Fate/Zero:Acto 5 Parte 2

From Baka-Tsuki
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-149:47:12[edit]

Mirando abajo desde el piso numero 32 – el último piso – del hotel Hyatt de Fuyuki. No hay un edificio más alto que este en todo Fuyuki.

El título del edificio más alto pronto lo tomará el aún-por-terminar centro comercial de Shinto. Pero dado que el centro comercial de Shinto aún está bajo construcción, este hotel Hyatt es el más alto entre los edificios construidos completamente.

Acompañando al imparable crecimiento de Shinto, habrá más y más nuevos hoteles. Pero el hotel Hyatt, que tiene las instalaciones más avanzadas y las mejores normas de servicio, no le brindará esa condición a nadie más. No son solo los administradores del hotel o el personal los que piensan así, incluso lo clientes del hotel son sorprendidos por su alta calidad del servicio y de la administración.

Pero incluso el vivir en una habitación tan lujosa, sentado en un sofá de cuero verdadero junto a la ventana, no podía calmar la depresión de Kayneth Archibald El-Melloi en lo más mínimo.

Para él, los objetos en este cuarto son solo ‘una derrochadora colección’. Es meramente un sombrío cuarto, unos adornos caros, y algunos caprichosos objetos de todos los días. Para Kayneth que ha nacido en la aristocracia, no hay nada que lo altere más que las cosas originalmente comunes disfrazadas con lujosos conjuntos para parecer falsamente aristocráticos. Pero justo ahora, es exactamente así como era esta habitación de hotel. No hay ni la mínima pizca de procedencia histórica o patrimonio cultural en este cuarto. Es una mera pocilga decorada con una lujosa apariencia.

Pero el instigador de este sentimiento no se limita a solo este hotel; esta nación extremadamente pequeña conocida como Japón está llena de cosas que dejan a Kayneth con un feo e infeliz sentimiento.

Incluso la pequeña isla de Hong Kong puede dar un sentimiento muy local y folclórico. Pero ahora, Shinto de Fuyuki no muestra ni una pizca de su cultura local. Como ahora, mirando el escenario de la ciudad en la noche desde este alto punto, no habría forma de adivinar exactamente en qué ciudad de qué país estás. Simplemente conseguir los elementos más comunes y poniéndolos juntos – si a él se le fuera a preguntar qué es exactamente esta ciudad, Kayneth diría que es meramente como una montaña de basura.

Si la nación-isla del este hubiera preservado su entorno original de honesta aldea pesquera en el páramo, entonces sería mucho más interesante que lo que es ahora… pero desafortunadamente cuando se trata de la habilidad de comprender cosas como estas, una raza como los japoneses no va con cosas así. Este subdesarrollado país que ni siquiera tenía una constitución hace cien años quiere forjarse adelante y competir con los países occidentales fiándose solo de en las ciencias tecnológicas y el desarrollo financiero, como sí ellos quisieran desvergonzadamente forzar su camino dentro de los rangos de los países desarrollados. Es en realidad difícil razonar con esta gente.

Kayneth usó un dedo para gentilmente dar unos golpecitos en su cabeza que sufría un leve dolor de cabeza por el fastidio, y suspiró airadamente.

En realidad, él no es él tipo de persona que pierda los estribos por cosas pequeñas como esas, pero algo más es causa de su irritación.

La amplia pantalla de TV en frente de él interrumpió repentinamente su programa nocturno y comenzó a transmitir noticias urgentes. El conductor de noticias está en la escena, reportando en vivo una explosión de origen desconocido en una calle de almacenes por la costa de Fuyuki.

De acuerdo a residentes de las áreas próximas que oyeron la explosión, hubo carros de bomberos en la escena hace cuatro horas. Aunque aún no hay noticias, los policías que ya han comenzado la investigación en el sitio definitivamente ocultan lo que han encontrado. ¿Cómo puede la gente común e ignorante tener un juicio correcto respecto a algo que sobrepasa su conocimiento?

No es simple tampoco ser el supervisor de la Santa Iglesia. Contando el tiempo, dentro de 30 minutos después que Kayneth cancelara el campo, todas las tareas encubiertas habían concluido.

Ahora la totalidad de la verdad recae tan solo en las memorias de aquellos pocos que estuvieron presentes. Uno de ellos era Kayneth; Sirviente Lancer – el Maestro del Espíritu Heroico Diarmuid ua Duibhne.

El comienzo del largamente esperado Toque del Cielo. Y ellos estuvieron minuciosamente preparados para la primera batalla. Aunque los resultados eran diferentes a sus expectativas.

Incluso en su juventud, Kayneth Archibald era visto mucho más adelante que otros niños. Sin importar cual fuera el problema, nadie podía encontrar una mejor solución que Kayneth; no existe un oponente que pueda ganar contra él en una competencia.

Y aún cuando sus esfuerzos no sobrepasaban el sentido común de un propósito, simplemente creyendo que los resultados de sus trabajos serían mejores que los de alguna otra persona en algún lugar o algún momento. Eso era todo.

Por eso, Kayneth había sido visto por otros como un ‘prodigio’ en su juventud.

Ese hecho es conocido por todos. Nadie ha puesto en duda su título de ‘prodigio’, y nada nunca ha amenazado su posición como ‘prodigio’. Así, él no tenía necesidad de ser orgulloso o egoísta, él simplemente disfrutaba su merecido título de ‘prodigio’.

Él nunca ha estado en un aprieto, ni ha estado alguna vez extremadamente frustrado. En el mundo del joven Kayneth, él era el maestro de todo. No había necesidad de dudar esto en lo más mínimo. Él era un talentoso mago prodigio. Él también era el heredero de la bien conocida familia Archibald. Él no solo heredaba la cresta mágica pasada por generaciones, él mismo poseía un talento raramente atestiguado en el mundo. Todos esos ‘hechos’ hacían que todos los honores que recibía Kayneth fueran solo lo natural. Así que para llegar a creer que no había nada en el mundo que Kayneth no pudiera alcanzar con su poder, ese tipo de confianza en sí mismo no era infundada. Este no es un error del mismo Kayneth, sino que es el conocimiento común de todos los que lo rodean.

Incluso en la atareada Torre Reloj entre los numerosos y exitosos investigadores, su coronación al famoso título de Lord El-Melloi por una gran ventaja fue ampliamente aprobada por todos. Pero para Kayneth quien se ha acostumbrado a ser llamado ‘prodigio’, que siempre ha sido blanco de admiración y de celos, él no sentía la más mínima satisfacción o sensación de logro. Todo esto es meramente un ‘resultado inevitable’ de la vida para él.

El pasado era así, y el futuro definitivamente será así. Este es un sagrado e inviolable ‘acuerdo de vida’; para Kayneth no hay duda sobre eso.

Por eso, para él que ya puede predecir el mundo entero– si un muy raro, casi imposible, ‘accidente’ ocurriera, entonces Kayneth absolutamente no podría tolerar ese caos; sería un insulto y una blasfemia al orden de Dios.

Tal como–

La Sirviente, Saber, que claramente había estado en su palma, escapara tan fácilmente. Es increíblemente inconcebible.

“Lancer, ven.”

“– Sí, aguardo sus órdenes.”

Tan pronto como las palabras dejaron sus labios, el apuesto Espíritu Heroico apareció obediente y respetuosamente en frente de Kayneth, agachado en una reverencia. Para Kayneth que es el principal catedrático en conjuración de espíritus, hablar directamente con la forma espiritual no le causa problemas, y de hecho es muy familiar. Pero una conversación cara a cara como esta es muy rara.

Al menos, si su Sirviente está cara a cara con él, Kayneth puede observar hasta los más pequeños cambios en su expresión mientras le hable. En cuanto a llamar a este tipo de actividad una conversación – podría ser más adecuado llamarla una interrogación.

“Gracias por tu arduo trabajo de esta noche. Fui capaz de atestiguar muy bien la grandeza de las lanzas gemelas de Diarmuid ua Duibhne.”

“Gracias, Maestro.”

Lancer respondió simple y francamente. Él no se sentía alagado al escuchar el cumplido, ni reveló algún signo de felicidad, ni parecía insatisfecho. Él solo lo aceptó con la rigurosa humildad de un caballero.

Pero para los ojos de Kayneth, está definitivamente no era la expresión normal de Lancer – él oculta algo.

“Ah, por favor responde a mi pregunta honestamente. … Tú, ¿Qué planeas hacer?”

“… Usted, ¿Qué quiere decir?”

Incluso enfrentado a la súbita pregunta de Kayneth con un aire de interrogación, Lancer aún mantuvo su cauta actitud.

“Lancer, tú hiciste un juramento conmigo como un Sirviente. Hacer todo lo que estuviera en tu poder para ayudarme a conseguir la victoria en el Toque del Cielo. ¿Cierto?”

“Sí, eso es correcto.”

“¿Entonces por qué no actúas en serio al respecto?”

Aún siendo regañado por Kayneth, Lancer no mostró ni la más leve expresión de ira o culpa, él solo mantuvo su cabeza agachada con una expresión seria. Quizás él había estado preparado desde antes para esta interrogación.

“… Solo lo hice por el honor de un Caballero. No por ver la batalla como un juego.”

“¿Oh? ¿No lo admites?”

Kayneth hizo un desdeñoso gruñido y continuó con las preguntas.

“Entonces, déjame preguntarte, ¿Por qué dejaste ir a Saber?”

“Eso es porque–“

“Tuviste una sobrecogedora ventaja más de una vez, pero en ambas ocasiones no diste el golpe; ¿realmente quieres que te controle con los Sellos de Comando?”

“…”

Lancer no tuvo respuesta esta vez, solo mantuvo su silencio.

“Lo diré de nuevo. Yo atestigüé toda la batalla de esta noche. Solo así soy capaz de hacer estas preguntas. Lancer ¿tú sientes que las batallas son ‘diversión’?”

Mirando al silencioso caballero con su cabeza agachada, Kayneth hizo una mueca de desprecio y continuó.

“¿Así de feliz eres? Pelear con Saber. ¿Al punto de no ser capaz de llevarte a ti mismo a acabar con ella?”

Para un espectador, podría elogiar la valentía y sutileza en batalla. Pero desde la perspectiva del Maestro, Kayneth, valentía y sutileza sin resultados – eso lo enfurece.

La reliquia original para conjurar a su Espíritu Heroico elegido, Alejandro, había sido robada por su desagradecido estudiante, Waver Velvet. Pero el poder de este Waver no se iguala en absoluto con el de Alejandro, causando al final que fuera incapaz de controlar a su propio Sirviente y provocando que Alejandro actúe desbocadamente. Por la inutilidad de Waver, la situación de entonces cayó a un estado caótico, destruyendo la posibilidad de victoria de Kayneth… Kayneth jamás había tenido tal mala suerte. Y la causa de esto es meramente Waver, pero estar furioso con una persona que no está al frente suyo no tiene sentido. Él solo debe contener esa ira dentro de él, esperando por su oportunidad para enfrentar a Waver en batalla para poder disparar toda su ira contra él. Al respecto de este tipo de ‘ira externa’, Kayneth es muy realista, sereno y brutal.

Pero en cambio, Kayneth no posee métodos para controlar su ‘ira interna’. Para Kayneth que ha llevado una vida de ser admirado, quien nunca ha tenido algún contacto con la derrota en su vida entera, sea sí mismo o alguna cosa subordinada que no caiga en sus expectativas – incluso si es por un poco – definitivamente no está permitido. Él quien ha sido exitoso toda su vida, quien nunca ha enfrentado algún contratiempo, es muy débil contra la derrota.

Así, justo ahora para Kayneth, entre el enemigo Waver que obstruyó la obtención de su victoria, y Lancer que fue incapaz de traerla la victoria, el segundo le enfurece aún más.

“… Honestamente lo lamento mucho. Maestro.”

Notando la ira de Kayneth, Lancer arqueó su cabeza profundamente y se disculpó en un tono serio.

“Lo juro por mi reputación como caballero; te traeré la cabeza de Saber. Por favor crea en mi sin importar nada.”

“¡No necesito que me lo jures de nuevo! ¡Ese será solo el resultado natural!”

Kayneth, que gradualmente se había puesto nervioso, usó su furiosa voz para suprimir las disculpas de Lancer.

“Ya me has jurado a mí. ¡Que tú me traerías a mí, Kayneth El-Melloi, el Santo Grial! En otras palabras, tú destruirás a los otros seis Sirvientes; esos dos son la misma cosa. Esa es la premisa de la batalla entera.

Pero lo que tú dices ahora… ¿Ese voto está dirigido solo a la victoria con Saber? Esto queda mucho más abajo que el trato del comienzo. ¿Qué anda mal contigo?”

“– Creo que tú eres él que anda con algo mal con él, Kayneth El-Melloi.”

No es ni la voz de Lancer ni de Kayneth, sino de una tercera persona. Nadie sabe cuando comenzó a oír la conversación entre el Sirviente y el Maestro la mujer que emergió de la habitación.

Aún luciendo un cabello rojo como llamas ardiendo, ella da una impresión de una belleza extraordinariamente fría, glacial. Aparenta ser un poco más joven que Kayneth, una dama de la clase alta de tan solo unos veinte años. Uno puede saber con una mirada que ella es una aristócrata sentimental y prestigiosa. Y la autoridad temperamental emanando de sus severos ojos la hacen ver como una emperatriz.

Sus ojos que parecieran estar reprendiendo a un subordinado miran a solo una persona – Kayneth.

“Lancer lo ha hecho muy bien. Eres tu quién juzga mal la situación.”

“Sola, ¿Qué tratas de decir?...”

Considerando la personalidad de Kayneth, es incomprensible que hasta este punto no haya estallado de ira. Pero todo esto es porque esta mujer es un ser muy especial para él.

Sola-Ui Nuada-Re Sophia-Ri. La profesora de Kayneth– la hija del jefe del Departamento de Eulyphis. También es la diosa de la victoria que completará la gloria de Kayneth– dicho de otra forma, ella es la prometida de Kayneth.

El matrimonio entre las dos renombradas familias Archibald y Sophia-Ri, la unión del prodigio y la hija del jefe del departamento, este era un tema popular dentro de la Torre del Reloj. Aunque la cresta de la familia Sophia-Ri de entrega al hijo primogénito, así que Sola no sostiene un lugar muy alto como mago.

Pero por sus venas fluye la sangre ancestral de mago de los Sophia-Ri. La unión entre Sola, que posee circuitos mágicos por muchas magnitudes sobre los de una persona normal, y el ‘prodigio’ Kayneth traerá a una siguiente generación aún más excelente.

Pero – el glorioso futuro visto por los espectadores puede no ser necesariamente tan feliz para la gente involucrada.

Sola que mira punzantemente a su prometido y Kayneth que sostiene una horrible expresión al sentirse humillado – sin importar como lo mires, ellos dos no dan la impresión de un armonioso amor.

“Kayneth, si me preguntas, en esa situación, la decisión de Lancer era correcta. Para contener a Berserker él no tuvo más opción que actuar en equipo con Saber.”

Aunque ella no había estado presente para presenciar la batalla en la calle de almacenes, Sola había usado a su propio familiar para reportar todo lo que pasó ahí. No por entretenimiento. Aunque ella no tenga cresta mágica, ella aún es un miembro de los Sophia-Ris y por lo tanto ha sido introducida en los caminos de la magia desde la juventud. Su conocimiento al respecto de una batalla entre magos como el Toque del Cielo no es para nada menor al de un Maestro como Kayneth.

No, más bien desde su punto de vista respecto a la batalla, las acciones de Kayneth como Maestro eran definitivamente insuficientes.

“La Gáe Dearg de Lancer es un Fantasma Noble muy efectivo contra Berserker. Pareado con el apoyo de Saber, sería un asunto sencillo derrotar a ese Sirviente negro. Esta es una muy buena oportunidad para destruir al enemigo.”

“… Eso es porque tú no entiendes lo aterradora que es Saber.”

Refutó Kayneth con una voz áspera mientras trituraba sus dientes al no poder ventilar su ira.

Aunque la prometida de Kayneth posee un ojo muy agudo para analizar, al final, Sola no es su maestra ni su líder. Como Maestro, Kayneth se ha determinado desde el comienzo a pelear fiándose en sus propias decisiones. También, como un hombre siendo reprendido por su propia prometida, su dignidad estaba aún más herida.

“Yo usé la habilidad de la Perspectiva del Maestro para entender las habilidades de Saber. Ella es una Sirviente muy fuerte. Sus habilidades en conjunto superan con creces a las de Diarmuid. ¡Se perdió una muy buena oportunidad de derrotarla!”

“Tú… ¿En serio comprendes la especialidad de tu Sirviente?”

Sola hizo un frio gruñido nasal hacia el testarudo Kayneth mientras decía eso.

“¿Piensas que Gáe Buidhe es solo para lucir bien? En comparación con Saber que ya ha recibido un daño crítico incurable, ¿no sería Berserker, cuya identidad es desconocida, una mayor amenaza?”

“…”

Aunque él quería seguir discutiendo, no pudo generar ninguna respuesta.

Kayneth se volvía reaciamente intimidado frente a la conducta ofensiva de Sola.

“Primero, si verdaderamente consideras a Saber muy peligrosa–“

Sola continuó ante el silencio de Kayneth.

“¿Entonces porque dejaste sola a la Maestra de Saber? A esa mujer Einsbern, completamente indefensa parada a un lado. Cuando Lancer ocupaba toda la atención de Saber y se batían en batalla, ¿Por qué no atacaste a el Maestro enemigo? Lo que hiciste en su lugar… ¿Ocultarte en los márgenes y observar hasta el final? Tú eres el único que actuó mal.”

Viendo a Sola suspirar profundamente, Kayneth sintió como si ardiera en ira con esta humillación, pero aún él solo podía mirarla en silencio, sin decir una palabra.

Si hubiera sido cualquier otra persona, Kayneth hubiera puesto fin a su humillación hace mucho. Incluso si hubiera tenido que poner en la cuerda floja al título de Lord El-Melloi, él definitivamente hubiera devuelto varias veces la humillación a esa persona.

Pero hay solo una persona en el mundo, solo Sola-Ui Nuada-Re Sophia-Ri, que era una excepción para esto.

No solo porque ella sea la hija del profesor de Kayneth, sino también porque ella es su prometida; su matrimonio con ella le traería a Kayneth aún más honor y prestigio, y el futuro que él siempre ha perseguido.

Esta dama inteligente y orgullosa como una gema es la única mujer que Kayneth ama en el mundo entero.

La vez que se conocieron, incluso antes de intercambiar alguna palabra, el corazón de Kayneth ya había sido robado por esta mujer.

Quizás al notar la depresión de Kayneth, el tono de Sola se ablandó y continuó con menos mofa:

“Kayneth. ¿Sabes donde recae tu ventaja en comparación con otros Maestros? En ti mismo.”

“Eso– obviamente–“

“Agregaste tus propios diseños al sistema original de contrato, verdaderamente eres un prodigio. Tú mereces ser llamado el prodigio más grande en Eulyphis.”

Aún cuando Kayneth ya estaba enfermo de oír cumplidos, no le molestaba oír las palabras que salían de los labios de Sola por más qué las dijese.

Pero de hecho, la opinión de él de Sola no era solo adulación. La técnica secreta preparada por Kayneth para este Toque del Cielo había reescrito completamente las reglas de la guerra que habían sido diseñadas por las ‘tres familias originales’.

Originalmente, hay una causalidad inamovible entre un Sirviente y un Maestro. Una técnica para separar el derecho de los Sellos de Comando y el derecho de suministrar prana, dejando a dos convocadores controlar uno cada uno de ellos… a través de las prodigiosas habilidades de Kayneth fue hecha posible esta imposible técnica.

Kayneth es el mago que posee los Sellos de Comando, y la que suministra al Sirviente con prana no es más ni menos que… Sola. Se puede decir que son un Maestro en un equipo de dos personas.

“– Pero Kayneth, a pesar de que tú eres un mago de primera categoría, como soldado eres meramente de segunda categoría. Pasando por todos esos problemas para terminar tus preparaciones, pero al final no fuiste capaz de hacer uso apropiado de ellas en el campo de batalla, ¿cierto?”

“No, yo…”

“¿Por qué piensas que yo suministro el prana para Lancer? Esto es originalmente de lo que tú deberías ser responsable, ¿Así que por qué debo hacerlo yo? ¿No es con el fin de que tus batallas marchen bien, con el fin de dejarte obtener la victoria en el Toque del Cielo? Comparado a esos Maestros que deben suministrar prana a sus Sirviente, tú ya posees una arrebatadora ventaja. Tú puedes usar tu prana en toda su extensión para tomar varias medidas.”

“Pero… la guerra apenas ha comenzado, es mejor ser cauteloso…”

“¿Oh, en serio? ¿Entonces por qué demandas resultados tan apresuradamente de Lancer?”

“…”

Aunque el tono de Sola es más suave que al comienzo, está aún el significado implícito fuera de sus palabras mofándose de la cobardía de Kayneth. La expresión de Kayneth se volvió aún peor.

“Por lo tanto antes de que culpes a Lancer, deberías reflexionar un poco primero. Kayneth, esta noche tú–“

“Sola-sama, por favor deténgase ahí.”

Una repentina voz baja interrumpió a Sola.

Es Lancer. No es sabido cuando alzó su cabeza, mirando de frente a Sola.

“Si sigues humillando a mi Maestro, entonces como un caballero no lo toleraré más.”

“No, esa no era mi intención… Me disculpo. Me pasé de la raya.”

Sola, que hasta el momento sostenía la dignidad de una emperatriz, se disculpó y agachó sus ojos como si estuviera avergonzada tras las palabras de Lancer. Sin importar como mires a esta transformación es demasiado repentina.

En el corazón de Kayneth, la escena en frente de él le dejó un efecto muy negativo. Sola siempre lo había regañado incesantemente y jamás lo había escuchado. Él, que luego se convertiría en su esposo. Sola, que luego se convertirá en su esposa. ¿Por qué las palabras de un Sirviente pesan más que las de su futuro esposo?

Y desde el comienzo Sola había estado discutiendo con él para proteger a Lancer. ¿Quizás ella no podía soportar que Lancer fuera regañado?

Kayneth observó los ojos de Sola, los que estaban fijados en Lancer, y vio algo de emoción en los ojos de su prometida como nunca había presenciado antes. Y luego volvió sus ojos hacia Lancer–

El centelleante lunar bajo el ojo izquierdo de Lancer capturó su atención. ¿Es ese el relatado “lunar de lágrima” de Diarmuid ua Duibhne que atraía a las mujeres?

No, es estúpido sospechar infundadamente. Incluso un cualquiera sabría que Sola era la hija de la renombrada familia Sophia-Ri. Incluso cuando ella no posee una cresta mágica, ella aún tiene una resistencia mágica poderosa contra este tipo de conjuros de encanto.

A menos, que ella misma no resista este tipo de encanto deliberadamente, entonces–

Justo cuando Kayneth estaba hundido en sus pensamientos la alarma de incendios se encendió sin aviso, interrumpiendo su tren de pensamiento.

“… ¿Qué? ¿Qué está pasando?”

Masculló confundida Sola, y al mismo tiempo el teléfono en la habitación comenzó a sonar. El visor de llamadas indica que viene del lobby.

Kayneth tranquilamente alzó el auricular y oyó al recepcionista. Cuando terminó, la mirada de Kayneth recobró una vez más la perspicacia única entre los magos.

“Parece que hay fuego en algún lugar abajo; la administración nos pide que evacuemos.”

Le dijo Kayneth a Sola a la vez que colgaba el teléfono.

“Aunque el fuego no es muy violento, los lugares que está en llamas están muy dispersos. Parece intencionado.”

“¿Fuego intencionado? ¿Esta noche?”

“Sí, creo que definitivamente no es una coincidencia.”

Kayneth hizo un sonido desdeñoso. La inquietud y las preocupaciones que habían estado en su corazón más temprano desaparecieron completamente.

“Este es un plan para dispersar a la multitud. El oponente debe ser un mago. Luce como que él no quieren combatir en un edificio con muchos espectadores.”

Sola hablaba con una expresión llena de tensión.

“Entonces– ¿Una emboscada?”

“Me temo que sí. Podría ser esa mujer de la calle de almacenes que quiere jugar un poco más.

Interesante. Eso es justo lo que queremos, ¿no es así, Lancer?”

“Sí, exactamente.”

Lancer asintió determinadamente, como preparándose para luchar con el enemigo. De entre los siete Maestros, solo hay una persona que estaría en tanto apuro para atacar a Kayneth– ella es el Maestro de Saber, cuya Sirviente ha sido herida por Gáe Buidhe. Ella debe querer dispersar la maldición tan pronto como sea posible.

“Lancer, ve al piso debajo de este para encontrarlas. Pero no las hagas separarse muy rápidamente.”

Con la intención oculta en las palabras de Kayneth, Lancer solo asintió:

“Comprendido. Cortar el camino de los atacantes, y entonces perseguirlos hasta acá, ¿es eso?”

“Sí. Ya que tenemos visitas, ¿entonces por qué no hacerles dar un vistazo al taller mágico de Kayneth El-Melloi?”

Este hotel, como la fortaleza de Kayneth, debió pasar una completa renovación. No el tipo material de renovación, sino una fortificación a través de la magia. En este edificio que suma un total de treinta y dos pisos, el campo de Kayneth cubre veinticuatro. Este lugar puede ser llamado un castillo de magia. En adición, hay tres hornos mágicos para el uso exclusivo de Kayneth, y en lugar de perros, ha invocado una decena de espíritus y apariciones malignas. No hay ni una sola falla en los tubos de drenaje; Kayneth cubrió completamente el área bajo el vestíbulo con su campo.

En lugar de atacar territorio enemigo es mucho mejor perfeccionar un territorio propio. En cuanto para el contrincante que se atreva a plantar un pie aquí, Kayneth le hará saber el terror de Lord El-Melloi.

“Ya que todos los otros clientes se han ido no habrá nada de qué preocuparse. Ustedes dos pueden usar todo su poder para pelear.”

Un irreprensible sonido de carcajada escapó de la garganta de Kayneth. Y también el caballero que no había sido capaz de dejar de temblar de la emoción salió arrebatadamente.

Para Kayneth, ahora lo único necesario es la acción. Solo la acción y los resultados pueden diseminar la humillación infligida por Sola. Justo ahora, lo único por hacer es darle uso a su potencial entero, a eso que hace a los otros llamarlo prodigio, probar sus capacidades.

Sí, ahora Kayneth desea sangre. La oscura ira que estaba embotellada en él debe contrarrestarse con la sangre de alguien. El desafortunado enemigo que se mostró casualmente a atacar ahora está a punto de convertirse en la ofrenda perfecta.

“Tú dijiste que soy un soldado de segunda categoría; te voy a hacer que te retractes de esas palabras. Sola.”

“De acuerdo. Estaré esperando.”

La prometida de Kayneth que usualmente está criticándolo, solo por este momento lo vio con una sonrisa en la cara. El espíritu de lucha de Kayneth pesaba aún más que–

El miedo y la somnolencia de los clientes que habían sido sacados del medio de sus sueños repentinamente por la alarma de incendios y se reunían fuera del estacionamiento, combinado con el frio de afuera, los hacía llevar expresiones complicadas. En medio de esa gente, los empleados del hotel se escabullían bulliciosamente.

“… ¡Señor Archibald! ¡Kayneth El-Melloi Archibald! ¿Está aquí?”

De todos los nombres registrados en la lista de clientes solo hay una persona cuya presencia no ha sido confirmada; el botones lo llamaba con una voz frenética. Todos reconocían a este generoso cliente que había reservado el piso superior entero del altísimo hotel. De cierta manera, esta es la persona que ellos menos quieren que esté en peligro.

“¡Señor Archibald! ¿Está aquí?”

“– Estoy aquí. No te preocupes.”

Una voz resonante vino de detrás del botones, pero cuando él se volteó se sintió confundido. La persona que hablaba con él era un japonés vistiendo un abrigo de un estilo antiguo.

Esta broma es demasiado. El furioso botones estaba a punto de gritarle– pero fue cautivado por los ojos del hombre.

Este hombre poseía una indescriptible y misteriosa fuerza de atracción; el botones fue incapaz de evitar sus ojos y no era capaz ni de hablar.

“Yo soy Kayneth El-Melloi Archibald. Mi esposa Sola está conmigo.”

Declaró este desconocido hombre japonés con una voz clara. Y el botones aceptó esto sin dar ninguna sospecha, como hipnotizado.

“… ¿Es eso cierto? Ah, sí. Así es.”

Luego que el botones marcara un tic en la sección de ‘escapados’ de la lista, finalmente confirmando que todos los clientes estuvieran a salvo exhaló un largo suspiro. Todas sus sospechas mientras hablaba con Archibald más temprano y sus sentimientos de que algo andaba mal desaparecieron sin dejar rastro.

Viendo a los empleados continuar atendiendo a los otros clientes, Emiya Kiritsugu abandonó a la caótica multitud. Su sugestión hipnótica a una persona común sin resistencia mágica alguna no debería romperse en poco tiempo.

Luego de caminar a una turbia área oscura a cierta distancia del hotel, Kiritsugu sacó el celular en su bolsillo mientras sondeaba los alrededores para asegurarse que nadie lo estuviera mirando. Los celulares eran muy comunes entre la gente y le han dado gran ayuda a Kiritsugu. Es un aparato inalámbrico para comunicación simple pero útil, y sostener uno no levantará ninguna sospecha de nadie.

Primero debía contactar a Maiya, quien estaba ubicada para vigilancia.

“¿Todo listo por tu lado?”

“Sin irregularidades. Lista.”

La posición de Maiya es un alto edificio en construcción viéndose diagonalmente desde el Hotel Hyatt de Fuyuki. Desde ahí es posible ver claramente la habitación de Kayneth; esa era la posición que Kiritsugu le designó.

Kiritsugu suspiró levemente y alcanzó su caja de cigarrillos con una mano, digitando los números en el celular con la otra.

Kiritsugu marcó un número vacio. Y no había respuesta alguna desde su celular. Las redes de comunicación modificadas no se conectaban a una señal análoga sino al detonador de una bomba C4.

La bomba solo causó una explosión muy pequeña, al punto de que el sonido de la explosión ni siquiera pudo ser oída desde fuera del hotel.

En su lugar, lo que resonó en la noche fue el aterrador sonido del concreto reforzado haciéndose añicos y colapsando.

Los evacuados que habían notado que algo andaba mal vieron el súbito cambio en el altísimo edificio y comenzaron a gritar en pánico.

“¡El hotel, el hotel está colapsando!”

El hotel, alcanzando una altura de unos ciento cincuenta metros, mantuvo su postura erecta mientras colapsaba como si estuviera siendo tragado por la tierra. Ya que todas las paredes exteriores colapsaron hacia adentro, ningún fragmento de escombros salió volando, y tan solo el polvo creado por la demolición se desplegó hacia las calles que lo rodeaban. Precisión de demolición– una técnica altamente avanzada de demolición usada primariamente para demoler edificios altos. Debido a la destrucción de los muros que cargan el peso y de las estructuras clave de soporte, el edificio colapsa hacía abajo y hacia adentro por su propio peso. Usando la menor cantidad de explosivos para obtener la destrucción total. Emiya Kiritsugu que es familiar con todas las técnicas de demolición del pasado al presente, tiene una gran apreciación por este tipo de arte de destrucción.

Todos los edificios funcionando como bases de magos en la Ciudad Fuyuki están marcados en la lista de destrucción de Emiya Kiritsugu. Y el hotel Hyatt de Fuyuki es uno de ellos. Kiritsugu obtuvo los planos del edificio de antemano y determinó los puntos donde colocar los explosivos. En tanto las preparaciones estén completas, la ejecución completa toma menos de una hora.

Aunque los evacuados ya estaban tan lejos como era posible del edificio colapsando y del rango seguro para los escombros que salgan volando, ellos estaban bañados en el polvo que salió volando del colapso y eran presas del pánico. Mientras observaba el disturbio en la multitud, Kiritsugu buscó algún espacio con viento más débil y encendió el cigarro en su mano.

“Maiya, ¿Cómo están las cosas de tu posición?”

“Hasta el final no hubo actividad en el trigésimo tercer piso. El blanco no ha escapado del edificio.”

En otras palabras– pensó Kiritsugu con satisfacción mientras miraba las cenizas de las ruinas del hotel Hyatt de Fuyuki– aquel llamado ‘Lord El-Melloi’ Kayneth-sama ahora seguramente está manteniendo acompañados a los escombros.

Debido a la reacción en cadena causada por la precisión de la demolición hizo que el trigésimo tercer piso en que estaba Kayneth perdiera su soporte y prácticamente se precipitara en caída libre desde unos ciento cincuenta metros hasta el suelo. Sin importar que tan bien esté defendido por un campo, frente a una fuerza destructiva tal probablemente no pueda proteger a la gente dentro de las habitaciones.

Repentinamente vino el sonido de un niño llorando y la atención de Kiritsugu fue robada de las ruinas.

La madre del niño pasó junto a Kiritsugu sosteniendo a un niño que no podía dejar de llorar por el miedo. Ambos vestían solo sus pijamas y estaban cubiertos de pies a cabeza con cenizas blancas, luciendo tan miserables que era difícil de observar.

Kiritsugu siguió mirando las espaldas de la madre y el hijo… hasta que su mano se quemo por la llama de su cigarrillo y entonces captó de nuevo su atención. Kiritsugu lanzó al piso el cigarrillo ya quemado en gran parte y lo cubrió con el pie.

Emiya Kiritsugu se sintió un poco confundido; el sentimentalismo es definitivamente inaceptable para él. Esta clase de débiles sentimientos amenazarían directamente su vida. Pero él no puede enfrentar ese fracaso con compostura sin importar nada.

Sí. Incluso si no quisiera admitirlo la realidad era esta– Kiritsugu vio las figuras de Irisviel y Ilyasviel en las figuras de la madre y el hijo que se retiraban.

Emiya Kiritsugu una vez creyó que no se podía diferenciar entre sacrificios. Toda vida era igual, así que elegir el camino que llevara a los menos sacrificios estaba bien. A su juicio, las vidas de mujeres y niños no reciben ningún tratamiento especial.

El Santo Grial podía ser usado para salvar el mundo. Y Kayneth es un objetivo que debe ser eliminado para obtener el Santo Grial. Hay unas mil y tantas personas en el hotel Hyatt de Fuyuki, y el Santo Grial debería poder salvar al menos a cinco billones de personas. Kiritsugu podría haber erradicado completamente a estos inquilinos junto con Kayneth si hubiera sido necesario hacerlo.

¿Entonces por qué necesitaba prender un fuego antes de causar este disturbio?

En el comienzo él pensó que esta habría sido la táctica más obvia. Kayneth había puesto muchas trampas específicamente para protegerse contra una emboscada; así que como táctica contra su defensa estratégica, está definitivamente trajo buenos resultados. El mago prodigio contenía su muro de hierro con orgullo, pero él nunca pensó que el castillo entero sería destruido así que permaneció adentro.

Pero, ¿Su verdadera intención se limitaba solo a esto?

Su esperanza sentimental de que los inquilinos inocentes escaparan a tiempo, ¿se mostraba ahora solo inconscientemente?

Este verdaderamente es un romanticismo fatal. Si él estuviera en el campo de batalla, esta clase de sentimientos lo llevaría definitivamente a su muerte.

Para sostener los vacilantes sentimientos en su corazón Kiritsugu prendió una vez más un cigarrillo.

Él está deteriorado. Aunque él no sabe exactamente cuánto más débil es ahora, el Emiya Kiritsugu de hoy definitivamente se ha deteriorado a comparación a nueve años atrás. Si esto continuaba entonces él podría no ser capaz de obtener la victoria en la Guerra del Santo Grial. Sin importar que, no restaurar el frio juicio de antes es inaceptable – mientras más rápido mejor.

El vecindario trastornado por el incidente profundo en la noche ha comenzado al fin a agitarse. Viendo a la multitud agruparse en las calles, Kiritsugu inhaló profundamente y sacó su celular para dar a Maiya la señal de retirada.

El sonido que llegó a sus oídos no era la voz de su subordinada, sino el rugido de dos entes metálicos colisionando.

※※※※※

El punto estratégico metálico aún sin nombrar. Próximo a su finalización, es temporalmente llamado el trigésimo octavo piso del centro comercial de Fuyuki.

La construcción ya está a más de medio hacer, solo el exterior está dejado incompleto. La construcción alzándose alto pronto será un centro comercial y el símbolo de Shinto de Fuyuki, pero ahora es solo un esqueleto vacio de concreto reforzado, golpeado por los fuertes ventarrones de la noche.

Fuera por las luces en las calles en la tierra o fuera por las estrellas en el cielo, todo parecía distante y desolado. Era en este vacío que Hisau Maiya se arrodillaba inmóvil, sosteniendo en su hombro el rifle de asalto AUG con visión nocturna equipada. El cañón se apoyaba en su rodilla izquierda alzada.

Si el mago Kayneth hubiera notado el plan de Kiritsugu y hubiera escapado por la ventana, Hisau Maiya que lo esperaba aquí lo emboscaría. Pero el resultado es que esta preparación había sido completamente innecesaria.

“Maiya, ¿Cuál es la situación allí?”

Desde los audífonos de Maiya vino la voz interrogante de Kiritsugu que estaba a nivel de tierra. Necesitando ambas manos para sostener el rifle, Maiya cambió su celular a modo manos libres.

“Hasta el final no hubo actividad en el piso trigésimo segundo. El blanco no ha escapado del hotel.”

Maiya habló en el micrófono al lado de su boca y le dio a Kiritsugu un breve resumen de su vigilancia. Aunque ella acababa de presenciar una devastadora destrucción, su voz no contenía ni una pizca de agitación.

Su misión de vigilancia había terminado. Maiya retiro las balas del arma, que no tuvieron oportunidad de ser usadas antes que la misión terminara, las puso en un estuche, aventó el rifle de asalto sobre su hombro y se paró para dirigirse a las escaleras.

En ese momento ella notó un rastro de anormalidad.

No una típica anormalidad, sino un sutil cambio en la atmosfera difícil de detectar. Para una soldado experimentada es un asunto sencillo detectar esta clase de intento asesino.

“– Tus sentidos son agudos, dama.”

Desde detrás de la ahora quieta Maiya vino una voz masculina baja y fría. La voz hizo eco en el vacio edificio de concreto reforzado, haciendo imposible determinar de dónde procedía.

Maiya no respondió ni hizo preguntas. Ella solo usó tranquilamente su intuición para determinar la posición del enemigo y sacó pistola de mano de calibre 9mm desde su cinturón.

En cuanto a la otra persona en el lugar, la persona que descubrió la existencia de Maiya – sin importar quién sea, esta razón es suficiente para convertirlo en el blanco de Maiya.

“– Hmm, está muy bien tener esta clase de preparación.”

Dijo el hombre oculto en las sombras con un tono de burla.

En ese momento algo fue lanzado a los pies de Maiya desde la sombra de algún pilar.

Maiya apuntó inmediatamente su arma al objeto, y después de asegurarse que no fuera peligroso apuntó su arma de vuelta al lugar de donde el objeto fue lanzado. Pero aún así, Maiya usó su visión periférica para observar el objeto que había sido lanzado.

El cadáver de un animal pequeño.

Un murciélago. Y juzgando por la cámara CCD en su abdomen, este es definitivamente el familiar murciélago que Maiya mandó. Este es el que había dejado en la iglesia Fuyuki con el que había perdido comunicación.

Entonces sin duda, el que lanzó deliberadamente el cadáver del murciélago solo puede ser él. Y el oponente parece no tener interés en ocultarse otro momento más. Caminando lentamente desde atrás del pilar donde se ocultaba, se expuso al campo de vista y de disparo de Maiya.

El hombre en frente de él parecía lleno con autoridad y presión, vistiendo un hábito completamente negro. Maiya lo conoce.

“Kotomine, Kirei…”

“¿Oh? Esta debía ser la primera vez que nos encontráramos. ¿Así que cómo sabes quién soy yo? ¿Quizás es tu premonición?”

Dándose cuenta de su error, ella se arrepintió.

Kirei no mostró ninguna incomodidad enfrentando el arma de Maiya y continuó tranquilamente.

“Si eso es así, entonces definitivamente deberías saber acerca de muchas otras cosas, ¿cierto? Esta es una posición primordial para espiar el trigésimo segundo piso del hotel Hyatt de Fuyuki; ¿Quizás una persona muy importante viva allí?”

Esta vez Maiya quedó en silencio. Pero su mente estaba llena de sospechas: como un Maestro… Kotomine Kirei debería esconderse cuidadosamente, ¿Así que por qué escogería mostrarse aquí? ¿Cuál es su verdadera intención?

Por el otro lado, Kirei separó levemente su vista hacia afuera – ubicándose en el lugar en donde el hotel Hyatt de Fuyuki ahora es una pila de escombros. El fijo la mirada resueltamente por un rato y luego exhaló un largo suspiro.

“Aún así– ¿era realmente necesario destruir el edificio también? Al usar esta clase de tácticas, ¿Aún puede ser llamado un mago? O más bien, ¿Quizás él no debió haber sido considerado un mago en primer lugar?”

“…”

Este hombre– Maiya repentinamente estaba sorprendida– él sabe. Él sabe todo acerca de Emiya Kiritsugu. Tal como Emiya Kiritsugu sabe de Kotomine Kirei.

“Mírame divagando más y más aquí, dama. ¿Por qué no dices algo? – ¿Dónde está el hombre que debería estar aquí en tu lugar ahora?”

Después de que le preguntara eso, Maiya hizo un nuevo juicio de Kotomine Kirei. Este hombre en frente suyo debe morir.

Repercutió el ruido de los rápidos disparos de Maiya. Aunque la bala de calibre 9mm llamada bala militar tiene una buena capacidad para infligir daño, no tiene suficiente poder. Así que para matar efectivamente al oponente, la clave es disparar al área abdominal tres veces consecutivas. Comparado al pequeño punto fatal que puede provocar muerte instantánea, atacar la posición donde es fácil acertar e infligir daño puede ser más efectivo. Esta es la regla de matar al disparar.

Aún así, las balas de Maiya no acertaron a los órganos bajo el hábito, sino el duro piso de concreto.

Incluso si las acciones evasivas de Kirei fueran a una velocidad increíble, no podían ser más rápidas que la velocidad de las balas. Pero él determinó los pensamientos de Maiya antes de que ella jalara el gatillo y así actuó de antemano. Lo que es sorprendente es el juicio de Kotomine Kirei respecto a tácticas.

Predecir el momento de los disparos de Maiya y así esquivar las balas. Incluso en el campo de la taumaturgia esto va más allá de las capacidades de una persona promedio.

No solo eso–

En ese instante la persona que corría a esconderse no fue Kirei sino Maiya. Su mano derecha estaba manchada de sangre, y la pistola que debía estar empuñada en su mano cayó al suelo con un sonido metálico. Y sus ojos llenos de sorpresa se plantaron en el pilar en el que justo antes había estado apoyando su espalda. El agudo filo que impetuosamente sale del pilar brilla con una luz fría.

La delgada hoja, más larga que un metro, se asemeja a la de las armas usadas en esgrima; como espada, la empuñadura era muy corta. Esta es el arma de proyectil utilizada específicamente por los ejecutores de la Santa Iglesia, llamada la “Llave Negra”. Esto fue lo que cortó la parte trasera de la mano de Maiya y la hizo tirar su arma. Kirei había derribado el arma y esquivado la bala simultáneamente.

Aún siendo un arma lanzada con la mano, tenía suficiente poder para penetrar concreto reforzado. Aún así, solo hizo a Maiya soltar su arma y no poseía la intención de cobrar su vida. Para usar esa fuerza a propósito, él probablemente quiera quitarle el arma al oponente y destruir su moral. Es mejor capturar al otro vivo– después de todo, Maiya no ha respondido aún las preguntas de Kirei.

“Tus movimientos no están mal. Muy definidos.”

Kirei, que sostiene la iniciativa después de invertir completamente la situación de ataque y defensa, hablaba y caminaba despreocupadamente. Y una vez más apareció una Llave Negra en sus manos. La larga hoja de la Llave Negra es una forma semi-solida compuesta de prana, así que para llevarlas solo hace falta tener las pequeñas empuñaduras. Nadie sabe exactamente cuántas Llaves Negras se ocultan bajo el hábito de Kirei.

La Llave Negra, como parte primordial del equipo de los ejecutores de la Santa Iglesia, posee un gran poder, pero a la vez es muy difícil de usar. Alguien que es capaz de usar su poder tan hábilmente debe ser un gran experto. Y Maiya parece haber encontrado a ese raro experto ahora.

Maiya no es una guerrera, solo un soldado. Así, ella no tiene un registro de combate del que jactarse, solo el análisis del combate. La habilidad de combate de Kotomine Kirei obviamente sobrepasa por mucho a la suya. En esta situación en que ella no tiene equipamiento o un terreno ventajoso o tácticas, admitir su derrota es más sabio.

“¿Qué es Maiya? ¿Qué ocurre?”

La voz de Kiritsugu sonó en los audífonos. Parece que celular en su bolsillo aún se mantiene en contacto con Kiritsugu. Pero– Maiya no puede responder. Él puede oír la voz de Maiya. La meta de ese horroroso ejecutor no es Maiya sino Kiritsugu. El juicio de Kirei de que Maiya era la subordinada de Kiritsugu, realizando cada acción basada en las instrucciones de Kiritsugu, fue verificado del todo aquí.

“¿Qué anda mal? ¿No llamarás ayuda? ¿Emiya Kiritsugu está cerca, no es así?”

Kirei ya no tenía la más mínima duda cuando mencionó su nombre, porque él está convencido que su juicio es correcto. Si Kiritsugu quiere el Santo Grial, entonces el definitivamente actuaría esta noche.

Es fácil ver el efecto del maleficio de la Gáe Buidhe de Diarmuid. Ellos quedaron presos en una situación muy desfavorable con uno de los brazos de Saber inútil mientras los otros seis Sirvientes aún están en buenas condiciones. Para el grupo Einsbern el asunto más apremiante es eliminar al origen del maleficio, Lancer, tan pronto como sea posible.

Por eso Kirei tejió su red cerca de la residencia de Kayneth, esperando con calma a los que tenderán la emboscada.

Pero al final no encontró a Emiya Kiritsugu sino a alguien más. Aunque de todas formas Kotomine Kirei está seguro de que esta persona actúa en base a las instrucciones de Kiritsugu. Así que esta mujer que él enfrenta ahora es definitivamente la clave para encontrar a Emiya Kiritsugu.

No puede matarla; es mejor capturarla viva. En tanto la pueda hacer hablar, está bien.

Incluso si tuviera que romper sus brazos y piernas.

Después de realizar un juicio cruel en su corazón, Kotomine Kirei se aproximó al escondite de la mujer lentamente. El oponente debe estar desarmado. El rifle de asalto ya desarmado no puede rearmarse suficientemente rápido y la pistola se dejó caer muy lejos. Este encuentro ya ha sido decidido.

Pero lo que detuvo a Kirei fue un impedimento más allá de las expectativas de Kotomine Kirei.

Repentinamente un velo de humo blanco apareció entre él y su presa, obscureciendo su visión completamente, y con él, un olor irritante de reacciones químicas se apresuró dentro de sus fosas nasales.

“¿¡Pantalla de humo!?”

Lo que apareció repentinamente en frente de Kirei era una pantalla de humo liberada por una bomba de dispersión de humo de uso militar.

Y en el instante en que obscureció su vista, Maiya escapó con prisa.

Aunque Kotomine Kirei lanzó una Llave Negra en la dirección del ruido, no le dio al blanco. Su instinto de ejecutor que ha atravesado incontables batallas le dijo que no podía moverse imprudentemente en este predicamento.

Kotomine Kirei sostenía Llaves Negras en ambas manos, sin osar a bajar su guardia en lo más leve, y sondeó sus alrededores mientras esperaba que el humo se dispersara. En este edificio expuesto a fuertes vientos, solo tomó algunos segundos para que se disipara el espeso humo – pero esa mujer logró escapar en esos meros segundos.

Solo quedaba él. Dándose cuenta de que él era la última persona en el vacio edificio, Kirei gruñó y puso de lado sus Llaves Negras. No tenía ninguna intención de perseguirla.

Kirei levantó del suelo la bomba de dispersión de humo, ahora vacía, y comenzó a inspeccionarla. Es un modelo de granada Americana. No tiene nada especial al respecto; es simplemente algo que cualquiera puede obtener teniendo los contactos correctos.

No fue lanzado por esa mujer, porque si él hubiera notado que ella se hubiera movido en lo más mínimo él hubiera lanzado una Llave Negra para detenerla. Esto fue lanzado en frente de él por alguien que ayudó a esa mujer a escapar.

Por supuesto, no debería haber nadie más dentro del edificio. Si ese es el caso, entonces la granada de humo debe haber sido lanzada desde afuera del edificio.

Kirei caminó al borde del edificio – ignorando el viento tirando de su hábito – y miró abajo.

Alrededor de los escombros del pasado hotel Hyatt de Fuyuki, no hay algún edificio que pueda ponerse hombro a hombro con él más que este. La distancia desde el suelo a esta posición es de al menos unos ciento cincuenta metros. Sería difícil apuntar a esta posición con precisión aún con un arma de rango largo. Sin mencionar una granada de humo lanzada a mano. Sería un absurdo cósmico que alguien lanzara eso desde el nivel del suelo.

Pero después de todo Kirei era un ejecutor que ha casado a muchos magos extraños antes. Él ya estaba completamente acostumbrado a enfrentar a enemigos que estaban más allá del sentido común. Para él, este nivel de anormalidad no tenía nada que valiera sorprenderse.

En algún lugar bajo él está el mago que lo detuvo.

En tanto esto fue confirmado, entonces esta noche no había sido en vano.

Al mismo tiempo, Kirei sintió la respiración de la extraña forma encubierta detrás de él.

“¿Assassin?”

“Sí, soy yo.”

Assassin, que vestía una larga toga negra, se materializó arrodillado frente a Kirei. Este Assassin es uno de los tres que espiaban a Irisviel y Saber en el bosque, quien había sido encargado de traer la información obtenida.

“¿No te mencione que no te materializaras en interiores?”

“Lo lamento terriblemente, pero tengo cosas urgentes que reportar…”



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