Gekkou:Volumen 1 Naranja & Vino

From Baka-Tsuki
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Naranja & Vino[edit]

Nuestra aula al principio de la semana.

Tsukimori me saludó con una cálida sonrisa al vermeː

—Buenos días.

Después de vacilar durante unos segundos, respondí rápidamente: —Buenos días— y corrí hacia mi escritorio.

No quería parecer un cobarde, pero tampoco tenía ganas de discutir con ella el lunes por la mañana. Si era posible quería poner cierta distancia entre nosotros y no ver su cara por un tiempo. Porque mirar su cara me recordaría aquella noche de viernes que se había convertido en un oscuro recuerdo que quería enterrar lo más rápido posible.

Sin embargo, Tsukimori es de esas personas que no son conscientes de tus sentimientos en estas circunstancias.

—Nonomiya-kun, tienes el cuello de la camisa mal puesto— señaló alegremente parándose naturalmente ante mí como si hubiera estado allí durante cien años. Luego me arregló el cuello con sus delgados dedos blancos.

Debajo de mis ojos estaba su cuello blanco. Los cerré con firmeza por un momento para sacar de mi mente los pensamientos descarriados.

El cuello de mi camisa no estaba mal puesto en absoluto.

—¿Cuándo me visitarás?— Susurró Tsukimori, moviendo sus lustrosos labios.

Sus veraderas intenciones solo fueron intentar que volviera a pasar lo del sábado pásado.

—Ya que eres tan brillante, deberías ser capaz de saber si alguien querría volver a pasar lo mismo que yo después de experimentar tal noche.

Mientras ignoraba lo dicho anteriormenteː

—Estoy libre el sábado por la tarde de la próxima semana, y además mi madre también debería llegar tarde ese día, debido a una reunión de la asociación.

No podía haber sido más indiferente.

—¿Crees que diría que sí?

—¿Piensas que me gustaría escuchar un 'no' por respuesta?

—Parece que tengo ser claro contigo, ya que pareces enfadarte cuando las cosas no salen como quieres.

Me acerqué hasta que estuvimos nariz a nariz, y declaré con la cara en blanco:

—¡¡No me verás por segunda vez!

Para acabar de completar mi comentario, sonreí con una sonrisa como Tsukimori hacía.

—No tienes que avergonzarte.

Sin embargo, la sonrisa mía fue interrumpida.

—De vez en cuando te comportas de manera idiota, ¿sabes?

—Mientras que tú siempre evades los comentarios que no te complacen, ¿verdad?

Los que mirasen nuestra escenita hubieran visto mejores amigos, sonriéndose el uno al otro en tal distancia cercana.

—¿No parecen Youko-san y Nonomiya un poco como... recién casados ​​...?

Y así algunos expresaron comentarios infelices, desinformados y con expresiones descontentas. Chizuru Usami fue la que hizo el comentario de "recién casados".

No sabía cómo lucía un pez globo, pero pensé que debía de ser algo así como Usami en aquellos momentos, frunciendo el ceño hacia mí con la barbilla sobre el escritorio y llenando sus mejillas de aire como un globo, válgame la redundancia.

Usami era realmente una chica peculiar. Pensé que no había mucha gente que fuera tan adorable cuando se enfadaba.

Mientras observaba feliz a Usami con una mirada de soslayo, Tsukimori dijo avergonzadamente:

—¿Has oído eso, lo de "recién casados"?

—Una mla broma, en efecto.

Si por casualidad Tsukimori se hubiera sonrojado con al menos una mejilla, por así decirlo, podría haberlo reconsiderado y podría haber admitido su lado lindo. Lamentablemente, sin embargo, Youko Tsukimori no podía entenderse tan fácilmente.

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Momentos siguientes, sus ojos se tornaron lunas crecienntes. El diablo había ascendido a la tierra. En mis ojos pude ver una cola negra y puntiaguda que crecía de ella.


"Bienvenido a casa, cariño, ¿te gustaría tomar la cena, un baño, o quizás me preferirías... a mí?


Luego rió divertida.

Para los demás que no conocían su verdadera naturaleza, debía de parecer la chica más pura que había jugado con éxito una pequeña broma.

—... Una mala broma... en efecto.

Pero para mí fue una pesadilla en muchos sentidos. Uno de ellos es que había un tipo que no podía callarse cuando el tema giraba alrededor de Youko Tsukimori.

—¡Oye, Nonomiya!

Allí estaba él, Kamogawa, con una mueca semejante al guardián del infierno.

—Por supuesto que es el baño, ¿verdad?

—A mi pesar, fue seguido por un regimiento de chicos que estaban ansiosos de apoyarlo, "¡Dilo!".

—Si no eliges el baño... Sabes lo que pasará entonces, ¿verdad?

El grupo intercambió miradas y simultáneamente rompió en una sonrisa amistosa. Eran repugnantes.

—Bueno, como hombre está claro lo que tomo...

A mí me correspondería decir, "¿y qué?", Kamogawa y los demás no tenían voz al respecto.

—Como hombre que soy debería elegir la comida, ¿verdad?

Pero no me gustaban los problemas.

—Una sabia elección, Nonomiya-kun!

—Estoy tan feliz de que entendieras lo que quería decir, Kamogawa-kun.

—Entonces, vayamos allá y escuchemos lo que tenías que decirnos, ¿verdad?

—... No hay palabras para expresar mis sentimientos actuales apropiadamente.

Esto marcó el comienzo de un montón de tiempo perdido, durante el cual me iban a preguntar si yo salía con Tsukimori y durante el cual tendría que asegurarles una y otra vez que ese no era el caso.

Santo cielo, no tenían ni idea. Sólo podían estar frustrados porque no sabían nada de la receta del asesinato.

Y sin un indicio de mis problemas, Tsukimori agitó su mano alegremente.

—¡Adios, querido!

Por lo tanto, le di una respuesta apropiada.

—Voy a llegar tarde esta noche, cariño.

La molestia me llevó a ello.

Estoy seguro de que una manta de dolor debió haberme envuelto cuando fui llevado como un empleado de bajo grado que debía obedecer a su jefe.

En esos momentos, me había dado cuenta de que una compañera de clase usualmente ruidoso, Usami, había estado en silencio todo el tiempo.

Pero no tuve tiempo de preocuparme por ella porque tenía temas pendientes con Youko Tsukimori, Kamogawa y el resto.

Bueno, es difícil decir si el haber tratado con ella entonces hubiera cambiado alguna cosa de lo que pasó después de la escuela.


Las clases habían terminado y me estaba preparando para irme cuando de repente me detuvo una tímida Usamiː

—¿...Nonomiya?

—¿Qué pasa?

—Err, me di cuenta de que... tu y Youko-san os habéis estado llevando muy bien últimamente...

—No más de lo normal.

Molesto al oír esa pregunta de nuevo, un tono firme entró en mi voz.

Usami se dio cuenta que mi estado de ánimo no era favorable y, así pues, se puso aún más tímida.

—... pero si siempre estáis juntos.

Como estaba harto de hablar de Tsukimori, rápidamente afirmé:

—Simplemente nos vemos a menudo en el trabajo y cuando hay tareas de delegados de la clase. Eso es todo.

Fui a buscar mi bolsa y salí corriendo del aula.

Pero al momento siguiente Usami me rodeó y bloqueó mi camino.

—¡Paraaaǃ

—¿Venga... Qué pasa?

—Esto... ¿tienes un poco de tiempo?

—No.

—¡Son realmente pocos minutos, de verdad!

Mi mirada al parecer era intimidante; apartó los ojos y miró a su alrededor como si fuera una marmota pigmea asustada.

Tomé una respiración profunda, lo suficientemente discreta como para permanecer desapercibida.

—Depende de lo que quieras.

Cuando contemplé que había actuado un poco demasiado inmaduro y que estaba dispuesto a concederle la petición, ella mostró signos de alivio.

Usami no tenía la culpa. Estaba cansado de que Tsukimori me llevase por la nariz a su voluntad y ser cuestionado por Kamogawa y sus seguidores. En resumen, había dejado ir mi frustración y la había usado como chivo expiatorio.

Después de mirar por los alrededores, Usami me susurró:

—Me siento incómoda aquí... ¿podríamos ir a otro sitio?

Como estaba listo para acompañarla para cualquier cosa que quisiera de mí —no sólo porque quería hacer las paces— asentí sin decir palabra.

—¿Vamos entonces...?

Su tensa cara y su andar incómodo me tenían un poco preocupado por lo que vendría. Aunque me relajé de inmediato porque era sólo Usami, al fin y al cabo.

Me llevó a la parte trasera del gimnasio, que estaba inusualmente tranquila ese día.

—Las actividades del club han sido suspendidas a partir de hoy, debido a los próximos exámenes de mitad de período.

—Ya veo—. Dos preguntas que tenía en mente, por qué el gimnasio estaba tan silencioso y por qué Usami no estaba ocupada con su club, se respondieron al mismo tiempo.

—¿Y? ¿Qué quieres de mí?—

Me senté en el borde de hormigón del gimnasio, bajando la cabeza.

Normalmente cuando se llamaba a alguien a un lugar así seguramente era para decirle "¡me molestasǃ", y seguidamente pelea contra el recibidor del insulto. Aunque me habría parecido divertido si en realidad era ese su problema, ya que era probable que perdiese en una pelea seria contra ella, con su cuerpo atlético, rezaba para que fuera algo más. Algo pacífico.

—... Es sólo una continuación de nuestra charla anterior —dijo Usami mientras me miraba de vez en cuando— Di, Nonomiya, ¿tú y Youko-san, um, esto... ¿sois pareja?"

No me asusté. Kamogawa y los otros me habían preguntado lo mismo hacía unos momentos antes. A pesar de que habían añadido "si es eso así, considérate muerto como un cochino" con ojos bastante inyectados en sangre.

—¡No seas tonta, claro que no! Me reí, pero Usami seguía seria.

—¡Y-ya, pero! ¡Eres el único con el que se lleva bien de verdad!

—Como mencioné antes, eso es sólo porque a menudo tenemos que trabajar juntos.

—¡Pero aún así, últimamente cuando hablábamos Youko-san te mencionaba todo el tiempo!

—Lo mismo que antes.

Pero entonces, ¿por qué te mira Youko-san de vez en cuando durante las clases?

—... No tengo nada que decir sobre lo que acabas de decir. ¡Pregúntaselo a ella!

Eso era nuevo para mi.

—Di lo que quieras, pero aun sigo creyendo que sois sospechosos.

—¿Y?

—¿Cómo que y?

̝Usami parecía estupefacta.

—¿Qué quieres de mí?

Al ver los signos de interrogación por encima de su cabeza, presioné por su respuesta.

—¿Te haría feliz si dijera que estamos saliendo?

—¡No, no debes!—gritó, sólo para hacer una expresión de '¡oh qué he dicho!' al momento siguiente.

—... Ah, obviamente, no es algo donde yo tenga la palabra, es un problema entre tú y al fin y al cabo pero, umm, quiero decir, ¿no es Youko-san, como, el ídolo de todo el mundo? Como puedes ver...

Su escueta justificación parecía no tener fin si nadie la interrumpía.

—Usami.

Golpeé suavemente el hormigón a mi lado y le señalé que tomara asiento. Ella obedientemente se sentó mientras jugueteaba vergonzosamente con su cabello.

—De verdad, no hay nada entre Tsukimori y yo—. Le aseguré firmemente, mirándola a los ojos.

—Ya veo ... así que no hay nada, ¿eh?—el rostro de Usami comenzó a brillar como un niño al que se le ha dado dulces.

Ella era tan fácil de entender.

Probablemente también esa fue la razón por la que había notado fácilmente que se sentía atraída por mí, incluso sin la intuición tan afilada de Mirai-san.

—Muy bien, parece que he ganado tu comprensión.

Cuando estaba a punto de levantarme, pensando que esto era todo, se apoderó de mi cinturón.

—¿Puedo preguntar una cosa más?

Al principio, planeé ignorar su pronto y levantarme, después de lo cual echaría un vistazo a su reacción, pero como mis caderas no se movieron hacia delante, me rendí y volví a sentarme.

—...Sí, adelante.

—Sí, um, Nonomiya... no estás saliendo con nadie en estos momentos , ¿verdad?

—Así es.

Usami bajó los ojos.

—Esto... ¿hay alguien que te guste?— preguntó hacia el suelo. Tenía el rostro tenso y los labios fruncidos como un pico de pato.

Su pregunta no era muy rara. Al menos para mí no era algo para que se molestara de todos modos. Generalmente.

Sin embargo, debido a que un nombre pasó por mi mente por una fracción de segundo, me olvidé de responderle.

—... ¿P-Por qué no dices nada?

Su ansiedad me ayudó a encontrar mi lengua.

—... ¡Esa es ya la tercera pregunta!

—Uwa, me has intentado distraer, eso significa que hay una, ¡hay alguien que te gusta!

Usami ensanchó sus ojos redondos y se inclinó hacia atrás, completamente sorprendida. Yo estaba tentado a darle un empujón.

—¿Eh?, ¿Quién?, ¿Quién ?, ¡Ah !, es Youko-san, ¿no ?, ¡es Youko-san!

—Ahora estamos de vuelta donde empezamos, ¿De qué han servido estos minutos? ¡Devuélveme mi tiempo y trabajo!

—Pero ¿quién más podría ser?

—¿Puedes decirme qué es lo que te hace estar tan segura?

—¡Mi intuición femenina!

Su pronta respuesta me hizo preguntarme qué era lo que estaba diciendo el balbucear de la marmota pigmea, pero como en realidad era una mujer, estaba impotente frente al arma llamada "intuición femenina", que seguía siendo un misterio para los hombres.

Además de eso, el nombre que se me había ocurrido en realidad era Youko Tsukimori, así que no pude negarme.

—Creo que Youko-san te ve de manera distinta, no, de hecho lo sé, porque nos conocemos desde hace mucho tiempo —el nerviosismo de antes estaba desapareciendo—. Aun negándolo, creo que tú también las ves diferente.

Usami habló mirándome fijamente con una mirada resuelta.

—...Y yo te entiendo igual, Nonomiya... Siempre te tengo presente, al fin y al cabo.

Era la mirada de alguien que se había decidido.

—Creo que solo no eres consciente de ello, pero también la consideras especial... No sé como decírtelo, pero creo que sois un poco especial el uno para el otro. En plan, esto lleva siendo mutuo por un tiempo pero simplemente no lo has notado, así que lo que se necesita es sólo un pequeño empujón... y ya sabes, yo estaba en plan 'tengo que darme prisa ahora!', pero entonces pensé que sería un poco egoísta de mi parte. Pero aún así, en lugar de representar el papel de buena chica y tener arrepentimientos más tarde, pensé que me convenía más ser una mala chica por una vez... seguir mi propio camino y ser directa, sabes... así que, umm...

Usami apresuradamente agregó, "S-Sólo un momento", respiró hondo y se puso en pie de un salto.


—Y-yo, Chizuru Usami, te... quiero.


La forma en que se confesó no podría haber ido mejor a Usami.

Supongo que no hay seres humanos en este planeta que no quieran recibir tal confesión de ella. Me encariñé con ella aun más que antes.

—Gracias— dije más o menos automáticamente.

—¿Eh? ¿Um, de nada...?— replicó Usami, visiblemente confundida.

Estaba realmente feliz por su confesión ya que me gustaba— una chica que no podía ser más diferente a mí.

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Una suave brisa sopló suavemente junto a nosotros, como si el edificio de la escuela hubiera alisado sus bordes al pasar. La parte trasera del gimnasio estaba tan tranquila que el ruido habitual parecía una mera ilusión.

De repente, Usami se estiró enormemente como un gato y—

—¡NYAAAAAAAAAAAAAAAH!— lanzó un grito que sonaba como un grito de muerte de un gato al cielo azul.

—¡Aah, ahora me siento tan liberada, tan contenta de habértelo dicho!

Su rostro literalmente brillaba.

—... Perdón por molestarte mientras saboreas tu logro, pero ¿qué debería hacer ahora?

—¿Mmh?

—Todavía no te he dado una respuesta, ¿verdad?

Pensé que debía contestarle su sincera confesión, aun si las cosas no iban de la manera que yo quería.

Momentos siguientes, Usami dejó salir una risa como si fuera una ranita.

En realidad pretendía ser, dentro de mis límites, tan considerado como fuera posible, pero parece que hacer algo a lo que no estás acostumbrado siempre provoca malos resultados.

—... No hay necesidad de que te esfuerces, no estoy esperando una respuesta de todos modos. Quiero decir, estamos hablando de ti, no, Nonomiya?

Estaba susurrando. Ya que estaba mirando al suelo, no pude ver su expresión.

—No sé lo que se supone que significa esto, así que por el momento estaré sorprendido.

—... Desde que entramos a la escuela siempre has estado presente en mí, así que sé de largo que no eres tan simple. ¡No estoy esperando una respuesta favorable!

Mi orgullo no me permitió admitir que ella había dado en el clavo.

—Tengo sentimientos contradictorios acerca de ser visto de esa forma.

Me encogí de hombros al instante. Así que eso es a lo que se refieren con meter la pata.

—Pero ya sabes... —empezó Usami tímidamente mientras balanceaba las piernas— aun así me enamoré de ti, ¡así que no tenía otra opción que dar lo mejor de míǃ

Sus lóbulos de las orejas estaban casi tan rojos como un tomate maduro en aquellos momentos.

—Tienes gustos bastante peculiares, ¿verdad?

—¡De quién es la culpa!— objetó la roja brillante Usami.

Incluso su lado sentimental y simplista, que normalmente sería visto como un punto débil, sólo agregó belleza en conjunción con su naturaleza directa y diligente.

Ella me recordó una cierta observación.

«Una persona una vez me dijo que las chicas que están enamoradas son invencibles».

Usami me apuntó con el dedo hacia la nariz.

—¡Pero un día te oiré decir que me amas! ¡Definitivamente!

Su timidez se fue a un lugar lejano, reemplazado por su vigor habitual.


Sin embargo, noté que su meñique temblaba ligeramente.


Esa chica mascota llamada Usami luchaba por hacer cosas que puedo hacer fácilmente, pero de vez en cuando realizaba hazañas que solo podría soñar de hacerlas yo.

Como también lo era su confesión.

Puede sonar un poco exagerado, pero admiré a Usami. Probablemente porque ella tenía rasgos de los que ni siquiera podía desear.

Y por eso me pareció muy impresionante en aquellos momentos, haciéndome querer tomarla en mis brazos.

Sin embargo, deliberadamente fui por otro camino.

—¡Interesante, da lo mejor de ti por favor! —dije, haciendo una cara poco impresionada a propósito—. Pero déjame advertirte: ¡no creas que me enamoraría tan fácilmente de una chica como túǃ

—¿Qué acabas de decir? ¡Mantén esas palabras en tu mente!

—Sí, sí.

—Maldita sea ¡Te mostraré lo que es ser una buena mujer!

No pude evitarlo. Después de todo, soy un "no tan simple" rarito que piensa que una Usami enojada es la más linda de todos.

Y una vez más llegué a la misma conclusión: hubiera estado tan encantado si ella fuera a la que más amaba.

Fue también en ese momento cuando me di cuenta de que había una persona en mi mente a quien no podía ignorar.


Al día siguiente, había estado lloviendo continuamente desde la mañana.

Mis sentimientos hacia ella se balanceaban en un estado inseguro. Demasiado impuro ser llamado amor, pero demasiado fuerte para llamarse interés.

Era la primera vez en mi vida que estaba siendo dominado por las emociones. Pero si este era el precio que tenía que pagar por mi modo de vida autónomo, estaba listo para aceptar y tratar esa incomodidad.

Por supuesto, fue sin duda la receta del asesinato que frenó mis sentimientos.

Definitivamente no es que me muestre reacio a las chicas misteriosas. Aun así, me siento un poco incómodo cuando se trata de respaldar un secreto que excede los límites del buen sentido.

El asesinato es un ejemplo de ello.

No es fácil aceptar a una persona que puede haber matado a alguien. No sólo por razones éticas, sino también porque uno se rebela instintivamente, temiendo que pueda convertirse en el próximo objetivo.

En cualquier caso, de hecho había una solución para acabarlo con todo.

Era simple en realidad: sólo tenía que ir a preguntar directamente si o no había matado a nadie.

Si respondía "no", podría despedir mis ideas exageradas con desprecio, enviar la receta de asesinato arrugada volar a la basura y obtener una vida cotidiana que era sólo un poco mejor que el status quo: una emocionante vida, de hecho, si incluías a Youko Tsukimori.

¿No era eso suficiente para justificar la aventura? Pedir más sería codicioso. Al fin y al cabo, quien mucho abarca poco aprieta.


Sin embargo, ¿qué pasaría si la respuesta fuera "sí, he matado a alguien"?


Pensé que el contenido de la receta de asesinato estaba en consonancia con la causa de la muerte de su padre. Cualquier persona, incluso sin una tendencia a fantasear como yo, debería, siempre que estos dos hechos estén sobre la mesa, llegar a la conclusión de que la receta del asesinato fue escrita con el objetivo de matar a su padre.

Por otra parte, es completamente natural considerar al autor de la receta como el asesino como consecuencia.

Dejé caer mi mirada a mi hombro. Ante mis ojos y mi nariz, había un mechón de pelo negro que pintaba una elegante curva.

Como si estuviera montado en una montaña rusa, una gota de agua se deslizó a lo largo de ese cabello liso para finalmente llegar al final y saltar al oscuro aire gris.

Perdí un poco el corazón cuando asocié mi propio destino con los últimos momentos de esa gota de agua.

Probablemente notando mi mirada, "¿Mh?" inclinó ligeramente la cabeza mientras llevaba esa sonrisa afectuosa de hermana.

—Me estoy acercando un poco. De lo contrario, me mojaré.

Ella felizmente se acurrucó a mí como si fuéramos una pareja. Como consecuencia natural, sus pechos del tamaño de un puño me empujaron suavemente la región alrededor de mi codo.

Con lo maliciosa que era, debía de estar disfrutando de seducirme.

Pero no había nada que pudiera hacer al respecto. Estaba lloviendo y el mío era el único paraguas, limitando mis opciones a uno. Así, la distancia entre nosotros era más corta que de costumbre.

Sospeché, sin embargo, que estaba escondiendo uno plegable en su bolso. No podía creer que una persona con una inteligencia tan espléndida como ella se olvidara de su paraguas.

Por supuesto, había una sola chica en mi círculo de conocidos que se ajustaba a la descripción anterior.

Youko Tsukimori.

Habíamos terminado el trabajo de ese día y caminábamos hacia la estación cercana. Verla a la estación después del trabajo había sido una tarea regular mía desde el día en que nos habló de su acosador potencial.

Después de esa noche, Tsukimori me había dicho: "Me sentí muy segura cuando me acompañaste a casa. Si no es una molestia, ¿te importaría acompañarme todo el tiempo?.

Naturalmente, me negué de inmediato: "no, porque sí que es una molestia", pero tristemente estábamos en la sala de personal justo en aquel momento, lo cual hizo que todo el personal, dirigido por Mirai-san, fuera en contra míaː "¡Venga ya, tú puedes!".

No me había escapado sin que me rogaran: -¡Por favor, al menos comprométete con acompañarla hasta la estación! Fue realmente incomprensible.

Sin embargo, la vida a veces toma un giro inesperado. Para mi gran alegría, el camino a la estación era ideal para hablar en privado con ella.

Esperé por el momento en que el semáforo se tornaba en rojo. "Ayer viendo las noticias, empecé a preguntarme" comencéː "—¿por qué la gente mata?"

En realidad, no había visto las noticias el día anterior. Pero bueno, seguramente habría habido al menos un asesinato, considerando el estado actual de la sociedad.