Spice & Wolf ~Versión Española~: V04 Cap 04

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Esta traducción ha sido realizada a partir de la versión inglesa de esta misma página (enlace) realizada por Judgement26.

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Traducción empezada por Kaeron 19:44 09/06/09

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Capítulo 4

Cuando se habla de morir como resultado de haber consumido trigo, lo primero que viene a la mente es el envenenamiento conocido como Ridley’s Hellfire.

Cuando una persona come este trigo envenenado, sus órganos y sus huesos comienzan a pudrirse, como si se deshicieran, y gritaría de agonía hasta que muriese. Incluso si una pequeña cantidad fuera injerida, uno caería en la ilusión del demonio de no existir en este mundo. Si la persona fuese una mujer embarazada, sufriría un aborto.

Se decía que este tipo de envenenamiento era causado por demonios, quienes sustituían el trigo normal por espigas negras, llenas de toxinas. Si no era detectado cuando se realizaba la cosecha, o simplemente lo ignoraran, nadie sería capas de encontrar el trigo envenenado nunca más.

En estos casos, la única forma de darse cuenta de la existencia de aquel trigo envenenado, era que alguien lo comiese y comenzara a tener los síntomas.

Para una aldea agrícola, encargada de producir trigo, el envenenamiento era un fenómeno tan temido como las sequías e inundaciones.

Lo más espantoso de este trigo envenenado, no era el hecho de que uno muriese luego de haberlo comido.

Lo peor de esto era que tan pronto como se encontrara Ridley’s Hellfire mezclado en la cosecha de un año, nada de ese trigo sería comestible otra vez.

“¿Estás seguro que nadie en nuestra aldea ha sufrido de envenenamiento?” preguntó el Mayor Semu.

“Estoy casi seguro que nadie, Mayor. Hasta el viejo Jane, quien esta postrado en cama, solo sufre de frío.”

“¿El nuevo trigo solo es usado para hornear pan durante la temporada de cosecha, verdad? En ese caso, al menos sabemos que el trigo convertido en harina antes, no era venenoso.”

La enorme y plana superficie de roca ubicada en la plaza de la aldea, parecía ser donde los aldeanos se reunían para discutir asuntos importantes.

Vigilados por el rojo fuego de la hoguera y por los adormecidos aldeanos, quienes se frotaban los ojos con frecuencia, aquellos quienes poseían viviendas en las áreas cercanas a la plaza, y aquellos con un estatus considerable, expresaron sus opiniones.

“De acuerdo con la descripción de Haji, parece que ayer por la tarde, un zapatero comió algo de pan hecho por harina comprada en la compañía Riendo, y murió poco tiempo después. Los rumores dicen que sus extremidades se tornaron púrpuras, y murió luego de haberse retorcido de dolor por algún tiempo. El ayuntamiento de Enberl inmediatamente corroboró que el trigo en cuestión provenía de nuestra aldea. Ya que Haji cabalgó de vuelta justo en ese momento, no sabe como evolucionó la situación luego de eso, pero es obvio lo que habrá sucedido. El señor feudal, Count Barton, seguramente ha mandado un comunicado de emergencia, al mismo tiempo que preparan el trigo para ser devuelto a nuestra aldea. Tan pronto como sea de día, un funcionario enviado por Enberl seguramente llegará aquí también.”

“Enviar… enviar el trigo de regreso aquí…...”

Oyendo al posadero susurrar, todas las demás personas sentadas en círculo en aquel lugar guardaron silencio.

Al final, alguien habló de nuevo. Se trataba de Lima, una de las pocas mujeres reunidas en la roca, quien estaba fuera del círculo.

“Tendremos que regresar el dinero que recolectamos, ¿no es verdad, Mayor Semu?”

“….Correcto.”

Oyendo esto, los rostros de los aldeanos se volvieron pálidos, y agarraron sus cabezas tratando de pensar.

“El dinero” era algo que se había esfumado luego de haberlo utilizado.

Además, no importa como se los mirase, los aldeanos no parecían apreciar tanto las monedas de plata, como para que el ahorrarlas se convirtiera en un hábito regular.

Sin embargo, entre las personas reunidas alrededor de la roca, había algunos quienes no se agarraron la cabeza en agonía.

Entre ellos estaban el Mayor Semu, Lima la esposa del dueño del bar, Elsa quien estaba a cargo de la Iglesia, junto con el hombre quien trajo el mensaje cuando Lawrence estaba en la residencia de Semu, así como Lawrence y Horo.

Esto no se debía a que poseyeran ahorros, o fuesen particularmente valientes, sino porque eran capaces de enfrentar la situación con una mente fría.

Si alguien simplemente observase la situación desde la perspectiva de un observador, la causa de la conmoción sería evidente.

Esta conmoción creada por el trigo envenenado, era una obra de teatro dirigida y actuada nada menos que por Enberl en sí misma. (Ndt: se refiere a que era una farsa creada por Enberl)

“Mayor, ¿que deberíamos hacer? El dinero ya se ha ido en gallinas y cerdos, y en la reparación de nuestras guadañas y azadas.”

“Eso no es todo en lo que hemos gastado el dinero. Después de todo, la cosecha de este año fue abundante, y por ello, nuestras tiendas se las arreglaron para conseguir un stock de comida y alcohol de mejor calidad que lo usual. Si todo nuestro dinero se conseguía pagando esas cosas, significa que todos ustedes también gastaron una considerable cantidad de dinero.”

Cualquiera que hubiese bebido mucho, no podía evitar agarrase la cabeza en agonía y lamentarlo.

Las palabras de Lima hacían que los hombres agacharan la cabeza cada vez más. Volviéndose hacia Semu dijo:

“¿Pero ése no es el único problema, no es así Mayor?”

Como era de esperarse de alguien con la experiencia de haber viajado sola, vendiendo cerveza con un tonel sobre sus hombros, la manera de expresarse de Lima era particularmente imponente.

Si ella se instalara en una gran ciudad, y se convirtiese en la cabeza de una compañía, no sería algo de lo cual sorprenderse en lo más mínimo.

“Eso es correcto. Tan pronto como algo de trigo envenenado se encontrase mezclado junto con el trigo de la aldea, nada de él se podría comer nunca más. La cosecha de este año fue abundante, pero la del año pasado no lo fue.” Respondió Semu.

Una vez que la siembra de trigo se acababa, todo lo que se podía hacer era esperar a su crecimiento y cosecharlo, y si el monto cosechado era tres veces mayor al sembrado, se consideraría una producción decente. Si el monto cosechado fuese cuatro veces mayor, la cosecha se consideraría abundante.

Del trigo cosechado, una parte era guardada para ser sembrada el año siguiente. Sin embargo, el trigo guardado como reserva en el caso de que se produjera una cosecha pobre no era tan grande.

En el peor de los casos, los aldeanos ya habrán comido todo el trigo de la cosecha anterior durante la cosecha abundante de este año.

Cualquiera fuese el caso, el suministro de alimentos de Tereo estaba en estado crítico.

Además, los aldeanos no poseían ningún dinero para comprar trigo nuevo.

“¿Qué deberíamos hacer? Incluso si nosotros pudiésemos soportar la pobreza, no nos salvaríamos del hambre.”

“Es verdad. Sin embargo, yo-”

Semu planeaba seguir hablando, pero fue interrumpido por un hombre ubicado al lado del posadero. El hombre se paró repentinamente y dijo, señalando a Lawrence:

“¡Esos dos deben ser quienes mezclaron el trigo envenenado con el normal! ¡Ya se lo había preguntado! ¡Ese comerciante trajo trigo a la aldea! ¡Su plan seguramente era envenenar nuestro trigo y esperar a que ya no pudiese ser consumido, para tratar de vendernos el trigo que trajo a un alto precio!”

Lawrence ya había anticipado que los aldeanos sospecharían cosas similares a las que dijo aquel hombre.

Por supuesto, Lawrence entendía que Semu no los había llevado a Horo y a él a la plaza de la aldea por malevolencia.

Semu había considerado la posibilidad de que los aldeanos con sospechas saldrían a cazarlos con armas si esos dos no se encontraban a la vista.

“¡E…es…eso debe ser! ¡Escuché que fue sólo a donde Ivan para moler su trigo! ¡No, el debe haber complotado con Ivan para destruir nuestra aldea!”

“¡Es verdad, debe ser Ivan! ¡Donde fue ese encargado de molino mentiroso! ¡Atémoslos junto con Ivan, y hagámosles confesar que lotes de trigo envenenaron!”

Todos al mismo tiempo, los aldeanos se levantaron, aparentemente listos para amarrar a Lawrence en cualquier momento.

En ese momento, Elsa repentinamente dio un paso adelante y dijo:

“Por favor esperen un momento.”

“¡No es momento para que las mujeres interrumpan, lárgate!”

“¿Qué fue lo que dijiste?”

Lima, quien tenia alrededor de tres veces la altura de Elsa, se movió rápidamente al lado de Elsa. Con su vigor disminuido, los hombres retrocedieron involuntariamente.

Justo en ese momento, el Mayor Semu produjo una tos, como si estuviese arbitrando ambas partes, y finalmente logró calmar la atmosfera.

“Ivan esta en la Iglesia.”

“Podemos preocuparnos por quienes son sospechosos o no más tarde. Lo más importante en este momento es como lidiar con el trigo que, es seguro, será devuelto, además de cómo devolver todo el dinero que recolectamos,” continuó

“Nosotros…nosotros no podemos devolver el dinero que ya hemos gastado. Solo podemos pedirles que esperen hasta el año próximo.”

“Si solo la cuestión pudiera resolverse tan fácilmente.”

Oyendo la respuesta de Mayor, el hombre reveló una expresión conmocionada.

“Mayor…. ¿A que se refiere?”

“Enberl seguramente tomará ventaja de esta situación para restaurar la relación que originalmente existía entre su ciudad y nuestra aldea…..,” dijo Semu.

“No puede ser….”

Los ancianos en la congregación revelaron amargas expresiones.

“¿De que estas hablando, Mayor? ¿Acaso no tienen prohibido esa gente de Enberl tomar acciones en contra de nuestra aldea? ¿El Padre Francis no había negociado las condiciones para nosotros?”

Lawrence no sabría decir si el Mayor Semu había ocultado la relación actual de su aldea con Enberl, o si ese hombre simplemente se rehusaba a entenderlo.

Sin embargo, inmediatamente supo la respuesta.

“Piénsenlo, nunca deberíamos haber dejado que Elsa le sucediera al Padre Francis en su posición en un primer lugar. De esta manera, es natural que Enberl no sienta ningún respeto por nosotros.”

“Exactamente. Escondiéndose todo el día en la Iglesia, nunca saliendo para arar lo campos, lo único que ella puede hacer es tomar la misma cantidad de pan que el resto de nosotros. Es debido a la bendición de Lord Toyerre que fuimos capaces de tener una cosecha tan abundante este año. En este caso, porque debería una chica de Iglesia ser la única que—“

“¡Suficiente!”

Un humor aprensivo rápidamente agitó las llamas del descontento.

Aquellas flamas del descontento comenzarían a quemar desde las más vulnerables, más inflamables áreas, y rápidamente se esparcirían desde allí.

Era fácil de imaginar cuanto corazón y esfuerzo Elsa, quien daba la impresión de ser una persona sumamente seria, había dedicado a conservar el legado del Padre Francis.

Seguramente Semu, quien compartía sus objetivos con Elsa, entendía el gran dolor que ella sentía en aquel momento.

Aún así, por los comentarios hechos por los aldeanos momentos tras, era obvio el tipo de actitud con la que veían a Elsa.

Lawrence había notado hace algún tiempo que Elsa mantenía sus puños apretados, manteniendo un rostro inexpresivo.

“Entonces, ¿que debemos hacer ahora, Mayor?”

“En cualquier caso, todos deberían chequear cuanto dinero conservan del monto que fue repartido luego del festival de la cosecha, así como la cantidad de provisiones almacenadas para pasar el invierno. Antes de que el enviado de Enberl llegue aquí, no tenemos forma de saber que tipo de propuesta nos harán. El enviado probablemente no llegará hasta la luz del día. Antes de eso, debemos separarnos temporalmente. Cada uno de ustedes, vallan a revisar las cosas que acabo de mencionar,” respondió Semu.

Aunque la gente dejó salir suspiros de insatisfacción, oyendo a Semu reiterar sus instrucciones, se levantaron de mala gana.

Mientras los hombres descendían de la roca usada como lugar de discusión, lanzaron miradas llenas de odio hacia Lawrence y Elsa.

Aunque las actitudes de los hombres reflejaban su falta de razón, Lawrence se alegraba de que el Mayor Semu estuviese de su parte.

Si también Semu se convirtiese en su enemigo, Lawrence no tendría más opción que utilizar su última carta, Horo.

“Elsa.”

Mientras los aldeanos se retiraban uno tras otro, Semu se acercó a Elsa, sosteniéndose en su bastón, y dijo:

“Se que es difícil para ti, pero por favor sopórtalo por ahora.”

Percibiendo a Elsa asentir silenciosamente con su cabeza, Semu miró a Lima y dijo:

“Lima, por favor ve a la Iglesia con Elsa. No hay garantía de que aquellos que pierdan la paciencia no intenten entrar a la Iglesia.”

“Déjemelo a mí.”

Lawrence fue inmediatamente capaz de discernir la relación de poder que existía entre los aldeanos.

Entonces, ¿en que parte de este mapa de relaciones encajarían Lawrence y Horo?

“Señor Lawrence.”

Finalmente, Semu miró hacia donde estaban Lawrence y Horo, y dijo:

“Así como los aldeanos, yo también tengo mis sospechas sobre ti, porque esto es mas que una coincidencia. Sin embargo, espero que no me tomes por el tipo tonto que inmediatamente salta a sacar conclusiones.”

“Si yo estuviese en la misma posición, Mayor Semu, probablemente diría lo mismo,” dijo Lawrence.

Las líneas en la frente que poseía Semu debido a su edad permanecieron arrugadas. Ligeramente aliviado, asintió con su cabeza y dijo:

“Por el bien de protegerlos a ustedes dos del peligro, y al mismo tiempo prevenir que las sospechas crezcan, tendré que pedirles que se trasladen a mi residencia.”

Afortunadamente, Semu no pretendía atarlos sin dar lugar a ningún argumento de su parte, pensó Lawrence. Por otra parte, Lawrence sentía que oponer resistencia en un momento así probablemente culminaría en un derramamiento de sangre.

Así, Lawrence asintió obedientemente, y caminó hacia la residencia de Semu, seguido por detrás de Semu y los aldeanos.







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