Zero no Tsukaima : Volumen 6 - El Rubí de Expiación

From Baka-Tsuki
Jump to navigation Jump to search

Ilustraciones[edit]



CAPÍTULO 01 - DE REGRESO A CASA[edit]

-¡Viajar, seguro que es emocionante!- gritó Siesta, empujando sus grandes pechos contra el brazo de Saito.

En lugar de “viajar” Yo creo que es más como “tocar”.

Con una cara llena de nervios, Saito asintió brevemente.

Dentro de un carruaje, sentados uno al lado del otro, se encontraban Saito y Siesta. Siesta llevaba un vestido de color verde oscuro de una pieza con botas altas.

Además, llevaba un pequeño sombrero de paja, el cual, con el resto del vestido, le daba una bonita apariencia. Con su pelo negro y su apariencia dulce e inocente, Siesta parecía muy linda en general.

Más por lo lindo que fuese aquello, era muy difícil poder celebrar nada.

¡Viajar, seguro que es emocionante!- gritó Siesta, empujando sus grandes pechos contra el brazo de Saito.

Maldición, mira que ponerme en esta situación.

Y la peor parte es que al mismo tiempo, extrañamente, ese audaz movimiento de la linda Siesta seguía irradiando una dulce e inocente atmósfera.

Ya que ella se sentó junto a Saito, abrazó uno de sus brazos y lo apretó contra sus pechos.

-S-S-S-Siesta, cuando estás tan cerca de mí… tus pechos están tocando mi brazo…y…- dijo Saito entre balbuceos que cada vez eran más incomprensibles.

-¡Ah, no te preocupes, yo sé lo que hago!- dijo una Siesta totalmente despreocupada y con un rostro sonriente.

-M-Me gusta, a propósito, esto… Que en éste lugar hay una persona, al igual que, oye, tú…

Saito, que no podía dejar de hablar con el fin de tranquilizar su propia conciencia, protestó.

-No tienes de qué preocuparte por el conductor. Él es un golem.

La persona sentada al frente del carruaje era un golem, una marioneta que se convocó con el uso de poder mágico.

Ahora que lo mencionaba, sus ojos eran como perlas de cristal que emiten luz.

En consecuencia, esto incluso hizo más audaz a Siesta. Ella colocó su mejilla sobre el hombro de Saito y su boca cerca de su oído, mezclando su voz con suspiros.

-… Hacer cosas como ésta, sólo nosotros dos… ¿tenemos mucho tiempo, no lo crees?

-S-Sí…

-Creo que he oído rumores en algún momento, pero durante las vacaciones de verano, ¿qué hiciste con la señorita Vallière?

No puedo decirte eso. No puedo decirle que Henrietta nos encomendó una misión secreta a nosotros. A pesar de que estuve la mayor parte del tiempo lavando platos y esas cosas, es un secreto.

-Uh, Umm, es decir… yo trabajé en un bar. Louise trabajó en el castillo, así que… lo que hizo ella, yo no lo sé.- Mintió Saito acerca de Louise. Decir la verdad sobre sí mismo estaba probablemente bien, decidió.

-¡Oh! ¡Un bar! ¿Saito-san hizo eso? ¿Por qué?

-Eh, eh, es que… no tengo nada de dinero.

-¡Si se trata de algo así, una cosa de dinero, sólo me tienes que decir y yo estaría feliz de ayudarte!

-¿Lo harías?

-¡Sí, no es mucho, pero he ahorrado mi salario!

Eso era de esperar de una fiable chica de pueblo. En lugar de malgastar el dinero, ella es muy cuidadosa.

Siesta le hizo la propuesta a Saito alegremente.

-Está bien. De alguna manera, ¡conseguí algo!

-¿En serio? Pero si en alguna ocasión estás con necesidad, por favor dígamelo sin vacilar.

No hay manera de que pueda pedirle prestado, incluso un poco de dinero, a esta admirable chica que ha trabajado esforzándose y ha ahorrado de esta manera.

-¡No puedo pedir dinero prestado a Siesta-san!

-¿Por qué? Siempre y cuando sea para Saito-san, ¡el dinero no es importante para mí!

Cuando acabó de hablar, la chica dejó caer sus hombros.

-Ah, bien, entonces quieres decir que realmente no estás interesado en utilizar mi dinero ¿verdad?

-¡Claro que esa no es la razón!

-¡Tú debes odiarme!

-¡No, eso no tiene nada que ver!

-¿En serio? Pero Saito-san es siempre tan frío conmigo…

-¿Lo soy? Pero ¿cómo?

-Estoy sentada junto a ti, y tú no has hecho ningún movimiento.

Aunque Saito se sobresaltó al principio, Siesta humedeció un poco sus labios y empezó a besar su cuello. El tipo de sensación que puede hacer que Saito acabase sorprendido lo paralizó.

Siesta movió sus labios hacia arriba, y finalmente mordisqueó la oreja de Saito.

Aunque la sensación era como si su cerebro estuviese a punto de derretirse, el aire parecía cada vez más frío y crecía como una sensación de escalofríos que bajaba por su columna. Él débilmente chilló.

-Si-Si-Siesta-san…

En el instante en que él dijo esto, algo golpeó la parte superior del carruaje desde la distancia.

Bueno, “golpear” no es exactamente la palabra correcta. Es más, era como si algunos explosivos escondidos enviaran todo eso a volar. En ese momento, el transporte de Saito y Siesta de repente pasó de un transporte cerrado a uno descapotable.

Temblando de miedo, Saito lentamente giró la cabeza y vio un carruaje que era casi el doble de tamaño y mucho más lujoso, tirado por dos caballos.

Sintiendo una intención asesina que emanaba desde el otro transporte, Saito simplemente no tenía miedo, pero estaba muy asustado. Parece que voy a morir antes de llegar a nuestro destino.

Del lujoso transporte se liberaba una abrumadora aura de muerte.

-¡Waaa…el techo del carruaje!- gimió Siesta, y se aferró de Saito.

-¡Si-Siesta!

-¿Q-Qué está sucediendo?

-Si no quieres morir, pienso que debemos sentarnos separados.

Pero esto sólo provocó que Siesta se aferrase a Saito incluso con más fuerza.

-¡No sé lo que está pasando, pero mi corazón es puro!

Ella gritó y empujó a Saito hacia abajo. Por un lado, Saito estaba muy feliz y emocionado por los sentimientos que ella tenía hacia él, mientras que otro tipo de mensaje se indicaba a través de su mente. Jaja, esto es el final de mi vida. Realmente fue demasiado corta. Espero que por lo menos llegue a volver al suelo japonés…

Desde el carruaje que iba detrás del de Saito, desde la ventana de ese espléndido vehículo, Louise había sacado su cabeza, sosteniendo una brillante varita marrón en la mano, y agitándose por la ira y con su respiración que estaba muy fuerte.

El techo del carruaje de Saito y Siesta fue destrozado por Louise con su magia del Vacío, “Explosión”.

Debido a la ventana en la parte posterior del carruaje, Louise podía ver todo lo que sucedía en su interior.

Louise temblaba mientras veía cómo se abrazaron dentro de su compartimento y cómo Siesta besó a Saito en el cuello.

Por último, cuando los labios de la sirvienta se acercaron a la oreja de su familiar, Louise explotó de ira. Ella no podía dejar que su propio familiar anduviese besando.

Sin embargo, como el techo había desaparecido, se dio cuenta de que Siesta estaba abrazando a Saito incluso más fuerte.

Louise frunció las cejas al instante, y justo cuando ella estaba a punto de castigar a la feliz pareja alguien tiró de sus piernas.

-¡Kya!

Tanto Louise gritó eso como sus mejillas se extendieron coloradas

-¡Me haces daño! ¡Yan! ¡Auch! ¡Funya! ¡Ahh! ¡Duele!

La orgullosa y altanera Louise estaba siendo estirada de la cara de tal manera que ella no podía hacer ni una sola queja. Si Saito hubiese sido capaz de ver esta escena, lo más probable es que sus ojos le saltasen de las órbitas por el shock.

La persona que estaba tirando de las mejillas de Louise… era una hermosa mujer rubia. Ella tendría unos veinticinco años de edad. Su rostro se asemejaba vagamente al de Louise. Si el temperamento de ella fuese menos brusco y creciera un poco, ¿se parecería también? En resumen, era una hermosa mujer.

-Pequeña Louise. Mi discusión no ha terminado aún, ¿está bien?

-¡Auch! Lo siento…

Por como estaban sus mejillas, Louise gritaba con una voz llorosa. Al parecer, había un total de cuatro importantes existencias en la vida de Louise. Henrietta, sus padres y esta mandona hermana mayor, Eléonore.

Once años mayor que Louise, la hija mayor de la casa La Vallière que se sabe es la mejor investigadora en la Institución Real de Investigación Mágica “Academia”.

-Aunque se trata de una tan esperada conversación conmigo, ¿por qué sigues prestando atención inquietantemente hacia otro lugar? Por otra parte, ¡volaste el techo del carruaje de los sirvientes!

-Eso es, eh… yo quería, eh, apartar a mi familiar de la sirvienta, por eso…

Justo así, una Louise muy tímida le informó a su hermana mayor.

A Eléonore se le rizó su cabello, ella miraba bruscamente a Louise. Al igual que una rana que era blanco de una serpiente, a Louise se le rizó su cabello aún más.

-¡Que los sirvientes hagan lo que quieran! Como siempre, eres una niña inquieta, ¿no? ¡Tú eres una hija de la casa de La Vallière, ¡¿sabes?! ¡Debes ser más consciente!

-Está bien…

Louise tranquilamente acomodó sus hombros.

-Pero… Digas lo que digas, tomar a esa sirvienta de la Academia es…

-Pareces un grillo. ¿Escuchas? La casa de la Vallière no es simplemente una noble familia de Tristain, es NUESTRA noble familia. Incluso tú debes entender eso ¿no?

-Sí, hermana.

-No puedes utilizar sólo a tu familiar como sirviente, ¿verdad?. Louise, una señorita, tú sabes, es una persona que, al menos, siempre debe de tener a una sirvienta que cuide de ella cuando viaja.

Eléonore, que presta servicios en la “Academia” de Tristain, llegó esa mañana a la Academia de Magia para llevar de vuelta a Louise a casa.

Ella atrapó a Siesta, que iba de camino a la lavandería con una cesta de ropa en sus manos, dijo ‘Esta chica será lo suficientemente buena como sirvienta de una mujer durante el viaje’, y después de obtener el consentimiento de un maestro, le puso a Siesta el servicio de cuidar de Louise.

Saito y Siesta subieron al carruaje para los sirvientes, después de que éste fuese preparado forzosamente por los empleados de la Academia. Eléonore y Louise abordaron el mismo carruaje que se utilizó para venir a la Academia.

Prácticamente no hubo paradas a lo largo del camino, así que realmente no hubo la necesidad de ayudar. Siesta era simplemente una decoración. Sin embargo, para los nobles, eso era muy importante.

En cuanto a lo que pensaba Louise, no estaba para nada calmada.

Esto se debe a que volver a su casa no era parte del plan en absoluto.

La operación militar para invadir Albión fue proclamada en la escuela después de finalizar las vacaciones de verano, aproximadamente al mismo tiempo de que las dos lunas se eclipsaran…

Han pasado muchas décadas desde la última vez en que las tropas del reino tuvieran los suficientes reclutas para ser capaces de organizar una fuerza expedicionaria. Para ello, se decidió que los estudiantes nobles iban a ser reclutados. Uno de los profesores y el Director de la Academia, Osman, estaban en contra, pero Henrietta, el Cardenal, y los generales del ejército de la Reina ignoraron las objeciones. La Academia fue cerrada hasta el final de la guerra.

El tribunal puso a la usuaria del “Vacío” bajo la directa supervisión de Su Majestad Henrietta. A Louise se le otorgarían misiones especiales para que las estrategias de invasión tuviesen éxito.

Sin embargo… después de que Louise informara a sus padres de que ‘Por el bien de la patria, voy a unirme al ejército de la Reina con el fin de tomar parte en la invasión de Albión’, terminó causando una gran alboroto.

No se le permitió unirse a la campaña y, aunque llegó una carta, haciendo caso omiso de ella, Eléonore vino.

Evidentemente, Louise estaba muy enojada. ¿Qué hay de ‘ir al frente’? Incluso ahora en todo el país, en nuestros suelos y plazas, estan marchando una exagerada cantidad de estudiantes quienes se están alistando para convertirse en soldados temporales. La mayoría de ellos son alumnos que han optado por entrar en la guerra.

Soy una chica, pero tengo que proteger el honor de Su Majestad como dama de su Corte. Además, en este plan de invasión, se supone que el avión de mi familiar desempeñará un papel clave.

Hay muchas expectativas puestas en mí y de cualquier modo. Henrietta y el Cardenal me consideran la carta de triunfo del ejército de Su Majestad. Como una noble de Tristain, no hay mayor honor que éste.

Bueno, definitivamente no me gusta la guerra. Pero, por la Princesa y el bien de la Madre Patria, me gustaría poder ofrecer aunque sea mi humilde habilidad. Desde que se me fue dado el poder del “Vacío”, tengo el orgulloso deber de ser leal a la patria. ¿No es la lealtad a la patria una de las cosas que los nobles de la familia de La Vallière se enorgullecen? Y, sin embargo, se opusieron en casa a mi firme decisión de unirme al frente.

-¡De verdad estás haciendo las cosas de forma egoísta! ¿Guerra? ¿Qué harías allí? ¿Cosas buenas? ¡Sólo obtendrás el enfado de nuestros padres cuando lleguemos a casa!

-P-Pero…

Cuando ella estaba a punto de responderle, sus mejillas fueron pellizcadas. Eléonore trataba a Louise como a una niña, al igual que en los viejos tiempos. De la misma manera que cuando ella respondía antes durante los estudios, ella la llamó pequeño grillito una y otra vez.

- ¿Pero? ‘Sí’, es que lo debes decir, ¿Pequeño grillito? ¡Pequeña Louise!

Era de esperarse de las hermanas. Eléonore tenía la misma expresión que Louise en el momento que ella castigaba a su familiar. Louise no podía hacer nada para oponerse a ella.

-Fue, Au, Ay, hermana, mis mejillas au au…

Ella lo dijo con una voz patética.

Al ver que el hechizo parecía que ya no llegaría sin importar cuánto tiempo esperara, Saito dejó salir un suspiro de alivio. Parecía como si Louise no pudo completar su hechizo.

Parece que mientras estuviese cerca de él, Siesta estaría feliz, tal vez olvidaría que no había techo.

-Oye, oye, Saito.

-¿Hm? ¿Q-Qué?

-Viajar contigo fue muy divertido

-S-Sí…

Él asintió. Saito no era demasiado optimista.

Cuando pensaba acerca de las cosas que estaban por venir, se dio cuenta de que los problemas se acumulaban.

Henrietta y los demás están haciendo planes de guerra. ¿Qué va a pasar a partir de ahora con la guerra? Por supuesto, Louise va a participar. Como están las cosas ahora, no tengo otra opción más que seguirla y participar sin importar qué, creo que está bien. Lo más probable es que para el portador del “Vacío” habrá alguna misión en la guerra. Lo más probable es que tendremos que hacer algo peligroso.

No puedo estar alegre.

Maldita sea, tan pronto como acabe esta guerra voy a buscar la manera de volver a mi mundo, a Japón, decidió Saito. Hasta entonces, no importa lo que pase, no puedo permitirme morir.

Viendo a Saito con una expresión de una persona que está pensando en muchas cosas, el rostro de Siesta se acercó hacia él.

-Yo no quiero eso.

-¿Hm?

-Saito-san, irás a Albión, ¿verdad?

-S-Sí…

Al parecer, la actitud alegre de Siesta hasta ahora era sólo una actuación para animar a Saito.

-Yo odio a los nobles.

-Siesta…

-Estaría bien si simplemente se mataran entre ellos… pero siempre envuelven a los plebeyos en sus asuntos… Aún así… ‘Es por el bien de poner fin a la guerra’… ellos sólo dicen eso.

Recordando las palabras de Henrietta, Saito murmur.

-Sin importar si es con el fin de terminar una o comenzar otra, la guerra es la guerra.

Saito se quedó en silencio.

Antes, durante la batalla en Tarbes, hubo una razón para luchar. “Ayudar a Siesta y a la gente del pueblo”. Este tipo de causa es justa.

Sin embargo, la invasión de Albión en estos momentos, ¿qué tipo de razón hay allí?

No quiero luchar, ¿que razón hay detrás de esta lucha?

Louise tiene mucho coraje… pero no tengo ningún interés en ello.

Pero en el momento que estuve cerca de Henrietta sentí que ‘Quiero ayudar a esta pobre princesa’. Este tipo de sentimiento alegró a Saito un poco.

-¿Por qué Saito-san tiene que ir? No tienes ninguna obligación, ¿verdad?

-Bueno, puede que sea así, pero…

Su codo se sentía atrapado.

Siesta enterró su cara en sus pechos.

-No mueras… No mueras sin importar qué, por favor…

Saito sintió un impulso de cariño hacia Siesta.

Ser atendido de esa manera por tan linda doncella… que por sí sola era una razón suficiente para Saito para mantenerse con vida… Como pensaba, soy un idiota, que bien.

Pero, la casa de Louise…

La hermana mayor de Louise que conocí antes era una hermosa mujer, pero tenía una dura expresión, ella no… pensó. Espléndidamente, Saito se fijó con sólo un vistazo. Aunque sus ojos son diferentes a los de Louise, ella tiene la misma actitud altanera. ¿Louise dará la misma sensación cuando crezca un poco más? Eso sería doloroso.

Además, tuvo una sensación de sospecha en el aire. Parecía que en casa de Louise había opiniones diferentes.

Esta vez, vamos a la casa de Louise.

Saito miró al cielo, suspiró, y se desanimó… ¿Qué es lo que va a pasar de ahora en adelante?

※※※※※

En la parte sur de Londinium, la ciudad capital de Albión, en el Palacio de Havilland.

El interior del Salón Blanco era un apropiado punto vital del “País Blanco” Albión.

Ese lugar, pintado completamente de blanco, era increíblemente impresionante. Había dieciséis columnas de apoyo en el techo de la sala.

Al igual que una herida en la pared, un rostro iluminado por la luz fue revelado.

En medio de esa sala había una enorme “Mesa Redonda” de roca, alrededor de ésta se encontraban ministros y generales de la Santa República de Albión que esperaban el inicio de la reunión del Consejo.

En medio de esa sala había una enorme “Mesa Redonda” de roca

Este fue el lugar en el que, hace aproximadamente veinte años, los ministros se reunieron junto con el Rey con el fin de controlar el país. Pero el gobernante había cambiado desde entonces.

Las personas que participaron en la revolución y que derrocaron la monarquía del país tenían los mandos de éste como era de esperar.

En cuanto a la persona que, hasta hace veinte años, era un simple obispo local… El que solía tener el menor estatus social de todas las personas que se habían reunido aquí… incluso inferior que los miembros de la brigada de protección que se encontraban flanqueando la puerta…

Los dos miembros del equipo de protección abrieron la puerta de la sala.

-Presentándose ante el congreso de nobles de la Sagrada República de Albión el Emperador Oliver…

Cromwell, levantando la mano, interrumpió su voz…

-D-Diga.

-¿No deberíamos quitar esta inútil tradición? ¡Porque entre las personas aquí reunidas, ninguna está por encima de otra!

Como siempre, la secretaria privada de Cromwell, Sheffield, caminaba detrás de él y junto a ella se veían las figuras del recién recuperado Vizconde Wardes y de Fouquet la Tierra Desmoronadora.

Cuando Cromwell se dirigió hacia el jefe de la sede, Sheffield lo siguió como una sombra. Wardes y Fouquet se sentaron en dos asientos libres.

Después de que el presidente y primer emperador se sentaron, la reunión comenzó. Un hombre levantó su mano. El General Hawkings. Con el pelo gris, bigote blanco, y por su largo servicio militar, el general observó fijamente con ojos intensos al emperador que solía ser un simple obispo.

Después de que Cromwell le diese permiso, él se puso de pie.

-Su Excelencia, me gustaría preguntarle algo.

-Pregunte lo que quiera.

-Después de perder la batalla en Tarbes y de que nuestro ejército permaneció allí, la reorganización de la flota naval se ha vuelto esencial. Eso es porque no tenemos una armada, no podemos transportar nuestros ejércitos ni defender nuestro propio territorio.

Cromwell asintió en acuerdo.

-La operación secreta del rapto de la Reina con el fin de ganar algo de tiempo no funcionó.

-Eso es correcto.

-¿Han llegado los resultados a oídos de Su Excelencia?

-Por supuesto. Después de todo, es necesario conocer todo acerca de los incidentes.

-El ejército enemigo es… ah. Una alianza entre las fuerzas de Tristain y Germania que están preparando sus flotas rápidamente. Los dos países tienen un total de sesenta buques de batalla listos en el cielo. Si empezamos la reorganización de nuestro ejército ahora, el mantenimiento de los buques de guerra de nuestra línea de batalla no será capaz de rivalizar con ellos. Además, sus buques de guerra son todos de fabricación moderna.

Uno de los generales murmuró con una voz llena de desprecio.

-¡Es una simple flota! ¡Son inferiores a nosotros!

-Esa es una historia del pasado, Su Excelencia. No hay ninguna razón para alabar a nuestro propio ejército ahora. En los tiempos de la revolución la mayoría de nuestros generales fueron ejecutados, y esto dió como resultado que las fuerzas de nuestro bando se debilitaran. El resto de los veteranos se perdieron a causa de la derrota en Tarbes.

Cromwell se encontraba en silencio.

-En la actualidad, todavía no han terminado de reunir sus buques. Además, parece que reclutarán a los nobles en los ejércitos.

-Son como un erizo. Si es así, será difícil atacarles.

Un general gordo interrumpió, con una alegre voz. Hawkings dirigió su glacial mirada hacia él.

-¿Difícil de atacar? ¿No es evidente que el ejército del enemigo esté probablemente tramando algo si han reunido tan pocas fuerzas?

Hawkings golpeó fuertemente la mesa.

-Ellos están planeando atacar este país, Albión, lo sabes. Y una petición. Me gustaría ser informado del plan de defensa de Su Excelencia. Si se trata de una batalla decisiva entre las flotas, estamos indefensos. Y si el ejército del enemigo se dirige por tierra… estamos más acabados. Nuestro ejército está agotado a causa de la guerra revolucionaria, así que por favor díganme una solución…

-¡Esos son pensamientos de un derrotado!

Un joven general con los ojos inyectados en sangre criticó a Hawkings. Cromwell hizo un ligero ademán con una de sus manos para detener la discusión.

-En vista de que ellos atacarán a Albión, será necesario movilizar la totalidad de nuestras fuerzas militares.

-Sin embargo, ellos no tienen motivo alguno para dejar soldados en su país.

-¿A qué se debe eso?

-Porque según ellos, a excepción de nuestro país, no poseen otro enemigo.

-¿Es que tienen la intención de dejar sin protección su retaguardia?

-Gallia declaró su neutralidad. Eso es algo que se preveía y es necesario para la invasión que tendrá lugar.

Cromwell miró por encima de su hombro e intercambió miradas con Sheffield. Ella le dio un pequeño guiño.

Cromwell se fue con Sheffield, Wardes, y Fouquet a su oficina y después de tomar asiento, miró a sus subordinados.

-Sus heridas han sanado bien, ¿verdad, Vizconde?

Wardes asintió. Cromwell sonrió ligeramente y le preguntó a Wardes.

-Ahora bien, dime lo que tengas que decir.

-Desde un punto en general, Tristain y Germania claramente van a atacarnos, ¿verdad?

-Sí. Entonces, ¿cuáles son las probabilidades?

-… Es bastante aleatorio, aunque tal vez nuestro poder es un poco mayor. El número de nuestros soldados es inferior, pero tenemos ventaja teniendo en cuenta la posición.

-Además, tenemos el poder del “Vacío” de Su Excelencia.

Fouquet dijo en una forma reflexiva. La manera en la que ella lo dijo, provocó que Cromwell tosiera desagradablemente.

-¿Hay algo malo?

-No, nada. Todos ustedes deben comprender, después de que lo he dicho tantas veces, que no puedo utilizar poderosos encantamientos, a excepción de dar vida a los que ya han muerto. Si no dejas de hablar de este tema, yo me sentiré frustrado.

Como dijo Cromwell, él no podía utilizar esos útiles encantamientos después de todo.

-Yo no tenía la intención de molestarlo. Sólo que si no demostramos que tenemos una carta de triunfo, la moral del ejército se reducirá.

Después de que Wardes dijera esto, Cromwell asintió.

-De hecho, no hay mayor carta de triunfo que la del “Vacío”.

-Está bien entonces, pero en lo que pienso ahora… ¿Gallia se va a unir a la guerra? Al principio, el plan de Albión era pedir ayuda a Gallia para la invasión de Tristain atacando a Germania al mismo tiempo, pero… ya que el ejército de Albión fue derrotado en Tarbes, se dio la necesidad de modificar el plan original. La propuesta que llegó desde Gallia era desviar al ejército enemigo hacia el territorio de Albión, mientras que Gallia tomaría esta oportunidad para atacar a Tristain y Germania.

Al terminar de escuchar este plan, Wardes le dijo a Cromwell.

-Su Excelencia, sólo tengo una cosa más que me gustaría saber.

-¿Qué es?

-Gallia es el imperio que nos va a ayudar en la destrucción del sistema monárquico de Halkeginia, ¿está bien eso? ¿Qué vamos a hacer si ellos hacen esto con una mala intención?

Cromwell miró a Wardes con gélidos ojos.

-Vizconde, eso no es algo en lo que tengas que pensar. Déjeme la política a mí, sería bastante bueno que te esforzarás en el deber que se te ha asignado.

Wardes cerró los ojos y bajó la cabeza.

-Como usted lo desee.

-El deber que se te ha dado. Lo estás haciendo, ¿verdad?

-Con todo lo que tengo.

-Menvil.

Tan pronto como Cromwell llamó, la puerta de la oficina se abrió y apareció un hombre. Tenía alrededor de cuarenta años, con canas y un rostro arrugado, pero a causa de su cuerpo bien ejercitado, no se podía calcular muy bien su edad. A primera vista parecía ser un espadachín, debido a su áspero aspecto, pero llevaba un bastón, por lo que era un mago.

Había una característica en su rostro que realmente destacaba. A partir de la mitad de su frente, atravesando su ojo izquierdo y terminando en su mejilla, había una gran quemadura.

Cromwell presentó a Wardes a él.

-Este es el Vizconde Wardes.

Con una expresión de hierro, Menvil, de repente miró a Wardes.

-Wardes, debe usted por lo menos haber escuchado su nombre, ¿verdad? Él es Menvil el Blanco.

Los ojos de Wardes destellaron. Tenía un recuerdo de haber escuchado ese nombre antes. El legendario mago mercenario. La Llama Blanca. El que utilizaba los métodos más cobardes durante un duelo y como resultado de que le fuese confiscado su título de nobleza, se convirtió en un mercenario, asesinó a su propia familia quemándolos hasta la muerte, y abandonó su casa. Se dice que el número de las personas que había quemado hasta el momento era mayor que el número de las aves que había asado para comer. También había muchos otros rumores sobre él.

Pero había una cosa cierta en todos esos rumores.

Que en el campo de batalla utilizaba su llama con profunda crueldad. Esa llama no elegía a su oponente. Él era un hombre a quien la edad y el sexo de los que quemaba no le importaban. Era un hombre privado de toda calidez de sentimientos y disfrutaba ver a las personas envueltas en llamas…

Éste era Menvil el Blanco.

-¿Qué tiene de malo, Vizconde? Hay una leyenda delante de sus ojos.

-Estaba pensando, que estoy contento de que este lugar no sea un campo de batalla.

Wardes expresó sus sinceros pensamientos.

-Ahora bien, Wardes. Contigo a la cabeza, quiero que transportes a un pequeño escuadrón.

Una leve insatisfacción podía ser observada en el rostro de Wardes. ‘¿Él quiere que sea una niñera?’ era lo que podía leerse en sus ojos.

-Yo no quiero que hagas caras sombrías. Además, quisiera que sirvieses con perfección. Su lugar en esta pequeña unidad, este escuadrón secreto va a necesitar un especialista en magia del Viento con el fin de utilizar un barco de transporte. Y en resumen, ése es usted.

-… Como usted lo desee.

-El ejército de Gallia captura cualquier cosa, sin que nosotros tengamos que hacer nada, así que espero que por lo menos los lleves hasta “allá”. Después de haber completado su misión infórmenme de inmediato.

Cromwell murmuró con una voz impaciente.

-¿Dónde se supone que debo llegar?

-En primer lugar, tiene que ser un lugar donde la defensa sea débil y fácil entrar. En otras palabras, no debe ser demasiado cerca de la capital de Tristain. Además, tiene que ser un lugar importante que tenga un papel en la política. Por tanto, tampoco debe estar demasiado lejos.

-¿Un papel en la política?

-Por ejemplo, tomando a los jóvenes nobles como rehenes. Eso tendría efectos sobre la política del país, ¿verdad?

Wardes curvó un poco los labios.

Con un movimiento exagerado, Cromwell les informó el destino.

-La Academia de Magia me parece el lugar adecuado, Vizconde. Como comandante en jefe, sacarás ventaja de la noche y atacarás allí con Menvil y un pequeño equipo.

※※※※※

Al mismo tiempo, en la Academia de Magia de Tristain…

Kirche y Tabitha estaban tomando un paseo en el Patio Austri. Ahora mismo era tiempo de descanso.

Como siempre, el lugar se llenaba de estudiantes, sin embargo…

Todos los que estaban allí eran mujeres. Las figuras de los alumnos masculinos, haciendo ruido, brillaban por su ausencia.

-Bueno, bueno, realmente se nota que hay una guerra, ¿no?

Kirche extendió sus manos y sacudió su cabeza. La mayoría de los estudiantes varones se ofrecieron como voluntarios para unirse el ejército de la Reina, porque fueron solicitados por la falta de soldados. Ella se sorprendió, porque incluso el cobarde de Guiche se presentó voluntariamente.

Todos ellos estaban en medio del entrenamiento para sustituir a los soldados. Era natural que la Academia estuviera tan silenciosa.

Por supuesto, Tabitha fue también una de las personas que quedaron atrás. No había ninguna razón para que Tabitha, que había jurado vengarse del rey de Gallia, por alguna razón desconocida, metiera la cabeza en una guerra en un lugar diferente.

Kirche se ofreció como voluntaria para unirse al ejército de su patria, pero no se le permitió, porque ella era una mujer. Fue lamentable, porque realmente quería actuar con violencia.

Bueno, además como los maestros también se fueron, las clases se suspendieron.

Las estudiantes ahora tenían mucho tiempo libre. A fin de superar la soledad, buscaban rumores para averiguar si sus amantes o amigos estaban a salvo. Observando la figura de Montmorency, sentada en un banco con sus codos sobre las rodillas, Kirche se le acercó.

-Ya que tu enamorado se ha ido, estás aburrida, ¿no?

Montmorency la miró directamente, y murmuró con un tono molesto.

-Es normal para él que se haya ido. No me siento tan mal por eso.

-Pero, ¿no te sientes sola?

-Ese tipo, ya sabes, era exagerado en ser normal a pesar de ser un cobarde. Pero ahora que se fue, estará realmente un poco solo, ¿no?

Kirche acarició el hombro de Montmorency.

-Bueno, seguramente volverán antes del Festival de la Llegada del Fundador Brimir. Después de todo se dice que será una victoria fácil ahora que el ejército del país de tu querida Reina y el ejército del gran Emperador de mi país están combinados.

Kirche murmuró las palabras “querida” y “gran” con sarcasmo en su voz. Desde siempre, los nobles de Germania no eran conocidos por tener un corazón leal. Después de todo, era un país que fue creado por señores feudales que se unieron ya que tenían intereses similares.

-Eso sería bueno.

Montmorency suspiró.

Mientras observaba a Montmorency, Kirche terminó sintiendo una sensación dolorosa similar. “A mi tampoco me gusta… a mi realmente no me gusta la guerra“, murmuró ella quien siempre estaba dispuesta a luchar.

Kirche y Tabitha caminaban perezosamente cuando llegaron al laboratorio de Colbert, que estaba situado junto a la Torre de Fuego. Colbert estaba trabajando muy duro con el fin de terminar los ajustes en el Caza Zero para así poder finalizar la guerra.

Aunque la mayoría de los maestros habían salido… Colbert estaba con su habitual “ritmo” de humor. Tan pronto como los vientos de la guerra comenzaron a soplar, él se sumergió en sus estudios.

-Está muy ocupado, ¿no?

Kirche le preguntó a Colbert con tranquilidad.

-¿Hmm?

Colbert giró un poco su cabeza y sonrió.

-¡Oh, Señorita… Señorita Zerbst! Usted debería leer mis escritos sobre la Manipulación del Fuego de vez en cuando.- dijo Colbert como si estuviera en clase.

-Sí.- respondió Kirche, incómoda y, un poco triste, asintió.

-¿Qué tiene de malo? Señorita…

-Señor, usted no se presentó como voluntario para unirse al ejército de la Reina, ¿verdad?

Aunque la mayoría de los hombres de la Academia se unieron a la guerra, ella quería saber el porqué de eso.

-¿Hm? Sí… Es porque odio la guerra.

Colbert apartó el rostro de la mirada de Kirche. Kirche reía con una cara llena de desprecio. Así que es un afeminado, pensaba. Ella no era capaz de ver nada más que una persona que había huido de la guerra.

No podía perdonar a este profesor que, a pesar de que fue uno de los orgullosos “Usuarios de la Llama”, declaró con calma que odiaba la guerra.

-Como una persona que también usa el Fuego, estoy avergonzada.

Colbert que había bajado la cabeza, volvió a alzarla hacia ella de nuevo.

-Señorita… ¿sabe? El propósito del Fuego…

-No es sólo la lucha, es lo que quiere decir, ¿verdad? Estoy cansada de escuchar eso.

-Es cierto. Eso es simplemente la manera en que está siendo utilizado. Nada más, excepto para la destrucción…

-No quiero escuchar las habladurías de un cobarde.

Kirche giró su rostro y, pidiendo a Tabitha que se moviera, se alejó. Como él vio esta escena, Colbert dejó salir un suspiro.


Volviendo al laboratorio, él se sentó en una silla.

Colbert quedó pensativo por un tiempo… desbloqueó el cajón de la mesa que estaba cubierto por un montón de cosas, utilizando la llave que colgaba de una cadena de su cuello.

En ese cajón había una pequeña caja. La cogió y abrió la tapa.

Había un pequeño anillo de rubí, color rojo brillante, como si el fuego estuviese dentro de ella. Si uno se concentraba, podría ver una llama parpadeante en el interior de la piedra preciosa.

Mirando la llama, los recuerdos del incidente de hace veinte años parecían resucitar. Los recuerdos estaban grabados en su mente; incluso ahora los colores parecían tan vivos. En esa clara, brillante llama… Colbert se culpaba a sí mismo. En sólo un momento, recordó todo lo que había olvidado….

Después de eso, Colbert miró a su alrededor en el interior del laboratorio. Era una pequeña casa con un jardín exterior, pero le gustaba mucho más que la mansión y los bienes que había heredado de sus antepasados y de los que él mismo se había desecho. Las paredes estaban cubiertas por frascos y diversos instrumentos que había obtenido a través del tiempo.

Lo que le venía a la mente al mirarlos, hizo que Colbert se derrumbara como si de repente sufriese dolor.

-El propósito del Fuego… no es sólo la destrucción…




Capítulo dos: Cattleya[edit]

Mediodía, dos días después de salir de la academia ...

Saito y el resto llegaron al territorio de la familia Vallière. Sin embargo, no llegarían a la mansión de los Vallière hasta el atardecer. Al oír las palabras "atardecer"... Saito pálidecio. Se dio cuenta de que aquellas "tierras" no eran más que un patio.

Sin embargo, después de medio día de viaje, no era capaz de entender cómo algo así de grande podía ser simplemente el jardín de una residencia.

Según los estándares Japoneses, el territorio de la familia de Louise podría ser una ciudad de tamaño mediano. Una ciudad ... Saito nunca había oído hablar de que alguien poseyera tantas tierras en ningún lugar. Éstos Altos Nobles son realmente intimidantes.

La condición de noble de Louise se manisfestó realmente una vez que entraron en su territorio.

Ellos decidieron tomar un descanso en una posada...

Una vez dejado su carruaje, Siesta, que llegó un poco antes, salió rápidamente de su transporte. Habiendo sido formada como una sirvienta, fue a abrir la puerta del carruaje para Louise.

"Uwaa, no puedo creer que haga eso Siesta... sin protestar", pensaba Saito mientras caminaba hacia el carruaje de Louise. Pero antes de que pudiera llegar, fue atropellado por una multitud de aldeanos que venía desde la posada.

Los aldeanos sacaban sus sombreros delante de Louise, que acababa de bajar del carruaje.

-"¡Señorita Eleonore! ¡Señorita Louise!" llorando profundamente mientras se inclinaban como reverencia.

Los aldeanos pensaron que incluso Saito, que ahora yacía en tierra, era un noble. Ellos rápidamente le ayudaron mientras pedian disculpas por sus terribles modales.

- "No, yo no soy un noble ..." Saito intentaba nerviosamente explicarse.

- "Aún así, usted debe ser cuidador de la Señorita Louise o de la Señorita Eleonore. No podemos faltarle al respeto".

Dijeron los agricultores ordinarios mientras asentían.

Iban diciendo cosas como "Déjeme llevar su espada por usted," y "Debe haber sido un viaje agotador hasta aquí, ¿eh? ", Saito era tratado con la máxima amabilidad.

- "Vamos a parar aquí a descansar un momento. Por favor informad a la familia de nuestra llegada", pidió Eleonore.

Un niño saltó rápidamente a un caballo y cabalgó fuera con el fin de dar este informe.

Caminaron hacia la posada. Una vez se acercaron Louise y Eleonore a una mesa, las sillas fueron retiradas para que ellas se sentasen. Las dos se sentaron como si fuera algo natural. Saito intentó seguirlas, pero fue detenido por una glacial y degradante mirada de Eleonore.

- "¡Saito-san! ¡Saito-san!"

Siesta llamaba su atención, Saito se dio la vuelta.

- "A los plebeyos no se les permite sentarse en la misma mesa que los nobles."

Saito recordaba. Recientemente se había sentado junto a Louise sin preocuparse. Sin embargo, era una de la extrañas costumbres de este mundo que tenía que cumplir. Ahora que lo pienso, al principio, Louise hacía que Saito se sentase en el suelo.

Louise abrió su boca para decir algo, pero fue cortada por una glacial mirada de Eleonore. Louise no podía hacer nada más que sentarse en su silla como una buena chica. Saito miraba con ojos desorbitados, era la primera vez que veía a Louise en tal estado. Realmente parecía obediente delante de su hermana mayor. Ella debía ser realmente una aterradora hermana mayor para hacer que Louise pareciera tan débil.

- "¡Oh, Louise cómo ha crecido!"

- "¡Ella está cada vez más y más bella!"

Los aldeanos clamaban alabanzas a su alrededor.

- "Parece que la señorita Eleonore se va a casar, ¿verdad?" Alguien murmuró.

- "¡SHHH! ¡No hablen de eso! "Regañó alguien.

Eleonore fruncio las cejas y su expresión se oscureció. El ambiente en el posada se tranformó. Al parecer, el tema de la boda de Eleonore era algo que debía evitarse.

Los plebeyos, que sentían la intenciones asesinas procedentes de Eleonore, no se atrevieron a hablar otra palabra. Saito y Siesta intercambiaron miradas. Siesta tranquilamente se acercó a Saito y cogió su mano. Tenía miedo.

Sin notar el cambio de su hermana mayor, Louise habló. (NT: Vaya, si Louise ya es el diablo incluso cuando no se enfada... la hermana debe ser... bufff... que miedo)

- "Eleonore. Eleonore nee-sama... "

- "¿Qué ..."

- "¡Felicitaciones por su compromiso!"

El rostro de cada aldeano cayó, y un profundo suspiro se escapó de ellos.

Una vez más, Louise había malinterpretado totalmente la atmósfera. De repente, las cejas de Eleonore se dispararon y pellizcó la mejilla de Louise.

- "¡Eso dwwueleeeee! ¡Waaahhhhh! ¡Hermanaaaaaa! ¿por qué? ¡Eso hace dwwwaño! ¡que dwueeelee ay ay ay! ¡dwaañooo auuuuuu! "

- "¿No lo sabes? ¡hablas sobre eso aunque no sabes nada! "

- "¡Yo no whoh wah se nadwwwaaaa sobre eswwwooo!"

- "¡El matrimonio ha sido cancelado! ¡C-A-N-C-E-L-A-D-O! "

- "¿P... Por qué?"

- "¿Quién sabe? ¿Porqué no se lo preguntas a Earl Burgandi? Dijo algo acerca del límite de su paciencia... No puedo entender por qué. "

Saito se solidarizó totalmente con ese Earl Burgandi. Sí. Es comprensible que alguien que la aguante llegue a su "límite". Eleonore era mucho más fiera y abusiva que Louise. El Conde debía haber pensado que no tendría la suficiente resistencia para soportarla.

Al final, descontenta con la anulación del matrimonio, Eleonore liberó toda su ira con Louise...

Y así, comenzó a reñirla. Regañó a Louise por lo de la voladura del techo del carro. La mejilla de Louise se veía muy roja e hinchada por entonces. Naturalmente, Saito sentía pena por Louise.

Sin embargo, la reprimenda no duró mucho, porque de repente se abrió la puerta y un viento rosa entró.

Una chica, vistiendo un elegante vestido delgado alrededor de su cintura y un gran sombrero bordeado con plumas en la parte superior había entrado. Bajo el sombrero se veía un sedoso cabello rubio-rosa, exactamente igual que el de Louise.

Sorprendentemente, una bonita cara apareció bajo el sombrero.

Aunque era evidente que ella era mayor, era muy linda. Su hermoso rostro estaba más allá de la descripción. Su color de ojos y la forma en que brillaban era igual que lo hacían los de Louise. Eleonore la notó, la chica las miraba sorprendida.

- "¡Ah! Estoy tan contenta de haber observado el extraño carruaje fuera y venir hasta aquí para echar un vistazo. Yo no creia que sería usted! Eleonore nee-sama! ¿Usted ya volvió?"

- "Cattle... ya..." murmuró Eleonore.

Notando a la repentina invitada, Louise miró. Al ver a Louise, la cara de Cattleya irradiaba la felicidad que se reflejaba en la cara de Louise también.

- "¡Hermana mayor!"

- "¡Louise! ¡Imposible! ¡No eres tú mi pequeña Louise! ¡Regresaste también! "

Louise se puso de pie y se abalanzó al pecho de Cattleya.

- "¡Ha pasado tanto tiempo, hermana!"

Incapaces de controlar su emoción, se abrazaron con cariño.

Parece que Cattleya era hermana de Louise. Ella tenía el mismo color de cabello, el mismo color de los ojos, era como ver una Louise adulta. Sin embargo, la cara de Cattleya parecía tener más calma y plácidez en la mirada que Louise. Este aura de completa calma y ternura procedentes de Cattleya hicieron que el corazón de Saito se acelerase.

Ella era como una Louise adulta, con el añadido de la dulzura. Además, su bella figura y sus senos combinados completaban los gustos Saito. (NT: Vale Louise es el diablo en persona... pero cuando castiga a Saito lo hace con bastante motivo, es un pervertido...)

Cattleya quedó con la boca entreabierta, ya que finalmente observó a Saito.

- "¡Ah, ah, ah, ahah!"

Aunque Saito preguntaba qué podría significar este "Ah", Cattleya se le acercó y le miró a la cara.

- "¿Qué, qué le pasa?" Preguntó Saito nerviosamente.

Cattleya comenzo a zarandear la cabeza de Saito. Saito casi se desmayó de la sensación.

- "Tú eres... El amante de Louise, ¿verdad? "

- "¿Huh?"

Siesta, que estaba justo al lado de Saito, el cuál se habia quedado congelado le pisó fuerte. Saito saltó arriba.

Louise se sonrojó furiosamente.

- "¡Él es mi familiar! ¡No es mi amante!"

- "Ah... ¿qué es eso?"

Cattleya riendo inclinó la cabeza con su dulce sonrisa.

-"Lo siento, estoy un poco mal. No te preocupes."

Todo el mundo subió al carruaje de Cattleya para continuar el resto del trayecto a la casa de la familia Vallière. Eleonore estana evidentemente descontenta con tener que sentarse con una plebeya y un familiar. Pero cuando Cattleya dijo en tono de broma, "Ni que fueses mejor que el resto del mundo ¿no?" Eleonore, aunque no profirió una sola palabra, lo consintió a regañadientes.

Sin embargo... Saito y el resto no eran los únicos pasajeros en el gran transporte.

Era como un parque zoológico en el interior del transporte.

Delante de los asientos, un tigre yacía en el suelo estirándose entre bostezos. Louise se sentó junto a un oso. Distintos tipos de perros y gatos estaban esparcidos aquí y allá. Una enorme serpiente que se colgaba del techo apareció justo ante la cara de Siesta haciendo que se desmayase. Mientras Siesta se desmayó, Saito murmuró:

-"¡Qué maravilloso transporte ..."

- "A mi hermana mayor le encantan los animales", dijo Louise.

Aunque él pensó que este tipo de amor era demasiado, Saito no dijo nada.

- "Reciéntemente tomé un Tordo".

Dijo Cattleya con voz alegre.

- "¡Muéstrame! ¡Muéstrame!" Louise estaba divirtiendose como una niña pequeña.

Eleonore y los demás suspiraron profundamente.

Esta era la vida de las tres hermosas hermanas de La Vallière. Saito sintió simpatía hacia la hermana mayor de Louise.

Louise y Cattleya continuaron charlando entre ellas.

Parecía que la segunda hermana mayor, la que llevaba las ropas bonitas, era la mejor amiga de Louise. Estas dos personas convertían en algo alegre todo, incluso un tedioso viaje como este no se sentía aburrido. Siesta dormía en paz sobre su regazo. A la izquierda del camino, colinas. A la derecha extensos campos de cultivo. Como la cosecha era de centeno, la paja se acumulaba aquí y allá. Observando la tranquilidad de ese escenario, era imposible creer que una guerra estaba pasando. Apoyándose en el marco de la ventana, ajustando a Derflinger tras su espalda, Saito bostezó profundamente.

A última hora de la noche...

Eleonore cogió un reloj de bolsillo y confirmó la hora.

Un castillo se veía en el horizonte, justo detrás una colina. Cómo no había nada a su alrededor, parecía más grande que el palacio real de Tristain.

- "Podría ser... " Saito susurró. Louise asintió.

Era un castillo espléndido. Rodeado por altos muros y profundos fosos. Elevadas almenas sobresalían por encima de las paredes. Era realmente un espléndido, grande, y verdadero castillo.

Siesta, que había dormido hasta ahora, se despertó, y notando el castillo, miraba con ojos muy abiertos.

- "¡Guau! ¡Increíble!"

En ese momento, un gran búho entró volando por la ventana del carruaje y aterrizó sobre la cabeza de Saito.

- "Bienvenidas a casa, Eleonore-sama, Cattleya-sama, Louise-sama". Saludo el Búho.

- "¡El el el el búho habló y saludó! Sorprendente". Siesta se desmayó de nuevo. A pesar de que procedía de un mundo diferente, Saito no parecía estar sorprendido por que la lechuza hablase y no se movió. Saito no se sorprendía de este tipo de cosas ya.

Cattleya sonrió.

- "¿Y dónde está Madre?"

- "La Maestra está a la espera de todos en el comedor". Respondió el Búho.

- "¿Qué pasa con Padre?" Preguntó Louise ansiosamente.

- "El Amo no ha regresado todavía."

Debido a que el miembro más esencial faltaba, Louise estaba disgustada. Venir aquí para obtener el permiso de su padre a participar en la guerra no tenía sentido sin él.

Se podían ver las puertas tras el foso.

Cuando el carruaje se detuvo, los sonidos de las cadenas del puente levadizo aflojandose podían ser escuchados por cualquiera, las estaba moviendo una gigantesca estatua con forma de pilares.

Cada estatua de piedra tenía al menos veinte pies de altura. Aunque estos golems fueron creados sólo como adornos para la puertas, hicieron que todo el puente levadizo quedara espectacular visualmente.

Una vez terminado de bajar el puente levadizo, el carruaje comenzó a moverse de nuevo, cruzando el puente levadizo y avanzando hacia la muralla.

La sorpresa de Saito por los lujos de la familia de Louise se renovó de nuevo. Era el castillo de un gran noble.

Saito y el resto llegaron a una sala que estaba generosamente decorada por una gran cantidad de muebles de lujo. Siesta inmediatamente se dirigió a la zona de los sirvientes, Saito, por petición de Louise, se permitió que las acompañara para la cena.

Sin embargo, se vió obligado a esperar detrás de la silla de Louise. Saito que hacía guardia detrás de Louise, se fijó en que la mesa era de alrededor de 30 pies de largo.

Aunque eran tan sólo cuatro personas las que se sentaban en los asientos en esta cena, 20 sirvientes esperaban alrededor de la mesa.

Y, a pesar de que era la medianoche, la madre de Louise, la duquesa de la Vallière, esperaba a sus hijas en la mesa del comedor.

La duquesa, que ocupaba un asiento en un extremo, miraba la llegada de sus hijas.

Saito admiró ese poder. Como la fuerza de Eleonore, el aura que emanaba presionaba a Saito, la madre de Louise era igual de impresionante.

Era solo la hospitalidad de una madre hacia sus hijas.

Ella parecía estar en torno a los cincuenta años de edad. Sin embargo, esto planteaba la cuestion de adivinar la edad de la hermana mayor. En realidad, no le hechaba más de cuarenta. Ella tenía una muy fuerte apariencia. El color rosa del pelo de Louise y Cattleya parecía proceder de su madre. La duquesa había atado su cabello de color rosa con encanto en la cabeza. Ésta persona parecia estar rodeada por un aura de mando, Saito se sintió presionado.

Louise, a pesar que no veía a su madre desde hace mucho tiempo, parecía algo tensa. Parece que Louise solo tenía confianza con Cattleya.

- "Madre, ya hemos vuelto." Dijo Eleonore, la Duquesa de la Vallière asintió.

Cuando las tres hermanas tomaron asiento, los camareros comenzaron a llevar los aperitivos de la cena.

Para Saito, que estaba de pie detrás, el tiempo pasaba muy lentamente. Nadie pronunciaba ninguna palabra. La comida que se servía aquí era mucho mas ostentosa incluso que una cena formal en la academia. Los únicos sonidos procedentes de la sala eran los sonidos de los tenedores y cuchillos de plata.

Rompiendo el silencio, Louise habló.

- "M-madre-sama".

La duquesa no respondió. Eleonore lo hizo.

- "¡Madre-sama! ¡Hable con Louise! ¡Ésta tonta niña dice que quiere ir a la guerra! "

¡Bam! Louise se puso de pie, golpeando la mesa.

- "¡Yo no soy una tonta! ¿Por qué soy una tonta por querer ayudar a las fuerzas de Su Majestad?"

- "¿No es usted una niña? ¡La guerra es cosa de hombres!"

- "¡Esa es una forma muy anticuada de pensar! ¡Esta es ahora una época en la que las mujeres y los hombres se encuentran en igualdad de condiciones! ¡Si las posibilidades solo las tuviesen los niños en la Academia, incluso usted, hermana mayor, no podría haberse convertido en una investigadora jefe en la Academia!"

Eleonore sacudió su cabeza en asombro.

- "¿Sabes qué clase de lugar es un campo de batalla? No es uno al que las mujeres y los niños como tú deban ir."

- "Pero Su Majestad confía en mí..."

- "¿Tú eres de confianza? ¿Tú, la "Zero"?"

Louise se mordió el labio. Henrietta me pide a mí que vaya al campo de batalla porque soy necesaria. Soy una usuaria de "Vacío". Sin embargo, no puedo decirselo a mi familia. Así que Louise no fue capaz de decir nada y quedó en silencio.

Eleonore intentaba seguir la discusión, pero fue cortada por la duquesa, que aunque se habia quedado en silencio hasta ahora. Ella ordenó con voz altiva,

- "Come, Eleonore."

- "Pero... pero madre..."

- "Hablaremos de Louise mañana, cuando vuelva su padre."

Y así terminó la discusión.



Saito, en una habitación preparada para él, estaba acostado en la cama y mirando el techo.

La habitación, una escoba inclinada sobre la pared y una manta polvorienta como cama. Saito aprendió de nuevo acerca de la diferencia entre su estatus social y el de Louise. Recientemente, dormían en la misma cama, vivían en el mismo ático y comían en la misma mesa, todavia no podía sentir ninguna diferencia en su situación...

Cuando conoció a su familia, todo comenzó a sentirse como fantasías.

Louise es hermosa. Rica. Una noble, por así decirlo.

Asimismo, Saito recordó que no había hablado con Louise desde que salieron de la escuela. Louise perdió sus nervios debido a Eleonore y no hablaba mucho. De hecho, ella estuvo toda la predicación con su familia, como un siervo de su dueño, sin quejarse. Por alguna razón, ella escondió su verdadero yo.

Sentía lástima por ella.

Él no tenía nada que ver con el sistema social de este mundo.

Pero... después de presenciar la cena en el castillo, él no podía hacer nada por remediar eso, ¿verdad? Pensó.

En ese momento se dió cuenta de la diferencia entre el estatus social de Louise y el suyo.

Él se sentía un poco inferior debido a que...

De repente, golpearon en la puerta.

¿Quién podría haber ido a esa hora a esta sala de almacenamiento? Pensaba mientras abría la puerta, sólo para ser recibido por la tímida sonrisa de Siesta, que estaba allí.

- "¿Siesta?"

- "Bu... bueno... yo no podía dormirme, así que vine aquí".

- "¿Eh? ¿Eeeh?"

Mientras Saito entraba en pánico, Siesta entró en la habitación.

- "Aun así... ¿cómo sabías dónde estaba?"

- "Le pedí a los sirvientes si me podían decir donde se hallaba Saito-san".

- "¿Es así...?"

Siesta se sentó en su cama, de brazos cruzados y columpiando las piernas. Por alguna razón, su rostro estaba rojo. Cuando Saito intentó pasar junto a ella, Siesta agarró su brazo y tiró de él hacia abajo para que se sentase junto a ella. Luego descansó su cabeza contra su hombro, igual que antes en el carruaje.

- "¿Siesta?"

Interrogante, Siesta inocentemente le miró.

- "Ésta es la primera vez que entro en este maravilloso castillo. Este castillo es un auténtico laberinto. "

- "Sí, es estupendo".

- "Un amigo en la academia me dijo que la familia de la Vallière es una de las cinco familias más distinguidas en Tristain. Viviendo en este castillo, con los títulos, la riqueza y los bonitos vestidos... La señorita Vallière sólo puede dar envidia ".

- "¿Es así?"

- "Sí. Tiene una vida asegurada. Puede obtener lo que desee, al igual que... "

Entonces Siesta miró a Saito a la cara.

- "... Saito-san."

-"Yo... Yo no soy su propiedad. Yo soy su familiar ... "

- "Entiendo".

Dijo Siesta lentamente.

- "¿Eh?"

- "La forma en que Saito-san la mira, yo lo entiendo. No tengo ninguna oportunidad de ganar. Ella es rica, ella es una noble y es hermosa ... y tiene un gran castillo como hogar. Hip"

Siesta bajó su mirada. Tratando de entender lo que acababa de decir, Saito quedó en silencio también.

- "Hip, hip." Parecía que Siesta sollozaba. ¿Estába ella llorando?

Saito no sabía que debía hacer, Siesta de repente se puso de pie.

- "Siesta ..."

- "Pero..."

- "¿Eh?"

- "Tengo algo también".

- ¿"Siesta?"

Parece que la situación había cambiado. Con un nuevo ímpetu que parecía decir "¡no voy a renunciar a Saito-san!", Siesta se giró.

- "¡Mis pechos definitivamente bati... bati... batirán a los de la Señorita Vallière! ¡Hip!"

- ¿"Si... Siesta?"

Agitándose con rabia, Siesta siguió hablando.

- "Fa... fa... familia noble? ¿Y qué? Soy una criada. ¡Una criada! Hip!"

- "Sí, lo sé."

Saito notó que Siesta hipaba muchas veces, una y otra vez.

- "Siesta, ¿podría ser que estés borracha...?"

- "Hice la cena sola. Y nadie me dijo "Usted hizo un largo viaje, gracias por todo, por favor descanse. "¡Hip!"

No solo era que estaba colorada, también olía a alcohol. Saito estaba anonadado. Era la primera vez que veía borracha a Siesta.

De hecho, desde que habia tenido que ejercer como sirvienta en ese castillo, Siesta solo había estado entretenida sirviendo alcohol. Borracha, Siesta sacó una botella de vino del escote de su camisa.

- "Pero... ¿De dónde has sacado la botella?"

Siesta acercó su cara a Saito.

- "La robé."

- "Ya veo".

Siesta descorchó la botella y de inmediato comenzó a beber. Fijándose en Saito de arriba a abajo.

- "¡Phua!" Siesta separó su boca de la botella. Su rostro estaba aún más rojo.

- "¡Oye, Saito!"

Por fin le llamaba de manera informal.

- "¿Sí?"

- "tú también deberías beber".

- "Salud".

Él sabía que si se negaba, el estado de ánimo de ella iría a peor. Saito aceptó el vino. Intentó tomar un trago y con un "Buaagh," Lo escupió rapidamente. ¿Porqué estaba tan malo ese vino? Era muy fuerte.

- "Si... Siesta. Este vino... "

- "Estaba en una mesa de la cocina".

Siesta era de esas personas que cambian de ánimo con solo una copa de vino, y ella se estaba bebiendo una botella entera que había robado. Siesta era indescriptiblemente muy mala bebedora.

- "Y no deberías haberla tomado sin permiso... "

- "¡Hey! Saito!"

- ¿"Si?"

- "Lo que sea. ¡Bebe!"

- "Sa... salud."

Recordó que el estado de ánimo puede cambiar a furioso si uno se negaba, a regañadientes Saito bebío el vino de nuevo.



Mientras tanto....

En la habitación de Cattleya, Louise estaba peinando su cabello su hermana mayor.

La habitación de Cattleya era una elegante mezcla entre un jardín botánico y un zoológico. Plantas colocadas alrededor, un montón de aves de corral estaban en cestas colgantes del techo, y los cachorros corrían alrededor de la sala.

Cattleya peinaba suavemente el cabello de Louise.

- "Louise, pequeña Louise. Tu cabello es tan encantador, tiene un hermoso color."

- "Hermana, usted tiene el mismo cabello."

Cattleya rió alegremente.

- "Oh bueno. Tu pelo me gusta."

Louise se relajó y murmuró:

- "El color del pelo de nuestra hermana Eleonore es el mismo rubio que el de padre, creo".

- "Bueno, cuando yo le pregunté a nuestra hermana mayor Eleonore sobre eso, se ofendió."

- "Cierto. No creo que a nuestra hermana mayor Eleonore le importe que coincida o no."

- "¿Eh, por qué?"

- "Ella lo sabe. Ella es una hermana mayor algo diferente. Pero aunque ha sido así tanto tiempo, ella sigue intimidándome."

- "Eso es debido a que eres tán delicada Louise. Tan delicada que es una preocupación. Y esa es su forma de cuidarte."

- "Eso no es cierto".

Cattleya abrazó lentamente a Louise por la espalda.

- "Es cierto. Todos en esta casa te quieren, pequeña Louise".

- "Dígame una cosa, hermana mayor..."

Cattleya con su cara enterrada en el pelo de Louise y los ojos cerrados.

- "Estoy muy contenta, Louise. Creí que estarías totalmente deprimida... "

- "¿Por qué?"

- "El Vizconde Wardes. Era un traidor, ¿verdad? Hace medio año, él era líder de la guardia mágica. Wardes vivía a nuestro lado en el territorio vecino. Él te traicionó, ¿no te duele?"

Louise sacudió la cabeza.

- "No realmente. Ya no soy una niña. No lo confundí más que con un amor infantil destrozado."

Cattleya sonrió a Louise cuando lo dijo con tanta firmeza.

- "Eres admirable. Has crecido, Louise".

- "Así es", murmuró Louise para sí misma. "Ya no soy una niña, por lo tanto, quiero tomar decisiones por mí misma."

- "Entonces, si padre se opone a su petición, ¿irías a la guerra sin su permiso?"

- "Si es posible, pero quiero llegar a un acuerdo. Quiero que todos me entiendan."

- "Sin embargo, yo no siento admiración por la guerra".

- "Nuestra patria está en crisis. Y, la princesa... no, Su Majestad, necesita de mis facultades. Por lo tanto ... "

- "Es inútil que me lo digas a mí. Es difícil para mí entenderlo, tu hermana mayor siempre está encerrada en el castillo."

Cattleya acarició suavemente la cabeza de Louise. Entonces, a ella le dió una tos fuerte.

- "¡Hermana! ¿Estás bien?"

Louise miró a Cattleya con una expresión preocupada. La segunda hermana mayor de Louise tenía el cuerpo débil. Ella nunca había podido alejarse demasiado de la mansión ni de los terrenos de la familia Vallière.

- "¿Necesita que llame a un médico?"

Cattleya asintió.

- "Llamaron al médico local, y aunque lanzó poderosos hechizos de magia de "Agua" muchas veces, era inútil contra esta enfermedad. Nada parecía ser beneficioso para ese órgano. El toque del flujo de agua era inútil."

La causa de la enfermedad de Cattleya se desconocía. Incluso cuando el tratamiento con medicina o magia curaba una parte de su cuerpo, otra parte comenzaba a empeorar. Eventualmente, todos los médicos desistian de ese ciclo. Sus síntomas se intentaban disminuir constantemente por diversos medicamentos y magias.

A pesar de todo, Cattleya todavía sonreía. Louise sentía pena por su hermana mayor. Debido a su condición, Cattleya nunca pudo entrar en la academia de magia, a pesar de que podía lanzar magia. Asimismo, no podía casarse, a pesar de ser tan hermosa.

- "Hmmm, ¿por qué esa cara larga? Yo llevo una vida feliz todos los días. ¡Mira!"

Cattleya señaló el ave de una jaula.

Había un pajaro encogido dentro. Tenía un pequeño vendaje alrededor de un ala.

-"Mira, es el pájaro del que te hablé en el carruaje hace un rato. Lo recogí recientemente."

- "L-lindo".

- "Este pequeño pajarito estaba muy malherido. Tenía un ala mal. Lo encontré cuando estaba paseando y escuché el sonido de un pájaro herido. Bajé del carruaje y lo recogí."

Al parecer, Cattleya, mientras ella estaba en el bosque, escuchó el grito de las aves, por lo que detuvo el transporte y los recogió.

- "¡Hermana! ¡Pero si es sólo un pájaro!"

- "¿No sientes lo mismo acerca de tu familiar?"

Cattleya sonrió a sabiendas. las mejillas de Louise enrojecieron en un instante. No entendía lo que sentía por Saito. ¿Es porque era un ser humano?

- "Así que entiendes. Él es como este pájaro".

Señaló Cattleya.

- "¿En serio?"

- "Sí". Me alegra que ya hayas alcanzado la edad de enamorarte."

Incluso las orejas de Louise se pusieron coloradas.

- "¿De qué hablas? ¡Yo no estoy enamorada!"

- "Es inútil que me lo ocultes. Yo me he dado cuenta de todo."

- "¡Yo no estoy enamorada, de verdad!"

Muy avergonzada, Louise sacudió su cabeza, estaba al borde de las lágrimas.

- "No hagas tanto alboroto. Yo lo comprendo. Ahora, vamos a dormir que hace mucho que no dormimos juntas"

Todavía sonrojada, Louise asintió y se mordió el labio.

En la suave cama, Louise, se había desvestido quedándose solo con su ropa interior. Cattleya, también con un pijama, tenía a Louise acogida como un gatito. Louise recostó su cara en el pecho de Cattleya y suspiró profundamente.

- "¿Qué te preocupa Louise?"

- "Nada."

- "Dime".

Después de las palabras de Cattleya, Louise murmuró con vacilación.

- "Me pregunto si las mías creceran tan grandes como las de mi hermana."

- "Pfft", Cattleya se aguantó la risa. Entonces palpó a tientas el pecho de Louise.

- "Hyaah!"

Louise gritó. Aún haciendo caso omiso de sus gritos, Cattleya seguía tocándola.

- "Muy bien. No te preocupes. Crecerán pronto".

- "¿En serio?"

- "Sip. Yo estaba como tú al principio también."

Louise trataba de recordar. Cattleya ahora tenía 24... así que si ella tenía dieciséis, eso era ocho años atrás. Yo tenía ocho. ¿Cattleya tenía el mismo aspecto que yo en aquel momento? Ella no podía recordarlo con claridad, porque era demasiado joven entonces.

Ahora que lo pensaba, siempre se quedaba dormida abrazando a Cattleya, en los viejos tiempos. Yo no conseguía dormir sola. Iba con su almohada a la cama de Cattleya, y mientras escuchaba las historias de su hermana mayor y oliendo su perfume... ella siempre se calmaba y se dormía.

Mientras abrazaba a Cattleya, sus ojos comenzaban a cerrarse...

Diversos pensamientos venían a su cabeza.

Henrietta.

La Guerra contra Albión.

Posiblemente la muerte.

Venir a casa a pedir permiso para lo que podía terminar siendo su muerte. Tenía una pesada carga sobre su hombros.

Las crueles y valiosas lecciones que aprendía día a día.

Y, cuando ella estaba pensando acerca de su familiar, por alguna razón, las mejillas de Louise ardían. Apenas hablaron hoy. Como ella estaba siendo regañada por Eleonore, no pudieron hablar. Pero ahora, cuando ella comenzó a pensar en estas cosas, no conseguía dormirse.

Ella comenzó a retorcerse inquietamente...

- "¿Qué te aflige? ¿No puedes dormir?"

- "Sí... sí..." murmuró ella avergonzada.

- "Fufufu. No eres capaz de dormirte a mi lado. ¿En quién estas pensando, pequeña?"

- "Na... Nadie! De verdad!"

- "¿Es el niño que trajiste contigo antes?"

- "¡Mentira! ¡Él es sólo un familiar! ¡Yo no lo amo!"

- "Hmmm. Yo no dije que amases a nadie."

Louise se escondió bajo el futón.

- "Te odio, hermana mayor."

- "Oh querida, ahora me odias."

Cattleya rió alegremente.

- "Pero está bien. Si una niña ya no es capaz de dormir al lado de su hermana mayor, entonces es que no es capaz de cumplir como hermana mayor, debería estar avergonzada."

- "Uuuuuh... " Gimió Louise.

- "Nos vemos pronto. El lugar en el que debes estar es otro."


Louise, envuelta en una manta, caminaba por el pasillo. En el camino, preguntó a los sirvientes por donde se alojaba Saito. Estaba al final de un corredor adjunto detrás de la habitación de huéspedes, en un lugar donde se almacenaban las herramientas de limpieza.

Respiró profundamente, una vez llegó a la sala de almacenamiento. No es que quiera verlo ni nada de eso, pensaba tratando de persuadirse a sí misma. Soy una maga. Si el familiar no está cerca, me sentiré insegura. Realmente, no es nada más. No hemos hablado durante todo el día de hoy. Y si no hablo incluso un poco, el familiar se sentirá mal, pensaba.

- "Realmente, no es nada más." Murmuró Louise abriendo las puertas de la sala de almacenamiento, su rostro estaba colorado con un rojo brillante.

Sin embargo, Siesta era la que estaba sentada allí en la cama.

- "¿Eh? Señorita Vallière".

Sus mejillas estaban coloradas. Y en su mano, tenía una botella de vino.

- "¿Que... que... qué estás haciendo aquí?"

Preguntó Louise confundida.

- "Vine aquí para divertirme." Respondió Siesta.

Entonces vió a Saito detrás de la cama. Soltó un alto "Guah." (NT: debía intentar ladrar... por eso de que Louise le trata como un perro pero como estaba borracho soltó lo mas parecido a un ladrido de lo que era capaz... que malo es el alcohol...) Parecía como si se hubiesen emborrachado, se derrumbó y se quedó dormido.

- "¡Fuera de mi habitación".

Dijo Louise, orgullosa.

- "Esta no es la habitación de la señorita Vallière."

Respondió Siesta a continuación.

- "Ésta es mi casa."

Louise indomable posó una mirada glacial en Siesta. Ambas mirándose la una a la otra, sin retroceder. Listas para estallar en una furia de fuego.

Estando borracha, Siesta tenía una voluntad y osadía muy fuertes. Podía incluso hacerle frente a Louise. Alarmada y agitada, declaró a Louise:

- "Yo soy una sirvienta de la escuela. No una criada de la señorita Vallière. Además, estamos de vacaciones de todos modos. Nos corresponde a nosotros sobre cómo usamos nuestro tiempo libre. Así que por favor, no nos moleste."

Era absurdo. Louise se acercó bruscamente a la cama, y trató de arrastrar a Saito por el tobillo mientras dormía. Luego Siesta agarró su otro pie...

- "¡Suéltalo!"

- "¡Suéltalo tú!"

- "Bueno, discúlpame, pero es mi familiar. En otras palabras, es mío."

Ahora Siesta miraba fríamente a Louise a los ojos con hostilidad. Ella no escuchaba lo que decía Louise.

- "... ¿Estas desobedeciendo a una noble?"

De repente, el aire de la habitación se volvió tenso. (comentario traductora: ¿hasta ahora no estaba suficientemente tenso?)

Siesta, de un tirón, bebió más vino.

Y murmuró con una vocecita.

- "Noblenoblenoble, cállate".

- "¿Haa? Que arro... arro... arrogante"

El momento en que gritaba... Siesta puso su cara al lado de Louise y atrajo la cara de la joven noble.

- "Es amor, ¿no? En resumen, se encuentra celosa. A pesar de que es una noble... ¡Ridícula!"

- "Que... que..."

En un instante, la resolución fue arrasada y Louise entró en pánico.

- "¿Lo confiesa? ¿Tiene celos de mi amor?"

Siesta siguió presionando a Louise a una esquina.

- "¡Ah, auuh... uuh... "

Murmuró Louise, ruborizándose.

- "¿Qué? ¿No lo confiesa? Cobarde".

- "Uuh ..."

Extrañamente poderosa, Siesta hizo retroceder a Louise completamente.

- "Pero lo que más importa es Saito-san..."

- "¿¡Que... que... !? ¿¡De qué está hablando!?"

- "A él le gustan las chicas con grandes pechos."

Esto hizo que Louise se detuviese, sin saber que decir.

- "Y si lo piensa, usted no es que tenga demasiado busto."

Siesta puso en jaque a Louise.

- "Pe... pechos."

- "Siempre te llamaban cosas como era... tu estás plana como una tabla, ¡una tabla!"

- "Uuh." Louise estaba a punto de ponerse a llorar.

Ella recordó burlas de Saito. ¿No andaba su estupido familiar burlándose de ella diciendo siempre que parecía que tenía un valle en vez de pechos?

- "Saito me lo dijo. Las de la señorita Vallière parece que tienen el tamaño de las de una niña."

Con la bravura que le daba la borrachera, Siesta decía cosas sin sentido.

Firmemente mordiendose el labio, Louise salió de la habitación.

Después de asegurarse que ella se había ido, Siesta se tumbo al lado de Saito y se durmió.



Cattleya se quedó sorprendida de ver a Louise de regreso en la habitación.

- "¿Qué problema hubo, Louise? ¿Qué sucedió?"

- “Fueh...” Louise se abrazó al pecho de Cattleya.

- “Esta bien... ¿porqué estás llorando?”

Sin embargo, Louise cansada, no dijo nada.

- “Fuuh” Suspiró Cattleya profundamente.

Justo como en los viejos tiempos, Louise se quedó dormida con la cabeza apoyada bajo la seguridad de Cattleya.



Saito se levantó en un instante sorprendido. Eso era porque Siesta estaba durmiendo a su lado.

- “Uuhn, uuhn,” comenzó a abrir sus ojos. Siesta, porque está a mi lado… él estaba asombrado, pero despues de ver la botella de vino tirada en el suelo, el recordó.

- “Oh no, yo estuve bebiendo, despues de eso...”

Me ví obligado a beber a la fuerza, el licor de Siesta era muy fuerte.

- “Siesta, Siesta” Llamó a Siesta.

Sin embargo ella no se despertó.

- “Uuh, uguu, mguu.”

Saito estaba preocupado por que ella podría estar ahogándose. Ella tenía su blusa desarreglada. ¿Tendría ella ropa interior en el castillo? Realmente, cuando ella vestía su blusa no se le notaba si la tenía puesta en el cuerpo por el tamaño de esta, pero se sentia muy mal. Saito desabrochó un botón de la blusa de Siesta.

En ese momento Siesta comenzo a abrir lentamente los ojos. Saito sacó la mano de la blusa.

- “Bu... *yawn* buenos dias... ” (comentario traductora: yawn debe ser la onomatopeya del sonido de un bostezo o del gesto de desperezarse por las mañanas...)

Siesta murmuraba todavia con sueño pero en un instante se dió cuenta de donde se encontraba.

- "Sa... Saito-san, ¿por qué? ¡Eso! ¡Yo!"

Hey hey, fuiste tú la que irrumpió en mi habitación borracha en primer lugar, pensó Saito y sonrió irónicamente.

- "Siesta, anoche, se emborrachó y..."

Al decir Saito esto, Siesta abrió los ojos completamente.

- "¿Eh? ¿Borracha?"

- "Sí. ¡Mira!"

Saito señaló la botella de vino en el suelo.

- "La trajiste tú."

- "¿Tomé viiiiiino?"

- "Sí... sí..."

- "Recuerdo que, durante la cena, bebí un vaso. Pero parece que me tomé más de un solo sorbo. Ahh, qué hice... "

Saito se mostró sorprendido por la preocupación de Siesta.

- "¿Siesta?"

- "Yo.. Realmente lo hice, ¿no?"

- "Sí... sí".

- "Creo que bebí demasiado. No soy muy buena bebedora de vino."

Evitando su cara, Siesta murmuró torpemente.

"En efecto, "bebi demasiado", Saito lo consintió. ¡Parece que esta criada tuvo un frenesí de borracha!"

- "Después de beber todo ese vino, no tengo ningún recuerdo de la última noche. ¿Fuí grosera, Saito-san?"

- "No, no en particular... "

Saito sacudió la cabeza.

En ese momento... el sonido de alguien corriendo ruidosamente a través del corredor se escuchaba.

  • Bam *

La puerta se abrió y una de las criadas del castillo saltó dentro.

- "¡Qué... qué... que pasa!" Gritó Saito.

- "¡No hay tiempo! ¡El Maestro llego! Tenemos que poner el castillo limpio... " gritó, y cargandose de herramientas de limpieza, se fue corriendo. Pronto, otro criado llegó para recoger un trapeador y un balde. Se trataba de un trastero, después de todo. Aunque había un montón de herramientas de limpieza, casi nunca eran utilizadas. Sin embargo, parece que hoy era una excepción.

¿Maestro? Siesta y Saito se miraron entre sí.

En resumen, el padre de Louise había regresado.




Capítulo Tres: El Duque de La Vallière[edit]


De madrugada en el jardin del castillo, había jaulas con enormes dragones en cada una de sus cuatro esquinas.

Los sirvientes que se habían reunido en la zona circundante al mismo tiempo retiraron ruedas del transporte que parecía una jaula. Los hombres a pie sujetaban a los dragones, con esa oportunidad, otros sirvientes abrieron la puerta del carruaje. Una alfombra roja había sido extendida desde la entrada para el noble.

Era el Duque de La Vallière. Debía tener mas de cincuenta años. Tenía el pelo rubio y una barba blanca de inflexible aspecto, estaba ataviado con ropa digna de un rey. En su ojo izquierdo había un monóculo, y había un fuerte brillo en sus ojos.

Los mayordomos caminaron rápidamente hacia el duque, se quitó su sombrero, se fijó el pelo y se aseguró de que su vestidura estaba correctamente alineada.

El duque preguntó en una amarga voz de barítono.

- "¿Ha regresado Louise?"

Jerome, un mayordomo que había servido a la familia la Vallière durante muchos años, se inclinó respetuosamente, y respondió:

- "Ella regresó ayer por la noche"

- "Llámala para el desayuno!"

- "¡Por supuesto!"

El estado de ánimo en la familia Vallière desayunando en el soleado balcón era el mismo, como de costumbre. El cuadro se preparó con el fin de tomar el desayuno a la luz del sol, todos sentados. El Duque de La Vallière estaba sentado en el asiento de honor y junto a él se encontraba su esposa. Inusualmente estaban concentradas las tres hermanas sentadas alrededor de la mesa, alineadas con la edad. El cuerpo de Louise estaba un poco tembloroso, porque había estado llorado toda la noche. Aunque se suponía que iba a obtener el permiso de su padre para participar en la guerra...

Parece que el duque se encontraba de considerable mal humor.

- "¡Maldito idiota cerebro de pájaro!"

Comenzaba el discurso, el Duque insultó al Cardenal.

- "¿Cuál es el problema?"

Cambiando su expresión facial, el Duque se dirigió a su esposa. Después de que su padre dijese las primeras palabras, Louise sabía que éste no era el momento para preguntar.

- "Después de estarme llamando todo el camino hasta Tristania, yo estaba preguntándome qué iba a decirme... ¡"Organiza el ejército", dijo! ¡No bromees!"

- "¿Estás de acuerdo?"

- "¡Como si fuera a hacerlo! ¡Ya me retiré del servicio militar! ¿Por qué no se lo mandó al soldado que tomó mi lugar y me deja a mi estar con mi familia! ¡Además, estoy en contra de esta guerra!"

- "Eso es verdad. Pero ¿estará bien? ¿No dio el Cardenal la noticia oficial del estado anunciando que en este momento, la patria tiene que unirse para derrotar a nuestro amargo enemigo? Si un rumor de que la familia Vallière es traidora se propaga, afectará a nuestra vida social también."

Después de que ella dijese eso, la esposa del Duque tenía un rostro muy fresco.

- "No debe llamar maldito idiota cerebro de pájaro al "Cardenal". "Idiota" es más que suficiente. Además, tomar ventaja de este tipo de una joven reina... "

Louise tosió y arrojó el pan que comía. Eleonore miro fríamente a Louise.

- "Oh, que miedo. Siento que oigas la verdad sobre la corte del gorrión ". (comentario traductora: tampoco yo entiendo lo del gorrión pero el traductor me dio esa definicion para la palabra, supongo que refiriendose a la Reina y su juventud, no se :S)

- "De todos modos, no dudes en hacernos saber lo que piensas."

Louise que había estado tranquila hasta ese momento abrió sus labios mientras temblaba.

- "Hay algo que me gustaría preguntar a Padre."

El Duque miró a Louise intensamente.

- "Por supuesto que está bien, pero antes de eso, ¿no le das a tu padre, quien no has visto en tanto tiempo, un besito, Louise?"

Louise se levantó y se acercó a su padre, y después de que le diera un beso en la mejilla, mirando directamente a su padre preguntó:

- "¿Por qué se opone mi Padre a mi decisión de unirme a la guerra?"

- "Debido a que esta guerra es un gran error".

- "Es una guerra contra Albión, que nos invadieron en primer lugar. ¿Qué hay de malo en emboscarles a ellos?"

- "Atacar el lado de ellos no es algo que yo llamaría una "emboscada". ¡Mira aquí!"

El Duque, manipulando el plato y los alimentos empezó a explicar a Louise.

- "Lo que tú llamas una "emboscada" es tener una fuerza militar tan abrumadora que pueda tener éxito al primer intento. El ejército del enemigo es de alrededor de cincuenta mil. Nuestro ejército, junto con el de Germania, es de sesenta mil."

Trasladando con los cuchillos y tenedores, con ayuda de los fragmentos de carne, el Duque creó una simulación de la guerra.

- "¿Pero, no tiene nuestro ejército diez mil hombres más?"

- "Si el ejército atacante es tres veces más grande que el ejército defensor, sería ciertamente una victoria. Como sus fuerzas aéreas se han organizado y tienen una buena posición, con este número se convertirá en una difícil batalla."

- "Pero... "

El Duque interrogó el rostro de Louise.

- "Nuestro sitio es excelente. Nosotros tendríamos que bloquear desde el cielo el continente y a continuación, sólo esperar hasta que se queden sin recursos. Si lo hacemos, con el tiempo ellos pedirán la paz. Esa sería la mejor conclusión de la guerra, igual que una mezcla de color blanco y negro. Sin embargo, ¿qué vas a hacer si fracasa la emboscada? La posibilidad de eso no es pequeña."

Louise estaba silenciosa. Todo lo que había dicho su padre era un buen argumento.

- "Debido a la victoria en Tarbes nosotros nos hemos confiado en exceso. Ese exceso de confianza es negligente. Para empeorar las cosas, ¿qué hacemos usando a los alumnos de la Academia de Magia como oficiales? Sólo puedo decir que eso es estúpido. ¿Qué pueden hacer los niños? En la guerra, sabes, no puedes decir que eres suficientemente fuerte sólo porque tienes mayor número. Emboscada es un acto que significa que tienes absoluta confianza en que lograrás la victoria al primer intento. No hay manera en que yo le permita a mi hija entrar en esa guerra."

- "Padre... "

Después de terminar de hablar el Duque, él se puso de pie.

- "Ahora bien, el desayuno ya se terminó."

Louise movió un poco sus labios y se detuvo un momento.

- "Louise. De ahora en adelante estás bajo arresto domiciliario. No se te permitirá salir de este castillo hasta que la guerra termine".

- "¡Espera!" Gritó Louise.

- "¿Qué? Ya no tenemos nada más que decir".

- "Louise... tú... "

Eleonore tiraba del dobladillo del vestido de Louise. Cattleya miraba a Louise con preocupación.

- "Para la princesa... no, para Su Majestad, yo soy necesaria."

- "¿A qué te refieres cuando dices que ella te necesita? Tu habilidad con la magia es... "

Louise no podía decirle a su familia que era la usuaria de la magia del vacío.

- "Ahora, ahora no puedo decírselo, pero... Yo... "

Louise dudaba, pero ella dijo con cara triunfante.

- "Ya no soy la de misma de antes!"

- "¡Louise! ¿Qué le estás diciendo a Padre?"

Dijo Eleonore con una voz intensa.

- "Hermana mayor, cállese! Ahora, estoy dirigiendo una conversación!"

Todos los miembros de la familia fueron sorprendidos por la actitud de Louise. Louise nunca antes había replicado contra su hermana de esa manera.

- "Siempre he sido tratada como una idiota. Siempre me sentí inferior cuando se me comparaba con mis hermanas y decían que no tenía talento para la Magia. Pero, pero, ahora es diferente. Yo estoy segura ahora que Su Majestad dijo que soy necesaria para ella."

Con esas palabras, el color de los ojos del duque cambió. Él se volvió hacia Louise, se arrodilló y puso sus ojos a la altura de los de su hija.

- "... ¿Encontraste finalmente el elemento que dominas?"

Louise asintió con confianza.

- "¿Cuál de los cuatro?"

Louise pensó por un tiempo. Por supuesto, ella no podía hablar sobre el vacío. Pero ¿sería correcto mentir a su propio padre? Por un momento, Louise estaba preocupada. Y... abriendo sus labios, ella decidió decirle una mentira.

- "... Fuego".

- "¿El fuego?"

Durante un momento, el Duque de La Vallière miró la cara de Louise y luego asintió lentamente.

- "Tienes el mismo elemento que tenía uu abuelo. Ya veo, Fuego, eh... En ese caso, es natural que te atraiga la guerra. Es un elemento pecaminoso. Verdaderamente, un elemento cubierto de pecado".

- "Padre... "

El Duque débilmente dejó colgando su cabeza.

- "Si mal no recuerdo, has dicho que Su Majestad necesita tu poder, ¿verdad?"

- "Sí".

- "Escucha, Louise. Eso es algo importante. No hay ningún error al respecto. Cuando nadie más estaba alrededor, su Majestad te dijo que tu poder era necesario para ella, ¿verdad?"

Louise declaró claramente.

- "Sí. Me dijo su Majestad que mi poder era necesario para ella."

El anciano Duque sacudió la cabeza.

- "Es algo honorable. Algo terriblemente honorable. Sin embargo... Como pienso, no hay forma de que reconozca esto."

- "¡Padre!"

- "La gente puede cometer errores a causa de esta cosa llamada lealtad. Voy a informar a Su Majestad yo mismo. ¡Jerome!"

- "Sí".

El mayordomo saltó y se puso al lado del Duque.

- "Prepara papel y una pluma."

Después de eso se volvió hacia Louise.

- "Tienes que elegir un yerno para mí", declaró.

- "¿Eh? ¿Por qué?"

- "No puedo reconocer tu participación en la guerra. Estoy totalmente convencido de que no puedo permitírtelo. Tú estás confundida por lo de ese traidor de Wardes ¿verdad? Por eso, elegirás un nuevo yerno para mí. Además, calmarás tu corazón, ¿de acuerdo? Me has dicho que quieres ir a la guerra dos veces ahora. Ésta es una orden. No se permiten cambios."

- "¡Padre!"

Grito Louise. Sin embargo, el viejo Duque sacudió la cabeza.

- "Jerome, no dejes que Louise abandone el castillo. ¿Entiendes?"

- "¡Por supuesto!"

El mayordomo asintió.

A continuación, el Duque dejó su puesto del desayuno.

Su esposa y sus hermanas mayores se quedaron atrás rodeando a Louise.

Su madre y su mandona hermana criticaban a Louise.

- "Tu Padre no es tan joven como antes. No le preocupes tanto."

- "Porque Padre se preocupa tanto, ahora usted tiene que elegir un yerno". Declaró Eleonore fríamente.

- "¿Por qué tengo que hacer eso? Según la tradición, Eleonore-nee-sama debe... " (comentario traductora: Louise se refiere a que los matrimonios deben realizarse por orden, primero herman@s mayores...)

Diciendo Louise esto, Eleonore le pellizcó las mejillas.

- "Yo... Perdooon... Pero, para mí, soy pequeña... (el matrimonio es demasiado pronto)... "

- "¿Por qué? ¿Según que razón? Usted tiene un amante, ¿verdad?"

Diciendo esto su madre, Louise sacudió la cabeza.

- "No tengo. No. No tengo ninguno."

La esposa del Duque y Eleonore parecían haber notado algo, por la expresión de Louise. Las dos intercambiaron miradas.

- "Parece que usted está pensando en alguien."

- "¡No hay tal persona!"

- "¿Quién? ¿De qué casa noble es?"

- "¿Cuenta? ¿Un Barón?"

- "¿Un honrado Barón? No será... no será un simple caballero, ¿no?"

El cuerpo de Louise se quedó inmóvil.

- "¡Oh, no, esta chica ... Ya veo, un Caballero de la Orden del Mérito, no sé, pero... ella se enamoró de un hombre de baja condición social."

La cara de Eleonore se convirtió en amarga. La madre se presionaba la frente.

- "Oh, porque nunca tuve el cuidado adecuado de esta chica... "

- "Yo... Yo no estoy enamorada de un caballero."

Dijo Louise apresuradamente. La verdad es que ni siquiera era un caballero, sino un simple plebeyo. Aún más, un plebeyo que procedía de un mundo completamente diferente... si supieran eso, un simple "lo siento" no sería suficiente para una disculpa. A pesar de que siempre se repetía a sí misma que a ella realmente no le gustaba alguien como él, ahora su cabeza estaba llena de pensamientos de Saito.

Cattleya miraba con preocupación a Louise.

- "No importa qué edad tenga esta chica, ella siempre esta preocupándonos, ¿ella no debería? No sólo quiere unirse a la guerra, para empeorar las cosas se ha enamorado de un caballero... "

- "Ya se lo he dicho, no tengo...", y ella dudó.

Su madre y su hermana gritaron:

- ""¡Silencio!""

Era la habitual actitud amenazante. Después de que Louise utilizase su valor para hablar de nuevo a su padre antes, ahora se había vuelto completamente desanimada.

De repente sintiéndose triste, Louise se fue corriendo.

- "¡Hey! ¡Espera ahí!"

Ella escuchaba las voces de los gritos de su madre y su mandona hermana.



Llegó la tarde. Saito, como no tenía más tareas, estaba tirado en la cama de la sala de almacenamiento mirando al techo. Él miró la habitación que le rodeaba, mientras estaba tumbado en la cama, notó algunas hojas blancas puestas en una caja que habían sido dejadas allí por él y se sintió un poco abandonado. Desde que llegó a casa de la familia Vallière, parecía que era todo lo que merecía. Algún pequeño, sentido de la existencia.

Desde que Siesta había regresado a su propia habitación, Saito había estado solo. Él estaba de una forma inconscientemente pensando sobre lo que debía hacer, se dio cuenta de que no había tenido ningún desayuno y que no iba a conseguir nada de comer si no iba él mismo a buscarlo... en ese momento le llegó el sonido de los siervos del castillo que andaban por los corredores pavimentados con piedras que rodeaban la habitación.

- "¿Dónde está? ¿La habéis encontrado?"

- "No, no esta por este camino!" Las voces decían algo así. Parece que estaban buscando a alguien.

Así como se estaba preguntando a si mismo a quién estarían buscando, la puerta se abrió con una explosión. Saltaron varias personas dentro, pasaron a Saito por alto y comenzaron la búsqueda a través de la habitación de almacenamiento.

- "¡¿Qué diablos están haciendo ustedes?!" Gritó Saito. Indicando "no parece estar aquí", y haciendo caso omiso de él, los chicos que aparecieron ante Saito salieron hacia la izquierda de la habitación.

"¿Qué demonios ha pasado?" Pensó Saito para sí mismo, esta vez hubo un golpe en la puerta.

- "Está abierto", dijo, pero los golpes continuaron.

Si se tratase de Louise o de Siesta, inmediatamente podrían haber hecho una grosera entrada tan pronto como él dijo eso. Pensando que una persona que, incluso después de que se le diga que puede, no abría la puerta por sí misma no podía ser una mala persona, Saito abrió la puerta.

Y allí había una mujer, con un pelo rubio rosado y ojos marrones, estaba de pie.

Por un momento pensó ¿"Louise"?, pero no era así. Ella era más alta que Louise. Tenía unos ojos y un rostro sonrientes, sin siquiera un poco de mala intención en ella.

Era Cattleya.

Ella era más alta que Louise. Tenía unos ojos y un rostro sonrientes, sin siquiera un poco de mala intención en ella. Era Cattleya.

- "U, Umm, que... "

Mientras se sonrojaba, Saito la miró con una mirada confusa.

- "¿Puedo pasar?"

- "Sí ¡Sí! ¡Por favor!"

Con una respetuosa reverencia, Saito la dejó pasar.

- "Lo siento por los intrusos", diciendo eso, Cattleya parecía apenada por él.

Ella era tan bonita que el corazón de Saito empezó a correr. Naturalmente, prefería a Louise. Sin embargo, debido a su carácter, aquella no era una expresión que apareciese en su cara. Sintió que ese tipo de sentimiento era el que se tenía hacia una hermana mayor.

Con una sensación distinta a la que tenia con Louise, miró a Cattleya sentarse en el cama con una pequeña sonrisa diabólica flotando en su cara.

Ella daba una sensación diferente al "sano" sex-appeal de Siesta.

También era diferente del sex-appeal de Henrietta el cual poseía ese equilibrio tan peligroso que venía del hecho de que ella era de clase alta.

Difiere también del sex-appeal de Kirche "tan cambiante, muy agresivo".

Por supuesto, también era diferente del sex-appeal de Louise el cual era "difícil de romperse".

Con una luminosa sonrisa, era un sex-appeal que se sentía como si estuviese envasado para ti.

¿Será Louise también como ella cuando crezca? Si ese es el caso, entonces Louise es definitivamente un "me lo compro", huuh, mientras estos pensamientos flotaban alrededor de su cabeza, Cattleya le parecía más y más encantadora.

- "Cuando Louise crezca, ella no se parecera a mí, sabes."

Diciendo de repente esto mientras se reía, hizo saltar a Saito.

- "¿Eh? ¡No! Yo no ... ¡Yo no estaba pensando en cosas así! ¡Sí!"

- "¿En serio? Pero definitivamente parecía que se preguntase si Louise sería como yo en el futuro... "

Wow, qué increíble mujer.

- "Louise definitivamente sera aún más encantadora cuando crezca, aunque antes debe calmarse. Pero ella probablemente no podrá ser pulida en un taller cualquiera."

Pensando que sería más que suficiente siempre y cuando ella se pareciese a su hermana en pechos, Saito abrió y cerró los labios.

- "¿Cuál es tu nombre?"

- "Es Saito."

- "Un bonito nombre, ¿no?"

Era la primera vez que alguien elogiaba su nombre desde que había llegado aquí.

- "Oye, ¿qué tipo de persona eres? No eres de Halkeginia, ¿verdad? Digo esto porque es como si sintiese que eres un humano completamente diferente de su entorno. ¿Es así?"

Por la manera en la que estaba siendo examinado, Saito estaba sorprendido. ¿Qué es esto? ¿Ella se enteró de que soy de un mundo diferente? O tal vez, ¿hizo que Louise se lo dijese?

- "Fufu. Tu cara parece decir que te preguntas cómo lo sé. Pero yo te comprendo. Simplemente parece que estoy inusualmente hábil".

- "Sí... sí... "

- "Pero, cosas como esa no son de importancia. Muchas gracias. De verdad."

- "¿Huh?"

- "Gracias por ayudar a Louise durante este tiempo. No hay manera de que una niña pequeña obtuviese el reconocimiento de su Majestad por sí misma solamente. Definitivamente le ayudaste en el camino. Cierto, ¿no?"

¿Cuál sería la respuesta adecuada? O mejor dicho, ¿cuánto debía decirle a ella? Al Ver a Saito preocupado al igual que ella, Cattleya rió suavemente.

- "Hay cosas que usted no puede contarme, hmmm. Esta bien. Ahora entonces... es lamentable, pero tengo que contárselo."

- "¿Eh?"

- "Cuando Louise habló con Padre no fue bien. Por eso, le dijeron que tenia que encontrar un yerno. Y entonces ella se escondió en algún lugar."

- "¿En serio? Por lo tanto, los sirvientes que irrumpieron antes estaban buscando a Louise." Dijo Saito, "Achaa... " y cubrió su rostro.

- "Padre quiere que Louise se case. Él también se preocupa por esa chica. Justo después de que su prometido resultase ser un traidor, ahora ella tiene que volver a comprometerse. Incluso aunque ella es todavía tan joven".

Murmuró Cattleya, como si no estuviese de acuerdo en esas relaciones.

Saito sufría con el dolor. ¿Louise se va a casar? Después de lo de Wardes, las palabras de verdad le dolieron profundamente. Eran palabras que él no quería escuchar una segunda vez.

- "A usted no le gusta, ¿verdad? El hecho de que Louise se case."

Murmuró Cattleya con una sonrisa angelical.

Saito sacudió la cabeza.

- "Ese... Ese tipo de cosas... está bien. Yo no puedo parar de pensar en Louise, en primer lugar. Porque Louise, para mí... pero acerca de mí debido a eso de que no sea noble ni nada, ella no piensa mucho en mí, por eso... "

Enderezándose, Cattleya preguntó a Saito.

- "Hey, ¿eres consciente de lo que significa ser un noble?"

¿Qué pasa con esa repentina pregunta? Eso esta totalmente claro.

- "¿Eh? Estoy casi seguro, umm, tienen que ser capaces de utilizar la magia... tienen que ser ricos... "

- "¡Esas son cosas triviales!"

- "Pero, en este mundo si no puedes usar magia, no puedes ser un noble, ¿verdad?"

- "Mal."

Cattleya sacudió la cabeza.

- "Sólo hay una condición que debe cumplirse para ser un noble. Jurar que protegerá a la princesa aun a costa de su propia vida, eso es todo. Nuestros antepasados obtuvieron sus terrenos y fortunas por el rey, ya que protegiamos a la princesa, su hija, aun a costa de su propia vida. No era debido a que pudiesemos utilizar la magia."

Cattleya miró a Saito con ojos sinceros.

- "Esa niña está en algún lugar del patio, deberías ir a buscarla. En el patio hay un estanque... en el estanque hay una pequeña barca. Ella está dentro. Desde que era pequeña siempre que le pasaba algo malo iba allí a esconderse. Después de recoger a Louise, dejen el castillo. En la carretera principal hay un carruaje esperando. La sirvienta que trajeron con ustedes está esperando, vayan allí."

- "¿Eh?"

- "Yo no admiro la guerra. La odio. Honestamente, no quiero dejar ir a Louise. Pero, si es algo que ella ha decidido que quiere hacer y hay alguien que ella necesita para ir... en ese caso, creo que tenemos que dejarla ir. No es algo que nosotros podamos decidir."

Cattleya puso el rostro de Saito entre sus manos.

- "Que el Divino Fundador Protector esté contigo y Louise".

Y entonces, como si se tratase de un noble, le besó la frente a Saito.

- "Dejo a mi linda hermanita a su cuidado, Caballero-Dono".



Louise estaba llorando en el interior de la barca en el patio.

Ella podía oír los sonidos de los pasos y las voces de los sirvientes que la estaban buscando en el interior del castillo. Pero, al igual que cuando era una niña, esa barca en el patio era un lugar seguro. Con su figura oculta por la sombra de los bordes de la barca, era un punto ciego cuando mirabas desde el interior del castillo y no destacaba en absoluto.

Al igual que cuando ella era aún una niña, ella misma se había doblado y se había cubierto a sí misma con la manta que llevó con ella. Cuando era una niña y lo hacía... sus sentimientos por lo general poco a poco se calmaban, pero esta vez no iba tan bien. Parecía que su estado de ánimo se había hundido tan bajo, que no importaba lo que hiciese no conseguiría alegrarse.

Los pequeños pasos de alguien que pisaba el suelo resonaron en el interior del patio.

Ella contuvo su respiración y espero mientras los sonidos se transformaron a ser el fuerte sonido de los pies cruzando el puente de madera que llegaba hasta la pequeña isla.

Pensando: "Esto es malo", enterró su cuerpo aún más en la manta que la cubría.

Tan pronto como ella lo hizo... ¡Splash! El sonido de los pasos que saltaron al suelo del estanque podía ser oído y ella se asomó sobre la manta.

Involuntariamente descubrió una parte de su cuerpo y luego escuchó como la llamaban por su nombre.

- "Louise".

- "¿... Saito?"

- "Vamos. Tu hermana mayor nos ha preparado un transporte."

- "... No voy a ir."

- "¿Por qué?"

- "Porque mi familia no me lo permitió."

- "Es imposible. Tu familia está en el otro lado después de todo. Tú eres mas obstinada".

Saito extendió sus manos. Sin embargo, Louise se sacudió inmediatamente retirándolas.

- "¿Qué es lo que pasa?"

- "Ya no quiero seguir. Esta bien."

- "¿Por qué?"

- "Porque no importa lo que yo diga, no importa cuán duro trabaje, no puedo hablar con mi familia. ¿Quién me reconoce? Después pensé que finalmente me sentía muy sola."

¿Te preocupan cosas así? Piensa sobre antes. Esta chica... en cuanto pasa un poco de tiempo sin que esté yo a su lado, ella comieza a pensar con normalidad.

Metiéndose en la barca, Saito cogió la mano de Louise.

- "Caray. Yo te reconoceré. Yo lo haré, toda tu existencia, completamente en serio. Por eso, levántate. Vamos."

Después de escuchar eso, Louise se sonrojó y sintió su corazón cada vez mas cálido y alegre.

Pero, pensó para sí misma que no podía tener confianza solamente en las palabras de Saito.

Después de todo, Saito está bien.

Después de todo, sus pechos tenian el mismo tamaño que los de una niña.

Esa chica de pelo negro que escucha a todo lo que dice es mejor, ¿no?

Se sentía sola, porque no podía obtener de sus padres o hermanas, comprensión. Las palabras de Siesta el día anterior tambien tenían razon. "a Saito la señorita Louise no le gusta en absoluto." Esas palabras habian perjudicado gravemente la auto-confianza de Louise y ya no se veía capaz de hacer nada. Louise no reconocía sus propias palabras, ella se impedía a sí misma recordar quien era.

Por lo tanto, Louise murmuraba.

- "¿Qué es lo que vas a reconocer?" No mientas"

- "No es una mentira."

- "Es una mentira. Incluso en este momento la guerra por la que quiere luchar es por el honor de la Princesa. Al igual que Guiche".

- "¿Que... Qué es lo que la Princesa ha..."

Recordando, Louise dijo con voz fría.

- "La besaste, ¿no?"

- "¿Eres idiota? La manera en que pasó... "

- "¿Estas diciendo que la besaste por error? Heee... ¿Cómo es eso?"

Saito estaba lentamente enojándose. En la ira, cogio a Louise por los hombros y la obligó a encararle.

- "¡¿Qué... Qué es lo que pasa?!"

- "¡¿Eres una idiota?!"

- "¡¿Quién es una idiota?!"

- "¡No acabo nunca de decidir porque me gustas, siempre estas de mal humor, niña egoísta! ¿.Tú piensas que sólo porque eres mi ama y yo tu familiar, tienes el derecho de decidir quien me gusta?"

Saito estaba mirando con ojos ardientes a Louise, gritándole. Todo lo que le dije procedía del fondo de mi corazón. ¿Por qué no puedo entender a esta chica?, pensó para sí mismo maldiciendo sus propios impulsos.

- "¿Co... Co... Cómo te atreves a decir eso?"

- "Sí, voy a decir eso tantas veces como sea necesario. ¡Honestamente, no quiero tener ninguna relación con los chicos nobles y sus deberes con las guerras, me gustaría ir a buscar una manera de volver a casa! ¡Quiero ir de regreso al Este de Japón! ¡Es lo que haré!"

- "¡Entonces sigue adelante!"

Louise gritaba. ¿Qué es lo que me pasa?, pensaba. ¿No esta bien gritar tanto? Debo ser mas suave. Yo estoy sintiendo algo en este momento.

Saito siempre hacía lo que queria. Cuando Louise quería hacer algo, él no escucha nada de lo que le decia. A pesar de que era su familiar parecía que él no entendía nada. Él siempre hacía lo contrario que ella quería.

Saito, que estaba gritándole a Louise, estaba respirando con sus hombros subiendo y bajando rápidamente. Probablemente pensando la elección de las palabras que debía reponderle. Idiota. Idiota, idiota. Después de decir eso, alejaría su rostro, pensaba Louise. ¿Me pregunto qué me respondera a mí? Exactamente cómo va a responderme, despues de que le haya dicho "¿Entonces sigue adelante? ¡Sí, entiendo! Voy a regresar, ¿probablemente?"

Sin embargo, la respuesta de Saito voló completamente fuera de las expectativas de Louise.

Por alguna razón el rostro de Saito... enrojeció.

- "¡Me gustas!"

El aire se solidificó. Por un momento, Louise no se dio cuenta de lo que acababa contestarle.

Justo ahora, ¿qué acaba de decir? ¿gustar? ¿como que le gusto, que le gusto? ¿Sobre que esta hablando? (comentario traductora: :) jujuuu a Louise le da algo)

- "¿... Eh?"

- "¡Yo he dicho que me gustas! ¡Siempre que te veo mi corazón comienza a latir rápido! ¿No es lo que la gente llama amor? ¡Es por eso que me gustas! Y es por ello que si quieres proteger el honor de la Princesa iré contigo y tú solo debes seguir adelante e ir en lugar de quedar quejándote aquí!"

- "¿Eh? ¿Eeh?"

- "¡De cualquier forma, ahora mismo no eres linda del todo! ¡¿Qué pasa con esto?! ¿Por que crees que estoy arriesgando mi vida y luchando? ¡Es porque me gustas! ¡Si no, yo solo estaria durmiendo en mi habitación!"

Saito dijo lo que tenía que decir e intentó levantarse, pero notó algo.

Louise impedía que se fuese y le hizo quedar esperando mientras se sonrojaba.

De repente, Saito se sintió un poco arrepentido. "Ah, ¿por qué he terminado diciendo eso ahora? ¡Espera un minuto, me declaré! ¿Por qué? Considerando las circunstancias... ahora no era precisamente el momento de declararme... No debí hacerlo."

Saito cayó postrado en el barco.

Después de que pasó un momento... Louise regresó a sí misma.

Ella estaba confundida, no entendía lo que había sucedido. En cualquier caso, parecía que se le habia declarado. Ella había escuchado de Saito "Me gustas".

"¿Qué debo hacer?" Pensaba.

En el mismo momento en que ella pensaba eso, se dio cuenta de que tenía que decir algo. La cautela se hizo cargo de su mente. La ira y el placer, dos sentimientos opuestos, brotaron. Sin comprender completamente la situación, Louise comenzó a enrojecerse y mirando hacia arriba a la cara de Saito.

- "Si se trata de una mentira, te mataré."

Dijo sólo con una voz débil. ¿Cómo estaria su cara de color rojo en este momento? ¿En qué medida sus mejillas estaban teñidas de rojo? De todos modos, estaban calientes.

- "¡No es una mentira!"

- "No me gustas".

- "Yo sé eso".

- "Porque tú andas de chica en chica por todos lados."

- "Yo no lo haré. No voy a hacerlo a partir de ahora."

- "No es una cuestión de si lo hará o no. En cualquier caso, sólo después de un año de conocerme, usted ha dicho esas palabras con esa confianza. Quizás es simplemente falsa confianza".

- "Gra... Gracias".

Como todo lo que había dicho había sido con una voz, que provenia de las profundidades de su corazón, Saito terminó pensando que Louise era terriblemente linda. Sus pensamientos hasta ahora, eran solamente querer abrazarla y acariciar sus mejillas.

Pero él no podía decir esas cosas. Louise era increíblemente orgullosa después de todo. Y el orgullo de Louise envolvía su corazón, creando una capa muy gruesa como armadura a la que sus verdaderos sentimientos casi nunca podrían llegar.

Saito cogió a Louise por los hombros y la cadera. Y entonces ella lo miró con ojos serios.

En ese momento, las palabras de Kirche resonaron en sus oídos.

- "Probablemente no le deja hacer nada, ¿verdad? Si ese es el caso, sería normal que anduvieses con otras chicas."

Ella pensó "Uu... ¿no deberia dejarle un poco?" y cosas similares. Pero, pensaba que era difícil entrar en ese estado de ánimo. Incluso para algunos es un poco difícil.

Sin embargo, ella no podia permitir que él pensase en las demás o anduviese con otras chicas. Louise decidió reunir un poco de verdadero valor.

- "Hey... Hey, tú sabes. Mmm... "

- "¿Sí?"

- "Como usted le dijo a su maestra que le gusta prácticamente, le juró lealtad, una re... re... recompensa es necesaria, ¿no?"

- "¿Una recompensa?"

- "Es cierto. La princesa siempre me dijo que la lealtad siempre debía ser recompensada".

- "Ya... ya veo... "

Saito era incapaz de decir que era exactamente lo que Louise estaba tratando de hacer. Pero cuando oyó las siguientes palabras de Louise su sangre llegó hasta la cabeza a toda velocidad.

- "So... Solo un lugar, ¿de acuerdo?"

- "¿Qué?"

- "En... En el cuerpo de tu Maestra, sólo un lugar, uno que te guste, es... está bien que lo toques."

Cuando ella dijo eso, no quito las manos de los hombros de Saito, Louise cerró los ojos.

"En... En el cuerpo de tu Maestra, sólo un lugar, uno que te guste, es... está bien que lo toques."Cuando ella dijo eso, no quito las manos de los hombros de Saito, Louise cerró los ojos.

"Voy a morir", pensó Saito.

"Si me dice cosas como esta, es que voy a morir. Pero si, antes de morir, yo, es... estoy con Louise, entonces... Si es esta manera con esta linda ama, yo, entonces... " Su mente cada vez más caótica, abrazó a Louise y de repente la besó en sus labios.

Y Louise.

"Ah..." murmuró un gemido.

Un beso, hm. Así que eso es lo que decidió, eh. Ciertamente, inequívocamente, es sólo un lugar.

Sin embargo, ¿un beso? ¿Es lo más importante? De alguna manera, Louise terminó sintiéndose más y más enamorada de Saito, que optó por un beso en un momento como este.

Sin embargo, parece que, debido a los besos, Saito se excitó demasiado. Parecía haber olvidado la norma de "Sólo un lugar", su mano llegó a la falda de Louise.

Louise se sintió confusa. "Esto es malo, no parece estar tomándome suficientemente en serio."

- "I... Idiota... sólo un lugar... por otra parte, tú, tan de repente... oye, espera, oye, ¿qué te piensas?, oye... idiota... que... tu... un... ese tipo de... Yan... idiota... " (comentario traductora: yan, al igual que otras palabras como ay, ouch... es algo asi como una exclamacion... no tiene traduccion literal)

- "Me gustas".

Murmuró Saito incoherente, y le mordió la oreja. La fuerza de Louise disminuyo y se tumbaron en la barca. Moo, estoy en dificultades amorosas. "Qué es más importante", Se preguntaba ella, Saito iba empujando con una energía sin fin.

- "Que... que, espera, oye... no es bueno, los pechos, los senos no. De ninguna manera, eso no, ahora mismo".

Debido a las manos que se encontraban en la falda y en el hueco de su camisa, Louise estaba lentamente superada por la desesperación.

- "Me gustas. Me gustas mucho. Realmente me gustas."

Al igual que si fuese una espada magica transmitida como una herencia familiar, Saito mantenía la repetición de "me gustas" rápidamente. Como era de esperar de la mágica palabra, robó la voluntad de Louise como si una corriente electrica que estuviese en funcionamiento a través de ella.

- "¿... De verdad te gusto?"

Preguntó involuntariamente de nuevo.

- "Sí".

- "¿De verdad, de verdad?... Ah"

Mientras ella decía eso sus labios se conectaron.

Espera un poco. Incluso si te gusto es malo hacerlo tan pronto. No estoy preparada todavía y también tengo mi orgullo.

Eso es, soy Louise Françoise Le Blanc de La Vallière.

Yo soy la tercera hija de la familia del Duque.

Yo, sabes, no soy tan fácil como las chicas de ciudad.

No hay absolutamente ninguna manera de que me case. Aun casada no haría nada durante al menos tres meses, incluso en ese caso, ¿dónde está este familiar tocando a su ama?. Yo no le debo permitir llegar a tal fin de oh... oh... OOOOH.. por encima de mi. Pensando eso, Louise levantó su puño sobre su cabeza. Con el objetivo de darle en sus partes bajas, golpeándole con su pierna.

Tan pronto como ella lo hizo, sus labios se separaron y le susurró cerca de su oído.

- "Me gustas. Louise, me gustas mucho."

Y con un "Me gustas mucho", se decidió. Louise bajó su puño, pero de pronto perdió su fuerza y sin darse cuenta se abrazó a la espalda de Saito.

- "Ah, ahora no hay manera de salir, ¿qué debo hacer, mamá? yo probablemente estoy en las estrellas por Louise." Murmurando eso, Saito se preguntaba qué cara debería poner en ese momento, al final. Dado que Louise no le empezaba a golpear, abrió sus ojos lentamente y un asombroso escenario se extendió delante de ella.

Los trabajadores del castillo estaban reunidos alrededor, rodeando el estanque.

Con un rostro enfadado, tambien Eleonore estaba allí.

Con una cara pálida como si estuviera a punto de desmayarse, su madre estaba allí.

Y entre todos los que estaban presentes, con la cara mas aterradora de todas, estaba su padre.

En un momento a Louise le recorrio un sudor frío y a continuación empujó separando a Saito lejos.

Con un "Splaaash", Saito cayó en el estanque.

- "¿Qué estás haciendo?" Comenzó Saito a gritar y fue observado por el público en el interior del patio.

El Duque de La Vallière ordenó con una voz llena de dignidad.

- "Hmmm... Encerrad a Louise en la torre. Y de paso, dado que ella no va a salir por lo menos en un año, por favor, cambiad las cadenas por algo fuerte."

- "¡Por supuesto!" Respondió Jerom, el mayordomo.

- "En cuanto a ese tipo. Ese plebeyo. Hmmmm... decapítenlo. El va a estar expuesto un mes, haced una nueva mesa donde poner su cabeza, por favor."

- "¡Por supuesto!" Dijo de acuerdo Jerom, con el mismo tono.

Los sirvientes al mismo tiempo sacaron escobas, azadones, hoces, lanzas o espadas y atacaron. Saito agarró el mango de Derflinger que estaba en su espalda. La runas de su mano izquierda brillaban.

- "¡Compañero! Ha pasado tiempo. Me preguntaba si usted había muerto."

- "¡Lo siento, hablaremos más tarde!"

- "Ya veo."

Saito, sin muchas dificultades saltó a la barca, abrazó a Louise y luego la puso en su hombro.

Y después comenzó a correr.

- "¿Qui... Quién diablos es ese tipo? ¡Es rápido!"

- "¡Parece un elfo!"

Saito corría como el viento a través de los pasillos del castillo.

Cuando uno de los empleados se interpuso, con un "Lo siento", se disculpó y luego con un golpe a su pierna, le obligó a caerse al suelo.

- "¿Que estan todos ustedes haciiiiendo?"

Diciendo eso, el Duque enfurecido, que había sido testigo de como su hija más pequeña se encontraba abrazada en el suelo con un plebeyo, sacó su bastón, pero Saito estaba ya fuera del alcanze de sus hechizos. La gente, que no sabían de la velocidad del movimiento de Gandálfr, estaba completamente abrumada.

Sin embargo... establecieron contacto con los golems que se estaban utilizando para levantar el puente levadizo. La cadena del puente levadizo hizo ruidos mientras era retirada.

Cuando Saito saltó al jardín delantero, donde se encontraba la puerta, pálidecio. Parecia que lo iban a conseguir. Aunque Saito estaba utilizando el poder de Gandálfr, no sería capaz de saltar por encima del gran foso.

Cuando le pareció "¡Hemos sido llevados a un rincón sin salida!", La cadena, que estaba levantando el puente levadizo cambio de color. Influenciada por "Alquimia" la cadena se convirtió en tierra blanda y se derrumbó en el suelo. El puente, que había perdido su apoyo, cayó al suelo.

Saito corrió por el puente.

Al cruzarlo, un carro saltó de la nada. Y sorprendentemente, el transporte no estaba siendo tirado por caballos, sino por un dragón.

Temblando de miedo, Siesta estaba sentada en el asiento del cochero.

- "¡Rápido! ¡Sube rápido, por favor!"

Tras meter en el carruaje a Louise, Saito saltó sobre él también.

- "¿Que... Por qué un dragón?"

- "¡No lo sé! Pero, si hubiese caballos, ¿no podrian correr ellos? Ummmm, eso, ¡la Señorita Cattleya me dijo que todo estaria bien! ¡Kyaa! ¡Kyaa, kyaa! De todos modos, los dragones me dan miedo! ¡Sus rostros me dan miedo!" gritando eso, Siesta parecía haber tenido un accidente cerebrovascular porque se comportaba como si tuviese un ligero aturdimiento.

- "Vamos a cambiar", dijo Saito, cogiendo las riendas que tenía Siesta y sentandose en el asiento del cochero. Siesta sonrió y se apoyó en Saito. En el asiento de detrás Louise estaba tranquila, aunque vio esa escena, parecía soportarlo. Recordando las palabras de Saito. "Me gustas", el habia dicho. ¿Cuántas veces tenia que decírselo...?

Bueno, voy a permitirlo. Eso no importa, ademas un noble teniendo sentimientos de celos hacia un plebeyo es extraño. Ella sonrió y guardó su compostura, como si no atendiese. Siesta se giro rápidamente hacia Louise.

- "Um, por favor, perdone mi descortecia. Señorita... "

- "¿Hmmmm?"

- "Parece que cuando estuve borracha te dije algunas cosas improcedentes... Es una mala costumbre. Parece que cada vez que yo, eh, cada vez que me emborracho mi comportamiento es diferente de lo habitual. La verdad".

Siesta intentaba excusarse por su maleducado comportamiento.

- "Bueno, está bien. De ahora en adelante trata de mantenerte sobria", respondió Louise con la compostura de una mujer que ha ganado en el amor.

- "¡Muchas gracias!"

Dijo Siesta apartando su cabeza de Louise. Después ella se arrimó a Saito.

Aaah, están demasiado cerca. Sin embargo, antes nosotros estuvimos mas cerca, debe estar bien por ahora. Sólo un poco. Es caridad. Pensó Louise.

- "... Sin embargo, Saito-san, es un caballero."

- "¿Hmmmm? ¿Lo soy?"

- "¡Eso es! Porque aunque yo estoy tan cerca de usted... usted no está haciendo nada."

- "Eso... Eso es, por supuesto que yo no hago nada".

Louise sonrió. Bueno, por supuesto, eso es porque no tienes el encanto que todos ven en mi. Aunque usted me dijo que estoy plana como una tabla. Es extraño. La tabla venció. Y, ademas, perder ante una sirvienta sería estúpido.

- "Bueno, dicho esto, Iya, el botón de mi camisa se descosió".

Louise levantó la ceja.

- "¿Eh? Bueno, eso es probablemente porque te mueves mucho. Jaajaa".

- "Bueno, por eso siempre le digo que... "

Siesta bajó la voz, y acercó su cara a la oreja de Saito. Sin embargo, alcanzó los oídos de Louise muy claramente. De todos modos, esta era la manera que tenía Siesta de pincharla.

- "¿Qué... Qué?"

- "Si quieres ver, sólo dilo. No voy a ocultar nada. No hay necesidad de refrenarse"

¡Aaaah, Siesta! Qué cosas dices.

Desde el asiento de atrás, podia oirse el aire agitándose. O más bien no era el aire el que se estaba agitando, era Louise.

- "Ya veo".

- "¿Ya ves?"

- "Mi familiar fue el causante de que el botón de la sirvienta se descosiese, ¿no?"

- "Su familiar descosió el botón porque notó que estaba sufriendo."

- "Guarda las excusas."

- "Pero si no es una excusa."

- "¡Señorita! ¡No había otra forma! ¡Saito-san se preocupó! ¡Estaba preocupado, porque le gusto!"

¡Aah, Siesta, no eches aceite en lugar de agua a un fuego ardiendo!

Saito empezó a negarlo a pesar de que sabía que era inútil.

- "No hice tal cosa."

- "Dices eso, pero tambien te estuviste viendo con hermana mayor."

- "Sólo un poco."

- "Después de todo mereces un trato peor que el de un perro".

Veía que ya era inútil la cortesía. Ahora, el ambiente en el que se encontraba era obvio que significaba que no podría hacer ninguna objeción. Saito estaba muy cansado porque había utilizado gran parte del poder de Gandálfr. Se podría decir que Saito sabía perfectamente que no podría hacer ninguna objeción pasase lo que pasase.

Saito fue tirado en el carruaje.

- "¡Señorita! ¡Cálmese! ¡Señorita Vallière!"

- "Esta bien. Llegaremos pronto. ¿Cómo debo decir esto... esto es definitivamente el destino. Eso es lo que creo."

Saito sonrió y desapareció dentro.

Rodando Saito por suelo. Louise llegó junto a él.

- "En primer lugar, todo lo que tú y yo dijimos anteriormente en esa barca fue un error."

- "Sí. Comprendo."

- "Por lo acontecido hoy, creo que un freno es necesario. ¿Y tú?"

- "Diciéndome solo es eso, estoy agradecido".

Sin embargo, el freno nunca llegó.

Los gritos de Saito podían ser escuchados durante un largo tiempo en el territorio de la familia Vallière.

Ella estaba mirando el carruaje que estaba desapareciendo en la distancia, Cattleya sonrió. De repente comenzó a toser violentamente. Había agotado su fuerza física con la "Alquimia" del hechizo que utilizó antes.

En su campo de visión ella podía ver el puente levadizo a lo lejos. Pero como utilizo el conjuro desde una gran distancia, tambien uso un poco de su Fuerza de Voluntad.

En el interior de la habitación había un zorzal cantando.

Era el pequeño pájaro herido que había recogido y curado hacía poco tiempo. Ella miró el pajarillo en el interior de la jaula por un tiempo y luego Cattleya sonrió.

Ella abrió la jaula y puso la mano dentro. El zorzal saltó en su mano. Después de sacarlo, retiró las vendas.

Ella estiró su mano a través de la ventana. El tordo miró a Cattleya a la cara y inclinó la cabeza hacia un lado dudando. Como si se estuviese preguntando si sería capaz.

- "Esta bien. Ahora ya esta bien."

El zorzal miró al cielo. Y luego batió sus alas.

Cattleya miró el tordo volando hacia el cielo.

En silencio, durante mucho tiempo, Cattleya se quedó mirandolo.




Capítulo Cuatro: El comandante oficial Guiche y el oficial cadete Malicorne[edit]


Cada estudiante que solicitó entrar al ejército real como oficial, llegando de la academia de magia, recibían entrenamiento durante unos dos meses y luego eran asignados a diversas fuerzas.

El ejercito de Tristain se dividía en tres ramas.

En primer lugar, el "Ejército Real", que estaba directamente bajo el mando de la actual Reina. Los generales y oficiales eran nobles pertenecientes a la monarquía que dirigían a sus propios mercenarios con su dinero. Los estudiantes como Guiche eran oficiales que principalmente se asignaban a este ejército real o como más tarde se menciona a la Armada del Cielo.

El siguiente es el "Ejército Nacional", donde a los grandes nobles se les solicitaba reclutar gente en sus territorios. A esta forma de organización también se le llamaba el "Marqués del Ejército." Los nobles que recibieron tierras del rey estaban obligados a seguir su promesa de lealtad y organizar un ejército. Esto es lo que el cardenal le había pedido al padre de Louise, el duque de La Vallière, a organizar.

Como los soldados eran campesinos, el Ejército Nacional es considerablemente inferior al compuesto por mercenarios en el Ejercito Real. No era adecuado para las campañas, pero como el Ejército Real en sí mismo no era suficiente en número de efectivos, al final también era necesario. Hubo muchos nobles, como el padre de Louise, el Duque de La Vallière, que se opusieron a la guerra y se negaron a contribuir con sus soldados.

Asimismo, dado que esta guerra era una campaña, la mitad del Ejército Nacional funcionaba como vagones... Lo que significaba que era utilizado como una unidad de transporte suministros.

El último es la "Armada del Cielo".

Es la rama del ejercito que operaba las naves que flotaban en el cielo o el mar.

Con el capitán en la cima, esta rama era sin duda una versión en miniatura del sistema feudal. A continuación del capitán, que tenía la autoridad absoluta en el buque de guerra, estaban los nobles a los que dirigia como marineros. A pesar de que eran llamados marineros, todos tenían alguna especialidad para manejar el buque. A diferencia del ejército, que estaba bien organizado siempre que tuviese el número de personas necesarias, la experiencia y la formación se destacaba por encima de todo.

Guiche, que habia sido asignado como oficial de reserva en el Ejército Real, había llegado a los Campos de Marte en la Zona de Entrenamiento en la capital de Tristain el día después de que Louise y los demás regresaran a casa.

El Regimiento de Rosha, el Regimiento de Lashene, el Regimiento de Navarra... Los colores de los regimientos que se agitaban en los jardines indicaban quienes eran los comandantes de la casa de cada regimiento, hoy, estaban aun en los Campos de Marte montando la Zona de Entrenamiento.

Con una carta de presentación escrita por un oficial en la mano, Guiche caminó alrededor la zona de entrenamiento, donde estaban los doce regimientos del Ejército Real, una masa de veinte mil soldados. El grupo al que había terminado siendo asignado era el Batallón Independiente De Vineuil del Ejercito Real. Nunca había oído hablar de él antes, pero Guiche estaba ansioso por su primera batalla.

Recientemente, se había reunido con su padre, el Mariscal del Ejercito Real.

El puesto de Mariscal es un trabajo durante el que uno está hasta el final de su vida, su padre, que se había retirado de los servicios militares, era Mariscal. Su senil padre estaba muy frustrado por no poder participar en esta guerra y alentó a Guiche a ir. (comentario traductora: no entiendo porque motivo no puede participar... supongo que por lo de senil... porque si esta dentro del ejercito... no veo el motivo por el cual esta frustrado... mala traduccion de mi parte supongo... perdon...)

"No valoramos la vida, pero ponemos nombre al valor", era lo que decía de forma natural su padre de tradición militar a su hijo desde que nació, enviando a Guiche fuera. Sus tres hermanos se habían ido tambien. Su primer hermano estaba a cargo del ejercito familiar de los Gramont. El segundo hermano era el capitán de las fuerzas aéreas. Su tercer hermano era un oficial del ejército real.

Y él mismo... estaba participando como oficial en el Batallón Independiente De Vineuil. Sin embargo, él no podia encontrar el puesto del batallón. Él no pudo encontrar la bandera del batallón para el que tenía la carta de presentacion en ningún lugar.

A regañadientes, pregunto a un oficial con barba que daba miedo.

- "Ummmm, ¿dónde está el Batallon Independiente De Vineuil?"

El oficial comenzó a decirle a Guiche acerca de cómo él no conocía el camino a su casa.

Cuando Guiche dijo: "Ese es mi destino a partir de hoy" él miró a Guiche desde la cabeza a la punta de sus pies, y preguntó: "¿Estudiante a oficial?"

- "¡Sí... sí! ¡Eso es!" Cuando saludó como recordo en el idioma que los militares hacían, golpearon su cabeza.

- "Escucha, estudiante. En el campo de batalla, incluso si usted dice que no sabe donde esta su batallón, nadie se lo dirá."

Luego, el funcionario dijo: "Alli", y señaló una esquina de la zona de entrenamiento.

Era justo al lado de la posada que habian montado, y solo un poco de sol le daba en la zona.

Los soldados estaban apoyados en la pared de la posada, mirando al cielo. Guiche se sorprendió de ver que había personas demasiado borrachas.

Mirando con atención, se dio cuenta de que la mayoría de la gente eran ancianos y gente desmotivada. El grupo parecía ser despojos.

- "No... no me digan, que esto es... " Nervioso, preguntó a un soldado. "Hey... oye, soldado."

- "¿Qué pasa?"

Un viejo mercenario cargando una pesada lanza se puso de pie.

- "¿Es este el Batallón Independiente De Vineuil?"

- "Sí".

Guiche quedó petrificado en el lugar, como si hubiera sido golpeado con algo en la cabeza.

Era su gloriosa primera campaña, sin embargo, el grupo al que habia sido asignado eran viejos o soldados delincuentes que claramente estaban desmotivados. En otras palabras, era sólo un batallon formado por escoria para hacer números en el ejercito.

Ese "independiente" y no destinado a ningún regimiento tenia probablemente una razón. En otras palabras, el comandante de regimiento no quería hacerse cargo de ellos.

Cuando él preguntó: "Pero, ¿dónde está el comandante del batallón?", el viejo mercenario señaló una sección de la esquina. Un débil viejo de pelo blanco estaba allí, apoyándose en sus hombres. A su lado estaba un joven y gordinflón noble llevando la enseña de oficial sobre su hombro. Parecia que ese era el "cuartel general del batallón".

Ese es el comandante del batallón... Se trataba de un anciano que parecía que su corazón dejaría de latir sólo con oir las voces durante la batalla, sin necesidad de que le golpease ni un proyectil. Realmente tengo unas expectativas bastante cortas aquí. Penso Guiche, deprimiendose. En cualquier caso, Guiche se acercó a dar su saludo.

- "¡Oficial reserva Guiche de Gramont, presentandose para asumir mi puesto!"

- "¿Haa? ¿Qué? ¿Qué pasa?"

El comandante del Batallon Independiente De Vineuil, preguntó agitado. Parece que había oído mal.

- "¡Soy Guiche de Gramont! Se me ha asignado a este batallón como oficial de reserva. Quiero recibir la aprobación" Gritó Guiche cerca de sus orejas.

- "¡Oh, ya veo! ¡Es hora de comer! ¡No se puede luchar con el estómago vacío! ¡Necesitamos comer adecuadamente también!"

Dándose por vencido, Guiche asintió. Entonces, el que llevaba la enseña de oficial de batallon susurró algo cerca de la cabeza del comandante.

- "¡Que... qué! ¡Asignación! ¡Entonces debería habermelo dicho!"

Era eso lo que estaba diciendo pensó Guiche descorazonandose.

- "¡Compañia en pie!"

El batallón se fue levantando al oir débilmente esa voz en sus cabezas. De esa forma, los soldados se reunieron con lentos movimientos.

- "¡Pre... pre... presentando al nuevo comandante de la compañia!"

¿Heh? ¿Comandante de la compañía?

Mientras Guiche quedaba anonadado, el comandante del batallón continuó.

- "Asignado a nuestro glorioso Batallon Independiente de Infanteria de Mosqueteros De Vineuil... Nombre!"

- "¡Soy Guiche de Gramont!"

- "¡Yo asigno a la Segunda Compañia a Grandel-kun!¡Desde este momento, la segunda compañia sera llamada como "La Compañia de Grandel"!¡Saludemos al comandante de la compañía!"

Lentamente, los soldados pertenecientes a la compañía saludaron. Oye, el nombre lo esta diciendo mal. Pero mas importante aun, ¿comandante de la compañía? ¡Eso es imposible!

- "¡Espe... espera, jefe del batallón! ¡Soy un estudiante a oficial! ¡Tan de repente voy a ser el comandante de toda una compañia!"

Convertirse en comandante de la compañía significaba que tendría el mando de más de un centenar de soldados. No había manera de que pudíera hacerlo.

Sin embargo, el jefe del batallón, agitandose, puso su mano sobre el hombro de Guiche.

- "El comandante desertó esta mañana. Estábamos buscando uno nuevo."

¿El comandante desertó? ¿Qué tipo de batallón es este?

- "Hay más oficiales de alto rango, ¿no?"

- "¡Ah, aparte de mí y este oficial, estan los demás jefes de compañía, pero no hay nadie de la nobleza en este batallón! Es por eso por lo que tú eres el único oficial posible. Bienvenido, comandante de la compañía."

Él había oído que en el Ejercito Real faltaban oficiales, pero no que fuese tan grave. La cara de Guiche palideció visiblemente.

El Batallón Independiente de Infanteria de Mosqueteros De Vineuil era un cuerpo armado con unas trescientas cincuenta personas. Se dividia en tres compañías. La compañía tenia dos armas. La compañia tenia lanza corta de guarda. Una de las armas había sido confiada a la compañia de Guiche poco después de que este asumiera su nuevo cargo. Ademas del arma de cuerpo, el equipo constaba sólo de arcabuces antiguos. Los modelos más nuevos, mosquetes, no se podian encontrar en ninguna parte. (comentario traductora: Batallon Independiente de Infanteria de Mosqueteros De Vineuil... de Mosqueteros... esto... y porque la llaman así si llevan arcabuces y no mosquetes...)

Más importante aún que el arma de cuerpo... Guiche se agarró la cabeza. Nunca había aprendido a usar armas de fuego en su formación. El no pudo realmente hacer ninguna practica en sus rápidos dos meses de formación...

De cualquier manera, habría sido bueno que le dijesen a que grupo se le asignaría con antelación.

Había oído sobre el desorden en el Ejército Real, que empleasen grandes cantidades de mercenarios a pesar de la falta de oficiales, era grave... pero aquello estaba muy mal...

Mientras Guiche se preocupaba, un hombre de mediana edad de aspecto elegante se acercó a él, llevaba de arma un arcabuz que tenía el cañón acortado y una daga en el cinturón de su cadera. Usaba un casco de acero, vestía pieles gruesas y una coraza de hierro.

- "Saludos, comandante de la compañía."

- "Usted... usted también. ¿En serio?"

- "Nicola, sargento de esta compañía. Ayudaré lo posible."

"Ayuda" era probablemente modestia. Tenía un corte en la frente y el rostro bronceado. Él parecía un sargento que hubiese estado en el ejercito durante mucho tiempo. Lo cierto era que él, un oficial no comisionado, sería el que mandaria la compañia.

- "Iyaa, qué desastre."

Un sargento mercenario, el cual incluso daba la impresión que podría haber conocido a padre, murmuró.

- "Obligado a ser el comandante de la compañía tan pronto después de haber llegado. Por su apariencia, parece ser un estudiante."

- "Sí... sí."

Asintió Guiche.

- "Bueno, yo y mis compañeros nos ocuparemos de la compañía. El Oficial Comandante debe resolver pocas cosas." Diciéndole un sargento mercenario experimentado eso, hizo que Guiche sintiese un poco mas fácil las cosas.

Una trompeta sonó muy lejos. Para alinear a los soldados, los comandantes de las compañías comenzaron a elevar sus voces. Las ordenes para la fuerza expedicionaria contra Albión dadas por el comandante en jefe el General Olivier de Poitiers estaban a punto de comenzar. Tras recibir el informe del general, los soldados se reunieron entorno a la zona de entrenamiento para la salida de La Rochelle. Había que viajar en barcos y el objetivo en el cielo era el continente de Albión.



En ese mismo momento.

En el puerto de La Rochelle, donde la flota principal de las fuerzas aéreas estaban estacionadas.

El puerto flotante había sido creado entre las ramas de un enorme árbol... en la seca madera del viejo árbol Yggdrasil, por las pasarelas el embarque de marineros y oficiales se estaba llevando a cabo.

Quieto en las raíces de Yggdrasil, Malicorne, que estaba esperando para subir a bordo de un buque de guerra como un cadete, miraba arriba con temor.

La vista de varias decenas de buques de guerra de vela, la principal fuerza aérea del reino, colgando de las enormes ramas de Yggdrasil y esperando a zarpar era ciertamente sin duda un espectáculo impresionante.

- "Uwaah... " Era gigantesco. Mientras miraba al cielo, Malicorne se sentía como flotando.

- "¡Qué... qué!" Gritó un hombre curtido mientras le miraba fijamente. Examinándole, el hombre no vestía ningún manto y era sólo un plebeyo. Consciente de que le había llamado la atención un simple plebeyo, Malicorne se enfureció.

- "¡Cómo... Cómo eres tan insolente! ¡¿Cómo te atreves a llamarle la atención a un noble así?!"

Al hacer esto, el marinero miró a Malicorne. Fijándose en que Malicorne era sólo un cadete, el hombre sonrió irónicamente.

- "Hey, chico. Este lugar es diferente a este corrupto mundo. Te enseñaré el orden en las fuerzas aéreas, limpia los agujeros de los oídos y escucha bien."

- "¿Eh? ¿Eeh?"

Parece que en las fuerzas aéreas, no podías pavonearte solamente porque fueses un noble. Él no podía imaginar que un plebeyo fuese superior a un noble.

- "¡Primero el capitán! ¡Es el superior en el barco! ¡El siguiente es el Oficial Segundo! Él nombra los oficiales aquí. Oficial de mando o timonel, Oficial de vela, Oficial de artillería, Oficial de cubierta, Jefe de cocina... En las fuerzas aéreas, incluso pueden llegar a ser oficiales los plebeyos que se esfuerzan lo suficiente"

Por como era aquello hizo que Malicorne abriese los ojos. Un sistema de ejército en el que los plebeyos tenían la posibilidad de ser superiores... Eso eran las fuerzas aéreas.

- "¡Y los siguientes son los suboficiales! ¡Y a continuación finalmente están los cadetes! ¡En un barco, ustedes son sólo inútiles gusanos! ¡Recuerde esto!"

Malicorne se puso firme y saludó.

- "¡Entendido!"

- "¡Mete tripas!¡Aprieta los dientes!"

Todavía atendiendo, Malicorne recibió una fuerte bofetada en la cara.

- "¡Bueno, vamos! ¡Apura! ¡Tonto! ¡Si un cadete militar camina sobre un buque de guerra, ellos te gritaran!

Malicorne corrió perplejo.

El finalmente encontró el buque de guerra, Redoutable, era un espléndido barco de guerra con cuarenta y ocho puertas de cañones y setenta metros de longitud. Un nuevo buque de guerra que había sido perfeccionado un mes antes.

Subió la rampa e intentando subir a bordo del buque de guerra que estaba colgado en una rama, un oficial en la entrada, lo detuvo.

- "¡Hey! ¡Tú! ¿Dónde crees que vas?"

Asustado, Malicorne saludó.

- "¡Cadete Malicorne Grandple!¡Presentadose en su nuevo puesto hoy!"

- "Soy el teniente Moranju, estoy a cargo de los turnos."

Se trataba de un oficial noble puesto que vestía un manto. Controlaba el embarque de los soldados en la entrada de la nave. Malicorne se sintió aliviado de que el hombre fuese un noble. Supongo que después de todo, no hay muchos plebeyos que sean oficiales.

Tras examinar el gordo cuerpo de Malicorne de arriba a abajo, preguntó.

- "¿Eso es solo lo que lleva de equipaje?"

Malicorne levantó la bolsa que llevaba colgando de su mano.

Cuando Malicorne respondió "Sí", el teniente frunció el ceño. Después de pensarlo un momento, Malicorne se dio cuenta que había cometido un error. Una respuesta "Sí" no existía en el ejército, especialmente en las fuerzas aéreas.

- "¡Sí señor, teniente!" Y saludó. Enseguida, Malicorne se corrigió en su vocabulario y la manera en que saludó.

- "No hay necesidad de ser tan rígido en las fuerzas aéreas ¡Muchacho!"

Un chico se acercó y saludó.

- "Él se encarga de los cadetes. Si hay algo que no entiende, preguntele. Dirigele a la habitación de aprendices a oficial."

La última parte fue destinada al chico.

- "Yo llevaré su bolsa, cadete. ¡Ah, mi nombre es Julián!"

Malicorne le entregó su bolsa. El chico era más joven que él. Un muchacho de pelo negro que todavía tendría alrededor de catorce o quince años.

- "Cadete, ¿de dónde vienes?"

- "La Academia de la Magia". Cuando él respondió eso, al chico se le iluminó su cara. "¿Qué tiene de malo?"

- "Mi hermana mayor está trabajando allí. Su nombre es Siesta... ¿La conoces?"

Malicorne sacudió la cabeza. El número de sirvientes que trabajaban en la academia era muy grande. Él recordaba bastante bien los rostros, pero no los nombres.

- "Eso es demasiado esperar. No hay manera de un noble recuerde todos y cada uno de los nombres de los sirvientes".

Después de enseñarle a Malicorne la sala de aprendices a oficial, Julián se fue corriendo. Al parecer, el muchacho tenía una montaña de trabajo para hacer.

En la sala de aprendices a oficial había otros tres cadetes como Malicorne.

Por otra parte, uno de ellos era un estudiante de la Academia de Magia. Era de una clase superior, por lo que Malicorne inclinó la cabeza saludando. Era un hombre atractivo con características salvajes. Cejas gruesas, tenia una sonrisa cordial en su rostro.

- "Soy Stix. ¿Tú eres?"

- "Malicorne". Tras decir eso, le preguntó si él estaba en la misma clase que Kirche. Pensando en el chico de antes, se murmuraba a sí mismo que tenia un buen número de preguntas sobre el buque, mientras asentía con la cabeza a Stix.

- "En el pasado, un poco, sabes, me llevaba bien con ella". Dijo Stix avergonzado. Mirando más de cerca, se veía que tenia rastros de quemaduras en la frente. ¿Qué tipo de relación habría entre ellos? Pensó, pero siendo Stix de una clase superior, no se lo podía preguntar. Si se trataba de un embarazosa herida, se enojaría.

Stix estaba firmemente sentado en su silla.

- "Ahora entonces, estamos todos."

Cuando Malicorne entró, al parecer había una reunión seria en la habitación de aprendices a oficial. Los otros tres tenían rostros mas delgados y largos que el de Stix. Parecía que estaban susurrando. Ofrecieron una silla al recién llegado Malicorne y este se sentó.

Stix empezó a ponerse serio al mirar a Malicorne a la cara.

- "Tendremos que explicarle todo al recién llegado, parece ser. Malicorne-kun, este buque esta llevando terribles explosivos."

- "¿Explosivos?"

Malicorne tragó su aliento y miró a los cadetes mayores.

- "Correcto."

- "¿Es un nuevo tipo de pólvora? ¿O es una nueva arma?"

Temblando, preguntó. ¿Una nueva y poderosa pólvora? ¿O tal vez una avanzada arma nueva? De cualquier manera, no parecía algo que podría ser simplemente ignorado.

- "No es nada de eso."

Susurró Stix.

- "Entonces... ¿qué es?"

- "Humanos."

- "¿Humanos?"

Stix frunció el ceño y murmuró.

- "Sí. Tenemos un enemigo a bordo de este barco."

- "¿Significa que hay un traidor aquí?"

Malicorne levantó su voz sin pensar.

- "¡Shhh! Esa persona aún no nos ha traicionado... pero la posibilidad de que lo haga no es baja. Creo. Hay un buen número de altos oficiales que piensan de esta manera también."

- "¿Quién es esa persona?"

Stix asintió.

- "Ahora, ¿vamos a mostrar a nuestro nuevo compañero a esa rata?"

- "De acuerdo."

- "Sí".

Y así, Malicorne iba a comprobar finalmente ese "temible explosivo".

Caminando a la popa, el capitán estaba allí. Él estaba hablando de algo con un noble oficial. Viendo al capitán, Malicorne se puso nervioso. Con barba, era un hombre de mediana edad con una fuerte presencia. Siendo el capitán de un buque de guerra, debía de ser todo un mago de elite. Al igual que su apariencia externa, también parecía tener aspecto de ser todo un "experto". Y, el "temible explosivo " sobre el que los cadetes hablaban parecía que podrían comentárselo al capitán.

- "Eso haría que el buque probablemente se hundiera. Navegar en las nubes es siempre jugar con el peligro." Un hombre que parecía no tener miedo al futuro, que estaba en la flor de su vida, dijo con un fuerte acento de Albión al capitán que estaba a su lado. El capitán apoyó su cabeza en su mano exasperado.

Al oír la voz, Malicorne saltó como si unas pinzas impulsasen su columna vertebral.

¿Acento de Albión? ¿No es un enemigo?

Disimuladamente, Stix susurró al oído de Malicorne.

- "Mira. Su nombre es Henry Bowood. Sin lugar a dudas, es de Albión."

- "¿Qué has dicho? ¿Por qué alguien de un país enemigo está a bordo?"

- "Permítame que le enseñe lo que hizo en la batalla de Tarbes. Él estaba, en de uno de los grandes buques de guerra... ¿sabes? El "Lexington"."

- "El gigante buque de guerra que fue hundido por la milagrosa luz de nuestro ejército, ¿verdad?"

El hundimiento de la flota de Albion se conocia como la "milagrosa luz". Por supuesto, la mayoría de personas no conocían la verdad de esa luz.

- "El era el capitán de el Lexington."

- "¡Qué... !"

Malicorne casi se muerde la lengua.

- "Nuestro ejército usa varios oficiales de la fuerza aérea de Albión, para ayudar a los pilotos a navegar alrededor del espacio aéreo de Albión, fueron capturados como prisioneros de guerra. Esto claramente solo se limita a aquellos que estén en descontento hacia la actual administración política de Albión, pero... ¿cómo podemos confiar en esas personas?"

- "Exactamente. ¿Cómo es posible estar a bordo de un buque con tus antiguos enemigos?"

- "Sin embargo, parece que las fuerzas aéreas los han decidido utilizar. En otras palabras... no podemos hacer nada al respecto."

Stix hablaba airadamente. Escuchando eso, un cadete dijo: "Es exactamente como nos andan diciendo que no somos de utilidad", deprimiéndose.

En ese momento, el capitán vio a los cadetes y saludó con su mano llamándoles para que fuesen.

- "Chicos, vengan aquí y presenten sus saludos. Este es el señor Bowood. Él está aquí como un oficial instructor. Señor, estos son los jóvenes de mi flota."

Bowood sonrió y le dio la mano. Malicorne sentía rabia manar dentro de él.

Él es un enemigo.

Era demasiado buscar ayuda de un enemigo, sólo porque no tienen confianza en sus propios marineros. Ahora, ¿los cadetes, tenemos que agachar la cabeza por él?

El capitán cambió de expresión.

- "Ustedes muchachos... el señor Bowood formaba parte de un país enemigo, pero el esta de parte de nuestro ejercito ahora. No sólo eso, sino que también es de un noble linaje. No voy a dejaros ir sin saludar apropiadamente."

Al ser ordenado por el capitán de esa manera, los cadetes saludaron a regañadientes.

Bowood devolvió el saludo y se fue de la cubierta principal.

- "¡Oficial Instructor!" El capitán se apresuró detrás de él. No importa lo experto que sea, si así es como hacia el capitán, daba un mal ejemplo a la tripulación.

Stix le susurró a Malicorne y los demás bajando la voz.

- "Tengo un plan para hacernos con el poder."

- "¿Qué tipo de plan?"

- "Qué ¿el buque de guerra será caótico durante la batalla?"

- "Probablemente" Dijo Malicorne de acuerdo.

- "Y ¿no es cierto que las balas vuelan desde el frente?"

Todo el grupo se sentía tenso con las palabras de Stix. Lo que sugería era dispararle y matarle durante el combate.




Capítulo Cinco: La Llama de hace veinte años[edit]


D'Angleterre (Antigua provincia)

Situado en el sudoeste pegado al mar, estos asentamientos se decía que se construyeron hace siglos por los inmigrantes de Albion. Estas zona siempre habían sido problemáticas para los reyes de Tristain durante generaciones.

Esto era por la cultura independiente que había allí, cuando algo ocurría, ellos se oponían al gobierno central.

Alrededor de un centenar de años atrás, cuando un líder religioso del país Romalia comenzó a difundir su religión, las personas altamente motivadas en esta región se apresuraron a unirse a este evento. Aunque esto disgusto al rey y planteó sus sospechas... la gente de esta región siguió manteniendo su estilo despreocupado, y como aceptaron los términos solicitados, no hubo ninguna represión enérgica.

En otras palabras, la gente de D'Angleterre complacía y tenía influencias de ambas partes.

Hace veinte años, obligó al gobierno de Tristain a que reconociesen su propio e independiente gobierno, y levantaron un templo de una nueva religión.

Por eso, se convirtieron en una monstruosidad para el gobierno de Romalia. Al final, Tristain fue presionado para que enviasen un ejército a reprimirlos... Eso es lo que quedo registrado sobre el incidente.

Ese día, hace veinte años, Agnes tenia sólo tres años. Sus recuerdos sobre aquel entonces eran tan solo fragmentos, y aún así eran muy vividos y fuertes.

A los tres años de edad Agnes siempre estaba recogiendo conchas marinas en la costa.

Entonces ella se habia encontrado con algo más hermoso que las bonitas conchas marinas esculpidas por las olas. Era... Un anillo con un gran rubí en él, bello como un incendio... Se habia resbalado del dedo de la mano de una joven que había sido llevada a tierra por la marea.

A los tres años de edad Agnes sintió miedo, pero ella extendió su mano para tocar el rubí del anillo. En ese instante, la mujer abrió los ojos y preguntó a Agnes con una temblorosa voz.

- "¿...Esto es...?"

- "D... D'Angleterre."

Después de que Agnes respondiera, la joven parecía satisfecha, y se desmayó.

Después de eso, Agnes corrió a informar a los adultos que había encontrado a alguien que había sido llevado a tierra por el mar. A pesar de que la mujer estaba al borde de la muerte, bajo el cuidado de los aldeanos se las arregló para recuperarse.

Se llamaba Vittoria. A pesar de que era una noble, ya que era miembro de la nueva religión, por lo que fue perseguida por Romalia pero ella escapó.

Un escuadrón de Tristain llegó a ese lugar un mes después.

Quemaron la aldea indiscriminadamente.

Padres, madres... La casa en que ella nació y creció... Todo fue tragado por las llamas en un instante.

La pequeña Agnes corría rodeada por las llamas y, finalmente, escapó a la casa en que Vittoria se escondía.

Vittoria ocultó a Agnes bajo una manta. Poco después, un grupo de hombres entraron apresuradamente en la habitación.

- "¡La mujer de Romalia esta aquí!"

El rudo hombre provocó que Agnes gritase muy asustada.

A continuación, se escuchó una voz cantando un hechizo.

Vittoria, que había ocultado a Agnes bajo la cama, estaba rodeada de llamas. Aunque Agnes perdió levemente la conciencia desvaneciendose, ella vio a alguien que, a pesar de estarse quemando con las llamas, estaba usando magia de agua en Agnes para aumentar su resistencia al fuego... No era Vittoria.

La memoria de Agnes terminaba allí temporalmente. La siguiente escena que se reflejó en sus ojos fue...

El cuello de un hombre.

Un feo cuello con obvias marcas de quemaduras.

Agnes estaba siendo llevada a cuestas por ese hombre. Al ver la varita en su mano, Agnes entendió que era un mago. En otras palabras, entendió que este era el hombre que había utilizado magia de fuego para reducir su pueblo en cenizas.

Agnes perdió la conciencia una vez más... Cuando se despertó, se dio cuenta de que estaba situada en la orilla, envuelta en una manta. El pueblo seguía quemandose en las llamas.

Agnes miraba las vacilantes llamas sin mover los ojos.

Ella fue la única sobreviviente.

Desde aquel día habían pasado mas de veinte años.

Sin embargo, cada vez que cerraba sus ojos, aquellas llamas aparecían.

Las llamas que causaron la muerte de su familia y de su salvadora.

Tras finalizar las llamas, la figura de un hombre se le aparecía.

Al crecer, Agnes descubrió que aquel incidente formaba parte de lo que en Romalia se convirtió en la "Caza a la Nueva Religión". El disparador para aquel incidente se debió a la protección de los aldeanos a los que habían escapado, como Vittoria de Romalia. Además, investigó y descubrió que se llevó a cabo con la excusa de "la erradicación de una enfermedad contagiosa".

Dado que hubo un cambio en la religión en Romalia, la caza a la Nueva Religión se consideró como algo bueno. Sin embargo, la herida en el corazón de Agnes no había sanado.

A pesar de que puso fin a Richmon... El hombre que aceptó sobornos de Romalia y planeó ese incidente con sus propias manos, su venganza seguía estando incompleta. Las llamas de la venganza en el corazón de Agnes no se extinguirían hasta que todas las personas que provocaron que D'Angleterre se convirtiese en cenizas fuesen erradicadas.

La biblioteca del Ejército Real estaba situada en una esquina de la parte oriental del Palacio de Tristain.

Incluso dentro del Ejercito Real, sólo a personas de alto cargo se les permitía entrar en ese lugar. De hecho, Agnes se podía decir a sí misma que habia trabajado duro para demostrar que finalmente se ganó el derecho a entrar en lugares como éste.

El Cuerpo de Mosqueteros que lideraba Agnes era uno de los pocos escuadrones de defensa que no participaban en la batalla de conquista contra Albión, a pesar de que eran guardias imperiales. En una guerra como esta, donde toda la fuerza del país estaba inmersa, por obligación deberían participar en la batalla... Pero la razón mas importante de esto era que el alto comandante en jefe de la próxima batalla, De Poitiers, no les caían demasiado bien.

A pesar de que la magnitud de esta batalla sería pequeña, la posición del líder de los guardias imperiales es equivalente al comandante general en una conquista, o incluso superior. Por lo tanto, si el recien nombrado y cualificado Cuerpo de Mosqueteros participase en esta batalla, es muy probable que los logros obtenidos por De Pointiers serian recogidos por ellos. Debido a eso, el General, que odiaría hacer de simple mariscal, naturalmente se negó a dejarlos participar en la batalla. Es decir, todas las contribuciones y los logros serían recogidos por él, y él no toleraría a alguien por encima de su posicion durante las reuniones militares.

Además, Agnes no era ni siquiera una maga. ¿Qué podía hacer una simple plebeya? De Poitiers siempre había mirado como inferiores a Agnes y su escuadrón.

Por supuesto, el razonamiento oficial era una historia totalmente diferente. Él presentó un justificación razonando que, "En lo que respecta al Cuerpo de Mosqueteros de la guardia imperial, naturalmente deberían hacer todo lo posible para proteger a Su Alteza".

Pero Agnes, esto lo consideraba una buena oportunidad.

Francamente hablando, no le preocupaba lo que pasase en Albión.

Agnes tenía su mente inmersa en la biblioteca de la Armada Real, y después de unas dos semanas, finalmente encontró el documento que estaba buscando. Las siguientes palabras estaban escritas en la portada de este documento:

"Grupo Experimental de Investigación Mágico"

Se trataba de un pequeño grupo de sólo alrededor de treinta personas, que fue el grupo que destruyó el pueblo de Agnes.

Ella comprobó varias páginas, y todos los miembros eran nobles.

¿Ese tipo también? Había nombres grabados que la conmocionaron al reconocerlos.

Los labios de Agnes se endurecieron un poco, y leyó cuidadosamente cada página. Para su consternación, bastantes de aquellas personas ya estaban muertas.

Leyendo aquello, Agnes estaba tan sorprendida que abrió aun mas sus ojos... Inmediatamente a continuación, su expresión se distorsionó por el odio y el disgusto.

Esto se debió a que la página sobre el líder de la escuadra había sido robada. Era evidente quien hizo eso... Sin embargo, ahora no había manera de saber quién había sido su lider.

No podría averiguar más acerca de aquel maldito hombre.

El cuerpo de Agnes empezó a temblar.



En la ciudad de Rosais, la cual requería dos días a caballo desde la capital de Albión, Londonium, llegó un grupo de hombres de apariencia peligroso.

Incluía a un hombre con un gran parche cubriendo las cicatrices de quemaduras en un lado de su cara... La escuadra liderada por Menvil. Era sólo una pequeña brigada con alrededor de diez personas, pero el aura de presión que emanaban era comparable al de una gran escuadra de lanceros fuertemente armados.

Los abrigos de piel que vestía estaban llenos de marcas, lo que demostraba que eran experimentados mercenarios. Bajo la capa, cada uno de ellos probablemente tendría sus armas. En cuanto a que armas tenían, era muy difícil de adivinar.

El grupo llegó a los hornos de una fundición de la fuerza aérea cerca de la ciudad. Se trataba de los hornos de una fundición que se encargaba de la fusión de metales para hacer bolas de cañón, pero ahora todos los técnicos trataban de superar ciertas dificultades con estrategias. Esto se debía a que la temperatura del horno no podía aumentar demasiado; para plomo estaba bien, pero su actual temperatura era baja para fundir otro metal.

- "Jefe..."

- "No hay suficiente carbón, y el viento es débil. ¡Qué dolor de cabeza... Tenemos que conseguir un centenar de bolas de cañón para esta tarde..."

La persistente charla de los técnicos podía ser escuchada.

Justo en ese momento, en dirección contraria al escuadron de Menvil por el camino aparecieron un montón de trols. Los Trols son humanoides que residen en las tierras altas al norte de Albión, y podían ser tan altos como cinco hombres.

A pesar de que sus número no era grandes, poseían un fuerte deseo de batalla. Las guerras entre humanos no les preocupaban. Sin embargo, eran capaces de pelear junto a los humanos que tanto odiaban para poder luchar contra otros humanos que era lo que mas ansiaban, por eso participaban en esta guerra también.

De hecho, eran fiables compañeros. Debido a su enorme tamaño, eran muy utiles en algunos lugares. Sin embargo, actuaban siempre de manera arrogante y creída sin importar donde iban, de manera que los soldados humanos los odiaban mucho. Y siempre estaban desafiando las órdenes y actuando por su cuenta, sin importar como de fuertes fueran, la mayoria de los comandantes no eran capaces de manejarlos.

Hablando de esto, ver trols como estos reunidos y avanzando en un grupo de unos veinte individuos, se veía como un gran bosque corriendo hacia delante. Los técnicos e infantes de marina se apresuraron a apartarse a un lado, dejando pasar al grupo de trols.

Los trols vociferaban como un tsunami de sus gruesas y ásperas gargantas, mirando a los humanos mientras corrían y ocultandolos con sus pies. Abrían sus amplias bocas, su respiración sonaba como un fuelle gigantesco en movimiento hacia arriba y hacia abajo. Ellos se burlaban de todos aquellos pequeños e indefensos humanos.

El grupo de trols se detuvo en su marcha.

Ello se debía a que habia un humano en su camino, del grupo liderado por Menvil. ¿Hay un humano lo suficientemente valiente como para estar de pie en nuestro camino? A los trolls les resultaba difícil de creérselo.

Los trols hicieron vibrar sus gargantas como un fuelle y gruñeron a la vez.

- "¿Qué es lo que dicen este montón de cosas inútiles?"

Preguntó Menvil, mirando asqueado. De pie junto a él, un hombre con ojos finos informó a su líder.

- "Ellos están diciendo 'muévete a un lado'."

Menvil ordenó a sus subordinados que podían entender el idioma Troll.

- "Decidle a ellos, que estas tierras pertenecen a los seres humanos."

Su subordinado dijo algunas palabras en el idioma Troll. Una vez que la frase salió de su boca, la Trolls agitaron sus martillos de pincho en sus manos.

Había una pieza de metal aún más grande que una bala de cañón en la punta del martillo, algo que parecia tan fuerte como para romper la sólida pared de un castillo de un solo golpe.

Un golpe directo de esa cosa, para un ser humano no habría ninguna posibilidad de supervivencia.

- "Oye, ¿Que les dijiste?" Preguntó Menvil.

- "Err... Buru, Shubu, Toru, Uuru... Oh mierda, he cometido un error. Este es el peor insulto que podría decir, lo siento."

- "Entonces, esa es la razón". Respondió Menvil.

Uno de los Trolls furioso se separó del grupo y envió su martillo de pincho contra el.

Menvil utilizó su mano izquierda para levantar su escudo; era largo y tenia una gruesa vara metálica. Utilizó su mano derecha para sostener la vara de metal, agitándose ligeramente.

Y luego cantó un hechizo.

Un montón de llamas voló fuera de la vara de metal y envolvió todo el brazo derecho del Troll poniendo al rojo vivo el martillo.

En un abrir y cerrar de ojos, las llamas derritieron el brazo del Troll junto con el martillo de pincho. Pedazos de metal al rojo vivo salieron volando en todas direcciones, pero el hombre al lado de Menvil cantó un hechizo y utilizo la magia del viento para desviarlos.

Un pequeño tornado se tragó el metal fundido, y envolvió los rostros de los Trolls. El metal rojo quemaba la piel de sus rostros y estos mostraban su dolor.

El fuego que salía de la punta de la varita mágica se hizo aún más fuerte.

El entorno se convirtió en un mar de llamas.

Un ligero olor a Troll quemado empezó a notarse.

Bajo la luz de las llamas, Menvil reveló una cruel sonrisa. Miraba directamente hacia donde los Trolls estaban retorciendose de dolor.

Varios minutos más tarde.

Menvil y su exorbitantemente satisfecho grupo pasó junto a los carbonizados Trolls.

- "Oh, que hedor tan insoportable".

Se quejó uno de los miembros del grupo.

- "¿De qué hablas?" Dijo Menvil. "Note este dulce olor a quemado vivo que queda hasta el ultimo momento... Es algún perfume normal que no puede ser comparado con... El mejor quizás".

Aturdidos, los técnicos se estremecieron al ver cómo se quemaron los Trolls. Los órganos de los cuerpos de los Trolls se entremezclaban con piezas de metal fundido. Esos eran los martillos con púas que los Trolls sujetaban antes en sus manos.

- "¿Quiénes son estas personas?... Esto es acero. Ni siquiera necesitaron una caja de viento o estufa para derretirlos..."


En un destructor, no muy lejos de allí, Wardes y Fouquet se encontraban en la cubierta, esperando impacientes la llegada de los "bienes".

- "Pasan quince minutos de la hora acordada. Maldita sea, de alguien que ni siquiera puede ser puntual, ¿como pueden realmente iniciar una operación tan delicada como un alfiler? Se trata de una importante misión, un trabajo muy complicado".

- "Menvil la "Llama Blanca", es muy conocido entre los mercenarios. Se rumorea que es cruel, astuto... y muy poderoso".

- "No importa, es difícil tener una buena impresión de alguien que llega tarde".

Mientras conversaban sobre este, vieron a Menvil y sus hombres finalmente llegar.

Una escalera fue bajada desde la cubierta del destructor.

La banda de Menvil subió al buque con un olor de carne quemada.

- "Ustedes, ¿qué quemaron antes de venir aqui?"

- "Sólo una veintena de Trolls".

Contestó Menvil como si fuera poca cosa. Escuchando eso, la cara de Fouquet palideció.

Todo el mundo estaba reunido en la sala especialmente acondicionada para las conferencias militares discutiendo la detalles de su funcionamiento.

El principal objetivo de esta operación era ocupar la Academia de Magia.

Cromwell tenía previsto utilizar a los estudiantes como rehenes y usarlos como trueque, con el fin de negociar con los dos países que se aliaron para atacarles.

A hurtadillas pasarían las lineas de patrullas de Tristain y avanzarían tomando la Academia de Magia.

- "Aunque sean sólo un montón de niños, sigue siendo un nido de magos. ¿Estas personas no pondrán demasiadas dificultades?"

Fouquet, que había utilizado una gran golem para atacar a la Academia en el pasado, había mostrado su descontento con esta operación.

- "No se preocupe, casi todos los profesores están participando en la guerra, incluso los alumnos varones han desaparecido. No deberían quedar mas personas que las alumnas". Wardes dijo.

- "¿En serio?"

- "Como el Vizconde mencionó, por mucho que pretendan ser nobles, solo son un montón de molestos estudiantes".

Dijo Menvil con un ligero tono de burla.

- "¿Usted fue originalmente un noble también?"

- "¿Básicamente todos los magos son nobles por derecho? Miss Matilda".

Al oír como la llamaba por su nombre de pasado noble, Fouquet se sonrojó.

- "Oh, ¿soy famosa?"

- "¿Por qué renunciar a su identidad como noble?"

- "La razón cayó en el olvido hace tiempo". Respondió Fouquet tristemente.

Menvil a su vez sonrió y dijo:

- "Yo lo recuerdo muy claramente."

- "Eso..."

Fouquet puso una indiferente sonrisa de lado en su boca. El número de magos que habían abandonado el título de nobles y se hicieron plebeyos no eran pocos. Sin embargo, aunque todavía estas personas son básicamente muy similares. Solo podían convertirse en delincuentes como Fouquet... O convertirse en mercenarios como Menvil, de todos modos era una o la otra. Y, la mayoría de las personas andaban hasta el final de su vida lamentando su decisión.

En cuanto a Fouquet -aunque sin duda no lo admitiría- había algunos sueños aunque poco realistas de vez en cuando también. Como... Si pudiese vivir como una noble... Incluso aunque sabía claramente que era imposible. Pero a veces no podía impedirlo, recordaba... un período de su juventud en el que ni siquiera sabía acerca de la palabra "malestar".

Menvil, parecía ser del tipo no destinado a ese tipo de pesar. Parecía como si se felicitase a sí mismo de su elección desde el fondo de su corazón.

- "Usted parece haber cambiado mucho."

Al escuchar las palabras de Fouquet, Menvil rió.

- "Para mí, mi trabajo actual es el mejor que podría tener."

- "¿Por qué?"

- "Porque yo puedo quemar a personas hasta estar satisfecho".

- "¿Odias a las personas?"

- "¿Cómo podria ser eso? Por supuesto que me gustan, pero precisamente porque me gustan, las quemo. ¿No lo entiendes? Ese olor, ese sensación creada por mi propio fuego... Sólo ese olor puede emocionarme."

Al igual que una babosa ascendiendo por su columna vertebral, Fouquet se sintió disgustada desde el fondo de su corazón.

- "Me di cuenta cuando tenía veinte años. En ese entonces yo estaba en un escuadrón perteneciente a Tristain."

Los miembros del grupo se acercaron aunque no hacían nada mas que mirarse entre ellos.

Fouquet y Wardes se mantenían tranquilos.

Menvil comenzó a hablar de hechos pasados.

Fue hace veinte años.

Yo era un oficial militar que acababa de cumplir veinte años de edad, y estaba asignado a un equipo llamado "Grupo Experimental de Investigación Mágico". El jefe de la brigada era un hombre de la misma edad que yo.

Ese pequeño grupo, fue el primero que se formó sólo con nobles... Un grupo experimental formado sólo con magos. No, eso fue ligeramente diferente a un escuadrón de guardias mágico, era un grupo de combatientes similares a ídolos. Vizconde Wardes, dado que eras un líder allí antes, usted debe entender a qué me refiero ¿verdad? Aunque dicen que cabalgar una cortés bestia mística y aceptar aplausos de todo el mundo causando un alboroto es también envidiable... Pero ni siquiera pueden orinar en cualquier lugar, y es aún más difícil realizar algunas tareas sucias. De todos modos, no voy a investigar por qué te fuiste a ese lugar.

En cuanto a nosotros, el "Grupo Experimental de Investigación Mágico" fue creado por un grupo de nobles de clase baja... Hmm, básicamente eramos similares a un grupo que tenía que obedecer todas las ordenes; nuestras ordenes eran cosas como hacernos cargo de algunas cosas como la captura de ladrones, la investigación de cómo atacar con magia que afecta el cuerpo humano, y la investigación sobre cuánto daño se hace cuando se usa la magia en la zona de batalla.

Y en las operaciones que requerían la eliminación de las bandas que causaban disturbios o la supresión de los nobles en las zonas rurales y tal, fuimos la fuerza de combate que siempre se envía en primer lugar.

A grandes efectos, deberíamos haber sido un equipo muy útil.

Déjeme decirle, el líder de ese equipo era muy fuerte.

- "¿Líder?" Preguntó Fouquet.

- "Así es" Asintió Menvil.

Continuó su historia.

Como mencioné hace un momento, hablando de ese líder... Aun cuando sólo tenía poco más de veinte años, tenia muchas agallas.

Podía mirar indiferente como se quemaba el enemigo hasta la muerte, después de todo. Yo estaba totalmente impresionado por él en ese entonces.

Sin embargo, hubo una operación en particular en la que estuve totalmente hipnotizado por ese líder.

En la costa occidental de Tristain, había una zona baja de costa llamada D'Angleterre. Se trataba de un pueblo pobre, con nada en particular. Además de recoger algunas ostras allí, no había nada de valor, era un pueblo solitario y sin vida.

Al final recibimos un pedido, diciendo que había una plaga allí, y que la situación a la que había llegado estaba fuera de control, por lo que teníamos que quemar y destruir la aldea. Y esta orden vino de lo más alto...

Estabamos preocupados por apurarnos a ejecutar esta orden.

Nuestro líder era el que mandaba.

Después de todo, él no iba a ser suave en absoluto.

Aunque fuesen una mujer o un niño, el tendría que erradicarlos a todos sin excepción.

Él manipulaba las llamas como un tornado, y en un momento, el pueblo se convirtió en un mar de fuego.

Como era de noche, el mar reflejaba la luz del fuego, era realmente hermoso.

Lo más notable es que la aldea no tenía rastro de la peste ni otras enfermedades.

- "Entonces, ¿por qué quemar toda una aldea?"

- "Debido a la caza de "La Nueva Religión"."

- "¿La caza de la Nueva Religión?"

- "Fue debido a la presión de Romalia. El pueblo escondía una mujer, miembro de la Nueva Religión, que había escapado de ese país. Y para empeorar las cosas, toda la zona estaba cubierta de miembros de la Nueva Religión. Así que si algo así llegara a suceder de nuevo en el futuro, sería problemático, y es en el camino, donde quemar todo el pueblo ponía fin a las cosas de una vez por todas. Hablando de eso, la plaga fue una excusa."

Wardes escuchaba esto con indiferencia. Fouquet por otro lado excepto a Menvil, no ocultó la tristeza en su corazón a todos.

- "Vale, entonces, cuando la misión de represión en D'Angleterre se terminó... Estaba totalmente hipnotizado por ese líder. Cuando me di cuenta de que yo realmente quería ser igual que él, al darme la espalda le ataque con mi varita mágica."

- "Que incomprensible, ¿Por qué alguien atacaría a una persona que admiraba?"

- "En realidad no me entiendo a mí mismo. En cualquier caso, probablemente sólo quería comprobar si esa persona era realmente digna de ser alguien a quien yo admirase desde el fondo de mi corazón. Si perdiese contra mí, entonces no sé que tipo de persona sería."

- "Y, ¿que pasó entonces?"

Menvil despedía con una sonrisa sus malas intenciones y señaló a la parte de su rostro que había sido quemada.

- "Este fue el resultado. Ese tipo era realmente impresionante, realmente me venció como si fuera nada. Así que me escapé de inmediato. Después de todo, alcé mi varita mágica y ataque al líder, claramente no podía permanecer en el escuadron más tiempo.

- "¿Y entonces?"

- "Y luego las cosas se convirtieron en la forma en que están ahora. Yo había pensado que si me convertía en un mercenario, un día podria ser capaz de encontrarme con ese líder. Pero las cosas no van tan bien como yo esperaba. No estoy seguro de si alguien le mató, o si se retiró... no he oído nada con respecto a ese líder desde el día que recibí esta cicatriz de quemadura en mi cara. Lástima, soy mucho mas fuerte de lo que yo era entonces. Puedo crear una llama más caliente que en ese entonces, más caliente que cualquier otro mago..."

Menvil rió en voz alta. Como si un cierto nerviosismo en su mente hubiese quebrado de repente. Él a continuación de reirse dijo:

- "¡Ahh, yo realmente espero poder ver a ese tipo una vez más! ¡Quiero verlo y darle las gracias! ¡No siento remordimientos de nada! ¡Ya se trate de renunciar a mi título de noble o convertirme en un asesino psicópata... no lamento nada! Pero no he sido capaz de dar gracias al líder. ¡Esta es la única cosa que me duele! ¡Quiero verlo, realmente quiero verlo! ¡Esta cicatriz grita lo mismo cada noche!"

Menvil, como si enloqueciese, continuó su malsana risa durante bastante tiempo.




Capítulo seis: La Salida[edit]


El fin de año, la primera semana de la Luna de Wynn, el hombre convirtió ese día de la semana en el que quedaría impreso en la historia de Halkeginia.

Era al día siguiente del Vacio, cuando las dos lunas que colgaban en el cielo se superponen. Durante el día de hoy, cuando el continente Albión estaba en su punto más cercano a Halkeginia, una gran flota de buques de Tristain y Germania transportarían un ejército de 60.000 soldados navegando desde La Rochelle para la invasión de Albión.

Tristain y Germania juntas tenían 500 buques. Sólo sesenta de ellos eran acorazados, mientras que el resto llevaban a los soldados y los suministros.

La Reina Henrietta y el cardenal Mazarini se encontraban en el puerto de La Rochelle, de pie en la parte superior del muelle del árbol Yggdrasil, mirando la flota con las velas desplegadas.

Todos los buques subiendo hacía el cielo, al mismo tiempo, era seguramente una increíble vista para los ojos.

- "Son como semillas arrastradas por el viento" dijo el Cardenal Mazarini, compartiendo su pensamientos.

- "Semillas que pintaran el continente."

- "No hay semilla que puede pintar un país blanco, azul."

La bandera de Tristain de la familia real era un lirio blanco sobre un fondo azul.

- "Es posible que seamos derrotados", murmuró Mazarini.

- "No tengo la intención de ser derrotada."

- "El General de Poitiers es un gran comandante audaz y prudente. Él tendra éxito." Henrietta sabía que llevaba ya un tiempo nombrándole como un gran comandante, pero no había otros generales con más talento que él. Generales que lo superasen sólo existian en los libros de historia.

- "¿Me pregunto por qué tenemos que luchar?"

Murmuró Mazarini, en una voz apenas audible.

- "¿Por qué preguntas una cosa así?"

- "Podríamos haber bloqueado Albión para hacerlos morir de hambre. Con una planificación cuidadosa, podría haber sido una idea de un gran éxito."

- "Vamos a la marcha."

Murmuró Henrietta sin cambiar su expresión.

- "No digas eso. El coraje no es necesario para resolver esto de una vez por todas. Bueno, quizás estoy envejeciendo."

Mazarini acarició su blanca barba.

- "Si fuesemos a perder, ¿podría usar el "Vacío" en esta guerra, Su Majestad?"

Se trataba de un asunto muy secreto para discutir. Sólo unas pocas personas sabían que Louise era un usuario del Vacío. Henrietta, el Cardenal... y unos pocos generales reales.

- "Yo debería ser quemada... con gusto me quemaría como castigo por mis pecados."

Murmuró Henrietta en silencio, mirando hacia el vacío.

- "Cálmase. Su Majestad no estará sola. Ojalá mis viejos huesos fuesen suficientemente buenos para eso."

Henrietta les confió el conocimiento del vacío a los generales sólo como carta de triunfo.

Después de escuchar acerca del Vacío de Louise, en primer lugar, el General de Poitiers ni siquiera trató de creer en ello. Pero tampoco era imposible. No era válido porque se consideraba una leyenda, no podía creer en su existencia.

Sin embargo, después de recordarle acerca de los resultados militares en Tarbes, con mucho esfuerzo, el general la creía.

Tener el legendario elemento de cualquier forma de su parte, redobló su coraje y prometió a Henrietta una rápida victoria.

Henrietta, a fin de garantizar la victoria en la primera batalla, le dio permiso para controlar el vacío.

Henrietta suspiró sintiendose culpable.

Esta guerra... contra un país, la gente.

No fue nada más que un agravio personal por parte de ellos.

La guerra es sólo un medio de calmar a los amantes de la enemistad.

¿Cuántos seres humanos enviaré lejos a morir por esto?

Incluso su amiga de la infancia y mejor amiga, también.

En esta guerra, no es victoria o derrota, no puedo hacer desaparecer un crimen, pensó Henrietta.

A pesar de saber esto, declaré el patriotismo para alentar a las tropas, me quemaé en el infierno por esto.

Un hilo de sangre corrió por la comisura de sus labios al morderselos Henrietta, gritó.

- "¡Viva Tristain!"

El sonido del grito de la Reina sonó en el cielo.

Los Oficiales se pusieron firmes en sus puestos, saludaron a Henrietta, la cual los estaba mirando, gritando a la Reina.

- "¡Viva Tristain! ¡Viva Henrietta!"

Esos gritos, fueron acompañados con un coro de 60.000 hombres, recorriendo el cielo.

- "¡Viva Tristain! ¡Viva Henrietta!"

Aquel sonido repetitivo solo hizo que Henrietta se sintiense peor...


Al mismo tiempo, en la Academia de Magia ...   Al utilizar el fuego tranquilamente, Colbert llegó finalmente a ese "poder" al fin. El poder del calor ... Es decir, el poder de convertir el calor en el movimiento de alguna manera.

Aunque los mecanismos basados en vapor lo compensó en cierta medida, no fue suficiente para Colbert, quien deseaba mejorar el "poder" del motor del caza Zero.

Colbert se concentró en el análisis de este "Enjin".

A pesar de que quería ensamblar algo parecido por medio de ensayo y error... Es imposible aprender a ensamblar una Enjin de combustión interna con tal precisión.

En primer lugar, las tecnologías de la metalurgia eran primitivas en Halkeginia.

El hierro que compone el Enjin no podía ser elaborado. Incluso con un hechizo de "Alquimia" de clase cuadrado sería difícil crear tal avanzado y elaborado de hierro. La técnica mágica de una persona se mezcla con impurezas de todos modos.

En segundo lugar, la tecnología de procesamiento.

Para montar una Enjin de alta calidad, tendría que hacer un montón de piezas idénticas. Teniendo en cuenta la tecnología de Halkeginia, que era casi imposible.

En Halkeginia, el concepto de cosas totalmente idénticas no existe.

Por ejemplo, incluso entre las armas, que son en su mayoría de productos de artesanía avanzada, todavía no hay dos completamente idénticos. Las balas y la forma de un arma de fuego parecen ser idénticas, pero los detalles son diferentes. Incluso las piezas no son realmente compatibles.

Aun cuando Colbert trató de hacer las balas de ametralladora del caza Zero, sabía que era imposible. Aunque se puede crear un marco de bronce, todavía tendría demasiados detalles idénticos que tratar con alquimia. Ademas era difícil crear marcos de bronce, la producción del líquido "gasolina" fue un asunto completamente diferente.

Así, Colbert terminó los "Nuevos Contenedores de líquido" usando la tecnología disponible.

En frente del laboratorio en la Academia de Magia, Colbert, que con mucho esfuerzo obtuvo el equipos para el Caza Zero, con un profundo suspiro, vio el trabajo logrado por el mismo.

Tardo medio año, a pesar de todo la nueva arma estaba terminada, todavía quería llevar a cabo tecnologías más maravillosas, pero sus resultados de la investigación se establecieron allí.

Viendo a Saito, que se presento frente al laboratorio, Colbert extendió sus manos.   -"Ooh, Saito-kun, te vas?"

Saito acababa de terminar la preparación para el viaje que se avecinaba. Llevaba gafas, eran un recuerdo del abuelo de Siesta, en el cuello. Derflinger estaba atado a su espalda y una correa de cuero junto con su bolsa de cintura. Varios objetos fueron incluidos en ella.

- "Sí", asintió Saito.

- "Muy bien. ¿Iras directamente a la embarcación? ¿Puedes aterrizar esto en el buque con seguridad?"

Esta mañana, la flota había zarpado a Albion.

El buque que debía llevar al caza Zero Fighter ya había salido navegado con los demás buques y les estaba esperando a la cabeza. Fue especialmente construido un buque de guerra para dragones de viento, que ahora cargaría al Zero Fighter también.

La nueva y poderosa nave, que pertenecía a la recién creada Dragon Carrier-class, se llamaba Varsenda. (Comentario traductora: Carrier-Class significa portadora o de transporte pero me suena mejor lo de Carrier asi que lo dejo asi... bufff ya hacia tiempo que no ponia un comentario :P)

No sólo eso, ademas Colbert, utilizando Mágia de Tierra, puso suficiente gasolina para cinco vuelos en el buque.

Saito solo necesitaba tener a Louise con él en el Zero Fighter y aterrizar en ese buque.

- "Bueno, por mucho que haga... Uno no puede estar completamente seguro nunca, ¿verdad?"

Dijo Saito mientras se giraba. Louise no había aparecido todavía.

- "Debido a esta precipitación, no tuve tiempo para explicarte cómo funciona la nueva arma."

- "Oh eso..."

Saito encontró un tubo de hierro colgando bajo el ala del Zero Fighter. ¿Cual seria el uso de aquel tubo? Sin embargo, no hubo tiempo para las explicaciones detalladas entonces.

Colbert entregó a Saito un pequeño bloc de notas. Aunque Saito no sabía leerlo, Louise sí. Voy a leerlo más tarde, pensó.

- "Pero antes de irte, aquí está el manual que escribí para ti."

Colbert entregó a Saito un pequeño bloc de notas. Aunque Saito no sabía leerlo, Louise sí. Voy a leerlo más tarde, pensó.

- "Gracias".

Luego Colbert, mirando vacilante en si debia decir algo o no, abrió su boca.

- "Para decirles la verdad..."

- "¿Eh?"

- "A decir verdad, no quiero que mis estudiantes monten una vehículo utilizado para la guerra."

Dijo amargamente.

- "¿Estudiante"?

- "Ah, ¿cómo debo decirlo? Bueno, aunque usted no es un noble, sigo pensando como si fueses uno de mis alumnos. No te importa, ¿no?"

- "No, no me importa eso..."

Saito sentía tímidez.

- "No quiero usar el fuego para matar. Yo..."

Declaró Colbert claramente.

- "¿Por qué? Todo el mundo dice que el elemento fuego es el más adecuado para la guerra. Bueno, yo no sé sobre magia, claro."

- "Eso es correcto... El fuego es el elemento de destrucción. Los usuarios de Fuego poseen un gran valor... Sin embargo, creo otra cosa. Creo que usar el fuego para la destrucción es triste."

Recordando las palabras, Saito bajo su cabeza, avergonzado.

- "Oh sí, esta máquina voladora es llamada "Fenix" por el ejército real, ¿verdad?"

- "Sí, cuando estaba atacando acorazados con él en Tarbes, alguien dijo "¡El legendario Fenix!"..."

- "¡Ya veo! ¡El Fenix!"

Gritó Colbert, encantado.

- "¿Profesor?"

- "El Fenix es un ser legendario. Fenix... el dios pajaro de fuego, un símbolo de la destrucción y un... símbolo de "Renacimiento"."

- "¿Renacimiento?"

- "Se trata de una reencarnación."

Saito se preguntaba por qué se le veía a Colbert tan contento. Entonces, Colbert entró en su propio mundo.

- "Eso es... Renacimiento... efectivamente... ¿es un símbolo? ¿verdad?"

Colbert notó que Saito le estaba mirando con asombro.

- "¡Ah, aah! ¡Lo siento!" Dijo inclinando la cabeza.

- "No, está bien. Ya estoy acostumbrado."

Colbert puso mirada seria.

- "Oye, Saito-kun... Por cierto, que..."

- "¿Qué?"

En ese momento, apareció Louise.

- "Al fin" murmuró Saito.

- "¡No se puede evitar! ¡Una chica tiene montones de preparativos para salir!"

- "Vamos a la guerra. ¿Qué tipo de preparativos tiene que hacer una chica?"

- "¡Hmph!" Louise apartó su cara, y haciendo caso omiso de Saito, subió el ala y entró en la cabina. Un mes había pasado desde que Louise huyó de su familia.

Desde entonces, las cosas eran así.

Moviendo la cabina de vidrio del caza a un lado, Louise se metió en el asiento.

- "Bueno, errr, profesor, ¿qué acababa de decir usted hace un momento?"

- "No... no... es nada. Todo está bien."

Saito subió al Zero Fighter.

Colbert, entonces hizo girar con magia la hélice, poniendo en marcha el motor.

Se trataba de la segunda vez que volaban, así que lo operaba con mas tranquilidad.

Colbert ayudando una vez más, creó un fuerte viento.

Saito se puso las gafas y enrolló la bufanda alrededor de su cuello.

Colbert gritó a través del ruidoso sonido del motor.

- "¡Saito-kun! ¡Señorita Vallière!"

Saito saludó.

- "¡No mueran! ¡No mueran! ¡Incluso si estan en una situación desesperada! ¡Incluso si les llaman cobardes, no mueran! ¡No mueran jamás! Vuelvan sanos y salvos!"

Por el rugido del motor, la voz no se escuchaba. Sin embargo, las palabras de Colbert le llegaron de alguna manera. Aunque no podía oírle, llegaron a su corazón.

- "¡Vale!" Grito Saito mientras apretaba el acelerador.

El Zero Fighter comenzó a deslizarse y poco a poco se elevó.

A medida que ascendían se volvían mas pequeños, hasta que se perdieron a lo lejos en el cielo.

A pesar de que el Zero Fighter había desaparecido en el cielo, Colbert se mantuvo en silencio observando.

Después de dos horas de vuelo, hubo una pequeña apertura entre las nubes. Crecía cuanto más se acercaban, hasta que se convirtió en una flota enterrada profundamente en el cielo. Saito recordó una carrera de globos que había visto en la televisión hacía tiempo.

Variaban entre los 50 y 100 metros de longitud, cientos de barcos en formación, aquello era un gigantesco y hermoso espectáculo para la vista.

- "Increíble..."

Saito exclamó con admiración.

- "Oye, Louise, mira. ¡Que flota tan enorme!"

- "..."

Sin embargo, Louise lo rechazó, hinchando sus mejillas.

El estado de ánimo de Louise no habia mejorado. Últimamente, después de regresar de su casa, ella siempre estaba así.

Saito intentó averiguar la razón del mal humor de Louise.

Después de confesarle mi amor, Louise parecía haberlo aceptado por un momento.

Normalmente, uno esperaría que una pareja se acercarse después de eso.

Pero yo interpreté la recompensa de Louise "Toca el lugar que te guste", como un permiso para tocar en todas partes, lo cual hizo enfadar a Louise.

Y después de remarcar el echo de Siesta "desabotonada", mi ama, quien ya tenia un fuerte deseo de monopolio se enfureció aun mas.

Desde la perspectiva de Louise, coquetear con otra chica era similar a servir a dos amos a la vez, Saito malentendió enormemente.

Realmente, Louise solo estaba celosa.

Coquetear con otras chicas después de confesarle su amor a ella y besarla era algo que no podia perdonar.

Y, aunque por un momento, ella estaba dispuesta a renunciar a su castidad por este familiar, sus propios pensamientos eran inexcusables. Hasta el matrimonio, definitivamente no sería bueno. Incluso tres meses después del matrimonio, definitivamente no sería bueno. Ser influenciada por sus acciones- era por lo que ella estaba tan enojada.

Como Louise se mantenía en silencio, Saito se rindió.

De momento, necesitaban encontrar ese buque de guerra para aterrizar. Varios caballeros dragón volaron hacia arriba, en torno al Caza Zero de Saito. Empezaron a saludar con las manos; Saito saludó a su vez. Parecía que les iban a guiar hasta la nave.

Siguiendo la cola de los caballeros dragón, en el límite de velocidad del avión, apareció Varsenda a su vista.

La cubierta de la nave era plana y grande con el fin de transportar el gran número de caballeros dragón que habia. La vela del mástil era de unos 6 metros de envergadura, todo se vería como pequeños bichos desde ahí. No estaba equipado con cañones ya que el unico objetivo de este barco era llevar caballeros dragón.

Era perfecto para transportar el Zero Fighter, o quizás debería decir que era imposible para otros buques para hacer eso.

Pero a pesar que la cubierta del Varsenda era larga y ancha, la longitud de la cubierta era demasiado corta como para que el Zero Fighter aterrizase alli.

¿Cómo aterrizaremos allí?

Derflinger respondió a la pregunta desde su espalda.

- "Socio, situa este avión cerca de la nave. Parece que nos van a recoger."

Podían verse muchos magos en la cubierta.

Unos cables fueron puestos sobre la cubierta. Los soldados agarraron los extremos de cada cuerda y los pusieron perpendiculares a la longitud de la cubierta.

Parecía que con hechizos del elemento Viento sobre las cuerdas que atravesaban la cubierta, el Zero Fighter podría aterrizar. Algo tosco, pensaba, pero no había otra manera.

Saito movió la mano derecha hacia un gancho lanzandolo a la nave. El cable del gancho enlazó el Caza Zero hasta el transporte, donde fue atado.

Colbert que había notado el gancho, probablemente instruyó a la tripulación del Varsenda sobre como estirar los cables através de la cubierta para ayudar al Zero Fighter a aterrizar.

Se acercaban al Varsenda.

A continuación, siguieron otros ganchos desde el buque de guerra, fijando las alas y la cola. El balanceo se redujo.

Saito fue cuidadosamente abordando desde la parte posterior, hacia el buque.

Mientras tanto, Louise que no había batido una pestaña durante todo aquel espectáculo, permaneciendo pensativa y en silencio.

Exactamente, en ese momento en la barca.

Cuando ella fue empujada por Saito... (Comentario traductora: Recordando cierta situacion en que Saito intentaba llegar a tercera base con Louise y les cortaron el rollo... claramente si tu familia te pilla se te corta todo)

¿Cómo habría terminado, si ni su familia, ni los sirvientes los hubiesen descubierto?, pensaba Louise.

- "..."

Esto hizo que sus mejillas se ruborizasen de un color rojo profundo. Ella se sintió repentinamente enfadada con Saito, el cual estaba tranquilo, controlando el aterrizaje, y comenzo a golpearlo.

- "¿Que... qué estás haciendo?"

- "¿Por qué elegiste ese lugar? ¡Ese lugar!"

Gritaba Louise.

- "¡No habia otro lugar en cual aterrizar!"

Y así, ambos acabaron completamente malinterpretando al otro.

Tan pronto como Saito y Louise embarcaron en el Varsenda y se bajaron del Zero Fighter, les recibio un oficial, acompañado por guardias.



- "Oficial de puente, Kuryuuzurei."

- "¿A dónde nos dirigimos ahora?"

Aunque le preguntó, el oficial que les guiaba a ambos no respondió. ¿Dónde serían llevados? En las instrucciones de Henrietta sólo tenían el nombre del buque de guerra al que debían ir, nada más. Y las instrucciones oficiales siempre eran así.

Hablando con un subordinado, piensan que se les dice todo. Los subordinados de los nobles debían llevar una vida larga y dura, pensó Saito. Henrietta no parecia ser una excepción.

Parecían tener tanta confianza, por que así es la forma en como son.

A través de un angosto pasaje de la cubierta principal el oficial les llevó a un camarote para ambos. Aunque muy pequeña, era una habitación privada. Dentro del camarote, había una pequeña cama y una mesa. Saito y Louise, una vez depositaron su equipaje, el oficial les instó a que le siguieran de nuevo.

Después de ir en zigzag a través de estrechos pasajes del buque de guerra, finalmente se detuvieron frente a una puerta.

Cuando el oficial que los guiaba golpeó, hubo una respuesta desde el interior. El oficial abrió la puerta y se apartó para dejar entrar a Saito y Louise.

Ambos fueron recibidos por los generales sentados en linea frente a la puerta. Las cadenas doradas brillaban en sus hombros. Debían ser importantes comandantes.

Anonadados, Louise y Saito tomaron los asientos que les ofrecieron los soldados. Louise se sentó en la silla, y Saito después de ella.

El General en el asiento más alto, comentó:

- "Bienvenida al puesto de comandancia de la invasión de Albion, Señorita usuaria del Vacio."

Louise se sentía nerviosa. Ese general de barba aparentaba tener alrededor unos 40 años...

- "Comandante Supremo De Poitiers."

Rápidamente, el general presentó al resto de sus colegas.

- "Este es el Jefe del Estado Mayor Wimpffen."

Un pequeño hombre con profundas arrugas sentado a la izquierda asintió.

- "Este es el comandante del ejército de Germania, el Marqués Handenburg."

Un General con bigote con forma de manubrio que llevaba un casco de acero, asintió solemnemente a Louise.

Al parecer, el transporte para dragones era también el cuartel general.

Después de eso, el General presentó a Louise al resto de generales, reunidos en la sala de conferencias.

- "Ahora bien, señores. Esta es la carta de triunfo que proteje a nuestra Majestad, les presento al usuario del Vacío."

Sin embargo, nadie en la sala de conferencias movió ni tan siquiera una ceja por esas palabras. Ellos sólo miraban suspicazmente a Louise y su familiar.

- "En la batalla de Tarbes, ella sola venció a la flota de Albion."

Solo despues de las palabras de De Poiters los generales les empezaron a mirar con cierto interés.

Saito tocó a Louise.

- "¿Qué?"

- "¿... Esta bien ser expuestos asi?"

- "Si no fuese así, no sería posible cooperar con el ejército."

Puede que sea cierto, sin embargo... aunque Henrietta ordenase a Louise guardar silencio, ella misma lo reveló todo con facilidad, pensó.

Aunque Henrietta seguía diciendo que Louise era importante, de alguna manera sus acciones la contradecían. Sus pensamientos sobre la Reina hicieron entristecer a Saito.

Entonces recordó a Henrietta temblando en aquel momento. Imposible, pensó.

De todos modos, estaba completamente seguro sobre ella.

Los generales sonrieron a Louise. Sonrisas falsas.

- "Puedes pensar que es un cuartel general elegido a toda prisa. No lo sentimos. Este buque garantiza seguridad absoluta. Fíjate, este buque de guerra que se ha especializado en el transporte de los caballeros dragón y no esta armado con cañones. Sería problemático si los enemigos nos apuntan."

- "Ha, haah... entonces ¿por qué hacer de este buque de guerra el cuartel general?"

La sala entera estalló en carcajadas por la manera en que Louise lo preguntó con una voz muy linda y confusa.

- "En los buques normales, no hay espacio para salas de conferencia de ese tipo. Se rellenan con cañones."

Es más. Para un buque insignia que controla un gran ejército, la capacidad de procesar información de forma rápida es más necesario que el poder ofensivo.

- "Basta de charla. Vamos a continuar con el consejo de guerra." Dijo un general de Germania. Las sonrisas desaparecieron de las caras de los generales.

Fue un consejo de guerra complicado.

Poner 60.000 soldados en tierras de Albión era un problema secundario.

El principal problema era cómo hacer frente a la poderosa flota enemiga de aire. A pesar de que durante la batalla de Tarbes 10 barcos de la flota de ataque de Albión fueron destruidos con el Lexington, mantenían aun 40 buques. Aunque Tristain y Germania tenían 60 barcos, ya que era una flota de dos países unidos, la confusión ejecutiva era de esperar. Cuando se toma en cuenta que la flota de Albión se decía que era superior a una flota de 1,5 veces esa fuerza, la diferencia de potencial entre ambos era cancelada.

En segundo lugar, la selección del punto de aterrizaje.

En el continente de Albión sólo había dos lugares donde el gran ejército de 60.000 soldados podrían tomar tierra a la vez.

En la ciudad capital de Rosais en el sur la base aérea de Londinium, o el puerto del norte Dartanes.

Debido al tamaño del puerto, Rosais era preferible, sin embargo... marchando directamente hacia allí, su gran flota se descubriría a la vez y eso daría a los enemigos tiempo para preparar una defensa.

- "Los soldados de reserva en el asalto pondrían en riesgo la captura de Londinium."

El Jefe de Gabinete calmadamente analizaba las fuerzas y informaba a todo el mundo. Se debía estar callado. ¿Qué tipo de asalto debia realizarse contando con la resistencia del enemigo?

Las fuerzas aliadas necesitaban un ataque por sorpresa.

Querían que 60.000 soldados tomasen tierra en Rosais sin tener que enfrentarse a la resistencia del enemigo.

Así que necesitaban engañar al enorme ejército y desviar su atención del punto de aterrizaje en Rosais.

En pocas palabras, unidas Tristain y Germania formaban un ejercito de 60.000 hombres... requerían una astuta estrategia para engañar al enemigo haciéndole creer que iban a tomar tierra en Dartanes.

Ese era el segundo problema.

- "¿Se puede esperar la cooperación de la señorita usuaria del Vacío en cualquiera de los dos?"

El noble acreditado como el secretario oficial preguntó mientras observaba a Louise.

- "¿Podría hacer estallar la flota de Albion, de la forma en que estalló el Lexington en Tarbes?"

Saito miró a Louise. Louise se dio la vuelta y sacudió la cabeza.

- "Es imposible... no tengo suficiente fuerza de voluntad para emitir una fuerte "explosión". Yo no sé cuantos meses o años tardaré en almacenar esa energia de nuevo."

El secretario oficial sacudió la cabeza.

- "Entonces como arma poco fiable no puede ser llamada nuestra carta de triunfo."

Esas palabras hicieron responder a Saito.

- "Hey, Louise no es un arma."

- "¿Qué? No eres quien para hablar, familiar."

Antes de que se convirtiese en un lío... El General De Poitiers los interrumpió.

- "Nosotros nos encargaremos de la flota. Podemos dejar a la señorita usuaria del Vacio realizar la finta. ¿Puede hacerlo?"

- "¿Finta?"

- "Lo discutimos antes. Sólo tenemos que convencer al enemigo que no vamos a tomar tierra en Rosais pero sí en Dartanes. Debería ser sencillo para el legendario usuario del Vacío ¿no?"

Louise se puso a pensar.

... ¿Existíra algún hechizo que sirva para eso?

Saito murmuró en voz baja a su espalda.

- "... ¿No es eso lo que Derf dice sobre que se puede leer cuando llega el momento?"

Louise asintió.

- "Mañana, buscaré un hechizo que pueda ser utilizado."

El General de Poitiers dio una esperanzadora sonrisa.

A continuación, instó a Louise y a Saito a salir de la habitación.



- "Genial" Asintó Saito.

- "Esas personas, creo que me ven sólo como un caballo de regalo."

Saito tocó el hombro de Louise.

- "¿Estos son los grandes generales? Por este camino no ganaremos la guerra este año."

Sin embargo, podría ser una idea correcta durante la guerra.

El Caza Zero es más que un medio de abordar el buque, es también indispensable.

Sin embargo, mientras estaba distraído con esos pensamientos, su hombro fue golpeado por la espalda.

Cuando se dio la vuelta, cinco o seis nobles estaban mirando a Saito. Todos parecían ser adolescentes en vez de hombres. Se veían de edad similar a Saito. Llevaban sombreros de cuero y túnicas de color azul. Parecian soldados, llevaban espadas con aspecto de varitas en la cintura... pero se veían considerablemente más cortas.

- "Oye, tú."

Al referirse a el, Saito se volvió.

- "¿Qué?"

- "Basta." Murmuro Louise en voz baja, tirandole de la manga.

El chico del centro con una gran mandíbula parecía ser su líder.

- "Ven."

¿Eh? Agitandose de pronto su imaginación, Saito, considerando a Derflinger, se dirigió hacia ellos.

Entraron en el piso superior donde se colocó el Caza Zero. Todas las partes del Zero Fighter fueron atadas con cuerdas que estaban sujetas a la cubierta. Saito no era capaz de entender que pasaba, y seguía intentando averiguar el significado detrás de aquello, irritado Saito sacó a Derflinger.

- "¿Esto está vivo?"

Preguntó uno de los chicos nobles avergonzado, señalando el Caza Zero.

- "Si no es así, entonces ¿qué es eso? Explica que es."

Solicitó otro la explicación con una mirada seria.

Saito se sentía tonto de golpe.

- "No, eso no es un ser vivo, sin embargo... " murmuró.

- "¡Hurra! ¿No te lo dije? ¡He ganado! ¡Todo el mundo teneis que darme un ecu cada uno!"

Comenzó a rugir el chico más gordo. Todo el mundo malhumorado sacó las monedas de oro de sus bolsillos y se las entregaron al muchacho.

Viendo a Louise y Saito con las bocas abiertas, los chicos les sonríeron incómodos.

- "¿Te sorprendimos? Lo siento."

- "Sí."

- "No, es que teníamos una apuesta. Más que nada."

Un chico noble señaló el Caza Zero.

- "Pensamos que estaba vivo. Pensamos que era un dragón."

- "¡No hay ningún lugar donde dragones como estos pudiesen existir!"

- "¡Puede ser! ¡El mundo es grande al fin y al cabo!"

Ellos comenzaron a pelear de nuevo.

Al ver eso, Saito recordó el salón de clases en su ciudad natal. Durante el descanso, también tenian discusiones similares tontas para pasar el tiempo...

- "Es una máquina voladora."

Dijo eso, y los muchachos nobles se interesaron de inmediato y escucharon atentamente la explicación de Saito. Sin embargo, no parecían ser capaces de entenderlo, un objeto que vuela sobre el cielo usando una energía distinta de la magia.

- "Somos Caballeros Dragón."

Cuando la explicación del Caza Zero terminó, los muchachos guiaron a Saito y a Louise a los dragones en el interior de la cubierta. El Cuerpo de Caballeros Dragón había sufrido muchos daños y fue casi completamente aniquilado durante la batalla de Tarbes, por eso los aprendices de Caballeros Dragon se incorporaron en el ejército como verdaderos caballeros.

- "Bajo circunstancias normales, sería necesario un año más de formación."

Explicó el muchacho regordete de tímida sonrisa, que había ganado la apuesta antes. Dijo que era un comandante del 2º escuadrón de Caballeros Dragon. Él era el que había guiado al Caza Zero de Saito a la nave de guerra.

Los dragones eran todos adultos. Se veían dos veces mayores que el Sylphid de Tabitha. Sus grandes alas parecían estar construidas para la velocidad.

- "Debes ser muy duro para convertirte en un caballero dragón."

- "¿De veras?"

- "Sí. Tener un dragón como familiar no es tan simple. No todos pueden hacerlo. Los familiares Dragon son difíciles de complacer, son animales difíciles, porque sólo permiten a los pilotos a los que ellos aceptan a montarlos."

- "¿Acaso un jinete de dragón no requiere no sólo conocimientos, sino también poderes mágicos? ¿Inteligencia también? ¿Reflejos y nunca bajar la guardia?"

Parecia que los chicos eran la elite de los caballeros dragón, y el orgullo que tenian por pertenecer a estos era considerable.

- "¿Puedo montarlo?"

Les preguntó Saito, ellos asintieron .

Saito trataba de aguantar, pero era despojado rápidamente. Los muchachos se echaron a reír, sujetandose los costados. Como el espíritu competitivo de Saito era fuerte, él tomó el reto de nuevo. El resultado fue el mismo. Incluso una chica pequeña como Tabitha era capaz de conseguir montar en un dragón con un rostro fresco... esto era humillante para Saito, por lo que intentó el reto muchas veces.

Louise observaba el espectáculo desde lejos. Saito y los jovenes caballeros dragón se llevaban bien, hacía ruido y gritaba como uno mas de ellos.

Los chicos parecían felices, y ella les envidió un momento. ¿Por qué habian conseguido llevarse tan bien y tan rápidamente? Pensó Louise mientras se enfurruñaba.

Digo, ¿qué tienen los dragones que no tenga tu ama? Lo que hizo conmigo en el barco, el otro día. ¿Ahora él juega, gritando con los Caballeros Dragón?

¿No tenemos una batalla en el cielo mañana? ¿No hay oportunidad de que nos vayamos a morir mañana? ¿Es así como decide pasar su tiempo?

Pensó Louise, mientras miraba a Saito.

Estoy insegura y asustada, me gustaria que me abrazaras fuerte.

Pero nunca lo diría en voz alta.

Y... suspiró.

La operación finta.

Era necesario convencer al enemigo de que el Ejército de 60.000 hombres no iba a tomar tierra en Rosais, si no Dartanes... ¿Qué hechizo podria usar? No tenía la menor idea.

- "Oye, tú. Tu."

Los caballeros dragón notando las miradas que Louise emitía en su dirección, de brazos cruzados mientras acomodaba sus piernas apoyada en la pared, le preguntaron a Saito.

- "¿Es tu Ama? ¿Está bien que la dejes sola?"

- "¡Uuh! ¡Maldita sea!" Saito se puso pálido. Louise se quedó sola. Ella le golpearía, le golpearía y después se quejaria seguramente. Sin embargo, él no quería parecer patético frente a sus nuevos amigos. Los chicos son seres sin experiencia, y un nuevo miembro no debe mostrar flaquezas. Saito era fuerte.

- "E... esta bien si es ella, déjalo."

- "Oooh"

Hubo un estallido de aplausos.

- "Ese es el espíritu. ¡Oponiendose a su maestro de esa forma! No eres una persona ordinaria."

Louise, enfadada con la actitud de Saito, exigió.

- "¿Qué dijiste?"

- "No, nada..." en el momento en que cerró la boca, Louise le dio una patada entre las piernas. Y una vez se volvió para regresar a su habitación, lo cogió y lo arrastró con ella, el oficial comandante los instó llamando su atención.

- "¿Cuáles son sus planes para esta noche?"

Por alguna razón las mejillas de Louise se pusieron rojas.

- "Ninguno..." Respondió Saito, Louise le pateó en el estómago.

- "En ese caso, ¿qué les pareceria tomar alguna bebida esta noche por nuestro encuentro?"

Sugirió tranquilamente.

- "De ninguna manera, si nos escabulleramos fuera de nuestras habitaciones en mitad de la noche, al momento seríamos buscados por los oficiales del buque patrulla."

Todo se comenzaron a preocupar. Querían escapar de la ira de los oficiales del buque estando borrachos. Ello serían descubiertos por la mañana de todos modos.

A Saito se le ocurrió una idea, levantó un dedo y dijo:

- "¿Qué tal con señuelos de paja? Hacemos paquetes de paja y los colocamos en las camas."

- "¡Hagamos eso!" Se rió el caballero dragón.

Sin embargo, Louise no reía. Ella se mordia un poco las uñas, como si pensara algo.

- "¿Qué pasa?"

Preguntó.

- "...tu. ¿Qué acabas de decir"

- "¿Eh? Bueno... ¿Hacer señuelos de paja?"

- "Es cierto. Señuelos de paja. Tendriamos que hacer 60.000 señuelos de paja."

- "¿Eh? ¿60.000? El número de miembros aquí es menor."

- "En primer lugar, tener que hacer un gran número de paquetes de paja sería realmente problemático, ¿verdad?"

El caballero dragón preguntó con expresión seria en su rostro.

- "¿Paquetes de paja? ¡Usa magia!"

Al decir eso, Louise salió corriendo fuera.

- "¿Qué? ¿Ella?"

Saito vio anonadado a Louise irse. Una vez más no se comprendieron el uno al otro.

Louise entró rapidamente en la sala privada que tenian, y abrió el Libro de Oración del fundador.

Durante un momento cerró sus ojos y respiró profundamente antes de abrirlo de nuevo. Con su mente totalmente centrada en el Libro de oración del fundador, lo abrió cuidadosamente.

Una página comenzó a brillar... Louise sonrió.


En la Academia de Magia, al terminar las clases, apareció un grupo de jinetes. El mismo día en que Colbert vio a Saito y Louise marcharse.

Los que estaban entrando por las puertas eran los mosqueteros de Agnes.

Las chicas que se habían quedado en la escuela se sorprendieron por la aparición de los soldados montados en caballos. ¿Qué pasa? se preguntaron. El Viejo Osman, el director de la escuela, salió a conocer a Agnes.

- "Bienvenida, Comandante mosquetero Agnes. ¿Qué os trae por aquí?"

- "Sólo estoy haciendo mi trabajo, gracias por su hospitalidad."

El Viejo Osman murmuró algo en su barba. En su corazón, había sutiles pensamientos. ¿Quizas vino aquí a reclutar al resto de las alumnas para el servicio militar?

La noche pasada había recibido un informe.

Al parecer, el Gobierno Real de Henrietta había reclutado a la mayoría de los nobles para la guerra. Según el rumbo de los acontecimientos... las alumnas también podrían ser reclutadas para el entrenamiento preliminar a oficiales, si muchos oficiales cayesen durante la guerra en Albión. El Viejo Osman dudaba de los métodos del Gobierno Real.

Esa era la razón por la cual el Viejo Osman no había participado en la ceremonia en La Rochelle, para la partida el ejército.

La asistencia de las chicas a la escuela también se prohibía. Como resultado, el Gobierno Real decidió solucionar las cosas por su cuenta.

- "¿A pesar de esta guerra inhumana?"

- "El Gobierno Real en este momento llama a esta guerra como "guerra total"."

- "Guerra Total. No hay nombre mas indicado para nombrarla. Una guerra que tiene mujeres y niñas participando, ¿que tipo de entereza podría tener?"

Agnes dirigió a Osman una fría mirada.

- "Entonces, ¿qué justicia hace una guerra donde sólo los nobles y los soldados mueren?"

El Viejo Osman estaba perdido en sus palabras.

- "La muerte es igual. No discrimina entre mujeres o niños. Nada más."

Agnes decidida se dirigió hacia la torre.

En ese momento, terminaban las clases para Kirche y Montmorency que se reunían en los salones. Como los profesores fueron a la guerra, el número de clases se había reducido mucho...

- "Sin embargo, existe una excepción". Murmuró Kirche mirando a un hombre totalmente dedicado a la enseñanza.

Era Colbert.

Se mantenía enseñando como siempre. Alguna de las caras de las chicas en la escuela no estaban totalmente calmadas.

- "Ehm, mira. Debido a la alta temperatura de la llama su color se ilumina."

Estaba calentando una vara de metal sobre una llama.

Calentaban el palo curvado mientras el continuaba explicando.

- "Bueno, hay una gran cantidad de metales que no pueden ser manipulados si la llama no se caliente lo suficiente. Por lo tanto, cuando se utiliza 'Fuego', el control de la temperatura de la llama es fundamental."

Montmorency de repente levantó su mano.

- "¿Tiene usted una pregunta, señorita Montmorency?"

Montmorency se puso de pie.

- "El país está en medio de una guerra. ¿Cómo... puede enseñar en clase con una actitud tan despreocupada?"

- "Deja tus preocupaciones en la escuela... Yo soy tu maestro, y ustedes son mis estudiantes."

Colbert tranquilamente sentado, respondió sin cambiar de entonación.

- "Pero... todos... incluso los profesores, se enfrentan a la guerra."

- "¿Y es tu opinión? Deberíamos aprender aún más, porque son tiempos de guerra. Para usarlo en la guerra, es necesario aprender a usar el "fuego" para la destrucción. Ahora estudia, tendrás algo para compartir con los chicos que regresen de la guerra."

Dijo Colbert y miró a su alrededor el aula.

- "Usted tiene miedo a la guerra" Declaró Kirche con voz un poco ruda.

- "Por supuesto" Asintió Colbert. "Tengo miedo a la guerra. Soy un cobarde."

De las gargantas de las estudiantes escapó una exclamación de asombro.

- "Sin embargo, no me siento culpable."

Mientras Colbert afirmaba eso, un grupo de personas irrumpieron bruscamente en el salón de las clases. Eran Agnes y su gente.

Vestían armaduras, largas espadas y pistolas en sus cinturas. Las estudiantes estaban un poco nerviosas, viendo todas aquellas mujeres con exagerados atuendos.

- "T..t..tú, q..que..."

Agnes, ignorando completamente a Colbert, ordenó a las estudiantes.

- "Soy mosquetero de Su Majestad. Ordeno en nombre de Su Majestad la suspensión de todas las clases a partir de este momento. Vístanse y formen en el patio."

- "¿Qué? ¿Interrumpir las clases? No bromees."

Después de las palabras de Colbert, Agnes giró su cabeza.

- "He tenido suficiente cuidando niños... Esto es una orden."

Las estudiantes comenzaron a levantarse protestando.

Colbert bloqueó el camino de Agnes asustado.

- "¡Hey! ¡hey! ¡La clase no ha terminado todavía!"

- "Es una orden directa de Su Majestad. ¿No has oído?"

Dijo Agnes con un tono desagradable.

- "Siguiendo las órdenes de Su Majestad, yo estoy enseñando ahora. 15 minutos más, es el tiempo que me da Su Majestad para hacer a los estudiantes aprender. No puedo ser ordenado por usted. ¡Todas! ¡Vuelvan a la sala de clases! ¡Voy a enseñar otros 15 minutos! ¡Usted puede jugar a la guerra despues de eso!"

Agnes sacó su espada, y señaló la garganta de Colbert.

Agnes sacó su espada, y señaló la garganta de Colbert.

- "Jugar a la guerra dice. ¿Está contra nosotros? Señor, esto no es decisión para un mago, no vaya demasiado lejos."

- "No.. claro que no..."

Viendo la espada apuntando a su garganta, a Colbert le recorrio un sudor frío.

- "¿Es usted un usuario de Fuego? Siempre tienen un hedor de olor a quemado, un olor que fluye de debajo de la túnica. Profesor, odio a los magos, especialmente los que utilizan Fuego."

- "Huu..."

Las piernas de Colbert empezaron a temblar. Tuvo que apoyar su espalda contra la pared.

- "Escuche, no obstruya mi deber."

Agnes miró el temblor de Colbert como si fuese basura, y se alejó, colocando de nuevo su espada en su vaina. Las estudiantes, con un desprecio similar en sus rostros, pasaron al lado de Colbert.

Quedandose solo, Colbert enterró su cara entre las palma de sus manos... y suspiró profundamente.




Capítulo Siete: La ilusión en Dartanes[edit]


A las 8 en punto una campana resonó por todo el buque acorazado Redoubtable, significaba el inicio de la mañana. (Comentario traductora: Redoubtable significa "temible" pero me pareció adecuado dejar el nombre en ingles)

La mañana en que los destinos de dos países y otro se decidían.

Malicorne, que estaba de pie encima de la torre de vigilancia, dio un largo y profundo bostezo, antes miró preocupadamente a su izquierda y a su derecha. Si un oficial cadete como el bostezaba y un oficial de puente le veía, un castigo cruel, sin duda, le esperaría... El cuerpo de Malicorne hizo bien al recordarlo durante los dos días que había estado allí.

Malicorne era el centinela de guardia.

El sonido de la campana por la mañana... debían ser las 8 en punto de la mañana de su turno... ¡finalmente había terminado! Todo lo que tenía que hacer era cambiar el turno con el siguiente grupo de cadetes a oficial, entonces él podría finalmente volver al camarote para ocho horas de sueño, a la hora de la campana por la mañana hacía un frío que se sentía como un infierno... Malicorne sólo tenía que esperar un rato hasta que el próximo cadete subiese a la torre. Y la persona que subió a la torre era su compañero de una clase superior en la Academia de Magia, Styx.

Malicorne recordo cómo él había dicho que iba matar a Bowood, pero por el momento, nada era más importante para él que el regreso a su cálida y acogedora habitación y disfrutar de una agradable caliente taza de té de orquídeas.

Al verse uno al otro, sonrieron y se saludaron ambos.

- "Bueno, parece que voy a congelarme en este helado páramo, gordito."

- "Pero yo te envidio Styx, quiero decir, al menos el sol ya brilla."

- "¿Aún lo recuerdas, Malicorne?"

- "¿Que recuerde qué?"

- "¿Cómo dije que me ocuparía del tipo de Albión?"

- "Por supuesto que me acuerdo."

- "Creo que lo mejor es proceder en el calor de la batalla."

- "Creo lo mismo."

- "¿Quién sabe cuánto tiempo pasara, antes de que comience finalmente la lucha?"

Con el fin de demostrar su valor los jóvenes cadetes, decían que casi no podían esperar más. Malicorne miraba las nubes distraidamente... y señaló hacia el cielo con una exclamación repentina.

- "¿Te sucede algo malo, Malicorne?"

- "... No parece que vayas a tener que esperar demasiado tiempo."

- "¿Eh?"

Styx se volvió y miró hacia donde Malicorne señalaba, su rostro palideció inmediatamente.

- "¡Buque enemigo avistado!"

Cinco minutos después de las ocho de la mañana. La división de la comandancia a bordo del Varsenda, en el que Saito y el resto se encontraban a bordo, acababa de recibir informes del avistamiento de una nave enemiga.

- "Esto es algo antes de lo que habíamos previsto" Murmuró suavemente el General de Poitiers.

Habían previsto inicialmente hacer contacto con la flota de Albión alrededor de las diez.

- "Son un grupo de impacientes bastardos" Comentó uno de los oficiales del Estado Mayor.

- "¿Qué hay de la usuaria del Vacio?"

- "Estuvo decidiendo el hechizo la noche pasada. El plan procederá en consecuencia."

- "¿Qué clase de hechizo es?" Preguntó el General De Poitiers en voz baja mientras miraba los planes de batalla. Un oficial se inclinó hacia el General, y le susurró en la oreja los detalles del hechizo del que había informado Louise.

- "¡Interesante... Será un triunfo si lo consigue! ¡Mensajero!"

Un mensajero corrió rápidamente hasta allí.

- "Ordene a la usuaria del Vacio a desplegarse. El objetivo de su misión: <<Dartanes>>, tiene plena libertad de movimientos. El segundo escuadrón de Caballeros Dragón les escoltará. ¡Repita de nuevo!"

- "¡Que la usuaria del Vacio se despliegue! ¡La Misión objetivo es <<Dartanes>>, tiene plena libertad de movimientos! ¡El segundo escuadrón de Caballeros Dragón serán su escolta!"

- "¡Bien, ahora páseles el mensaje!"

El mensajero de inmediato se dirigió hacia el piso superior del transporte donde se encontraban Saito y el resto.

- "Con esto, ahora podemos dirigirnos hacia la ciudad de Rosais sin preocupaciones."

- "Hecho."

De Poitiers tenía bajo su mando a los subordinados responsables de ocuparse de la flota enemiga.

- "¡Transmitan a los capitanes de los buques acorazados. Una vez comprometidos con el enemigo, no deben dejar que ni uno solo de sus buque se acerque a los buques de transporte del ejercito!"

Encima del puente, Saito, en el asiento del piloto del Zero Fighter, se apresuró a iniciar las operaciones del avión. Sentado en el asiento trasero, Louise había cerrado sus ojos, concentrándose.

Sólo anoche, Louise, había encontrado el hechizo adecuado a utilizar, informó directamente al alto mando.

Tras la recepción de su informe, el alto mando había decidido un plan de acción, y prepararon la batalla de acuerdo a este. Era este plan de batalla el que Saito tenía entre sus manos.

Esa misma mañana, el plan de batalla comenzaría.

En ese momento, un oficial de puente, de pie a las alas del Zero Fighter, estaba dando instrucciones a Saito, señalaba un pergamino que llevaba en la mano.

- "¿No me entiende? ¡No puedo leer escritos de este mundo!"

- "¡Mira aquí, en el mapa! ¡Esto es Dartanes! ¡Esta aquí! ¡De todas formas, todo lo que debes hacer es simplemente llevar a la usuaria del Vacío allí! Deje todo lo demás en manos de la Maestra del Vacío, ella lo manejará!" Gritó el oficial de puente en la parte superior. (Comentario traductora: El oficial se refiere a que Saito es simplemente un familiar, por cierto, en este mismo parrafo, donde puse "llevar a la usuaria del Vacío alli" deberia ser "Maestro del Vacio"... pero no se porque... me gusto mas poner lo otro... :P)

¿Que... Qué "Maestra" del Vacío? Saito no podía comprender. ¿Qué tipo de rara orden era esa? Sólo escucharlo le hizo incomodarse.

El trozo de pergamino tenía dibujado un mapa de todo el continente de Albión. Para alguien como Saito que nunca había aprendido algo sobre navegación, estaba completamente perdido sobre la forma en que iba a navegar a través de un cielo lleno de nubes sin ninguna marca de referencia. En comparación a cuando podía usar las referencias en tierra para encontrar su camino hacia la ciudad de La Rochelle, se trataba de una historia completamente diferente.

- "¡Los Caballeros Dragón les escoltarán. Sólo asegúrese de no perderlos!" Comentó el oficial de puente, al ver el malestar de Saito.

Vale, vale, entiendo... Asintió Saito varias veces.

Cierto, la velocidad de un Dragón de Viento podía incluso rivalizar con la del Caza Zero. La experiencia anterior con Wardes persiguiéndole todavía permanecía clara en su mente.

De repente.

¡Boom! ¡Boom! Un fuerte golpe resonó alrededor. El ruido llegaba desde atrás.

Saito giró y miró hacia el cielo.

En ese instante, un escuadrón de buques acorazados que parecían completamente diferentes a los suyos apareció de entre las nubes en la distancia, avanzaban rápidamente hacia su posición.

La armada, cuyo numero rondaba aproximadamente sesenta buques de combate si se incluía el Varsenda, rápidamente cambiaron la dirección y empezaron a ascender poco a poco, preparándose para encararse con la flota enemiga que se aproximaba. Por supuesto, Saito obviaba el hecho de que a bordo de uno de los buques de batalla estaba Malicorne.

Las ordenes llegaron en ese momento.

- "¡Que se despliegue la usuaria del "Vacío"! ¡Misión objetivo Dartanes! ¡Plena libertad de movimientos! El Segundo Escuadrón de Caballeros Dragón serán su escolta!"

¿Desplegarnos ahora? ¿No es demasiado pronto? No... ¿es debido a la inesperada aparición del enemigo que quieren desplegarnos tan de repente?

Saito avisó señalando a un mago cercano, para que le ayudase a poner en marcha el avión.

Sin embargo, el mago, probablemente desconocía los procedimientos de arranque, se mantuvo inexpresivamente quieto. Para poner en marcha el avión, la hélice debía ser primero girada... Pero parecía totalmente perdido en cuanto a cómo conseguir que la hélice girase. Si Colbert estuviera aquí, habría entendido lo que Saito enseñaba inmediatamente, y podría ayudarle.

- "¿No se lo he dicho ya? ¡Eso! ¡Sólo tiene que girar eso!"

- "¿Eh? ¿Esto? No entiendo lo que está diciendo. ¿Puede explicarse de forma mas clara?"

Estaban ocupados jugueteando con la hélice, cuando de en medio de la flota enemiga, tres buques de repente aparecieron, partiendo rápidamente hacia su dirección.

- "¡Un barco incendiario!" Gritó alguien al momento.

Saito se dio la vuelta y miró. Los barcos prendieron con fuego. Destinados a ser enviados directamente hacia una flota enemiga, se trataba de embarcaciones sin piloto cargados hasta el tope con potentes explosivos.

Antes de que pudiesen responder, los buques ya habían disparado camino al frente de la flota. Un buque explotó cerca del Varsenda.

La onda expansiva de la explosión sacudió el Varsenda, zarandeándolo violentamente.

Antes de que Saito pudiese gritar por ayuda, el Caza Zero comenzó a deslizarse hacia un lado de la nave... cayendo por el borde de cubierta poco después.

- "¡Ahhhhhhhh!" Gritó Saito.

El Caza Zero, todavía con el motor sin marcha, iba en picada hacia la tierra.

- "¡Vamos a chocar! ¡Vamos a chocar! ¡Vamos a chocar!" Saito solo podía gritar frenéticamente. Justo entonces, Delfinger intervino:

- "Compañero."

- "¿Qué pasa?"

- "Bueno, tengo buenas noticias para ti."

- "¡Este realmente no es el momento ni el lugar! Maldición, nunca pensé que moriría así... Que cruel."

- "La hélice está girando, ¿no?"

¿Eh? Saito inmediatamente levantó la cabeza para mirar. Por supuesto, el viento de la caída era suficiente para iniciar la hélice, aunque algo vacilante. Recuperando la compostura, Saito activó el interruptor de encendido. La hélice comenzó a arrancar con un quejido, antes de que comenzase a girar rápidamente con un fuerte rugido. Saito tiró de la palanca de mando, y recuperó el control del avión.

- "¡Uf... Qué alivio!"

Saito se relajó mientras limpiaba unas gotas de sudor frío de su frente. Giró la cabeza y miró detrás de él, Louise seguía ocupada concentrándose. Esta chica que normalmente era inquieta y agitada; sólo cuando llegaba el período de arrojar un hechizo en algún lugar ella era capaz de concentrarse, siendo completamente ajena al mundo exterior.

- "Compañero."

- "¿Qué pasa?"

- "Siempre puedes alabarme un poco más, sabes... " Comentó Derflinger con tono desanimado.

- "Eres genial."

- "Sólo un poco más, sólo un poco, Socio. Me dejaste de lado tanto tiempo... no estaría mal que lo hagas ahora, ¿no te parece que sólo un poco no estaría mal?"

- "Oh... eres tan brillante, tan magnífico."

¿¡Por qué de todas las personas estoy enganchado con esta, tan cabezota e insegura!? Pensó Saito, ignorando completamente el hecho de que él mismo no era diferente.

Antes de que se dieran cuenta, el Segundo Escuadrón de Caballeros Dragón ya volaban a su alrededor. Había diez de ellos.

Ajustando la velocidad de la hélice y el acelerador, Saito redujo la velocidad de crucero a aproximadamente 110 kilómetros por hora.

Incomparables en términos de velocidad, los dragones de viento se mantenían a la par con el Caza Zero fácilmente. Saito saludó a los miembros del Segundo Escuadrón de Caballeros Dragón, que había sido formado el día anterior.

Ellos saludaron también. Sentada en el asiento trasero con el Libro de la Oración del Fundador abierto en su regazo, Louise, estaba profundamente sumida en sí misma como en un trance, les prestaba poca atención.

Parecía como si el trabajo fuese simplemente acompañar a la usuaria del "Vacío" a la meta objetivo.

Era esta la razón por la que el recientemente formado Escuadrón de diez Caballeros Dragón y un simple avión se dirigían en dirección a Dartanes.

Uno de los Caballeros Dragón voló hacia la cabeza de la formación, mientras la cola de su Dragón se sacudía de izquierda y derecha. Parecía que era el líder.

El Caballero Dragón había dicho que lo esperaban con cariño en su aldea de vuelta a casa. Un simple chico de diecisiete años de edad, y pelo rubio, era de la misma edad que Saito.

A su izquierda estaba un Caballero Dragón de dieciocho años de edad. Habia logrado su sueño de convertirse en Caballero Dragón, su rostro era luminoso y alegre. Como tercer hijo de una familia noble que se habia venido abajo, esperaba probarse a sí mismo ganando gloria en la guerra. A su derecha habia una pareja de hermanos gemelos de dieciséis años de edad.

Las personas allí presentes eran todos amigos y camaradas que habían estado bebiendo durante toda la noche hasta el amanecer. Los Caballeros Dragón eran muy cálidos y acogedores, aunque todos fuesen nobles. Su filosofía era: "Cuando usted está volando a través de los cielos, ¿qué diferencia hay entre nobles y plebeyos?" Significaba que todos consideraban a Saito como un compañero y amigo.

El rugido de los innumerables disparos de los cañones de los buques se oía en la distancia.

Parecia que la flota combinada de Tristain y Germania y la de Albion habian empezado a dispararse. El épico enfrentamiento entre los más de cien buques se habia puesto en marcha.

El olor de la pólvora se podía sentir a través de la cabina del avión sin ni siquiera abrir. Mirando la inmensa pantalla de humo y llamas, Saito estaba cautivado por aquella vista, pero...

Saito giro su cabeza apartando los ojos. Dentro de todas y cada una de las explosiones, también estarian los carbonizados restos de decenas y decenas de marineros que estaban siendo hechos pedazos por los ataques. Ese pensamiento envió un escalofrío por su columna.

Incluso antes de que pudiera simpatizar con esas muertes, una sensación de alivio se deslizo hasta el, llegaba como socorro la idea de que no tenía que estar allí. En un instante, Saito, para prevenir que ese tipo de avergonzantes pensamientos cruzasen su mente, comenzó a concentrarse en lo que tenia delante. El tampoco seria capaz de protegerse de algo asi, él no debia pensar en esas cosas.

En medio de la cubierta de cielos azules y nubes blancas, Saito volaba hacia Albion en el Caza Zero, bajo la protección de los Caballeros Dragón.

En un rápido movimiento, la flota de combate de Tristain y Germania abrieron sus filas y, desarrollando una formación en línea, rodeaban la triple línea de formación de la flota de Albion que se aproximaba. Dado que la flota de Albion intentaba violar el bloqueo, la flota combinada se reforzo con prisas, previniendo las brechas.

Si tenian éxito, podrían tal vez terminar de un solo golpe... Pero, la distancia a cerrar era demasiada. Con las dos flotas tan cerca una de la otra, la batalla se rompió rápidamente en un caos que encerro en esta confusión a cada buque contra otro buque en combate. A bordo de la cubierta superior de uno de esos buques, el Redoubtable, estaba la temblorosa figura de Malicorne. Pegado junto a él, inestable, estaba tambien Styx.

Sus dientes no podían dejar de temblar. Incluso cuando se trataron de poner de pie, se encontraron con que eran incapaces de ejercer el más mínimo de fuerza en las piernas para levantarse.

Aparte de las espesas bocanadas de humo de la pólvora, y los rayos del enemigo disparando los cañones, no podían ver nada a su alrededor. El casco de su buque se estrelló contra la proa de un buque enemigo, produciendo un gran ruido de trituración, seguido de un igualmente fuerte crujido.

Arrastrado de repente a ese campo de batalla, el mundo de Malicorne se había vuelto del revés en un instante, era incapaz de entender lo que estaba sucediendo a su alrededor.

Ellos, estaban con tal caos a su alrededor en ese momento, que ya no se preocupaban por hacer frente a Bowood. Ya no tenian la voluntad de hacerlo.

Todo lo que podian comprender era que su buque, así como el del enemigo se enfrentaban, aquello marcaba el comienzo de un cuerpo a cuerpo despiadado en el que no habria diferencias entre los espadachines, era asesinar o ser asesinado.

En algunos momentos entre el polvo y el humo, se podia vislumbrar el buque enemigo... En ese instante se escuchó la orden de abrir fuego de las cubiertas por encima y por debajo de ellos.

Un atronador rugido se hizo eco del fuego de los cañones. Numerosos agujeros perforaron el buque enemigo, volando en pedazos tanto la madera y los hombres por igual. El enemigo hizo lo mismo, respondio con el fuego de sus cañones.

La cubierta que estaba sobre ellos explotó en pedazos, enviando astillas volando por el aire. Las Cuerdas bailaron en el aire, quebradas, y vertidos de hidrocarburos fluían por la cubierta.

Alguien gritó que soltasen la arena.

Caos. Gritos. Humo. Sangre. El olor de la pólvora...

El sonido de las balas de cañón de metal haciendose pedazos contra los cascos de los buques.

La interminable repetición del fuego de los cañónes... y el humo... un humo tan denso que no podías ni ver por delante de tu nariz.

Este era el campo de batalla que Malicorne presenciaba.

Incapaz de soportar el horror más, Styx corrio hacia la escotilla de cubierta. Probablemente escapaba hacia la relativa seguridad de cubierta. Sin embargo, un oficial hacia guardia, con una varita en la mano, preparado para evitar que alguno de los soldados abandonasen sus puestos. Styx sólo pudo agacharse, se apiño en el suelo con la cabeza oculta entre sus brazos. El oficial de puente se dirigió hacia ellos y gritó:

- "¡Ustedes dos! ¡Qué estas haciendo! ¡Levántate! ¡He dicho que te pongas de pie! ¡Muéstrame tu valentía! ¿No supone que son nobles? ¡De pie y hagan su trabajo! ¡Si no tienen ninguno, entonces usen magia! ¡Son todo enemigos lo que tenemos alrededor! ¡No importa dónde disparen, golpeen al enemigo!"

Malicorne mordiendo un poco sus labios, y apoyando sus manos sobre la cubierta, obligó a su cuerpo a levantarse con las cuatro extremidades.

En cuanto él finalmente se levanto, uno de sus pies le volvio a hace caer.

¡Yo no soy capaz de ponerme en pie! ¡Esto... esto es todo lo que soy capaz con mi mayor esfuerzo! Mumuraba Malicorne.

Pero, incluso antes de que pudiera sufrir la humillación por aquello, el oficial de puente volvio a gritarle.

- "¡Tú! ¡El que tiene grasa de cerdo en la cabeza! ¡Sí, estoy hablando contigo! ¡Levántate y lucha! ¡No quiero cobardes, con temor a morir entre cadetes que no luchan!"

Malicorne cambio su rostro.

¿No era el motivo que no quería ser llamado cerdo con temor a la morir por el cual se ofrecio voluntario en el ejército? ¡Si sigo así, todo lo que sere es un cobarde!

- "¡Tú! ¡Cerdo! ¿Por qué todavía estas perdiendo el tiempo?"

El oficial, al terminar estas palabras, le atravesaron rapidamente con una flecha mágica.

Más allá del humo estaba el enemigo. Tan cerca estaba el enemigo, que su rostro podia verse claramente. A bordo de la cubierta del buque enemigo habia un hombre joven, con una varita mágica apuntando en su dirección. Incluso su edad era prácticamente la misma que la de Malicorne. El oponente tampoco podía dejar de temblar.

La palidez de su rostro, el temblor de todo su cuerpo.

Malicorne miraba como se contorsionaba el cuerpo del oficial de puente, atravesandole la flecha magica a través del pecho, su cuerpo se retorcio como resultado de las convulsiones que se acabaron finalmente, antes de que la muerte se lo llevase. Respirando agitadamente, Malicorne gritó. Si realmente grito, o si solo abrio su boca mucho, era imposible de decir por la interminable rafaga de disparos de cañón. El elevo su varita mágica hacia las oscuras nubes sobre el buque enemigo, Malicorne comenzó a cantar un hechizo.

Al igual que la cubierta de nubes se rompió para revelar el continente de Albion, la presencia de Saito y compañía fue revelada al ser advertidos por los cuervos. Usando la capacidad de muchos familiares cuervos estos actuaban como un pantalla de alerta rapida, podria informarse de cualquier intruso inmediatamente a las guarniciones de caballeros dragón a través de los familiares del Maestro.

En tal situación, la visión del familiar se convertiría en la visión del maestro.

Preparados para seguir a Saito y compañía, una escuadrilla de caballeros dragón despegó de su base.

Con el peligro incrementandose, Saito y compañía aumentaron su velocidad.

Los dragones de viento de los Caballeros dragón volando por delante sacudieron violentamente la cola.

Los caballeros de delante señalaron sobre sus cabezas.

Diez caballeros dragón habían visto a Saito y al resto, y se dirigían directamente hacia ellos. Chocarian de frente en caso de no hacer nada.

- "¡Maldita sea! ¿Qué hacemos?"

Sentado en el asiento del piloto en el Caza Zero, Saito gritó.

Si el oponente lograba caer sobre ellos desde arriba, serian vulnerables a los ataques.

Sin embargo, el Caballero dragón que lideraba el grupo no cambio de dirección. Independientemente de si eran atacados o no, habían decidido continuar recto.

- "¿No estamos invitandoles a que nos ataquen actuando de esta manera?"

Saito preparó frenéticamente la ametralladora para el combate... antes de recordar que se había quedado sin municiones.

- "Esto es perfecto, creo que nos quedamos sin balas..."

En la ametralladora del avión , debia haber alrededor de doscientas balas en el ala izquierda como mucho. Sin embargo, con las pocas que habia en la izquierda, era como si no tuviesen ninguna.

Saito recordo de repente lo que Colbert le había dicho.

- "¡Louise! ¡La nueva arma de Colbert! ¿No existe un manual de instrucciones?"

Pero Louise, atrapada en su trance, no escucho una sola palabra de lo que Saito dijo.

Saito agarró las piernas de Louise y la sacudió frenéticamente.

- "¡Hey! ¡Louise! ¡Louise! ¡Ahora no es tiempo para concentrarte! ¡Antes de que puedas usar el Vacio, vamos a ser derribados por el enemigo!"

- "¿Eh? ¡¿Que... Qué es esto?! ¡¿Que... Qué estás haciendo?!"

- "¡No me importa lo que vayas a decir, sólo dame el maldito manual! ¡Esta bajo el asiento!"

Louise busco frenéticamente bajo el asiento, y encontro el manual que Colbert había escrito en un pergamino.

- "¡Lo encontré!"

- "¡Leelo!"

- "Um, esto... "Secreto de la Serpiente de fuego"."

Que mal gusto.

¿No podía haber elegido un título mejor?

- "Um... Estimado Saito, ya que estas leyendo esto, asumo que tu ingenio llego a su final. No obstante, asegúrese de leerlo correctamente."

- "¡No te molestes en leer el prólogo!"

Los caballeros dragón de Albion se acercaban rápidamente.

Demasiado rápido.

¡Los enemigos montaban dragones de viento tambien! ¡Maldición!

- "Um... En primer lugar, calmate y, a continuación, tira de la palanca que esta al lado de la que controla la velocidad de la "máquina en movimiento"."

- "¿Esta?"

Saito miro al lado del control del acelerador, habia una palanca que nunca noto antes.

- "¡Vamos a tirar de ella!"

En el momento que en la mira del objetivo se situaron los caballeros dragón enemigos, Saito tira de la palanca.

Cajas ocultas a la vista, surgieron abriendose en al objetivo, y de ellas surgió la cabeza de una serpiente de juguete. Viendo abrir y cerrar su boca, sólo dijo:

- "¡Vamos Saito! ¡Vamos Saito! ¡Vamos Señorita Vallière!"

- "¿Qué diablos es esto?"

La serpiente de juguete emitio esa voz mediante magia.

Parecía que era todo lo que hacia.

Para cuando ataco el enemigo...

Como eran dragones de viento, no respiraban fuego. Sin embargo, las flechas mágicas volaron desde los caballeros golpeandoles, agitando la nave. Un agujero del tamaño de un puño traspasaba el ala.

Afortunadamente, un agujero asi no afectaría mucho su rendimiento, al menos temporalmente.

Louise continuó la lectura del manual de instrucciones.

- "¿Usted ya tiró la palanca derecha? ¡Sí, La Feliz Pequeña Serpiente le da coraje! ¡Vamos! ¡No importa el obstáculo, debe perseverar! ¡No importa nada, yo siempre le protegere!"

- "¡Ese maldito calvo!"

Maldijo Saito, mientras miraba con incredulidad a la "Feliz Pequeña Serpiente" recordo ver en la clase surgir alguna parecida. Louise, pensando que las groseras palabras estaban dirigidas a ella, no podía dejar de gritar:

- "¡¿Quién diablos eres para llamarme maldito calvo?! ¡¿No fuiste tu quien me pidió leerlo?!"

Los Caballeros dragón enemigos se elevaron en el aire de nuevo.

Al avanzar hacia el frente ambas partes de combatientes de jinetes dragón volando rapidamente, significaba que se pasarian en un parpadear de ojos, lo que dejaba muy pocas oportunidades para un ataque.

Por lo tanto, el enemigo decidió comenzar el asalto desde detrás.

Mientras tanto, por su parte... su objetivo era llegar a la meta de destino a toda prisa, para usar el hechizo del "Vacio", y por eso sólo pensaban en mantenerse por delante en el vuelo.

Si se enfrentasen a los Caballeros dragón enemigos, rápidamente enviarian refuerzos, y la esperanza para todo el ejército se perdería.

Zambullendose para ganar velocidad, los Caballeros dragón enemigos recuperaban terreno lentamente detrás de ellos.

- "¡Louise! ¿No hay algo más?"

Louise continuó la lectura del manual.

- "Um... A continuación, dice algo acerca de un arma secreta para utilizar cuando estemos siendo perseguidos por el enemigo."

- "¡Eso! ¡Es eso!"

- "Jala la lengua que sale fuera de la Pequeña Serpiente Feliz. ¡Recuerda prestar atención! Si hay aliados cerca, asegurate que se queden pegados cerca de ti."

- "¿Por qué?"

- "¿Cómo lo voy a saber?"

Saito cogio de debajo del asiento un tablero, y una tiza. Era sorprendente que esas cosas estuviesen en el Zero Fighter. Parecía que el anterior piloto las usaba para comunicarse. Saito se las paso a Louise.

Louise escribió las palabras, "Vengan aquí", en ella, y, la puso fuera de la cabina, avisandoles un par de veces.

Los Caballeros dragón asintieron con la cabeza y se acercaron al Zero Fighter; formando un grupo compacto, continuaron volando hacia delante. Entonces los ataques serian mas efectivos, los magos tendrian un objetivo demasiado claro.

Saito cerro los ojos y dijo:

- "Por favor, que no sea algo como la Pequeña Serpiente Feliz ahora..."

Saito se giro y, viendo la proximidad del Escuadron enemigo de Caballeros dragón, tiro de la lengua de la Pequeña Serpiente Feliz.

No pasó nada.

¡Maldición! ¡La próxima vez que vea a Colbert, voy a golpearle hasta el cansancio! ¡No me importa si es profesor o no, ya me preocupare despues de eso!¡Claro que solo sera si sobrevivo y regreso, pero te golpeare! Penso Saito, cerrando su puño con rabia.

En ese momento...

Salieron Volando diversos objetos de las alas del Zero Fighter.

Eran los objetos circulares que vio flotando en una caja de metal cuando se fueron.

El sonido de los objetos iluminandose, se entremezclo con la explicación de Louise que seguia leyendo el manual:

- "¡Realmente creo que mi talento es demasiado aterrador! ¡Cohetes de metal alimentados por combustible y equipados con artefactos cargados de polvos mágicos encantados con "Detectar magia"! ¡Puedes llamarlos... Pequeñas Serpientes Voladoras! ¡Reaccionan a la magia del enemigo, si tienes aliados en la zona, asegurate de que esten reunidos a tu alrededor! ¡Para evitar dañar a tus aliados, no reaccionan a nada dentro de un radio de veinte metros!"

Emitian un claro sonido de vibración, los cerca de una decena de cohetes lanzados hacia atrás, se dirigieron hacia la búsqueda de los Caballeros dragón.

Varios de los grandes, los cohetes potenciados colisionaron con los Caballeros dragón de Albion, y explotaron con grandes estallidos.

Cuando la nube de humo se disipó, sólo continuaban la mitad de los perseguidores.

El resto de los Caballeros dragón, como sus dragones de viento habian perdido su voluntad de lucha, detuvieron la caza.

- "¡Sí!"

Vitorearon Saito y Louise abrazandose el uno al otro.

Cuando el grupo de Caballeros dragón se separaron de ellos la vista que tenian delante era de nuevo ominosa.

Saito miro al frente...

La sonrisa en su rostro se perdió en un instante.

Al ver esto, la sonrisa de Louise también desaparecio.

- "¿Qué pasa?"

Louise fue girando poco a poco hacia donde Saito miraba.

Apareciendo delante de ellos habia una multitud de jinetes de dragón, mas de cien.

Los Caballeros dragón de Albion eran inigualables.

No se trataba solamente de sus habilidades naturales, incluso su número no tenia rival.

Los Caballeros dragón que tenian alrededor aceleraron su velocidad.

No obstante, sólo podian cargar hacia adelante.

Parecía que lo habían aceptado.

Pero... habia un sinnúmero de enemigos ante sus ojos.

Innumerables flechas magicas comenzaron a volar desde los Caballeros dragón enemigos, todas dirigidas al Caza Zero de Saito.

Para resistir un ataque de esa cantidad de proyectiles... no podria eludirlo, pero aun asi lo intentó.

¡Estan a punto de impactar!

De repente, Saito fue testigo de algo que le conmocionó profundamente...

Un Caballero dragón se interpuso inesperadamente delante del Caza Zero, y el usando su dragón de viento, bloqueo las flechas mágicas.

Después de golpearles las flechas mágicas, el dragón y su jinete cayeron del cielo.

- "¿Qué... Qué está pasando?"

El primero en darse cuenta de lo que estaba pasando frente a ellos fue Delfinger.

- "Parece que se estan utilizando a si mismos como escudos."

- "¿Escudos?"

- "Sí. Mientras vosotros consigais llegar a Dartanes, la misión será un éxito. Probablemente recibieron la orden de sacrificarse si era necesario."

La innumerable horda de Caballeros dragón continuaba aproximandose.

Una enorme bola de fuego llegó después. Una vez más, aparecio un Caballero dragón y les protegio del ataque, antes de caer hacia abajo.

- "¡Hey! ¡Eh! ¡Dejad de hacer eso!" Exclamó Saito.

Delfinger se dirigio a Louise:

- "Hey, señorita, cuando de la señal, simplemente tira de la palanca que hay debajo del asiento. Es la última arma que instalo ese tipo."

El legendario Delfinger parecia tener un conocimiento inigualable en el ámbito de la armas. Louise asintió mientras temblaba.

- "Mi compañero está en un estado mental un poco desordenado en este momento, por lo que parece que tendrás que hacerlo tu. ¿Entiendes?"

En ese instante, el escuadron de Saito y la horda de Caballeros dragón se rozaban finalmente entre sí.

Los Caballeros dragón enemigos al igual que antes, se elevaron de inmediato, y les empezaron a perseguir desde atrás. Los otros ocho Caballeros dragón comenzaron a separarse del Zero Fighter de Saito.

- "¡Hey! ¡Eh! ¡¿Qué tipo de plan están pensando?!"

Uno de los jinetes a la cabeza del grupo sonrió a Saito y saludó con las manos. De la misma manera que dirias adiós una vez terminan las clases en la escuela, realmente era demasiado simple esa manera de decir adiós.

Él era siempre el más amigable con Saito, el capitán del Segundo Escuadrón de Caballeros Dragón. Un poco gordito, un chico de pelo rubio que una vez había ganado la apuesta de si el "Caza Zero era un dragón o no". Al igual que Saito, tenia diecisiete años de edad, le esperaban con una calurosa acogida en su aldea... sus padres esperaban su regreso... él le había dicho que convertirse en un Caballero dragón era su sueño.

Saito recordo de repente, que él ni siquiera le había preguntado su nombre.

Los ocho Caballeros dragón dieron la vuelta juntos.

Siguiendo la iniciativa del chico de diecisiete años, de pelo rubio, los caballeros que había tenido como amigos solo desde ayer se lanzaron de cabeza juntos a perseguir al grupo de Caballeros dragón.

Para permitir que Saito y Louise escaparan...

Todo por ese objetivo y nada más.

- "¡Gira de nuevo! ¡ Vuelvan atrás ya!" Gritó Saito frenéticamente desde sus pulmones.

- "¡Ahora!" Dijo Delfinger de instrucción en voz alta.

Al escuchar la orden, Louise tiro de la palanca que estaba bajo el asiento.

Swoosh. El sonido de diversos objetos al separse podía ser escuchado detrás.

De debajo de la cola, surgió un objeto oculto.

Se trataba de un barril de metal más grande que los cohetes.

El cohete, inventado por el mago de tipo fuego Colbert, salio y se puso en marcha.

¡Phooooom! Todo lo habia era un humo de color azul claro, antes de que el Zero Fighter aumentase rápidamente la velocidad, como si hubiese sido golpeado por algo.

Al mismo tiempo, los Caballeros dragón fueron absorbidos entre la gigantesca masa del escuadrón enemigo... y ya no pudieron ser vistos.

Louise entro en pánico una vez que ella se dio cuenta de que Saito tenia previsto dar la vuelta y miro con la cabeza hacia atrás. Delfinger adivinando también el plan de Saito, advirtió en voz alta:

- "¡Compañero! ¡No tires de la palanca! ¡Si giramos a esta velocidad, esto va a hacerse trizas!"

La brusca advertencia hizo que Saito comenzara a tensarse en el asiento, gritando.

- "¡Nos conocimos ayer! ¡Esos chicos muertos en realidad son como nosotros! ¡A pesar de que sólo nos acabamos de conocer ayer! ¿Es que estamos perdiendo la cabeza?"

- "¡También lo se! ¡Pero...! ¡Pero...! ¡Nuestra misión es utilizar el hechizo del Vacio en Dartanes! ¡Fueron enviados para protegernos y asegurar que el objetivo sea alcanzado! ¡Si vamos a dar marcha atrás ahora, y como resultado dejar el plan...! ¿No hariamos que su sacrificio no tenga sentido?"

Saito se froto los ojos y mirando hacia adelante, murmuró.

- "¡Yo... yo ni siquiera sabía sus nombres!"

Ser salvado por alguien del que ni siquiera conocía el nombre, o ser asesinado por alguien del que no se el nombre, ¿Esto es la guerra?

- "¡No bromen! ¿Cómo puedo aceptar una cosa así! ¡Maldición! ¡Maldición! ¡Maldición! ¡Maldición!"

Exclamó Saito. Grito y grito como si nada tuviese sentido; lo sabía, pero no pudo parar de gritar.

El Caza Zero, volando a unos 450 kilómetros por hora segun el velocimetro, volaron hacia delante.

A pesar de estar sacudiendose violentamente el avion, Saito temblaba pero por otra razón.

Después de librarse del enemigo, ¿cuánto tiempo y como de lejos habian volado desde alli?, no lo sabia.

Después de lo que pareció una eternidad, apareció un puerto en el horizonte ante sus ojos. En una extension abierta en medio de una montaña, en la que estaban situadas numerosas torres de acero utilizadas para fijar los buques que flotaban en el cielo... Se asemejaba en bastantes similitudes a la bahía de algun embarcadero si mirabas.

- "Ese es el puerto de Dartanes..."

- "Elevemonos."

Dijo Louise suavemente en la oreja de Saito.

Saito dirigio el Caza Zero hacia el cielo.

Al utilizar la aceleración para impulsarse, el Caza Zero perdio lentamente velocidad.

Una vez alcanzada una altura conveniente, Louise se puso de pie, y abrió la cabina.

Ráfagas de viento.

Louise se apoyo en el hombro de Saito y comenzó a cantar el hechizo. El Libro de la Oración del Fundador que sostenia entre sus manos comenzó a brillar. Era fundamental para la magia.

"Ilusión" Uno tiene que imaginar con plena concentración en su mentes la imagen que desea evocar.

- "Ilusión" Uno tiene que imaginar con plena concentración en su mentes la imagen que desea evocar.

De esta manera, el lanzador podía incluso duplicar el cielo mismo. El canto que Louise estaba utilizando era un hechizo del Vacio que podía evocar ilusiones. El Caza Zero daba circulos lentamente sobre el cielo de Dartanes.

La aparentemente ilimitada capa de nubes se paralizo en el cielo, formando en su lugar una ilusión.

Habia una enorme flota de buques... una flota supuestamente formada por cientos de miles en la distancia, un espejo que formaba la imagen de la flota invasora de Tristain.

Que apareciese una gran flota de repente en el cielo de Dartanes tuvo un gran impacto; la vista conmocionó a todos los que la vieron.

- "¡¿Qué?! ¡¿Dartanes?!", Exclamó el General Hawking, al recibir un informe urgente de Dartanes. Estaba encabezando a treinta mil hombres de la fuerza del ejercito de Albion en dirección a Rosais. Según sus previsiones, el punto de aterrizaje del ejército de Tristain seria allí. Y, sin embargo, el lugar donde el enemigo habia aparecido de repente, era al norte de la capital Londonium, en Dartanes.

- "¡Que todo el ejército de media vuelta!"

Tomaria algún tiempo antes de que la orden fuera propagada a todo el ejército. Ojalá podamos comenzar la marcha rápidamente... Pensó Hawking mientras volvió a mirar hacia el cielo.

El cielo era una cubierta de color azul puro, completamente desprovisto de cualquier nube, lejos de la caótica guerra que asolaria pronto aquellas tierras.

Tenía la sensación de que esa guerra se convertiría en algo confuso...

(Agradecimientos al usuario con el nick dark_xex de http://www.mcanime.net por sus increibles aportes y que siempre sabe indicar correctamente a quien se debe el trabajo realizado... otra cosa... a ver si aciertas quien hizo esta traducción XD)





Capítulo Ocho: La Expiación de la Llama[edit]


Temprano para la mañana, a las cuatro. El sol no salido todavía, el cielo estaba oscuro.

Por encima de la Academia de Magia en el cielo apareció una pequeña fragata de guerra.

Menvil se encontraba en la cubierta, mirando el cielo alrededor. Wardes, con pasos inaudibles, se acercó a Menvil por detrás.

El viento del lugar indicaba que estaban en el mismo cielo.

Wardes puso a prueba a Menvil.

¿Podría lograr este hombre que un plan tan complicado tuviese éxito? Tenía sus dudas.

Sin embargo, las dudas de Wardes parecian ser infundadas.

Sin siquiera notar ningún cambio en sus ojos, Menvil llamó a Wardes desde lejos.

- "¿Qué intenta ahora, vizconde?"

Wardes se sorprendió.

Menvil ni siquiera se giro.

Incluso si uno se daba la vuelta... estaba demasiado oscuro. No podrias distinguir una silueta acercandose.

Pero... ¿qué tipo de habilidades tendria para notar la presencia de Wardes a una distancia tan grande?

- "Esta todo bien, ya casi estamos allí."

Murmuró Menvil sin volverse. Wardes, sintiendo admiración, se acercó con cuidado a Menvil.

- "Tenemos suerte. Oh cielos, como atacantes, no debemos permitir que sepan por donde les atacaremos."

Se las habian arreglado para evitar los familiares de los magos que patrullaban el cielo... fue una casualidad conseguir llegar hasta allí sin ser vistos.

- "Para expresar nuestra gratitud, cuando volvamos a Albion, por favor, déjeme compensarte, vizconde."

- "No pienses demasiado en eso, piensa primero en cómo sobrevivir." Dijo Wardes. Menvil de repente sacó un bastón y apuntó a la piel del cuello de Wardes.

- "Cuida las palabras que salen de tu boca. ¿O quieres que te convierta en cenizas aquí y ahora?"

Wardes miró inexpresivamente a Menvil.

- "Estoy bromeando, vizconde. No me mire así."

Riendo, Menvil saltó desde la cubierta al aire.

Uno tras otro, los demás miembros, envueltos en telas negras, siguieron a Menvil.

Una gran cantidad de personas desaparecieron de la cubierta con una rapidez sorprendente.

Fouquet, llegó hasta allí, murmurando con voz desagradable.

- "Un tipo horripilante. Y terrorifico."

- "Pero tiene las habilidades necesarias. No podemos esperar más."

- "¿Es más hábil que tú?"

Fouquet se echó a reír, al preguntarle a Wardes maliciosamente.

- "Tal vez."

El Cuerpo de mosqueteros asigno dos miembros a la torre de artillería para custodiar el cañón.

Ese era el mayor número de soldados que el ejército podía permitirse usar como centinelas.

Algo se movió bajo la luz de la luna.

El miembro más experimentado de los dos estaba agachado en silencio, densenvolvio la pólvora y las balas de pequeñas bolsas de papel.

La otra mosquetero, siguiendo los movimientos de su compañera, también cargo la escopeta con pólvora.

Y cuando miró detenidamente... vio algo moviéndose en la oscuridad.

Pero antes de que pudieran abrir la boca, las gargantas de ambas fueron cortadas por magia de viento.

Los dos cuerpos fueron recogidos antes de golpear en el suelo. Sin hacer ruido, Menvil coloco a las mosqueteros en el suelo.

- "Mujeres. Aún son jovenes. Lamentable." Informo uno de los asesinos a Menvil con una sonrisa.

- "No hay lugar para cortesías, sea cual sea su edad, hombres y mujeres serán tratados igual."

Dijo Menvil, sonriendo avidamente.

- "Igual que la muerte."

- "Sólo no debemos matar a los niños nobles. Seran rehenes."

- "Aparte de ellos, ¿podemos matar a todos los demás?"

Murmuró Menvil, mientras jugueteaba con su bastón, alegremente.

Un miembro sacó un mapa.

Era un mapa de la escuela elaborado por Fouquet. Estaba cubierto con una tela especial que no filtraba la luz, pero iluminaba un poco el mapa.

Fijandose en los cadáveres de los guardias, uno de los miembros murmuró.

- "Los Guardias contaban unicamente con armas de fuego."

- "¿Cuantos magos tendran? Sin contar a los mosqueteros."

El miembro que estaba estudiando el mapa informó a Menvil.

- "Comandante, hay tres objetivos. Esta torre, la torre de los dormitorios y la torre de las clases."

Menvil dicto las órdenes rápidamente.

- "Voy a tomar la torre de los dormitorios. Jean, Ludwig, Germain, Attas... ustedes cuatro, junto con Giovanni iran a esta torre. Celestin y el resto a la última."

Los magos asintieron.


Tabitha se despertó.

Habia ruidos extraños proviniendo del patio.

Después de pensarlo un momento, finalmente decidió que la raíz de estos ruidos era Kirche. Salió de su habitación y se dirigió a la habitación de Kirche en la planta baja. Después de llamar a la puerta, Kirche, vestida sólo con un fino camisón sobre la piel desnuda y frotandose los ojos, apareció.

- "Oye... es demasiado pronto... el sol no ha salido todavía."

- "Sonidos extraños" Fue todo lo que dijo.

Kirche cerró los ojos.

- "Uwaaa." Kirche noto a su salamandra, Flame, golpeando la ventana.

- "¿Tu también?"

En el momento que Kirche volvio a abrir sus ojos, se había ido su somnolencia.

Kirche rápidamente se comenzó a vestir.

En el momento en que cogio su varita, el sonido de una puerta al romper se hizo eco.

Kirche y Tabitha se miraron.

- "Retirada" Murmuró Tabitha.

- "De acuerdo."

Sin saber el número de enemigos o su ubicación, tienes que hacer una retirada para recuperarte. Es básico en la guerra.

Kirche y Tabitha saltaron por la ventana y se escondieron entre los arbustos y desde allí observaban lo que estaba pasando alrededor.

Cada vez más brillante... el sol comenzó a elevarse.

En ese momento Agnes se despertó en su habitación y tomó la espada colgada en la cabecera de su cama.

Saco la espada de su vaina, y esperó junto a la puerta.

Estaba en el segundo piso de la torre de artillería. La habitación siempre se habia utilizado como almacén de armas y sólo recientemente la transformaron en dormitorio.

En total, doce miembros vivian allí.

Todos residían en la habitación de al lado.

Agnes noto el espejo colocado en el centro de la habitación. Era el "Espejo del mentiroso". Convertia lo feo en hermoso, lo bello en feo... en el espejo todo estaba patas arriba. Agnes intento no mirar el espejo mientras colocaba la trampa.

Cuatro personas lideradas por el mago mercenario Celestin subieron la escalera en espiral hacia el segundo piso de la torre de artillería. Tomaron posiciones en dos puertas.

Se colocaron dos hombres por cada puerta, mientras otro esperaba en el pasillo.

Abrieron las puertas de una patada.

En el centro de la habitación un imponente mago sostenia su varita.

Alarmados, los magos comenzaron a realizar sus conjuros.

- "Bam..."

Sin embargo, fueron golpeados por magia. Con el corazón atravesado por una lanza de hielo, Celestin cayó en el suelo.

Agnes, que estaba escondida detrás de la puerta , se dio cuenta del éxito de su plan.

Celestin confundió su propio reflejo en el Espejo del Mentiroso, colocado alli por Agnes, con un enemigo y lanzó un hechizo que se reflejo en el espejo y le atravesó el corazón.

Agnes sintio gratitud a Celestin por ser tan tonto como para dispararse a sí mismo con su propio hechizo reflejadolo en el espejo.

Otro asesino, entro a toda prisa en la habitación.

Pero la espada de Agnes le hizo un profundo corte en la garganta, y cayó.

Luego, sus mosqueteros salieron de la habitación.

- "¡Comandante Agnes! ¿Está bien?"

Ella asintió respondiendo su pregunta.

- "Estoy bien."

- "Dos personas se colaron en nuestra habitación. Ya hemos terminado con ellos..."

Dos personas en mi habitación. Dos personas en la siguiente. Cuatro en total...

Al parecer, esos ladrones se deslizaron en la torre de artillería para matarlas...

- "Perros de Albión."

Murmuró Agnes, rápidamente comprendio de dónde venían. El equipo estaba formado únicamente por magos. Era imposible confundirlos con simples ladrones. Eran mercenarios al servicio de Albion...

Agnes se preocupó por la situación del resto.

En ese momento, sólo quedaban chicas estudiando en la academia.

- "En dos minutos quiero que esteis completamente armadas y siguiendome" Ordenó Agnes a sus subordinadas.

Menvil se hizo cargo de los dormitorios femeninos sin ningún problema.

Las jovenes nobles estaban tan asustadas por su invasión que no mostraron ninguna resistencia. Tomo a todas las alumnas, sus varitas y las ato, aún vestidas con sus camisones de dormir, las llevo hasta el comedor donde las confino. Habia cerca de noventa personas.

Durante eso, sus compañeros de la otra torre se unieron a él.

Ver al director de la academia el Viejo Osman entre los secuestrados puso una sonrisa en la cara de Menvil.

Menvil tenia ahora a todos los cautivos reunidos en el comedor y con las manos atadas a la espalda.

Gracias a la magia del hechizo que alguien recito, las cuerdas se ataron en torno a sus muñecas por sí mismas.

Todos los profesores y estudiantes eran mujeres y estaban temblando.

Menvil murmuró dulcemente a todos.

- "Cálmense, si nadie intenta hacerse el heroe o no hacen ruido, y si ustedes hacen lo que se les dice nadie saldra herido."

Alguien empezó a llorar.

- "¡Silencio!"

Sin embargo, la alumna no dejo de llorar. Menvil se acercó y la señaló con su bastón.

- "¿Te gustaria convertirte en cenizas?"

Las palabras no eran una amenaza directa, pero podian ser entendidas como tal. La alumna dejó de llorar.

Osman abrió la boca.

- "Hey tu."

- "¿Qué?"

- "No use la violencia contra mujeres. Albion nos quiere de rehenes, ¿no? Para utilizarnos como moneda de cambio en negociaciones, ¿cierto?"

- "¿Cómo lo sabes?"

- "La experiencia me dice que vendrian a hacer desde tan lejos... Es facil ver el motivo por el cual estan aqui. Con seguridad no vinieron por riquezas. Por tanto, sea más paciente."

- "¿Y que valor puedes tener tu Viejo?"

Los mercenarios se rieron en voz alta.

- "¿Como de importante es un viejo para el país? Considerelo."

Cuando Osman agacho la cabeza, los intrusos comenzaron a comprobar los alrededores del comedor Alvíss.

Se podia leer claramente, "No quiero estar aquí", en las caras de los magos.

Fuuun, Osman comenzo a pensar. Puede que todavía tengan una oportunidad.

- "Viejo, ¿estas son todas las personas que habia en la academia?"

Osman asintió.

- "Si. Son todos los que hay."

A continuación, los mercenarios observaron que sus compañeros no habían regresado de la torre de artillería. ¿Están tomandose su tiempo? No, sacudió la cabeza. Cuanto más tiempo tarde, más posibilidades tiene el enemigo de conseguir refuerzos. Ya deben ser conscientes de esto. Penso Menvil.

Desde fuera de la sala se oyó una voz.

- "¡Los que estan encerrados en el comedor! ¡Escuchen! ¡Somos mosqueteros de Su Majestad!"

Menvil y los otros se miraron entre sí. Aparentemente Celestin fallo. Sin embargo, ninguno de los mercenarios cambio su postura. Uno de los mercenarios hecho una mirada glacial a Osman.

- "Hey hey. ¿No dijiste que eran todos?"

- "Los Mosqueteros no forman parte del personal" Dijo Osman calmadamente.

Con una sonrisa en sus labios, Menvil se acerco a las puertas para negociar con los mosqueteros que estaban fuera del comedor.

Agnes estaba escondida detrás de la escalera de la torre de astrologia. Ella llevó un grupo del personal plebeyo fuera del patio para que no involucrasen demasiado en el incidente.

El sol del amanecer no había salido todavía.

En la puerta de la sala apareció un mago de aspecto fuerte. La luz de la luna como una laguna entre las nubes iluminaba su figura.

Agnes apoyo su dedo sobre el gatillo, mientras que con el objetivo de su pistola apuntaba al mago.

- "¡Escucha! ¡Ladrón! ¡somos mosqueteros de Su Majestad! ¡Un batallón de nuestras tropas os tenemos a ti y a tus malditos cómplices rodeados! ¡Liberad a los rehenes!"

El "batallón de tropas" de Agnes era un engaño. En realidad, sólo había unas diez personas.

Desde el comedor llegaron unas fuertes risotadas.

- "¡No hemos podido pasar por alto un batallón de mosqueteros!"

- "Estos mosqueteros han matado a cuatro de vuestros compañeros ya. Si os entregais pacíficamente respetaremos vuestras vidas."

- "¿Renunciar? ¿No acabamos de iniciar las negociaciones ahora? Bueno, llamen a Henrietta aquí."

- "¿Su Majestad?"

- "En efecto. Y por el momento, queremos la promesa de que retiraran sus soldados de Albion. Mi cliente parece odiar que sus soldados ensucien la superficie del país con sus zapatos."

Por lo general, el ejército no iba a dar marcha atrás por un rehén. Sin embargo... al ser noventa hijas de nobles las que habian sido tomadas como rehenes, sería una cuestión diferente. La retirada de las tropas de invasión era una posibilidad real.

Es mi responsabilidad. Agnes mordio un poco su labio inferior.

Ella trató de concentrarse... Un error es un error. Las personas de La Corte... Ellas son mi responsabilidad.

Un mosquetero susurró a Agnes en el oído.

- "...Se podría enviar un correo a Tristain y pedir refuerzos."

- "Es inútil. No importa cuántos soldados tenemos, siempre y cuando ellos tengan a los rehenes."

Viendo como se consultaban, Menvil gritó.

- "Hey, recuerda. Siempre que llames un nuevo soldado, morira un rehén. A las únicas personas que puede invitar aqui son el cardenal o Henrietta. Comportate bien. ¿De acuerdo?"

Agnes no dijo nada.

A continuación, Menvil gritó de nuevo.

- "Decidimos que en cinco minutos. Segun se llamase a Henrietta o no. Si no hay respuesta al cabo de cinco minutos, un rehén morira cada minuto que pase."

Otro mosquetero llamo la atención de Agnes.

- "Comandante Agnes..."

Agnes apretaba dolorosamente sus labios.

En ese momento...

Una voz sonó desde atrás.

- "Comandante."

En cuanto miro alrededor vio a Colbert de pie y mirando con sorpresa hacia el Salón Comedor Alvíss.

- "No se involucre" Dijo Agnes, tratando de interponerse en el camino de Colbert.

- "Usted seria capturado."

- "Mi laboratorio está en la torre. ¿Qué sucedio?"

Agnes se molesto con la despreocupada actitud de Colbert.

- "¿No lo ve? Sus estudiantes han sido capturadas por secuaces de Albion."

Colbert miró sobre su hombro y, una vez se dio cuenta del mago que estaba de pie delante del comedor, su rostro empalidecio.

- "Basta ya. Alejese."

Molesta, alejo a Colbert.

- "¡Chisst, Señorita mosquetero."

Estaban llamadola de nuevo detrás. Esta vez eran Kirche y Tabitha, que estaban situadas en el sombras sonriendo.

- "¿No son estudiantes? Gracias a Dios que están bien."

- "Oye, tenemos un buen plan..."

- "¿Plan?"

- "Si. Ahora no puede rechazar ninguna ayuda."

- "¿Y cuál es ese plan?"

Kirche y Tabitha explicaron su plan a Agnes.

Agnes, después de escucharlo, se rió.

- "Suena divertido."

- "¿Qué te parece? Es el único plan que tenemos."

Colbert, al escuchar el plan se opuso a ella.

- "Es demasiado peligroso. Los enemigos son mercenarios. No puedes pensar en serio que esos trucos baratos funcionaran."

- "Nadie se preocupa por su opinión, maestro."

Dijo Kirche, que no trataba de ocultar su desprecio.

Agnes dejó de prestar atención a Colbert completamente.

- "Ellos no saben de nosotros. La clave aquí es la sorpresa."

Susurró mientras señalaba con el dedo a Kirche, Tabitha y a si misma.

Menvil estaba sentado en una silla mirando un reloj de bolsillo que estaba sobre la mesa.

Tick tick... la aguja del reloj se movía.

- "Pasaron los cinco minutos."

Al oír esto, las estudiantes se estremecieron. Si no habia noticias sobre que Agnes hubiese llamado a Henrietta después de los cinco minutos, Menvil dijo que mataria a alguien.

- "No guarden rencor contra mí" Dijo Menvil, sacando su bastón.

- "Cogeme a mí."

Murmuró Osman, pero Menvil sacudió la cabeza.

- "Son necesarias como clave en la negociación. Hey, ¿quién será? Tu eliges."

Era una pregunta indescriptiblemente cruel. Nadie respondió por el shock.

- "Entendido. Entonces escogere yo. No me guarden rencor."

Sin embargo, en el momento en que Menvil dijo eso...

Un pequeño globo de papel voló por el comedor.

Y una vez que todos los ojos se centraron en el...

El globo de papel estalló con una explosión muy fuerte.

Con esto, cegando la visión un amarillento polvo de fosforo salió volando del globo.

Fue dirigido expandiendose por el comedor con el viento de Tabitha y se iluminó con la magia de Kirche de fuego.

Las alumnas gritaron.

Los magos que miraron directamente estaban ahora tapando sus caras.

Kirche, Tabitha, y los mosqueteros con las armas a punto irrumpieron en la habitación.

La estrategia parecía ser un éxito.

Pero...

Una gran cantidad de proyectiles de fuego volaron dirgiendose hacia Kirche.

Kirche, que habia bajado la guardia creyendo que tuvieron exito, disparo sus propias bombas de fuego.

Entre una llamarada tan violenta, la pólvora de la pistola de un mosquetero cercano explotó.

Varios de sus dedos fueron cercenados, y el mosquetero rodo por el suelo sosteniendo su mano.

Kirche intentó levantarse pero no se dio cuenta del hechizo que iba destinado a ella.

Una bomba de fuego explotó delante de su vientre, y ella recibió toda la fuerza de la onda de choque desde una distancia demasiado cercana, grito.

Envolver en llamas, era un ataque eficaz. Aunque se necesitaba tiempo para que la llama quemase... pero una explosión provocaba un impacto instantáneo. Al contrario que incendiar lentamente.

Vio a Tabitha tambaleante tratando de ponerse de pie.

Pero entonces otra onda de choque le golpeó en la cabeza... y ella cayó al suelo de nuevo.

Menvil apareció entre un humo blanco.

Menvil apareció entre un humo blanco.

¡Un hechizo! Pero no tenia ninguna varita mágica.

Entonces se dio cuenta de que había una tirada en el suelo.

Intento acercarse, tratando de cogerla pero alguien puso un pie encima.

Menvil destacaba sobre Kirche, mirandole hacia abajo ella.

-"Penoso... bombas de luz sólo para cegar la vista..."

Dijo Menvil mientras sonreía.

En ese momento Kirche lo noto.

Los ojos de Menvil no se movían en absoluto.

- "Sus ojos..."

Menvil extendio sus dedos hacia uno de sus ojos.

Y lo sacó. Un ojo artificial.

- "No sólo mis párpados se quemaron, mis ojos también. No puedo ver la luz."

- "Cómo... cómo..."

Menvil se movía como si fuese capaz de ver.

- "Una serpiente encuentra a su presa por la temperatura."

Menvil rió.

- "Soy un usuario de magia de fuego, por lo tanto soy muy sensible a la temperatura. La distancia, la posición... se pueden saber todos estos detalles por conocer cuán alta o baja es la temperatura. Puedes incluso reconocer a personas diferentes si sabes su temperatura."

El pelo de Kirche se erizo por el miedo.

¿Quién es este hombre...?

- "¿Tienes miedo? ¿Asustada?"

Menvil rió.

- "Cuando los sentimientos de alguien se vuelven un caos, también cambia su temperatura. Los cambios de temperatura pueden decir muchas cosas sobre lo que piesas."

Las fosas nasales de Menvil se dilataron al inhalar.

- "Yo quiero oler."

- "¿Eh?"

- "Tu aroma a quemado, lo quiero oler."

Kirche temblaba.

Por primera vez en su vida sentia autentico miedo.

Temia que la reina de fuego susurrase "no..." como una niña pequeña. Sin embargo, Menvil forzo una sonrisa ansiosa y dijo.

- "¿Cómo te gustaría ser quemada? Hay muchas maneras diferentes de incendiar a alguien. Sera a ti a la que queme."

Sin estar preparada por lo que pudiese venir, Kirche cerró los ojos.

Menvil saco su vara, pero en el momento en que las llamas se comenzaron a reunir alrededor de Kirche...

El fuego fue repelido por otra llama.

Cuando Kirche abrio levemente los ojos, vio...

A Colbert de pie junto a ella, con una varita en la mano.

- "¿... Maestro?"

Con rostro frío como el hielo, Colbert murmuró.

- "¡Aléjate de mis alumnos."

Como si hubiera dado cuenta de algo, Menvil miró.

- "¡Oh, tu...! ¡Tú! ¡Tú!"

Con una alegre expresión en su rostro, Menvil exclamo.

- "¿Mi sentido de la temperatura me engaña?! ¡Tú! ¡Eres Colbert! ¡Yo perdi contra ti! ¡Es la voz de Colbert!"

La expresión de Colbert no habia cambiado. Él miraba obstinadamente a Menvil.

- "¡Soy yo! ¿Lo has olvidado? ¡El Comandante Menvil! ¡Aaah! ¡Hace tanto tiempo!"

Menvil extendio sus brazos y gritó feliz.

Colbert frunció sus cejas.

Ese rostro tenía algo oscuro en el.

- "Tú..."

- "¿Cuántos años han transcurrido desde nuestra última reunión? ¡Haaa! ¡Capitán! ¡Veinte años! ¡Eso es demasiado!"

¿Capitán?

¿Qué significaba eso? Las estudiantes comenzaron a susurrar.

- "¿Qué? ¡Capitán! ¿Usted es ahora profesor? ¿No es gracioso? ¡Tu... eres profesor! ¿Qué enseñas precisamente? El hombre al que llamaban "La Serpiente de Fuego"... ¡Ja, ja, ja! ¡Hahahahahahahahahahahaha!"

Menvil gritó riendose.

- "Voy a explicaros. Este hombre es un usuario de la magia de fuego anteriormente llamado "La Serpiente de Fuego! Era el Comandante de las tropas especiales... Fuesen mujeres o niños... no le importaba, el quemaba completamente a todos ellos."

Kirche miraba a Colbert.

- "¡Y él fue el hombre que destrozo... mis ojos!"

Colbert tenia algo que emanaba miedo.

El aura en torno a él se sentia muy diferente de lo normal.

Quemando a su propia gente, aun siendo Kirche del linaje Zerbst, nunca participo en atrocidades asi.

Después de todo, los nobles tenian duelos.

Sin embargo, el aura que Colbert emanaba hoy era diferente.

Si le tocases... te quemarias.

Te quemarias y moririas.

El olor de la carne quemada, el olor de la muerte.

Impulsandose desde la punta de la varita mágica de Colbert, una enorme serpiente de fuego, aunque parecía demasiado grande para la delicada varita, surgió. La serpiente mordio la varita de un mago, que había silenciosamente empezado a cantar un hechizo.

La varita mágica se convirtió en cenizas en un instante.

Colbert sonrió.

Una sonrisa fría carente de sentimientos, como un reptil.

Colbert preguntó a Kirche que le miraba en estado de shock.

- "Señorita Zerbst. ¿Te acuerdas de las características del elemento fuego?"

Desde el borde de su labio mordido, se escurría un chorro de sangre.

Sangre roja, como el fuego, como el manto de Colbert.

- "... Las características del fuego son pasión y destrucción."

- "El propósito de la pasión en el Fuego es unicamente destrucción. Eso es lo que piensas. Hace veinte años yo pensaba lo mismo."

Murmuró Colbert con una voz inusual.

- "Sin embargo, es como dices."

La luna se escondió detrás de una nube de nuevo.

Su figura se volvió negra como si hubiese sido pintada con un pincel oscuro.

Una lucha en la oscuridad era difícil para un hombre común. Porque no puedes ver a tu oponente.

Sin embargo, para un usuario de magia de fuego que esta ciego no hay luz desde un principio, con lo que la oscuridad no es una desventaja en absoluto.

Eso pensaba Menvil mientras agarraba su bastón y preparaba un hechizo.

Hace 20 años mi fuego fue derrotado.

Fue debido a mi inmadurez.

Sin embargo, ahora es diferente.

Con el tiempo me he hecho mucho más fuerte.

Perdi la luz, pero a cambio mi fuego gano fuerza.

Los sentidos internos de mi cuerpo se agudizaron y los nervios son el doble de fuertes.

Ahora puedo detectar incluso los cambios más sutiles en el aire.

La temperatura de una persona, colorea una sombra en el flujo del aire y el efecto se proyectaba en la mente de Menvil.

- "Llevate a tu amiga y escapa de aquí."

Kirche asintió con la cabeza, y apoyandose en Tabitha, trataron de huir. Sin embargo, un mago escondído en el comedor, disparó una flecha de hielo hacia sus espaldas.

Una fina llama salio de la vara de Colbert entrelazandose con la flecha.

La flecha de hielo se derritio y cayó.

Colbert, una vez desató la llama, la llama de Menvil voló.

Bola de fuego.

Una bola de fuego que seguia los movimientos de Colbert...

Sin embargo, se quemo al instante por la llama que Colbert saco de la varita mágica.

- "Fufu, no."

Una bola de fuego que seguia los movimientos de Colbert... Sin embargo, se quemo al instante por la llama que Colbert saco de la varita mágica.

Menvil lanzó una llama tras otra, dirigiendolas hacia Colbert.

De repente acorralo la defensa de Colbert.

En la oscuridad escapaba de un lado a otro tratando de escapar de ellas.

Incluso si queria atacar, en la abrumadora oscuridad en la que estaba Menvil no era algo fácil de hacer.

- "¿Le pasa algo malo? ¿No esta bien capitán? ¡No se limite a correr alrededor!"

Menvil disparó una bola de fuego tras otra. El borde del manto de Colbert estaba chamuscado.

- "¡Muy mal! ¡Sólo consegui chamuscar tu manto! ¡Lo siguiente sera tu cuerpo! ¡Quiero oler tu cuerpo quemado! ¡Este soy yo! ¡Uwaha! ¡Uha! ¡Hahahahahahahaha!"

Usando una sonrisa teñida de locura, Menvil lanzó sus llamas.

- "Kuu..."

Colbert disparó su propia llama magica hacia la fuente de las llamas de Menvil.

Sin embargo, no hubo respuesta.

Menvil se movio a la vez cuando el hechizo fue lanzado y desapareció en la oscuridad, no dio a Colbert la posibilidad de un contraataque.

Uno no puede atacar a un oponente que no puede ver. Colbert, frunció el ceño.

- "¡Aquí! ¡Capitán!"

Sin embargo, su posición era demasiado clara para Menvil ya que podía "ver" en la oscuridad.

Colbert se escondio en los arbustos, y luego trató de ocultarse en la sombra de la torre. Sin embargo, no era posible escapar de Menvil, podía rastrear la temperatura con gran exactitud.

Colbert, corriendo y tratando de escapar al mismo tiempo, pronto se encontró en el centro de la plaza. No tenia lugar donde ocultarse.

- "El mejor escenario que podia preparar, Capitán. No puedes huir. No puedes ocultarte en ningun sitio. Rindete."

Colbert respiro profundamente.

Y le habló a Menvil dirigiendose hacia la oscuridad.

- "Jóven Menvil, tengo que pedirte un favor."

- "¿Qué? ¿Quieres quemarte sin sufrir? Por los buenos viejos tiempos, te quemare en un instante."

Con una voz perfectamente tranquila, Colbert comento.

- "Quiero que te rindas. Decidi no matar a nadie con magia."

- "Hey hey, ¿Perdiste el juicio? ¿No puedes entender la situación en la que te encuentras? No puedes verme. Pero yo si puedo ver perfectamente. ¿Dónde ves la oportunidad de ganar?"

- "Aún así, te lo suplico. De verdad."

Colbert, cayó de rodillas y se inclinó. La voz de Menvil estaba llena de disgusto.

- "Yo... yo he estado persiguiendo a un cobarde durante veinte años... no sirves para nada... no puedo permitir esto... No puedo permitir que me hagas esto. Te quemare poco a poco, tomandome mi tiempo, sin ningun tipo de compasión, de la cabeza a los pies."

Menvil comenzó a pronunciar un conjuro.

- "Incluso si te lo pido, no escuchas."

Continuo Colbert.

- "No soy lo suficientemente persistente."

Colbert, sacudió la cabeza con tristeza y señaló con su varita mágica hacia el cielo.

Disparo una pequeña bola de fuego.

- "¿Qué? ¿Planea iluminar todo? Lamentablemente, esa cantidad de fuego no es suficiente para iluminar todo el área de alrededor."

Como Menvil dijo. La pequeña bola de fuego sólo ilumino ligeramente su entorno. No podia sustituir al sol.

En el momento en que Menvil terminaba su hechizo...

La pequeña bola de fuego que colgaba en el cielo exploto.

La pequeña explosión aumento en un instante.

Fuego, fuego, tierra. Una tierra y dos fuegos.

Usando "Alquimia" el vapor de agua en el aire se convirtió en petróleo.

Con una chispa se convirtió en un enorme incendio...

La combustión del enorme incendio consumia todo el oxígeno alrededor, causando la asfixia y la muerte a los seres vivos que permanecian dentro de su rango.

Era una incomparable "bomba de fuego."

Menvil, al abrir su boca para cantar el hechizo, sintió como robaban el oxígeno de sus pulmones y se ahogó en un instante.

Si el enemigo se esconde en la oscuridad... enviale a la oscuridad.

Como ese hechizo mataba a todas las personas cercanas. Colbert no lo habia utilizado hasta que llego al centro de la plaza.

Colbert se dio la vuelta y, manteniendo la boca cerrada, se acercó al inerte Menvil.

- "No te has podido convertir en una serpiente completa, teniente."

Susurró Colbert, mientras miraba friamente la cara de Menvil dibujada en el dolor.

Las noticias sobre la derrota de Menvil sacudieron la moral de sus mercenarios.

Kirche, Tabitha y los mosqueteros que no estaban heridos no perdieron tiempo y se lanzaron de nuevo a la batalla.

Dentro, los gritos de las alumnas se extendian por el colegio, un mago que hacia de barricada en el comedor fue derribado.

Agnes apuñalo al último mago con su espada.

- "¡Kuu!"

Sin embargo, la espada no salió.

El último mago lanzó un hechizo dirigido hacia Agnes...

Volaron muchas flechas mágicas.

Kirche, Tabitha y los otros mosqueteros no fueron capaces de reaccionar a tiempo.

Una sombra negra se interpuso en su camino.

Bloqueando las flechas antes de que alcanzasen a Agnes con su propio cuerpo. Pronunció un hechizo y una serpiente de fuego voló de la punta de la varita mágica quemando la varita que utilizaba el otro mago.

Agnes miraba blanca de sorpresa a Colbert.

Colbert abrió los ojos ampliamente.

La voz que escapó de su boca estaba llena de preocupación por Agnes.

- "¿... Estás bien?"

Mecánicamente, Agnes asintió.

Al momento siguiente Colbert se derrumbo en el suelo, tosiendo sangre.

Las estudiantes corrieron asustadas y comenzaron a proferir hechizos de recuperación en Colbert.

Sin embargo... la lesión era grave.

Interna...

Agnes una vez recuperada apunto con su espada a Colbert.

Conmocionados, las estudiantes miraban a Agnes.

- "¡Espera! ¿Qué estás haciendo?" Gritó Kirche.

Colbert, debilmente miro a la cara a Agnes.

- "Tú... ¿Tú eres el líder del Grupo Experimental de Investigación Mágico? ¿Usted rompió la lista del almacen de material militar?"

Colbert asintió.

- "Entonces tengo que algo decirte. Soy la unica superviviente de D'Angleterre."

- "...Ya veo."

- "¿Por qué se destruyo mi ciudad natal? Responde."

- "¡Para! ¡Esta herido! ¡Mal herido! ¡No hables!"

Gritó Montmorency, que desesperadamente trataba de realizar un hechizo curativo magico de agua.

- "¡Responde!"

Colbert respondió mirando hacia abajo.

- "... Fue una orden."

- "¿Orden?"

- "... Se informó de una epidemia allí. Para evitar su propagación se nos dijo que lo incendiaramos. Lo quemamos a regañadientes."

- "Idiota... Eso era una mentira."

- "... Después, yo tambien lo averigÜe, resumiendo, todo fue culpa de "La Caza a la Nueva Religión". La culpa me atormenta todos los días. Es... como Menvil dijo. Mujeres, niños... queme todo. No estaba permitido. Pero el recuerdo todavía me persigue. Dejé el ejército. Juré... no utilizar el fuego para destruir nunca mas."

- "¿... Pero los sentimientos no detuvieron tu mano?"

Colbert, sacudió la cabeza.

Después de eso... poco a poco cerró los ojos. A pesar de que Montmorency desesperadamente intentaba mantener el conjuro... su fuerza de voluntad se fue drenado al pasar el tiempo... se desmayó y cayó al suelo. Para que el hechizo de "curación" sanase una herida tan grave, era necesaria una medicina especial... pero allí y en ese momento no había ninguna.

Por lo que, aunque su fuerza de voluntad tratase de sustituir ese medicamento... tenía sus límites.

Después otras usuarias de magia de agua se quedaron sin fuerza de voluntad una tras otra y se desmayaron. Con muchos magos desmayados en torno a Colbert, Agnes levantó la espada.

Sin embargo, protegieron a Colbert... Kirche lo cubrió con su cuerpo. Su eternamente presente tonta sonrisa había desaparecido de sus labios. Con seriedad, Kirche, dijo.

- "¡Por favor, basta!"

- "¡Fuera! ¡Yo viví esperando este día! ¡Veinte años! ¡Veinte años he esperado este día!"

- "Por favor. Por favor."

- "¡Fuera!"

Agnes y Kirche se miraron.

En el momento en que la tensión en el aire estaba a punto de cortarse...

Kirche agarró la muñeca de Colbert.

- "¡He dicho fuera!"

Kirche respondió con una voz firme como una piedra.

- "Por favor, baje la espada."

- "¡Deja de bromear!"

Kirche sacudió la cabeza y murmuró.

- "Está muerto."

Con estas palabras, la muñeca de Agnes perdio su fuerza.

Impresionada, Agnes cayó de rodillas. Su cuerpo comenzó a temblar poco a poco.

- "... Mantenga su rencor si lo desea. Sin embargo, al menos reze. Puede que el Maestro Colbert fuese su enemigo... pero la salvo. La protegio con su cuerpo y la salvo."

Dijo Kirche, con voz entrecortada.

Agnes se levantó de nuevo sin fuerzas, y dijo dos palabras, tres palabras, palabras que no pudieron llegar a ser oidas. Entonces levantó la espada y la bajó. Las estudiantes evitaron mirar, sólo Kirche no cerró los ojos y miró.

La espada golpeo en el suelo, junto a Colbert.

Girando sobre sus talones, Agnes comenzó a alejarse lentamente.

Después de que Agnes desapareciese... Kirche trato de cargar el cuerpo de Colbert, un rubí rojo brillaba en su dedo.

Un rubí rojo, como el fuego ardiendo.

Mientras miraba el rubí... lágrimas escaparon de los ojos de Kirche.

Era el anillo que me dio.

Él le habia dicho: "Le entrego esto a mis estudiantes", y le dio el anillo, cuando estaba actuando como una niña malcriada. Recordandolo, Kirche comenzó a llorar.


En la cubierta del Redoubtable Malicorne y Styx se sentaron con palidas caras de sorpresa...

El número de buques de guerra había sido reducido a dos tercios mientras se iba la flota de Albión.

La flota de Tristain ganó la batalla. De alguna manera fueron capaces de repeler a la flota de Albión. La flota de Albión habia perdido más de la mitad de sus barcos y se apresuraron a escapar.

Fue una gran victoria.

Pero... Pensaba Malicorne.

¿Es esto una victoria?

Estaba vivo sólo para ver devastación. Era como un cuadro del infierno. La cubierta estaba ardiendo como leña en una chimenea, tenian demasiadas pérdidas en todas partes. El número de armas navales de babor se redujo a la mitad, la de estribor... perdieron completamente todas las baterías en cada cubierta.

Después de recibir cinco impactos directos, la bateria estribor del Redoubtable fue aniquilada.

200 personas de las 600 de la tripulación estaban muertos o heridos.

Sin embargo, el Redoubtable todavía surcaba el cielo.

Malicorne también estaba vivo.

Sobrevivir a los hechizos de aire, los disparos y las balas de cañón... Supongo que debe ser suerte. Siempre que pasaba un nuevo barco enemigo, Malicorne creaba una nube oscura mientras gritaba. De lo contrario, se habría desmayado del miedo. No tenía ni idea de si era eficaz o no.

- "Styx."

Dijo Malicorne con voz agonizante.

- "¿Qué?"

Respondió Styx con una voz agotada.

- "La vida es una cosa extraña, ¿no te parece?"

- "Estoy totalmente de acuerdo contigo."

En la cubierta, Bowood y el comandante de un buque de guerra caminaban. Hablaban sobre el progreso de la batalla.

El cadete a oficial que guiaba a ambos, vio a dos personas sentadas en la cubierta y gritó.

- "¡Hey! ¡Tú! ¡No hay tiempo para sentarse! ¡Levántense! ¡Levántense ahora!"

A toda prisa Malicorne y Styx se pusieron de pie.

- "Empezad a prepararse. Esperen con los comandantes y los cadetes dentro."

Malicorne y Styx se miraron. Acababan de sobrevivir a una batalla mortal. ¿Cómo pueden comenzar a prepararse tan enérgicamente para otra?

- "¡Muévanse! ¡No hagan esperar a los oficiales!"

Entonces... Bowood aconsejo al oficial con una sonrisa.

- "¡Ah, Mayor, acaban de experimentar su primera batalla en esta campaña. Deberia dejar que tomen un descanso hoy!

- "¡Ah! Pero, sin embargo..."

- "Creo que esta es la primera vez que huelen el humo de la pólvora ¿Verdad? También tuve una primera vez."

Oyendo al oficial de Albion hablar así, el oficial Mayor asintió.

- "Muy bien, pueden tomar un descanso esta noche."

Aliviados, Malicorne y Styx saludaron. Malicorne los vio irse y murmuró.

- "Irónicamente, fuimos salvados por una persona de Albion."

- "Cierto."

Mumuró Styx débilmente y ambos se dejaron caer sobre la cubierta de nuevo.

En la sala de planificaciones estratégicas del Varsenda, el General Poitiers recibio el informe.

Venía de Rosais, de un explorador dragón de la primera unidad. El General Poitiers sonrió gozoso.

El Jefe del Estado Mayor Wimpffen, observo el rostro de su oficial superior.

- "Las noticias deben ser buenas" Murmuró.

- "Dice que las tropas en la zona de Rosais se han ido. La usuaria del Vacío ha logrado atraer al enemigo a Dartanes."

- "Esto es sólo el primer obstáculo."

Poitiers, confirmo con la cabeza y dio una orden.

- "Que todos los buques de la flota pongan rumbo a Rosais. Tenemos que tomar decisiones para el aterrizaje. Reúnanse todos los comandantes."

El mensajero tras recibir las instrucciones del general, salió corriendo.

Poitiers asintió.

- "Ahora bien, me pregunto si podre llegar a ser mariscal de campo ahora o no, no quiero esperar una semana más."

Incluso si el aterrizaje tenia éxito, esperaba probablemente una lucha dura.

Albion todavía tenía 50.000 soldados descansados.

En el cielo de Dartanes, el avión de Saito se dirigió hacia el punto de encuentro con la flota de Tristain.

El plan consistía en unirse a la flota en el límite de Albión.

Saito, sentado en el asiento del piloto, permanecio en silencio durante un largo tiempo.

Cualquier intento de Louise de hablar, él no respondió.

Sólo una vez Saito abrió la boca.

- "Ellos..."

- "Sí."

Sin embargo, Saito no dijo nada desde entonces.

Louise encontró una carta dentro del manual de Colbert. Pero debido a la locura a su alrededor ella no le habia prestado atención.

- "Una Carta."

Esto llamo la atención de Saito.

- "¿Una Carta"?

- "Sí. Del profesor Colbert. ¿La leo?"

Saito asintió.

Louise abrió la carta y empezó a leer en voz alta.

Saito-kun, ¿fue mi invento útil?

Si es así, entonces me alegro. Por ti... no, para todos los estudiantes, no sólo como maestro, me haria feliz saber si he sido de alguna utilidad para ti. Muy feliz.

Ahora... ¿Por qué me he decido a escribir esta carta hoy...? Tengo una petición. No, nada raro. Y no se trata de dinero.

En cuanto al discurso, es sobre un sueño que tengo.

Si las cosas que uno sólo puede hacer con magia, se pudieran hacer con tecnología que todo el mundo pudiese utilizar.

¿La viste? A la Feliz Pequeña Serpiente.

Bueno, ciertamente no es sólo un juguete...

Espero que algun dia se use esa espléndida tecnología.

Ese es mi sueño.

Estamos llegando a el, aunque todavía estoy preocupado si en decirte una cosa o no...

En el pasado, cometi un pecado.

Un crimen demasiado grande.

Es tan grande que nunca será perdonado.

Para intentar redimir este crimen me he dedicado a la investigación...

He estado pensando recientemente.

No, mi crimen nunca será perdonado.

Incluso si mis inventos son útiles... No borran el pecado cometido.

Por lo tanto, quiero que me prometas una cosa.

Mira, te enfrentaras a gran cantidad de situaciones difíciles.

Vas a ir a la guerra, y verás mucha gente morir.

Pero...

No te acostumbres a ella.

No te acostumbres a la muerte de personas.

No pienses que es natural.

En el momento que lo hagas... algo se rompera.

No quiero que te conviertas en alguien como yo.

Por lo tanto, te pido repetidamente.

No te acostumbres a la guerra.

No te acostumbres a matar.

No te acostumbres a la muerte.

Detrás de las nubes... se podia ver las flotas unidas de Tristain y Germania a la salida de Rosais.

Su número había disminuido mucho.

Sin embargo... la mayoría de los buques estaban todavía intactos, probablemente ganaron la batalla.

A pesar de que ganaron, los que sobrevivieron parecían agotados. Muchos de los cascos de los barcos estaban dañados, se rompieron los mástiles. Habia barcos que perdieron los cañones también.

Louise siguió leyendo la carta en voz alta.

Louise siguió leyendo la carta en voz alta.

Bueno, mi petición está llegando a su fin.

¿Recuerdas lo que me dijiste una vez?

Que venías de un mundo diferente.

En ese mundo tuyo, las máquinas voladoras que utilizais para navegar por el cielo, y la tecnología esta mucho mas desarrollada que en Halkeginia, ¿verdad?

Esto es lo que me gustaría ver.

Podría usarlo en mi investigación.

Por lo tanto, cuando vayas al este... quiero ir contigo.

No, no estoy bromeando. Es en serio.

Por lo tanto, no mueras.

Regresa con vida.

Incluso si no puedo ir al este contigo.

P.S.(Posdata)

En ese mundo, ¿los "coches" pueden ser utilizados por todo el mundo y conducir en las carreteras?

¿Hay cajas pequeñas con las que uno puede comunicarse entre largas distancias?

¿Ha llegado realmente una persona a la luna?

Poder hacerlo sin magia, debe ser realmente maravilloso.

Quiero ver ese mundo.

- "Eso es todo. Que persona tan curiosa. Realmente quiere ir a tu mundo."

Saito, mientras respiraba, se lo agradeció a Louise.

- "Gracias."

Louise abrazó suavemente el cuello de Saito. Y murmuró:

- "Idiota. ¿Por qué lloras?"

- "... Tenía ganas de llorar."

- "... Han ocurrido muchas cosas hoy, estás cansado. Una vez volvamos al barco, descansaremos un poco."

Louise cerró los ojos, y le besó el cuello a Saito.

Una vez apareció el Varsenda, Saito dirigio la nariz del avión hacia el.

En el soleado día, la flota llena de hollín parecía que estaba teñida de una hermosa pintura negra.





Pagina Principal