Spice & Wolf ~Versión Española~: V04 Cap 01

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Esta traducción ha sido realizada a partir de la versión inglesa de esta misma página (enlace) realizada por Judgment26.

Estado[edit]

Traducido por Sergio Campos Jurado 02:08 13/01/08

Editado por FNX 11:02 03/05/09

Traducción y corrección iniciales terminadas.

Listo para leer y disfrutar.

Capítulo 1[edit]

Viajando durante 6 días enteros en el frío invierno, sintió como si su cuerpo estuviera a punto de caer inerte.

Aunque el hecho de que aún no se hubieran encontrado con ninguna nevada podría considerarse afortunado, eso no implicaba que hiciera menos frío.

Las mantas baratas que habían sido compradas aún siendo una cantidad decente, no parecían para nada mantas, sino de hecho eran más como blandas tablas de madera. Cualquier cosa que pudiera calentar lo más mínimo se había amontonado bajo las mantas.

Lo cosa más agradable de todas por supuesto sería un ser vivo de carne y hueso. Si tuviera pelaje, entonces sería incluso mejor.

Aunque, si fuera un ser que pudiera hablar, eso demostraría ser de alguna forma problemático.

"Siento que siempre soy yo quien se queda con el palillo más corto."

Para entonces, el cielo comenzaba gradualmente a mostrar rayos de claridad. La última oleada de frío invernal de esa noche rozó sus caras, como si no quisiera marcharse.

Incluso después de haber sido despertado por el fuerte frío, no tenía ninguna intención de salir fuera de las mantas en este momento. Por eso, él normalmente se quedaría tumbado dentro de las mantas durante bastante tiempo, observando como el cielo gradualmente se iluminaba; pero hoy, su calentita compañera que dormía bajo las mismas mantas estaba de un terrible humor.

"Ya te dije es mi culpa."

"Si debiera decirse quien tiene la culpa, seguramente seríais vos. Por supuesto, si pudiera haceros sentir menos frío, yo sin dudarlo estaría más que dispuesta. Y por eso es por lo que no he sido tan caprichosa, y no he dicho nada sobre que deseara cobraros dinero por hacerlo."

El joven recostado boca arriba que estaba recibiendo un flujo sinfín de quejas - Craft Lawrence, se giró hacia su izquierda, escapando de las quejas.

Contando los años, 7 años habían pasado desde que Lawrence comenzó su carrera como mercader cuando tenía 18 años. En la mayoría de los casos, incluso al encontrarse con una persona con la que no pudiera llegar a un acuerdo, tendría la confianza para ganar con palabras al grupo contrario.

Aún así, Lawrence era incapaz de responderle de manera ingeniosa a su compañera de viaje recostada boca arriba a su derecha, que le estaba lanzando sin descanso una mirada molesta junto con sus quejas.

El nombre de esta compañera, que poseía un par de ojos color ámbar y un precioso y largo pelo del color del lino, era Horo. Aunque su constitución pareciera demasiado delgada, no le faltaba en lo más mínimo el delicado cuerpo propio de una mujer.

Aunque su compañera poseyera un nombre único, no era la única cosa única que tenía.

Después de todo, no sólo esta compañera tenía un par de orejas como de animal en su cabeza, sino que también una cola de lobo excepcionalmente bella que salía de su cintura.

"Aunque, vos. Hay cosas que pueden hacerse, y otras que no, ¿no es cierto?"

Si hubiera sido algo tan fácil de comprender como que Lawrence estando medio dormido e incapaz de controlar sus ganas de abalanzarse sobre Horo quien estaba profundamente dormida, quizás no hubiera estado tan enfadada.

No sólo eso, Horo habría ridiculizado a Lawrence hasta que éste fuera incapaz de responder, y terminado la discusión con una alegre risotada.

Pero, la razón por la que Horo había estado quejándose sin parar desde hacía un rato era porque Lawrence había hecho algo que ella era incapaz de soportar.

¿Qué es lo que había hecho Lawrence? Ya que estaba congelado, mientras dormía, inconscientemente había atrapado la cola de Horo entre sus piernas. Lo que era incluso peor, accidentalmente había jalado con fuerza al largo pelaje mientras se giraba en sueños.

La centenaria Horo, que normalmente se llamaba a sí misma la Sabia Loba y que incluso otros se habían referido a ella por Diosa contra su voluntad, había dejado escapar un chillido propio de las doncellas. Era obvio, con eso, cuanto dolor había sentido.

Aún así, Lawrence no podía evitar pensar que no era correcto culpar a alguien que había estado profundamente dormido.

Además, incluso aunque ahora Horo estuviera solamente quejándose sin parar, en el momento en el que el pie de Lawrence había atrapado accidentalmente el pelaje haciendo una especie de giro rodando sobre su cola, había recibido dos fuertes puñetazos en su cara.

Lawrence creía que merecía ser perdonado tras haber recibido semejante castigo.

"Incluso cuando los humanos están totalmente despiertos, pueden pisar el pie de alguien al andar, así que no es difícil imaginar mientras están durmiendo. Aunque, esta cola es mi orgullo, y la única prueba irrefutable de quién soy."

Aunque la cola sobre la que había rodado su pierna no sufrió daños, varios pelos se habían desprendido.

Comparado con el dolor, el hecho de que un poco de pelo se le hubiera caído parecía la verdadera razón por la que Horo estaba tan enfadada.

Además, parecía que antes de que la situación llegara a este punto, Lawrence había dormido con la cola aplastada por sus pies por un buen rato, por lo que el pelaje de su cola se había aplanado.

Tan pronto como Horo, que había estado ocupada mirando su cola, se dio cuenta de que Lawrence avergonzado estaba intentando salir de las mantas, tiró con fuerza de él para que volviera usando su peso, y siguió quejándose incesantemente bajo las mismas mantas.

Cuando una persona se enfadaba, normalmente o actuaba de manera indiferente o proponía un duelo. Pero, ninguna de estas era tan insoportable como las formas en las que Horo se vengaba.

Porque había estado muy calentito durmiendo con Horo bajo las mismas mantas, y era justo antes del amanecer, sumado al hecho de que su cuerpo estaba totalmente exhausto debido al viaje en pleno frío invernal.

Si a uno le estuvieran lanzando quejas sin fin y aún así fuera incapaz de responder en ese momento, no sería extraño que quisiera volver a dormir.

Pero por supuesto, si llegara a mostrarle una cara totalmente adormilada, Horo seguramente le atacaría con fiereza.

Esto no era para nada distinto de un interrogatorio con torturas.

Seguramente Horo podría llegar a ser un excepcional agente de la ley.

"Ahora que lo pienso....."

Semejante interrogatorio descabellado no cesaba ni por un simple momento hasta que Horo empezó a cansarse debido a su enojo y mostró signos de somnolencia.




Por supuesto Lawrence, que seguía manejando el carro, sabía que la ira de Horo era algo terrible. Pero tras la discusión, también llegó a comprender que existían muchas clases de terror, aunque no tenía intención alguna de conocerlas.

Mientras que Horo, que estaba cansada tras descargar su furia y había empezado a cansarse, le había quitado todas las mantas de Lawrence y se había quedado profundamente dormida, contrajo su cuerpo con las rodillas en el pecho como si estuviera en una crisálida.

Pero, Horo no estaba durmiendo sobre la zona de carga del carro, sino que estaba recostada de lado en el asiento del conductor, con su cabeza apoyada en los muslos de Lawrence.

Aunque tan sólo mirando la cara durmiente de Horo, la hacía parecer preciosa y adorable, la acción que estaba realizando también mostraba cuan terroríficamente manipuladora era.

Si Horo fuera a mostrarle sus afilados caninos y montar un escándalo, Lawrence podía alguna excusa para defenderse de sus ataques. Si decidiera aparentar una actitud indiferente hacia él, Lawrence podía también responder como viera apropiado.

Pero usar forzosamente los muslos de Lawrence como almohada para dormir sólo conseguía que la posición de Lawrence se debilitara más y más.

Lawrence no podía enfadarse, no podía ignorar a Horo, y no podía tratarla con indiferencia. No sólo eso, si Horo fuera a armar un escándalo porque quisiera algo de comer, no podía negárselo tampoco.

Porque por como actuaba, la acción de Horo representaba un deseo de reconciliación.

Aunque a esta hora, el sol ya estaba muy elevado en el cielo, y aunque el aire matinal ya no era tan frío, el aire que escapó de la boca de Lawrence en forma de suspiro era considerablemente pesado.

Aún diciéndose a sí mismo que necesitaba tener incluso más cuidado en el futuro para así no presionar accidentalmente la cola de Horo nuevamente, el calor que la cola proveía seguía constituyendo una irresistible tentación al acampar fuera durante el duro invierno.

Si hubiera realmente un Dios en los cielos, Lawrence verdaderamente quería preguntarle: "¿Qué debería hacer?"

El viaje matinal que estaba bañado por semejante humor llegó a su fin antes de lo esperado.

Ya que no se habían cruzado con nadie en el camino, Lawrence tenía la impresión de que todavía quedaba un largo camino por delante. Pero terminando de subir una pequeña ladera, vio una ciudad aparecer más adelante.

Lawrence nunca había venido a esta región con anterioridad, y no tenía conocimiento alguno sobre la situación de esta zona.

La localización aproximada de este lugar era un poco al Este del centro del vasto reino en el que paganos y miembros de la Iglesia Ortodoxa convivían entre sí- Puroanie. Lawrence desconocía el valor estratégico de esta región, pero sabía que no poseía zonas importantes donde hacer negocio.

El hecho de que Lawrence viniera aquí incluso sabiendo esto era por supuesto por el bien de Horo, que seguía durmiendo profundamente sobre sus muslos como una diablilla.

Ya que la razón original para que viajara con Horo, era llevar a Horo de vuelta a su pueblo natal.

Aún así, habían pasado varios siglos desde que Horo dejó su pueblo natal. En sus recuerdos, el camino que lleva de vuelta a éste junto a su situación se habían vuelto borrosos con el tiempo. No sólo eso, semejante tiempo era suficiente para que cualquier cosa del mundo pasara por grandes cambios. Por esto, Horo no tenía intención de dejar ninguna información o evidencia relacionadas con su pueblo natal.

Incluso que estuviera al tanto de la leyenda de que su pueblo natal, Yoitsu, había sido destruido hacía tiempo no cambiaba esto.

Por eso, en la ciudad pagana de Kumerson de la que ambos habían salido hacía 6 días, habían conocido a la clériga de cláusula Deanna, cuya pasión era recolectar leyendas antiguas, y le preguntaron por información referente a Yoitsu. Deanna incluso les informó de un monje que se especializaba en reunir leyendas de las distintas divinidades paganas.

De acuerdo a lo que dijo, este monje servía en un monasterio de una región remota, y sólo el clérigo de la iglesia que vivía en el pueblo de Tereo sabía la localización del monasterio.

Pero ya que el camino a Tereo no era ampliamente conocido, los dos tuvieron que dirigirse primero a la ciudad conocida como Enberl y preguntar allí por Tereo.

Actualmente, ambos habían llegado finalmente a Enberl.

"Deseo comer pan dulce."

Y entonces, esa fue la primera cosa que salió de la boca de Horo mientras se levantaba lentamente antes del puesto de entrada.

"Dije que deseaba pan dulce, pero el que quiero es del que está hecho con trigo."

Lo que pidió era algo considerablemente caro, como de costumbre.

Pero, Lawrence no tenía el derecho a negarse.

Además, ya que Lawrence no sabía los recursos que necesitaba esta región, había comprado harina de trigo en Kumerson antes de viajar al Norte, al vendedor de trigo Mark, de quien había recibido mucha ayuda. Pero para el viaje había escogido el un poco más amargo y negro pan de centeno para comer. Una elección tan tacaña le había causado también convertirse en el blanco de las incesantes quejas durante el transcurso del viaje.

En el momento que pensó en el tipo de pan de trigo de alta calidad y bien hecho que Horo le obligaría a comprar, el humor de Lawrence se volvió apagado.

"De todas maneras tenemos que vender todos nuestros productos antes de que podamos comprar nada."

"Bien, una petición de tal magnitud es todavía aceptable."

Desde un punto de vista lógico, Horo había sido quien en principio le suplicó a Lawrence que la llevara con él en sus viajes, pero de alguna forma parecía que Lawrence era como su asistente ahora.

Horo pareció detectar los pensamientos de Lawrence. Acariciando su cola situada bajo su larga túnica, dijo ofensivamente:

"Mi encantadora cola ha sido aprisionado bajo vuestros pies. Si no os aprisiono bajo mi pie también, ¡qué perdida habría sufrido!"

Lawrence en principio había esperado que Horo siguiera quejándose por un tiempo, pero habiendo escuchado esto, imaginó que su enfado había más o menos descendido.

Dando un silencioso suspiro de calmar al ser esto así, Lawrence condujo su carro en la dirección de la tienda de harina.

Incluso aunque Enberl estaba situada en una región remota, parecía ser una bien asentada zona céntrica de intercambio, y por esto era por lo que estaba bastante animado dentro de la ciudad.

Aparentemente había sido simple coincidencia que ambos se hubieran cruzado con tan poca gente en el camino.

Por todo el centro de la ciudad de Enberl se podían ver grano, verduras, y animales transportados allí desde varias villas vecinas. Compradores y vendedores llenaban la zona hasta tal punto que ni siquiera una gota de agua podría recorrerla.

La gran iglesia construida junto a la plaza principal tenía sus puertas completamente abiertas, una señal de que recibía un flujo constante de visitantes. Gente que había venido a rezar o participar en el servicio entraban y salían de la iglesia con gran frecuencia.

La sensación que emanaba de Enberl era más parecida a la de pueblos rurales encontrados en varias regiones.

Habiendo pedido información en el puesto de vigilancia del pórtico, Lawrence descubrió que la mayor tienda de harina de Enberl era la Compañía Riendo.

Aunque en verdad era tan sólo una tienda de harina, se le había dado el nombre de "Compañía" con el fin de mejorar su reputación. Lawrence no pudo evitar pensar que eso era algo que ciertamente algunos campesinos harían.

Aunque, situado en la zona norte de la plaza, a la derecha de la limpia y arreglada calle principal, la Compañía Riendo poseía una entrada amplia y una impresionante zona de descarga, lo que hacía su deseo de mantener una reputación decente no tan difícil de comprender.

El trigo que Lawrence había comprado en Kumerson valía aproximadamente 300 monedas de plata de Trenni.

De esta cantidad, la proporción de trigo que ya había sido cuidadosamente molido y convertido en harina y el trigo que tan sólo había pasado por el proceso de extracción del grano era cercana a 1:1.

Ya que era difícil de sembrar trigo en regiones frías, cuanto más al norte se fuera, mayor sería su valor.

Pero, si alguien tuviera tan mala suerte como para encontrarse varios días seguidos de lluvia durante su transporte, el trigo rápidamente se pudriría. Y lo que es más importante, el trigo es demasiado caro como para formar parte de la dieta diaria, por lo que era muy complicado encontrar compradores.

Que Lawrence hubiera partido con un carro lleno de trigo era debido al molesto concepto propio de los comerciantes que dice "No es bueno pasear un carro vacío mientras viajas".

Por otro lado, era también porque Lawrence, habiendo obtenido grandes beneficios en Kumerson, había decidido no ser demasiado avaro con su dinero.

Además, Lawrence imaginó que siendo Enberl una ciudad de tal tamaño, por norma deberían vivir en ella ricos nobles o miembros de la Iglesia, por eso probablemente, la tienda de harina estaría dispuesta a comprárselo.

Ese era el plan de Lawrence.

"Hey, ¿eso con lo que cargáis es trigo?"

Ya que la persona que se acercaba era un visitante cuyo carro estaba cargado con trigo, Riendo, el propietario de la compañía, salió en persona para saludar a Lawrence. Poseía una complexión obesa mucho más propia de un propietario de una tienda de carne que de un propietario de una tienda de harina, Riendo se dirigió a Lawrence llevando una expresión aparentemente preocupada.

"Sí, la mitad es harina mientras que la otra mitad es grano. La calidad está garantizada."

"Ya veo. Si amasas toda la harina y después la cueces, debería quedaros un pan muy sabroso. Pero como podéis ver, ha habido una cosecha muy productiva de centeno este año, por lo que no nos quedan fuerzas para usar en preparar el trigo, al no ser una necesidad."

Dentro de la zona de descarga de la compañía podían verse ciertamente montañas de sacos apilados de centeno, y por toda la pared lateral colgaban una larga fila de tablas donde los destinatarios de los envíos estaban escritos con tiza.

"De todas formas, para nosotros, el trigo conlleva un buen beneficio después de todo. Si fuera posible, desearíamos comprároslo. Es sólo que actualmente no disponemos de suficientes fondos...."

Comparado con el trigo, cuyo éxito de ventas dependía del humor de clientes ricos, el centeno, cuya venta estaba garantizada desde el momento que lo traías, tenia que ser tratado con mayor importancia. Seguramente esto era lo que el propietario estaba pensando.

Especialmente debido al hecho de que esta era una región remota, las personas le daban mucha importancia a las relaciones con otras personas. Incluso desde la idea de evitar que otros comerciantes quitasen esporádicas oportunidades para un negocio, uno no podía ignorar los distintos pueblos que traían centeno cada año.

"Ahora que lo pienso, parecéis ser un vendedor ambulante. ¿Vinisteis a Enberl a establecer una nueva ruta de venta?" preguntó Riendo.

"No, tan sólo ando manejando un pequeño negocio mientras viajo."

"Ya veo. ¿Puedo preguntar cuál es vuestro destino?"

"Planeo dirigirme hacia Renose. Pero antes de eso, deseo hacerle una visita a un lugar cercano a Enberl."

Al oír esto, Riendo parpadeo continuamente.

Aunque Renose era una ciudad situada incluso más al norte que este lugar, y dejando de lado que Riendo era simplemente el dueño de una tienda de harina, aún poseyendo una tienda digna de ser llamada compañía, era imposible que no conociera Renose.

"Planeáis viajar a una ciudad tan lejana huh... eso es extraño..."

Como Lawrence había imaginado, el propietario parecía querer decir, "Normalmente, el único sitio de interés para los comerciantes que vienen a esta región es Enberl".

"Mi idea ahora mismo es dirigirme a Tereo."

Escuchando semejante respuesta de Lawrence, el propietario reveló una obvia expresión de sorpresa.

"¿Por qué queréis ir a un pequeño pueblo como Tereo? ¿Vuestro propósito es...?"

"Tengo unos asuntos que requieren que le haga una visita a la iglesia de Tereo. Ah sí, además de charlar de negocios, también deseaba preguntar si sabías o no cómo llegar a Tereo."

La cara de Riendo parecía como si le hubieran preguntado de improviso el precio del primer artículo que había comprado o vendido en su vida. Su mirada se perdió en el aire por un instante antes de responder:

"Hay una carretera que lleva directamente a Tereo, por lo que no tenéis que preocuparos por perderos. La distancia es de casi medio día si vas en carro, aunque la carretera no está en las mejores condiciones."

Quizás Riendo realmente hubiera sido pillado desprevenido. Por este detalle, parecía que Tereo era un poblado rural donde las gallinas no ponían huevos.

"Uhn~~" Tras eso, Riendo dejó escapar un murmullo y dijo, girando su mirada al carro de Lawrence:

"¿Pasaréis por aquí de nuevo al volver?"

"Lo siento muchísimo, pero tomaré una ruta distinta al salir de Tereo."

Seguramente el propietario estaba sopesando la posibilidad de comprar en crédito si Lawrence tenía planeado pasar de nuevo a su regreso.

Pero Lawrence no tenía intención de añadir esta zona a su ruta de comercio.

"Ya veo... en ese caso, aunque lo lamento profundamente, no tendré el placer de hacer negocios contigo en esta ocasión....."

Aunque Riendo puso una cara de lamento, como si estuviera sufriendo desde lo más profundo de su corazón, probablemente estuviera medio mintiendo.

Comprar el tan caro trigo de un viajero a quien había conocido en ese mismo momento era considerado una apuesta muy arriesgada.

Era posible que la harina fuera una mezcla de distintos tipos de trigo, y por ello era también posible que descubriera que la harina era de terrible calidad tan sólo tras haber hecho pan con ella, por muy buena apariencia que tuviera.

Si pudiera ser comprada a crédito, para que así el pago estuviera fijado para una fecha posterior, incluso si la calidad fuera verdaderamente mala, podría fácilmente deshacerse de ella engañando a algún noble de un país remoto o a través de varios métodos distintos.

De todas maneras, Lawrence definitivamente no necesitaba vender el trigo en ese mismo instante.

Ya que las circunstancias no habían permitido realizar un trato satisfactorio, Lawrence le dio la mano a Riendo y se despidió de él.

"Después de todo, comparado a vender directamente el grano, convertirlo en pan y venderlo entonces es la manera más rápida de deshacerse de él," dijo Lawrence.

Ya fuera de buena o de mala calidad podría ser determinado instantáneamente dándole un bocado a una pieza de pan. Incluso si alguien fuera a describir con palabras de manera apasionada la buena calidad que tenía la harina, no se podía debatir que saborearlo era mucho más efectivo que escuchar.

"Jajaja, todos los comerciantes pensamos también así. Y por eso, a menudo se vuelve una razón para discutir con panaderos," respondió Riendo.

"¿También los panaderos de aquí son tan obstinados?"

"Por supuesto. Si lugares a parte de las panaderías empezaran a hacer pan, montarían un alboroto con rodillos de cocina hechos de piedra en mano."

Los tratos los llevaban los comerciantes, y el pan era hecho en panaderías. Sin importar a que pueblo fuera uno, semejante división del trabajo estaba hecha, y la gente a menudo hacía bromas sobre el tema también.

Aunque, si un comerciante fuera realmente a realizar el proceso íntegro, desde comprar trigo a hacer pan, eso sería realmente un negocio altamente beneficioso.

Porque el orden de eventos desde el comienzo con el cultivo de trigo hasta el amasado del pan requería la participación de un gran número de personas.

"Entonces, quizás Dios nos lleve a encontrarnos de nuevo," dijo Lawrence.

"Ciertamente, cuando ese tiempo llegue, estaremos encantados de hacer negocios contigo."

Tras responderle a Riendo con una sonrisa y asintiendo, Lawrence y Horo salieron de la compañía.

Aunque a Lawrence le daba un poco de pena no haber sido capaz de vender el trigo, lo que le preocupaba incluso más era el hecho de que Horo había permanecido en silencio todo el tiempo.

"No interrumpiste para decir nada esta vez,"

Dijo Lawrence de forma casual. Tras hacer un signo de respuesta bastante apagado, Horo abrió su boca para decir: "Vos."

"El propietario mencionó que Tereo está sólo a medio día de distancia, ¿correcto?"

"¿Huh? Oh, claro."

"Si nos encaminamos ahora, seríamos capaces de llegar antes de la tarde, ¿no es así?"

La voz de Horo sonaba de alguna forma obstinada. Escuchando esto, Lawrence dejó caer su cuerpo en el asiento y asintió mientras decía:

"Pero, ¿no es mejor descansar un poco? Tú misma estás cansada, ¿verdad?"

"Si se trata de descansar, podemos hacerlo también cuando lleguemos a Tereo. Si podemos llegar allí hoy, preferiría salir antes."

Escuchando una voz tan obstinada que nunca antes había oído usar a Horo, Lawrence finalmente entendió sus verdaderas intenciones.

Incluso aunque Horo raramente lo había demostrado a través de su actitud y hablado de ello, parecía que tan sólo deseaba poder encontrarse inmediatamente con el monje que recolectaba leyendas de varias deidades paganas.

Horo siempre tenía la tendencia de dejarse llevar por sus emociones, y siempre mostraba un orgullo especialmente fuerte por ciertos detalles.

Seguramente para Horo fuera muy vergonzoso apresurar a Lawrence como una niña pequeña.

Pero, ya que su destino se encontraba a corta distancia, se había avivado el fuego de su apasionado deseo que había estado siendo suprimido en lo profundo de su corazón hasta entonces.

De hecho, probablemente Horo ya estuviera muy cansada. Incluso así, que siguiera expresando semejante deseo era un indicador claro de cuan desesperada estaba.

"Bien. ¿Qué tal esto? Vamos a comer algo caliente y entonces partimos. ¿Te parece bien?"

Y así, Lawrence dijo esto. Horo, escuchándolo, repentinamente mostró una expresión sorprendida y dijo:

"¿Era siquiera necesario preguntar?"

Por supuesto no hacía falta decir que una sonrisa forzada apareció en el rostro de Lawrence.




Como si el escenario de llanuras infinitas hubiera finalmente llegado a su fin, el paisaje ante ellos comenzó a tomar un poco la forma de decorados celestiales.

El terreno ondulado se amontonaba sobre sí mismo en capas, como un bulto de masa que había caído al suelo. Un río fluía por las grietas, y algunos bosques frondosos aparecían también en el paisaje.

El carro en el que ambos estaban sentados producía pequeños ruidos de baches según avanzaba por la carretera pavimentada junto al pequeño río.

Lawrence observó a Horo, quien todavía estaba profundamente dormida, y pensó que quizás debería haberla forzado a que descansara cuando habían estado en Enberl.

Durante un viaje en un invierno tan frío, a uno siempre le despertaría el frío, y seguidamente caería dormido, tan sólo para despertarse nuevamente una y otra vez durante todo el tiempo entre la noche y el amanecer. Aunque Horo fuera originalmente una loba cuyas habilidades superaban con creces las de los humanos y que podía moverse libremente a la intemperie, parecía que mientras se encontrara en su forma de doncella, tan sólo poseía las capacidades físicas de una mujer.

Si esto fuera realmente cierto, este viaje sólo podría ser una dura experiencia para Horo.

La forma en la que se veía Horo estando durmiendo recostada en Lawrence, también daba la impresión de que verdaderamente estaba completamente exhausta.

Lawrence pensaba pedir permiso para descansar por un tiempo tan pronto como llegaran al monasterio.

Pero, eso significaría tener que vivir de forma humilde, algo a lo que Horo quizás se opusiera. Según sopesaba esto, Lawrence se dio cuenta de que el pequeño río se ensanchaba gradualmente.

Ya que el río se perdía de vista por una pendiente a su derecha, la parte frontal de éste no era visible. Pero ciertamente el río se ensanchaba más y más, y poco tiempo después podía verse claramente como la velocidad a la que el agua fluía se había reducido.

En ese momento, un débil pero familiar sonido llegó a sus oídos.

En apenas un instante, Lawrence comprendió lo que había más adelante.

Incluso en sueños, Horo, que poseía un fino sentido del oído propio de los lobos, pareció notar también el sonido que provenía de lo que se encontraba más adelante en el camino. Después de frotarse la cara con sus manos, echó un vistazo desde su capucha.

Daba la impresión de que el pueblo de Tereo no estaba lejos.

Según se detuvo el fluir del río, formando un pequeño estanque, un pequeño pero completo molino hidráulico asomaba más adelante en el camino.

"Ya que hemos encontrado un molino, deberíamos estar a punto de llegar," dijo Lawrence.

En las zonas en las que el suministro de agua estaba limitado, primero la almacenarían usando algún tipo de presa, para después aprovechar la diferencia en el nivel del agua para propulsar el giro del molino.

Ya que el agua disponible en esta zona era originalmente muy escasa, el impulso para el molino usando tal método era limitado. Pero durante esta época del año cuando la estación de la cosecha hacía tiempo que había pasado, obviamente era imposible ver una larga fila de gente esperando frente al molino. Si fuera la época justo tras el final de la cosecha, habría montones de gente haciendo cola para hacer harina con su trigo (o centeno o también cebada).

Pero en el tiempo presente, el molino algo ennegrecido, teñido con resina mostraba una apariencia solitaria, dejando un paisaje desolador.

Cuando el carro de Lawrence llegó a un punto desde el cual se podían incluso distinguir las formas en la madera de la pared del molino, una figura repentinamente salió corriendo de dentro del molino.

Apresuradamente, tiró de las riendas. Relinchando para señalar su desagrado, el caballo meneó su cabeza de izquierda a derecha deteniéndose.

Quien repentinamente había salido de forma apresurada, resultó ser un joven. En semejante tiempo tan helado, tenía su camisa arremangada por los brazos, y sus brazos desde las palmas hasta los codos estaban tan blancos como la nieve llenos de harina.

"¡Whoah, perdón, perdón! Hmm, eres un viajero, ¿no es así?"

Y entonces, antes de que Lawrence tuviera siquiera la oportunidad de expresar su propia molestia siguiendo el ejemplo de su caballo, el joven se abrió paso hasta enfrente del carro y dijo eso.

".....Ciertamente, soy un viajero. ¿Y tú?" Respondió Lawrence.

Aunque la persona ante él fuera un joven, era totalmente distinto a Amati, con quien Lawrence se había confrontado en el mercado hacía una semana. En contraste con su delgada apariencia, el joven poseía una fisionomía balanceada característica de alguien acostumbrado al trabajo físico, y además era aproximadamente tan alto como Lawrence. También tenía pelo y ojos negros vistos frecuentemente en las regiones nórdicas. Su fuerte físico parecía mucho más acorde a llevar un hacha que un arco. Aunque, ya que su pelo estaba manchado de harina, había tomado un color más bien extraño.

Jaja, como puedes ver, soy el encargado del molino. Así que, ¿de dónde habéis venido? No eres de Enberl, ¿verdad?

Ver a alguien manchado de blanco con harina salir de un molino y preguntar quien era, era equivalente a estar frente a un puesto de venta con pan en el mostrador y preguntar que estaban vendiendo en él.

"Jaja, como puedes ver, soy el encargado del molino. Así que, ¿de dónde habéis venido? No eres de Enberl, ¿verdad?"

Viendo la cara despreocupada y sonriente del joven, Lawrence no pudo evitar pensar que era bastante infantil.

Mientras en silencio imaginaba que la edad del joven era 6 o 7 años menor que la suya, Lawrence pensó con preocupación: "No me digas que esto va a volver a involucrar a Horo y que acabará convirtiéndose en algo problemático."

"Es como dices. Me gustaría preguntarte algo aprovechando nuestro encuentro, ¿cuánto toma llegar al pueblo de Tereo desde aquí?"

"¿El pueblo.... de Tereo?"

Al escuchar las palabras de Lawrence, el joven pareció confuso por un momento, y tras un segundo abrió su boca mostrando una sonrisa mientras decía:

"Si Tereo fuera un pueblo, entonces Enberl sería todo un reino. No sé que os lleva a Tereo, pero tan sólo es una lamentablemente y pequeña aldea. Puedes adivinarlo con tan sólo observar este molino, ¿no es así?"

Aunque de alguna forma Lawrence no se esperaba la respuesta del joven, recordó que como Horo, Deanna, la persona que les había dado la información sobre Tereo, había vivido durante siglos, algo que era imposible para los humanos.

Incluso si ahora verdaderamente se refirieran a Tereo como una aldea, en algún momento, siglos atrás, esta aldea podría haber sido la mayor ciudad de la región. Algo así no era tan extraño.

Lawrence asintió con la cabeza y preguntó una vez más:

"Entonces, ¿Cuánto tomaría?"

"Tan sólo está un poco más adelante. Aunque, Tereo no tiene ninguna gran muralla rodeándolo, por lo que, técnicamente no sería incorrecto decir que ya estás en Tereo."

"Ya veo. Muchas gracias."

Lawrence sintió que si no ponía un punto y final a la conversación, el joven continuaría hablando sin parar.

Y entonces, tras darle una respuesta tan corta, Lawrence comenzó a avanzar con su carro alrededor del joven. En ese punto, el joven rápidamente le detuvo.

"Por favor... pare por favor. No tenga tanta prisa por marcharse, viajero, ¿qué me dices?"

Con el joven bloqueando el camino con los brazos extendidos, no había forma en la que Lawrence pudiera maniobrar para rodearle en la no tan ancha, carretera.

Si Lawrence fuera a abrirse camino a la fuerza, probablemente no seria demasiado complicado, pero si el joven resultara herido en consecuencia, probablemente dejaría una mala primera impresión en los habitantes de Tereo.

Suspirando, Lawrence dijo:

"¿Qué ocurre?"

"Hmm-uhm... qué ocurre eh... oh, cla...claro, la chica que viene contigo es una verdadera belleza."

Aunque Horo, que mantenía su cabeza gacha en silencio bajo su capucha, no dejó escapar una sonrisita, su cola se meneó una vez bajo las mantas.

Para Lawrence, comparado a la sensación de superioridad que acompañaba a tener a Horo como compañera de viaje, sus preocupaciones sobre si esto traerían casi las mismas o incluso más problemas innecesarios eran aún mayores, causándole una considerable molestia.

"Es una monja realizando una peregrinación. Se acabó, ¿te parece suficiente? Lo único que puede impedir que un comerciante continúe adelante es un recaudador de impuestos."

"¿Mo...monja?"

Y entonces, escuchando una palabra inesperada, el joven se mostró sorprendido.

Ya que en el centro del pueblo de Enberl se encontraba una iglesia de proporciones considerables, era muy poco probable que la "pequeña y lamentable aldea de Tereo" a la que el joven se refería fuera un pueblo plenamente pagano. Esto debía ser así porque incluso en el interior de la zona norte de Puroanie, siempre y cuando hubiera un pueblo en la región que poseyera una iglesia de tamaño considerable, cualquier aldea de los alrededores que deseara mantener una postura pagana requeriría que poseyera una cantidad decente de poder militar.

Además, debería haber una iglesia en Tereo. ¿Entonces por qué se había sorprendido tanto el joven?

Habiendo pensado esto, la actitud de Lawrence instantáneamente cambió a prestar atención, y los avispados ojos del joven rápidamente notaron esta reacción.

Por lo que pudo ver, el joven estaba más interesado en Lawrence que en Horo.

"De acuerdo viajero, no te detendré por más tiempo. Pero, espero que escuches mi sugerencia. Harías mejor en no llevar una monja a Tereo."

"Oh...."

Para Lawrence, no parecía como si el joven estuviera bromeando.

Tan sólo para asegurarse, Lawrence golpeó el pie de Horo con delicadeza bajo la manta para confirmarlo, y vio un asentimiento de Horo desde debajo de la capucha.

"¿Cuál es la razón? Hemos venido a hacer una visita a la iglesia de Tereo para encargarnos de unos asuntos. Si hay una iglesia, no debería haber razón para que una monja fuera incapaz de ir. ¿O es que-"

"No, no, hay una iglesia en Tereo. ¿Razón? La razón es... como podría explicarlo, la iglesia se encuentra actualmente envuelta en una discusión. El único problema es que el otro grupo resulta que son los molestos tipejos de la iglesia de Enberl."

El joven repentinamente puso una expresión solemne, con su atenta mirada como la de un soldado recién entrenado.

La inesperada muestra de hostilidad del joven tomó a Lawrence por sorpresa, pero instantáneamente recordó que el joven tan sólo era el encargado del molino.

"Así que, así están las cosas. ¿Como debería decirlo?, si una monja fuera a ir allí ahora, podría hacer que las cosas se complicaran un poco. Por eso dije que sería mejor para vosotros dos el no ir allí."

Tan pronto como el joven dejó de lado su hostilidad, se convirtió sin previo aviso en el agradable y tranquilo joven nuevamente. Pero, había algo extraño sobre su advertencia. Aún así, parecía que el joven no les había dicho eso con mala intención, por lo que Lawrence no siguió profundizando.

"¿Así están las cosas? De acuerdo, tendré cuidado. No creo que nos echen tan pronto como pongamos un pie allí, ¿no es así?" dijo.

"Supongo... que no serían tan extremistas...."

"De todas maneras, te lo agradezco, recordaré tu aviso. Siempre y cuando ella esté vestida de forma que sea imposible advertir de que se trata de una monja, no habría problema, ¿cierto?"

El joven se calmó visiblemente, y revelando una cara inocente asintió con su cabeza para decir:

"Si estáis dispuestos a hacer eso, supongo que no tendréis que de qué preocuparos."

Inconscientemente, la advertencia que le dio el joven a Lawrence se había convertido en una suplica. Seguramente estas palabras eran de todo corazón por parte del joven.

"Pero, ¿qué asuntos tenéis que tratar con la iglesia?" preguntó.

"Hemos venido a pedir indicaciones."

"¿Pedir indicaciones?"

El joven se rascó su mejilla, con cara de estar totalmente sorprendido.

"Hmm~ ¿cómo?, ¿entonces no has venido por negocios? Eres un vendedor ambulante, ¿no es así?"

"Y tú eres el encargado del molino, ¿no es correcto?"

El joven soltó una risa con una expresión parecida a como si alguien le hubiera chasqueado los dedos en su nariz. Entonces dejó caer sus hombros en señal de profundo arrepentimiento.

"Aye, estaba pensando que si hubieras venido por negocios, quizás podría ser de ayuda."

"Te avisaré cuando surja la necesidad. ¿Podría continuar ahora?"

Aunque parecía como si el joven todavía deseara decir algo, daba la impresión de que era incapaz de encontrar las palabras apropiadas para continuar la conversación, y por esto con un ligero asentimiento, se apartó del camino.

Y entonces, el joven le lanzó una mirada a Lawrence que indicaba como si le estuviera pidiendo algo.

Aunque, Lawrence comprendió que el joven no le estaba pidiendo una remuneración por la información.

Aflojó la presión en las riendas y extendió una mano. Y entonces, mirando directamente a los ojos del joven, dio su mayor esfuerzo para hablar de forma relajada:

"Mi nombre es Craft Lawrence. ¿Y el tuyo?"

Una sonrisa resplandeciente afloró instantáneamente en la cara del joven. Lanzándose hacia el asiento del conductor, dijo:

"¡Ivan! ¡Jiyom Ivan!"

"Ivan. Entiendo. Tendré tu nombre presente."

"¡Aye! ¡Asegúrate de hacerlo!"

Habiendo dicho esto con un volumen suficientemente alto como para causar que un caballo, el cual tuviera miedo de los ruidos altos, se volviera incontrolable instantáneamente, Ivan agarró la mano de Lawrence con fuerza.

"¡Por favor, asegúrate de pasar por aquí nuevamente en tu viaje de vuelta!"

Ivan seguía hablando con una voz alta tras alejarse del caballo y volver al pórtico del molino.

El joven, teñido de un blanco nieve por la harina, se quedó junto al portón del oscuro molino hidráulico.

Mientras veía a desgana como la pareja se marchaba, daba cierta impresión de soledad.

Y entonces, exactamente como Lawrence había imaginado, Horo se giró y se despidió de Ivan con su pequeña mano. Notando esto, Ivan primero encogió sus hombros por la sorpresa, y después, riéndose con fuerza, agitó ambos brazos con movimientos exagerados.

Más que dar la impresión de un jovenzuelo encantado por que una joven dama se hubiera despedido de él, parecía más como si el joven estuviera encantado por haber conocido a un posible amigo.

Ya que el camino que se abría ante ellos gradualmente se giraba a la derecha, el molino de Ivan pronto se perdió de vista. Y por eso Horo se giró hacia el frente y se sentó correctamente.

Y entonces, abrió su boca para hablar con un tono profundamente enfadado:

"Hmph, esa persona os miró a vos incluso más veces de las que me miró a mí."

Viendo a Horo decir esto de forma tan molesta, Lawrence sonrió brevemente, y respirando profundamente, soltó un suspiro mientras hablaba:

"Es el encargado del molino, y probablemente lleva una vida dura."

Horo miro a Lawrence con expresión incrédula, y tras eso inclinó su cabeza ligeramente.

Tenía que haber una razón por la que Ivan no le había prestado más atención a Horo, que era más que apropiada para que lo hicieran, pero prefería darle la mano a Lawrence, el vendedor ambulante.

Aunque, si alguien fuera a preguntar si era una razón agradable, la respuesta sería con casi total seguridad no.

"Es exactamente igual que ser pastor. Incluso aunque ambos sean trabajos necesarios, la gente que realiza tales trabajos son a menudo menospreciadas por sus allegados aldeanos o ciudadanos," dijo Lawrence.

Por supuesto, dependiendo de la zona, éste no era siempre el caso. Aún así, sin importar como lo mirara Lawrence, el molino hidráulico no parecía recibir el amor y respeto de los habitantes de Tereo.

"Por ejemplo... la bolsa que cuelga de tu cuello contiene trigo, ¿correcto?"

Colgado del cuello de Horo había una bolsa que contenía trigo dentro del que ella misma habitaba, aunque la bolsa se encontraba actualmente escondida bajo una gran cantidad de capas de ropa.

"Si los granos de trigo de esa bolsa fueran extraídos y molidos con un mortero de piedra, ¿cuánta harina supones que sería producida?"

Escuchando esto, Horo bajó su mirada a su pecho durante bastante tiempo.

Incluso Horo, quien podía controlar las cosechas de trigo al igual que su calidad, parecía incapaz de determinar cuanta harina podría ser producida después de moler el trigo.

"Supón que hay todos estos granos."

Lawrence soltó las riendas, y marcó el borde de una pequeña montaña en su palma izquierda con un dedo.

"Extraer los granos de todo ese trigo y moliéndolos, sacaríamos en el mejor de los casos esta harina."

Esta vez, Lawrence no dibujó una pequeña montaña con su dedo para representar la cantidad, sino que formó un pequeño círculo con su pulgar y dedo índice.

En el momento que el trigo era molido con un mortero, la cantidad obtenida era increíblemente pequeña.

"Siendo ése el caso, ¿qué pensaría un granjero, después de pasar día tras día en los campos de trigo, sudando a mares mientras labraba los campos y nunca olvidándose de rezar al dios (o diosa) de la cosecha antes de finalmente ser capaz de recoger la cosecha de trigo y convertirla en harina, si la cantidad que saliera fuera tan pequeña?"

Escuchando semejante pregunta de Lawrence, Horo murmuró un "Mm" en voz baja.

"Se dice que los encargados del molino que trabajan en molinos hidráulicos tienen 6 dedos. Uno de estos crece de su palma, y es usado para robar la harina de las personas. Por si fuera poco, el molino hidráulico es por lo normal propiedad del señor feudal. Incluso aunque un impuesto es requerido cada vez que la harina es molida, es imposible para el señor feudal quedarse vigilando el molino todo el tiempo. Por lo tanto, ¿quién crees que es el responsable encargado de recaudar los impuestos en su lugar?"

"Hablando desde el punto de vista lógico, debería de ser el encargado del molino," Horo respondió.

Lawrence asintió con su cabeza y continuó:

"A nadie le gusta tener que pagar impuestos. Pero, es necesario recolectarlos. Por lo que, ¿quién crees que es la persona a la que va dirigido todo ese resentimiento?"

Incluso no siendo humana, Horo poseía una comprensión más profunda de cómo funcionaba el mundo que la de cualquier otra persona.

Naturalmente, inmediatamente supo la respuesta.

"Así que así son las cosas. En ese caso, la razón por la que ese chico meneaba su cola tanto por vos más que por mi era-"

"Aye, correcto".

Lawrence asintió y dijo con un suspiro. En ese momento, algunas de las casas de Tereo comenzaron a aparecer más adelante.

"Tan sólo desea poder dejar esta tierra cuanto antes."

Moler el trigo era una tarea importante de la que alguien debía encargarse.

Pero aquellos que realizaban el trabajo a menudo se convertían en los blancos de las sospechas, resentimiento e ingratitud.

Especialmente el hecho de que los cereales requerían ser molidos con cuidado para que así el pan hecho con ellos se expandiera perfectamente durante el proceso de cocción.

Pero, cuanto más cuidadosamente fuera molido, menor era la cantidad obtenida.

Realizando una acción concreta puramente por el bien de hacer un buen trabajo, y aún así llevándose el resentimiento de la gente.

Esto era casi exactamente lo mismo que en un cuento que Lawrence había escuchado en algún lugar. Mientras que Horo, se giró hacia delante con una expresión en su cara que parecía decir, "Si tan sólo lo hubiera sabido, no habría preguntado."

"De todas maneras, es un trabajo necesario, por lo que todavía hay personas que se sienten agradecidas."

Antes de alargar sus manos para tomar las riendas, Lawrence acarició la cabeza de Horo, y Horo asintió con su cabeza suavemente bajo su palma.



Aunque Ivan había descrito a Tereo como "lamentablemente pequeña", la verdad es que no era realmente exagerar demasiado.

La diferencia entre un pueblo y una aldea era sencillamente la presencia o falta de un muro que lo rodeara. Había un gran número de los tan aclamados "pueblos" cuyas murallas simplemente estaban constituidas por un rudimentario vallado de madera. Comparado con tales lugares, Tereo era en verdad una aldea de considerables proporciones.

Ciertamente, como en otras aldeas, Tereo no poseía una estructura tan condensada de edificios, sino que se encontraban muy dispersados unos de otros. Pero entre estos se podían encontrar edificios hechos de piedra. En el mismo centro de la aldea, en el área que podría llamarse distrito principal, las edificaciones eran numerosas y muy concentradas. Aunque las calles en el distrito principal no estaban pavimentadas con bloques de piedra, sus superficies eran lisas y cuidadas, y sin apenas baches. La iglesia que Lawrence y Horo había estado buscando era grande y llamativa, e incluía un campanario. Incluso en la distancia, podía verse claramente.

Lawrence pensó que si tan sólo una muralla fuera construida a su alrededor, Tereo podría aceptarse como un pueblo.

Con la advertencia de Ivan en mente, Horo se quitó su túnica larga, y se puso el abrigo de Lawrence sobre su cabeza, atándolo con una cuerda alrededor de la zona del cuello para mantener la prenda atada de forma muy parecida a la que uno se pondría un impermeable. La razón para vestirse de semejante forma era que su ropa habitual de aldeana era un poco demasiado vistosa y por lo tanto más bien llamativa.

Cualquiera fuera el caso, Horo era suficientemente llamativa sin arreglarse con ningún tipo de prenda vistosa.

Cuando Horo hubo terminado de cambiarse, Lawrence condujo el carro hacia la calle en la que los edificios habían comenzado a aparecer.

La ausencia de una muralla significaba que no había pórtico de entrada, lo que por otro lado significaba que los viajeros no tendrían que pagar impuestos.

Aquí, nadie evitaría que el carro de un viajero entrara en la aldea. Según avanzaba con el carro, Lawrence saludó con la cabeza a un hombre que estaba arreglando un montón de trigo y mirando imperturbablemente en su dirección.

Toda la aldea daba la impresión de que estuviera como cubierta con una capa de polvo. Dejando de lado los caminos principales, las superficies de las calles que recorrían el resto de las zonas estaban repletas de baches y agujeros. Por estas zonas, ya fueran hechas de piedra o madera, todos los edificios estaban estructurados de manera muy espaciosa y compartían la característica de tener techos muy bajos. Muchas de las residencias de por aquí también poseían grandes patios, algo poco visto dentro del típico pueblo.

Por todo el camino podían verse grandes bultos de trigo, representando la conclusión de la temporada de cosecha, y mezcladas entre estos bultos había pilas de madera que habían sido preparadas para la fría estación de invierno.

Había pocos transeúntes por las calles, quizás incluso menos que el número de gallinas y cerdos que se criaban al aire libre.

De todas maneras, la única cosa que este lugar tenía en común con otros lugares rurales era que, tan pronto como la gente se daba cuenta de la presencia de Lawrence y Horo, continuarían mirando fijamente en su dirección.

Sobre este punto, la impresión que daba este lugar era verdaderamente menor a la de un pueblo y más de una aldea.

Lawrence sintió profundamente el hecho de que era un forastero, una sensación que no había experimentado en muchísimo tiempo.

Ya que Lawrence también había crecido en una pobre y desolada aldea, estaba totalmente conciente de que el número de pasatiempos disponibles en una aldea era penosamente limitado, y que un viajero era la víctima perfecta para el entretenimiento de los aldeanos.

Lawrence siguió considerando esto según avanzaba con el carro. Tras continuar así durante algún tiempo, llegó a una plaza de la aldea en la que estaba situada una piedra enorme.

Aparentemente, este era el distrito principal de la aldea; un gran número de edificios estaban construidos alrededor de la plaza.

Podía verse por las señales metálicas que colgaban de los aleros que en la zona había posadas, panaderías y bares, junto a artesanías para el entelado de productos de lana. Entre los distintos edificios estaban también construcciones con fachadas más anchas, que lo más probable es que fueran zonas de trabajo común para extraer los granos de la cosecha o tamizar harina.

Los otros edificios, entre los cuales se incluía la iglesia, parecían ser las residencias de las figuras influyentes y poderosas de Tereo.

Verdaderamente era el distrito principal; por todos lados podían verse gente a pie juntándose para conversar, y niños jugando. Los dos visitantes también atrajeron las miradas curiosas de la multitud.

"Que piedra tan grande. ¿Tiene algún propósito?"

Aún así, Horo preguntó de este modo, pareciendo bastante indiferente de la atención extra.

"Puede que se use para algún tipo de ritual de algún festival, danza o para hacer algún tipo de comunicado, algo por esas líneas," respondió Lawrence.

La roca llegaba aproximadamente a la altura de la cintura de Lawrence, y tenía una superficie suave. A juzgar por la escalerilla de madera que tenía en uno de sus lados, la roca probablemente no había sido simplemente puesta en la plaza como punto de referencia.

Por supuesto, el único modo de saber cual era su verdadero propósito sería preguntarle a un aldeano. Y por eso Horo asintió poco convencida y dejó que su cuerpo descansara en el asiento del conductor, reacomodando su postura e irguiéndose.

Tras eso, Lawrence condujo su carro alrededor de la roca e hizo el trayecto en dirección a la iglesia.

Aunque los aldeanos continuaron lanzándoles miradas curiosas en su dirección, este lugar ciertamente no era una aldea subdesarrollada en una zona profunda de las montañas.

Según el carro se paró frente a la iglesia, los aldeanos parecieron suponer que habían venido a rezar por un viaje seguro, y el número de miradas curiosas disminuyó drásticamente.

"Da casi la impresión de que vamos a escuchar de un momento a otro voces gritando, 'aie yai yai'."

Le dijo Lawrence a Horo tras detener el carro y bajarse del asiento del conductor. Horo le mostró una sonrisa muy parecida a la que los niños ponen mientras comparten secretos.

La iglesia ante ellos era una construcción majestuosa de piedra. El gran portón de madera principal tenía refuerzos de acero.

El edificio probablemente poseyera una larga historia; las esquinas de sus paredes de piedra habían cedido debido a la erosión. La aldaba de metal que había en la puerta también parecía como si raramente fuera tocada.

Además, a diferencia del típico monasterio, cuya puerta principal estaba por lo general siempre abierta a menos que una misa estuviera tomando lugar, la puerta principal de la iglesia estaba completamente cerrada.

Para simplificarlo, el aura que emanaba de esta iglesia daba la impresión de que no recibía el amor y apoyo de los aldeanos.

Aún así, Lawrence sintió que era inútil pensar demasiado, y por eso sujetó la aldaba y llamó a la puerta con suavidad un par de veces.

¡Knock! ¡Knock! Los golpes en la puerta levantaron una ola de ecos por la plaza, haciéndolo sonar especialmente alto y claro.

Tras esperar durante un rato, seguía sin escucharse una respuesta del interior. Un segundo después de que Lawrence comenzara a preguntarse de si los miembros de la iglesia habrían salido, un agudo chasqueo llegó de la puerta principal, y la puerta se entreabrió.

"¿Quién es?"

Y entonces, una voz de mujer salió de la pequeña abertura en la puerta entreabierta. La voz no parecía especialmente amistosa.

"Lamento muchísimo haberme tomado la libertad de visitar sin noticia previa. Soy Lawrence, un vendedor ambulante."

Dijo Lawrence con la sonrisa requerida siempre que se hiciera una visita repentina a algún cliente. La mujer al otro lado de la puerta, por otro lado, entrecerró sus ojos y mostró una expresión de sorpresa mientras dijo:

"¿Eres un comerciante?"

"Sí, vengo de Kumerson."

Una iglesia que se mostrará tan deliberadamente cuidadosa era bastante extraña.

"....¿Y ella es?"

La mirada de la mujer se dirigió hacia Horo, que se encontraba junto a Lawrence.

"Ella es una compañera que viaja conmigo debido a ciertas circunstancias."

Escuchando la explicación tan simple de Lawrence, la mujer primero miró a Lawrence, y después a Horo, y soltó un suspiro antes de que finalmente abriera lenta y completamente la puerta.

Sorprendentemente, una joven vestida con una toga larga de sacerdote apareció al otro lado de la puerta.

"¿Qué importantes asuntos os traen a este lugar?" les preguntó.

Aunque Lawrence creía que había conseguido ocultar su sorpresa, el tono en el que aún hablaba la joven con la toga de sacerdote parecía excesivamente descontento, y su expresión molesta no se suavizó lo más mínimo. El pelo castaño de la joven estaba recogido fuertemente, y de sus ojos color miel dejaban entrever una mirada de desafío.

Dejando de lado la actitud de la mujer, esta era la primera vez que le habían preguntado a Lawrence, "¿Qué importantes asuntos os traen a este lugar?", al llegar a una iglesia.

"Claro, deseo hacerle una visita al sacerdote de vuestra iglesia."

En circunstancias normales, era imposible para una mujer llegar a ser sacerdote, ya que la organización de la Iglesia era una sociedad completamente machista.

Lawrence había dicho esto teniendo semejante idea en mente, pero de alguna forma sus palabras parecieron tan sólo causar que el ceño en la cara de la mujer se contrajera más.

Además, la mujer echó un vistazo intencional a las ropas que tenía puestas antes de redirigir su mirada a Lawrence y decir:

"Aunque todavía no soy formalmente una sacerdotisa, yo soy la persona al cargo de esta iglesia, Elsa Shootingheim."

La sacerdotisa no sólo era una mujer, sino que también era joven.

Este hecho era incluso más sobrecogedor que descubrir que el fuerte y capaz dueño de una gran compañía era de hecho una joven mujer.

Aunque parecía que la joven, que dijo llamarse Elsa, hacía tiempo que se había acostumbrado a recibir tal reacción. Una vez más, con tranquilidad lanzó la pregunta: "Entonces, ¿qué importantes asuntos os traen a este lugar?"

"Ah...uhm....desearíamos pedir indicaciones."

"¿Pedir indicaciones?"

"Sí, desearíamos preguntarte como llegar a cierto monasterio. El nombre del monasterio es Diendoran, y el director del monasterio es Louis Lana Shootinghilton."

Según dijo esto, Lawrence en su mente pensó que el apellido del director del monasterio Diendoran era bastante parecido al de Elsa. Escuchando esto, Elsa mostró una expresión que hizo que su sorpresa fuera instantáneamente visible.

Antes de que Lawrence pudiera siquiera tener oportunidad de preguntar, "¿Qué ocurre?", Elsa inmediatamente cambió su expresión y abrió su boca para hablar:

"No tengo conocimiento de ese lugar."

Incluso aunque su elección en las palabras fuera correcta, la cara de Elsa todavía era un claro contraste de lo que había dicho. Al final, incluso intentó cerrar la puerta sin esperar la respuesta de Lawrence.

¿Cómo podía un comerciante siquiera permitir que un cliente le cerrara la puerta tan fácilmente?

Lawrence decididamente colocó un pie en el hueco de la puerta, y dijo sonriendo:

"He oído que hay un sacerdote en vuestra iglesia con el nombre de Francis."

Elsa miró con enfado al pie que Lawrence había colocado entre la puerta. Entonces, mirando fijamente a Lawrence, dijo:

"El padre Francis falleció este verano."

"¿Huh?"

Y entonces, en el instante en el que Lawrence se sorprendió, la voz de Elsa cubrió la suya según hablaba:

"¿Estáis satisfechos ya? No sé el paradero de ningún monasterio, y estoy muy ocupada."

Lawrence notó que si continuaba forzando más el tema y Elsa llegara a gritar pidiendo ayuda, la situación se complicaría.

Por lo tanto removió su pie, y en el siguiente instante, Elsa cerró la puerta, dejando atrás un suspiro de enojo.

"......."

"Vos sois verdaderamente molesto," dijo Horo.

"Quizás se molestó porque no le doné unas monedas."

Lawrence se encogió de hombros y dijo, observando a Horo a su lado:

"¿Es cierto lo de la muerte del Padre Francis?"

"No parecía una mentira. Aunque-"

"Que no supiera el paradero del monasterio era una mentira, ¿me equivoco?"

Elsa se había mostrado tan obviamente sorprendida que cualquiera sería capaz de saber que mentía aun con los ojos vendados.

Pero, ¿era realmente cierto que Elsa estaba a cargo de la iglesia? Si hubiera estado bromeando, definitivamente habría sido una acción muy peligrosa.

Quizás Elsa fuera la hija del Padre Francis. Incluso si no fuera realmente su hija, al menos seguía siendo posible que hubiera sido adoptada por él.

"¿Ahora qué?"

Horo respondió inmediatamente:

"Ciertamente no podemos abrirnos paso a la fuerza. Busquemos posada primero."

Rodeados por las miradas curiosas de los aldeanos, la pareja tomó asiento en el carro tirado por un caballo.



"Mm~ Cuanto he echado de menos esto....."

Tan pronto como Horo entró en la habitación de la posada, inmediatamente se lanzó a la cama y dijo esto, estirando todo su cuerpo.

"Aunque esta cama sea un poco mejor que la zona de carga del carro, puede que tenga insectos, así que lo mejor es que tengas cuidado."

Ya que la cama no estaba hecha con un somier de madera cubierto con tela o algodón, sino de un colchón hecho con un entrelazado fuerte de grandes cantidades de heno, lo más probable es que tuviera gran cantidad de insectos ocultos en su interior hibernando durante el invierno a la espera de la época de apareamiento en verano.

Lawrence en su mente comprendió que incluso si deseara que Horo tuviera cuidado, probablemente sería imposible para ella, teniendo en cuenta que su cola con su denso pelaje era el lugar perfecto donde los insectos podrían poner sus huevos.

"¿Cuidado con qué? Yo ya tengo un insecto molesto siguiéndome a todos lados."

Horo sonrió pícaramente, con sus manos apoyadas en su mejilla. Su forma de actuar parecía como si de hecho fuera a atraer un montón de insectos, haciendo que Lawrence dejara escapar un suspiro involuntario.

"Esta es una aldea muy pequeña, así que intenta no causar una conmoción."

"Eso tan sólo depende de vuestra actitud."

Lawrence observaba a Horo con cierta amargura. Girándose para el lado contrario, Horo meneó su cola de izquierda a derecha mientras seguía tumbada en la cama. Dejando escapar un gran bostezo, dijo:

"Estoy un poco cansada. ¿Podría dormir un poco?"

"¿Qué harías si te llegara a responder que no?"

Escuchando a Lawrence preguntar esto riéndose, Horo giró su cabeza a éste y, entrecerrando sus ojos de forma coqueta, dijo:

"Tendría que descansar a vuestro lado."

Lawrence se imaginó esa escena, y se quedó sin palabras, no podía sino admitir que no lo consideraba para nada desagradable.

Lawrence evitaba la mirada de Horo, que parecía estar diciendo, "Supe como actuaríais desde el primer momento", y decidió no resistirse. Simulando toser, habló:

"Pero, estás muy cansada, ¿no es así? Si te tomas un descanso antes de caer rendida, como tu compañero de viaje, estaría mucho más tranquilo."

"Mm, entonces dejaré de resistirme."

Horo no continuó con su ofensiva, sino que simplemente cerró sus ojos.

Con un swoosh, la cola que había estado agitándose de izquierda a derecha se recostó también. Parecía como si sus ronquidos empezarían a oírse en cualquier momento.

"Quítate tu capucha primero, y quítate la túnica que tienes atada a la cintura, después dobla con cuidado mi abrigo, que tan sólo echaste a un lado, y para finalizar, tápate con las mantas antes de dormir, ¿me oíste?"

Lawrence no pudo evitar pensar que las nobles caprichosas que aparecían en las comedias actuaban probablemente como Horo.

Incluso con la advertencia de Lawrence, Horo no tenía la menor intención ni de levantar su cabeza.

"Si la ropa no ha sido doblada para cuando vuelva, no te invitaré a una buena cena."

Lawrence dijo esto con una actitud similar a la de un padre regañando a su hijo, y como tal, Horo echó un rápido vistazo a Lawrence y dijo como una niña ingrata:

"Vos sois muy gentil y amable, por lo que no haríais tal cosa."

".....En serio te digo, uno de estos días, me las vas a pagar."

"Si es que sois capaz. Dejemos el tema, ¿a donde vais ahora?"

Mirando a Horo, cuyos ojos comenzaban ya a vidriarse totalmente adormecidos aún moviendo sus labios para hablar, Lawrence se acercó a ella, dando la impresión de que no sabía que más hacer con ella, y subiéndole las mantas en su lugar dijo:

"No pasaría nada si tan sólo estuviéramos de paso, pero por lo que parece, probablemente nos quedemos aquí unos días, por lo que voy a ir a presentarle mis respetos al Mayor de la aldea. Además, quizás incluso sepa la localización del monasterio."

".....En verdad."

"Así son las cosas, por lo que tan sólo sé buena y duerme."

Horo tiró de las mantas acercándolas a su boca y asintió.

"Aunque, no habrá ningún souvenir," añadió Lawrence.

".....No importa."

Horo abrió ligeramente sus ojos y, como si fuera a ser arrastrada al país de los sueños en el segundo siguiente, dijo con una voz medio adormilada:

"Siempre y cuando seáis capaz de volver sano y salvo...."

Aun estando completamente al tanto de que era una trapa colocada por Horo, sin esperarse oír semejantes palabras causaron que Lawrence no supiera qué decir.

Las orejas de Horo se movieron mostrando su deleite.

Incluso si no fuera a haber souvenir, al menos había sido capaz de ver la embobada cara de Lawrence.

"Ya me duermo, buenas noches."

Habiendo dicho esto, Horo lentamente se encogió entre las mantas. Y como dándose por vencido, Lawrence le respondió: "Buenas noches".




Tras colocar parte del trigo que transportaba en sacos de un tamaño apropiado, Lawrence preguntó al posadero por la casa del Mayor de la aldea y salió de la posada.

El hecho de que hubiera un visitante durante una estación tan fría parecía ser una cuestión de gran importancia para los niños de la aldea. Tan pronto como los niños reunidos frente a la posada vieron a Lawrence abrir la puerta principal, salieron corriendo por todos lados en cuestión de segundos.

Según el posadero, durante el otoño y la primavera cuando se realizaban los festivales de la cosecha y el cultivo, respectivamente, la aldea atraía una gran cantidad de visitantes. Aunque, esta zona concreta se desviaba de las carreteras principales después de todo, por lo que el número de viajeros que pasaban por la aldea era muy limitado.

Las únicas personas hospedadas en la posada actualmente eran Lawrence y Horo.

La residencia del Mayor de la aldea de Tereo estaba construida justo al lado de la plaza principal, y era el mayor edificio de la zona. Con su base y primera planta hechas de piedra, y su segunda y tercera plantas realizadas con madera, era una construcción bastante majestuosa.

La puerta principal de la casa del Mayor también poseía un refuerzo de acero similar al de la iglesia, y el marco en sí mismo incluso poseía unos adornos con diseños complicados.

En la puerta estaba colocada una aldaba con la forma de una serpiente o un lagarto, la cual en realidad no podría decirse que fuera de buen gusto.

De todas maneras, la forma de la aldaba era probablemente una referencia al dios adorado por los nativos, ya que el número de serpientes y ranas divinas existentes era sorprendentemente alto.

"Mis disculpas, ¿hay alguien?"

Lawrence analizaba todo esto según llamaba a la puerta con la aldaba diciendo esto. Tras cierto tiempo, la puerta se abrió, y una mujer de mediana edad con un delantal manchado de polvo y cuyas manos estaban teñidas de un blanco nieve apareció ante sus ojos.

"¡Ya voy, ya voy! ¿Quién es?"

"Disculpe mi intrusión. Soy Craft Lawrence, un vendedor ambulante-"

"Anda, ¡Mayor~! Aquel del que todos han estado hablando está aquí."

Aunque Lawrence se quedó un poco petrificado por haber sido cortado a media frase, la mujer pareció no darse nada de cuenta de este detalle mientras con fuerza decía: "Mayor~" llamándole, y dirigiéndose al interior de la casa.

Habiéndole dejado la mujer totalmente atrás y completamente solo, y dejando de lado que sabía que nadie le estaba prestando atención, Lawrence tosió una vez para así renovar sus ánimos.

Y entonces, tras esperar por algún tiempo solo, la mujer de hacía un momento acompañó a un pequeño anciano con un bastón de vuelta a la puerta principal.

"¡Mira! Esta es la persona, ¿cierto?" dijo la mujer.

"Señora Kemp, esa forma de dirigirse a él es muy descortés para el invitado."

Aunque cada pequeña parte del diálogo entre ambos llegó a los oídos de Lawrence, por supuesto éste no era tan corto de miras como para enfadarse a causa de esto.

Además, al hacer negocios, nadie era de más ayuda que una alegre y agradable mujer de campo.

Con esto en cuenta, Lawrence mostraba una más que resplandeciente sonrisa según permanecía en pie ante la pareja.

"Lo siento, discúlpeme, eso fue muy descortés por nuestra parte. Soy Semu, la persona a cargo de Tereo," dijo el anciano.

"Gusto en conocerte. Soy Craft Lawrence, un vendedor ambulante."

"Perfecto, Señora Kemp, ¿por qué no vuelves corriendo a la parte de atrás y continúas trabajando con todos los demás?..... disculpe, por favor perdóneme. Recibir la visita de un viajero en este invierno tan frío es un evento extraño que se ha convertido en el tema de conversación para las esposas que se aburren en su tiempo libre."

"En verdad espero que no estén hablando mal de mí."

Riéndose, Semu dijo:

"Sentémonos dentro," y le indicó el camino a Lawrence.

Tras pasar la puerta principal podía verse un pasillo se estrechaba frente a ésta. Podían oírse risas viniendo del interior de una gran habitación de la zona más interna de la casa.

Según avanzaba, el polvo esparcido por el aire causó una oleada de picor en la nariz de Lawrence. Lo más probable es que las mujeres estuvieran charlando y riéndose mientras amasaban la harina molida del trigo recolectado preparándola para hacer pan.

Esto era frecuentemente visto en zonas rurales.

"Si entras en el cuarto que está más al fondo, acabarás completamente manchado de blanco con la harina. Por favor, entra aquí."

Habiendo dicho esto, Semu llegó a una gran habitación y, abriendo a puerta, dejó que Lawrence entrara primero antes de entrar él mismo.

Lawrence se quedó sin palabras en el instante que entró en el cuarto.

Junto a la pared, vio una enorme serpiente enrollada alrededor de una vitrina.

"Jajaja, por favor quédate tranquilo, está muerta."

Escuchando esto, Lawrence fijó su mirada para mirarla detenidamente, y descubrió que las escamas que tenían un brillo oscuro resultaron estar secas, y el cuerpo de la serpiente estaba un poco arrugado. Seguramente, estaba hecha de una piel de serpiente que había sido secada al sol, rellenada con algodón y finalmente cosida.

Esta aldea definitivamente adoraba a una serpiente, pensó Lawrence, recordando la aldaba en la puerta principal.

Según se sentaba siguiendo la invitación de Semu, planeó contarle a Horo sobre esto cuando volviera a la posada más tarde.

"Entonces, ¿qué asuntos te traen a esta aldea tan apartada?" preguntó Semu.

"Ah, antes de nada, ya que pasamos por la zona, vine a presentarle mis respetos. Aquí tiene un poco del trigo que llevo en mi carro para vender."

Lawrence le pasó las bolsas de trigo que había rellenado con anterioridad. Notando esto, Semu pestañeó continuamente sorprendido.

"En verdad esto es difícil de encontrar. Los vendedores ambulantes en la actualidad tan sólo hablan de negocios en el momento que abren sus bocas."

Ya que no hacía mucho, Lawrence hubiera actuado de esa forma, no pudo evitar sentir que las palabras de Semu eran un poco ásperas para los oídos.

"Entonces, ¿tu segundo propósito sería...?"

"Aye. En realidad, estamos buscando un monasterio, y desearía preguntarte si conoces su paradero."

"¿Monasterio?"

"Sí. Fuimos a preguntar a la iglesia antes de venir aquí, pero desafortunadamente la gente de la iglesia no sabían dónde está."

Mientras imitaba una cara de preocupado, Lawrence por supuesto no se olvidó de analizar la expresión de Semu con sus avispados ojos de comerciante.

Notó un instante en el que la mirada de Semu se perdió.

"Ya veo....Desafortunadamente, tampoco he oído de ningún monasterio por los alrededores. ¿Dónde escuchaste semejante información?"

La intuición de Lawrence decía que Semu verdaderamente sabía la localización del monasterio.

Aunque, si Lawrence se inventara alguna mentira sobre de donde había obtenido la información, probablemente le causaría problemas más adelante. Y por eso decidió responder honestamente:

"En Kumerson. Me lo dijo una monja de clausura."

El mostacho bajo la nariz de Semu tembló momentáneamente.

Definitivamente estaba ocultando algo.

No, Lawrence descubrió que-

No importaba quien, ya fuera Semu o Elsa, no sólo sabían donde estaba situado el monasterio, sino que probablemente también supieran lo que se encontraba en el monasterio.

En el monasterio que Lawrence estaba buscando vivía un monje, que se especializaba en la recolección de leyendas de varias deidades paganas, a quien Deanna le había recomendado por sus conocimientos.

Suponiendo que Semu y Elsa ambos supieran sobre esto, quizás estuvieran fingiendo ignorancia para así no involucrarse en el asunto.

Cualquiera que fuera el caso, el Padre Francis, la persona que Deanna le había dicho a Lawrence que sabría la localización del monasterio ya había recibido la llamada del Señor.

Que las personas dejadas atrás aprovecharan la oportunidad de sellar completamente este peligroso tabú no era nada de lo que sorprenderse.

"La monja de clausura de Kumerson me contó que podría averiguar la localización del monasterio simplemente preguntándole al Padre Francis, cuya casa está en esta aldea," dijo Lawrence.

"Ya veo... pero desde el verano, el Padre Francis ya....."

"Lo he escuchado."

"Durante muchos años, el Padre Francis puso muchísimo empeño por el bien de Tereo. Nuestra aldea ha perdido una figura muy importante."

El lamento de Semu no pareció ser fingido, pero decir que su comportamiento era una muestra de respeto por la Iglesia no sería acertado tampoco.

Esto le dejó a Lawrence una sensación de que algo no encajaba.

"¿Entonces ahora la señorita Elsa está ocupando su lugar?"

"Sí. Es muy joven. Estoy seguro de que te sorprendió bastante."

"Sí, muy sorprendido. Oh cier-"

Justo cuando Lawrence tenía intención de continuar la conversación, el ruido de alguien golpeando la puerta con fuerza empezó a escucharse, seguido de una voz gritando, "¡Mayor!".

Incluso aunque lo que deseara preguntar hubiera emanado de su garganta como un torrente, no habría sido beneficioso precipitarse en ese momento.

Además, básicamente ya había presentado sus respetos. Por esto Lawrence decidió marcharse.

"Pareces tener visita. Ya que también estoy un poco preocupado por mi compañera, aprovecharé para irme ahora," dijo.

"¿Oh? Entonces lo mejor sería que te apresuraras en volver. Siento muchísimo no haber sido capaz de darte una mejor recepción."

Probablemente fuera un aldeano el que estaba golpeando con tanta fuerza la puerta, y la mujer que antes le había abierto la puerta a Lawrence, la señora Kemp estaba abriéndole.

"Espero que sean buenas noticias..."

Lawrence escuchó a Semu murmurar esto según salía de la habitación. En ese momento, un hombre con ropas de viaje que, aún con un tiempo tan tremendamente frío, tenía la cara enrojecida y estaba sudando a mares, hizo a un lado a Lawrence y se dirigió hacia Semu.

"Mayor, he vuelto con esto," dijo el hombre.

Aunque Semu sólo expresó una disculpa a Lawrence con sus ojos, Lawrence seguía sonriendo mientras salía de la casa del Mayor.

Siendo un vendedor ambulante, esto era probablemente suficiente para dejar una buena impresión en Semu, pensó Lawrence.

De ahora en adelante, probablemente sea más fácil moverse durante su estancia en la aldea.

Ahora que lo pensaba, ¿exactamente que era lo que había traído el hombre que se precipitó en la casa?

Tan pronto como Lawrence salió de la casa del Mayor, un caballo del que cuyo cuerpo al completo emanaba calor apareció inmediatamente ante sus ojos. El caballo había sido dejado despreocupadamente allí sin ser atado, y un grupo de niños lo observaba desde cierta distancia.

Estaba claro que por lo que portaba el caballo probablemente había llegado de lejos. Además, el hombre que se abalanzó en la casa también venía vestido con ropas de viaje. Aunque Lawrence se preguntó por un momento sobre que había pasado exactamente que requiriera que un aldeano hiciera un viaje tan largo, finalmente recordó que no había venido aquí a hacer negocios.

El asunto más importante por el momento era averiguar alguna forma de obtener la localización del monasterio ya fuera de Semu o de Elsa.

¿Cuál era el mejor modo de hacerlo?

Lawrence sopesó esto según se dirigía de vuelta a la posada.




Ya que vio a Horo profundamente dormida, Lawrence se recostó en la cama con la intención de tomarse un corto descanso, pero inconscientemente también se sumió en un profundo sueño.

Para la hora en la que Lawrence se despertó, el interior de la habitación ya se había vuelto bastante oscuro.

"Escuché a alguien decir que no habría una deliciosa cena para los que no doblaran su ropa y no se taparan con la manta adecuadamente."

Y entonces, tan pronto como se incorporó, descubrió que, sin haberse dado cuenta, una manta había sido puesta cubriendo su cuerpo.

"Vos sois muy gentil y amable, por lo que no haríais tal cosa."

Con un bostezo, Lawrence respondió directamente con las propias palabras de Horo. Escuchando esto, Horo dejó escapar una risita mientras cepillaba su cola.

"Parece que he dormido mucho rato... ¿no tienes hambre?" dijo Lawrence.

"Incluso teniendo un hambre insoportable, no hubiera querido despertaros. ¿Comprendéis vos cuan considerada fui?"

"¿Eso no te da la oportunidad perfecta para robar un poco de dinero de mi bolsa?"

Horo no se enfadó, sino que simplemente le mostró sus afilados caninos en una sonrisa. Semejante reacción era ciertamente algo que ella haría.

Levantándose de la cama, Lawrence abrió uno de los laterales de la ventana ligeramente y echó un vistazo fuera, reclinando su cabeza de lado a lado y crujiéndose los huesos mientras lo hacía.

"Parece que la noche también llega antes en el campo. Aún es temprano, pero no hay ni una sola persona a la vista en la plaza principal."

"No hay puestos de venta tampoco. ¿Hay algún lugar donde comer?"

Horo repentinamente mostró una cara de ansiedad y le dijo esto a Lawrence, que estaba sentado en el marco de la puerta.

"Deberíamos ser capaces de conseguir algo de comer simplemente yendo a un bar. No es como si a este lugar no viniera ningún viajero en todo el año."

"Mm, apresurémonos entonces."

"Pero acabo de despertarme.... está bien, está bien."

Encogiéndose de hombros mientras miraba a Horo, Lawrence se levantó del marco de la ventana, pero en ese preciso momento, notó algo fuera de la ventana.

"Ese es..."

Lawrence vio una silueta recorrer corriendo la plaza vacía, aunque estaba oscuro bajo los rayos del sol poniéndose.

Forzando la vista, se dio cuenta de que la silueta era Ivan, el encargado del molino.

"¿Oh?"

(¡Heh!)

Lawrence casi deja escapar un grito, porque los pies de Horo de repente aparecieron ante sus ojos.

"No te pongas a saltar tan repentinamente ¿vale? ¡Me has asustado tanto que casi grito!"

"En verdad sois un cobarde. Olvidad eso, ¿ocurre algo con esa persona?"

Apareciendo tan repentinamente sin hacer ningún ruido de pisadas o movimiento de ropas haría que cualquiera saltara del susto, pero ciertamente Lawrence no poseía suficiente energía restante para soportar cada provocación de Horo.

"Nada. Tan sólo me preguntaba a dónde se dirigía," respondió.

"Parece que se dirige hacia la iglesia."

Era necesario que el encargado del molino fuera incluso más santo que aquellos que realizaran cualquier otra ocupación.

En la ciudad eclesiástica de Rubinhagen, incluso bajo el trato tan duro y las malas condiciones de trabajo de la Iglesia, y dejando de lado las miradas sospechosas de los ciudadanos, Nora la pastora seguiría asistiendo en silencio a los servicios en la iglesia.

Quizás Ivan asistía al servicio igual de frecuentemente.

"Qué sospechoso."

“¿Acaso no somos nosotros incluso más sospechosos?", dijo Lawrence.

Mientras Lawrence y Horo iban y venían de esta forma, Ivan llamó suavemente a la puerta de la iglesia. La forma en la que llamaba era muy extraña, quizás una señal que asegurara la identidad del visitante.

Pero, incluso aunque la forma en la Ivan llamó suavemente a la puerta como si temiera que alguien le descubriera causaría que cualquiera sintiera sospechas, tan pronto como recordó a qué se dedicaba y que no recibía tanto apoyo de los ciudadanos, dejaba de parecer tan extraño.

Por otro lado, parecía que la Iglesia no poseía mucha fuerza en Tereo.

Justo cuando Lawrence se relajó, pensando que probablemente no hubiera nada sospechoso, y se preparó para alejarse de la ventana, Horo repentinamente tiró con fuerza de una esquina de su ropa.

"¿Qué?"

Horo señaló con un dedo al exterior de la ventana en vez de responder.

Lawrence imaginó que la dirección en la que Horo estaba señalando seguramente era hacia la iglesia, por lo que miró sin dudarlo hacia ella.

Y entonces, fue de alguna forma cogido por sorpresa ante la visión que llegaba a sus ojos.

"Heh, así que así son las cosas."

Murmuró Horo, mostrándose especialmente alegre, zarandeando su cola como si barriera el suelo.

Involuntariamente, Lawrence se quedó prendado de la visión ante sus ojos, pero rápidamente despertó de su ensoñación y cerró la ventana.

Tan pronto como la ventana estuvo cerrada, Horo inmediatamente lanzó una mirada molesta en su dirección.

"Tan sólo un dios tiene el derecho de espiar en las vidas de la gente."

"......Mm."

Horo fue incapaz de decir ni una palabra, y miraba de vez en cuando a la ventana con cara defraudada.

Después de llamar a la puerta de la iglesia, la persona que abrió la puerta había sido naturalmente Elsa.

De todas formas, tan pronto como Ivan vio a Elsa abrir la puerta, la había abrazado fuertemente como si sujetara algo preciado.

Por la forma en la que Elsa se había mostrado mientras se apoyaba en el pecho de Ivan, a cualquiera le habría sido difícil convencerse a sí mismo de que eso era tan sólo una forma especialmente cálida de saludarse.

"¿No estáis vos interesado?" preguntó Horo.

"Si estuvieran tratando en secreto algún negocio, lo estaría."

"Quizás ese mismo sea el caso. Con mis oídos, debería ser capaz de escucharles, ¿qué me decís?"

Horo sonrió, mostrando sólo el afilado canino de un lado de su boca, y entrecerró sus ojos.

"No creía que estarías interesada en charlas con tan poco sentido."

Lawrence soltó un suspiro mientras dijo esto con un tono de extremada incredulidad. Con ira emanando de sus ojos entreabiertos, Horo se coló entre Lawrence y la ventana, se sentó y dijo:

"¿Hay algo de malo en estar interesada?"

"Al menos no es nada por lo que ser felicitado."

Si fuera pegar la oreja de uno a una pared por 3 días y 3 noches para escuchar a escondidas una discusión secreta sobre negocios, uno quizás pudiera ser felicitado como el paradigma de los comerciantes, pero no había más rastrero que escuchar a escondidas la conversación íntima y privada de alguien.

"Hmph, no es como si esté interesada debido a la curiosidad."

Lentamente, Horo cruzó sus brazos frente a su pecho, inclinó su cabeza ligeramente y cerró sus ojos. Parecía como si estuviera intentando recordar algo.

A parte de la curiosidad, ¿qué otra razón podría haber? Mientras pensaba esto, Lawrence realmente comenzó a querer escuchar con qué clase de excusa saldría Horo para explicar sus actos.

Tras permanecer en esa postura por algún tiempo sin moverse apenas, Horo finalmente abrió su boca para hablar:

"Mm. Si tuviera que daros una razón, tendría que ser para aprender."

"¿Para aprender?"

Escuchando una respuesta inesperadamente normal, Lawrence no pudo evitar sentirse un poco defraudado.

Por otro lado, con el talento de Horo, seguramente no habría necesidad de aprender nada más sobre semejantes cosas.

A menos que tuviera planeado estafar al rey de algún país, o algo por esas líneas.

Si la estafa llegara verdaderamente a salir bien, podría pedir también varios privilegios del rey; mientras semejante idea tan irreal le vino a la mente, Lawrence alcanzó su mano hacia la jarra de agua, con la intención de tomar un trago de agua. En ese momento, Horo continuó:

"Mm, ciertamente es para aprender. Estoy aprendiendo como tanto vos como yo misma somos vistos desde la perspectiva de un observador."

Los dedos de Lawrence golpearon la jarra de metal con un clang. Desesperadamente, intentó agarrar la tambaleante jarra, pero falló.

"Hey, vos. Uno siempre debe asumir la perspectiva de una tercera persona para así comprender algo completamente, ¿no es así? ¿Me oís?"

Lawrence sabía que Horo se estaba riendo con su garganta. No sólo eso, incluso de espaldas a Horo, sabía perfectamente bien que clase de expresión tenía en su cara.

Afortunadamente, no había mucha agua en la jarra, por lo que no había ocurrido un desastre, aunque el propio Lawrence estaba hecho un desastre por la provocación.

"Así que así es como soy tratada por ti desde la perspectiva de un observador...."

Dijo Horo, pareciendo como si estuviera experimentando un profundo torrente de emociones. Escuchando esto, Lawrence decidió dejar de escuchar y no reaccionar más. Y así comenzó a limpiar el agua que había sido derramada.

No, hubiera sido más apropiado decir que ni siquiera él mismo sabía por qué se estaba enfadando.

Quizás estaba enfadado por haber mostrado accidentalmente signos tan obvios de haberse agitado.

"Heh. En cualquier caso, probablemente no tengamos nada que envidiarles a esos dos."

Si respondiera en ese momento, Lawrence no sabía en qué tipo de trampa caería nuevamente.

Tras secar el agua y volver a poner la jarra en su posición original, Lawrence se bebió la poca agua que quedaba en la jarra de un trago.

Si fuera posible, Lawrence deseaba poder haber estado bebiendo licor fuerte.

"Vos."

Horo le llamó de forma breve.

Lawrence imaginó que si la ignoraba, seguramente Horo se enfadaría un poco. Si acabaran en una discusión, Horo casi seguramente tendría las de ganar.

Dejando escapar un suspiro, Lawrence dejó de resistirse y giró su cabeza para mirar a Horo.

"Tengo hambre."

Horo dijo sonriendo.

Verdaderamente era muy superior a Lawrence después de todo.




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