Strike Witches ~Spanish~:Afrika5 Capitulo1

From Baka-Tsuki
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“Cuando abrí mis ojos una vez más, me vi descansando en un confortable colchón cubierto por una sábana de seda brillante. Y así, habiendo escapado de las fauces de la muerte, me encontraba cubierta de vendas. Mis días de armas, llenos de valentía y gloria, habían terminado.”

La voz de Mami se desvanecía en la oscuridad.

Por un momento, el aire estaba en silencio, pero un momento después un estridente aplauso iba dedicado a ella. Habiendo terminado de leer el libro, la expresión de la cara de Mami irradiaba felicidad. Tenía los ojos cerrados y los brazos cruzados encima del pecho, pero entonces el potente aplauso la sacó de su inopia e hizo una gran reverencia.

“Me ha gustado la historia,” dijo Marseille mientras levantaba su vaso, dirigiendo una desagradable sonrisa hacia mi.

Le llené el vaso con lo que quisiera que hubiera en la botella que tenía más cerca, con la mayor expresión de desdén y desprecio que podía ofrecer. Realmente me planteaba llenarle el vaso de leche.

Conociendo a Marseille, se lo tomaría como si fuese güisqui y lo disfrutaría igual. No debería preocuparme.

Mami había acabado de leer el libro en voz alta, que llevaba tiempo intentando que desapareciese de la faz de la tierra. Vine, volé, caí, escrito por mí. Marseille ordenó a Mami que tradujera el libro al idioma de Karlsland. Y entonces, se lo hizo leer a todo el mundo. ¿Cómo podía tener tan mala suerte? El teniente que había traído ese libro desde Fuso lamentará haber nacido después de que termine con él.

Pero cuando Marseille se empecinaba en algo, no había manera de que nadie la detuviera. Incluso si el General Rommel daba una orden, o incluso si el Emperador de Karlsland Frederick IV aprobaba un decreto imperial, no apartarían a Marseille del curso de sus intenciones.

Así que lo mejor era que me sentara y aceptara mi castigo. Era un gran entretenimiento para los soldados, ya que tenían poco que hacer en el desierto. Incluso las pequeñas tonterías podían levantar la moral de las tropas. Especialmente cuando el objetivo de estas bromas era un superior.

Además había una razón que hacía que Marseille, Raisa y las tropas lo disfrutaran...

“¡¿Pero se puede saber que están haciendo aquí!?” Grité a los otros oficiales sentados en mi mesa. Oficiales con rango por encima del mío. Werner, otro oficial de alto rango de la 7ma División Armada de Britannia y Herr General Rommel, el comandante supremo de la Karlsland Afrika Korps, compartían la bebida en mi mesa.

Bueno, de hecho, la taza del General Rommel estaba llena de té verde que yo misma le había servido, ya que evitaba beber alcohol en muchas ocasiones.

“Venga. No deberías preocuparte por los detalles,” dijo Rommel, sonriendo mientras bebía su té verde al estilo japonés de su taza yunomi.

De hecho, esa yunomi era algo que encontré en el bazar de Tobruk... Si hubiese encontrado una chagama, una tetera tradicional japonesa, en lugar de una yunomi, estoy segura que ahora estaríamos hablando de como hubiera llegado aquí desde nuestra amada y vieja Fuso.

Que mal.

“En cualquier caso,” dijo Werner. “Queremos saber más detalles de la Batalla del Mar de Fuso. ¿No fue la primera vez que se usaron las Striker Units en combate? Muy relevante, diría yo.”

Werner sin duda disfrutaba del ambiente creado por Rommel. Él también mostraba una sonrisa en su rostro. Me giré para ver como su colega de la 7ma División asentía en concordancia.

Oh, que dolor. Que termine ya.

“¡Por favor, estoy segura que hay un montón de documentos al respecto, Werner!”

“De hecho, te sorprenderías,” intervino Rommel con una cara sin emoción. “Y además, es mejor escucharlo de alguien que lo vivió en el campo de batalla.”

“Bueno, ¿y por qué no me lo preguntas a mi directamente, o me mandas preparar un memorándum? No hay necesidad de montar una fiesta para leer un libro como excusa para que las tropas beban,” dije, incapaz de contener mi resentimiento.

“Jajaja. Pero nadie me informó que tú fuiste el mejor As en la Batalla del Mar de Fuso. De haberlo sabido, te lo hubiera pedido... Oh, eso me recuerda, por favor, fírmame un autógrafo, Katou,” el General lo dijo mientras se sacaba una foto de su libreta de mano.

¡EEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEH!

Sí, eso era un grito, no pude contenerme.

“¿Qué ha sido ese extraño grito de animal?” pregunto Marseille, con sus ojos bien abiertos. No se debió dar cuenta de que fui yo, por qué increíblemente, estaba paralizada. Casi se le cae el vaso, pero Matilda, que estaba detrás de ella, lo cogió antes de que sucediese algo peor.

“¿Qué hace ESA fotografía AHÍ?” protesté.

Eso sólo hizo que los demás se intrigaran más.

“¿De qué va todo esto? Vamos a ver,” dijeron.

“Oh, genial. Ahora todo el mundo se dará cuenta.”

“¿Tres Witches de la Armada Imperial de Fuso?” preguntó alguien.

“¿Quienes son las otras?” añadió otro.”

“Ja ja ja ja. “Me costó mucho que me trajeran esta foto de Fuso,” fanfarroneó Rommel. Marseille y Werner quedaron perplejos mientras miraban al General con una sonrisa orgullosa en el rostro.

Oh, Dios. Sólo podía imaginar las increíbles medidas que podría haber tomado para conseguirlo, seguramente habrá usado algún canal diplomático de la Embajada de Fuso.

¿Una foto de Takeko, Tomoko y yo misma durante la Batalla del Mar de Fuso? Mi corazón empezó a bombear muy deprisa, pensando en la vergüenza que iba a experimentar.