To Aru Majutsu no Index:NT Volumen4 Principal 20

From Baka-Tsuki
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Principal 20[edit]

Kumokawa Maria y Oumi Shuri no se sumergieron a ese océano de sangre porque así lo quisieran.

Kumokawa Maria estaba hablando acerca del hombre de casco.

“Kihara Kagun,” pronunció su nombre. “Supuestamente está profundamente envuelto en la muerte de un menor en cierta escuela primaria de Ciudad Academia. Debo perseguirlo sin importar lo que suceda. Me importa bastante mi orgullo, pero incluso estoy dispuesta a que quede destruido para lograr esto.”

Sin embargo, las dos comprendían que la situación en Ciudad Baggage no era normal.

Simplemente quedarse ahí implicaba grandes riesgos.

El objetivo de Kumokawa Maria es Kihara Kagun.

El objetivo de Oumi Shuri es la investigación de poderes sobrenaturales.

Ninguna de esas metas tenía que llevarse a cabo dentro de Ciudad Academia. Tanto los Kiharas como GREMLIN abandonarían la ciudad una vez que el conflicto terminara. Ellas podrían simplemente recomenzar su investigación en secreto una vez que sus objetivos estuvieran soltando suspiros de alivio. Por eso, las dos planearon dejar Ciudad Baggage y rehacerlo todo después de conformar una red de información precisa.

Sin embargo, algunas veces la suerte de principiante lleva a personas como ellas a un secreto.

Las llevó ahí ya fuera que lo quisieran o no.

Como el tipo de turistas lastimosos que terminan bajo el océano o en una montaña.

“…”

Ellas no tenían pensado dirigirse hacia algo como eso. Estaban intentando salir de Ciudad Baggage tan rápido como les fuera posible. Ya se habían rendido. Habían decidido que esa era la opción más sabia. Y aún así la ruta de escape de Kumokawa Maria y Oumi Shuri se cruzó con la habitación privada de Marian Slingeneyer, la puerta estaba entreabierta, y la barrera mágica no estaba en funcionamiento.

Como resultado, las dos chicas llegaron a cierta verdad.

Y esa verdad era una que atraía hacia cierta muerte.

Mientras caminaban por los pasillos de mantenimiento para las tuberías de agua caliente, llegaron a las instalaciones de depósito de desechos en el centro. Mientras caminaban por dichas instalaciones, se encontraron con cierta habitación. No tenían pensado espiar por la puerta entreabierta.

“… ¿Por qué ahora de todos los momentos?

Simplemente escucharon una voz. Y entonces la oscuridad explotó desde ese espacio por el que no tuvieron que asomarse.

(No reconozco a esa sirvienta, pero la otra es participante del Selector Natural. Preferiría no matar a alguien del lado de Ciudad Baggage, pero la información sobre Sigyn es simplemente demasiado valiosa. Qué mala suerte.)

Rodeada por sus muebles de un color carne psicodélico, Marian Slingeneyer sonríe con su sierra de oro en una mano.

“He querido un reposapiés y un mini refrigerador para las bebidas. ¿Quién quiere ser cuál?”

El infierno comienza.

Kumokawa Maria y Oumi Shuri deciden no pelear. Sin titubear, dan la vuelta y comienzan a correr a toda velocidad. Corren a través de las instalaciones de depósito de desechos y regresan al pasillo de mantenimiento por el que llegaron. Incluso esa no es la mejor opción. De hecho, ninguna opción podría considerarse “buena” una vez que se encontraron con aquella chica.

“¿¡Q-q-q-q-q-q-q-q-qué eran esas cosas!? ¿¡Algún tipo de cyborgs!?”

Incluso alguien tan acostumbrada a los poderes sobrenaturales como Kumokawa Maria sintió pánico ante esa escena.

Sin embargo, Oumi Shuri tal vez estaba acostumbrada al tipo de cadáveres que pueden ser creados bajo circunstancias normales.

“Una estrategia para llenar de temor a tu enemigo y de altas tarifas médicas es destruir su cuerpo sin matarlo y después abandonarlo. Por ejemplo, puedes instalar minas antipersonal que sólo destruyan una de sus piernas. ¡¡Probablemente se trataba de algo así!! ¡¡Además debe tener sus orígenes en la idea de la mutilación de los cadáveres enemigos!!”

“¿¡Estás segura de eso!? ¡Por la expresión en su rostro, yo diría que lo hace por diversión!”

Se encuentra en un nivel totalmente diferente.

Es más grotesco de lo que cualquiera de las dos podría imaginar.

No queda claro lo que uno tiene que hacer para transformar a un humano normal en una mesa viviente, pero ciertamente ellas no quieren pelear con alguien que puede hacer algo así. Tal vez sean capaces de ganar, pero quién sabe en qué se habrá convertido su cuerpo para ese entonces.

No sería sorprendente que terminaran con un taladro por mano derecha o que pudieran lanzar fuego de sus rodillas como cohetes.

“Ah, no, no. Como dije, ahora que han escuchado sobre nuestro as bajo la manga Sigyn, tendré que silenciarlas.”

Un fuerte ruido metálico reverbera por el área. Kumokawa Maria voltea hacia atrás mientras corre para ver a la chica persiguiéndolas con una daga presionada contra el muro del pasillo. Se encuentra a unos 50 metros detrás de ellas. Si tuviera una pistola, estarían dentro de su alcance, pero lo que lleva es un martillo y una sierra hechos de oro.

“¿¡Éste no es el camino bloqueado por el tanque y el edificio derrumbado!?”

“Eso podría darnos una ventaja. Si pasamos entre los espacios del escombro y después los cubrimos, podríamos detener su persecución. Eso requerirá que subamos a la superficie helada, pero eso sigue siendo mejor que enfrentarla.”

Tienen un objetivo.

Tienen un poco de ventaja.

No es una pelea que no puedan ganar.

(¡Tal vez podamos logra-…!)

Justo cuando Kumokawa Maria comienza a sentir algo de alivio, el muro directamente a su costado se hincha repentinamente para aplastarla.

“¿Qué-…?”

Piensa que se trata de algún tipo de dique que se ha activado a que es una trampa como las que se encuentran en las ruinas en las películas de acción, pero ese no es el caso.

“¿¡Un humano…!?” Oumi Shuri grita.

Se trata de un humano transformado para tener la misma textura, coloración y brillo que el muro.

No está claro quién o qué era originalmente. El humano ha sido alterado en la forma de un pilar rectangular y ha impactado contra el costado de Kumokawa Maria.

“¡¡…!!”

La chica gira su cuerpo inmediatamente y toca suavemente el costado del pilar con su brazo derecho para rotar su cuerpo entero y escapar completamente del impacto que se encuentra al nivel de ser atropellado por un auto. Sin embargo, el núcleo del problema no es ese.

Una y otra vez, tanto horizontal como verticalmente, salen disparados pilares similares, llenando el espacio del pasillo. En unos pocos segundos, el pasillo queda repleto con obstáculos del mismo color que el suelo y los muros.

Su ruta de escape ha sido interrumpida.

“No es fácil mantenerlos con vida de esta forma, ¿saben? Quiero decir, son rectángulos,” dice la chica morena con una sonrisa. “Los dejé por todo el lugar para poder pelear en cualquier momento.

Ya que sus órganos sensoriales serían destruidos de cualquier forma los usé como sensores para mí, pero parece que eso no funcionó muy bien. Incluso una Kihara logró pasar entre ellos en silla de ruedas. Sus ojos y oídos funcionan, pero el ego necesario para procesar la información parece rechazar las imágenes de lo que se han convertido.”

No es una situación que sólo haya sucedido una vez.

Tampoco es que esa chica altere a las personas cuando no tiene más opción.

Por toda esa área, ella ha causado un nivel de daño como si estuviera recolectando productos contra desastres como sopas instantáneas que seguramente expirarían si no se usan.

“¿Sus ojos y oídos funcionan?”

“Si quieren salir de aquí, sólo tienen que pensar en ellos como obstáculos. Claro, rebanarán cuerpos humanos vivos cuando lo hagan, así que tal vez sea un poco difícil. Un cuchillo de supermercado probablemente se quiebre cuando lleguen a la columna vertebral. En serio, deberían romper los huesos con un arma blanca antes de cortarlos, pero entonces la grasa se adherirá a la hoja y afectará su filo.”

Sus palabras provocan un escalofrío en la espalda de Kumokawa Maria.

Es una situación sobre tratar con la vida humana y arrebatarla de los demás. La esencia de alguien que menosprecia eso. Una propuesta que normalmente nadie pensaría pero que provoca una pesada carga emocional una vez que lo hacen.

¿Está bien destruir esos pilares para protegerse a uno mismo?

¿Está bien verlos como humanos, y por consecuencia no atacarlos?

¿Está bien verlo como algo incorrecto?

¿Está mal verlo como algo incorrecto?

“¿Qué hacemos?” Kumokawa Maria le pregunta a Oumi Shuri.

“No me gusta, pero no tenemos otra opción más que destruir este elemento enemigo para crear un camino para salir.”

Mientras ambas miran hacia adelante, la chica morena, Marian Slingeneyer, sonríe mientras gira su sierra.

“Así que eligieron seguir adelante. Bueno, supongo que esa es la respuesta normal. Así es como los humanos manejan sus vidas. Pero,” agrega Marian: “ese tipo de pensamiento aburrido no las llevará a ningún lado con GREMLIN.”

Marian Slingeneyer comienza a correr. En línea recta. Sin ningún disimulo. Como si hubiera decidido su objetivo simplemente por haberla visto primero, se dirige directamente hacia Oumi Shuri. Las otras dos se especializan en combate mano a mano, así que ella parece estar en desventaja, pero el problema reside en su amartillo y sierra dorados.

Oumi Shuri saca su kunai estilo pala de jardinería, pero…

“¡¡No lograrás hacerlo a tiempo!!”

La pierna de Kumokawa Maria interrumpe desde el costado.

Patea a Oumi Shuri en vez de a Marian Slingeneyer. Las armas de oro rebanan el aire vacío.

Mientras Kumokawa Maria rodea a Marian Slingeneyer, le grita una advertencia a Oumi Shuri que ha caído al suelo.

“¡No ataques directamente a alguien con poderes sobrenaturales sin antes saber cómo funcionan! ¡No intentes pelear con ella! ¡¡Incluso si lograras asestarle un buen golpe, un simple contraataque podría transformarte en una de esas mesas hechas con carne humana!!”

“¿Oh, ya has comprendido mi característica especial? ¿Si estás tan acostumbrada a ver cosas misteriosas, tal vez vienes de Ciudad Academia? En ese caso, realmente no puedo dejar que escapes.” Marian blande su sierra y sonríe sin darse la vuelta. “Mi objetivo no es rebanarte con mi sierra o golpearte con mi martillo. Cada herramienta fue creada con la forma ideal para transmitir mis intenciones para alterarte. Los objetos primarios necesarios para alterar objetos han sido divididos en siete categorías. El instante en el que este oro te toque, la alteración humana comienza.”

“¿Utiliza nano aparatos que entran al cuerpo y…? No. ¿Es una herramienta de alta tecnología que causa una reacción en cadena a nivel celular para comenzar la alteración desde el exterior del cuerpo al interior usando la presión osmótica de las células?”

“Eso es totalmente incorrecto, idiota. De hecho, esto ni siquiera se especializa en el cuerpo humano. Solamente altero el cuerpo humano con una función de la herramienta. Bueno, puede ser que tu teoría sea completamente errónea, pero al final te da la idea correcta. Supongo que ese es un tipo de talento.”

Si llegas a ser golpeado aunque sea una vez, eventualmente perderás tu cuerpo.

De hecho, incluso podrías convertirte repentinamente en una mesa o silla.

(Incluso un contraataque para intentar lanzarla o sujetarla sería mi final. ¡¡Supongo que mi única opción es pelear concentrándome en acumular daño!!)

“¿Una estrategia pasiva, hm?” Marian Slingeneyer adivina sus pensamientos. “Mantener tu distancia sería el mejor método para evitar mis herramientas, pero sería difícil colocarse al alcance para después acabarme con un solo golpe, ¿cierto? Lo normal es intentar contraatacar y acumular el daño poco a poco. Bueno, si tienes alguna técnica más fuerte como una patada alta o algo, eso sería diferente, pero… No tengo que decir nada más, ¿verdad?”

En una pelea sin reglas, una patada alta dirigida a la cabeza viene con el riesgo de que tu pierna sea sujetada para después ser jalado. Incluso si eso no sucede, una vez que te apoyas en una sola pierna, tus rápidos movimientos de los pies que te dan más alcance ya no serían útiles.

En otras palabras, simplemente agrega el riesgo de un contraataque.

“Al final, usar continuamente tu as bajo la manga no es nada más que atraparte a ti misma lentamente.”

Marian Slingeneyer deja de girar su sierra para señalar hacia la cabeza de Kumokawa Maria.

La chica morena se lame los labios y dice, “Esto no es cuestión de quién es más fuerte. Por tus patrones de pensamiento, sé que no estás a la altura de GREMLIN.”

Inmediatamente después, la situación cambia enormemente.

Tanto Marian Slingeneyer como Kumokawa Maria avanzan hacia adelante al mismo tiempo.

“¿Ah…?” mientras la chica morena avanza, suelta un leve tono de confusión.

Kumokawa Maria se agacha hacia el suelo como si fuera a saltar a una alberca y se “para” sobre el suelo con sus manos.

“Éste sólo es un problema shogi.” El cuerpo de Kumokawa Maria gira mientras está boca abajo. “no necesariamente te encuentras segura si te alejas de las armas enemigas. ¡¡El truco es moverte a una posición en la que las armas enemigas no puedan moverse sin importar lo cerca que estén de ti!!”

La sierra de oro que Marian blande de inmediato roza las piernas de Kumokawa por unos pocos milímetros y su talón se dirige directamente a la mandíbula de Marian. Se escucha un impacto seco. Marian blande nuevamente el martillo y la sierra de oro, pero las piernas de Kumokawa Maria ya no se encuentran ahí. Las armas simplemente pasan entre aire vacío.

“¡¡…!!”

“Tu visión se volvió borrosa y tu cerebro se sacudió, ¿¡así que qué crees que estabas siguiendo ahí!?”

Con sus manos aún “de pie” sobre el suelo, Kumokawa Maria ha doblado sus piernas tanto como puede. Parece como si estuviera acumulando su fuerza como un resorte, así que Marian mueve la parte superior de su cuerpo al costado tanto como puede acompañada con un tronido de su espalda.

(¡¡Buscará golpearme nuevamente en la mandíbula!!)

“¿Eso es lo que crees? ¡Parece ser que mi orgullo resultará lastimado un poco aquí!”

Kumokawa Maria gira su cuerpo mientras continúa boca abajo. Sus piernas envuelven la pierna derecha de Marian Slingeneyer.

Eso no es lo que Marian estaba esperando.

Con la amenaza de sus herramientas doradas, Kumokawa no debería ser capaz de ejecutar ese ataque.

Buscó algo más que asestar un golpe.

Ha utilizado una técnica de llave.

Sin derribar a su oponente al suelo, Kumokawa Maria comienza a destruir la pierna derecha de Marian Slingeneyer mientras la chica morena continúa de pie.

Un sonido seco recorre el cuerpo de Marian y explota en su cabeza.

Pero antes de que su hueso se quiebre por completo, Marian Slingeneyer blande su martillo de oro. Kumokawa no se queda inmóvil y en vez de eso suelta la pierna y gira hacia atrás. Marian Slingeneyer intenta seguirla, pero su pierna derecha no responde adecuadamente. Pierde el equilibrio y tiene que apoyarse contra el muro.

“No llegué al hueso,” Kumokawa Maria dice mientras se levanta al girar sus piernas como una break dancer y se seca el sudor de la frente provocado por los nervios. “Pero parece ser que dañé el tendón.”

“¿¡Cómo pudo hacer eso una persona sin categoría sólo con dos brazos y dos piernas…!?”

“¿¡Piensas que cuatro áreas para poder golpear no son suficientes para un ataque decisivo!?”

Kumokawa Maria dice mientras dobla los brazos.

Parece como si quisiera defender la parte superior de su cuerpo, pero realmente se trata de una postura usada para atacar enfatizando los codos.

“Entonces aumentaré eso a 8 con mis dos codos y dos rodillas.”

“¡¡…!!”

“¿Has calculado lo mucho que eso expande mis posibles estrategias?”

Kumokawa Maria da un fuerte pisotón en el suelo y corre directamente hacia la otra chica. Ocho puntos de golpeo atacan irregularmente a Marian Slingeneyer de una forma que sería imposible de ejecutar por un artista marcial normal.

La chica morena no está acostumbrada al combate cuerpo a cuerpo.

Además, el tendón de su pierna derecha está herido, así que no puede esquivar como quisiera.

Sin embargo…

“Es cierto que tal vez no sea oponente para ti sin materiales.”

Marian Slingeneyer blande su sierra dorada. Pero no busca a Kumokawa Maria. Blande la herramienta formando un círculo, dañando el suelo, muros, y techo mientras pasa.

“Pero no recuerdo haber dicho que ya no me quedan suministros humanos.”

Se retuercen. Las personas a las que les ordenó permanecer en espera mientras estaban transformadas en la forma de materiales del edificio riegan una gran cantidad de grasa amarilla por el área. En lo que es como el chorro de una pistola de agua de alta presión, piezas de metal como tuercas y tornillos salen disparados como balas.

Kumokawa Maria los rechaza con su puño derecho, su codo izquierdo, y su rodilla derecha.

Usando solamente el movimiento de la parte superior de su cuerpo, esquiva el martillo de oro que se dirige hacia ella entre todo eso y después se dirige en línea recta hacia Marian Slingeneyer.

Entonces inclina su cabeza hacia atrás en preparación.

“¡¡Nueve!!”

Kumokawa Maria intenta lanzar su frente hacia adelante para dejar inconsciente a la chica morena, pero Marian mueve su cabeza a un costado.

Un nuevo tornillo sale disparado desde detrás del área en donde se encontraba la cabeza de Marian.

El tornillo golpea a Kumokawa Maria en la frente, derribándola hacia atrás en donde queda tendida sobre el suelo.

Parece haber recibido una conmoción porque no muestra señales de levantarse nuevamente.

“¿Eso fue todo?”

Marian Slingeneyer se truena el cuello. La sierra ha desaparecido de su mano. Eso se debe simplemente a que la ha lanzado hacia atrás. Había cambiado la forma de uno de los “obstáculos” bloqueando el pasillo, lo que había terminado por atacar a Kumokawa.

Mientras la chica morena avanza, se recarga mayormente sobre su pierna izquierda. Oumi Shuri había sido incapaz de seguir la pelea y Marian la mantiene en la orilla de su visión mientras recupera el martillo y la sierra que había lanzado.

Mientras lo hace, saca su Smartphone y marca el número de Sigyn. Mientras escucha el tono, Marian forma una mueca ante el dolor de su pierna derecha.

“Maldición. Realmente necesito aprender a ejecutar las cosas de forma más segura. Bajé mi guardia porque pensé que era una persona normal. Argh, contesta, Sigyn. Si tengo que encargarme de un Kihara sin su „consejo‟, esto podría volverse una verdadera molestia.”

Pero no importa lo mucho que espere, Sigyn no contesta. Y entonces Marian Slingeneyer se percata de algo. Mientras Oumi Shuri se sienta en el suelo, murmura algo en voz muy baja.

El primer pensamiento de Marian es que Oumi Shuri se ha vuelto loca.

Sin embargo, eso no es lo que está sucediendo.

“Marian-chan… corre…” el murmullo de Oumi Shuri tiene una clara razón detrás. “Sal de ahí. Ahora mismo. No hay garantía de que estén trabajando solas. Si llegan refuerzos, tu pierna derecha será una debilidad importante. Así que sal de ahí ahora mismo y olvídalas…”

La voz es diferente, pero la inflexión, entonación, frecuencia y ubicación de la respiración, y más importante, las palabras, son conocidas para Marian Slingeneyer.

“¿Sigyn…? ¿Qué? ¿Por qué estás imitando su voz?”

Ella había escuchado a Sigyn hablando por el teléfono antes, pero eso no es suficiente para emularla con tal exactitud. Incluso si pudiera hacerlo bien superficialmente, decir correctamente los contenidos sería imposible.

Lo que significa que…

(¿La Sigyn con la que hablé al teléfono también era ella…? No, la Sigyn al teléfono estaba en un lugar diferente a ella. Pero entonces…)

“¿Estuviste fingiendo tu miedo hasta ahora? ¿Sigyn se encuentra en manos tuyas o de tus camaradas?” Marian Slingeneyer dice tentativamente. “¿Sujetaste un cuchillo a su cuello o colocaste algún aparato alrededor de su cuerpo que se activa con una señal a distancia para hacer que hablara conmigo? ¿¡Qué tantos secretos sobre nosotros has obtenido-…!?”

La chica se muerde la lengua a medio enunciado y no puede terminarlo.

“¿¡…!? ¡¡…!!”

“No. Si esto es todo lo que tus poderes sobrenaturales te permiten hacer, no parecen ser candidatos de valor para formar parte de los Kouga.”

Mientras murmura, Oumi Shuri lanza un pequeño objeto que sacó de su bolsillo. Con un sonido húmedo, éste golpea el muro. Parece ser una bolsita de té desechable.

Le cuesta un momento a Marian Slingeneyer el percatarse de lo que es eso.

“… ¿Alcohol…?”

“Tenía cerca del 70% de alcohol de su volumen. Se le conoce como alcohol etílico, pero los métodos de destilación cambian enormemente sus propiedades. Podrías llamarle a esta cosa un profesional en embriagarte. Si bebieras un vaso de esto, serías capaz de pelear contra un elefante.

Originalmente era usado por los ninja para que los perros persecutores perdieran el rastro.”

“¡¡…!!” Con su cabeza dando vueltas, Marian blande su sierra dorada contra el muro más cercano. Intenta rehacer a la persona que se convirtió en un muro en una lanza para atacar a Oumi Shuri.

Sin embargo, no se activa.

“Afectarte sólo fue un bono extra,” Oumi Shuri dice tranquilamente mientras saca una kunai estilo pala de jardinería. “Usé alcohol para embriagar a todos tus materiales ocultos. Después de todo, esa es su debilidad. Ya que alteras humanos vivos, sus patrones de pensamiento humanos quedan dentro del arma. Por esa razón, no se alteran como tú quieres ni siguen tus órdenes si están ebrios. Esa es la debilidad que me dijo Sigyn.”

“¡¡…!!”

Marian Slingeneyer toma una rápida decisión.

Se da la vuelta y comienza a escapar inmediatamente.

Está escapando de alguien que sabe que no tiene poderes sobrenaturales. Está escapando de alguien a la que había considerado demasiado debajo de su nivel como para preocuparse.

Frías palabras se incrustan en la espalda de Marian mientras corre recargándose en su pierna izquierda.

“Muéstrame algunos poderes sobrenaturales más adecuados para ser incluidos dentro de los Kouga.”

Esas son las palabras de la ninja que ha sobrevivido a los tiempos modernos.

Esas son las palabras de Oumi Shuri, quien aparece en la escena primero con movimientos llamativos.

“Si no puedes, consideraré que no tendré más uso para ti.”

Marian Slingeneyer puede escuchar a su perseguidora acercándose por detrás.

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