Maria-sama ga Miteru:Volumen 01 Capítulo 1

From Baka-Tsuki
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Lunes de Intranquilidad[edit]

Parte 1


—Espera.

Era Lunes.

Luego de las filas de árboles de ginko, hay una bifurcación en el camino, y fue desde aquí que Yumi escuchó que alguien la llamaba desde atrás.

Era una voz fría, penetrante, suficientemente fuerte como para parecer una ilusión. Además, como esto había pasado justo en frente de la estatua de la Virgen María, por un instante pensó que quizás era ella la que le estaba diciendo que se quedara quieta.

Una vez que alguien te dirige la palabra, primero debes detenerte y responder "si", entonces voltear con todo el cuerpo.

Incluso si te hablan de manera inesperada, no debes proceder de manera apresurada. Está demás decir que sólo girar la cabeza como respuesta, se clasifica como una conducta definitivamente poco femenina.

Tan elegante como sea posible, de manera estética. Todo esto para acercarse un paso mas a parecerse a las hermanas mayores.

Es por lo mismo que tan pronto como te encuentras frente a frente con tu acompañante, debes sonreir y saludar diciendo "gokingenyou".

Desafortunadamente, Yumi fue incapaz de decir estas palabras.

—...

Era porque el reconocer quien la había llamado la dejó sin palabras.

La razón por la cual no se sobresaltó fue porque se había dedicado a aprender a comportarse de la manera en que la estudiantes de la escuela Lillian deberían. Su capacidad de autogobernarse en aquel momento era prueba suficiente de los progesos de aquel aprendizaje... o mejor dicho, esa era la manera en que lo hubiera deseado. Sin embargo, su estupefacción era tan grande que sus acciones fueron considerablemente mas lentas que su mente excitada, dejándola congelada en el tiempo.

—Eh... ¿Es posible que me estés hablando a mí?

De alguna forma, logrando deshielarse, Yumi logró preguntar, con incredulidad. Por supuesto, Yumi ya había confirmado que aquella era la unica persona a la vista, y sólo podría haberle hablado a ella. Pero aún así, le resultaba difícil creerlo.

—No te has equivocado. Yo soy quien habló y es a tí a quien he hablado.

No se había equivocado, había dicho ella. Sin embargo, Yumi desesperadamente hubiera querido responder, que porsupuesto que había un error, y entonces salir corriendo. Al no tener idea de por qué la había llamado, su mente estaba al borde del pánico.

Emitió una débil sonrisa y caminó directo hacia Yumi, ignorando el estado en el que ella estaba.

Ya que estaban en años distintos, no había tenido nunca la oportunidad de ver su rostro tan de cerca. Esta era incluso la primera vez que Yumi escuchaba su voz con tanta claridad.

Su cabello largo hasta la cintura brillaba tan intensamente que daban ganas de preguntarle que marca de shampú usaba. Estaba tan bien cuidado que era difícil imaginar que hubiera una sola hebra en mal estado.

—Sostén esto.

Estiró su cartera. Cuando Yumi, aun perpleja, la tomó, ella extendió ambas manos desnudas hasta la parte trasera del cuello de Yumi.

"¡Ay, no!"

Sin saber lo que estaba pasando, Yumi cerró los ojos, bajó la barbilla y se puso rígida.

—Siempre debes estar atenta a tu presentación personal. La virgen María está observando, después de todo.

Con estas palabras, aquella persona tomó su cartera de vuelta, se despidió con "gokingeyou", y se adelantó hacia el edificio de la escuela.

"Esa... esa era..."

De pie ahí, dejada atrás, la sangre lentamente volvió a subir hasta la cabeza de Yumi, y comenzó a hacer recuento de lo que había pasado.

No había duda acera de quién era ella.

Número siete en la lista de la Clase Pino, segundo año, Ogasawara Sachiko-sama. Era conocida como "Rosa Chinensis en bouton".

Era tal su popularidad en la escuela, que no podías evitar preguntarte si estaba bien decir su nombre, o incluso mencionarla, si eras alguien de tan bajo estatus.

"Esa..."

Yumi estaba a punto de hervir de vergüenza.

"¡Eso no es justo!"

Yumi se quedó de pie, atontada por unos momentos.

Había intercambiado palabras con la onee—sama a la que había aspirado desde el principio. Pero había sido un episodio horriblmente embarazoso. Era muy cruel.

¡La Virgen es muy cruel!

Cuando miró hacia arriba, en busca de la Virgen María, esta mantenía su perpetua sonrisa casta y se erguía silenciosa en medio del pequeño y verde jardín.


Parte 2


—Ah. Así que eso es lo que pasó.

Katsura-san, que se sentaba frente a ella, sólo rió cuando escuchó la historia.

—Estabas tan sombría cuando apareciste en la clase, que me estaba empezando a preguntar si te topaste con un acosador en el tren, o algo parecido.

—Un acosador habría sido mejor

—¿Por qué?

—No te sigue a todas partes.

—Yumi-san, se nota que nunca has tenido que viajar cerca de un acosador en el tren.

—Viajo en bus.

Las estudiantes de la Academia Lillian para Niñas solían tomar un bus desde la salida norte de la Estación de Trenes M en el distrito de JR para llegar a la escuela. Ambas hacían este mismo recorrido, pero Katsura-san tomaba un tren muy concurrido para llegar a la Estación M, mientras que Yumi tomaba un bus hasta la salida sur de la misma, lo que marcaba una clara diferencia en comodidad (o incomodidad).

—Había un rumor acerca de un vagón de la Academia Lillian ¿recuerdas?

—Hay uno, pero está ocupado mayormente por las Yamayurikai, así que el resto de las estudiantes llenan el segundo vagón. Pero a causa de las tareas diarias y las actividades de los clubes, entre otras cosas, si sales demasiado temprano no hay suficientes estudiantes, así que pierde el sentido.

A pesar de eso, parecía ser que gracias a los rumores, estudiantes de otras escuelas aparte de Lillian habían comenzado a usar ese vagón, haciéndolo bastante efectivo contra acosadores. Por supuesto, no había una forma real de prohibirles la entrada a los hombres, pero el número de hombres con el descaro suficiente como para entrar a un carro lleno de jóvenes colegialas era muy bajo. Aparte de que, de cualquier manera, en tal situación tenían muy pocas oportunidades de hacer movimientos sospechosos.

El uniforme de Lillian estaba hecho de una tela negra opaca, que tenía una gota de color verde, y era muy refinado en todo sentido. El pañuelo de marinero color marfil, llevaba una sola línea en el borde y se ataba como una corbata. Durante aquella estación, la falda tableada de una pieza, iba desde la cintura hasta las rodillas. Combinando todo esto como un set con las calcetas blancas dobladas tres veces y los zapatos de cuero estilo ballet, conseguías un atuendo muy tradicional. Uno que tenía una popularidad fuertemente enraizada con la gente en general así como también, por supuesto, con los fetichistas de los uniformes.

Esta atractiva tenida anunciaba que la dama que la llevaba pertenecía a un estatus social elevado. Pero también, los uniformes de marinera atraerían siempre la atención.

—Los trenes suelen ir llenos, así que siempre compruebo mi aspecto antes de entrar a la escuela.

Diciendo esto, Katsura-san se movió ante Yumi como si estuviera ante un espejo, se arregló el flequillo y volvió a atarse la corbata. A eso se refería.

—Ya veo, fui tan descuidada.

Yumi se dejó caer sobre su escritorio. Entonces, Katsura-san acarició su cabeza, como diciendo "ya, está bien".

—Es verdad. Pero las personas que pueden permitirse sentarse cómoda y elegantemente mientras viajan a la escuela no tienen que molestarse en pensar en eso. No te preocupes por eso, no es la gran cosa.

—Es la gran cosa.

—Mientras nosotras hagamos nuestra parte en olvidar, estará bien.

—¿Por qué dices eso?

—Porque ella es la estrella de la Academia Lillian. Las estrellas no se fijan en cada novata que se encuentran.

Estrellas y novatas.

A pesar de que era la verdad, o mas bien porque lo era, dolió. Los consuelos de Katsura-san eran un tratamiento extremista.

De paso, Katsura era un nombre y no un apellido. En Lillian los sobrenombres generalmente no existían. La costumbre era referirse con -san a aquellas que estaban en tu mismo grado y con -sama a aquellas que estaban en cursos superiores.

—No hay forma de evitar ponerse nerviosa cuando te llaman. La única persona de primer año en nuestra clase que puede conversar tranquilamente con algún miembro del concejo Yamayurikai es ella.

Y con estas palabras, Katsura san echó una mirada rápida por sobre su hombro. Siguiendo su línea de visión, Yumi observó a Todou Shimako entrar en la habitación.

—Gokigenyou, Katsura-san. Gokigenyou, Yumi-san.

Conforme saludaba a ambas, Shimako-san avanzó elegantemente hasta su asiento.

—Go-Gokigenyou.

Yumi y Katsura-san intercambiaron miradas, como si ambas quisieran preguntar "¿Por qué te pones tan nerviosa?"

A pesar de que la edad era la misma, la diferencia era enorme. Aunque totalmente diferente a Sachiko-sama, Shimako-san era también sensacionalmente hermosa.

—¿Escuchaste?

Katsura-san comenzó a susurrar, de manera que Yumi también bajó la voz. —¿Que Shimako-san se convirtió en Rosa Gigantea en bouton? Sobrepasando incluso a las de segundo año.

Era famosa. La historia de Shimako-san intercambiando votos de hermandad con Rosa Gigantea a pesar de ser una estudiante de primer año.

—No me refería a eso.

—¿No?

Dejando adivinar que era el más reciente rumor, Katsura-san puso su dedo índice sobre su labio, diciendo "Onee-sama me contó".

Su Soeur era una de los miembros mas antiguos del club de tenis, e iba a la misma clase que Sachiko-sama.

—Shimako-san. Rosa Gigantea no fue la primera en proponérsele, sino que al parecer también lo hizo Sachiko-sama.

—¿¡Ahh!?

—Yumi-san, estás metiendo ruído.

Ambas estaban encogidas sobre un solo escritorio. Era un espectáculo muy impropio para unas damas, pero las dos no se habían dado cuenta. Virgen María, por favor perdónalas. Sin importar la generación de la que sean, las mujeres aman los rumores acerca de otras personas.

El sistema Soeur de la Academia Lillian de Niñas había nacido, se decía, de la actitud que tenía la escuela de respetar la autonomía de sus estudiantes en la escuela secundaria. Al graduarse de la educación obligatoria, en la cual vivían bajo la vigilancia de las hermanas y las profesoras, se esperaba que llevaran una vida ordenada segun su propia capacidad. El sistema Soeur fue adoptado para que las hermanas mayores pudieran guiar a sus hermanas pequeñas a través de aquella época abrumadora.

Conforme aquel sistema se fue integrando a toda la escuela, era tal que incluso sin la necesidad de que interfiriera ninguna regulación estricta, el estilo de vida escolar puro y correcto era pasado de generación en generación.

Soeur significaba hermanas, en francés. Presumiblemente con la finalidad de prevenir confusión con las hermanas religiosas (a quienes llamaban "sisters"), habían evitado utilizar el ingés. Originalmente, todas las mayores eran llamadas Soeurs, pero eventualmente se convirtió en una manera de designar a dos niñas ligadas estrechamente. Nadie estaba seguro de cuando se había comenzado a utilizar la práctica de entrega y recibimiento de un rosario como señal de convertirse en Soeurs.

—De acuerdo a lo que cuentan, Sachiko-sama se le propuso primero. Pero ella aceptó la manio de Rosa Gigantea, a pesar de que llegó después.

Katsura-san parecía un poco desdeñosa, pero definitivamente estaba emocionada por el tráfico de rumores.

—Me pregunto si sólo prefería el color blanco al rojo.

—Ese no es el punto. Vaya, Yumi-san, eres un poco extraña. ¿Ves? Cuando eres de la misma clase de persona que Shimako. Eres capaz de seleccionar entre dos rosas.

—Seleccionar, que palabra mas fea.

—Pero, diciendo la verdad, Sachiko-sama fue rechazada.

—Umm.

Que deperdicio hacer algo como eso, pensó Yumi.

—¿A qué te refieres con "Umm", no crees que es algo horrible?

—¿Por qué? Si no puedes tener dos onee-sama, tienes que elegir una.

—¿Y eliges a la que llegó después?

—Pero no es una carrera.

—Si, lo es.

Y con un suspiro, Katsura-san había concluído la discusión. Ahora que lo pensaba, había intercambiado sus votos Soeur el mismo día en que se había unido al club de tenis.

—Y hablando del tema ¿Qué pasa con Rosa Foetida?

—Rosa Foetida es pacífica y está asegurada con una estudiante de tercero, una de segundo, y otra de primero.

—Ya veo.

Para Yumi, en contraposición con el asunto de que Rosa Gigantea y Rosa Chinensis en bouton se estuvieran peleando por Shimako-san, el hecho de que ninguna de ellas tuviera hermanas menores le resultaba mas sorprendente.

—De cualquier manera, la verdad es que Sachiko-sama se le propuso, y ella no aceptó de inmediato.

Al decir esto, Katsura-san miró hacia el reloj.

La campana sonaría para las plegarias de la mañana.

Entonces, un himno sonaría desde el sistema de transmisión de la escuela. Aparte de la plegaria matutina semanal en el Santuario, todas rezaban en sus salas de clases. Todas cantaron el himno, escucharon las palabras de la directora, y entonces calmaron sus espíritus y ofrecieron rezos a Dios.

Por favor, permíteme vivir rectamente el día de hoy.

Sin embargo, en aquel día, a pesar de rezar, tuvo el presentemiento de que estaba a punto de ser arrastrada lejos de su pacífica y rutinaria vida.


Parte 3


—Yumi-san, Yumi,san.

Alguien llamó a Yumi al finalizar la escuela, justo cuando había acabado con sus tareas de limpieza y salía de la sala de música.

—Ah, Tsutako-san. ¿Ya has terminado de limpiar el salón de clases?

—Si, y es por eso que me apresuré hasta aquí, para asegurarme de encontrarte. Yumi-san parecía parecía haber tomado su maletín con ella a las tareas de limpieza.

A causa de que las salas de primer año estaban alejadas de la sala de música, las de primer año siempre llevaban sus maletines.

Como las entradas de los clubes estaban cercanas, resultaba conveniente para irse a casa o a las actividades de tu club directamente.

—¿Me estabas buscando?

—Quisiera discutir algo contigo.

—¿Discutir?

Esto motivó a Tsutako-san a levantar sus lentes sin marco hasta el puente de la nariz con un dedo, asentir, y responder "si".

—Yumi-san, tenemos actividades a las que asistir, así que nos retiramos ahora. Oh, y voy a regresar el registro de limpieza a la sala de profesores en el camino, también.

Las tres estudiantes que la habían acompañado en las tareas de limpieza sonrieron con ojos puros.

—Vaya...gracias.

—No, no. No te preocupes por eso. Gokigenyou.

—Gokigenyou.

Los uniformes, con el color de alas de cuervos húmedos, suavemente se deslizaron hasta el final del pasillo. Tsutako-san y Yumi-san las observaron alejarse durante un instante.

—¿Sabes que pertenezco al club de fotografía?

Tsutako-san se volvió hacia Yumi y preguntó abruptamente.

—S-si.

Porque ella es famosa.

Aparte de las horas de clase, escasamente se separaba de su cámara. Yumi recordaba borrosamente haberla escuchado lamentarse, en algún momento, acerca de lo mortificada que se sentía cada vez que perdía la oportunidad de hacer una buena toma, y para evitar ese sentimiento de frustración era que llevaba su cámara colgando del cuello todo el tiempo. Desde el principio de la secundaria, esta era la primera vez que Yumi terminaba en la misma clase que Tsutako-san, pero ya le había mostrado dos o tres fotos que le había tomado sin que ella se diera cuenta. A pesar de que no tenía los conocimientos para distinguir si Tsutako era una buena fotógrafa, tenía que admitir que incluso ella misma lucía al menos un treinta por ciento mas bonita en las fotos que ella le había tomado.

—¿Sabes que el festival de la escuela está cerca? Verás, a causa de eso, he estado viniendo a la escuela temprano para tomar fotos desde antes de que empiece la jornada.

Sólo fotografiaba gente. Mejor dicho, específicamente, "jovencitas de la escuela secundaria". Honestamente, no había nada malo con eso, pero como ella pensaba que "si el modelo es consciente de que está siendo fotografiado, la foto no quedará bien", así que tenía la costumbre de tomar fotos a escondidas.

—Tsutako-san ¿No piensas que sería mejor dejar de tomar fotos como si fueras un papparazzi?

—¿Por qué desperdiciar mi situación provilegiada al ser una estudiante de la Academia Lillian de Niñas? Mi único deseo es embotellar la belleza a mi alrededor dentro de este marco. Con el tiempo, todos nos volvemos viejos, pero es posible preservar el "ahora" en toda su brillante gloria. Intento verlo como un deber enconmendado por Dios, que me eligió para portar esta cámara.

Con estas palabras, levantó el puño, apsionadamente.

—Aún así.

—No te tienes que preocupar. Consigo permisio de cada uno de mis modelos. Si, por el contrario, mi petición es rechaza, quemo todo, incluso los negativos. Y antes de mostrarlas, siempre, siempre me aseguro de que las involucradas lo deseen.

—¿Permiso?

—Exactamente así.

Tsutako-san le mostró a Yumi dos fotografías.

—¿Qué?

Tres, dos, uno.

Bastaron tres segundos para que se diera cuenta de qué eran las fotografías.

—¿¡Ehhh!?

Como Yumi levantaba la voz muy por encima del tono que era generalmente aceptado de una estudiante de Lillian, Tsutako-san le cubrió la boca.

—Es-esto.

Ah, y qué era.

La escena de la mañana, la misma escena que deseaba se hubiera borrado de su memoria. Dos fotografías de Ogasawara Sachiko-sama y Yumi.

Aún así, era un trabajo digno del as del club de fotografía. No había dejado pasar la oportunidad de fotografiar el momento preciso. Las dos manos de Sachiko sostenían firmemente el pañuelo de Yumi. Casi podías oir el sonido de la tela al ser ajustado el nudo.

Haciendo un esfuerzo para no soltar su cartera, Yumi observó imbuida, absorbiendo cada detalle de la foto.

Como siempre, Sachiko-sama estaba adorable. Y como resultado directo de su presencia, Yumi, de pie junto a ella, lucía como un ángel.

—La primera fue tomada con una lente de rango largo, el acercamiento. Pero esta otra, en la que aparece todo tu cuerpo, tiene un tinte mas "prohibido", dándole mas puntos. ¿No lo crees?

—Por cierto, el título es "Entrenamiento" —dijo Tsutako-san, y Yumi no pudo hacer mas que estar de acuerdo.

—¿Puedo quedármela?

Al preguntar esto, Tsutako-san rió y le quitó las fotografías. Lucía como si Yumi acabara de picar el anzuelo.

—No tengo problema, pero tengo dos condiciones.

—¿Condiciones?

—Condición uno: que me permitas usar esta foto en uno de los paneles de la exibición del club de fotografía durante el festival de la escuela.

—Eh...

¿Exibición? ¿Panel? ¿Se había vuelto loca?

Que insensato, poner a alguien como Yumi, con sus notas, altura, peso, y figura totalmente promedio, en el mismo nivel que alguien que era perfecta en cada aspecto, como Ogasawara Sachiko-sama, y dejar que cada una de las estudiantes lo viera.

—Tsutako-san, debes estar bromeando.

—¿Por qué bromearía? Desde que tomé la fotogafía me he sentido con la confianza de afirmar que es mi mejor trabajo en todo el año. Es por eso que use el descanso del almuerzo para revelarla.

Al decir esto, su estómago soltó un rugido definitivamente poco femenino. Ah, su almuerzo yacía intacto en su lonchera. Las aficiones tienen prioridad sobre la necesidad de satisfacer el apetito.

—Pero, un panel...

Yumi bajó los ojos.

—¿No quieres la foto?

Tsutako-san puso las fotos en abanico y las agitó en frente del rostro de Yumi.

—Lo sé. Siempre has admirado a Ogasawara Sachiko-sama en secreto. Mas aún, desconociendo la remota posibilidad de una fotografía doble, se que nisiquiera tienes una foto de acercamiento a su cabeza. Cuando las fotos del paseo fueron puestas afuera de la sala de profesores, estabas molesta por no poder pedir una copia al ser de un año diferente. ¿Tengo razón? Y como no eres parte de ningún club, no conoces a ningúna estudiante de segundo a la cual le puedas pedir una copia. La única fotografía que tienes es una del evento de atletismo. Esa es la imagen en la que Sachiko-sama, esperando en línea por el relevo, quedó en el último plano. Y, bueno, no voy a decir que es un grano de arroz, pero en realidad es sólo una mota.

—Dicúlpame, pero era, por lo menos, del tamaño de un lápiz. Y aún así, es un tesoro para mí.

Tsutako-san podría haber seguido una carrera como detective privado si así lo hubiera deseado.

—Me pregunto si ese lápiz te satisfará después de los eventos de hoy.

Los cristales de sus lentes brillaron como el flash de una cámara.

—...Eres malvada.

Por supuesto que no había manera de que estuviera satisfecha, no después de haber visto una foto tan buena.

—¿Pero no existe la posibilidad de que Sachiko-sama se niegue?

—Es por eso que —Tsutako-san levantó su índice y rió de manera triunfante— la otra condición es que recibas permiso de Rosa Chinensis en bouton.

—¿¡Ehhh!? Eso es imposible, absolutamente imposible.

Denuevo, dijo algo tan impactante de una manera increíblemente lisa y llana.

—¿Por qué? —Tstutako-san abrió los ojos con sorpresa— Las dos lucen tan cercanas, como soeurs. —¡Ojalá!

Yumi le explicó. Esta mañana, al dirigirse a la escuela, alguien la había llamado derrepente, y mientras se preguntaba qué estaba pasando, había sido amonestada a causa de su apariencia.

—Bueno. Y mientras lo hacía arregló tu corbata, además. Si tus compañeras se enteraran desearían haber estado en tu lugar.

—¿Qué podrían decir: "Ay, me muero de envidia"?

El sólo recordarlo la hacía sentir que iba a enrojecer.

—Sachiko-sama debe haber pensado "que estudiante mas vaga".

No se suponía que fuera así.

En verdad, se suponía que el hablar por primera vez con su onee-sama en un futuro cercano fuera una situación mucho más hermosa.

Por ejemplo, como la escena de una película. Una escena que te hiciera sonrojar de emoción de sólo recordarla, algo que atesoraras aún después de la graduación. Incluso si se trataba sólo de un instante. Como recoger el pañuelo de Sachiko-sama al ser arrastrado por el viento, y devolvérselo. O algo parecido, algo trivial.

Pero una corbata doblada. Para peor, se había asustado tanto que nisiquiera se había podido despedir o agradecerle. Había caído al estatus de una estudiante menor y mal educada.

—Una estudiante descuidada ¿no está eso bien? Después de todo, te permitió acercarte a tu preciosa onee-sama.

—Err..

No había contraargumento a eso. Si su corbata no hubiera estado doblada, era muy probable que no le hubiera hablado en absoluto, en toda su vida.

—Tsutako-san ¿por qué no vas a negociar en persona? Después de todo, lo haces todo el tiempo.

—Incluso Tsutako-san, con lo valiente y audaz que es, se siente intimidada por el concejo Yamayurikai.

El Yamayurikai era el concejo estudiantil de la Escuela Secundaria de la academia Lillian de Niñas. Conocidas como las Rosas Blanca, Roja y Amarilla, los tres miembros del consejo, a pesar de ser estudiantes como ellas, estaban en un nivel social distinto, como si fueran miembros de la corte. Sachiko-sama era la petite soeur de Rosa Chinensis.

—Además, Yumi-san, decidí que sería rentable usarte para las negociaciones.

—¿P- por qué?

—Porque tú capturaste la atención de Sachiko-sama.

—Pero eso fue porque mi corbata-

—Si una corbata desarreglada fuera todo lo que se necesita para obtener la atención de Sachiko-sama, cada estudiante de Lillian andaría por la escuela con la suya desarreglada.

Ese había sido el argumento de Tsutako-san.

—Nadie haría eso.

—Te lo digo enserio, he visto algunas estudiantes de primero bastante calculadoras. Estudiantes de primer año que emprenderían una hazaña tan atrevida como caminar en frente de Sachiko-sama con la corbata desarreglada, sólo con el propósito de llamar su atención por un momento. Tsutako-san habló de esto en un tono sereno, como si fuera la protagonista de una obra, de pie en medio de un escenario iluminado por los focos.

—Sobre todo Sachiko-sama, es considerada una de las personas mas compulsivas acerca del orden dentro de la escuela. Es tan famosa por desdeñar las apariencias descuidadas, que debe haber mas de una persona que tontamente haya intentado esta acrobacia.

Para tener un alma recta, uno debe empezar por su apariencia. Por casi once años desde el jardín de infancia, ese había sido un mantra repetido hasta el cansancio, y romper ese condicionamiento con el fin de obtener la atención de su adorada superior, les había hecho ganarse sólo una, fría y reprobatoria, mirada de Sachiko-sama. Seguida de una completa indiferencia.

Para empeorar las cosas, a veces la onee-sama de esa estudiante era llamada para tener una "discusión" acerca de la importancia de la presentación personal.

—Sachiko-sama... da miedo.

—¿Recién te diste cuenta? Ogasawara Sachiko-sama es aterradora. Por supuesto, esto solo pasa con las cosas que ella desaprueba.

—¿Y me estás diciendo que enfrente a esa persona intimidante?

A decir verdad, Tsutako-san daba miedo también.

Yumi ya estaba preparándose para huir. El frente de sus zapatos de interior ya estaba mirando hacia la salida.

—No lo entiendes, Yumi-san. Sachiko-sama no es un demonio, es un angel. El Arcángel Miguel.

—¿E- el Arcangel Miguel...?

¿Qué está diciendo, siquiera entiende lo que está diciendo? Los ojos de Tsutako-san estaban enfocados en un punto en la distancia.

—Ella es, en realidad, sublime y tolerante. Sin embargo, todo lo que se opone a su sentido estético es absolutamente imperdonable. Ella es, después de todo, una princesa en toda su ley. Tiene derecho a poseer su propia y peculiar escala de reglas.

La mente de Tsutako-san estaba en algún lugar muy lejano en ese momento. Yumi no pudo evitar levantar la mano, decir "disculpa", y preguntar:

—Tsutako-san, mis notas en la clase de lengua son sólo aceptables.

—¿Si?

—¿Puedes bajar el nivel de tu lenguaje y darte a entender, por favor?

—¿Bajar el nivel?

—Eh, en otras palabras ¿Puedes explicarlo en español, por favor?

Tsutako-san cruzó los brazos y se sumergió dentro de sus pensamientos. Era difícil explicarle a alguien mas una teoría que ya habías completado en tu cabeza.

—Poniéndolo simple, Sachiko-sama jamás se enoja de manera irracional, así que no hay problema. Cuando se enoja, siempre hay razón en sus palabras.

—¿Entonces?

—Entonces no te preocupes y convéncela.

—¿Y por qué yo?

—Parecen complementarse, tú y Sachiko-sama.

¡Vaya! no puedo entender la forma de razonar de Tsutako-san.

—¿En qué te basas para afirmar eso?

—¿Base? no tengo base. Esas cosas se basan en el instinto. Intuición.

Sachiko-sama, que nunca se molestaba en ocuparse de las corbatas de las estudiantes menores, derrepente había decidido llamarla aquella mañana, corregirla, y entonces re-atar el pañuelo de Yumi con sus propias manos. Tsutako-san parecía convencida de que este era un buenísimo logro, uno que no podría haber sucedido de pura suerte.

—Incluso si una persona no es consciente de esto. Creo que la gente se acerca subconscientemente a quienes le son parecidos.

—Una vez mas, estás siendo irracional.

Esencialmente, era mas como si estuviera pasándole a Yumi la responsabilidad de algo que ella no quería hacer.

—Si realmente lamentas que te vea como una estudiante descuidada, entonces tienes la oportunidad de cambiar esa imagen. Si vas y le agradeces: "Gracias por advertirme esta mañana", te conviertes automáticamente en una dama educada.

—Ay, Tsutako-san, eres persuasiva.

—Vaya, gracias. Una vez me invitaron a unirme al club de debate.

Su risa triunfante era tan magistral que Yumi tenía la impresión de que igualmente podría ser invitada al club de teatro.

Diez minutos después, Yumi estaba de pie en frente de la puerta del cuartel general de las Yamayurikai, La Mansión de las Rosas.

Al final, el golpe crítico de Tsutako: "¿No quieres la foto?" había empujado a Yumi a aceptar el rol de negociar con Sachiko-sama.


Parte 4

El Concilio Estudiantil de la Preparatoria Lillian para Niñas era llamado el Yamayurikai (Concilio del Lirio de la Montaña) en homenaje al alma de la Virgen María.

El alma de la Virgen era un cielo azul, era un perenne roble, era un ruiseñor japonés, era un lirio de la montaña, y era un zafiro. Esa era la canción que primero te hacían aprender, apenas entrar al jardín de infancia.

« ¿Pero por qué un zafiro?»

Se había preguntado esto desde pequeña, y había arrastrado aquel desconcierto al presente. Cielo azul, perenne roble, ruiseñor, lirio de la montaña, y entonces espontáneamente un zafiro.

Podía entender la comparación del alma de la Virgen con cosas así de hermosas, pero un símbolo materialista como una joya, opuesto a las bellezas naturales tales como el cielo y las plantas y los animales siempre la había sentido fuera de lugar. Además, un zafiro era una posesión cara, de manera que mientras cualquiera podía mirar al cielo y maravillarse con su belleza, sólo algunos cuantos podían adornarse a sí mismos con un zafiro.

(Pero una dama del estatus de Sachiko-sama probablemente no encontraría el zafiro fuera de lugar.)

Y eso era lo que pasaba por la cabeza de Yumi, quien se erguía con la mente más bien en blanco ante la Mansión de las Rosas.

Lillian, al ser lo que podía ser considerado una 'escuela para las damas de clase alta', estaba llena de hijas de familias relativamente prósperas. Yumi, quien había estado asistiendo a la escuela desde su infancia, técnicamente contaba como la hija del presidente de una compañía, pues su padre era el presidente de una oficina de diseño.

Mientras que el intercambio de las ocupaciones de sus padres no era una práctica común en el aula, la gente, sin embargo, dejaba escapar esa clase de conocimiento de vez en cuando durante las conversaciones, y a partir de esto podías oír acerca de doctores, abogados, presidentes de pequeñas empresas, jefes de departamentos de empresas más grandes, profesores universitarios, y otros grados variables de títulos remarcables como esos.

Sin embargo, la Ogasawara Sachiko con la que estaba apunto de reunirse estaba en un nivel diferente a tales damas. Era la nieta del presidente del Grupo Ogasawara, una extensa administración sobre centros comerciales, parques de diversiones, entre otras cosas, y se decía que su madre descendía de la nobleza, haciéndola a ella una princesa de perfecto linaje.

La Mansión de las Rosas. Era llamada una mansión, pero de hecho era un pequeño edificio, aproximadamente la mitad del tamaño de un aula, tomando parte del espacio del suelo en el jardín para construcciones de la preparatoria. Sin embargo, al ser un edificio independiente usado sólo por el concilio estudiantil y, con la ayuda de su edificación en madera de doble piso, claramente podías ver por qué se había llegado a conocer como una mansión.

—Me pregunto si Sachiko-sama estará realmente aquí dentro —Yumi le dijo a Tsutako-san, bajando temporalmente el puño que había elevado para golpear.

—Bueno, no estaba en el aula, y todos dicen que las Yamayurikai se han estado reuniendo en la Mansión de las Rosas cada día después de clases para prepararse para el festival escolar.

Con eso, Tsutako-san obligó a Yumi a mirar de vuelta a la puerta. Aparentemente la había acompañado en calidad de escolta. Yumi era el plato principal. Quería quejarse, no había sido su culpa el haber llegado tan lejos, pero tenía que contenerse hasta que consiguiera una copia de la foto de dos tiros. Además, como Tsutako-san había mencionado, si las cosas iban bien, podría deshacer la mala reputación que posiblemente cosechara en la mañana, y si las cosas iban realmente bien, podía lograr pasar a formar parte del círculo de conocidos de Sachiko.

—Sí. Vienen aquí cada día...

En otras palabras, no podía echarse atrás.

Yumi levantó el puño de nuevo, pero no pudo obligarse a golpear en la puerta de madera.

«Ah, qué débil soy.»

Sin embargo, para cualquier estudiante normal de primer año, entre ellas Yumi, habría tomado una considerable cantidad de coraje el golpear esta puerta. Esa fue la razón por la que Tsutako-san, consciente de esto, no la apresuró. Si Tsutako-san llegaba a preguntarle: « ¿No puedes siquiera golpear?» Yumi estaba preparada para contraatacar con: «entonces hazlo tú.» Sintió que las palmas le transpiraban. Eso es extraño, no hace calor.

Su corazón comenzó a palpitar con más violencia, y sus piernas comenzaron a temblar.

El mundo al otro lado de esta puerta era demasiado extraño.

Justo cuando bajaba el puño, renunciando a toda esperanza, una voz sonó detrás de ambas.

— ¿Tienen asuntos con el Yamayurikai?

— ¿Ah?

Yumi y Tsutako se voltearon como impulsadas por un resorte.

—Oh vaya, me disculpo. Parece que las he sorprendido.

Se pie ahí se encontraba Toudou Shimako-san.

Yumi suspiró pesadamente, aliviada. Si Sachiko-sama aparecía cuando aún no se sentía resuelta, podría haberse desmayado. Bueno, incluso si el desmayarse era una exageración, era definitivo que se habría deshonrado aún más de lo que lo había hecho en la mañana.

—Shimako-san también, ¿por qué...?

Conforme Yumi comenzaba a hablar, Tsutako-san, a su lado, le dio un ligero codazo. —Idiota.

—Shimako-san es Rosa Gigantea en bouton, así que es obvio que esté aquí

—Ah, claro.

No era una «alumna promedio de primer año.»

—Yumi-san y yo deseamos hablar con Rosa Chinensis en bouton. Shimako-san, ¿actuarías como nuestra representante?

Como si pensara que había llegado en un perfecto momento, Tsutako-san de inmediato comenzó a hablarle a Shimako-san. A pesar de ambas eran botones, la diferencia de comodidad entre el blanco y el azul era drástica.

—Oh, si ese es el caso, ¿les gustaría entrar? Creo que Sachiko-sama está en el segundo piso.

Balanceando sus rizos, Shimako-san abrió la puerta y les hizo señas a las dos, las cuales estaban clavadas en el piso afuera. No sólo hermosa, pero amable y simpática también, Todou Shimako-san. Yumi se quedó atemorizada por un momento.

A causa de esto, era fácil ver porqué Sachiko-sama y Rosa Gigantea se peleaban por ella. Ella era, después de todo, el tipo de persona junto a la que amarías estar de pie y con la que amarías caminar. Blanco puro, con suave, marrón, cabello ondulado.

En contraste, incluso con el mismo color de cabello, Yumi simplemente tenía cabello indisciplinado. Había logrado someter sus saltonas cerdas con cintas al dividirlas en dos. Un animal salvaje, mitad algodón de azúcar, mitad Sabana.

— ¿Entremos?

Shimako-san les habló una vez más, manteniendo la puerta abierta.

—Vamos, Yumi-san.

Deglutiendo, Tsutako-san agarró el brazo de Yumi. Si todo lo demás fallaba, estaba planeando arrastrar a Yumi con ella.

Al dar un paso, un misterioso espacio las rodeó.

—Vaya...

Un paso adentro estaba el piso de madera. Al girar a la izquierda, eras saludada por una empinada escalera. Directamente arriba, conforme alcanzabas el segundo piso, había una ventana de vidrio pintado, del tamaño de una puerta, y el sol de la tarde bajaba como si hubiera bajado las escaleras al piso de abajo.

No había señal de vida en este piso. A la derecha y arriba habían habitaciones, pero como Shimako-san había dicho, no parecía haber nadie en el primer piso. Sabiendo esto, era aparente que incluso aunque Yumi hubiese golpeado la puerta, era probable que nadie se hubiera percatado de todas maneras, lo que causó que se sintiera exhausta incluso antes de comenzar la monumental tarea que venía por delante.

—Por aquí

Hábilmente, Shimako-san subió las escaleras, sosteniendo los pliegues de su falda, de manera que no tocaran la escalera. Yumi y Tsutako-san se miraron la una a la otra, asintieron y la imitaron.

Aproximadamente medio año desde que se había convertido en una estudiante de preparatoria. Para Yumi, la Mansión de las Rosas era un espacio tan prohibido como el ala residencial de las Hermanas.

—Eh, ¿Shimako-san?

Yumi repentinamente se sintió ansiosa.

— ¿Sí?

— ¿Esta bien que traigas una persona de afuera así simplemente?

— ¿Porqué te consideras una persona de afuera? Este edificio es usado como el cuartel de las Yamayurikai, de manera que los miembros del concilio lo mantienen, pero cada estudiante de la escuela es un miembro de las Yamayurikai. Recibimos más que alegremente a la gente que desea hablar con nostras. Por supuesto, si cien estudiantes intentaran entran al mismo tiempo, el piso podría ceder.

Bajando un poco sus hombros, Shimako-san rió.

Como había dicho, este viejo edificio de madera probablemente podía albergar sólo a cincuenta personas a la vez.

Yumi se preguntó: ¿en qué era había sido construida? Los edificios de la preparatoria Lillian definitivamente no eran nuevos, pero incluso sus escaleras no chirriaban como estas.

Después de subir las escaleras, apareció a la derecha una puerta con forma de gallera. Cuando siguieron a Shimako-san hacia la puerta, repentinamente escucharon una voz atronadora.

—Aún así, ¿por qué tengo que hacerlo?

Era lo suficientemente fuerte como para atravesar la puerta. Cuando Yumi pensó acerca de cómo una voz tan fuerte no parecía adecuada para la Mansión de las Rosas, la misma voz volvió a gritar.

— ¡Esto es tiranía! ¡Las onne-sama están siendo crueles!

La palabra «crueles» y la placa colgando de la manilla que decía: «Por favor guardar silencio, estamos en medio de una reunión» se sintieron extrañamente desequilibradas.

Increíble. Una estudiante capaz de decir «crueles» en presencia de estudiantes mayores.

Esta era, después de todo, la Mansión de las Rosas. No había duda de que, adentro, comenzando con las Rosas, miembros distinguidos se sentaban, casi consagrados.

Una estudiante normal no podría asistir a esta reunión y decir: «las onne-sama están siendo crueles.»¬¬

—Oh, bien. Sachiko-sama parece estar presente.

Shimako-san giró la manilla.

— ¿¡Ah!?

—Entonces esa voz esa la de Sachiko-sama...

Yumi se encontraba, honestamente, paralizada. Que Sachiko-sama levantara su voz de esa manera, usara una palabra como «crueles» y sonora tan enojada mientras lo hacía. Parecía que Tsutako-san estaba igualmente paralizada.

Por otro lado, Shimako-san simplemente sonrió, diciendo «Siempre es así», y abrió la puerta sin golpear.

Y en ese momento exacto.

—Entiendo. Si eso es lo que se me exige, ¡entonces sólo necesito traerla aquí! ¡Sí, la traeré aquí de inmediato!

Y con lo que podría haber sido considerado como una brusca despedida, una estudiante se precipitó fuera de la habitación. Fue un accidente desafortunado el que nació de esta acción, pues se había estado apoyando en la manilla conforme la puerta era abierta desde afuera.

— ¡Ah!

— ¡Ay!

Pasando por alto a Shimako-san, quien había usado la puerta como escudo, y a Tsutako-san, quien se había retirado para ser la última en la fila, el golpe directo dio la impresión de que la persona había apuntado directamente a Yumi, quien era la segunda en la fila.

El « ¡Ah!» había sido de la persona que acababa de salir, y el « ¡Ay!» había sido la voz de Yumi.

— ¿Estás bien?

Escuchó las voces de Shimako-san y Tsutako-san.

—Nnn...

Se había vuelto una situación confusa, y no sabía lo que estaba pasando. Sólo que su trasero había golpeado algo, pero una suave sensación de presión permanecía en su estómago y pechos. Además, debido a que el cabello de alguien estaba cubriendo su rostro, a pesar de que sabía que se suponía que estaba mirando hacia arriba, no tenía idea de dónde estaba y había perdido la orientación.

—Auch... —murmurando eso, la persona que yacía sobre ella se levantó cuidadosamente.

Cuando la visión de Yumi se hizo clara, lo primero que vio fue a nada menos que Rosa Chinensis en bouton, Ogasawara Sachiko-sama. Ella, también, no se había dado cuenta aún de lo que había pasado, y simplemente se sentó, sacudiendo gentilmente la cabeza.

El liso, largo y negro cabello se balanceó como el de las modelos en los comerciales y, gradualmente, regresó a su posición original. La diferencia con la televisión era que una esencia floral acompañaba este cabello.

—Ay, esa fue una ostentosa caída.

—Eh, ¿fue aplastada por los 50 kilos de Sachiko? ¡Qué mala suerte—!

—Oye. Víctima, ¿estás viva?

Las estudiantes que estaban en la habitación lentamente se deslizaron hacia afuera, al haber notado el choque. Era una alineación que sólo podías ver en una reunión general de las Yamayurikai. Rosa Chinensis, Rosa Foetida, Rosa Gigantea. Junto a Rosa Foetida estaba su bouton y su respectiva petit sœur.

— ¿¡Eh, aplasté a alguien!? ¿Estás bien?

Al haberse finalmente dado cuenta de lo que había sucedido, Sachiko-sama se apresuró a tratar de levantar a Yumi.

—Sachiko. No es buena idea moverla, no si se golpeó la cabeza.

Rosa Foetida en bouton surgió de la multitud. La número 30 de la clase crisantemo de segundo año, Hasekura Rei-sama. Al ser la hija de una familia que practicaba las artes marciales, probablemente había visto una buena cantidad de personas que habían sufrido lesiones.

Sin embargo, su cuello de marinera y su falda tableada a la cadera la hacían verse aún más como una persona guapa en atuendo masculino —una vista que era una rareza en Lillian. Una figura delgada con cabello muy corto. Incluso este uniforme, que parecía uno que vestiría una muñeca antigua, era llevado por ella como la hakama de un samurái.

—Ah, estoy bien, sólo golpee mi espalda.

Yumi se apresuró a ponerse de pie. El trasero aún le dolía, pero por lo demás estaba bien.

— ¿Estás segura?

Sachiko-sama se inclinó hacia adelante con un aspecto preocupado.

Ah, si me miras tan de cerca, haces que me den ganas de huir. Tus hermosos ojos se van a manchar.

—Sí, como puedes ver.

Incapaz de soportar la atmósfera, Yumi se irguió y comenzó a saltar como un ave fénix. Le disgustaba su comportamiento bufonesco, pero la atmósfera daba la impresión de que si no lo hubiera hecho, habrían llamado a una ambulancia.

—Eso es un alivio.

Quizás aliviada, Sachiko-sama abrazó estrechamente a Yumi. El mismo sentimiento en sus pechos que antes. Ah, así que eso era lo que era. Eran los pechos de Sachiko-sama. A causa de la construcción del uniforme, es difícil notar las diferencias entre las figuras de las distintas personas, pero sus pechos eran más bien abundantes... Este no era el momento para estar pensando en esto. Misericordiosamente, en ese momento, Sachiko-sama la estaba abrazando.

—Por cierto —aún abrazadas, Sachiko-sama susurró en el oído de Yumi—. Eres de primero, ¿no? ¿Tienes una onne-sama?

— ¿Ah?

En ese momento, pensó en esa estudiante de primer año que se había auto—destruido al llevar una corbata mal atada. En su lugar, Sachiko-sama había regañado a su onne-sama.

Sin embargo.

¿Le pasaría lo mismo a una sœur por chocar? En este caso había sido un accidente, y había sido Sachiko-sama la que había chocado contra Yumi.

— ¿Sí o no? —susurró de manera urgente Sachiko-sama.

—No tengo... ¿por qué?

A causa de que sintió como una conversación secreta, Yumi también bajó la voz conforme contestaba. Entonces.

—Espléndido.

—Eh, ¿qué...?

—No te preocupes. Sólo haz lo que te digo.

Extremadamente fuerte. Sin dar ninguna razón, fue arrastrada en frente de miembros extravagantes.

—Tengo algo que informar a las onne-sama.

Opuesta a la voz histérica que había atravesado la puerta, Sachiko-sama había vuelto a su voz gélida de costumbre.

—Oh Dios, ¿me pregunto que está a punto de comenzar? —preguntó Rosa Chinensis con una sonrisa intelectual. Era de esperarse de la onne-sama de Sachiko-sama. Tenía la compostura y la presencia de alguien que podía hacer incluso a alguien como Sachiko-sama bailar en las puntas de sus dedos.

—Esta chica-

Luego de comenzar con eso, Sachiko-sama susurró hacia Yumi, informándole: "preséntate". Acababa de darse cuenta de que nunca le había preguntado a Yumi su nombre.

—Ah, número 35 de la clase melocotón. Fukuzawa Yumi.

Al intentar presentarse a Sachiko-sama, ésta había hecho a Yumi girar su cuerpo. Aparentemente, había querido que ella se presentara a las Rosas.

—Ya veo, Fukuzawa Yumi-san. ¿Cómo se escribe en kanji?

—Fukuzawa como en Fukuzawa Yukichi, agregas 'derecha (右)' a un shimesu—hen (ネ) para Yu, y Mi como en el año de la serpiente (巳)."

—Un jubiloso y buen nombre.

Rosa Gigante sonrió brillantemente.

— ¿Y?

Finalmente, Rosa Foetida miró a Yumi de la cabeza a los pies, como si la estuviera evaluando.

— ¿Qué pasa con esta Fukuzawa Yumi-san?

De pronto, Yumi había sido rodeada por las tres Rosas.

Quizás esta era la manera en que se sentía un sapo cazado por una serpiente. A pesar de que su nombre tenía «¬¬¬¬¬serpiente»¬¬¬¬¬¬¬ en él, ella quería ser perdonada de esto. De no haber sido una serpiente, habría sido un bosque de zarzas. Dicen que las rosas bonitas tienen espinas, pero definitivamente se dio cuenta de que las Rosas no eran simplemente onne-sama bonitas.

A pesar de que sólo se había golpeado el trasero, su cabeza se sintió ligera a causa de la invisible presión. ¿Qué planeaba hacer Sachiko-sama luego de capturar una frágil chica de primer año?

—Onne-sama. ¿Te molestaría dejar de mirar de esa manera? Mira, Yumi está absolutamente aterrada.

« ¿¡Yu-Yumi!?»

Oye, oye.

Hasta ahora no sabía su nombre, ¿y aún así la llamaba directamente por su nombre? Al menos así a Yumi le hubiera gustado responder, pero a causa de que era Sachiko-sama, su mente simplemente se puso en blanco.

Yumi.

La costumbre en Lillian era agregar -san al final de cada nombre, de manera que sólo las personas realmente cercanas llamaban a alguien lisa y llanamente por su nombre. Incluso sus padres, al querer tener una relación paternal amigable con ella, la llamaban «Yumi-chan.» La única persona que la llamaba simplemente Yumi era su hermano pequeño, quien se había vuelto algo descarado últimamente.

Sin embargo, sonaba bien. Se llamada «Yumi» por Sachiko-sama.

Aún a pesar de que no sabía lo que estaba pasando, se sentía bien, de manera que decidió seguirle el juego a Sachiko-sama. Incluso tenía esa clase de sensación de que podía resultarle útil.

—Eso es verdad, puede haber sido desagradable, nos disculpamos,...eh, Fukuzawa Yumi-san.

Rosa Gigantea dobló su cuello en una leve curva. Esta persona era la grande sœur de Shimako-san. Su rostro era, en contraste con Shimako-san, más de un aspecto exótico, pero era aún demasiado hermosa como para mirarla de cerca. Su cabello deflecado, ni corto ni largo, fluía detrás de ella como viento y se veía bonito.

—Sin embargo, no podemos evitar estar atentas a la conducta de Sachiko, como Rosa Chinensis en bouton. ¿Podrás entender eso?

—...S-sí.

Yumi podía entender porqué las Rosas le ponían atención a Sachiko-sama. Pero no podía comprender por qué la miraban tan intensamente.

—Rosa Gigantea. Agradecería que no le hablaras tan bruscamente a Yumi.

Sachiko-sama se puso de pie frente a Yumi, como si estuviera defendiéndola.

— ¿Oh, desde cuando Yumi-san se volvió tu pertenencia personal?

Rosa Gigantea levantó una ceja y rió. Al haberse quitado la culpa (?), incluso Yumi, de pie en diagonal detrás de Sachiko-sama, podía decir que estaba comenzando a retorcer su rostro con rabia.

—Bien, Rosa Gigantea. Escuchemos lo que Sachiko tiene que decir, primero.

—Oh sí, es verdad. Ya dijo que tenía algo que informar.

Conforme Rosa Chinensis y Rosa Foetida trajeron el orden de vuelta, Sachiko-sama pareció calmarse, relajar su expresión, y entonces asentir.

—Haré que cumplan esa promesa de antes.

— ¿Promesa? —preguntó Rosa Chinensis.

—Siempre y cuando elija ahora, todo está arreglado, ¿correcto? En ese caso, elijo a Yumi.

Sachiko-sama sujeto los hombros de Yumi y la impulsó hacia adelante. Como si les estuviera mostrando un juguete nuevo.

—Eh...

A causa de que Yumi no tenía idea de lo que había sido dicho "antes," no tenía idea de lo que estaba pasando. En su lugar, había sido involucrada en un desastre sin saberlo.

Miró a Tsutako-san y a Shimako-san en busca de ayuda, pero ambas sacudieron sus cabezas. Habían llegado al mismo tiempo que Yumi, de manera que ellas tampoco podían saber qué estaba pasando.

— ¿Ese «antes» vendría siendo la despedida que soltaste justo antes de salir por esa puerta?

Las tres rosas miraron intensamente a Sachiko-sama.

—Por supuesto.

Sonriendo triunfantemente, Sachiko-sama continuó, pronunciando las palabras que arrancaron el espíritu de toda la habitación:

—Declaro a Fukuzawa Yumi como mi petite sœur.