. Las Palabras, imágenes y el sonido se hacen más pequeño en lo que se llaman "datos" y los datos se reproducen con esta cosa. Ya he dicho que se trataba de una biblioteca en un primer momento, pero realmente puede almacenar mucha más información de lo que se puede encontrar en una biblioteca. Eso aparece aquí. Es como un espejo mágico que proyecta una imagen.

Saito, abrió su computadora portátil para mostrar el monitor LCD. — Hablando de eso, ¿Hay información de tu mundo aquí?

— ... Ya que soy el único que lo ha utilizado, no creo que algo importante este aquí. Lo que esta máquina realmente puede hacer es crear una terminal, que puede intercambiar información con otras personas ."

— En otras palabras, te puedes comunicar con otras personas lejos de ti. ¿Es esto lo que quieres decir? "

Saito le dio un guiño.

Saito sólo habían usado su computadora para navegar por Internet, por lo que en realidad no había muchos datos. Bueno, incluso si llegara a tener algunos datos, sin son de utilidad es otra historia.

— Entonces, si fueras a utilizar esto, serías capaz de acceder a la información de tu mundo. ¿Estoy en lo correcto?

En este punto, Saito murmuró en decepción.

— Bueno, si yo tuviera energía.

— ¿Energía? ¿Qué es esta Energía?

— Es esa cosa. Electricidad. Esta máquina funciona con electricidad.

— Electricidad! ¡Ya veo! Colbert suspiró.

— Oye Jean, ¿Qué es la electricidad?

— En este mundo, existe en muchas formas. Como un relámpago o el shock que da una escalera en un frío día de invierno,. Estas son todas las formas de la electricidad. Sin embargo, no hay muchos especialistas que estudian esto...


Kirche levantó los brazos y se encogió de hombros en la confusión. — También la usamos en la magia. Es la rama de los hechizos "relámpago".

— ... Hay una batería dentro. ¡Ah, lo qué quiero decir con batería; es algo que almacena electricidad. Hmm, parece estar completamente vacía.

— Yo realmente no entiendo esa parte, pero si no hay electricidad, no va a ser de alguna utilidad—. Kirche revoloteaba a su alrededor decepcionada.

— Sin embargo, puede ser de alguna utilidad para la investigación. Colbert asintió con la cabeza.

— Sólo siendo capaz de ver esta colección de piezas de cerca... hace que mi corazón palpite con entusiasmo. Colbert siguió buscando en la computadora portátil con los ojos de un niño al que le han dado un regalo.

— Lo menos lo que puedo hacer por ahora, es que lo estudie como lo desee." Colbert miró a Saito con preocupación.

— Pero... ¿Estás seguro? Estoy seguro que hay ser absolutamente cuidadoso con esto, puede terminar destruida. ¿No es importante para ti? Saito movió la cabeza. — Está bien. De cualquier manera, no puedo usarlo —. De alguna manera alegre, respondió Saito.

Colbert asintió con la cabeza y hundió el rostro en el ordenador portátil de nuevo. No podía dejar de agarrarlo, darle vuelta y analizarlo.

Como Saito se volvió para irse, Kirche se quejó ante él.

— En realidad, lo que has hecho, es una cosa innecesaria. Él va a estar tan ocupado estudiando, que se va a olvidar de mí. …

Al llegar a la habitación, Saito miró a su alrededor una escena ridícula. Tabitha y Siesta, que de alguna manera se emborracharon, estaban roncando.

Louise era la única que seguía bebiendo vino. Mirando a Saito, palabras de su boca, salieron.

— ¿Dónde estabas ~ ~?

— En el laboratorio de C-Colbert-sensei. ¿Qué diablos pasó aquí...? ustedes... . Tres botellas de vino vacías estaban en el suelo, lo que sorprendió a Saito.

— bebi no nosotros, alegremente bebimos. Espera, ¿Digjee alegremente? Ahh, yo-nunca.

— Ustedes... se le pasó la mano.

Era bastante extraño para él, que normalmente Louise, llegara a beber tanto. Louise gritó en un tono irritado.

— ... Pero, Shaito no regresó—, murmuró con voz débil. No me digas que me estabas esperando todo este tiempo!, Saito pensó que, Louise era cada vez más linda con él.

— ShaitoShaitoShaito —, gritó su nombre en varias ocasiones.

— Soy la mujer en desarrollo de Shaito...

— Tu ensedio, ¿No quiieresd ir a casa?

Ella le preguntó si estaba bien para él no, ir a casa. Como ella estaba bebiendo, Louise trato de detenerse en el significado de esas palabras.

— Sí.

— ¿Phorrrrquee?

— Porque estoy aquí.

— Miesntes.

— No estoy mintiendo.

— ¿Queer ya que vaz a hacer en unos pocos dias-cha?

La considerablemente bebida Louise, rebotó de tema en tema. Era vergonzoso, Saito pensó que la Louise borracha no recuerda de todos modos, por lo que una respuesta increíble salió de su boca.

— Cásate conmigo Louise.

— ¿Ensedio?¿Conmigo?¿Eensedrio?

— Sí. Tengo que ser responsable. Tú me llamaste después de todo.

— Quiero teneeer..dos niñosss.

Louise continuó diciendo cosas increíbles.

— Si, supongo que está bien.

— Sí, sí. Yo...tmbien quiero pedirrrte algo.

Louise se levantó de repente y le tendió la mano.

— ¿Qué es?

Hablaba con voz cansada en su estado de embriaguez a Saito y le pinchó con un dedo. — Yo... quiero unas ggrandess ttetas, y tuuuu debves darmelas.

— ¿Huh?

— Ya sabes, el ejercicio en el pecho,da disdat. El aire se puso tensó.

Saito estaba petrificado en la confusión, Louise tomó sus manos. — Dis, dicen que van a crecer enormes.

Louise agarro las manos de Saito para frotar su pecho.

— Lou-Louise...

Saito no sabía qué diablos estaba pasando. Louise le susurró al oído.

— Si dey cresen grandes, puedes hacer gusto de ellas. Pero mientras puedes gustar emde estas pequeñas en su lugar. Mee preocupo demaciado.

A medida que la luz de la luna los ilumino... Saito no podía pensar que era Louise. Louise se acercó a Saito y empezó a lamerle la mejilla.

Lo linda que era en estos momentos. Si así era cuando se ponía borracha, entonces él deseaba que ella se quedara para siempre borracha. Quería tirársela de esa manera, pero no pudo.

Ella estaba borracha después de todo. Si él se aprovechaba de ella de este modo, no tendría que olvidarlo. Ah, pero era muy difícil no hacerlo. ¿Qué debo hacer? ah, ¿qué debo hacer? Su mente gritaba...

Una sombra cruzó el cielo nocturno.

Al mismo tiempo, algo brillaba bajo la luz de la luna.

Sintiendo la presencia de peligro, Saito al instante volvió a la normalidad.

— ¿Qué?

Empujó suavemente a Louise de nuevo en la cama.

— Eres unsalvaje, tienss un problema.

— Sólo tienes que ir a dormir.

Saito tomo rápidamente a Derflinger en su espalda.

Vio los bordes de una cara por la ventana, una sombra ágil a través del cielo Algo brillante se dirigía directamente hacia él.

Una flecha de hielo.

Al darse cuenta de que le venía encima, Saito rápidamente se apartó. La flecha de hielo se rompió al estrellarse contra la pared.

La sombra se deslizó en el cielo nocturno... hasta que finalmente, se abalanzó sobre Saito.

¿Una gárgola? ¿Dragón?

Fuera lo que fuera... parecía tener a alguien controlando la magia lanzada... tenía que ser esa persona.

¿Era de Gallia? ... O ¿Myoznitnirn?

Mientras reflexionaba sobre esto, su cuerpo curtido en la batalla reaccionó instintivamente. A medida que se acercaba, Saito saltó de la ventana, estrellándose contra el jinete en la sombra.

A medida que el piloto gritó en estado de shock y trató de recuperar el equilibrio, Saito le inmovilizó con Derflinger.

— ¡Espera! ¡Espera!

El piloto comenzó a llorar ruidosamente.

— ¿Huh? Saito había oído esa voz antes.

— ¡Por favor! ¡Deja tu espada! ¡Soy yo! ¡René! ¡René Vonke!

— ¿¡René!?

El sorprendido Saito retiró a Derflinger. El rostro que fue trazado por la luz de la luna ... era el caballero del dragón que combatió junto con Saito en Albion. Era el rostro del regordete René.

Era un rostro muy nostálgico.

— Dado que ha pasado mucho tiempo, pensé en darte una sorpresa! Pero fuiste tú quien me sorprendió a mí. ¡Fue impresionante cómo te las arreglaste para detener a un ejército de 70.000 en Albión! ¡Eso fue una hazaña enorme!

Cayendo a la tierra, los dos se dieron un fuerte abrazo.

— En realidad no fue nada. No te he visto desde que nos separamos en Albion!

— Desde entonces, he sido asignado al Escuadrón de caballeros Dragón de los guardias de la capital. Cada día, ha sido agotador patrullando sin parar. Es una mierda.

René miró de arriba abajo en la aparición de Saito con una expresión divertida. — Eh..., yo había oído que te convertiste en un caballero, pero no pareces estar nadando en oro. Tienes el mismo aspecto que antes. ¿Cuánto estás recibiendo cada año?

— Quinientos ECU.

— Ganas más que yo. Bueno, tú eres un Guardia Imperial,después de todo. De todas formas, al menos debes comprarte ropa nueva .

— Ya compré... o más bien terminé comprando un caballo. Debido a eso, no tengo plata.

— Los caballos son caros, ¿eh?

René dijo con una sonrisa. Una risa forzada, fue la respuesta de Saito. — Hey, vamos, Vamos a tomar una copa —. Propuso Saito René sacudió la cabeza.

— No, realmente no vine a pasar el rato. Tengo un deber. El de entregarte esta carta y regresar tan pronto como sea posible. Ya que el trabajo fue asignado a un caballero dragón, no puede haber ninguna misión común! No es exactamente volar con un poco de entusiasmo por los cielos.

— ¿Una carta?

— Oh, sí. Por el momento, yo are los trámites. En cualquier caso, es un asunto oficial, después de todo.

Diciendo esto, René se enderezo y actuó como un soldado.

— Vice Comandante de los Caballeros de Ondine, ¡Saito Chevalier de Hiraga-dono!

— ¡Sí! —. Saito instintivamente se incorporó también.

— ¡De Su Majestad la Reina, os presento una carta escrita a mano! ¡Te aconsejo que cuides bien de ella!

¿La Reina? ¿Henrietta me dio una carta? ¿Qué significa esto?

Del bolsillo interior de la capa de René, sacó un sobre que llevaba un importante sello. Luego, suavemente se la dio como si fuera de cristal.

— G-gracias.

— Por favor, rompa el sello y siga las instrucciones contenidas en su interior —. Dijo René a Saito en un tono serio.

Saito asintió con la cabeza y sacó la carta en su interior.

En cuanto a lo que estaba escrito, los ojos de Saito empezaron a girar.