Difference between revisions of "Toradora! (Español):Volumen2 Capitulo1"

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"Espere ya, aguántate, quédate tranquila... Estamos en el trabajo de la Kushieda... Um, estamos en el palacio."
 
"Espere ya, aguántate, quédate tranquila... Estamos en el trabajo de la Kushieda... Um, estamos en el palacio."
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"¿Qué es eso?! ¿Me estás bromeando?! ¡No voy a aguantar ese tipo de actitud de ti! Si entendiste que hablaste mal, entonces ¿qué tal si pidas disculpas primero?!"
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La Taiga frunció la nariz ferozmente -- Pareció que su chiste extraño había fallado por completo. Eso sí fue malo. Ella estaba seriamente enojada ahora. Porsupuesto, él de veras quiso pedirle disculpas rápidamente, pero,
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"Guh.."
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"De todos modos, tengo piernas cortas! Pero, ¡eso no ha molestado a nadie mas antes!"
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Agarrándole por la nuca del cuello, ella comenzaba a sacudirle violentemente. No pudo hablar. De hecho, ni pudo respirar. Desesperadamente luchando y pateando la mesa sin verguenza, el desperadamente trataba decirle "Me rindo!", nada mas.
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En ese momento, fue repentinamente soltado de las garras de la Taiga. Habiendo sido soltado, el Ryuuji se cayó al asiento tozeando mientras trataba de recobrarse.
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"O, oye... ¿Estabas tratando de matarme?! ¡Seriamente!"
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"…Wa, wa, wa…"
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Destraidamente, con su boca parcialmente abierta, la Taiga parpadeó de sorpresa. Pareció que por fin se había dado cuenta de que estaba demasiado violenta, el reconoció sinceramente.
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"Eso es correcto, estuve chocado sabes. Espero que ahora entiendes, esta experience ayudará de prevenir que ahorques a alguien una segunda vez..."
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Mirando de mal ojo, pero intentamente al Ryuuji, la Taiga indicó a la página de la revista que estaba mirando, diciendo "Mira, mira!"
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"... Ya te escuche decir que quisiste esa bolsa."
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"¡No eso! ¡Ésta! ¡Esta persona!"
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Al punto de su uña, pintada al color de las flores de cerezo, estaba la mujer hermosa con sus piernas cruzadas elegantemente -- no, la cara sonriente de una chica hermosa. Delante de un fondo negro (lo último de moda), ella estaba llevando una camisola que debería de haber costado varios cienes de dólares y un bluejean aun mas caro mientras su cabello ligeramente ondulado se llevaba por el viento. De veras era una modela bien bonita, pero como era modela, solo se esperaba que fuera bonita. No parecía nada fuera de normal en cuanto a la página.
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El momento que trató de preguntar qué quiso decir ella, ella le agarró la cabeza.
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"Owowow!"
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Y así no mas, su cabeza fue volteado casi 180 grados para ver detrás de él.
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"…Oh."
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Sin pensar, él soltó una exclamación parecida de sorpresa.
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Una cliente recién llegada que estaba siendo sentada por una moza no muy legos de donde el Ryuuji y la Taiga estaban sentados.
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No era solamente la Taiga y el Ryuuji que estaban mirando a ella tampoco. Volteándose para ver y suspirando calladamente, casi todos los clientes dentro de la tienda relativamente ocupada estaban mirando hacia ella a escondidos.
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La primera cosa de que se dieron cuenta era de cómo su cuerpo delgada dió la impresión de un cervato. Ella no parecía especialmente alta, pero por cuestión de una cabeza relativamente pequeña, salió bien balanciado.
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Su cabello era bien cuidado, hasta parecer seda. Pero mas bien que parecer demasiado, se descansó ligeramente sobre sus hombros de una forma mas o menos alegre.
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Llevando grandes lentes oscuros al estilo Hollywood sobre su cara pequeña como una niña, ella caminaba con una elegancia perfecta. Sus pies delgados fueron vestidos con sandalias con taco, y parecieron como escultura acabada.
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Aunque ella estaba llevandose solo bluejeans, sus piernas largas (no Japonesa normal) acentuaron su estilo de chica mas que cualquier vestido podría. Con una bolsa de marca colgada de su hombro, y su piel de blanco pulido, era fácil ver que no era alguna amateur.
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En corto, una belleza verdadera. Había una hermosura sobrepoderosa que uno no podía dejar de notar. Cuando ella removió sus lentes oscuros, casualmente, la tienda fue llenada por una variedad de reacciones.
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"Oooh…"
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Aun Ryuuji suspiró y miraba ferventemente sin pensar. Como si una neblina hubiera sido levantado de sus ojos, su buen aspecto se quedaba revelado.
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Era una maravilla que un par de ojos tan grandes podiera quedar en su cara pequeña. Su cara sin mancha fue colorado una rosada elegante. La diferencia entre su expresión sin preocupación y su estilo cuidadosamente refindado fue aun mas agarrador.
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Parecía encandatadora pura, por completo. Ella en gentil, calma y tenía gracia. Definitivamente como una ángel, bajando benévolamente sobre este restaurante familiar para compartir su aura brillante con las gente alrededor. Él casi esperaba que habría un aureola sobre su cabeza.
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Y no importaba cómo mirabas a esa cara hermosa.
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"...Esa persona, ella es..."
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"...Sí..."
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La mismísima persona, la bella de la página que la Taiga estaba indicando antes.
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"...Ella es una modela..."
   
 
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Revision as of 02:01, 22 May 2010

Capítulo 1

Era el último día de una hilera casi una semana de largo de feriados conocía como la Semana Dorada,

"¿Estás libre, no?"

La hora era la una de la tarde.

"¿De veras? ¿Tienes un poco de tiempo libre, no?"

Como si fuera la buena clima afuera una mentira, la residencia Takasu estaba un poco sombrado. Aparentemente dentro del alcanze de un brazo mas allá de la ventana hacia el sur había la borde un apartamento cercano que era bastante mas alto, y por eso el sol brillante del comienzo del verano no pudo entrar adentro.

No obstante, el interior fue organizado metódicamente, cada esquina limpiada perfectamente, y a pesar de ser angosta, la habitación milagrosamente elegante duraba gracias a ser planificada inteligentemente. Ese espacio maravillosamente cómodo y fácil de usar existía gracias a las habilidades de un hijo único llamado Ryuuji, quien estaba ahora terminando almuerzo en la cocina con su espalda hacia la sala familiar.

"¿Estás escuchando?"

Nadie tomó el tiempo para aun contestar a las preguntas en su voz, ni aun con palabras de gratitud por su trabajo. Tomando un descando momentario de lavar los platos, el Ryuuji volteó y miraba directamente al montoncito blanco tirado en el suelo. Ese montoncito estaba echado en un desórden al lado de la mesa para comer, cabeza abajo con su barbilla sobre un cojín doblado y una cara confundida mientras metía su dedo a la pajarera que estaba cerca.

Picando con hambre a ese dedo como si fuera algo rico había un loro amarillo, Inko-chan. El hecho de que era feo era su encanto; el pico que le gustaba mantener abierto fue el color de concreto, y su lengua pequeña que lamía y metía afuera fue color café claro, como el color de res pudrido. También, los ojos eran blancos descolorados que aun ahora parecían al punto de la muerte. Y, como un pajaro incomprehensible a los humanos, sus párpados temblaban mientras él convulsaba en respuesta a unas agitaciones que parecían peligrosos. Según el dueño, la situación ya difícil había esetado empeorando.

"...Taiga. Deja eso. El Inko-chan se está volviendo loco."

"...Hm? De veras, tienes razón."

Por fin volteando, el montoncito blanco--o sea, la Aisaka Taiga, volteó y sacó su dedo de la pajarera. O por lo menos, así parecía.

"¿Eh? No lo puedo sacar."

...Tan torpe. Mirandole inclinar su cabeza, Ryuuji solo pudo dejar un suspiro.

"¿Qué pasa con eso, tu? No es tiempo de suspirar. Creo que de veras estoy atrapada."

Jalando su cuerpo pequeño para sentarse sobre la tapete tatami, la Taiga agarró la pajarera en una mano mientras trataba de sacar su dedo mientras gruñía de mal humor. El Inko-chan simplemente no le soltaba, mas bien se quedó agarrado valientemente del dedo de la Taiga's aun mas intensamente.

"Uwa...está usuando su lengua..."

Aun en la luz baja, el cabello de la chica estremecida, largo hasta la cintura, color castaño, hacía un contraste con el plomo alrededor. Llevaba un vestido de una sola pieza, cubierta de encaje, que cubrió ligeramente su figura delicada. Completando la apariencia con una sobrefalta blanca, el volumen elegante fue encantador--

"Oye, espere. ¿Para qué estás solamente mirando? Tu pájaro está portándose mal, entonces apúrate y haz algo, tu PE."

"P, E?"

"Perro estúpido. Lo dije de un modo mas suave que normal, entonces ¿por qué no muestres un poco de gratitud?"

Este aumento repentino de abuso verbal sacó su habilidad de aun hablar. Sin embargo, si no fuera por el lenguaje fuerte, la Taiga habría sido justo como una muñeca francesa viva.

En todo caso, sus ojos eran como joyas brillantes, sus labios pálidos eran como capullos de rosa silvestre, y su parecer bien ordenada era tan peligroso y tentadora como una entrampa pintado de leche condensada. Desafortunadamente, no había esperanza para ella,

"Agh, tan molestoso, gah!"

Con un sonido, la forma de la pajarera empezaba a torcer en su mano--Ella inevitablemente había nacido bajo la seña del tigre brutalmente violento. Su apodo era 'La Tigre de Bolsillo'...porque aunque era de poco tamaño, se podría comprar su ferocidad con la de una tigre.

Con eso dicho, no era como si el Ryuuji iba a perder en cuanto a parecer feroz. Él miraba severamente por las aberturas en su cabello que estaban en progreso de crecer. Tuvo un parecer hasta excesivamente peligroso, una mirada que desmintió de su personalidad. Aunque no había nada especial en cuanto a sus habilidades físicos, su aspecto salió como de increiblemente terrible, como lo de un jóven que podría volverse loco al ser superado por la negatividad.

Pero,

"N,n,n, no lo rompes! ¡No! ¡Con cuidado!"

En el caso del Ryuuji, solo parecía peligroso. Secando sus manos mientras fue para proteger el hábitat de su mascota de la tigre, se arrodilló al lado de la Taiga. Él trató de jalar a la pajarera, pero,

"Oh-ow-ouch!"

"Ah, lo siento."

El Ryuuji saltó hacia atras cuando la Taiga gritó con su dedo todavía atrapado. Probablemente sorprendido por el grito, junto con la estimulación ya presente, el Inko de repente mordió fuerta al punto del dedo de la Taiga.

"Eeeeeee~!"

Quizás por cuestión del dolor intenso, mientras soltaba aun mas gritos, logró sacar su dedo.

Así no mas, liberaron su dedo y quedaron desmayados en los tapetes tatami sin decir nada por varios segundos.

"...Eso dolió...Basta ya~...!"

Levantando su cabeza, la Taiga miró en la dirección de Inko-chan con ojos, aunque fueran un poco mojados por lágrimas, brillaban con el cuchillo filudo de un asesino. Quizás entendió la severidad de la situación.

"...Awawawa."

El Inko-chan miraba a la Taiga y se sacudió un poco e hizo un sonido. Con el estrés contenido a lo largo de su cuerpo, empezaba a dejar plumas en grandes paquetes. En su confusión, el Ryuuji abrazó la pajarera contra su pecho,

"Uwawa, Inko-chan se pone calbo, recógete, quédate tranquilo! Si te pongas mas feo, no sé si es que podremos vivor juntos ya, ¿sabes? No sé qué hará la Taiga ahora, entonces salgamos de acá.”

A la misma vez, la Taiga también se paró.

"Espere, ¿qué pasa con eso? No es como si me pondría seria en contra de algo como esa cosa Inko."

"Bueno, entonces, ¿por qué estabas haciéndote un puñete?"

"Es para que yo pueda darte tu castigo."

Mientras le forzaba hacia atrás hacia la pared, ella se agarró su puñete pequeño fuerte.

"¿Qué hice yo?!"

"Mi dedo! Duele, sabes!"

"¿Cómo pueda saber yo?!"

Persiguiéndole al Ryuuji, quien estaba huyendo mientras se agarraba de la pajarera, la Taiga dió una vuelta al cuarto cuando,

"Fugya~!"

Se cayó de cara, plana, sobre el tapete tatami. A través de la puerta corrediza parcialmente abierta, él pudo discernir algo blanco saliendo al suelo, de lo cual se tropezó la Taiga.

De lado, la naturaleza de aquella cosa blanca era,

"...¿Qué está es esto acá?"

Mientras sus ojos parecieron como su él hubiere vuelto loco y podría sacar un cuchillo, el Ryuuji bajo la pajarera y miró a lo que de veras era la pierna descubierta de su mamá. Para que sepan, el Ryuuji no se había enloquecido, sino que estaba confundido.

Con solo una pierna saliendo de su cuarto, que estaba separado por una reja delizante, la cabeza de la familia, Yasuko, había caido a un sueño profundo. Después de emboracharse sirviendo en Bishamontengoku, la única cantina de mozas donde ella trabajaba, ella había vuelto para las seis de la mañana.

"Ah, ¿salimos despertándole?"

La Taiga, a pesar de ser tres veces afligida por egoísmo, una naturaleza torcida, y la vanidad, de todos modos mostraba buenos modales, cortésmente preguntando en voz bajada desde su posición en el suelo.

"Nah, todavía duerme."

Porsupuesto, el Ryuuji también bajó la voz, y agarrando de la pierna saliente, empezaba a empujarle de vuelto a su cuarto.

Como resultado,

"Mm…Hm, hua~…"

Toradora vol02 019.jpg

Una voz coqueta y un poco nasal. Entonces,

"…Waaah!"

"Ah, ¿qué está mal?, ¿qué está mal?"

La dueña de esa pierna de repente comenzó a llorar. Vestida en los pantalones de gymnasia anteriores de su hijo, y una camiseta delgada suficiente que se veía su sostén de encaje negra, ella luchó, tirando sus piernas y brazos y sobando la superficie blanca del futón con la espalda de su mano.

A pesar de su portamiento patético, ella de veras tenía 33 años, una mujer quien jactaba de tener un busto necesitando una copa 'F'.

"Hue, huello omeletes de arroz frito~! El Ryuu-chan y la Taiga-chan se lo comieron solitos mientras durmía la Ya-chan! Waah~!"

"No seas ridícula; aseguré de guardar un poco para ti. Está envuelto para ti en la cocina, Lo pondré en la refrigeradora por ahora para que pudas ponerlo en la microondas y comerlo cuando te despiertes."

"...¿Escribirás ‘YASUCO’ sobre ello con salsa de tomate?"

"No estoy escribiendo nada. Solo se malogrará una vez que lo envuelve. De todos modos, es ‘YASUKO’."

"...Ooh...Ya-chan, estoy todavía cansada, entonces por favor no me digas cosas difíciles..."

Cayendo sobre su almohada con un golpe chistoso, la madre soltera (por circunstancia) Yasuko pronto comenzaba a hacer los ligeros suspiros del sueño. Ganaba un buen sostén a pesar de ser sin esperanza en cuanto a mantener su propia casa, pero aunque tuve una personalidad suave y gentil, los tornillos de su cabeza estaba poniéndose ridículamente sueltos... Cada día su hijo Ryuuji gastaba un tiempo tratando de ayudar a su mamá mantenerse la mente. Sin mencionar, cuando la Yasuko estaba en su tercer año del la escuela media,

"El resultado de mi examinación de matemáticas era 17~. Mi maestro principal quedaba sin palabras, y salimos mirándonos el uno al otro de asombro hasta que terminó el día~."

...O por lo menos él oyó.

A pesar de todo eso, por la actualidad, la vida en la casa Takasu, mas bien que caerse al bancoroto, había seguido prósperoso. Con la Yasuko como el apoyo principal, el Ryuuji a cargo de los quehaceres de la casa, la mascota Inko-chan, y,

"Ouch... Me raspé la barbilla. Seriamente, esta casa es demasiada chica para comenzar. Oye, Ryuuji, ¿harás sashimi para la cena? No tiene nada que ver, pero ese choque ahorita me hizo pensar en ella."

"... De veras no tiene nada que ver..."

"¿Qué? ¿Estás diciendo que no puede tener nada de sashimi?"

Mirando al Ryuuji enojada con sus ojos bien abiertos, mientras sobaba la mandíbula había una tigre con un temperamento salvaje. Aunque no estaban de veras viviendo juntos,

"... Habrá una oferta de atún delante de la estación para las cinco, si me acuerdo correctamente."

"Bueno, quiero ir de compras también, entonces recójeme a las cuatro cuarenticinco. Vuelvo a casa."

"¿Eh? ¿Estás saliendo?"

"¿Tendrás una queja?"

Durante el descanso de clases, ellos habían estado juntos todo lo largo del día. Había ido de compras juntos. Aunque era natural que no quedaba las noches, ellos de todos tomaron una siesta lado a lado después de cenar hasta tarde de la noche cada día. En cuanto a vivir juntos casi constantemente, era mas que nada una cuestión de conveniencia. Sin embargo, el Ryuuji seguía emitiendo palabras sin direcciónk a la espalda de la Taiga quien estaba parada delante de él.

"¿Para qué vuelvas? ¿Tendrás algo que hacer? En todo caso, estabmos de vacaciones, ¿no? Entonces, ¿no está bien todavía?"

Él hablaba tratando de demorarle por aunque sea un poquito mas de tiempo. Moviendo su cabello al lado como si fuera una molestia para ella, la Taiga le dió una mirada fría.

"¿No eres tu la única persona quien está libre? Necesito lavarme la ropa ya. El clima está bien ya."

"¿Lavandería? Es por solo apretar un botón, ¿no? La lavadora de ropa de tu casa también funciona como secadora, y es automática, entonces ¿porque estás diciendo que tienes que volver a casa?"

"Che," La Taiga sonó su lengua, irritada, mirando enojada como si de veras quisiera matar la molestia que no quería sacarse de su camino.

"Agh, ¡qué depresionante! ¿Qué en este mundo estás diciendo?! Si haya que quieres decir, entonces dilo ya!"

Casi con dolor, el Ryuuji dijo de voz baja,

"...¿Q, quieres ir a la restaurante familiar conmigo...?"

"¡Eso otra vez?!"

En un instante, la irritación de la Taiga se puso aun mas fuerte. Todavía, el Ryuuji no cedió por solo eso,

"Está bien si solo estás haciendo así tanto, ¿no?! ¡No puedo ir solo! Solo hoy, dijiste que mi omelete de arroz frito era tan bueno que te hice uno, ¿no es así? Y encima, exactamente cuánto tiempo piensas que voy ayudarte con tus problemas constantes con el Kitamura? ¿Por qué no puedes ayudarme a mi un poco?! Eso sería bueno, ¿no?!"

"Carambas, cállate ya! Simplemente cállate! ¡Deja!"

"¿De qué?!"

En medio de la discusión sin sentido, desde detrás de la puerta deslizante vino un “Oo, ooh” -- Sufriendo una resaca, la Yasuko dejó salir un gemido. Los dos se pusieron quietos al instante.

"... Supongo que no se puede evitar. Seriamente me basta ya."

La persona que se rindió por fin era la Taiga.

"Tu estás pagando, ¿entiendes? Y cómprame una revista mas tarde. Estoy enferma de hablar contigo ya."

Fingiendo escupir de malos modales con un sonido ‘pe’, o por lo menos parecía así, la Taiga habló su mente. No obstante, el Ryuuji señaló con su cabeza como un hombre, sin quejar. Si ella iba a acompañarle al restaurante, entonces este tipo de reembolso era un precio pequeño que pagar. Porque ese restaurante familiar era--


* * *


"¡Ahí estás! ¡Un pedido!"

Un parfait de yogurt apareció delante de los ojos de la Taiga, resonando al ser colocado delante de ella.

"Es un secreto, pero este es un Especial Taiga, con helado vainilla de más. No les digas a los demás clientes, y provecho~"

"¿Está bien esto, Minorin? ¿No te van a regañar por esto?"

"Estoy diciéndote que está bien, está bien, entonces relájate! O sea, has estado viniendo casi todos los días este temporada de feriado. Es lo menos que pude hacer! Y entonces Takasu-kun, ¿te puedo servir algo? Recomiendo el parfait de te verde, o si no quieres nada dulce, entonces algo como papas fritas. Te serviré con super-servicio."

"Ah, no, yo..."

Al enfrentar esa sonrisa maravillosa, el Ryuuji solo pudo indicar con sus brazos, ni pudo hacerse levantar la vista de su café. Eso dicho, sus ojos ni estaban abiertos.

Era demasiado deslumbrante.

Vestida como moza paraba la Minori Kushieda.

Llevando su cabello sedosa en un cola de caballo, su cuello delgado y brillante estaba expuesto. Un vestido de una pieza, de color anaranjado pálido, cubierta por un mandil de blanco puro, su uniforme era simplemente demasiado simpático. Aun su busto que de normal no se veía para tanto empujaba contra la tela delgada, y su sonrisa brillante tenía atraía como un durazno no completamente madura.

Cara bajada para tratar de esconder su cara sonrojado, él desesperadamente evitaba contacto de ojos con su amor no correspondido de un año ya. El quiso miraro, pero no pudo, o mas bien, no pudo hacerse mirar. Era la contradicción de un hombre enamorado.

"Quizás no lo querrán escuchar, pero van a seguir insistiendo que no están saliendo juntos aunque los dos han estado viniendo acá para té casi todos los día de la vacación? Los dos son una pareja, ¿no es así?"

Solo había una respuesta a ese tipo de pregunta,

""No, absolutemente no.""

Hablaron en coro mientras sacudieron sus cabezas.

"¿De veras?"

"De veras."

Mirando de un modo cuidadoso, como si fuera chocada, la Taiga miraba arriba a la cara de su amiga mejor, lo cual estaba llenada de bondad y no tenía ningúna seña de malicia.

"Minorin, has estado trabajando acá casi todos los días durante de esta vacación, pero eso no quiere decir que estás saliendo con el jefe o algún viejo de la cocina, ni nada semejante, sabes. Para nosotros es lo mismo. Aunque tu dices que estamos juntos, eso no quiere decir que somos una pareja ni nada tal."

"...Hay un salto en ese lógico, ¿no?"

"Lo que dice la Minorin falla igual entonces."

Había llegado a ser mas o menos oficial que 'El Takasu y la Aisaka no son una pareja', sin embargo aun ahora, la Minori tomaba cada oportunidad para levantar sus sospechos en forma de broma. Pero al Ryuuji, quien llevaba un amor secreto y sin cumplir para la Minori, era demasiado cruel para ser una broma.

"Si, si, entiendo en cuanto a hombres viejos."

"¿Justo de cuáles viejos estás hablando?"

"Porque no funcionaría con ninguno de los jefes de las tiendas; no funcionaría con él de la tienda shabu-shabu donde trabajo unas horas cada otra noche, ni con él de la tienda karaoke, ni él de la tienda de conveniencia donde trabajo en la mañana. Entonces supongo que mas o menos de ese modo, no funcionaría entre la Taiga y el Takasu. Eso es lo que quieres decir, ¿no? Bueno, tengo que volver a trabajar."

"... ¿De qué modo es eso tiempo parcial?"

Sin pensar, las palabras se escaparon de su boca por accidente. Cual espontaneo que podrá haber sido, el Ryuuji de todos modos se felicitó por haberlo hecho.

"Quizás tendrás la razón, pero probablemente es porque estoy ahorrando. Además, aunque estamos a mediados de una vacación, de todos modos tengo las actividades de los clubes. Según el capitán, no podemos jugar no mas."

El Ryuuji no pudo contestar eso. Mas bien, las persona que mantuvo la conversación activa era la Taiga.

"Has estado trabajando demasiado, a menudo. Con toda la plata que has ganado, ¿habrá algo que de veras querrás?"

"Porque tengo el tiempo, necesito seguir trabajando. Es una manía de servir."

"...Q, ¿qué es eso?"

"Es ser refrescado por trabajar. Bueno, les verá otra vez mas tarde!"

Dejándoles con esa frase misteriosa, la moza (francamente hiperactiva) Minori se dirigió hacia la cocina. Después que los dos le vieron salir,

"Cuán admirable... No es solamente que ella es simpática, pero que también es diligente. Completamente distinta de ti."

"...¿Qué?"

"Bueno, te levantas en la tarde, vienes a mi casa con tanto tu cabeza como tu ropa un disórden completa, mendigas un almuerzo, y entonces sigues de floja mirando al televisor, mendigas una cena, y te quedas portándote exhausta hasta bien de noche, y entonces vuelves a casa, ¿no es así? Cuán no productivo."

La Taiga se levantó la cabeza de repente.

"Es feriado, entonces está bien, ¿no? Y no es como si fueras algo distinto. Además, ¿no estás olvidando de algo importante? He estado haciendo el esfuerzo de venir acá para tu bien, ¿no? En realidad, eso debe ser la cosa mas importante para ti."

Ella le atacó con su chucharita de postre.

"Ugh... Has tirado un poco a mi ojo!"

"Aunque estoy de vacaciones, ¿no es mas como si haya estado malgastando mi tiempo contigo? ¿No lo entiendes? ¿Hm?"

Mostrando mas desprecio que enojo en sus ojos, la Taiga hablaba arogantemente.

"Debes estar satisfecho con tanto. Como estoy acá solo para que puedas ver a la que quieres. Pero sabes, no es lo mismo para mi. No hay nadie que esté de bondad apoyando mi amor de ese modo."

"...¿Por qué estás hablando tanto de rodeos? No es como si fuera mi culpa que no has podido ver al Kitamura. Yo de verás traté de ayudar, ¿sabes?"

"..."

"¡No empieces de no hacerme caso a mediados de la conversación!"

"¡Cállate!"

Diciendo lo que le daba la gana, y entonces de una vez callándose, los ojos de la Taiga estaban ahora pegados a una revista de chicas que había comprado en la librería en el camino de venir. Aunque él no estaba de acuerdo con lo que ella dijo, él solo pudo recibir los críticos inevitables junto con su cafe negro.

Hablando de lo cual, él absolutamente no tuvo la culpa. Se acordaba la tarde del primer día de vacaciones.

Al ser molestado por la Taiga, él había llamado por teléfono al Kitamura, su buen amigo y también el objeto del amor sin cumplir de la Taiga. Sabiendo que el Kitamura tendría por lo menos tres días sin actividades del club de beisbol en lo cual estaba él y la Minori participaban, la Taiga hizo que el Ryuuji le preguntara de sus planes por esos días. Eso dicho, la Taiga completamente faltaba del coraje para preguntarle al Kitamura por si misma, entonces hizo un plan donde el Ryuuji prometería encontrarse con el Kitamura y entonces ella fingiría encontrarse en el camino por accidente.

Pero, solo había una respuesta cortante a la llamada telefónica hecho próximamente por la Taiga nerviosa, "Carambas, ¡es tan horrible! Quería por lo menos un día para salir y jugar, pero con todo que ver con la casa y con el consejo de estudiantes, ¡estoy completamente ahogado!" --- No importaba con qué manera uno lo miraba al asunto, no había un tiempo bueno. No había ninguna manera que él podría haber hecho con la situación.

"... Tu no podrías aun hablarle si lo fueras a ver de todos modos."

"..."

Mirando arriba sin de veras hablando, o aun cambiando su expresión, solo se movieron sus labios mientras la Taiga apenas suspiraba a si misma: Ve. Al. Infierno.

"... No hay modo... ¿Cómo me vas a mandarme?..."

"¿Escuchaste eso? Serán buenas tus orejas."

Con una sonrisa malévola, ella dió al Ryuuji una mirada mas apropiada para una diabla que una tigre.

En esa situación, el Ryuuji no pudo evitar pensar:

Justo para qué estaba pasando todo su tiempo haciendo planes con ésta cuando solo le trataba de ridículo y le menospreciaba.

"Ah~!"

--Un grito corto de la Taiga interrumpió sus pensamientos.

"Aaah! ¿Qué demonios estás haciendo, tu, torpe!"

A pesar de ponerse de pánico un poco, el Ryuuji se paró con un tejido en la mano antes de arrodiarse como un sirviente al lado de donde estaba sentada la Taiga.

Un poco de la salsa de arándano había caido fuera de la boca de la Taiga y se derramó sobre su vestido cerca de las rodillas. Él tuvo que terminar de limpiarlo antes que pudo remojar al encaje blanco.

"Aww, mi culpa... ¿Se lo manchó?"

"No, está bien. Si lo cuidemos debidamente cuando volvemos, debe quedar bien."

Remojando al tejido en una taza de agua, él rápidamente pero nerviosamente sobaba al vestido de la Taiga mientras ella gemía lastimosamente. Al fin, él pensaba que el vestido costaría mas que veinte veces lo que costaba su propia ropa de calle. Aunque no fuera de él, él nunca podría dejarse tocar cosas costosas con menos que el cuidado máximo. Aunque estaban discutiendo hasta el momento anterios, eso no era el asunto. Porque cuando él notaba algo mal, siempre se metía de cabeza --- Si, así es. Justo como en esta situación.

Parecía como si siempre estuvieran así, él y la Taiga. Mientras él seguía con la limpieza de emergencia, el Ryuuji sin darse cuenta evitaba contacto de ojos.

La única razón que los dos estaban aún juntos era porque los dos estaban enamorados del amigo del otro. Ese hecho llegaba a conocerse después de un evento de coincidencia, y no mucho después se nació esta alianza extraña.

Taiga, quien había vivido solita, de repente comenzaba a contar con la ayuda del Ryuuji para sus necesidades diarias y Ryuuji, quien de naturaleza amaba los quehaceres de casa y limpieza por lo general, no pudo rechazar sus demandas. Como consecuencia, la cosas seguían progresando poco a poco hasta que eventualmente, ellas habían caido al modo de vivir un poco complicado, la situación del momento sirviendo como un ejemplo.

Ella es tan torpe.

La chica feroz, conocida como la Tigre de Bolsillo tuvo un otro lado sorprendiente; en otras palabras, ella estaba simplemente la persona mas en peligro de accidentes que cualquiera otra persona que él había conocido, entonces salió que no podía levantarse los ojos de ella ni por un momento. Cuando él la dejaba andar solita, sin fallar caería varias veces al día. Si ella estaba detrás de él, él saldría mirando de reojo, o si estaba usando una llama de fuego, él tendría que llamarle. Si él no los preparaba, ella aun andaría sin comer. Su condición física deterioría. Ella estaba tanto sin esperanza que él sentía como caminar con ella todos los días para que no hiciera nada absurdo.

Además de eso, ¿qué mas podría decir? -- Él había salido testigo de su una-vez-en-la-vida fracaso de una confesión de amor. Sorprendentemente, él también describrió que ella era una llorona.

Las cosas andaban bien por lo general, pero aunque el Ryuuji y la Taiga comieron juntos, fueron a la escuela y aun hicieron compras huntos, no había nada de cariño mutuo en la relación extraña que se había desarollado.

Si le fueran a desafiar, el Ryuuji solo podría pensar en una sola razón de mas por el hecho de que estaban juntos. Eso sería que él era un dragón, y la Taiga una tigre --- juntos formaron un juego completo, o algo así.

"Ah!"

Unz vez mas, una gota derramada, color de arándano, cortó los pensamientos del Ryuuji.

"... Se un poco mas cuidadosa. Y de todos los lugares posibles, ¿por qué la gota segunda siguió la primera? Buena cosa que cayó sobre tu dedo."

"Callete ya, no es como si lo hiciera a propósito. En primer lugar, no te pedí que lo limpiaras ni nada."

"¿De qué tonterías estás hablando ahora? Si lo dejara solito, entonces ¿podrías removar la mancha tu misma? No podrías, ¿correcto? Tendrás que saber, no estoy haciendo eso para tu bien, sino para el bien del vestido."

"¿Qué? Ya veo. Si te guste tanto, ¿por qué no te lo de? Entonces podrías ponertelo, este vestido."

De todos modos... ahora, ella estaba poniéndose cada vez mas maliciosa.

Aun así, él no pudo aguantar mirar que ropa tan cara sea manchada, entonces mientras hacía una cara como de en triple reo recibiendo una sentencia de diez años (quizás con una medida de molestia), él no le hizo caso y se sumergió en sus esfuerzos sin esperar. Entonces,

"Ah."

"¿Hiciste algo mas ahora?!"

Aunque el Ryuuji miró hacia arriba instintivamente por el ruido sin cuidado que la Taiga dejó salir,

"Eso no lo es... Esta cosa simpática, lo voy a comprar. Definitivamente lo voy a comprar."

La Taiga estaba murmurando mientras levantaba la página en la revista por su costado.

"¿Estás malgastando tu plata otra vez? Por cuánto tiempo mas quedarás comprando estás cosas livianas, llenas de encaje y aire, todos tan parecidos los unos a los otros? Bueno, ¿cuál es? ¿Cuánto cuesta?"

"Ya me basta, eres demasiado ruidoso! ¿Piensas ser mi mamá o algo?!"

"Saldré siendo la persona que tendrá que organizarlos, entonces tengo el derecho de chequear primero."

El Ryuuji se levantó y se sentó al lado de la Taiga tempestuosa, mirando rápidamente a la página que ella estaba mirando mientras estaba cerca. Él pasó el otro día fránticamente poniendo en órden la ropa cara que estaba rebalsando del ropero en el dormitorio de la Taiga, afortunadamente las cosas estaban todavía puestos de una manera sensible. Él debe de tener el derecho de restringir sus gastos frívolos. Y entonces,

"...¿E, ésta? Ésta es... Justo cómo se puede...?"

Él puso su cabeza chueco sin pensar. En la página que tenía lo que la Taiga dijo que definitivamente compraría, la modela llevaba un par delgada de bluejeans que mostraron sus piernas largas mientras se puso de un modo bonito. No era nada de encaje, ni de aire, pero--

"... Aunque estoy diciendo esto para tu propio bien... si fueras a llevar esto, sería una tragedia."

En todo caso, la Taiga era apenas 140cm de alto. Debería haber sido fácil ver que ella no tenía ese tipo de piernas largas, sin embargo,

"...Lo que quiero es esta bolsa!"

"O, o... ¿Eso es lo que querrías decir?"

"Bueno, lo siento que mis piernas son tan cortas."

Mientras su voz resonaba de una forma extraña que contradijo su tono de calma, el Ryuuji sin pensar empezaba a retroceder, preparándose para escapar. Los ojos de la Taiga se pusieron mas cerrados de enojo mientras los bordes de su boca movieron hacia arriba como si estuviera sonriendo.

"Espere ya, aguántate, quédate tranquila... Estamos en el trabajo de la Kushieda... Um, estamos en el palacio."

"¿Qué es eso?! ¿Me estás bromeando?! ¡No voy a aguantar ese tipo de actitud de ti! Si entendiste que hablaste mal, entonces ¿qué tal si pidas disculpas primero?!"

La Taiga frunció la nariz ferozmente -- Pareció que su chiste extraño había fallado por completo. Eso sí fue malo. Ella estaba seriamente enojada ahora. Porsupuesto, él de veras quiso pedirle disculpas rápidamente, pero,

"Guh.."

"De todos modos, tengo piernas cortas! Pero, ¡eso no ha molestado a nadie mas antes!"

Agarrándole por la nuca del cuello, ella comenzaba a sacudirle violentemente. No pudo hablar. De hecho, ni pudo respirar. Desesperadamente luchando y pateando la mesa sin verguenza, el desperadamente trataba decirle "Me rindo!", nada mas.

En ese momento, fue repentinamente soltado de las garras de la Taiga. Habiendo sido soltado, el Ryuuji se cayó al asiento tozeando mientras trataba de recobrarse.

"O, oye... ¿Estabas tratando de matarme?! ¡Seriamente!"

"…Wa, wa, wa…"

Destraidamente, con su boca parcialmente abierta, la Taiga parpadeó de sorpresa. Pareció que por fin se había dado cuenta de que estaba demasiado violenta, el reconoció sinceramente.

"Eso es correcto, estuve chocado sabes. Espero que ahora entiendes, esta experience ayudará de prevenir que ahorques a alguien una segunda vez..."

Mirando de mal ojo, pero intentamente al Ryuuji, la Taiga indicó a la página de la revista que estaba mirando, diciendo "Mira, mira!"

"... Ya te escuche decir que quisiste esa bolsa."

"¡No eso! ¡Ésta! ¡Esta persona!"

Al punto de su uña, pintada al color de las flores de cerezo, estaba la mujer hermosa con sus piernas cruzadas elegantemente -- no, la cara sonriente de una chica hermosa. Delante de un fondo negro (lo último de moda), ella estaba llevando una camisola que debería de haber costado varios cienes de dólares y un bluejean aun mas caro mientras su cabello ligeramente ondulado se llevaba por el viento. De veras era una modela bien bonita, pero como era modela, solo se esperaba que fuera bonita. No parecía nada fuera de normal en cuanto a la página.

El momento que trató de preguntar qué quiso decir ella, ella le agarró la cabeza.

"Owowow!"

Y así no mas, su cabeza fue volteado casi 180 grados para ver detrás de él.

"…Oh."

Sin pensar, él soltó una exclamación parecida de sorpresa.

Una cliente recién llegada que estaba siendo sentada por una moza no muy legos de donde el Ryuuji y la Taiga estaban sentados.

No era solamente la Taiga y el Ryuuji que estaban mirando a ella tampoco. Volteándose para ver y suspirando calladamente, casi todos los clientes dentro de la tienda relativamente ocupada estaban mirando hacia ella a escondidos.

La primera cosa de que se dieron cuenta era de cómo su cuerpo delgada dió la impresión de un cervato. Ella no parecía especialmente alta, pero por cuestión de una cabeza relativamente pequeña, salió bien balanciado.

Su cabello era bien cuidado, hasta parecer seda. Pero mas bien que parecer demasiado, se descansó ligeramente sobre sus hombros de una forma mas o menos alegre.

Llevando grandes lentes oscuros al estilo Hollywood sobre su cara pequeña como una niña, ella caminaba con una elegancia perfecta. Sus pies delgados fueron vestidos con sandalias con taco, y parecieron como escultura acabada.

Aunque ella estaba llevandose solo bluejeans, sus piernas largas (no Japonesa normal) acentuaron su estilo de chica mas que cualquier vestido podría. Con una bolsa de marca colgada de su hombro, y su piel de blanco pulido, era fácil ver que no era alguna amateur.

En corto, una belleza verdadera. Había una hermosura sobrepoderosa que uno no podía dejar de notar. Cuando ella removió sus lentes oscuros, casualmente, la tienda fue llenada por una variedad de reacciones.

"Oooh…"

Aun Ryuuji suspiró y miraba ferventemente sin pensar. Como si una neblina hubiera sido levantado de sus ojos, su buen aspecto se quedaba revelado.

Era una maravilla que un par de ojos tan grandes podiera quedar en su cara pequeña. Su cara sin mancha fue colorado una rosada elegante. La diferencia entre su expresión sin preocupación y su estilo cuidadosamente refindado fue aun mas agarrador.

Parecía encandatadora pura, por completo. Ella en gentil, calma y tenía gracia. Definitivamente como una ángel, bajando benévolamente sobre este restaurante familiar para compartir su aura brillante con las gente alrededor. Él casi esperaba que habría un aureola sobre su cabeza.

Y no importaba cómo mirabas a esa cara hermosa.

"...Esa persona, ella es..."

"...Sí..."

La mismísima persona, la bella de la página que la Taiga estaba indicando antes.

"...Ella es una modela..."


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