Fate/Zero:Acto 7 Parte 3

From Baka-Tsuki
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-130:32:31[edit]

La ira, como acido, corroía a Kayneth gota a gota.

Él es un mago de primera categoría. Él nunca perdería la compostura por las emociones, especialmente enfrentándose a una situación donde pelee por su vida.

De hecho, este es un arte secreto entre colegas magos de primera categoría, Kayneth no abrigaría cosas como ira en absoluto. Él probablemente admiraría y reconocería las habilidades del oponente, tranquilamente analizando su verdadero valor, y se hubiera concentrado en desempeñar su magia como una contra apropiada a la técnica del enemigo. Esos nobles y pomposos juegos entre caballeros son lo que Kayneth conocía como ‘batallas’. Por el derecho a usar el Santo Grial en juego, él pretendía competir con Tōsaka Tokiomi, Matō Zōken, y otros cuatro sobresalientes oponentes aún desconocidos, y llegó a este lugar desolado el borde de la tierra.

Como sea – el dolor de la herida en su hombro derecho palpitaba e invadía sus sentidos como mofándose de Kayneth, continuando el dolor como si lo humillara.

Esta no es una herida obtenida en batalla. Esas cosas – jamás serían apropiadas de llamarse “batallas”. Era como si pusiera un pie en una pieza de piso podrido. Como si volcara una vasija echando vapor. Como si su mejor traje se manchara con barro.

El oponente es tan insignificante como una hormiga, no merecedor de llamarlo un enemigo. Un pedazo de basura que de tan solo verlo lo haría sentir sucio y desagradable.

Sentir “ira” hacia algo como eso, y arriesgar su orgullo como Lord El-Melloi sería impensable.

Estas cosas son fastidios diarios. Algo cercano a ser mordido por un perro vago.

Era solo mala suerte. Solo lo descartaría como simple mala fortuna.

Incluso al tratar de convencerse a sí mismo de esta manera – él gritó de dolor por la herida en su hombro. El dolor severo que se sentía como si él fuera quemado lentamente lo atormentaba y devoraba su orgullo.

La cara fría como el hielo de Kayneth estaba tan inexpresiva como una máscara, sin maldecir ruidosamente o apretando sus dientes. Para un observador, definitivamente esta no es la expresión de alguien enfurecido.

Ciertamente. Él no odiaba a nadie. Toda su ira era dirigida hacia dentro. Meramente era que él había sido provocado por una situación que lo sorprendió – algo que es imposible, irrazonable.

Imposible –

La ira que no tenía hacia donde ir se volvió en impulsos destructivos que se propagaron hasta Volumen Hidrargiro. Kayneth aplastaba los muros de los corredores alrededor de él con sus látigos de cuchillas. Esa vil basura me hizo sangrar… ¡imposible! ¡No debía haber pasado!

Su caminar asemejaba al de un sonámbulo, Kayneth persiguió a Emiya Kiritsugu quien había huido. El bulto sin forma de mercurio, ocupando el rol del corazón de su maestro, lo siguió, lleno de intención asesina.

La puerta que bloqueaba su camino no fue empujada para abrirse sino hecha pedazos por el peso del mercurio.

Sean vasijas de flores, pinturas o elegantes adornos: todas las decoraciones que ocurría que estaban a su vista eran rotas y destruidas.

Había muchas trampas en el camino. Cables le daban zancadillas a los pies indefensos de Kayneth, o una mecha en la alfombra que se prendía cuando la pisaba causaba que una granada pre-instalada explotara o que una mina arrojara una metralla. En esos momentos, la membrana protectora de mercurio se expandía inmediatamente y se apresuraba a bloquearlos.

Esas trampas eran como juguetes para divertir los niños, tan ridículas que Kayneth quería reír. Pero el sonido de su carcajada al mismo tiempo se burlaba de Kayneth, quien fue herido por esos trucos que eran como juguetes para divertir a los niños.

La burla a sí mismo cortaba dentro de su orgullo como una navaja. Esa humillación encendió la ira en su corazón aún más.

El admirable Código Místico de Lord El-Melloi no es algo que fuera hecho para esta clase de trucos tontos. Su mercurio debía ser un arma que recibiera tiros Gandr, desviara espadas mágicas, y pasara a través de fuego sobrenatural, hielo y trueno. Debía ser un arte que hiciera a cualquier mago maravillarse, admirar y al mismo tiempo llegar a su muerte. Entonces, ¿Qué sería esta situación de mal gusto?

El oponente para el que él libero su orgulloso Código Místico no es nada más que un molesto ratón… cada segundo que pasaba lo hacía sentir más humillado. La herida en su hombro dolía más y más.

Un sinfín histérico espiral en bajada – como sea, eso también ya aparecía llegar a su conclusión.

Sin importar que tan grande sea el castillo, las posibilidades de escapar se hacían limitadas si él seguía corriendo hacia adelante. El ratón finalmente fue perseguido hasta el fin de los corredores del tercer piso. El flujo de mercurio que Kayneth mandó más temprano para encontrar con precisión al enemigo lo ubicó esta vez. Parecía que el blanco se había dispuesto a permanecer firmemente en donde está. Él debió decidir tener la confrontación final con Kayneth en ese lugar.

Confrontación – mientras la palabra flotaba en la mente de Kayneth, él no pudo evitar sino dejar salir una risa.

Parecía que el enemigo aún no se ha rendido. Con que así es. Él había herido a Kayneth una vez, así que debería haber otra posibilidad de victoria si la misma suerte lo bendecía de nuevo. Él debe haber tomado esta decisión final con todo el espíritu del ratón desesperado tratando de morder al gato.

“Idiota…”

La estrecha boca de Kayneth se torció con su mueca mientras murmuraba.

No era por sus habilidades o sobresalientes estrategias que el ratón había conseguido tocar a Kayneth. Era solo una coincidencia sin sentido. Necesitaba asegurarle que sepa la diferencia. No una confrontación. Este es una ejecución. Esto es una masacre.

Kayneth, en cuanto su cuerpo se llenaba de la cruel intención de matar, dio vuelta a la última esquina con su Código Místico y llegó al fin del corredor,


Básicamente correspondía al escenario que Kiritsugu esperaba. La tercera confrontación con Kayneth El-Melloi Archibald.

La distancia eran meramente treinta metros. El ancho del corredor era de algo más que seis metros. No hay lugares para ocultarse. No hay lugares para retirarse.

El Volumen Hidrargiro de Kayneth tenía potencialmente una velocidad y poder fatal dentro de un radio de siete metros y medio. La iniciativa no saldría de Kiritsugu hasta que Kayneth no entrara en el rango.

En su mano derecha – cincuenta rondas de balas de 9mm en un nuevo cargador helicoidal. La “bala mágica” ya estaba cargada en la cámara de un solo tiro.

Kiritsugu no mostró ningún miedo ni rogó por piedad; él meramente se paraba silenciosamente sosteniendo ambas armas. Esto puso a Kayneth aún más disgustado y torció su expresión mientras emitía burlas. “No pensarás que el método anterior funcionaría de nuevo, ¿cierto? Despreciable.”

No funcionará. Sería un problema para Kiritsugu si funcionara – como sea, él no necesitaba decirle esto a la otra persona. Él necesitaba tener a Kayneth pensando que Kiritsugu es lo suficientemente estúpido para repetir exactamente el mismo ataque.

“No te mataré simplemente. Solo sanaré tus pulmones y corazón para hacerlos revivir, entonces trataré contigo lentamente partiendo de los dedos de tus pies.”

Dijo Kayneth siniestramente mientras caminaba lentamente hacia Kiritsugu paso a paso. El Volumen Hidrargiro daba vueltas junto a él, flexionando sus incontables látigos intimidantemente a la vez que sacudía sus filosas puntas.

“Muere con arrepentimiento, dolor, desesperación. Y maldice cuando mueras. Maldice la cobardía de tu empleador… ¡el Maestro de Einsbern que humilló la Guerra del Santo Grial!”

Correcto – Kiritsugu dio una pequeña risa dentro de su corazón mientras consideraba la proclamación de ejecución de Kayneth como nada más que una briza pasando por su oído. Parece que el plan de substitución de Maestro que él propuso sirvió al final.

Quince metros. Si él iba a hacer un movimiento, debía ser ahora.

Hacia Kayneth, quien surgía más cerca, Kiritsugu usó primero la Calico en su mano izquierda, disparando una lluvia de balas de 9mm en automático. Era una reproducción completamente idéntica del ataque sorpresa en el corredor del primer piso, un ataque hecho para gatillar la defensa automática de Volumen Hidrargiro. Para volverlo incapaz de defenderse del golpe siguiente del Contendiente, este es un movimiento treta hecho para debilitar la membrana defensiva de mercurio. Por supuesto, Lord El-Melloi no caería en el mismo truco dos veces.

“¡Fevor, mei sanguis!”

La forma defensiva del mercurio se activó inmediatamente, pero esta vez no era una membrana. Volumen Hidrargiro saltó en frente de su maestro y formó incontables puntas desde el piso al techo. Era como si un denso bosque de bambúes cubriera el cuerpo entero de Kayneth, y al mismo tiempo bloqueaba a todas las balas volando cerca.

No necesitaba usar las membranas como defensa si no se estaba enfrentando a un ataque como llamas o niebla. Cosas como balas se volverían inofensivas en tanto no se les permita mover en línea recta. Así, usando tan solo “columnas” como defensa sería suficiente.

Por supuesto, el prana requerido para expandir el mercurio en montañas de espadas no es ni comparable al usado para formar una membrana. Cada punta, moldeada tan delgada como un cable de acero, tenía que ser equipada con toda la fuerza y maleabilidad para desviar balas. La defensa automática de esta vez usaba completamente todo el prana que poseía Kayneth. Las Crestas Mágicas de la familia Archibald en sus hombros circulaban hasta su límite, creando un dolor extraordinario al ejecutor.

Podría decirse que la defensa de esta vez era la verdadera fortaleza impenetrable.

Las balas, estorbadas por las montañas plateadas de espadas, rebotaban de un lado a otro en los espacios entre las numerosas puntas, haciendo estridentes sonidos metálicos. Finalmente perdían todo el poder y caían al suelo. Ninguna de ellas alcanzó el cuerpo de Kayneth. Entonces, el Contendiente en la mano derecha de Kiritsugu dio un rugido. Esta es la pistola de tiro único que hizo a Kayneth cargar su despreciable herida la primera vez que penetró las defensas de Volumen Hidrargiro; algo con poder mucho más destructivo que las balas de 9mm.

De todos modos, el grado de defensa que la montaña de espadas de mercurio ponía no era ni comparable al de la membrana.

Todas las puntas se cerraron juntas como una Venus cazamoscas el instante antes en que el movimiento letal tocaran las espinas de mercurio, y rodearon la bala. El espeso racimo de delgadas espinas se volvió en una sola columna gigante en un parpadeo, cerrando completamente el paso de la bala .30-06 Springfield.

Volumen Hidrargiro, hecho para cambiar libremente de formas, mostró las maravillas que podía hacer. La habilidad sin fallas que controlaba la magia de fluidos a tal perfección claramente debía ser la personificación de este arte sin igual, completamente digno del prestigioso nombre de la casa Archibald.

En el momento en que él completó esta magia en que él consagró todas sus habilidades – el destino de Lord El-Melloi también llegó a su fin.

※※※※※

Incluso un Maestro y un Sirviente que han hecho un contrato deben usar técnicas de comunicación como la conversación para establecer una conexión entre ellos cuando se encuentran a distancia. Pero si ambos están unidos por el lazo de los Sellos de Comando, entonces uno de ellos detectaría rápidamente un disturbio en la esencia del otro si es que este está en una crisis que atente con su vida.

Por esto la fatal situación de Kayneth pasó en un instante a Lancer, quien aún estaba en el bosque.

“¿¡Qué –!?”

Lancer de la nada volvió la vista en la dirección del castillo Einsbern justo después de que destruyera al ejército de monstruos demoniacos de Caster, justo cuando se preparaba a acabar a su némesis con Saber. Por la primera vez, Lancer se dio cuenta del hecho de que su Maestro, quien él había pensado que observaría la batalla desde detrás de la línea frontal, ya había invadido la formación del enemigo y había emprendido otra batalla.

El momentáneo titubeo de Lancer fue una apertura enviada del cielo para el desesperado Caster.

Dentro de las manos de Caster, habiendo acabado de regenerarse, el Libro de Prelati pulsaba torrentes de prana. Por supuesto, Saber no se quedaría parada a un lado y dejaría solo al mago y sus conjuros.

“¡Fútil Resistencia!”

Saber blandió su espada sagrada con su mano derecha y se apresuró adelante, tratando de derrotar al enemigo antes de que pudiera completar su encanto.

Pero Caster no era lo suficientemente tonto para pronunciar encantos en frente a una espada. Él no dijo ni una sola sílaba de encantos, tan solo dejó salir caóticamente una ola de prana que produjo el Fantasma Noble. Aunque la magia de invocación previa había sido nulificada, los charcos de sangre que llenaban el piso aún estaban conectados al prana. El prana incontrolable que brotó fluyó hacia esa red de sangre, pero finalmente se disperso sin armar ninguna forma.

“Ku…”

Su vista fue bloqueada antes de que se acercara lo suficiente para dar el golpe; incluso Saber no dio un movimiento precipitado y detuvo sus pasos.

Para comenzar Caster no intentaba completar su conjuro, sino activar forzosamente una magia que sin duda fallaría. Eso sería suficiente en esta situación. La sangre que no armó a ningún monstruo invocado inmediatamente hirvió y se evaporó por el prana saturado en ella, diseminándose en todas direcciones como bruma. Esta es una habilidad imprudente que solo podía usarse con enormes cantidades de prana suministradas por un Fantasma Noble.

Lo que él esperaba – era una niebla cegadora.

Incluso Caster, con confianza demás, dedujo que sería imposible revertir la situación y llegar a la victoria en este estado. El Sirviente mago removió su materialización en el tiempo en que la sangrienta bruma cubría la vista de Saber y Lancer. Enfrentado a dos de las tres clases de caballeros, él no alcanzó ni a dejar atrás una palabra. Tragándose su ira y humillación, Caster rápidamente dejó el campo de batalla en forma espiritual. Afortunadamente para Caster, Saber no tiene la habilidad de volverse a una forma espiritual y perseguirlo; Lancer, quien tiene esta habilidad, no podía perseguirlo debido a la crisis de su Maestro.

“Bastardo… que increíble cobardía.”

Musitó Saber enfurecida mientras revocaba a Aire Invisible de la atmosfera que la rodeaba. Viento refrescante inmediatamente sopló desde todas las direcciones y diseminó la suciedad de la bruma de sangre. Cuando los dos Sirvientes recuperaron su campo de vista y Aire Invisible fue llamado una vez más para ocultar la forma de la espada sagrada, incluso el aura espiritual de Caster había desaparecido, ni mencionar su forma física.

“Lancer, ¿Qué anda mal?”

Considerando el hecho de que a pesar que Lancer pudo fácilmente haber perseguido a su enemigo, y en vez de eso haya dejado escapar a Caster, Saber no lo urgió sino que solo le preguntó tranquilamente. Era obvio que algo pasó dado su cambio de expresión.

“Mi señor está en problemas… Parece que me dejó y atacó tus cuarteles.”

Explicó vacilante Lancer. Saber también figuro lo que probablemente pasó y puso una expresión abatida.

Entonces… todo ocurrió de acuerdo a los planes de Kiritsugu. No era lo que ella quería. No era que ella quería renegar completamente la táctica del engaño, pero la cruel trampa que Kiritsugu puso es algo que no puede existir a la par de la fe de la Rey de los Caballeros de pararse estoicamente en el campo de batalla sin importar nada.

“Debe ser obra de mi Maestro… Lancer, te deberías apresurar. Ve a salvar a tu señor.”

El lancero al principio estaba sin habla por cómo Saber le urgía sin dudar, pero luego inclinó su cabeza en agradecimiento. Para Saber, esta decisión era igual que ir contra su propio señor. Retener a Lancer aquí para que pueda matar a su Maestro sería la opción razonable para ganar la Guerra del Santo Grial.

Pero si continuara con este tren de pensamiento, entonces no habría necesidad de Lancer peleara con Saber para salvar a Saber de su crisis. Él no pensó que fuera estúpido entonces. Por lo tanto, él no pensaba de Saber, quien lo dejaba ir por su camino, ahora como necia.

“Estoy en deuda, Rey de los Caballeros.”

“Está bien. Nosotros juramos tener un duelo entre caballeros. Aferrémonos a esa gloria hasta el final.”

Lancer asintió brevemente, y entonces desapareció en forma espiritual. Justo así, él galopó hacia el castillo en lo profundo del bosque como un torbellino de viento.

※※※※※

Cuando la familia Emiya de las generaciones anteriores determinó el “Origen” de su hijo y heredero, en un arrebato lo llamaron “Kiritsugu” dado los extraños resultados.

Básicamente, él poseía la habilidad doble de “Fuego” y “Tierra”. Para ser especifico, eran atributos compuestos, “Separar” y “Unir”. Esa es la forma del alma que nació con él, y la verdadera forma de su “Origen”.

Separar, y unir – no es exactamente lo mismo a llamarlo “destrucción y renacimiento”, porque el origen de Kiritsugu no significa de ninguna manera “recuperación”. Por ejemplo, una cuerda que se corta y se conecta de nuevo habría cambiado de grosor en el punto donde se haga el nudo. Eso es, la acción de ‘separar y unir’ inevitablemente provocará una “corrupción” irreversible en el objetivo.

Kiritsugu estuvo particularmente consciente de su Origen cuando se le pidió que completara unos trabajos manuales. Sus manos no eran muy hábiles. Si un dispositivo normal se rompe, él podía arreglarlo. Pero si se tratara de maquinaria delicada entonces todo repentinamente se volvía lo contrario. Por más que quisiera arreglarlo, peor daño le causaba a la maquina.

Como un hecho, la habilidad manual de Kiritsugu no es extraordinaria. Si un cable metálico normal se partía, la función original podía restaurarse solo con conectarlo nuevamente. Como sea, si él tuviera que arreglar un circuito eléctrico complicado usando los mismos principios, el resultado sería fatal. No era algo que funcionaría en tanto todo esté conectado. Si las conexiones se salían de orden, el circuito perdería su función. Esto no era creado por la personalidad o temperamento de Kiritsugu; desde el punto de vista de la magia, esta es la verdadera esencia de lo más profundo de su alma.

Emiya Kiritsugu utilizó su extraordinario “Origen” con todo su potencial cuando creó su Código Místico. Las primera y segunda costillas en ambos lados fueron cortadas y retiradas de su cuerpo. Las costillas extraídas fueron pulverizadas a polvo, condensadas con magia para preservar el alma, y selladas dentro de sesenta y seis balas como sus núcleos.

Estas balas desplegarían el “Origen” de Kiritsugu en el blanco cuando acertaran. Si fuera a dar a una criatura viviente entonces no produciría heridas o sangrado, pero el lugar en donde acertó parecería estar sufriendo necrosis. La superficie parecería haber sanado, pero los nervios y capilares no se regenerarían apropiadamente y perderían la función original.

Aún más, como un Arma Conceptual, esta bala posee una amenaza todavía más grave en particular para los magos.

Kiritsugu ya había usado treinta y siete balas, pero ninguna de ellas había sido mal usada. Las balas que habían sido hechas usando una parte de su cuerpo habían destruido completamente a treinta y siete magos hasta ahora. Ahora la “Bala Origen” numero treinta y ocho cortó la fuerza vital de otro sacrificio.

Kayneth probablemente no comprendió que le ocurría a su cuerpo hasta el final. El momento en que el agudísimo dolor se propagó por su cuerpo, todos sus órganos vitales y nervios habían sido hechos un desorden sin forma.

Antes de que un grito escapara de su garganta de él ya brotaba sangre. Todos los músculos en su cuerpo recibieron espasmos con movimientos descoordinados conducidos por un sistema nervioso que estaba al borde de colapsar; el delgado cuerpo vestido en el elegante traje comenzó a desempeñar una ridícula danza.

Habiendo usado intensa presión para formar el prana densamente empacado, circulando por sus Circuitos Mágicos, este comenzó a ignorar esos circuitos y a fluir caóticamente, destruyendo el cuerpo del practicante en el proceso. En el momento en que Volumen Hidrargiro bloqueó el impacto del Contendiente, Kayneth sufrió daños más severos que de ser golpeado directamente por una bala.

Cuando la bala mágica de Kiritsugu es interferida por magia, el impacto del “Origen” dentro de la bala afectaría a todo el curso de los Circuitos Mágicos del practicante.

Si fuéramos a comparar los Circuitos Mágicos de un mago con un cable de alto voltaje, la bala de Kiritsugu sería como una gota de agua. ¿Qué pasaría si un líquido conductor atacara a un denso circuito eléctrico? La corriente del corto-circuito destruiría al circuito mismo, resultando en un daño permanente.

Tan solo así, dar un corto-circuito a los Circuitos Mágicos es el aterrador efecto del Código Místico de Kiritsugu. Para evitar el daño de las balas mágicas de Kiritsugu, uno debe descartar todo lo que sea magia y defenderse de las balas solo con medios físicos. Respecto a eso, la opción de Kiritsugu de usar balas .30-06 Springfield es maliciosa. No hay algo que pueda bloquear completamente a una ronda de este rifle de caza especializado para comenzar. Este es un tipo de bala excelente para penetración. En cuanto uno no esté en un vehículo armado, no puede evitar ser herido.

Solo un tiro. Eso sería suficiente. Kiritsugu osó a escoger un arma que no se acomode a combate real, la Contendiente Thompson, como su Código Místico, por el hecho de que es el revólver que puede otorgar el máximo daño físico posible.

Kiritsugu puso su dedo en la bobina del arco guardamontes y sacudió el largo cañón como si tratara de sacar una mancha de sangre cuando su amada arma terminó su trabajo. El cartucho vacio salió volando del cargador abierto hacia el aire vacio con el impulso, cayendo en el piso de mármol dejando un leve rastro de sulfuro.

Kiritsugu no sintió nada por esta victoria. Esto era exactamente igual a todas las veces anteriores, una provocación exitosa con una conclusión calculada. Eso es todo.

El poder destructivo de la bala mágica de Kiritsugu depende de cuantos Circuitos Mágicos estaban activados dentro del blanco en el momento del impacto de la bala, ya que lo que destruye el cuerpo del practicante es su propio prana. Respecto a esto, había sido absolutamente fatal para Kayneth. Dado que había sido provocado continuamente y usó la mayor cantidad de prana que tenía, él le garantizó a Kiritsugu el mejor resultado que podría esperar. Incluso el poderoso Volumen Hidrargiro era finado si el prana del practicante era impedido. Kayneth yacía recostado en el mar de mercurio que volvió a su forma original y se esparció por todo el piso; su cuerpo se sacudía levemente. El Lord El-Melloi de antes era ahora tan inofensivo como un bebé. Ni hablar del poder de un mago, su cuerpo podría incluso no perdonarle las funciones normales de un humano.

Aunque él iba a morir tarde o temprano si lo dejaba solo, un principio de Kiritsugu es darle un tiro final concreto al enemigo caído. El puso la Calico en semiautomático y caminó hacia Kayneth, quien ya se asemejaba a un cadáver respirando. Él iba a darle un tiro a la cabeza a una distancia crítica. Entonces, uno de los siete grupos de personas peleando por el Santo Grial quedaría descontado.

Pero justo entonces, Kiritsugu sintió una enorme aura de prana aproximándose intimidantemente y frunció el entrecejo.

Sin titubear, Kiritsugu sostuvo la Calico y apuntó, disparando repetidas veces hacia Kayneth. Pero las balas emitieron chispas en el aire vacio, se rociaron en todas direcciones y desaparecieron. Eran las lanzas gemelas, roja y amarilla que hicieron movimientos muy rápidos para que los vieran los ojos.

Enfrentado a Lancer, quien se había materializado en una posición adecuada para proteger a Kayneth, Kiritsugu estaba perplejo. Esta vez era detenido por el Sirviente del enemigo; esto era definitivamente inesperado. Originalmente Kiritsugu pensó que Saber habría interceptado a Lancer, basado en el hecho de que Kayneth entró al castillo solo. Pero si es así, ¿entonces como pasó el lancero a la Rey de los Caballeros? Si Saber hubiera sido derrotada, Kiritsugu hubiera confirmado que la destinaria de prana habría desaparecido. Como sea, el prana de Kiritsugu definitivamente seguía siendo absorbido por Saber, quien aún existía en alguna parte. Su Sirviente estaba completa sin lugar a duda.

Entonces, hay solo una conclusión – él podía deducir que Saber voluntariamente salió del camino de Lancer.

Lancer miró fijo a Kiritsugu, quien oscilaba mentalmente, con una mirada tan fría como el hielo. El puso ambas lanzas en su mano derecha, vaciando su mano derecha para alzar el cuerpo de Kayneth. Kiritsugu no atacó irreflexivamente frente a este movimiento aparentemente indefenso. Él ya había confirmado que las balas son inútiles contra los Sirvientes.

“– Deberías entender lo fácil que sería que te atravesara aquí mismo, Maestro de Saber.”

Para Lancer, si no hubiera oído lo que Saber le acababa de decir, habría sido muy difícil deducir que este hombre en frente de él, quien no lucía para nada como un mago, es en realidad el Maestro de Einsbern. Como sea, él sabía de la fuerza de su señor Kayneth. Si él había logrado penetrar la magia de Lord El-Melloi no queda lugar para sospechas. Como sea – no, solo por eso la lanza de Lancer no apuntó hacia Kiritsugu.

“No te dejaré matar a mi Maestro. Ni tampoco mataré al Maestro de Saber. Ni yo ni ella queremos que termine así.”

“…”

¿Con que es así? – Kiritsugu se arrepintió otra vez de las personalidades en conflicto de él mismo y su Sirviente bajo contrato.

“Nunca olvides. La única razón por la que te ahorras tu vida ahora es la nobleza de la Rey de los Caballeros.”

Lancer declaró esto a Kiritsugu con su tono cargando un fresco sarcasmo. Entonces sostuvo a Kayneth y dio un salto saliendo del castillo, usando su torso para romper la ventana de vidrio.

Kiritsugu no era tan tonto para perseguirlo. Tal como dijo Lancer, ese sería un movimiento completamente suicida. Ya que Saber no estaba aquí no había nada que Kiritsugu pudiera hacer.

No, incluso si Saber estuviera al lado de él, ¿le confiaría Kiritsugu esto a ella?

Aunque Lancer, el Espíritu Heroico Diarmuid, es ingenuo también, era la idiota caballería de Saber, que rivalizaba a la de Lancer, la que excedía completamente la capacidad de comprensión de Kiritsugu.

Su mente probablemente creía muy firmemente que Lancer no mataría a Kiritsugu. Debe andar algo mal en ella. ¿Cómo podía la Rey de los Caballeros hacer algo como permitir que su Maestro sea expuesto solo al Sirviente del enemigo? Si Lancer decidía retractarse de su palabra entonces su Guerra del Santo Grial terminaría aquí. Incluso si el lancero no tuviera tales pensamientos, si Kayneth hubiera seguido consciente él hubiera usado un Sello de Comando para demandarle. ¿Acaso ella ni siquiera pensó en esa posibilidad? Kiritsugu contempló apropiadamente esto y prendió el cigarrillo en su boca.

Que irónico. Una Espíritu Heroico quien invalidada creó una extremadamente tonta confianza con un Sirviente enemigo alejada enormemente de su propio Maestro.

Parecía que él debió haber escogido a su Sirviente más cuidadosamente después de todo – solo entonces Kiritsugu sintió este fracaso con una punzada, y aspiró el brumoso humo con un suspiro.



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