Gekkou:Volumen 1 Confesión

From Baka-Tsuki
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Confesión[edit]

Dos días más tarde, cuando Youko Tsukimori volvió a la escuela otra vez, incluso estudiantes de otras clases vinieron a nuestra aula para hablar con ella.

Uno tras otro, expresaron sus condolencias, mostrando nada más que expresiones de pena.

La voz de Kamogawa se oyó desde el anillo humano que se había formado alrededor del centro de la habitación.

—¡Una escuela sin ti es como una noche sin luna! Por favor Tsukimori, ¡anímate e ilumina mis pasos en la oscuridad con tanta ternura como solías hacerlo!

Oh, cómo me gustaría verte tropezar en la oscuridad y que te quedes atascado en una alcantarilla.

Un grupo de chicos, Kamogawa entre ellos, estaban tratando de parecer atractivos, hablando agresivamente con ella. Aprovechando la debilidad de una chica podría ser una estrategia habitual y práctica, pero yo no podía soportar ver a su patético comportamiento sin honor.

—Eres todo un poeta, Kamogawa-kun. Gracias por preocuparte por mí.

Sin embargo, Tsukimori trataba con cada uno de ellos con mayor cortesía, sin mostrar el menor ceño —no, incluso sonriendo. Una vez mas comprendí por qué ella era tan popular.

La mayoría de la gente no sería capaz de comportarse como lo hizo ella. Por lo menos yo no habría sido capaz de hacerlo. Después de todo, ya estaba molesto y era el que estaba mirando.

Tan pronto como la ola de visitantes se resquebrajó, Tsukimori se puso de pie y, por alguna razón, se dirigió hacia mí con una sonrisa en su cara.

—Es bastante inusual que se me acerquen espontáneamente.

—Pero tú viniste al funeral de mi padre, ¿verdad? Quería darte las gracias.

Se sentó en la silla vacía de Usami y me sonrió alegremente.

—Así que, gracias por venir, Nonomiya-kun.

—No, no es nada que merezca tu aprecio. Simplemente asistí como representante de la clase.

—Pero lo es. De alguna manera me sentí aliviada al ver que seguías siendo tan relajado como siempre.

—Oh, siento ser un hombre de corazón tan frío. Yo estaba preocupado por ti a mi manera, ¿sabes? Es una lástima que no te diste cuenta –le dije y me encogí de hombros, incómodo, con lo cual Tsukimori se echó a reír alegremente.

—¡Yo no pienso en ti de esa manera!

—¿Se calmaron las cosas en casa?

—Todavía hay muchos asuntos que necesitan ser atendidos, pero por el momento, sí.

—Ya veo. Supongo que debes de haber tenido algunos días problemáticos. Bueno, la escuela también debería tener sus aspectos problemáticos, para alguien tan popular como tú.

Tsukimori negó con la cabeza, haciendo que su cabello suave se balanceara.

—Estoy muy agradecida de que todo el mundo se preocupe tanto por mí.

—Es bueno cuando los demás se sienten preocupados por ti, ciertamente, pero hay límites que deben ser respetados, ¿verdad? ¿No son esos fans fanáticos tuyos una molestia? Especialmente Kamogawa. Oh, Kamogawa.

—En realidad me gusta mucho ese lado lindo de los chicos.

Traté de averiguar sus verdaderos pensamientos perturbándola, pero la sonrisa de Tsukimori se mantuvo sin cambios como un muro de hierro.

—Tu comportamiento maduro es notable.

—Estoy feliz que me veas así, Nonomiya-kun.

Aceptó incluso mis palabras algo desconcertadas con un tono feliz.

—Nonomiya-kun –Tsukimori me llamó de repente–, ¿te acuerdas de tu promesa?

—¿Promesa?

No recuerdo ninguna promesa a ella.

—Sí, estoy preocupada...

—Ah, ya veo.

Me acordé de la conversación que tuve con ella una mañana.

—Sí, esa promesa.

—Bueno, lo prometí. Pide lo que quieras, siempre y cuando te pueda ayudar con eso.

Era una semilla que había sembrado, pero en el fondo de mi corazón esperaba que ella no tuviera una solicitud molesta.

—Es algo que preferiría no discutir en el aula –explicó Tsukimori con una voz tenue tan débil que nadie aparte de mi la podía oir.

En el instante siguiente, estuve tenso de pies a cabeza.

—Voy a estar esperando en la biblioteca después de clases –susurró ella y salió del aula elegantemente con el pelo moviéndose ligeramente detrás de ella.

La palma de mi mano estaba empapada en sudor. Al parecer, estaba más tenso de lo que había pensado.

Su actitud sospechosa instantáneamente me hizo recordar la receta de asesinato.

Sentí curiosidad creciente en mí y esperaba por fin llegar a la esencia de este asunto. Pero al mismo tiempo, también estaba alarmado porque nadie, incluida por supuesto Tsukimori, debería haber sabido que la receta de asesinato estaba en mis manos. Supongo que mi tensión era la prueba de que la cautela superaba la curiosidad.

—¿Y si Tsukimori sabe que tengo la receta asesinato...? –pensé para mí mismo, imaginando un escenario desconcertante.

El funeral de su padre se había llevado a cabo sin incidentes; ella se había convertido en un personaje parecido a la heroína de una obra de teatro dramática y estaba en la boca de todos.

¿Podría uno de sus planes, posiblemente, fallar en primer lugar? Viendo como ella lo tenía todo, eso era lo que pensaba.

Las únicas dos cosas que estaban en su camino eran la receta asesinato que había perdido y yo, ya que sabía lo que estaba escrito en ella.

Tan pronto como ella se deshiciera de estos dos elementos inseguros, habría llevado a cabo el crimen perfecto y obtendría su propio "mundo ideal".

Tal vez ella estaba pensando en matarme en su debido tiempo.

Tragué saliva y el latido de mi corazón se aceleró.

Y entonces me reí.

Yo no quería morir. Y también, aunque tenía que admitir que era un pensamiento bastante absurdo, estaba intrigado. Estaba intrigado por cómo iba a intentar cazarme.

¿En que otro sitio podía yo encontrar tal estímulo? Además, el rival era Youko Tsukimori. No podía haber deseado a nadie mejor.

Estaba convencido: este era el mejor momento que había tenido en los diecisiete años de mi vida hasta el momento.

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Tomé una respiración profunda y entré en la biblioteca.

La sala se llenó del olor del papel tan seco como las hojas caídas. No era un olor que no me gustase. En otras ocasiones, podría haber comenzado tranquilamente a pasearme por la biblioteca, pero no ahora.

A pesar de que me estaba moviendo tranquilamente, mis ojos estaban sin descanso en busca de Tsukimori Y en poco tiempo, la encontré. Estaba sentada más adelante en un escritorio de estudio, leyendo un libro con una cubierta elegante.

Como las clases ya habían terminado y esta era una biblioteca, silenciosa todos modos, el silencio era aún más fuerte en torno a Tsukimori, como si hubiera entrado en un reino diferente.

Hechizado por su apariencia pura que la hacía difícil de abordar, me quedé allí aguantando la respiración durante un tiempo.

Con sus ojos de largas pestañas que se abrían y cerraban suavemente cuando pestañeaba, y a veces, cuando llevaba la mano hasta el borde de la página y sin problemas se volvian hacia la siguiente y además su perfil, que parecía el trabajo manufacturado del más fino cristal, definitivamente no era creado por el hombre, sino un milagro ha engendrado por Dios. "Me gustaría ser un hombre rico para poder cortar esta escena y enmarcarla", pensé.

Confirmé que no había nadie a excepción de Tsukimori y yo.

—Reitero, estoy seguro de que los últimos días han sido difíciles para ti —Me apoyé en un estante de libros cuando me dirigí a ella— habiendo perdido a tu padre en un accidente y todo.

Tsukimori cerró el libro de golpe y se volvió lentamente hacia mí. "Sí, especialmente para mi madre. Nunca la he visto tan desanimada."

Ella dio una débil, risa cansada.

—¿Qué hay de ti?— inquirí.

—Lo siento, pero no he recuperado lo suficiente como para hablar de ello.

Tsukimori sacudió la cabeza con un semblante preocupado. Era una respuesta un poco evasiva.

—No, era una pregunta un poco ruda por mi parte. Perdón.

Bajé la cabeza. "Por cierto, ¿cuál es tu petición?" Traje a colación el tema principal después de respirar, "Me has llamado especialmente a la biblioteca para esto, así que debo pensar que es algo bastante delicado?"

—Me dijiste que pediera tu ayuda si estoy en problemas.

—Sí, y me contestaste que me responderías directamente.

Exactamente. Es por eso que me gustaría volver a tu oferta, Nonomiya-kun. Por favor, héchame una mano.

Luego habló como si tarareando una melodía:

—Quiero que salgas conmigo.

Sus palabras completamente inesperadas hicieron que mi mente se quedara en blanco.

Para estar seguro, le pregunté: "¿Dónde?", a lo que Tsukimori desconcertada respondió: "No eres gracioso", y negó con la barbilla de izquierda a derecha.

—Supongo que no soy la persona a criticar, ya que he hecho una pregunta sin tacto justo antes, pero te das cuenta que has perdido a tu padre hace tan sólo unos días?"

A diferencia de Tsukimori tuve que fingir mi compostura; yo estaba observando todos sus movimientos con la mayor atención posible con el fin de leer sus intenciones mientras mi cerebro corría a toda velocidad.

—¿Quieres decir que soy una imprudente?

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—Si se habla en extremos, sí.

—¡Entonces me malinterpretes! Precisamente porque mi padre ha fallecido, pensé que iba a necesitar a alguien para apoyarme. ¿No es romántico si te llamo 'el apoyo de mi corazón'? No soy tan fuerte como todo el mundo cree, ¿sabes?

De hecho, esta era una buena razón, pero todavía había demasiados puntos que no coincidían.

—Entonces, ¿por qué tengo que ser yo? No entiendo por qué una chica popular como tu elegiría a alguien como yo.

Tsukimori rió, "No sabía que eras tan descortés, Nonomiya-kun. Parece que no entiendes el corazón de una mujer en absoluto si pides una razón por la que se confesó.

Encontré su actitud un poco irritante.

—Pues no parece que entiendas el corazón de un hombre en absoluto, tampoco. Yo no soy tan simple como para tener ningún tipo de duda, cuando una belleza me pide salir con ella de repente. Siempre hay un objetivo atractivo, ¿no es así?. Me burlé de ella como una venganza.

—¿Es eso así? Estaba seguro de que los chicos no se sentian mal por una confesión de una chica..."

La certeza en su tono me hizo perder las palabras por un momento.

—En efecto... Somos lo suficientemente simples para ser felices con eso, pero esta respuesta es un asunto diferente.

No quería admitirlo, pero ella tenía razón. Yo sin querer me enorgullecía de la confesión que todo el mundo envidiaría. ¿Era la diferencia en nuestros puntos de experiencia? Mis posibilidades eran tremendamente peores cuando se trata de amor.

—¿Hay una chica que te guste, Nonomiya-kun?— preguntó Tsukimori repentinamente como si de una camarera que confirma el pedido del cliente se tratara.

—No lo hay.

La cara de Usami me vino a la mente en una fracción de segundo, pero no me gustaba lo suficiente como para hablar de ella con claridad, así que fue realmente muy sencillo para mi contestar.

—¿Hay una chica con la que vayas a salir, entonces?

—... No es el orden de las preguntas equívoco? Por lo general, sería al revés, ¿no es así?

—¿Es eso así? Tal vez vas a salir con alguien que no amas? ", Respondió ella con un aire apesadumbrado.

—... Creo que por fin entiendo por qué los chicos dicen que todos los rumores acerca tuyo podrían ser verdad.

Me encogí de hombros de manera exagerada.

—Esos rumores no son más que eso, rumores, y tu no eres el tipo de persona que está influido por ellos, Nonomiya-kun.

—¿Qué te hace estar tan segura? Además me puedo divertir si escucho algunos malos rumores, ¿sabes?

—Si quieres, te puedo decir cuáles de ellos son verdaderos y cuáles no lo son? A cambio-

—Espero que no quieras poner a una cita de por medio con la condición...

—¡Nuestra química es verdadera!

Tsukimori no mostraba signos de timidez, en lugar de eso, incluso sonrió.

—¡Como si alguna vez pudiera aceptar una condición tan injusta! Esta vez era yo el que estaba desconcertado... No sabía que eras de ese tipo de chica.

Ella me hizo bailar a su ton de principio a fin. Todas las posibles respuestas que había simulado con antelación para esta conversación iban a perder una tras otra.

—¡Esta es mi manera de pagarte, Nonomiya-kun! Tu eres la persona con la que deseo salir. Creo que no hay ninguna razón por la cual yo tuviera que mostrarte un lado superficial.

—Lo siento, y con tu perdón, ¿no has pensado siquiera en la posibilidad de que podría negarme?

—Estoy preparada a aceptar cierta cantidad de daño con el fin de obtener lo que quiero. Si tienes miedo de hacerte daño nunca podrás obtener lo que deseas. Bueno, revelar una de mis cartas no cuenta como daño, en cualquier caso.

—¡Tienes una autoconfianza excepcional! No es de extrañar que las chicas de nuestro curso añadan la coletilla '-san' a tu nombre.

—No sabía que eras una persona tan irrazonable tampoco. Estaba bastante segura de que eras el tipo que dejaba que las cosas siguieran su curso.

—Soy mucho más razonable de lo que te piensas. Y un poco en el sentido contrario de la palabra. Simplemente no soy lo suficientemente atrevido para involucrarme en asuntos que no me interesan o que no estoy de acuerdo.

—¿No será que estás reacio a hacer cosas en el cual no estás interesado?

—¡No voy a negar eso! En cualquier caso, si salgo contigo no tendré mi paz nunca más. No quiero tener mi vida activa hasta el punto de llamar la atención, simplemente es eso.

—Es una pena que seas tan terco, Nonomiya-kun...,—dijo y acto seguido enmudeció.

Compartimos un doloroso silencio

Incluso los gritos de los clubes deportivos parecían estar en voz alta dentro de la biblioteca sin sonido, y oí el ruido de la falda con toda claridad cuando Tsukimori cruzó las piernas al lado inverso.

La mirada indiferente de Tsukimori fue vagando por el aire, dudando sobre algo. Incluso este tipo de gestos triviales se veían como una escena de película, endulzando el tiempo hasta sus siguientes palabras y no permitiendo que el aburrimiento se arraigara en mi.

Entonces sus labios se movieron suavemente.

—¿Si te digo la razón por la cual te he elegido, serás más abierto en mi solicitud?

Tragué saliva. En mi imaginación Tsukimori iba directo al grano y proclamaba que la razón por la cual me había elegido era porque había leído la Receta de Asesinato.

Tal respuesta, naturalmente, sería bastante absurda, pero como Tsukimori parecía ser una persona impredecible, no debería considerarse imposible de decir. El personaje oculto de Tsukimori era audaz, decidido y extraordinariamente inteligente, en el punto más elevado del susodicho.

Ese era el tipo de chica que quería salir conmigo. No podía dejar de pensar el motivo oculto detrás de la solicitud de salir conmigo.

—Más que ahora—. Elegí mis palabras cuidadosamente.

Apenas había terminado de hablar cuando ella me miró con sus ojos almendrados y sonrió maliciosamente.

—Porque me gusta tu aspecto. Sería incluso mejor si no fueras un sofista.

—Su respuesta me cogió tan desprevenido que me hubiera gustado a caer en el suelo, pero me contuve y lancé un contraataque.

—Qué casualidad. También pienso que no estás del todo mal, a excepción de tu personalidad.

—Seríamos una pareja bien avenida entonces, ¿no es así?

—En el peor sentido de la palabra, claro.

El constante jugueteo de ella hacia mí me había enfriado completamente.

Ante la sospecha que Tsukimori era un "padre asesino" se sintió de repente de manera idiota y embarazosa. En efecto, Tsukimori era una chica decidida y audaz, pero también sabía que no era definitivamente tonta. Incluso si hipotéticamente hubiera considerado a su padre desagradable a a vista, habría encontrado muchas formas de deshacerse de él sin recurrir al "asesinato".

En primer lugar, ¿es posible que alguien que había cometido un asesinato permaneciera así de tranquila? Ella era una chica peculiar, pero no se podía percibir ni una pizca de emoción, tristeza o malicia en ella.

De repente—algo tocó mi flequillo. Salté hacia atrás por reflejo.

—Lo siento.

Después de echar un vistazo, me di cuenta de que Tsukimori se había levantado de la silla y había extendido sus dedos blancos suaves hacia mí.

—Tu pelo era tan bonito que quería tocarlo.

Tsukimori me dio una sonrisa fascinante, hermosa como la luz de la luna.

Un escalofrío recorrió mi espalda. Para mí, esa chica no parecía ser del mismo mundo.

—Por favor, piénsalo seriamente— dijo Tsukimori y se dirigió hacia la salida.

Mientras ella pasaba, el pelo me acarició la mejilla y se fue detrás de un fuerte olor a rosas.

A pesar de que yo había planeado aprender más sobre ella, ahora entendía a Youko Tsukimori incluso menos que antes.

Entonces recordé cómo Kamogawa la había comparado con el vino.

En efecto.

Estaba intoxicado por la fragancia de Youko Tsukimori.



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